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LA VERSIÓN AUERBACHIANA DE LA SCIENZA NUOVA EN UNA RECIENTE REIMPRESIÓN por T h o m a s G i l b h a r d [Reseña / Review: Giambattista Vico, Die neue Wissenschaft über die gemeinschaftliche Natur der Völker. Nach der Ausgabe von 1744 übersetzt und eingeleitet von Erich Auerbach, 2. Auflage mit einem Nachwort von Wilhelm Schmidt-Biggemann, de Gruyter, Berlin / New York, 2000, pp. 477.] La traducción alemana de la Scienza Nuova del famoso inves- tigador de las culturas románicas Eric Auerbach (1892-1957) aparecida por primera vez en 1924, y varias veces reeditada, es con certeza la edición que mayormente ha determinado la recep- ción de Vico en la cultura alemana del siglo XX. Viene ahora propuesta en edición anastática, provista de un nuevo posfacio de Wilhelm Schmidt-Biggemann. Pero desde el momento en que a partir de 1990 se dispone de una nueva traducción alemana inte- gral de la SN1744 por obra de Vittorio Hösle y Christoph Jermann, aparecida en la colec- ción de la “Philosophische Bibliothek” 1 , nos podemos preguntar el porqué de volver a pro- poner ahora esta vieja traducción. La versión auerbachiana ostenta sin duda elegancia lin- güística, aunque es necesario tener siempre presentes las numerosas intervenciones en el texto: el traductor ha acortado y omitido varios pasajes, creando así una versión mucho más manejable del texto de la SN1744. En su introducción Auerbach hace referencia a la “limi- tación a lo esencial” (p. 10) para justificar sus podas del texto viquiano, pero un criterio de tal tipo no puede en verdad convencer al lector del hoy como base de un trabajo filológica- mente fiable. Schmidt-Biggemann, como autor del nuevo posfacio no parece, en cambio, plantearse estos problemas de carácter filológico. Si bien ha redactado un posfacio bastante extenso, de una treintena de páginas (pp. 445-477), no advierte sin embargo la necesidad de dar cuenta en dicha sede de las intervenciones textuales de Auerbach. Schmidt-Biggemann llega a sostener que la “limitación esencial” en el caso de un libro como la Scienza Nuova constituye un gran mérito (p. 451), y diciendo esto se libera muy fácilmente de la tarea de analizar el proceder textual de Auerbach. El posfacio, aunque parte de una breve presenta- ción de la figura de Auerbach, sin embargo silencia las distintas contribuciones que se han ocupado hasta ahora de la interpretación auerbachiana de Vico. No se halla ni una sola noti- cia de los escritos de Dante Della Terza, Fulvio Tessitore, René Wellek, Timothy Bahti, Otto Pöggeler, Andrea Battistini, Jürgen Trabant, etc. 2 a propósito de ella. De modo que, tras valorar en una perspectiva histórica los méritos y los límites del trabajo de Auerbach, el autor del posfacio prefiere ofrecer una propia interpretación suya resumen de la vida y del pensamiento viquiano replicando de este modo la labor ya desplegada por la Introducción auerbachiana en el interior del mismo volumen (cf. ibid., pp. 9-39). Al atento lector del 359 © Cuadernos sobre Vico 15-16 (2003) Sevilla (España). ISSN 1130-7498 ©P. Badillo, Th. Gilbhard, M.A. Pastor, F. Ratto, M.J. Rebollo, J.M. Sevilla, F. Voltaggio. © de los traductores correspondientes que figuran en cada reseña. RESEÑAS E INFORMACIÓN

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LA VERSIÓN AUERBACHIANA DE LA SCIENZA NUOVAEN UNA RECIENTE REIMPRESIÓN

por T h o m a s G i l b h a r d

[Reseña / Review: Giambattista Vico, Die neue Wissenschaft über diegemeinschaftliche Natur der Völker. Nach der Ausgabe von 1744 übersetztund eingeleitet von Erich Auerbach, 2. Auflage mit einem Nachwort vonWilhelm Schmidt-Biggemann, de Gruyter, Berlin / New York, 2000, pp. 477.]

La traducción alemana de la Scienza Nuova del famoso inves-tigador de las culturas románicas Eric Auerbach (1892-1957)aparecida por primera vez en 1924, y varias veces reeditada, escon certeza la edición que mayormente ha determinado la recep-ción de Vico en la cultura alemana del siglo XX. Viene ahorapropuesta en edición anastática, provista de un nuevo posfacio deWilhelm Schmidt-Biggemann. Pero desde el momento en que apartir de 1990 se dispone de una nueva traducción alemana inte-

gral de la SN1744 por obra de Vittorio Hösle y Christoph Jermann, aparecida en la colec-ción de la “Philosophische Bibliothek”1, nos podemos preguntar el porqué de volver a pro-poner ahora esta vieja traducción. La versión auerbachiana ostenta sin duda elegancia lin-güística, aunque es necesario tener siempre presentes las numerosas intervenciones en eltexto: el traductor ha acortado y omitido varios pasajes, creando así una versión mucho másmanejable del texto de la SN1744. En su introducción Auerbach hace referencia a la “limi-tación a lo esencial” (p. 10) para justificar sus podas del texto viquiano, pero un criterio detal tipo no puede en verdad convencer al lector del hoy como base de un trabajo filológica-mente fiable. Schmidt-Biggemann, como autor del nuevo posfacio no parece, en cambio,plantearse estos problemas de carácter filológico. Si bien ha redactado un posfacio bastanteextenso, de una treintena de páginas (pp. 445-477), no advierte sin embargo la necesidad dedar cuenta en dicha sede de las intervenciones textuales de Auerbach. Schmidt-Biggemannllega a sostener que la “limitación esencial” en el caso de un libro como la Scienza Nuovaconstituye un gran mérito (p. 451), y diciendo esto se libera muy fácilmente de la tarea deanalizar el proceder textual de Auerbach. El posfacio, aunque parte de una breve presenta-ción de la figura de Auerbach, sin embargo silencia las distintas contribuciones que se hanocupado hasta ahora de la interpretación auerbachiana de Vico. No se halla ni una sola noti-cia de los escritos de Dante Della Terza, Fulvio Tessitore, René Wellek, Timothy Bahti, OttoPöggeler, Andrea Battistini, Jürgen Trabant, etc.2 a propósito de ella. De modo que, trasvalorar en una perspectiva histórica los méritos y los límites del trabajo de Auerbach, elautor del posfacio prefiere ofrecer una propia interpretación suya resumen de la vida y delpensamiento viquiano replicando de este modo la labor ya desplegada por la Introducciónauerbachiana en el interior del mismo volumen (cf. ibid., pp. 9-39). Al atento lector del

359© Cuadernos sobre Vico 15-16 (2003)Sevilla (España). ISSN 1130-7498© P. Badillo, Th. Gilbhard, M.A. Pastor, F. Ratto, M.J. Rebollo, J.M. Sevilla, F. Voltaggio. © de los traductores correspondientes que figuran en cada reseña.

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nuevo posfacio no se le escaparán, además, las imprecisiones. Ya en la presentación bio-gráfica del filósofo napolitano se habla, por ejemplo, más de una vez de una estancia viquia-na en “Vattola” (p. 452, 453) en vez de Vatolla. El mismo modo de citar la SN con la sigla“Nr.” (que querría ser el parágrafo nicoliniano) demuestra otra cierta extrañeza. Y cuando,por último, el autor del posfacio atribuye en la página 471 a la traducción de “Tugend desGemüts” (cf. SN § 504, ed. Auerbach p. 214) el correspondiente pasaje del texto originalcitando “Virtó del animo”[sic], el sorprendido lector no podrá satisfacer la curiosidad desaber qué edición haya tenido ante sus ojos Schmidt-Biggemann. Todo esto, justamente, noshace pensar en una falta de familiaridad con los actuales estudios viquianos y, por lo demás,el posfacio está privado de cualquier referencia a la literatura crítica. Pero también a nivelinterpretativo sorprenden algunas afirmaciones, por ejemplo, cuando se define el “carácterpoético” como un “Volksgeist poéticamente institucionalizado”3. La exposición del pensa-miento viquiano que sigue se centra en problemas en torno al concepto de historia univer-sal en la tensión entre historia bíblica e historia profana y se concluye con la ansiedad delautor ante una presunta potencia destructiva de la concepción viquiana de la historia origi-naria. Poniendo a Homero en el lugar de la Biblia, Vico habría –según Schmidt-Biggemann–destruido las pretensiones eterno-normativas de la razón en la filosofía tanto teorética comopráctica (p. 477).

A nosotros, en cambio, nos queda constatar que por cuanto pueda ser merecido elhacer nuevamente accesible la clásica traducción de Auerbach, tanto más resulta discutibleel haber acompañado el texto con un posfacio de tal tipo.

[Trad. de J.M. Sevilla & M.A. Pastor]NOTAS

1. De esta nueva traducción alemana se ha discutido también ampliamente en el Bollettino del Centro diStudi Vichiani, XXI, 1991, pp. 129-151.

2. Pensamos en D. DELLA TERZA, “Auerbach e Vico”, en Critica e storia letteraria. Studi offerti a M. Fubini,Padova, 1970, vol. II, pp.820-841, reed. en ID., Forma e memoria. Saggi e ricerche sulla tradizione letteraria daDante a Vico, Roma, 1979, pp. 296-321 y en ID., Da Vienna a Baltimora. La diaspora degli intellettuali europei negliStati Uniti d’America, Roma, 1987, cap. III, pp. 53-72; F. TESSITORE, “Su Auerbach e Vico”, Bollettino del Centro diStudi Vichiani, II, 1972, pp. 81-88; R. WELLEK, “Auerbach and Vico”, en Vico: Past and Present, G. Tagliacozzo(Ed.), Atlantic Highlands, 1981, II, pp. 85-96; T. BAHTI, “Vico, Auerbach and Literary History”, en Vico: Past andPresent, G. Tagliacozzo (Ed.), Atlantic Highlands, 1981, II, pp. 97-114; O. PÖGGELER, “Philologiam ad philosophiaeprincipia revocare. La recezione di Vico in Auerbach”, Bollettino del Centro di Studi Vichiani, XXII-XXIII, 1992-1993, pp. 307-324; A. BATTISTINI, “‘Limpide voci dello spirito europeo’: il Vico di Croce e il Vico di Auerbach”, enTra storia e simbolo. Studi dedicati a Ezio Raimondi, Firenze, 1994, pp. 253-279; por último, J. TRABANT concluyesu libro sobre Neue Wissenschaft von alten Zeichen: Vicos Sematologie, Frankfurt a.M., 1994, con un capítulo sobrela recepción alemana de Vico en la que ofrece también observaciones precisas acerca de la edición auerbachiana. Unaulterior, más reciente contribución, es la de W. BUSCH, “Geschichte und Zeitlichkeit in ‘Mimesis’. Probleme der Vico-Rezeption Erich Auerbachs”, en Wahrnehmen Lesen Deuten: Erich Auerbachs Lektüre der Moderne, ed. WalterBusch et Gerhart Pickerodt, (Analecta Romanica, Heft 58), Frankfurt a.M., 1998, pp. 85-121.

3. Cf. posfacio, p. 465: ”Die Vorstellung des ‘poetischen Charakters’ ist die Zauberformel Vicos für dieEntstehung der Kultur. Es handelt sich beim poetischen Charakter um eine Art dichterisch institutionalisiertenVolksgeist.” Esta afirmación sorprende mucho después de que el propio Auerbach había dedicado un ensayo a“Vico und der Volksgeist” que intentaba demostrar justo lo contrario. Cf. E. AUERBACH, Gesammelte Aufsätze zurromanischen Philologie, Bern / München, 1967, pp. 242-250 (una traducción italiana se encuentra en ID., SanFrancesco Dante Vico e altri saggi di filologia romanza, Bari, 1970, rist. Roma, 1987, pp. 97-107).

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DIRECTRICES DE INDAGACIÓN DE LA VIQUIANA HISTORIADE LA CIVILIZACIÓN DEL GÉNERO HUMANO

por Franco Ratto

[Reseña / Review: Enrico Nuzzo, Tra ordine della storia e storicità. Saggi suisaperi della storia in Vico, Edizioni di Storia e Letteratura, Roma, 2001, pp.XXX-346.]

En la Presentación del libro, Fulvio Tessitore, uno de losbeneméritos fundadores, junto a Pietro Piovani, del Centro diStudi Vichiani di Napoli, un Centro del Consiglio Nazionaledelle Ricerche que desde hace años desarrolla un papel de pri-mera línea en el ámbito de los estudios, italianos e internaciona-les, sobre el filósofo napolitano, advierte cómo, “aunque capazde una lectura comprensiva”, el Autor procede aquí por “ensa-yos”, más bien “avanza pascalianamente, ‘por luces esparcidas’,para poder así tranquilizarse a sí mismo, diciendo (y diciéndose)

que otras cosas, aunque conectadas a aquellas rigurosamente argumentadas en el escritoactual, están confiadas a otras páginas, que serán, antes o después, publicadas en otro lugar”.“No se trata –precisa Tessitore– de una solución cómoda o de un expediente literario” por-que el “razonamiento interpretativo de Nuzzo se mueve por círculos, por cercos concéntri-cos”, de modo que ello “se estratifica progresivamente, elegantemente sobreponiendo unplano al otro en la erección de la arquitectura diseñada, imaginada” (p. XI).

Resumidamente, para Tessitore “ésta de Nuzzo es una propuesta original de lec-tura, llamada a ocupar una posición central en la vastísima literatura viquiana del últimocuarto de siglo, con toda la cual Nuzzo se mide constantemente, con escrupulosidad”. De talmanera que resulta “difícil, porque no es posible, apuntar a Nuzzo en esta o aquella escue-la de pensamiento” (p. XII). En fin, el estudioso nos advierte de que el filósofo napolitanono constituye para el Autor “una etapa autónomamente a precisar en el contexto autónomode su originalidad de la disolución de la metafísica y de las filosofías de la historia [sino] elgenial creador de una renovada, fecunda metafísica fundada en y fundante del saber de lahistoria como orden universal de lo necesario, que asegura lo posible de la vida de la huma-nidad” (pp. XIII-XIV).

Nos detendremos conscientemente a propósito en la Introducción de Nuzzo, dandoamplio espacio a las propias palabras del Autor, justamente para evidenciar la complejidady riqueza de las lecciones de Nuzzo, agudas en las argumentaciones, decididamente proble-máticas y ricas en temas de reflexión.

Al introducirnos en su obra, Enrico Nuzzo nos informa de que los ensayos recogidos enella, y publicados anteriormente, otorgan cuerpo a un volumen que se coloca en el interiorde un proyecto de más amplia envergadura en el cual hallan adecuado lugar sus numerosascontribuciones a los estudios viquianos, en los que se ha empeñado durante varias décadas.

De hecho, el volumen aquí reseñado “constituye el primero: curvado preminentemen-te hacia un lado sobre la tematización de la caracterización general de la perspectiva inter-pretativa asumida, y hacia otro sobre algunos perfiles esenciales, especialmente epistemo-

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lógicos, de la meditación viquiana sobre el ‘mundo de las naciones’. A este volumen han deseguir otros dos destinados a recoger, según el proyecto preparado, escritos [del Autor] dedi-cados respectivamente a los perfiles ‘práctico-políticos’ y a los ‘lingüístico-narrativos’ delpensamiento de Vico”. “Al primero de estos últimos dos planos –añade inmediatamente des-pués el Autor– pertenecen aún diversos textos que verán la luz en otro libro de inminentepublicación por este mismo editor. Finalmente deberá seguir un libro ‘sistemático’, en víasde preparación, al cual se le otorga la tarea de reconstruir analíticamente y discutir crítica-mente de manera difusa la fundación epistémica y la elaboración ‘narrativa’ de la cienciaviquiana de la ‘historia de la civilización’ del ‘género humano’” (pp. XV-XVI).

En esta compleja visión proyectiva, el Autor afronta en este primer volumen “sobretodo tres directrices de interés, confiadas por otro lado a textos legibles también autónoma-mente que ilustran diversos cortes del discurso”: la primera “se refiere a la tematización y ladiscusión de los caracteres generales del pensamiento viquiano y, a la vez, es especial de laperspectiva hermenéutica sobre ello en significativa relación a la cual quien escribe ha elabo-rado sus propias visiones críticas.” Según precisa Nuzzo: “Se trata de la perspectiva referiblea las direcciones de la ‘escuela italiana’ [...] del ‘historicismo crítico-problemático’, y de losrelativos estudios sobre Vico y la cultura de su tiempo, por donde parece superfluo dar el nom-bre, y mencionar las altisimas calidades beneméritas, de Pietro Piovani” (pp. XVI-XVII).

La segunda “directriz de interés concierne en primer lugar al crucial ámbito proble-mático de los caracteres, desarrollados, significados, de la reflexión viquiana de interés‘epistémico’. En su centro se sitúa la cuestión de la fundación en Vico de un saber en formade ‘ciencia’ del mundo humano, problemática que registra algunos de los mayores motivosde interés en el complejo de la discusión crítica de los últimos tiempos, y aún parece mere-cedora de ser subpuesta a ulteriores profundizaciones, junto también a un, puesto al día,estudio del debate teórico y del trabajo filológico-erudito del punto cultural entre los siglosXVII y XVIII”. Refiriéndose a cuanto ha afirmado, el Autor remite a dos textos propios,titulados respectivamente: La “critica di severa ragione” nella scienza della storia y Vicoe l"'ermeneutica" dei tempi favolosi attorno al primo '700”, de los que “el primero ofreceuna directa primera presentación de una de las líneas portantes de la lectura de Vico” (p.XX) por él propuesta.

El Autor se detiene por tanto en el tema, central en la reflexión viquiana, relativo a lasrelaciones del napolitano con Descartes: en su opinión, es posible volver a proponer, en elámbito del cuadro crítico delineado hasta aquí, “una relectura del añoso tema, y junto a laapariencia, por lo más descontado, de las relaciones de Vico con Descartes y con la ‘cultu-ra cartesiana’, en una dirección no escondida a lo largo del eje habitual de la oposición totala la ‘ciencia cartesiana’ [...]. Dicha relectura tiene en su centro la indicación de la neta dis-tinción de operar entre: por una parte, la posición crítica tan definida que Vico asume res-pecto de la ‘cultura cartesiana’, del modelo de procedimientos racionales abstrayentes fun-dados sobre poderes ‘críticos’ de la razón, sobre el preciso plano ‘pedagógico-civil’; y, porotra parte, la posición mucho más compleja, y en considerable medida también inconscien-te, madurada en cambio también en relación con esa cultura sobre el plano epistemológicode la construcción de un propio saber de la historia en forma de ‘ciencia’” (pp. XXII-XXIII).

“Punto fundamental de la interpretación propuesta es, entonces, también la reafirma-ción de la discontinuidad entre, por una parte, el Liber metaphysicus […] y el De uno y, por

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otra, la sucesiva producción viquiana; con un peculiar acento puesto en cómo se señalabaen la importancia de las novedades, tanto ‘continuísticas’ como ‘epistémicas’ introducidasa partir del De constantia […]” (p. XXIV).

Por último, la tercera dirección está “representada en este volumen por el ensayoL'umanità di Vico tra le selve e le città. Agli inizi della storia della civiltà nel Diritto uni-versale” (inicialmente publicado en español –“La humanidad de Vico entre las selvas, loscampos y las ciudades. Los inicios de la historia de la civilización en el Diritto universa-le”–, traducido por Miguel A. Pastor, en Cuadernos sobre Vico, 13-14, 2001-2002, pp. 155-193), un ensayo al que Nuzzo dedica “pocas palabras” porque se trata de un escrito que “yaen sus páginas iniciales absuelve de la tarea de introducir a la más vasta materia sobre la queinterviene, dejando claro el interés por trabajar juntos en torno a dos correlativos planos ocortes de indagación que invisten los ‘lugares’ de la civilización. Uno relativo a una líneade investigación, objetivada ya en otras contribuciones, interesada en el estudio de perfiles‘lingüísticos´, ‘simbólicometafóricos’, del lenguaje de Vico, y, en tal caso, precisamente dela semántica de los ‘lugares’ de la civilización: las ‘selvas’, los ‘campos’, las ‘ciudades’, las‘naciones’, para terminar en el espacio ‘cosmopolítico’ de la ‘gran ciudad del género huma-no’. El otro, preeminente, se atiene a una línea de indagación que tiene en su centro la inclu-sión de Vico dentro de las primeras configuraciones del modelo conceptual y del género deescritura de la ‘historia de la civilización’” (pp. XXV-XXVI).

Al concluir sus páginas introductorias, el Autor se detiene brevemente sobre “unacaracterización también bastante inusual que estrecha juntas ‘politicidad’ y opción por la‘modernidad’ (temática resbaladiza, pero que no hay que abandonar porque ha sido dema-siado mal tratada) de aquel pensamiento” (p. XXVI). Nuzzo tiene así ocasión de remacharaún, una vez más, su propio convencimiento acerca de la “siempre compleja, intrincada,meditación de Vico”; una meditación que “atestigua una variedad y diversidad de los ‘ima-ginarios del tiempo histórico’ que la ‘modernidad’ largamente consentía (o al menos ha per-mitido hasta el pleno Settecento). Entre éstos, el imaginario de la ‘decadencia’ es testimo-niado por los tonos desolados de muchas páginas del viejo profesor napolitano de retórica,en las cuales se entrelazaban resentidas amarguras personales y la dramática visión de laconjunta historia de la civilización humana, especialmente de la historia de las ‘ciencias ylas artes’ (que aguarda aún el ser adecuadamente reconstruida, examinada, valorizada) y delas instituciones jurídico-políticas, Vico filósofo de la ‘ciudad’ y de la ‘gran ciudad del géne-ro humano’ continuaba por convenir en consonancia con los tiempos ‘iluminados’, más jus-tos, de las edades de la razón, de su tiempo, también de su ‘felicísima edad’, a pesar de todo.Y ello con un tenor de pensamiento no raramente ‘preiluminista’, que puede soprender sola-mente a quien asimila demasiado fácilmente un pensamiento que mira al interior fascinadopor el pasado y, quizás también, rompiendo con tendencias y figuras de su propio tiempo,con un pensamiento que no mira al futuro, y no combate en el presente” (pp. XXVI-XXVII).

[Trad. del italiano por Jose M. Sevilla]

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VERDAD Y REPRESENTACIÓNpor María José Rebollo Espinosa

[Reseña / Review: Manuela Sanna, La "fantasia, che è l'occhio dell'ingegno".La questione della verità e della sua rappresentazione in Vico, Guida, Napoli,2001, pp. 130. ISBN 88-7188-538-4]

Esta publicación, encuadrada en el programa de investigacióndel “Centro di Studi Vichiani” del Consiglio Nazionale delleRicerche, es el volumen número 34 de la colección de “StudiVichiani”, fundada por Pietro Piovani y actualmente dirigida porGiuseppe Cacciatore y Fulvio Tessitore, un foro de discusión

sobre el “problema” Vico en el que participan especialistas de todos los campos del saberque ha sido, además, considerada como de alto valor cultural por el Ministerio de Culturaitaliano.

Su autora, Manuela Sanna, es una consumada investigadora que se ha encargado,entre otras cosas, de las ediciones críticas del Epistolario de Vico y de su Vida de AntonioCarafa, proporcionando también a quienes se adentran en el estudio del Napolitano utilísi-mos elementos bibliográficos sobre el tema, con la localización concreta de los documen-tos en distintas bibliotecas de su país. En esta ocasión analiza una vía esencial en Vico paraacceder a las verdades humanas; la fantasía, una facultad que, desde la postura antirracio-nalista que nuestro filósofo defiende, debería dar la mano a la memoria, a la imaginacióno al ingenio, con el fin de conquistar una razón equilibrada y enriquecedora. Fantasía yrazón no son, pues, dos principios ontológicos antitéticos, ese es el punto de partida, elreconocimiento del valor creativo del ingenio, de la capacidad del hombre para componerla realidad –y la verdad, por tanto–, la que vendría a ser la clave de la nueva metafísica dela mente y de la nueva filosofía de la historia. Clave que, una vez más de forma poco sis-temática, coloca a Vico en el centro del moderno debate acerca de la representación y visi-bilización de lo verdadero.

El libro se articula en dos partes claramente diferenciadas, tituladas “Metafisica delsenso y metafisica del vero”, la primera, y “La metafisica come metodo”, la segunda. Enellas la autora se ha esforzado –y le contestamos a sus esperanzas que con un resultado muypositivo– por incluir a Vico en un recorrido “no siempre lineal que, partiendo de la defini-ción de Vero en lenguaje metafísico y pasando después a través del largo y complejo iter dela fábula y de su “distinto” Vero, llega de nuevo, circular e inevitablemente, a definir el Veroen un nuevo sustrato metafísico. Una nueva definición de individualidad, en suma, donde elpensar metafísico exprese una condición avanzada de la humanidad gracias a la aprehensióndel proceso de abstracción, pero también junto al descubrimiento de un equilibrio entre lasdistintas facultades que dirigen los actos cognitivos”.

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VICO EN EL ORIGEN DE LA ESTÉTICA MODERNApor Miguel A. Pastor

[Reseña /Review: Leonardo Amoroso, Ratio & Aesthetica. La nascita dell’estetica e la filosofia moderna, Edizioni ETS. Pisa 2000, pp. 160.]

El debate contemporáneo sobre la definición y sobre el esta-tuto de la estética invita a redescubrir el primer proyecto de estadisciplina. El elaborado por Baumgarten, que viene aquí inter-pretado como un intento ejemplar de superar algunos limites dela moderna filosofía de la ratio, integrando en el horizonte filo-sófico no sólo la belleza y el arte, sino también –incluso, antetodo, en conformidad con el significado etimológico de “aesthe-tica”– la sensibilidad y, con esto, el lenguaje, el placer, la expe-riencia.

A partir de aquí vienen, luego, tomados en consideración, en este libro, otros dos filó-sofos, bien conocidos, del Siglo XVIII, que constituyen momentos imprescindibles de la esté-tica (aunque justamente entendida en un sentido más amplio del de filosofía del arte bello):Vico y Kant. Ulteriores recorridos conducen, en fin, al interior de las grandes figuras del racio-nalismo moderno (Descartes, Espinosa y Leibniz), profundizando la relación de la estética conla filosofía en general, en sus varios campos: desde la lógica a la metafísica y a la ética.

El autor caracteriza la obra como una especie de introducción teórica e histórica a laestética, sin perder por ello carácter problemático y didáctico. No evita, incluso a veces pare-ce alimentarla, la polémica, en cuanto, respecto a la pregunta sobre qué cosa sea la estética,liga la actualización de una definición disciplinar con la cuestión histórica de su origen enel tiempo. Ello le lleva a replantear la reforma filosófica que supone el racionalismo (inau-gurado con Descartes) y que encuentra expresión ejemplar en la estética –y en la Aesthetica–como la entiende quien le dio nombre: Baumgarten.

La Primera parte del libro presenta de modo claro y eficaz el proyecto constitutivo.Una filosofía de la sensibilidad que recoge, sin quedarse sólo en ello, una doctrina de labelleza y del arte. La Segunda parte completa la tríada constitutiva dieciochesca(Baumgarten, Vico y Kant), subrayando en los dos últimos autores, como momentos impres-cindibles de la historia del pensamiento estético, las referencias al problema originario delas relaciones entre la razón y la estética -entendida en el sentido amplio antes descrito. LaTercera parte, “la menos institucional y la más problemática” (p. 12) considera desde elmomento constitutivo, pero tomando como guías, tal vez discutibles, desde atrás a Leibnizy Espinosa, las relaciones entre la estética y la filosofía moderna en general y dentro de ella,en particular, con la lógica y la ética.

El carácter didascálico e iniciático de la exposición viene completado por un densobagaje de notas a pie de página que efectivamente aclaran de forma experta, a veces inclu-so rigurosa, lo afirmado en el cuerpo de la obra.

En la Introducción, sobre ¿qué cosa es la estética?, se plantea el caso particular deltérmino, y también del contenido, de esa disciplina filósofica. Su denominación, relativa-mente reciente, se corresponde con un contenido que hoy se expande en ámbitos tan diver-

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sos como son las actividades en torno al cuidado y preocupación por un cuerpo bello, sea ensus partes, sea en el todo. Una consideración relativa a lo bello que marca un posible segun-do campo semántico, que, a su vez, enlaza con una tercera área caracterizada por la produc-ción o la creación de objetos bellos, es decir artísticos, es decir, del arte. Desde estas extra-polaciones, la cuestión se centra en la disciplina que trata de lo bello y del arte, y desde estaconsideración sólo existiría, rigurosamente hablando, desde el siglo XVIII. Antes sólo cabehablar de una metafísica de lo bello. Por eso en su objetivación artístico-creadora es un pro-ducto histórico relativamente reciente, al igual que su posibilidad de reflexión filosófica.

En definitiva, es en torno al XVIII, desde y con Baumgarten, Bateaux, Vico y Kantcuando se constituye el significado no etimológico de la estética y, por tanto, del Arte.

Este origen dieciochesco, es el que permite relacionar el nacimiento de la estética conla actitud epistemológica predominante seguida por estos autores, una filosofía de la ratio.Una ratio que se presenta como “cálculo” de relaciones entre fenómenos más que comoconocimiento de esencias sustanciales. Se hace posible así la definición de la estética comoars analogi rationis, y su caracterización como “hermana menor” de la lógica. Esta es lapostura de Baumgarten. A este autor está dedicada la Parte Primera de la obra.Independientemente del nacimiento estricto del contenido de la estética, lo cierto es que el“nombre” se lo pone el alemán, que trata de conciliar la doble raíz, filosófica y literaria, pre-sente en el desarrollo temático de la nueva disciplina. Se trata en suma de encontrar unaratio en la aesthetica. Partiendo de la definición de una “filosofía poética”, Baumgartenintenta una refundación filosófica de doctrinas retóricas y poéticas tradicionales utilizandoconceptos leibnizianos-wolffianos. A través de distintas definiciones contenidas en laAesthetica ésta queda caracterizada como doctrina de la facultad cognoscitiva inferior, comognoseología inferior y como arte de lo análogo de la razón, facultad que comprende la capa-cidad de observar mediante la sensibilidad la semejanza y la diferencia, la memoria (sensi-ble), la imaginación, el gusto, la facultad (sensible) del lenguaje etc. Distingue una estéticanatural y una artificial. Cuando desde la primera (facultades innatas de lo sensible) inter-viene la técnica, nos situamos en el ámbito de la artificial. Por eso a la naturaleza sigue elarte, es decir el ejercicio y la disciplina. La aesthetica queda caracterizada como una teoríade lo individual en el contexto de una crítica del racionalismo abstracto, retomando explíci-tamente una concepción antigua de la verdad como verdad del ser y no sólo del conocer

La segunda parte se centra, y así está dividida, en los otros dos autores constituyentesde la estética. Vico y Kant. Respecto al primero, Amoroso rastrea algunos textos viquianosdonde se puede interpretar lineas coincidentes con Baumgarten respecto a la concepción delos fundamentos de la estética. En realidad es una reivindicación del carácter primigenio delnapolitano, que supone por parte de Amoroso una recomposición de la racionalidad comobase de la estética para afirmar, luego, el carácter original fundante de razón/sensibilidadigual a estética, concluyendo que la estética es un descubrimiento de Vico. No nos vamos adetener, por ser conocido de sobra, el papel desempeñado por Kant en el nacimiento de laestética, que es lo que expone el Autor.

En la tercera parte, y a través de la aceptación del papel que desempeña la lógica como“hermana mayor” de la estética, que la toma como modelo, se da una crítica de la propialógica, pues en la experiencia, de hecho, opera, primero, la sensibilidad y la imaginación yluego el intelecto. En definitiva, el nacimiento de la estética supone una reacción respecto a

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los límites de la filosofía racionalista moderna. Esto supone la revisión respecto al tema, delpensamiento de Descartes, Pascal, Leibniz, Wolff e incluso Kant.

Tal vez por ello, el libro se cierra con una curiosa remisión a la influencia de Espinosaen el asunto. El papel que le atribuye Amoroso es el de estimular a través de la negación.Así plantea, recalcando la cautela a tener en cuenta, como hipótesis, la posibilidad de con-siderar el nacimiento de la estética como intento de dar respuesta al problema de conciliarla explicación racional del mundo propuesta por la nueva ciencia y la filosofía con la exi-gencia (estética, y al mismo tiempo moral y religiosa) del sentimiento. Un ciencia intuitivade carácter más radical todavía que la ciencia del conocimiento sensible.

* * *

BOLLETTINO DEL CENTRO DI STUDI VICHIANI, a. XXX (2000)por Jose M. Sevilla

[Reseña / Review: Bollettino del Centro di Studi Vichiani, XXX, 2000, pp.346. E.S.I., Nápoles.]

Celebra este Bollettino “Trent’anni!”, como exclama FulvioTessitore en las palabras recordatorias de las actividades, logrosy empeños que en este tiempo ha tenido la revista del napolitanoCentro di Studi Vichiani. Y todos los estudiosos de Vico hemosde congratularnos por esta efemérides.

En este volumen XXX, en la sección bandera constituida porlos ensayos publicados en la primera parte de la revista, se reco-gen las contribuciones del Seminario de Estudios sobre Vico y lacultura contemporanea nella sua corrispondenza, organizado

por el Centro di Studi Vichiani y celebrado en Nápoles los días 25 y 26 de noviembre de1999, en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Nápoles. Entre estas contri-buciones tiene una especial relevancia afectiva la comunicación del prof. Giorgio Fulco(“Precisazioni e interrogativi per un ammiratore di Vico”, pp. 13-15) en relación conFrancesco Saverio Estévan, ya que ésta sería la última contribución de Fulco antes de sumuerte, y al que se le recuerda con admiración y afecto en las páginas conmemorativas deAlverto Varvaro “In memoria di Giorgio Fulco” (pp. 11-12).

Ya en los ensayos publicados, que como decimos recogen las contribuciones alSeminario, el hilo común está centrado en la temática, los problemas y las cuestiones plante-adas en la correspondencia viquiana (por lo que hay que tener muy presente la labor deManuela Sanna, que tuvo a su cargo la edición de las Epistole con aggiunte le epistole dei suoicorrispondenti, Nápoles, 1992). Lorenzo Bianchi se centra en el problema “Bayle” en las car-tas de Vico, especialmente en lo que se refiere a la idea de que sin religiones se podrían regirlas naciones, indicando cómo Vico tenía al autor francés como un divulgador del nuevo carte-sianismo (“‘E contro la pratica de’ governi di Bayle, che vorrebbe senza religioni poter reg-gere le nazioni’: Note su Bayle nella corrispondenza di Vico”, pp. 17-30). Manuela Sanna

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(“Vico e lo ‘scandalo’ della ‘metafisica alla moda’ lockiana”, pp. 31-50 ) se centra, a su vez,en la interpretación de Locke y en la supresión de algún pasaje de la Scienza nuova; tema aponer en relación también con otro trabajo de la autora: “Qualche nota su un brano sorpre-so della Scienza nuova e sui rapporti tra filosofia e metafisica” (en Pensar para el nuevosiglo. Giambattista Vico y la cultura europea, Edizioni La Città del Sole, Nápoles, 2001,vol. II pp. 695-713), y donde hay que considerar que “El problema de la lectura de Lockepor parte de Vico es naturalmente una cuestión delicada y sobre todo punible de extensiónal mayor problema del Vico lector, sobre el que mucho y desde muchos puntos de vista seha dicho y se ha escrito” (pp. 36-37). Alessandro Stile aborda el significado que tiene la cali-ficación de “corpulento” que Vico –relacionándolo con el cartesianismo– otorga aMalebranche, en las escasas referencias prestadas a éste en su epistolario (“La corpulenzadel padre Malebranche”, pp. 51-60). Fina Totaro trata los motivos espinozianos en Garofalo,con quien Vico llegó a escribirse (“‘Il lezzo di ser benedetto’: motivi spinoziani nell’operadi Biagio Garofalo”, pp. 61-76). Continuando, aunque pueda discutirse, con el valor rele-vante que el epistolario (viquiano) tiene para la comprensión de la vida cultural meridionalde principios del Settecento, o con la relevancia que llegue a poseer para la comprensiónfilosófica, lo que sí pone fuera de toda discusión Roberto Mazzola (“‘Le scrivo ciò che nonho potuto confidare alle stampe’: Vico e Giacco”, pp. 77-92 ) es “su importancia para la bio-grafía intelectual del filósofo” (p. 77); y, en este caso, Mazzola analiza la correspondenciade Vico con el padre Bernardo Maria Giacco, a la luz de la vida social y cultural napolitanadel momento. A dar cuenta de los “Echi dell’Accademia Medinaceli nell’epistolario diVico” se dedica la contribución de Maria Conforti (pp. 93-108); mientras que MariaRascaglia se detiene en “Gli interlocutori di Vico nei manoscritti della Biblioteca Nazionaledi Napoli” (pp. 109-124); y Francesco Piro expone los presupuestos teológicos del iusnatu-ralismo moderno (pp. 125-149) rastreando en las pocas cartas en las que Vico discute sobresus críticas a los iusnaturalistas (Grocio, Selden, Pufendorf) aunque profundizando en larelación que Vico mantiene con estos autores nórdicos –especialmente Grocio– a través delas obras del napolitano, y prestando especial atención al topos del Grocio “sociniano”, entorno a cuyo eje plantea Piro una interesante interpretación.

El rico –y siempre puesto al día– espacio del Bollettino dedicado a “Schede e spunti”ofrece primeramente el texto de la ponencia de Fabrizio Lomonaco “Pietro Piovani e ilCentro di Studi Vichiani” (pp. 153-175) leída en el Seminario de estudios sobre “PietroPiovani a vent’anni dalla morte” (Nápoles, 29-30 junio y 1 de julio de 2000) en laUniversidad de Nápoles Federico II, y que los lectores de Cuadernos sobre Vico puedenencontrar también publicada en español (traducción de Amparo Zacarés) en el volumen 13-14, 2001-2002 (pp. 139-152) de esta misma revista, donde fue publicado por los Editoresespañoles en recuerdo de Piovani por el vigésimo aniversario de su muerte. Entre los otrostrabajos que aparecen en esta sección está el de Carla del Zorro (“Marginalia sue due ver-sioni danesi della Scienza nuova ‘Terza’”, pp. 177-184), que reseña una nueva estación delos estudios viquianos en Dinamarca a partir de las recientes publicaciones de dos versionesdanesas de la Scienza nuova 1744, una a cargo de un politólogo (F. Wolder, pub. 1997) yotra de un filósofo (A. Jørgensen, pub. 1998), de las cuales la segunda –por su claridad ydirección a un público no especializado– tendrá mayor difusión, a pesar de perder la com-plejidad conceptual y estilística de la obra de Vico, mientras que la primera, a pesar de refle-

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jar mejor el pensamiento viquiano, se presenta más difícil para una primera lectura. Sigue adel Zorro la contribución de Raffaele Ruggiero “Le rivindicazioni di Tacito: in margine alleVici Vindiciae” (pp. 185-197) y la de Roberto Mazzola “Vico e l’antica sapienza italica” (pp.199-211), este último estudio bibliográfico a propósito de P. Casini L’antica sapienza itali-ca. Cronistoria di un mito (Bolonia, 1998), así como la de Alberto M. Damiani sobre lasecularización de la política en la Scienza nuova (pp. 213-229), donde el estudioso argenti-no persevera en su tesis acerca de que la “Ciencia Nueva” es una “filosofía política” quepresupone condiciones secularizadas que la justifican en cuanto la posibilidad de conocer elmundo civil se funda sobre el presupuesto del pensamiento político secularizado: los hom-bres son los autores del mundo civil (cfr. p. 228); por tanto, la Scienza nuova presupone–como “filosofía política”– condiciones institucionales y epistemológicas secularizadas.Termina esta sección con la publicación de una nota de Giuseppe Galasso (“Ancora sul Vicodi Venturi”, pp. 231-233) –en relación con una anotación (Bollettino, XXVIII-XXIX, 1998-99, pp. 391-392) de F. Tessitore sobre el escrito de Galasso “Vico nel Settecento di Venturi”(Rivista storica italiana, CVIII, 1996, 2-3, pp. 678-716)–, y un breve comentario deTessitore (p. 233).

En la parte dedicada a “Recensioni”, Gian Lugi De Rosa (pp. 237-238) reseña la tra-ducción en portugués de A Ciencia Nova a cargo de Marco Lucchesi y editada en Brasil en1999; Fulvio Tessitore (pp. 238-243) analiza y comenta Le sterminate antichità e nuovisaggi vichiani de Paolo Rossi (1999), editado por primera vez en 1969 y ahora revisado yacrecentado, al que Tessitore denomina “clásico”, porque así “puede definirse un librocuando, a muchos años de su aparición, es aún capaz de ofrecer respuestas actuales a nue-vos problemas, sin perder con ello la identidad que lo caracterizó cuando apareció por pri-mera vez” (p. 238) [toda una brillante definición de aquello que otras veces nosotros hemosintentado señalar también –inspirados por Ortega– como eje problemático de una “teoría”del clásico]. A tener en cuenta por los estudiosos viquianos que las indagaciones de Rossisobre Vico “son un punto de referencia imprescindible” (p. 243). Domenico Jervolino abor-da de una tacada la recensión de tres obras en inglés (pp. 243-248) con un denominadorcomún doble: Vico y Danesi: Vico, Metaphor and the origin of Language (Bloomington,1993) y Giambattista Vico and the Cognitive Science Enterprise (New York, 1995), ambasdel conocido semiótico y metaforólogo viquiano Marcel Danesi, y Giambattista Vico andAnglo-American Science, “Approaches to Semiotics” (Berlín-New York, 1995) que son lasActas de un Congreso internacional celebrado en la Universidad de Toronto en 1990, del queDanesi fue organizador y de cuyas actas el mismo estudioso canadiense es editor. SilviaCaianiello y Roberto Mazzola reseñan (pp. 248-250) la obra de H.S. Storne publicada en1997 Vico’s Cultural History. The production and Transmission of Ideas in Naples 1685-1750; mientras que el valenciano Josep Martínez Bisbal reseña (pp. 250-254) el volumen deltambién español –y profesor en la Universidad de Murcia– Alfonso García Marqués: Vico.Unidad y principio del saber (Valencia, 1995). Silvia Caianiello se enfrenta a La nuovamappa del mondo (Turín, 1999), de Giuseppe Mazzotta, abordando su análisis extensiva-mente y en profundidad (pp. 255-262); y no menos extensa y profundamente se enfrenta asu vez Giuseppe Cacciatore (pp. 262-267) a la densidad ontológica de Vico e la topologia(Nápoles, 2000), de Vincenzo Vitiello, que el recensor encuadra para su lectura en el con-texto problemático e interpretativo que caracteriza la indagación teorética del profesor de la

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Universidad de Salerno, y por, tanto, en continuidad con un permanente debate en el queambos autores confrontan, desde hace tiempo, sus ideas acerca de Vico y en torno al “con-texto” mismo. Siguen a continuación una serie de recensiones de obras que se acogen den-tro del ámbito cultural y filosófico –especialmente napolitano– de los siglos XVII y XVIII:de Giulia Belgioioso La variata immagine di Descartes. Gli itinerari della metafisica traParigi e Napoli (1690-1733) (Lecce, 1999), realizada por Alessandro Stile (pp. 268-271);de Girolamo de Miranda Una quiete operosa. Forme e pratiche dell’Accademia napoletanadegli Oziosi. 1611-1645 (Nápoles, 2000), por Roberto Mazzola (pp. 272-273); de FrancescaM. Crasta La filosofia della natura di Emanuel Swedenborg (Milán, 1999), por el mismoMazzola (pp. 274-276); de F.M. Crasta, A. Loche, M. Lussu, M.T. Marcialis, Ragione,Natura, Storia. Quattro studi sul Settecento (Milán, 1999), recensión a cargo de MonicaRiccio (pp. 276-279); y de Christian Wolff, Metafisica Tedesca. Pensieri razionali intornoa Dio, al mondo, all’anima dell’uomo e anche a tutti gli enti in generale (a cargo de R.Ciafardone, Milán, 1999), por Vanna Gessa-Kurotschka (pp. 279-283). No faltan por rese-ñar los Cuadernos sobre Vico, cuyo volumen 9-10, correspondiente a 1998, viene detenida-mente examinado por Giuseppe Cacciatore (pp. 283-291), ni los New Vico Studies corres-pondientes a 1997 (vol. 15) y 1998 (vol. 16), de cuya recensión –como en ocasiones ante-riores– está encargado Enrico Nuzzo (pp. 291-300).

La sección “Materiali per l’edizione critica” ofrece tres interesantes contribuciones:“Una supplica inedita di Giambattista Vico al Papa Clemente XII del 20 novembre 1737”,por Fabio Tarzia (pp. 303-305) que incluye también el texto de las cartas (pp. 305-308); “Labestemmia francese” (pp. 309-310) y “Omero a chio” (pp. 311-313), aportaciones las dos dePaolo Cristofolini.

Acaba el Bollettino con su conocida sección dedicada al “Avvisatore bibliografico”(pp. 315-346), donde se recogen 69 notas bibliográficas, de otras tantas obras dedicadas aVico. La última página es un Noticiario dando cuenta de tres eventos acaecidos en el 2000en Vercelli, Nápoles y en Anacapri.

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UNA TERCERA VÍApor María José Rebollo Espinosa

[Reseña / Review: Paolo Cristofolini, Vico pagano e barbaro, ETS, Firenze,2001, pp. 116. ISBN 88-467-0409-6]

P. Cristofolini, el autor de estudios viquianos de reconocidoprestigio como Vico et l'histoire o La Scienza Nuova di Vico.Introduzione alla lettura, ha reunido en este volumen una seriede trabajos ya publicados por el Bollettino del Centro di studivichiani, corregidos y reeditados ahora unitariamente junto conotros ensayos inéditos.

Aplaudiendo y apoyándose en la manera en que Vico vaconstruyendo el edificio de su historia ideal eterna sobre la base

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de los vestigios que han ido dejando huellas en el mundo –método que otros interpretan,en cambio, negativamente, porque piensan que le resta a la filosofía del Napolitano pro-yección de futuro–, Cristofolini se adentra en una de las tantas polémicas que se ciernensobre este pensador complejo e incluso ambiguo en ocasiones: la de su credo religioso. Laque nos sugiere para pronunciarse es una atractiva hipótesis que colocaría a Vico entre laortodoxia católica y el moderno inmanentismo laico, acercándolo al paganismo clásico.

En palabras del autor, el objetivo fundamental de esta recopilación de artículos es:“argumentar y sostener más firmemente algunas tesis sobre el carácter ‘barbárico’ del pen-samiento de Vico y los motivos por los cuales no comparto las interpretaciones que hanhecho de él un precursor, primero de Hegel y Croce y después del historicismo alemán ensus componentes más próximos al kantismo y al hegelianismo; distanciándome de estaslecturas pienso poder sostener que a partir de su modo de mirar al pasado se obtienen fuer-tes sugerencias para quien, incluso en la presente contemporaneidad, cultive la miradahacia el pasado en clave de anamnesis, de búsqueda de cepas comunes entre los orígenesde la nuestra y de otras culturas”.

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EL VICO DE FERRARIpor Franco Ratto

[Reseña / Review: Maurizio Martirano, Giuseppe Ferrari editore e interpretedi Vico, Alfredo Guida Editore (Studi Vichiani, 33), Nápoles, 2001, pp. 171.]

Tras el Quinto contributo alla bibliografia vichiana (1991-1995), [“Studi Vichiani” n. 27] Maurizio Martirano ha añadidouna ulterior contribución a la rica colección del Centro del cuales activo colaborador: El volumen que presentamos, dedicado aGiuseppe Ferrari editore e interprete di Vico, recoge los resulta-dos de una investigación de varios años que ya había venidodando halagadores resultados en los años precedentes: al argu-mento ha dedicado Martirano algunas “Brevi osservazioni sulvichismo del giovane Ferrari” [All’ombra di Vico. Testimonianze

e saggi vichiani in ricordo di Giorgio Tagliacozzo, a cargo de Franco Ratto, Ripatransone,Edizioni Sestante, 1999, pp. 289-96] y posteriormente la ponencia tenida durante el congre-so Il mondo di Vico / Vico nel mondo, publicada con el título “Alcuni momenti dell’inter-pretazione ferrariana di Vico”, en las páginas 283-294 de las Actas homónimas [a cargo deFranco Ratto, Perugia, Guerra Edizioni, 2000] (y en español en el volumen 11-12, 1999-2000 de Cuadernos sobre Vico, pp. 173-184). Ya en aquella sede Martirano había observa-do cómo, a pesar de la publicación del volumen La mente di Giambattista Vico, la notorie-dad de Ferrari derivara frecuentemente para los estudios viquianos más por su obra de edi-tor que por ser intérprete del pensamiento del filósofo napolitano.

Precedido de la habitual Introducción (pp. 7-43), el volumen se articula en dos partesdedicadas, respectivamente, a Ferrari “editor” (pp. 47-76) y a Ferrari “intérprete” (pp. 80-

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165) del napolitano. “Tras haber indagado en algunos momentos de la difusión del pensa-miento de Vico en la cultura lombarda del primer Ottocento –en particular Cuoco, Janneli yRomagnosi–, el libro se propone estudiar la labor historiográfica y teórica de GiuseppeFerrari (1811-1876) como editor e intérprete del filósofo napolitano”. De hecho, Martirano“reconstruye el contexto en el que madura la acción de Ferrari, las polémicas que acompa-ñan a su empresa editorial y las líneas de su lectura de Vico, autor que permanecerá en lugarcentral en los trabajos ferrarianos posteriores, en particular en la Filosofia della rivoluzione”.

En tal modo, el estudio colma, aunque sea en parte, aquella laguna señalada por PietroPiovani en su ensayo de 1966, “Presenza di Vico e terzo centenario vichiano” [Cultura eScuola, V, 20], en cuanto al análisis puntual de la interpretación ferrariana del pensamientode Vico; un análisis que, como acertadamente recuerda Maurizio Martirano, hacía justicia aljuicio de Croce que reconocía a Ferrari “como único merecimiento crítico el haber dado ala imprenta la edición de las obras viquianas” mientras que reducía su interpretación a laúnica afirmación según la cual “Vico fue un escritor en absoluto inútil, del todo refutado ysobrepasado y sobre el cual no vale emplear ni siquiera las fatigas de la crítica” (p. 41).

Oportuna nos parece, por tanto, la elección del Autor de delinear un cuadro del viquis-mo septentrional en la parte introductoria del volumen: ésta, además de ofrecer al lectorinteresantes informaciones sobre la recepción de la filosofía viquiana en los albores del sigloXIX, permite comprender el significado de la obra de Ferrari colocada en el contexto cultu-ral en el cual operó tanto como intérprete cuanto como editor. Para Martirano es “sobre todo[...] a través de la interpretación del pensamiento viquiano que Ferrari llegará a delinear losprimeros trazos de la propia peculiar concepción filosófica-histórica” (p. 43). En otros tér-minos, el Autor considera “posible concretar un ligamen profundo respecto al filósofo napo-litano, que continuará operando, sea de manera más o menos evidente, al menos en sus prin-cipales trabajos teoréticos” (ibid.).

[Trad. del italiano por Jose M. Sevilla]* * *

VICO Y MALEBRANCHEpor Miguel A. Pastor

[Reseña / Review: Paolo Fabiani, La filosofia dell’ immaginazione in Vico eMalebranche, Firenze University Press, Firenze, 2002, pp. 368.]

Damos cuenta de un importante trabajo, que constituyó en sumomento la tesis doctoral del autor, que acoge no solamente losmateriales acabados de esta labor sino también los recogidos a lolargo de diez años de investigación expuestos y discutidos endiversos Congresos por quien firma la obra. Tal vez por ello,desde una estructura rígidamente manualística, el libro se nos pre-senta como una retrospectiva sobre antropología filosóficamoderna a través de dos filósofos considerados sus máximosexponentes.

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Arriesga Fabiani, a través de la interrelación de Malebranche y Vico, la tesis de quela mitología, la filosofía de la historia, del lenguaje y la concepción viquiana del hombrehabrían tenido como punto de referencia constante la psicología de Malebranche, de impos-tación cartesiana. Resalta así cómo la imaginación idolátrica, mitopoiética, expuesta en laCiencia Nueva tiene muchos trazos en común con la mente “pagana” (la mente sojuzgada alas pasiones, a la sensibilidad y a la fantasía) descrita en La Recherche.

El mito, la naturaleza metafórica del pensamiento, la idolatría, la formación de la men-talidad, las relaciones que ligan las pasiones y las representaciones, la asociación de lasideas por semejanza icónica constituyen algunos de lo temas aquí tratados. Y derivados deestos se añaden otros como la estructura de la sociedad y la imaginación; la imitación, lapersuasión y las relaciones sociales, la comunicación dentro de la sociedad de las imagina-ciones fuertes, acaban por reencontrar en Malebranche una compleja y completa teoría delos universales fantásticos.

La obra consta de una Introducción, tres Partes articuladas sobre venticuatro capítulos,y una breve Bibliografía. Como punto de partida el autor toma una línea interpretativa clási-ca, aunque actualizada, en cuanto que comenzando por cuestiones metafísicas se ha ido esco-rando hacia problemáticas de carácter antropológico, lingüístico y de análisis de mitos, quepone el interés en evidenciar las relaciones existentes o posibles entre Vico y Malebranche.

Sin duda, la fuerte presencia, en opinión del autor, de influencias malebranchianas enalgunos principios viquianos no implica que el conjunto de la antropología y de la filosofíadel filósofo partenopeo beba en las fuentes de la autoridad del francés. Vico siendo un filó-sofo muy receptivo se inspira sobre todo en sí mismo. Por ello, siendo en principio e inten-cionalmente un estudio sobre el pensamiento de Vico termina hablando esencialmente deMalebranche. Lo cual, a modo de tesis, le lleva a plantear también otras influencias, porejemplo Espinosa, en el pensamiento viquiano. Ante la evidencia del desdén de Malebranche,siguiendo la orientación cartesiana, por las ciencias históricas, comenta Fabiani que en reali-dad lo que se critica es la falta de inteligencia y la soberbia de quienes la practican.

En definitiva, lo que se pretende no es la identificación de la antropología viquianacon Malebranche sino mostrar cómo La Recherche de la Vérité, obra a la que Fabiani atri-buye una influencia en su tiempo muy superior a la que en la actualidad hubiera podido ejer-cer el Tractatus de Wittgenstein o el Ser y Tiempo heideggeriano, ha sido para Vico un puntode referencia constante, un motivo de reflexión y un punto de apoyo teórico en la recons-trucción de la mentalidad pagana, efectuada en la Ciencia Nueva.

Por supuesto, el autor no deja de lado la propia tradición italiana, que indaga la rela-ción Vico-Malebranche (y en definitiva Descartes) y trae a colación a Del Noce, A. Ingegno,Agrimi, Botturi, Costa, ..., que han tratado los diferentes aspectos, desde la fantasía hasta lasociedad, de la problemática relación.

Concluyendo, y apoyándose en los textos, Fabiani sostiene la remisión del pensa-miento viquiano a la antropología malebranchiana como análisis de la mente pagana, querepresenta la conciencia de todos nosotros, y que permite estudiar al hombre no en relacióna Dios sino a sí mismo. Carácter moderno que partiendo de una matriz religiosa, sin temerarriesgarse en cuestiones teológicas, se concentra en un análisis de la mente humana talcomo se presenta en sí y actualizadamente. Una actitud psicológica que permite no sóloseparar la teología de la psicología, sino también a ésta última “invertir” algunas concep-

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ciones metafísicas sin caer en contradicciones. Tal vez por eso el pensamiento pagano enVico tiene un componente exclusivamente antropológico, novedoso e innovador, desprovis-to del tono metafísico de la filosofía cristiano-platónica medieval detectada por el autor enMalebranche.

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REFLEXIONES SOBRE VICOpor Franco Voltaggio

[Reseña / Review: Franco Ratto, Riflessioni su Vico (e dintorni), Legas, NewYork-Ottawa-Toronto, 2002, pp. 388.]

El volumen de Franco Ratto viene introducido por el ensayotitulado Appunti sulla fortuna di Vico in Spagna negli anni ’90(pp. 11-26) escrito por José Manuel Sevilla, director del Centrode Investigaciones sobre Vico (Sevilla), también de losCuadernos sobre Vico y promotor de numerosas iniciativas“viquianas” en España, de las cuales recordamos aquí elCongreso Internacional de Estudios “Pensar para el nuevo siglo.Giambattista Vico y la cultura europea”, que vió reunidos enSevilla, en octubre de 1999, a más de medio centenar de estu-diosos del napolitano (las actas han sido publicadas en 2001 en

tres volúmenes por Edizioni La Città del Sole, de Nápoles).Y es justamente reafirmándose en el significado de la iniciativa de 1999 que Sevilla

traza aquéllas que considera sean las líneas de desarrollo de los estudios viquianos en su pro-pio país. “Todo este proceso –concluye él– deberá contribuir al estudio, a la reflexión y a lacrítica en el ámbito de los estudios viquianos, e incidir directamente en el ámbito hispánico.No hay duda de que, cada día más, Vico es un autor imprescindible para nuestro futuro filo-sófico en general, y para el hispánico en particular. Y no hay duda tampoco de que al día dehoy en España Vico pasa por Barcelona, Valencia, Madrid o Murcia, pero tiene una residen-cia estable en Sevilla. Puede augurarse que en poco tiempo el mapa se extenderá y que latopografía afectiva será aún más extensa, plural y sobre todo bien radicada” (p. 26). Un aus-picio que, ciertamente, hallará en su infatigable empeño un sustancial elemento de solicitud.

El título de la obra de Ratto viene sugerido por la primera parte del volumen que reco-ge los estudios “viquianos” llevados a cabo por el autor en los últimos años; la segunda partecomprende las “notas” redactadas por el autor para varias revistas, sea tanto sobre lo que hasido publicado sobre el napolitano –en obras monográficas y en publicaciones periódicasdedicadas a él– como también sobre las iniciativas promovidas para profundizar en su pen-samiento, sorprendentemente actual. De tal manera, además de exponer el punto de vista delautor, el volumen ofrece al lector un panorama de las iniciativas que han animado los estu-dios sobre el napolitano durante los últimos decenios: las páginas dedicadas a los Congresosy a las Revistas testimonian cuánto ha crecido el interés por su filosofía, hasta asumirdimensiones ecuménicas. Precisamente, los dos primeros ensayos son reconducibles por algu-

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nas recientes iniciativas: el primero (Il Sessantotto di Giambattista Vico ma anche su un Vicosenza Croce) vuelve a proponer el texto de la ponencia expuesta durante el anteriormenterecordado Congreso de Sevilla: en estas páginas se recuerdan las manifestaciones promovi-das en 1968 para celebrar el tricentenario del nacimiento del napolitano que supusieron unpunto de despegue en los estudios dedicados a él, mientras que el siguiente texto (Vico edHobbes: storia di un confronto), presentado durante las ‘Giornate Internazionali di Studi’organizadas por el mismo Ratto para recordar a Giorgio Tagliacozzo e intituladas “Il mondodi Vico/Vico nel mondo” (Roma – Sansepolcro, abril de 1999), representa una profundizaciónde las relaciones existentes entre los dos filósofos afrontada en un artículo redactado ante-riormente para los Cuadernos sobre Vico bajo el título “Discutiendo sobre Hobbes y Vico.Entre deductivismo, metáforas y realismo histórico”, y anticipa el volumen del mismo autorMateriali per un confronto: Hobbes – Vico [Perugia, Edizioni Guerra, 2000, pp. 180]. Contrala tesis de una radical oposición entre los dos filósofos, en este artículo se concretan todosaquellos elementos que permiten entrever una consonancia de respuestas acerca de algunosproblemas fundamentales del mundo moderno. En las siguientes páginas (Vico filosofo deldiritto? Episodi e personaggi della Vita di Giambattista Vico), a través de una relectura delescrito autobiográfico del napolitano se avanza la tesis de un prevalente y constante interés deVico por la jurisprudencia hasta hacer de él un “filósofo del derecho”. Siguen las páginas (LaScienza nuova (1725) a Napoli. Testimonianze e interpretazioni) dedicadas a la recepción dela primera redacción de la Scienza nuova por parte del ambiente cultural napolitano de laépoca, argumento recientemente afrontado por Donald Ph. Verene (“The Reception of Vico’sNew Science”, New Vico Studies, XVI [1988], pp. 25-9) de manera rápida y genérica pero defundamental importancia para la comprensión de las razones que indujeron al filósofo a ree-laborar continuamente su propia obra: mientras que el estudioso del otro lado del océano sevale de los testimonios contenidos en la Autobiografía y en algunas cartas del napolitano, lasargumentaciones aquí desarrolladas se fundamentan en las Notae in Acta eruditorum lipsien-sia (más conocidas con el título Vici Vindiciae), una obra quizás aún poco estudiada y, en cam-bio, merecedora de una mejor y diversa consideración de aquella manifestada por Croce: vie-nen propuestos en esta sede algunos “motivos” por los que, anteriormente, había sido pro-puesta otra “relectura” ( Motivi di una rilettura delle Vici Vindiciae). Le siguen las observa-ciones críticas sobre la propuesta interpretativa de Mark Lilla (Vico politico antimoderno?Brevi considerazioni sulla interpretazione di M. Lilla): son refutadas las tesis del estudiosoamericano según las cuales el napolitano asume una postura de consciente oposición al pen-samiento moderno valiéndose propiamente de las mismas ciencias modernas y de sus méto-dos. Concluye esta primera parte el texto de la ponencia leída durante el CongresoInternacional “Vico nel suo tempo e nel nostro” (Il terzo anniversario vichiano del 1994: itrent’anni di studi vichiani di Giorgio Tagliacozzo) organizado por el Istituto Universitario‘Suor Orsola Benincasa’ (Nápoles, 1-3 diciembre de 1994) para recordar los dos aniversariosviquianos: los 250 años de la muerte del filósofo y también de la publicación de la Scienzanuova 1744. El autor ha pretendido recordar además el “tercer” aniversario acaecido aquelmismo año: las tres décadas de estudios y de iniciativas viquianas de Giorgio Tagliacozzo.

La segunda parte se abre con una larga recensión a dos volúmenes colectivos(Humanitas. Studi in memoria di Antonio Verri) editados en recuerdo del ilustre estudiosoviquiano, nota circunscrita únicamente a las contribuciones dedicadas al napolitano, de las

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que Antonio Verri fue un intérprete agudo y autorizado. La lectura de los dos volúmenes des-taca cuán compleja y rica es esa umanità por la que el estudioso de Lecce mostró una parti-cular sensibilidad tan bien sintentizada por los compiladores en el título de los citados volú-menes. Siguen algunas reseñas breves sobre volúmenes de autores, italianos y extranjeros,entre los cuales: Le sterminate antichità e nuovi saggi vichiani de Paolo Rossi; La nuovamappa del mondo. La filosofia poetica di Giambattista Vico [The New Map of the World. ThePoetic Philosophy of Giambattista Vico, Pricenton, 1999] de Giuseppe Mazzotta, docente enla Yale University; La dimensión politica de la Scienza Nuova y otros estudios sobreGiambattista Vico, del argentino Alberto Mario Damiani, y de otros autores más. Se vieneluego a recordar algunas de las más importantes iniciativas promovidas durante el últimodecenio, desde aquéllas más recientes de Sevilla, o de Roma-Sansepolcro entre otras, a aqué-llas poco a poco más alejadas en el tiempo: la promovida por la Accademia di studi Italo-tedeschi di Merano (8-9 mayo de 1995); la ya citada del Istituto Universitario ‘Suor OrsolaBenincasa de Nápoles (1-3 diciembre de 1994); el encuentro habido en Berlín sobre‘Vico ei segni’ (23-25 septiembre de 1993) y, por último, se da cuenta de las Actas del Congresointernacional en memoria de Ernesto Grassi (Ischia, 4-6 octubre de 1993) en aquellas partesque, directa o indirectamente, se refieren al napolitano. La última parte del volumen estádedicada a las tres revistas: Cuadernos sobre Vico de Sevilla; New Vico Studies de New York-Atlanta; Bollettino del centro di studi vichiani de Nápoles, que testimonian, en particular laespañola, cuán rico y cercano a nosotros sea el mundo de Vico*.

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EN PALABRAS DE VICOpor María José Rebollo Espinosa

[Reseña / Review: Pierre Girard, Le vocabulaire de Vico, Ellipses, París,2001, pp. 64. ISBN 2-7298-0630-X]

P. Girard, encargado de investigaciones en el CNRS, contri-buye con este título a la colección de cuadernos que desde haceaños viene publicando la editorial Ellipses bajo la dirección deJean-Pierre Zarader en la que se incluyen trabajos dedicados acomprender mejor el vocabulario de grandes clásicos de la filo-sofía de la altura de Aristóteles, Hegel, Heidegger, Hume, Kant,Montesquieu, Nietzsche o Schopenhauer, entre otros. Al igualque en el resto de los casos, la obrita se construye como unaespecie de desarrollo de un índice de materias que recoge alfa-

béticamente los conceptos fundamentales utilizados por cada uno de los autores para expre-sar su doctrina. La base es siempre hacer más comprensibles las ideas de los filósofos acla-rando de entrada las palabras que ellos han escogido para sustentarlas.

Se trata de un buen instrumento didáctico, pensado para distintos públicos en funcióndel conocimiento filosófico general del que partan y de la información que tengan del autor

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*N.E.- El lector de Cuadernos sobre Vico podrá hallar en español, en diversos números de esta revista, varios de los referidos estudios de F. Ratto.

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en particular. Concretamente, se ofrecen al lector tres niveles de complejidad ascendente:una definición básica accesible a cualquier estudiante que se inicia, una aproximación máscientífica destinada más o menos a licenciados, y una última interpretación más libre, que sesale quizá de los términos en sí para encadenarlos con otros y entrever así sus resonancias enel sistema. Es pues una herramienta que permite analizar los textos desde dentro dándole asus formas un sentido mucho más próximo al que pudo querer darle quien los escribió.

En el caso de Vico éste es un recurso hermenéutico más que deseable en ocasiones, ydifícil de elaborar, dadas las especiales y hasta puede que contradictorias condiciones de supensamiento y estilo: vivo, dinámico, barroco, arcaico, retórico, demasiado novedoso. Comoel mismo Girard declara, su trabajo ha sido doble: mostrar que el pensamiento de Vico creaconceptos y problemáticas propias a pesar de parecer inasible por estar en continuo movi-miento de corrección, anotación y precisión casi obsesiva y, por otro lado, conservar su aspec-to, exacto reflejo de la inmensidad de sus descubrimientos para la historia de las ideas. Porconsiguiente, el autor enfrenta la tarea como un reto, el de conseguir un vocabulario viquiano(en el que destacan entradas como “barbarie de la sensación” y “de la reflexión”, “universalesimaginarios”, “historia ideal eterna”, “providencia”, “vanidad de los sabios”, etc.) que, respe-tando su complejidad e idiosincracia, facilite el entendimiento pero no ate ni anquilose.

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A PROPÓSITO DE DOS RECIENTES EDICIONES EN INGLÉS:EL DIRITTO UNIVERSALE Y LA SCIENZA NUOVA (1725)

por Jose M. Sevilla

[Reseña / Review: G. Vico, Universal Right, trad. de G. Pinton & M. Diehl,Rodopi (Value Inquiry Book Series, 104), Amsterdam-Atlanta, 2000, pp. LXX-VIII y 825; “Foreword” de Pons (p. XXIII), introd. de los trads. y editores pp.LIII ss. ISBN 9042012439. G. Vico, The First New Science, ed, y trad. de L.Pompa, Cambridge U.P., Cambridge, 2002, pp. LXIV y 302. ISBN 0 521-38726-4]

Giorgio A. Pinton es, en EE.UU., el empeñado traductor deobras de Vico en inglés. A él se debe el proyecto de traducción dela –hasta ahora– parte de la obra viquiana menos traducida a otraslenguas: los textos en latín. Si se prodigan las traducciones de las

versiones de la Scienza nueva, e incluso del texto de la Autobiografía (Vita), no sucede lo mismocon obras escritas por Vico en la lengua de Cicerón, como las “Oraciones Inaugurales”, el DeAntiquissima, las Institutiones Oratoriae, o el mismísimo Diritto Universale (De Uno y Deconstantia iurisprudentis), por no hablar ya de otros textos “menores”, como p.e. las ViciVindiciae o la “La gesta de A. Carafa” (en cuya traducción inglesa está trabajando ahora Pinton).

Acertadamente, Pinton se ha propuesto un programa traductor (y editor) en el que haprimado el dar a conocer la opera latina de Vico. Con ello, ha coincidido con la misma pers-pectiva del Centro de Investigaciones sobre Vico (Sevilla), que ha promovido –y continúa–la traducción y edición (bien en los diferentes números de Cuadernos sobre Vico, bien envolúmenes de “Obras” en la editorial Anthropos) de los textos escritos en latín.

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Pinton –que ha traducido también diversos textos breves para New Vico Studies– tradu-jo al inglés (con la colaboración de Arthur W. Shippee) y editó en primer lugar –en 1993– las“Oraciones Inaugurales”, siguiendo el texto latino asentado por Gian Galeazzo Visconti, en unlibro publicado por la prestigiosa editorial Cornell University Press con el nombre comercialde On Humanistic Tradition (Six Inaugural Orations, 1699-1707), con introducción de D.P.Verene. A esta obra continuó la publicación en 1996 de la traducción de Pinton de lasInstitutiones Oratoriae, siguiendo para ello la edición, notas y comentarios de Giuliano Crifò(G. Vico, Institutiones Oratoriae, Istitituto Suor Orsola Benincasa, Nápoles, 1989, texto críti-co, versión y comentario de G. Crifó). El texto bilingüe de esta última, en latín e inglés, fuepublicado con el título The Art of Rhetoric por la editorial Rodopi (Amsterdam-Atlanta); lamisma casa que cuatro años después ha dado a la luz la traducción de Pinton y Margartet Diehldel Diritto Universale, que se ha publicado con el título Universal Right (¿tal vez hubiera sidomás oportuno el de “Universal Law”?, salvo que se haya querido incidir en la dimensión de“razón” justa...; aunque Pinton y Diehl utilizan con sentido diferente ambos términos –“Law”y “Right”– para demarcar significados al Derecho), y con un Prefacio de Alain Pons (autor dela reciente traducción francesa de la Scienza nuova de 1744 (véase la reseña de Pierre Girarden Cuadernos sobre Vico, 13-14, 2001-2002, pp. 402-404).

El Diritto Universale de Vico sale en inglés en el momento oportuno, cuando estaimportantísima obra está siendo considerada ya no únicamente como un “precedente” de laScienza nuova, sino como una obra con un valor intríseco y propio, además de constitutir unimportante peldaño en la escala de la biografía intelectual del filósofo napolitano. No escasual que los estudiosos de Vico vuelvan su atención hacia esta obra, que ya no es consi-derada únicamente como un texto “jurídico” de Vico, sino como una importante e intere-sante obra de hermenéutica filológica (en sentido viquiano) y de innovadora metodología deideas filosóficas. Baste poner como mínimo ejemplo de dicho interés estudios como el de E.Nuzzo que publicamos en este mismo número de Cuadernos sobre Vico o el que ya se publi-cara en el volumen anterior (13-14, 2001-2002, pp. 155-193), o el de G. Cantelli publicadoen el volumen correspondiente a 1998 (núms. 9-10) de esta misma revista; por no decir elmonográfico dedicado al tema en el volumen 19 (2001) de New Vico Studies, y sin referir-nos ahora a la promoción de la indagación del Diritto Universale por parte de estudiosos ita-lianos vinculados de una u otra forma al Centro di Studi Vichiani o al Bollettino del Centro.De esta importancia tenemos conciencia también en el Centro sevillano, hasta el punto detener programada en la edición de las Obras de Vico, tras la próxima aparición de lasInstituciones de Oratoria, la publicación de la traducción del Derecho Universal. Por esodecimos que la traducción de esta obra llega en el momento oportuno.

En la idea de Pinton, el Derecho Universal es la obra central de Vico para “nuestrotiempo”, mientras que la Ciencia nueva es “vieja” frente a la novedad de aquélla. Así tuvi-mos ocasión de oírlo en su ponencia dentro del Congreso “Pensar para el nuevo siglo.Giambattista Vico y la cultura europea” (Sevilla, octubre 1999) y queda registrado en lasActas publicadas (La Città del Sole, Nápoles, 2001: en el vol. III, pp. 1097-1126). En sucomentario a la obra, Pinton se reafirma en la idea de que Vico es más un jurista que un filó-sofo, y un buen cristiano antes que un pensador heterodoxo. Muchos podremos no estar deacuerdo con esta interpretación, y para ello están los escritos y ensayos de cada uno; pero síes la de Pinton una opinión tan resperable como las demás, aunque el esfuerzo por soste-

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nerla implique algo más el orden de las creencias. A la postre, son los argumentos (comobien enseñaba Vico en su Retórica) los encargados de convencer a los demás. Y en este casolos argumentos no son filosóficos ni estrictamente históricos, sino más bien hermenéuticosvitales: vienen destilados de una visión de Vico, lo cual supone serlo de una concepcióngeneral asentada en presupuestos de diversas índoles.

Hay que entender, además, que Pinton se considera a sí mismo no un intérprete y estu-dioso erudito de Vico (ni mucho menos un “viquiano”), sino un –a nuestro juicio– revitali-zador de sus ideas (y esa perspectiva no es –ni puede no serlo– ajena a la que mantenga supromotor: justamente por ello y para ello existe la crítica). Esta tesis, como cualquier otra,no hay por qué compartirla; pero es tan plausible como pueda serlo la perspectiva de cual-quier autor, debatible en una confrontación general de puntos de vista, en los que hay quellegar a las raíces mismas de cada interpretación o perspectiva. Eso hace que voluntaria-mente Pinton comprometa su trabajo más en traducir a Vico que en escribir ensayos o artí-culos sobre él (o sobre sus ideas); y que el empeño publicista de las obras del napolitano porparte de este infatigable traductor sea, incluso en formato editorial, partícipe de un loablecarácter divulgativo, necesario (no por ejemplo en Italia) para abrir –o cuando menos ensan-char– una primera vía de contacto y difusión allí donde Vico es poco conocido (y si bien es“conocido”, algunos de sus textos sean poco leídos o estudiados por la mayoría, en propor-ción a otros autores). Con el tiempo, unas primeras versiones irán viendo llegar nuevas tra-ducciones, algunas quizás más especializadas y técnicas, y otras tal vez más literarias ylibres. Al menos, así parece haber sucedido, por ejemplo, en España (con la“Autobiografía”, el De Antiquissima, etc.; y aún se continúa con versiones de la “Ciencianueva”). Sea, por tanto, bienvenida esta edición en inglés, y esperemos que cumpla su labordivulgativa y promocional, eso si no logra asentarse como texto en inglés indefinidamente.Si verdaderamente se promueve el interés por Vico y el debate sobre sus ideas, ya conse-guirá con ello un propósito aprobable, además de que pueda propiciar el dar lugar a nuevasversiones y traducciones críticas de la misma o de otras obras más adelante.

En relación con este criterio expuesto, hemos de decir que Gustavo Costa no deja detener razón en ciertas objeciones expuestas en su reseña crítica a esta traducción del DirittoUniversale (en New Vico Studies, vol. XX, 2002, pp. 103-110 [103-108]), pero ello –segúncreemos– no ha de hacernos perder de vista la novedad que implica haber cavado un pozode agua donde hasta ahora sólo había tierra seca (es decir, ninguna traducción inglesa de taningente texto). Tal vez la pregunta radical que haya que hacerse sea de un orden mayor ymás problemática: ¿por qué no ha habido o surgen otras propuestas editoriales en inglés deestas obras latinas de Vico? ¿No interesa a ningún “especialista” abordar su traducción (por-que si el especialista se conforma con acceder para su estudio al texto latino, no dejará decontinuar éste siendo desconocido para la mayoría de posibles interesados que o bien noacceden a leer en latín o bien no pueden acceder a las ediciones de esas obras)? Tal vez, losespecialistas comiencen a preocuparse o interesarse ahora por el Diritto Universale. Ya sehabrá conseguido algo muy positivo; porque lo que está claro es que no hay obra exenta decrítica; aunque, como enseñara Vico, a ésta precede antes la “tópica”. Estar de acuerdo enmuchas de las objeciones de Costa (bien argumentadas en la crítica histórica) no significaque asumamos el juicio de este reputado intérprete según el cual esta traducción “es de afi-cionado” [“is amateurish”]. Los límites entre el amateurismo y la profesionalidad, tienen un

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punto en común que es la vocación. Y en este caso, nos parece que un esfuerzo como el queha realizado Pinton no puede ser menos que “vocacional”. Todo lo demás, como sucede encualquier obra o producción, es susceptible de crítica; y con ello de mejoría. Aunque, comohemos dicho, se requiera previamente la producción de la obra.

Dado que la traducción es inglesa, queda para los emparentados con esta lengua y fami-liarizados con Vico el debatir sobre sus aspectos internos. Así ha abierto brecha primeramenteGustavo Costa, y cabe esperar que continúe el debate en curso, como parece ser al haber apa-recido ya también reseñada la obra –por Gennaro Carillo, del napolitano Istituto Suor OrsolaBenincasa– en el último Bollettino del Centro di Studi Vichiani (a. XXXI-XXXII, 2001-2002,pp. 167-172). Nosotros nos limitaremos, como hemos hecho, a sugerir que el problema de lastraducciones de obras de un autor se enmarca en un contexto problemático más extenso ygeneral. Digámoslo en ejemplificación hispana: la traducción de la “Autobiografía” de Vicoa cargo de Felipe González Vicen (publicada por Espasa Calpe en Buenos Aires en 1948) erauna “versión” poco fiel al texto, nada crítica y muy libre, podemos suponer que realizada–como otras tantas en tiempos de penuria– por necesidades económicas del traductor o porconveniencia editorial (para nada parecía interesar a González Vicén el propio Vico, cuandono escribió sobre él), pero que cubrió muy positivamente una larga etapa en la historia de lafortuna de Vico en España, porque permitió cierto contacto con el autor napolitano; hasta queuna treintena de años después surgió otro intento con la versión de Ana María Miniaty(Aguilar, Madrid, 1970), que tuvo poca –o menos– suerte, y hubo que esperar hasta querecientemente Moisés González García y Josep Martínez Bisbal abordaron la traducción yedición crítica en español de la Vita de Vico (Siglo XXI de España editores, Madrid, 1998) yhan dejado asentado un texto para uso tanto de especialistas como de profanos en la materia.Desde la traducción de González Vicén hasta la de González y Martínez Bisbal han transcu-rrido 50 años. La última edición ha surgido debido a la necesidad, la utilidad y el interés; alos cuales, indudablemente, contribuyó a abonar la poco ortodoxa y libre versión del año1948, que fue un pozo de agua (aunque con toques salobres en su dulzura) en un desierto deciencia; porque, en principio, nada hay donde faltan las palabras.

La traducción de G. Pinton y M. Diehl puede ser criticada (e incluso posteriormenterevisada y corregida) en algunas opciones tomadas a la hora de verter el texto latino alinglés, en tanto que entre la literalidad (a veces imposible) y la versión con intento de darsentido, se opta por la segunda opción, a costa de caer a veces en tener que modificar la line-alidad semántica del texto original, o insuflar o sugerir proyecciones externas al texto (aun-que de índole “viquiana”). Si el traductor elige esta opción, debe al menos ser coherente conque el hecho de aclarar no acabe tergiversando el texto. Sobre este aspecto ha meditado yescrito el traductor español de las obras latinas de Vico hasta ahora publicadas, FranciscoNavarro Gómez, por ejemplo en un reciente trabajo titulado “Hermenéutica, traducción yemulación. Apuntes metodológicos a las Instituciones de Oratoria de G.B. Vico” (en P.Badillo - J.M. Sevilla - J. Villalobos eds., Simulación y disimulación. Aspectos constitutivosdel pensamiento europeo, Ed. Kronos, Sevilla, 2003, pp. 105-112). Puede dársele la razón aVoltaire cuando nos recordaba que al ver una traducción no vemos más que la turbia visiónde un hermoso cuadro, pero al menos hemos de admitir que en el trasvase de una lengua aotra se pierde toda la pureza del original, y estamos ante una obra que ya es entonces (la tra-ducción) una mediación de sentido. Consciente de ello, el traductor ha de asumir –como dice

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Navarro– “la necesidad de mantener la flexibilidad de la versión original y no ofrecer unesquema mediatizado” (p. 112). Tal vez sea ése uno de los pocos pecados que puedan entur-biar la versión inglesa de Pinton y Diehl (si bien sobre este asunto –como hemos dicho– ten-gan la palabra los viquistas de habla inglesa), pero que habrá que sopesar con las virtudes quetambién muestre. No estamos libres de prejuicios a la hora de abordar una traducción, y menos–continuamos citando a Navarro– “cuando para acceder a ésta se precisa la gestación previade una acción comprensiva e interpretativa en la que tales prejuicios inciden y, por ende, eltraductor no puede substraerse a aportar su propia comprensión del texto controvertido. Mássí a intentar que, en la medida de lo posible [...], nuestra intervención [la del traductor] seamás comprensiva y expresiva que interpretativa y explicativa, dejando estas dos últimas face-tas lo más ampliamente abiertas posibles –de acuerdo con la apertura del original– a la actua-ción del lector, tratando con ello, además, de no incurrir en la aemulatio” (ibid.).

Acerca del contraste de opiniones que puede suscitar una obra entre especialistas quie-ro referirme un momento a la reseña italiana de Carillo, que, al igual que la de Costa, seña-la también las innegables divergencias y dificultades que se encuentran en algunos de lostextos de esta traducción (no sólo por afán interpretativo del traductor sino también por ladificultad intríseca de la obra traducida –p. e., el contexto lingüístico histórico-jurídico–),pero que, en contraste con la de Costa, en cambio saluda a la traducción integral inglesa “notanto por el primer innegable resultado” de los traductores: “divulgar un clásico”, cuanto“por las cuestiones interpretativas que esta versión levanta o contribuye a reabrir” (p. 167).De tal modo que, según Carillo, “el valor” de esta traducción “está en su discutibilidad;donde discutible significa ‘cosa que merece la discusión, que suscita esencialmente la dis-cusión’” (p. 172). Y merecer la discusión –por seguir con las mismas palabras–, ya es unvalor reconocible, pues, en otro caso, no merecería ni siquiera hablar de la cosa.Recordemos también el opuesto criterio emitido por Leon Pompa a propósito de esta tra-ducción (en una reseña publicada en Asecs Books Review Online): “This long-awaited firstEnglish translation of Universal Right provides, therefore, an invaluable opportunity tobegin upon a rethinking both of many features of current Vico research as well as the his-tory of jurisprudence. The translations themselves are extremely literal and, if this makesthem slightly awkward at times, it also makes them very accurate. Given the difficulties ofthe text, this alone constitutes a major achievement.”

También merece que se hable, y bien, de la traducción que este conocido estudiosobritánico e intérprete de Vico, Leon Pompa, ha publicado recien-temente: The First New Science (University Press, Cambridge,2002), que ha llegado a nuestras manos a la hora de cerrar elnúmero de esta revista. Como el Editor hace constar en Nota,para la traducción, se ha elegido la edición italiana de AndreaBattistini (G. Vico: Opere, Arnaldo Mondadori, Milán, 1990, 2vols.), de quien también se recogen las notas, y adoptado el siste-ma nicoliniano de parágrafos; a la vez que incluye numeroso apa-rato crítico de notas, fuentes y comentarios. En este caso, la tra-ducción del italiano al inglés viene marcada por una diferenciaestructural evidente entre ambas lenguas, lo que obliga al traductora optar por modificar la puntuación a veces; pero también tiene la

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dificultad que viene marcada por el lenguaje mismo de Vico, que en italiano ofrece dos difi-cultades para la traducción, señaladas por el propio Pompa: “su sintaxis [...] extremadamentecompleja” y la longitud de muchas de sus oraciones; y, en segundo lugar, la “personal” termi-nología de Vico. Ambos defectos para la traducción son solventados por Pompa en pos de con-seguir un texto que pretende ser fiel al significado de Vico y escrito en un inglés “claro” perono “idiomático” (p. xlvii). El resultado es el de una cuidada traducción filosófica realizada porun filósofo conocedor a fondo del pensamiento y de la obra de Vico, que además ya ha tradu-cido al inglés otros textos viquianos (Vico: Selected Writings, Cambridge, 1982) y que es unespecialista en la Scienza nuova, a la que dedicó en 1977 un importante y conocido estudio(también traducido al italiano), reeditado por segunda vez –en edición revisada y ampliada–en 1990 (Paperback Edition, Cambridge, 1990). Incluye Pompa, además de su estudio intro-ductorio (pp. xix-xxxviii), una cronología (xxxix- xliv), la referida Nota como editor (pp. xlv-xlix) y otra nota de bibliografía comentada (l-lvi), además de un oportuno “glosario” de tér-minos (lvii-lxiv), y un Índice terminológico (pp. 291-302). Una sobria y bella edición que ofre-ce al lector en inglés otro texto viquiano con el que ir completando la bibliografía de Vico enlengua inglesa. Hemos de acordar con un reciente recensor (Gino Bedani, de la Universidadde Gales, Swansea), que esta traducción de la Scienza nuova de 1725 “is a major contributionto the English-speaking world of Vico studies” (New Vico Studies, XX, 2002, p. 110). Tal vez,de camino, sirva para promover una nueva traducción de la edición de 1744, que revise a fondoaquélla de Bergin y Fisch de 1948 (reed. con revisión posteriormente), de frecuente uso en elámbito viquiano anglo-americano.

En lo que a nosotros –hispano hablantes– nos concierne: procurémonos ya una traduc-ción fiable de esta Ciencia Nueva de 1725, que renueve la voluntariosa, pero poco efectivani crítica, traducción que realizara en los años 40 José Carner. Es una antigua aspiración delCentro de Investigaciones sobre Vico, que esperamos ver cumplida en un futuro próximo.

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New Vico Studies 17 (1999) y 18 (2000)por Pablo Badillo O’Farrell

[Reseña / Review: New Vico Studies, 17, 1999, The Institute for Vico Studies,Atlanta, pp. 155; New Vico Studies, 18, 2000, The Institute for Vico Studies,Atlanta, pp. 155.]

Los fascículos correspondientes al fin del milenio de estabenemérita revista norteamericana se caracterizan por la sumadiversidad de asuntos y perspectivas presente en las diferentescolaboraciones, que son analizadas asimismo con la heterogenei-dad de fines y métodos que caracterizan a esta publicación.

El número de 1999 se abre con dos artículos, cuyos autoresson Isaiah Berlin y Peter Burke, que curiosamente fueron publica-dos previamente en traducción castellana en el libro coeditado porel que esto escribe Isaiah Berlin. La mirada despierta de la histo-

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ria (Ed. Tecnos, Madrid, 1999), en los que se pueden apreciar las diferencias de perspecti-vas de estos dos autores sobre el pensamiento viquiano, aunque desgraciadamente no pudoconvertirse en auténtica discusión intelectual porque cuando Burke “responde” a la críticarealizada por Berlin éste lamentablemente ya había fallecido.

El artículo que le sigue es el de Joseph Mali sobre “Sensus communis y Bildung. Vicoy la rehabilitación del mito en Alemania”, en el que se traza un amplio análisis y desarrollode la consideración y el papel que el mito desempeñó durante un largo periodo histórico enel pensamiento alemán.

El punto de arranque, por otra parte bien conocido y defendido por muchos, es el queconsidera a Vico como precedente de una serie de pensadores, que pueden situarse en unamplísimo abanico, yendo desde autores de simpatías fascistas, como Gentile, hasta auto-res situables en la clara estirpe del tronco liberal, como Michelet, Croce o Berlin. Todo locual es obvio, pero asimismo, y como ya subrayó Pietro Piovani, resulta vano clasificar a unpensador en una determinada tipología política, pero además si el pensador está tocado porel genio entonces será imposible radicarlo en una determinada categoría que fuera caracte-rizada por rasgos y criterios diferentes a los usados por él mismo.

La anterior consideración viene al caso porque es evidente que no hay la menor dudade que el mito juega un papel de gran importancia en la obra viquiana. Y es aquí donde Malisubraya la existencia de posibles paralelismos entre los planteamientos del napolitano y algu-nas perspectivas mantenidas por Sorel. En este plano es obvio que la consideración viquianadel mito puede conducir, como reflejo y consecuencia, a una estetización del hecho político,lo que se viene a reproducir con posterioridad por parte de las autores fascistas. En buenamanera la pretensión del artículo consiste en el análisis por los estudiosos alemanes de lainterpretación fascista de la mitología de Vico, y así podemos encontrarnos con autores comoMeinecke, Horkheimer y Benjamin, que parten en su estudio del gran espacio ocupado porel mito en la obra viquiana, y la asunción del protagonismo del mito por los fascistas.

Tras un recorrido también por otras aportaciones teóricas en este estudio del hechomítico, se detiene en la clara aparente diferencia entre reaccionarios y conservadores en laépoca nacionalsocialista, ya que muchos de los últimos eran contrarios a dicho régimen polí-tico, aunque tal rechazo, según Mali, era en buena manera sólo aparente, ya que ambos habí-an bebido de la misma fuente, que no era otra que el irracionalismo romántico.

Por último hay que destacar las tesis de autores como W.F. Otto y E. Grassi, especial-mente la sostenida por éste último ya que aprecia en Vico la existencia de un pensamientointegrativo, en cuanto se defiende la integración en el pensamiento viquiano de lo irracionaly lo racional, de lo tópico y lo crítico, en la phrónesis, en la prudentia, en un palabra en loque el napolitano denomina coscienza. De aquí la profunda diferencia, aun admitiendo laindudable utilización del pensamiento viquiano sobre el mito por pensadores fascistas, entreel pensamiento original del autor y la deformación ulterior.

Otro artículo que aparece en este número es el de Esteve Morera sobre “Vico y el anti-fundacionalismo”, en el que frente al fundacionalismo defendido por Descartes, que buscauna serie de ideas simples sobre las que construir el árbol del conocimiento, Vico sostendráun camino absolutamente diferente al apoyarse esencialmente en la variedad de los modosmentales, siendo justamente esta peculiaridad la que lo hace tan atractivo para el pensa-miento actual.

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La heterogeneidad de asuntos que decíamos al comienzo está presente en este núme-ro se manifiesta en las aportaciones de Scott Samuelson sobre “Finnegans Wake de Joyce yel diccionario mental de Vico” y Frances S. Connelly “El significado encarnado. La teoríade las imágenes de Giambattista Vico”.

El primero de ellos, siguiendo en la línea que ya trazó Samuel Beckett de apreciaruna clara reminiscencia viquiana en esta peculiar obra de Joyce, mantiene que el modo enque se escribió Finnegans Wake hay que encontrarle su explicación en la obra viquiana, másallá del aspecto puramente formal que sostiene que las cuatro secciones que tiene esta obravienen a ser proyección de las cuatro edades trazadas por el napolitano, sino que la filoso-fía viquiana aporta además una clave explicativa a la obra del irlandés en especial basada ensus nociones del universal imaginativo, en el diccionario mental y en el pensar corporal-mente característico de las primeros individuos. En el primer ámbito Morera destaca elpoder de la fantasia, que utilizado por los pueblos primitivos constituye un lenguaje de uni-versales imaginativos, en el que todo lo que está en el mundo es identificado como un dios.Este lenguaje les sirve a ellos en el mundo porque deriva, como todos los lenguajes lo hacen,de lo que Vico llama el diccionario mental, el “lenguaje debajo del lenguaje” que forma elsentido común de la especie humana en su conjunto.

Sin la existencia de una unidad imaginativa que subyazca al lenguaje, todo pensa-miento llegaría a ser disoluto y carente de sentido, y en buena forma, según Morera, la laborde Joyce en Finnegans Wake es usar nuestro fosilizado lenguaje de conceptos, un lenguajedisoluto propio de una época caótica, para formar una base suficientemente rica para que losuniversales imaginativos vuelvan a la vida de nuevo.

El artículo de Connelly declara en las primeras líneas su intención, que no es otra quela de considerar la Scienza Nuova de Vico como una fundamentación alternativa para elestudio de las imágenes, y para ello parte de la idea de que Vico elabora una aproximacióna la creación cultural del significado, lo cual resulta harto pertinente en un mundo cada díamás global, o si se prefiere más plural.

Es cierto que la importancia de la perspectiva viquiana ha permanecido durante muchotiempo oscurecida, frente a la teoría de Winckelmann, por poner un caso arquetípico, y ello enbuena parte se ha debido al ataque que el napolitano realizó contra las corrientes dominantesde racionalismo cartesiano. Porque, como mantiene Connelly, a pesar de que la Scienza Nuovano estableció directrices estéticas, ni se refirió directamente ni a la forma, ni al estilo, ni al arte,lo que es asimismo obvio es que lo concedió a la imagen un papel primordial tanto en relacióncon el primer lenguaje cuanto como sitio para la formación de la comunidad.

En la Scienza Nuova la meta de Vico fue trazar el mapa de los patrones emergentes dela cultura y la creación de un cuerpo común de conocimiento y memoria colectiva, los cua-les juntos conforman los límites de un pueblo. Su teoría de la cultura fue una de profundainmanencia, en oposición radical a la sostenida por el idealismo alemán al configurar la his-toria del arte y la estética en ese período.

Hay que pensar de qué forma Vico se va a oponer a los planteamientos sostenidos porWincklemann, por poner el ejemplo antes referido, ya que mientras éste habla de las formaspuras y de una progresiva historia del estilo, siempre construido sobre un clasicismo uni-versal griego, Vico rechaza en cambio el modelo platónico de un universo puro y superiorde ideas, y defiende en cambio que los principios fundacionales del conocimiento humano

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no fueron las ideas sino los universales fantásticos, universales imaginativos que dieron lite-ralmente forma al pensamiento. Y a mayor abundamiento, Connelly sostiene que lo que eraconocido y con sentido era desarrollado desde la experiencia directa de un pueblo. Esta esla esencia del célebre principio viquiano verum et factum convertuntur.

Así mientras que los universales imaginativos formaron el saber característico de lasdos primeras edades, la de los dioses y la de los héroes, el universal inteligible fue la formacaracterística de la tercera época, la de los hombres. Y así el propio Vico caracterizó el pasode la imagen a la palabra como un proceso no precisamente de abstracción, sino de una des-corporeización; ahora bien, estos poderes de abstracción no avanzaron sin una pérdida, par-ticularmente en la disminución de la imaginación.

Como, en buena forma concluye Connelly, hay dos peculiaridades rompedoras en elpensamiento viquiano desde la perspectiva histórica, siendo la primera la del profundo y ori-ginario papel concedido a a las imágenes como primeras portadoras de significado y encar-nadoras de los distintos topoi que proporcionan la fundamentación a la cultura humana. Lasegunda es el lugar central otorgado a los elementos visuales, desechados durante largotiempo a un lugar secundario, únicamente al ámbito de lo ornamental.

Es evidente que con estos planteamientos se encuentra en Vico una visión de la reali-dad y del pensamiento en la que el papel de las imágenes pasa a ocupar un lugar absoluta-mente desconocido hasta ese momento, y que abre perspectivas sumamente útiles a la pers-pectiva artística del mundo actual.

A estos artículos sigue una amplia discusión crítica, firmada por Donald PhilipVerene, referida a la conocida como edición Penguin de la Scienza Nuova. Para ello el puntode arranque es la comparación con la traducción de Bergin y Fisch, comenzada en 1939 ypublicada en 1948 por Cornell University Press. A pesar de la utilidad de una nueva tra-ducción, para acomodar el lenguaje a los lectores actuales, así como por motivos económi-cos aparecen muchos puntos en los que la crítica se impone claramente al elogio. A esta sec-ción le sigue la habitual de crítica de libros.

El número del año 2000 se abre con una artículo de Donald R. Kelley sobre “Vico yla arqueología del saber”. Este ilustre historiador de las ideas nos lleva, de la mano de Vico,a la búsqueda de las raíces que fundamentan y explican el saber, y así podemos contemplarcómo para el napolitano los orígenes de la tradición filosófica podemos hallarlos en el saberpoético, mítico y bárbaro.

De esta forma, siguiendo una serie de hitos en los que se va deteniendo, Kelley afirmaque lo que Vico buscaba era transmutar el saber antiguo a la moderna ciencia, es decir, reha-cer la creación de Dios a través de los poderes de la memoria y la imaginación así como de larazón. Y así, afirma nuestro ilustre historiador, ésta fue la implicación del famoso principiodel verum–factum, que se encuentra al final de la vieja teoría del conocimiento del hacedor.

Todo ello conduce a que, según Kelley, la Scienza Nuova de Vico descanse sobre unaparadoja. Ésta es fundamentalmente aquélla arrostrada por los modernos historiadores de lafilosofía, cual es la de reconciliar sus proyectos conceptuales con la historia, ser con llegar a ser.

No obstante, a pesar de que los historiadores seculares pueden desaprobarlo y procu-rar acomodar a Vico a los clichés del modernismo, Vico siempre trabajó dentro de un arma-zón providencial que toma a la divinidad como su punto de partida y de llegada. La ScienzaNuova siguió un camino singular muy congruente que a lo que aspiraba era a reconstruir el

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perfecto saber perdido después de la caída. Porque, no obstante las aspiraciones de autoresmodernos y postmodernos con la figura de Vico, en primer lugar ya él afirmó que “el queno es pío no puede ser verdaderamente sabio”, de lo que se deduce que el que no toma lareligión y el mito en serio no podrá ser verdaderamente científico, pero además ya en el Demente heroica sostuvo que el “principio del saber es el temor de Dios”, lo que para Kelleysupone el comienzo de toda la doctrina de Vico, así como su fin.

El artículo de Brian K. Axel, “Joyce y Vico sobre historia y coacción”, analiza el papelque ambos autores conceden a la fábula y la posición que ésta juega en las teorías de la coac-ción de ambos como una herramienta de orden y de escape/trascendencia respecto de las fuer-zas sociales y divinas en el mundo que vivimos. Hay múltiples ejemplos ilustrativos de dife-rentes tipos de coacción, y la fábula misma puede llegar a ser una parte de estas de estas formasdisciplinarias de las maneras más complicadas. Hay que decir, asimismo, que también la fábu-la puede funcionar subversiva o transgresivamente para escapar o trascender la coacción.

Otro punto importante analizado por Axel es la relación entre Providencia y Caosmosen las obras de Vico y Joyce, y para ello se encarga de trazar la distinción básica entreambos, afirmando que mientras la primera consiste en un modelo de orden racional, bene-volente que está interesado exclusivamente en la supervivencia y el desarrollo de la razahumana hacia el más alto bien, por lo que la Providencia es una coacción impuesta al hom-bre para su propio bien, el Caosmos consiste en un modelo de crisis eterna tipificada por lacoexistencia indiferente de un orden mal reconocido en el desorden. El Caosmos es, portanto, una coacción paradójica impuesta al hombre, nihilista e irracional, la cual, condu-ciendo al hombre a encontrar la forma, demanda lo imposible. A pesar de las diferencias evi-dentes que se pueden apreciar en las posiciones de ambos, en los conceptos referidos, resul-ta común a ambos la clara yuxtaposición de fábula y política, aun cuando ella lo es sólo enel punto de partida, ya que posteriormente encontraremos divergencias en la idea de quetodas las instituciones civiles encarnan las verdades eternas de la Providencia o el Caosmosy dominan a los seres humanos conforme a sus principios o no principios. Aquí en concre-to hallamos divergencia entre ellos.

Para poner esto en claro, aunque pueda ser de forma un poco cruda, se puede decirque el símbolo viquiano de la Providencia es luz, al menos en el contexto de la lectura quele concede Axel, mientras que no obstante ser el Ulises joyceano un libro que puede serconsiderado como el Libro del Día, el símbolo del Caosmos fijado por Joyce es un símbo-lo de oscuridad, como puede apreciarse de forma mucho más clara en Finnegans Wake.Podemos concluir afirmando con Axel que para él los diferentes estadíos trazados porVico, aun cuando sean una construcción puramente política, llegan a estar espacialmenteinterconectados en un periodo de tiempo singular, mientras que de forma contraria a estaafirmación en el periodo moderno los diferentes estadíos están jerárquicamente ordenadosy valorados.

El artículo de Olivier Remaud “El ritmo de la Historia: Naturaleza, lenguaje y políti-ca en la Scienza Nuova de Vico” parte de la afirmación de que la obra magna de Vico pre-senta una estructura tríptica de la historia. Y ello se muestra en que el curso de las nacionesque procede uniformemente en un constante e ininterrumpido orden de causas y efectos, seorganiza conforme a una correspondencia rigurosa entre tres tipos de naturaleza, tres tiposde lenguaje y tres tipos de autoridad. Pero si uno, afirma Remaud, se queda sin más esta afir-

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mación inicial, corre el peligro de ver en ello una especie de antecedente sin más de la teo-ría de los tres estadios de Comte.

La diferencia, a pesar de las apariencias, es profunda porque lo que preocupa a Vicoes el problema de una historicidad cuya progresiva realización requiere una completa reor-ganización de las relaciones sociales y políticas. Esta historicidad se va a desarrollar a tra-vés del conflicto entre la multitud y los nobles y va a concluir por valorar el principio dederecho como accesible a todos. Tales son –afirma Remaud– , en pocas palabras, los prole-gómenos a la historia de la libertad cuya ley de sucesión de las diferentes edades represen-ta, en la Scienza Nuova, su declaración formal, o su expresión pedagógica.

El planteamiento que Remaud desarrolla en el artículo es buscar la forma de enlazarla posible relación entre vida política e historia del lenguaje. Ahí Vico sostiene que hay tresestadíos de la naturaleza consecutivos –divino, heroico y humano– con tres formas diferen-tes de gobierno –teocrático, aristocrático y mixto democrático-monárquico– a las quecorresponderán asimismo tres formas diferentes de lenguaje, cuales son el divino, el heroi-co-emblemático y el humano.

Pero tras este planteamiento surge una cuestión de amplio calado, ya que el térmi-no naturaleza tiene en Vico múltiples caras, y por ello todo dependerá de lo que cada unoponga en ellas; y así cabe apreciar cómo Vico afirma que “por necesidad de la naturale-za” los primeros pueblos fueron poetas. El universal imaginativo es aquella propiedad dellenguaje por la cual la poesía de los primeros hombres hace de los cielos una sustanciaanimada que les habla, la cual ellos traducen por medio de un lenguaje onomatopéyico ycorporal.

En cierta forma el itinerario que propone Remaud es intentar seguir el total desarrollodel lenguaje y, como reflejo del mismo, de la política, teniendo como soporte y fundamen-to del mismo la idea de naturaleza. Por ello se puede contemplar la evolución de ambossiguiendo la diferente perspectiva sobre la naturaleza, y así Remaud se detiene con granacierto en la transformación del derecho romano, en sus diferentes aspectos esenciales ynormativos, sobre la base del giro existente en la idea de equidad natural, así como en laexistencia de dos diversas concepciones de la naturaleza, siendo estos elementos en los queVico puso todo su énfasis. A su vez, el uso imprescindible de las leyes en todos estos cam-bios, deja claro que existe una suerte de paralelismo entre la ley de evolución del lenguajey su uso político, así como que el uso básico y primero de la idea de naturaleza en todo eledificio teórico viquiano es suficiente para situar la filosofía política del napolitano en elcentro de una filosofía de la historia.

Siguen dos breves aportaciones de James Ashley sobre “Vico y la reflexión postmo-derna”, tema ya muy tratado con las más heterogéneas perspectivas, y de Thora Ilin Bayersobre “El futuro de los estudios sobre Vico: Vico en el fin de siglo”, en el que se hace unbreve análisis de aquellas personas, lugares y eventos que en los últimos compases del sigloXX ponen de manifiesto la vitalidad de la obra y el pensamiento viquianos.

Se cierra el fascículo con las habituales críticas y noticias de libros.

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PLURALISMO Y MULTICULTURALISMOpor Miguel A. Pastor Pérez

[Reseña / Review: Pluralismo, Tolerancia, Multiculturalismo. Reflexiones paraun mundo plural, P. Badillo O’Farrell (Coord.), UNIA / Ed. Akal, Madrid,2003, pp. 262.]

En el marco de los prestigiosos cursos de la UniversidadInternacional de Andalucía (UNIA) se desarrollaron las ponen-cias de los autores que quedan recogidas en esta obra. Un cursosobre el pluralismo, la tolerancia y el multiculturalismo, tan pró-ximo a los acontecimientos del 11 de Septiembre de 2001 nece-sariamente debía de resultar un interesante vehículo de actuali-zación y contrastación de ideas, como así resulta ser simplemen-te observando el índice. Diez trabajos de autores procedentes demedios tan dispares, en apariencia y en principio, como son la

docencia universitaria en Ciencia Política y Administración, Filosofía Moral y Política,Historia, Filosofía pura, Diplomacia, Periodismo e incluso el ejercicio profesional de lamisma política. Distintas perspectivas para afrontar la reflexión sobre uno de los mayoresretos de las sociedades actuales, sobre todo occidentales, que, desde la tolerancia como unode los elementos culturales inherentes a su propio ser, deben hacer frente a un fenómeno,viejo en sus raíces, pues ya los griegos distinguían entre ellos y los bárbaros, aunque nove-doso en los planteamientos a través de los cuales se manifiesta hoy.

El libro recoge las aportaciones de estos especialistas, en torno a las relaciones entrepluralismo, tolerancia y multiculturalismo. En el volumen se aúnan una serie de perspecti-vas que van desde la visión de carácter histórico, con el análisis de la posible convivenciade las tres culturas y la tolerancia entre ellas en la España medieval (Manuel GonzálezJiménez), hasta perspectivas de carácter periodístico y análisis político (Hermann Tertsch)o de vivencias en diferentes misiones diplomáticas (Alfonso López Perona), pasando poraquellas que indagan los fundamentos, desarrollos y metas del pluralismo y del multicultu-ralismo en el plano filosófico desde la perspectiva histórica –donde Vico tiene un papel des-tacado– (José Manuel Sevilla) y filosófico-político desde el plano conceptual (Elena GarcíaGuitián, Joaquín Abellán, Enrique Bocardo, José Rubio Carracedo, Ramón VargasMachuca, Pablo Badillo O’Farrell).

Vamos a centrarnos sólo en tres capítulos o ponencias. La revisión del mismo con-cepto de tolerancia usado históricamente y sus límites en la España de las tres culturas; laconsideración de lo opuesto al multiculturalismo, quizás el pluralismo; y el estudio de lasbases filosóficas del pluralismo en la modernidad.

El punto de partida de la ponencia de M. González Jiménez es la revisión de un tópi-co no por repetido más indiscutible: el carácter problemático de la cuestión acerca de lasupuesta tolerancia en la España de las Tres Culturas. Desmontando los errores de una visión“presentista” actual sobre el sentido de la tolerancia en la Edad Media y en la España de laépoca, el autor plantea las limitaciones de tal concepto y su aplicación al y en el momentoreferido. Su reducción al ejercicio privado de la religión correspondiente y un generalizado

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impuesto especial, “el precio de la fe”, a pagar por la tolerancia. Así, en una cita referida a latolerancia de los cristianos pero extensible a la posible ejercida por los otros pueblos dice, enpalabras de C. Sánchez Albornoz: “Sí, tolerancia interesada o generosa, recelosa o cálida,vivaz o limitada, pero tolerancia de los príncipes y de la aristocracia laica y eclesiástica. [...]Tolerancia de las clases superiores que aprovechan los servicios de los dos pueblos hebreo ymusulmán y no sufrían su competencia.” (p. 135). En una historia en la que nadie queda exen-to de culpa, la convivencia de los pueblos, de las culturas, de las religiones, en la Españamedieval viene marcada por una relación desigual que remite a la discriminación jurídica ya la intolerancia efectiva en muchos casos.

La aceptación y la bienvenida a valores y culturas diferentes, sin duda deben basarseen la igualdad de la consideración cultural, que potencie su arraigo y consolidación, perodesde la verdad, no desde el tópico de la mistificación histórica. Sólo desde el reconoci-miento de la dificultad y el esfuerzo de la integración valorativa, basada en la racionalidadhumana, se puede intentar que formen sus valores parte de nuestro sistema de valores. Asíse desprende de la idea central que expone Pablo Badillo O’Farrell.

La cuestión que le interesa resaltar al Prof. Badillo “es si la idea de pluralismo es sinó-nima o compatible o de difícil convivencia con la idea de multiculturalismo” (p. 51), defi-niendo para ello los elementos característicos de este concepto. Desde el punto de vista teó-rico, su origen remite al ámbito anglosajón, que ante la presencia de grupos muy diferen-ciados culturalmente entre sí, que pugnan en un espacio social común, exigen el reconoci-miento de sus especificidades minoritarias por parte de la mayoría cultural, en cuanto estoselementos pueden traducirse en restricciones de carácter político en sentido amplio. El autor,sin llegar a adoptar una postura postmoderna, considera posible referirse a una doble pers-pectiva respecto al multiculturalismo: una fuerte y una débil. La primera buscaría una trans-formación esencial en la forma mayoritaria de entender la ciudadanía, que implicaría elreconocimiento formal, legal y constitucional de los diversos grupos que serían gobernados“de acuerdo con sus costumbres y perspectivas”. La versión debilitada se centra más en lapotencial tensión que se produciría entre el reconocimiento de las diferentes cultural y laprotección de los derechos de los individuos como ciudadanos.

A partir de aquí cabe hablar de un multiculturalismo europeo de raíz pluralista y unmulticulturalismo norteamericano, además con características específicamente peculiares ensu aplicación usamericana. Por supuesto, subyace una cuestión fundamentalmente teóricasin resolver o diversamente resuelta, respecto al papel neutral del Estado y la consideraciónde la relación del individuo con la sociedad total.

En definitiva, lo que se plantea es la relación desde siempre conflictiva entre el indi-viduo y la colectividad, entre los derechos individuales y los sociales, entre el liberalismo yel comunitarismo. Un conflicto al que el pluralismo, y más específicamente, el pluralismoliberal, ya intentó dar respuesta abriéndose al multiculturalismo aceptable sólo desde la tole-rancia, el respeto mutuo, hacia los diversos grupos, pero sobre todo hacia los diferentesindividuos que quieren libre y autónomamente vivir con los demás en una misma sociedad.

Interesante y esclarecedor se muestra el artículo de J.M. Sevilla sobre la fundamenta-ción filosófica del pluralismo desde la modernidad. Como punto de partida la paradoja con-ceptual, y probablemente vital, de ahí el problema, entre una concepción del mundo y de lavida de carácter monista y uniformista y unas realidades que se presentan bajo forma pluralis-

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ta, y que van desde la separación entre religión y Estado hasta las elaboraciones teórico-prác-ticas en la línea de reconocimiento de la pluralidad de valores. Esto implica asumir un histo-ricismo problemático y crítico en la base, para abrirse a una concepción pluralista o multiver-sal (p. 196) de la realidad. Es decir, una forma de pensar ajena a la tutela de la garantía de ver-dades absolutas, en definitiva, de la verdad absoluta, que impone un orden abstracto alejadode la realidad, aunque basado en la Razón.

Desde el seguimiento de los momentos esenciales de gestación de las divergenciaspluralistas en sus vertientes doctrinarias social, política y cultural, Sevilla se replantea unaidea indispensable para la compresión del pluralismo. La idea de tolerancia en su vertientemoderna, ilustrada.

Ciertamente se considera, por el autor, la idea de tolerancia desde su cariz ilustradoprepotente, pero, también, en cuanto tiene y se acepta un carácter dinámico que potencia ellibrepensamiento y la actitud moral responsable, “se presupone como un escalón impres-cindible en la configuración del pluralismo” (p. 212), que supone el reconocimiento y laaceptación de la diversidad y la discrepancia. En definitiva, una razón plural sobre la quedebe levantarse un concepto de pluralismo que realmente pretenda ser eficaz a la hora decomprender y configurar las relaciones complejas de individuos y grupos dentro de socie-dades complejas.

Como bases sustentadoras de este nuevo fundamento que es la razón plural, el autornos remite a dos pensadores que piensan y viven con intensidad las circunstancias de suépoca: G. Vico y J. G. Herder.

Vico fue sin duda, y citando a Berlin, “el primer filósofo [...] en haber comprendidola idea de culturas” (p. 223), desde la necesidad de comprender otras mentes, otras culturaspara iluminar una Ciencia Nueva, un verdadero conocimiento humano que exige un plura-lismo cultural sin ataduras ni ningún intento de fundamentación abstracta. De forma mástaxativa pero con menos creatividad, Herder reconoce en cada cultura sus propios ámbitosde referencia estableciendo que no existen razones para enfrentamientos culturales y con-cluyendo como “posible y deseable la tolerancia universal” (p. 227).

En definitiva, Vico y Herder, en su defensa de los valores del individuo frente al podercentralizador, colocan los fundamentos del pluralismo cultural basado en la historicidad delexistir humano, la inconmensurabilidad de los valores, y la falta de validez de las preten-siones eidéticas absolutas.

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Davide Luglio, La science nouvelle ou l’extase de l’ordre.Connaissance, rhétorique et science dans l’oeuvre de G.B. Vico,PUF (Colecc. Thémis- Philosohie), Paris, 2003, pp. 213. ISBN2 13 052465 6.

Esta obra de Davide Luglio, profesor en la Universidad de Saint-Étienne, tiene como base su tesis doctoral defendida en la Universidad deParís-La Sorbona (París IV).

El estudio propone una nueva interpretación del pensamiento deGiambattista Vico a partir del papel central que juega la retórica en la teo-ría del conocimiento y la epistemología viquianas. Heredero de una civi-lización barroca que había alcanzado en Nápoles cimas desiguales, Vicoes el portavoz de una cultura italiana que resiste al “diktat” que el carte-sianismo ejerce a fines del siglo XVII sobre el método y el objeto en losestudios filosóficos. Rechazando la idea de que el conocimiento verdade-

ro debe arraigarse en la evidencia racional y transmitirse a través de un discurso puramente referen-cial, Vico defiende un ideal de saber como creación, como poíesis, y una concepción del discursocomo arte retórico de la evidencia.

Su ideal retórico es la palabra filosófica que sabe llevar a la meditación de la verdad, que sabehacerse instrumento del sentido de lo divino y de lo heroico y que lo propone y lo alcanza por la solici-tud constante de la imaginación y de los poderes de asociación y de síntesis del ingegno. Rehusando lospresupuestos metafísicos de la ciencia cartesiana, Vico redefine el objeto del conocimiento filosófico.Excluye toda ciencia auténtica de los fenómenos físicos y opone a la inteligencia de las causas el cono-cimiento del “genre” o génesis del obrar humano en la historia. Se encarga así de reinterpretar los oríge-nes y la evolución de las civilizaciones humanas a la luz de las leyes desprendidas de su metafísica.

A través de un arte del discurso que se relaciona a la vez con la retórica del barroco moderadoitaliano y con la desarrollada por el Pseudo-Longino en el Tratado de lo Sublime, Vico quiere hacerde su reconstrucción de la historia de la humanidad una oratio sublimis, recorrido a la vez de eleva-ción espiritual y de revelación escatológica.

Introducción. Cap. I “Méthode de la critique et critique de la méthode”. Cap. II “Épiste-mologie, gnoséologie et rhetórique dans le De Antiquissima Italorum sapientia”. Cap. III“Ingenium acutum et Brevitas: les moyens d’une rhétorique du sublime”. Cap. IV Leprincipe du verum et factum convertuntur comme fondament du Droit universel”. Cap.V “L’ordre des principes”. Cap. VI “L’ordre des choses. Premier essai d’une taxinomiedes phénomènes historiques”. Cap. VII “Du système à la science”. Cap. VIII“L’aboutissement rhétorique”. Cap. IX “L’oratio sublimis ou l’extase de l’ordre”.Conclusión. Bibliografía.

[Extracto. Información de Cuadernos sobre Vico]* * *

Thomas Hobbes e la fondazione della politica moderna, a cargo de Giuseppe Sorgi, Dott.A. Giuffrè Editore, Milán, 1999, pp. 847.

Se trata de un voluminoso tomo de 847 páginas en las cuales la Facultad de Ciencias Políticasde la Universidad de Terano ha recogido, dentro de la Colección de la Facultad, las contribuciones delhomónimo Congreso Internacional celebrado en noviembre de 1995.

“Intensamente sfidati a dipanare la logica della complessità del sistema hobbesiano –afirrmaGiuseppe Sorgi en la Presentazione de la importante manifestación – si è obbligati a tentare il collo-

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Información

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quio con il filosofo inglese, il quale ha un’attenzione profonda con la realtà dei problemi più diversi,anche più contraddittori della società e della cultura del suo tempo. Sono problemi di realtà alcune altramonto, altre divergenti, numerose, disordinate e, appunto perciò in contrasto tra loro. Hobbes lecoglie tutte, le comprende nelle loro rispettive ragioni, le amplia a segni di realtà problematiche dellanatura umana, dell’uomo di ogni epoca. Perciò al fondo del suo impegno –e qui sta la grandezza dellasua impresa ma anche la enorme difficoltà– tenta di coordinarle tutte in una visione, teorica e pratica,unitaria”.

Justamente, es con esta conciencia de la complejidad y problematicidad del pensamiento deThomas Hobbes, y también de la actualidad de algunas de sus particulares reflexiones, que se celebróen Terano este encuentro de estudiosos promovido por el Ateneo local y que reunió a estudiosos pro-venientes de universidades italianas y extranjeras.

En realidad, el Congreso constituyó el importante momento de una reflexión puesta en marchaen los meses de marzo-mayo de 1989 con una serie de intervenciones dedicadas a Politica e diritto inHobbes1 y proseguida en los mismos meses del siguiente año sobre el tema “Hobbes tra assolutismoe liberalismo”, cuyos resultados, editados en el fascículo XXIV/3-4 de Trimestre, han sido presenta-dos en el curso del mismo acontecimiento2.

Sobre “bifrontismo ideológico” ha discutido Antimo Negri (Lessico meccanicistico e lessicoorganicistico in Hobbes): duplicidad “legible sea en clave liberal o sea en clave totalitaria” o quizás“tanto en clave antiaristotélica como en clave aristotélica”; Karl Schuhmann (Hobbes’ Concept ofPhilosophy) ha intentado destacar “the features distinguishing philosophy for other types of humanthougth and action such as history and religion”; G.A.J. Rogers (Hobbes, Natural Philosophy andReligion: The Laws of Nature and the Moral Law) ha referido “two different readings of Hobbes inrecent years in respect to his religious views (I) the secular view, with Hobbes as the hard-headed ato-mist and the great materialist; (II) the religious view, with Hobbes as the Cristian Calvinist who hasbeen misread by both his enemies and his materialist friends”; con una mirada dirigida al presente,Mario A. Cattaneo (Hobbes e la procedura penale. Tortura e carcere preventivo) ha afrontado lostemas inherentes al derecho procesual penal: el estudioso, concretando una orientación análoga enPufendorf y Thomasius, inserta con pleno derecho al filósofo inglés en una línea contínua “propia deliusnaturalismo moderno”; para Luciano Pellicani (Hobbes e la società borghese) el filósofo inglés fue“un pensador radicalmente hostil a la burguesía y a la propiedad privada”; el ponente refuta, entre otrascosas, la tesis sostenida también por Norberto Bobbio de un Hobbes “teórico del Estado absoluto”;Franco Todescan (Il problema del volontarismo in Hobbes) centra en el filósofo inglés la proposiciónde nuevo, en clave secularizada, del voluntarismo teológico de Duns Scoto y de Guillermo de Occam;sobre “el miedo a la muerte” como “nudo fundamental” de la antropología hobbesiana ha tratado CarloBonomo (L’attualità di Hobbes per la ricerca psicoanalitica); otros aspectos de la antropología hob-besiana han sido el argumento de la ponencia de Gianfranco Borrelli (Prudenza, follia e malinconianel pensiero di Thomas Hobbes): el ponente ha intentado llamar la atención de los estudiosos sobre el“rol” y sobre la “importancia” de estos temas en el contexto de la teoría política del filósofo inglés; elproblema de la temporalidad en la política ha sido discutido por Giovanni Fiaschi (Hobbes e il tempodella politica); de una “Scienza nuova” de Vico concebida como “una respuesta crítica a la posiciónhobbesiana” se ha ocupado Umberto Galeazzi (Vico critico di Hobbes); Lorella Cedroni(Rappresentanza e istituzioni in Hobbes) ha estado interesada por la doctrina hobbesiana de la repre-sentación, entendida como “el elemento más original de una teoría política que el “Leviatán” presen-ta con respecto a las obras políticas anteriores”; una confrontación entre Grocio y Hobbes en relaciónal derecho natural ha sido desarrollada por Silvio Suppa (Il diritto naturale in Grozio e in Hobbes) conla intención de “diferenciar a los efectos de sus relativas teorías”.

Otras intervenciones: Marilena Saracino (Shakespeare, Hobbes: Language, Law, Nature);Paolo Pastori (Tradizioni e critica della modernità: Riflessi hobbesiani nel conservatorismo cattolicodalla rivoluzione alla restaurazione); Giovanni Franchi (Del Vecchio e la cultura hobbesiana tra le

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due guerre - Inediti del’epistolario di Giorgio Del Vecchio); Dimitri D’Andrea (Prometeo e Ulisse.Natura umana e ordine politico in Th. Hobbes); Filippo Montefusco (Intorno alla multiformitàdell’obbligo politico: Oakeshott interprete di Hobbes); Carla Carabba (La concezione assolutisticadello Stato in Hobbes e in Spinoza); Francesco de Aloysio (Hobbes, Kelsen e Bobbio); FabrizioSciacca (Dimensioni dello Stato tra Hobbes ed Hegel); Adalgisa Amendola (Il corpo politico: una giu-ridicizzazione imperfetta).

Con la esperanza de no haber dejado de referir a alguna otra contribución, nos excusamos deantemano con cualquier posible estudioso. Cualquier balance crítico, incluso provisional, sería pre-maturo; un juicio adecuado sólo será posible tras la lectura de las Actas, que auspiciamos serán edita-das en breve tiempo de manera que permita a un mayor número de estudiosos extraer útiles sugeren-cias de reflexión. Pretendemos poder concluir estas notas subrayando la impronta filosófica delCongreso y la actualidad de muchos de los temas discutidos durante las tres jornadas de trabajo.

NOTAS1. Se trata de un curso de seminarios, organizados por las Facultades de Derecho y de Ciencias Políticas del

Ateneo teramano, cuyas contribuciones de F. Mercadante, K. Schuhmann, R. Polin, F. Gentile, G. Calabrò, S.Goyard-Fabre, M.A. Cattaneo, V. Scordamaglia, B. Willms, P. Collier y R. Buttiglione, junto a las intervencionesde S. Cotta y K.M. Kodalle, han sido recogidos en el volumen Politica e diritto in Hobbes, a cargo de GiuseppeSorgi, Milán, 1992.

2. Nuovi contributi hobbesiani, a cargo de Giuseppe Sorgi, Trimestre, XXIV/3-4 (1991); como nos informael mismo compilador, los ensayos recogidos en el volumen, que se abre con una contribución de G. Calabrò(Hobbes e Ilting), han sido ordenados “respetando antes un itinerario hobbesiano y a continuación un criterio his-tórico”: la primera parte comprende los estudios dedicados a la antropología, o sea los de M. Caserta (Stato di natu-ra e individuo naturale) y G. Sorgi (Paura e psicologia politica); les siguen los más propiamente políticos: G.Borrelli (Rappresentanza assoluta e scambio politico); L Cedroni (Hobbes e Rousseau); G. Cotta (Mito e simbolopolitico); G. Borghi (La politica e la tentazione tragica), G.F. Lami (Hobbes come Giano); la parte siguiente estádedicada a los aspectos jurídicos y económicos del pensamiento hobbesiano: a los primeros se refieren las contri-buciones de G. Boss (Droits e raison) y S. Armellini (Il problema delle ricompense); a los segundos el trabajo deM.E.L. Guidi (Il ruolo delle classi commerciali). El volumen concluye con L’Hobbes di Alain (E. Baglioni), deGiuseppe Capograssi (M.G. Esposito), de Carl Schmitt (P. Pastori) y della recente storiografia tedesca (M.P.Paternò). Para el encargado de la compilación, la indagación de “nuevas certezas” resalta el convencimiento “acer-ca de la utilidad, teórica y práctica” de las “diversas dimensiones” del sistema filosófico del pensador inglés.

[Franco Ratto]

En la presentación de las Actas, el editor a cargo de ellas destaca cómo la riqueza hermenéuti-ca y la complejidad del pensamiento hobbesiano han levantado ciertas empalizadas que han opuestoentre sí no sólo a autorizados estudiosos sino a completas escuelas de pensamiento y que constituyen“un problema para quien se acerque a la obra hobbesiana”; ni faltan pasajes de “dudosa intepretación”(p. X) ni puestas en confrontación con otras, verdaderas y propias “ambigüedades quizás como caren-cia de claridad expositiva o como variantes de la doctrina de una a otra de sus obras, quizás como ver-daderas incoherencias lógicas por posiciones afirmadas en principio pero luego desmentidas en lasaplicaciones, quizás hasta como forzaduras y sutilezas de razonamiento con fuerte olor a sofisma” (X-XI). Conectando con las observaciones expresadas por Norberto Bobbio en la ‘Premessa’ al volumenThomas Hobbes ya en 1989, Sorgi nota cómo el actual problema que caracteriza a la literatura hob-besiana de los últimos años se resume en la individuación del “tema central”, del “núcleo fuerte” deaquel pensamietno reasumible en la necesidad para “el hombre de salir de anarquía natural [...] y esta-blecer la paz (XI) creando el Estado como poder común. Para el encargado de la edición, el núcleo delpensamiento hobbesiano puede concretarse “en el empeño (del filósofo) por recoger todas las con-tradicciones existenciales del hombre para resolverlas en el ámbito de lo político, bajo la guía de una

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soberanía cierta y eficaz” (XII, cursiva del autor). Aludiendo luego a los frecuentes vínculos con lasSagradas Escrituras y a la “no despreciable dimensión del carácter religioso del discurso hobbesiano”Sorgi observa cómo dicha presencia “no sólo no ha disminuido la grandeza [...] sino que enriquece lasustancia, como sucede, por ejemplo, para su antropología” (XIV).

En 1995 el mismo Sorgi había tenido a su cargo, siempre en la milanesa editorial Giuffrè y parala “Colección” del Ateneo teramano, una colección de ensayos de autores varios titulada Diritto ePolitica in Hobbes (pp. 224): el estudioso, al advertir cómo “algunos escenarios del cuadro social huma-no [...] parecen tornar a nosotros desde las páginas del Leviatán” (IX), afirma que, si por un lado no pode-mos “pedir a Hobbes la receta para los males de hoy –tanto porque sus soluciones son tal vez intrínse-camente contradictorias, como porque las situaciones, tanto las reales cuanto las culturales, son diversas,hoy respecto a entonces, y hoy, de lugar a lugar”–, por otro lado sus reflexiones “terminan por volver aemerger con una rica carga de actualidad” porque hoy el problema no es aquél de “fundar y reordenar unEstado, sino de refundar lo 'político'” (ibid.). Brevemente, para Sorgi el mérito principal de Hobbes con-siste en el hecho de que él, “más que cualquier otro pensador, va al punto más profundo de la raíz de laque nace, para la historia y para la vida psíquica, el concepto y la realidad de 'lo político' tanto en el hom-bre particular como en la colectividad”. “Y puesto que se trata –precisa el estudioso– de un fenómenoque es inextinguible en la vida humana, cada época de la historia podrá descubrir en Hobbes un ciertogrado de actualidad” (X). El volumen contiene los siguientes ensayos: Karl Schuhmann, Hobbes and thePolitical Thought of Plato and Aristotle; Francesco Gentile, La norma fondamentale e le leggi nella sis-temazione geometrica dell'esperienza giuridica: Hobbes a confronto con Ke/sen; Raymond Polin, Les“lois de nature” à la mode Hobbes; Sergio Cotta, L’opposition de Montesquieu à Hobbes; SimoneGoyardfabre, De la philosophie première à la philosophie politique dans la pensée de Thomas Hobbes;Klausm Kodalle, Aspekte der politischen Theologie von Thomas Hobbes; Mario A. Cattaneo, Hobbes eil fondamento del diritto di punire; Bernard Wilms, Hobbes als postmoderner Denker; Teresa Serra,Attualità di Hobbes; concluye el volumen la reedición del ensayo de Anna Maria Battista, Hobbes e lanascita della psicologia politica (editado en 1982), que ha constituido un momento de despliegue –enparticular para los aspectos antropológicos–, en los estudios del filósofo de Malmesbury.

[Franco Ratto]* * *

Miguel A. Pastor, Fragmentos de filosofía civil. (Ensayos y estudios bibliográficos), Ed.Kronos (Colección Mínima del CIV), Sevilla, 2001, pp. 114.ISBN 84-86273-41-2.

En este volumen se reunen pequeños ensayos, reflexiones personalesy consideraciones inducidas por otros afines, que han interesado particu-larmente al autor, e interesado también a sus alumnos de Doctorado.

Son reflexiones, en principio, sobre Filosofía política; pero el deter-minante aquí es el término y la realidad de la filosofía, pues piensa el autorque, en filosofía, la política y la ética forman un todo que los hechos mues-tran generalmente indiferenciable. Un todo que bien podríamos denomi-nar “filosofía civil”, aquella que tiene por objeto el vivir civil. Es desde elcarácter práctico de la filosofía desde el que se reconocen problemas quetienen una incidencia fundamental en la experiencia de los sujetos indivi-duales y en su vida colectiva; problemas que al presencializarse entrenosotros nos muestran, al mismo tiempo, que no carecen de peculiarida-

des propias para los otros y que no pueden ser del todo compartidas por nosotros.Pensar sobre las formas de la vida de la gente, sobre sus costumbres, sobre su modo de ser,

como pueblos y culturas, implica un replanteamiento de nuestra relación con ellos, la cual no puede

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dejar de tener un caracter político, más allá de que se pueda y se quiera distinguir, como haría Kant,entre la política como se realiza y la política como debiera realizarse, o sea, entre política y ética. Asípues, el hilo conductor parece ser la filosofía política, que no puede diferenciarse de la ética; por esoMaquiavelo también surge como guía respecto a muchos de nuestros temas ético-polítcos, aparente-mente circunscritos a su tiempo y que, sin embargo, la realidad humana actualiza de forma problemá-tica una y otra vez. Algunas veces de forma casi jocosa, como en el libro de McAlpine, otras de formaarriesgada, como en el libro de Bermudo.

Tal vez usando el contexto histórico como pretexto, el autor ha querido pensar –y pensar-con–la situación individual y social de un sujeto, de un yo, nosotros, que debe resolver y conciliar, si esposible, su existencia en (y con) un mundo en el que siguen dándose aberraciones, conductas sin sen-tido desde el punto de vista ético, y comportamientos aparentemente contrarios o sin justificación,desde las coordenadas bienpensantes de un mundo que nos ha “tocado” en suerte vivir. Bajo esta moti-vación hemos abordado cuestiones esenciales como “Los orígenes de la democracia y la doble justifi-cación aristotélica de la esclavitud”, o “Una forma renacentista de heroicidad: la conjura”; o reflexio-nando sobre la herencia maquiaveliana, como “¿El legado maquiaveliano, o buscando un Maquiavelopara ejecutivos?”, “La máscara del ex-Secretario florentino”, “Renacimiento y modernidad”, “Ciencia,fe y praxis: los orígenes del mundo moderno”; o recensionando aspectos de la razón política, como“La insoportable liviandad del ser (político)”, “Riesgo y aventura de la razón ilustrada”, o “Igualdadno es fraternidad”.

En este libro se aborda la filosofía política, la ética, no sólo para entender el pasado reconstru-yéndolo en su propia imagen sino, principalmente, para analizar y dar sentido a nuestro presente. Poreso también, en muchas ocasiones, el soporte de las reflexiones que contiene son lecturas concretas deobras elegidas, no inocente o desinteresadamente. No pueden ni deben serlo. Las preguntas y los pro-blemas de hoy, ya han sido: acudimos al ayer con las cuestiones y los problemas del presente.

[Extracto. Información M.J. Rebollo]* * *

Fabrizio Lomonaco, Tolleranza e libertà di coscienza. Filosofia,diritto e storia tra Leida e Napoli nel sec. XVIII, Liguori Editori,Napoli, 1999, pp. 247.

“En el centro de la investigación esta el paso de la antigua virtudcristiana de la tolerancia al moderno derecho de libertad de religión y deconciencia, sostenido por la virtud civil de la prudencia. Por ello, en elanálisis de los escritos de Gerard Noodt, Jean Barbeyrac y GianfrancescoConforti, ha sido dedicada particular atención al modelo naturalista delsiglo XVII de Grocio y Pufendorf, con referencias a los temas centralesdel debate político-filosófico contemporáneo: el poder de la verdad y lasrelaciones con las temáticas de la ‘evidencia’, de la ‘creencia’ y del‘error’; la condena del pirronismo histórico y la confrontación con lastesis de Bayle; el pluralismo religioso en el Estado; la definición de la pre-

rrogativa y de los límites del poder soberano en el ámbito religioso y la nueva noción de ‘toleranciacivil’; la compleja transición a la república en la Nápoles del XVIII y la revisión teórica del problemade la tolerancia a la luz de las contradicciones de una cultura política detenida en las posiciones delregalismo, considerado único sostén del anticurialismo”.

En otras palabras, Lomonaco afronta un complejo de temas cruciales para la formación de laconciencia moderna, temas que él analiza de modo agudo y con amplia erudición, como ha sidosubrayado por Govaert C.J.J. van den Berg en el Prefacio al volumen. De hecho, para el estudiosoextranjero, “this book is an important step in the ongoing international endeavor to chart an intellec-

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tual landscape which had its centre in the Netherlans but which as far as Naples in Italy and elsewhe-re” (p. XIV).

En su Presentación, Lomonaco observa cómo, a pesar de que la “historia de la tolerancia en lossiglos XVII-XVIII” ha sido ampliamente examinada en todos sus aspectos, todavía se obtiene laimpresión que también los estudios recientes se fundan sobre una idea de tolerancia indiferenciada ygenérica; él, no obstante, hace suyo todo lo afirmado por Antonio Rotondò en 1992, es decir, mantie-ne como oportuno considerar “un tableau unitaire où il n’est pas rare que s’opposent, tout en se nouantet en cohabitant, trois grands éléments: irénismes des différents tendances; projets d’une tolérancecivile distincte de la tolérance ecclésiastique et entendue comme capacité de neutraliser les effets del’intolérance ecclésiastique; revendications de la liberté de conscience”.

En estas páginas el Autor se detiene, por tanto, sobre la cultura holandesa e italiana del sigloXVIII, en particular sobre G. Noodt, J. Barbeyrac y G. Conforti; de los dos primeros él privilegia las pro-blemáticas jusnaturalistas que sabiamente reconduce al modelo trazado por Grocio y Pufendorf: en estecontexto, el Autor se detiene sobre dos temáticas que recorren todo el volumen:“el encuentro con el armi-nianismo holandés de fines del siglo XVII (de Phillip van Limborch e Jean le Clerc) y el ininterrumpidodiálogo con Grocio acerca de los orígenes y los límites de la summa potestas” (p. 2). Además, Lomonacono deja de subrayar la influencia ejercida sobre el mismo concepto de tolerancia por algunas problemá-ticas filosóficas desarrolladas en el ámbito del“cartesianismo holandés de fines del siglo XVII” (ibid.).

De particular interés, en nuestra opinión, es el último de los tres capítulos en los cuales se arti-cula el volumen, dedicado a las relaciones entre Italia y Holanda: en estas páginas emerge, como yasucedió, “a inicios del siglo XVIII, en Holanda, la atención dedicada a las voces de la cultura italiana[acrecentadas] progresivamente, superando los tradicionales prohibiciones confesionales. Se trate dehistoria o de matemáticas, de medicina o de ciencia s naturales, de derecho o de filología, todo cuantoproviene de Italia suscita un interés inmediato” (p. 126). Del mismo modo, “en la Italia meridional deentre los siglos XVII y XVIII el interés por la cultura holandesa fue favorecido por la obra de bibliófi-los y editores, por la libre circulación de las ideas, activa sobre todo en los círculos doctos de Nápoles,considerada por Muratori, en los inicios del siglo XVIII, la ciudad más libre de Italia” (p. 130).

En este contexto, Holanda surge por tanto como un mito del cual, no por casualidad, se exalta“el modelo de organización cultural que, con academias, Universidades y activísimas casas editoria-les había hecho de la tolerancia y de la libre circulación de las ideas las leyes fundamentales de la vidacivil” (p. 130). El Autor recuerda el papel desarrollado en Nápoles por Giuseppe Valleta, sus interesesen las temáticas jurídico-políticas y su rica y actualizada biblioteca; alude también a la “función críti-ca esencial” desarrollada en el ambiente cultural y político partenopeo de los escritos sobre el derechonatural de Grocio, Pufendorf y Selden.

La Academia de Medinaceli había constituido un punto de referencia no sólo cultural sino tam-bién político por aquella clase civil que aspiraba a la creación de un estado moderno: de tal modo lareferencia a Grocio “asumía un significado político preciso en la polémica antifeudal” y expresaba suaspiración “por la unidad y la independencia de la realidad estatal meridional” (p. 134). El Autor seña-la también el interés de Giambattista Vico por el jurisconsulto holandés: es conocido por los estudio-sos del napolitano “el relevante carácter que en su formación cultural asume su reflexión sobre el dere-cho natural y, en particular, sobre el jusnaturalismo grociano” (p. 135).

Más allá de un análisis profundo de los temas que hemos señalado, el volumen ofrece tambiénal lector un cuadro del ambiente napolitano rico en intereses y fermentos nuevos, plenamente inserta-do en el circuito cultural y filosófico europeo. El apéndice, igualmente dividido en tres partes, res-pectivamente coligadas a los tres capítulos, propone nuevamente “algunos de entre los textos másrepresentativos de los autores y de las temáticas examinadas” (p. 3) que contribuyen a esclarecer elpensamiento mediante una aproximación directa.

[Información de F. Ratto. Trad. de M. A. Pastor]* * *

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A. Savignano, Introduzione a Miguel de Unamuno, ed. Laterza, Bari, 2001, pp. 202.Una nueva monografía es la que Armando Savignano dedica a Miguel de Unamuno, en la que,

a través de cinco capítulos fundamentales, el autor investiga la obra y el pensamiento de Unamuno conmétodo historico-filosófico y filológico. En el primero de estos capítulos (pp. 3-35) Savignano consi-dera los años de la formación intelectual de Unamuno, dentro de los que se puede destacar una fasejuvenil (1884-1897) que se caracteriza desde el punto de vista filosófico-religioso por el racionalismohumanista y el misticismo, nacidos después de una educación católica, a la que sigue la pérdida de lafe coincidiendo con los estudios universitarios de Madrid y las lecturas sobre el racionalismo y posi-tivismo de aquellos años.

Desde la lectura de los ensayos En torno al casticismo se puede destacar el pensamiento políticode Unamuno en este período que se caracteriza por instancias liberal-socialistas humanistas, y en los queestá expresada la que es la posición de Unamuno frente a los temas de la generación del 98. Junto a losensayos, hay obras como Paz en la guerra, Nuevo mundo, Diario íntimo que tienen importancia tambiénpor lo que se refire a la segunda fase de su reflexión, la que se distingue por la crisis religiosa del 97,hecho importante en la vida de don Miguel y de las que Savignano destaca los contenidos fundamental-mente existenciales. Con referencia a eso lo que piensa Unamuno es: España tiene que volver a su pro-funda tradición cultural y filosófica, por supuesto, para hacerse patria del espíritu y españolizar, de talmanera, a toda Europa que se ha hecho tierra de árido positivismo. Ilustrando todo eso, Savignano subra-ya las que han sido las influencias en el pensamiento de don Miguel del krauso-positivismo y en parti-cular la de Giner de los Ríos, pero también la de Sanz del Río, Santa Teresa, San Juan de la Cruz, FrayLuis de León, Amiel, Spencer (pp. 19-30). En estos años se puede distinguir también una adhesión deUnamuno al ideal socialista como contestación al marasmo español, y que Unamuno concibe en senti-do de una reforma ético-religiosa y cultural y en el que se puede destacar la influencia de Rousseau, Kant,Hegel, junto a la de Marx, del que se distingue por el hecho de que Unamuno prefiere las característicasético-humanistas y libertarias del socialismo y el papel que en ello desarrolla la religión.

Otra fase en la vida de don Miguel es la de madurez (1904-13) que se caracteriza por el idea-lismo ético y, pr tanto, por su Vida de don Quijote y Sancho, a la que Savignano dedica el segundocapitulo de su texto (pp. 36-59). Es ésta una etapa que se liga directamente a la primera y que de ellabrota; desarrollo que Savignano muestra a partir siempre de la obra central que es el Diario íntimo, enel que se puede destacar todo el proceso religioso-existencial que llevará a la elaboración de una nuevafilosofía y una nueva antropología por parte de don Miguel, expresada en los ensayos de 1900.¡Adentro!, La ideocracia, La fe. La filosofía tiene como objeto y sujeto principal el hombre, por esoahora fe significa crear lo que no vemos y la fe en Dios es algo que procede de la fe en nuestra exis-tencia sustancial; por la elaboración de su filosofía Unamuno recibe la influencia de Sabatier, Ritschly Robertson, además de la de James, con el que asocia la voluntad de creer con la voluntad de sobre-vivir. Pero Savignano destaca el pesimismo transcendental que hay en la reflexión unamunianaponiendo de relieve su adhesión a la filosofía de Leopardi –en el que el pesimismo se hace creador–,pero no sólo, ya que en Unamuno encontramos también la influencia de Schopenhauer, de Amiel, deSenancour, de Sabatier, que incitarán él a la elaboración del concepto de resignación activa que sub-yace en su filosofía de la acción; filosofía que tiene una inspiración moral kantiana y por la que exis-tir es obrar. Así brota su obra de 1905: Vida de Don Quijote y Sancho, que tendrá tanta difusión enItalia, en la que se puede destacar –como pone de relieve Savignano– toda su aptitud espiritual que “veen la vicisitud donquijotesca –afirma Savignano– las líneas maestras del verdadero espíritu español yademás la única posibilidad para llegar a las alturas filosóficas, además de un potente estímulo paraabrazar una vida fundada en el idealismo ético, el heroismo trágico” (p. 47) para conquistar la inmor-talidad, para una fe fundada en la voluntad.

El tercer capitulo está dedicado totalmente a la obra quizá más filosófica de don Miguel: DelSentimiento trágico de la vida (pp. 59-89), que es también uno de los libros de religión más impre-

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sionantes del siglo XX, como lo define P. Garagorri. Dos son los temas fundamentales que Savignanosubraya: ansia para el destino humano que don Miguel quiere inmortal –y del que sale su filosofía quepor eso se carga de retórica y por tanto de poesía, así como se puede ver por estilo, sea por la con-cepción de la filosofía como engagement personal y se hace ciencia de la tragedia de la vida. Otrotema fundamental es el de la preocupación por la personalidad que en Unamuno tiene un sentidoético-existencial y que se puede encontrar también en el Rosario de sonetos líricos. Todo eso estáexpresado por medio de un lenguaje paradójico, lenguaje que expresa la pasión y por tanto la volun-tad de creación desesperada, que le lleva a Kierkegaard. Esa filosofía de Unamuno –destacaSavignano– tiene en sí una doble alma: una escéptica, heredada del racionalismo que don Miguel cul-tiva por muchos años; otra mística que está en el objeto de la misma filosofía, o sea el hombre de carney hueso, el hombre integral que constituye el centro del universo y que tiene que llegar a la más pro-funda conciencia de sí mismo por el sufrimiento y el dolor.

La posibilidad de la nada se revela en el momento en el que se busca a sí mismo, y contra lanada don Miguel lucha agónicamente por ser, al contrario, todo. Pero lo particular de esta lucha–subraya Savignano– es la duda de la inmortalidad personal, de la conquista del todo, que Unamunotoma como primer objetivo y frente al que el hambre y la perpetuación en el linaje como posibilidadde inmortalidad, se consideran simples sustitutos. Esta es una lucha que lleva al hombre al fondo delabismo, en el que se puede destacar una tensión insuperable, una ‘dialéctica que nunca llega a la sín-tesis hegeliana –afirma Savignano– y está más cerca de las posiciones de Carlyle y Kierkegaard y sepuede asimilar a una dramatización de las antinomias de la razón pura (Kant), transferidas todavía enel nivel práctico-existencial’ (p. 74). Y ya que no se puede llegar a una pacificación entre nuestra parteescéptica y la mística, he aquí que necesita que la guerra se viva de manera tal que se haga de ellanuestra condición existencial. ¿Pero cómo se sale del fondo del abismo? Ya que la certeza de la muer-te o de la inmortalidad hacen igualmente imposible la vida, porque sería una coerción de la libertad yla lucha para la búsqueda de un sentido, don Miguel prefiere quedarse en la incertidumbre entre el sery la nada; una incertidumbre que es salvadora porque es creadora, fundamento de una vida activa.

¿Cual es el papel que Dios tiene en la reflexión unamuniana? Dios es persona y conciencia deluniverso y existe para el universo y Unamuno lo concibe como amor, voluntad y persona más quecomo pensamiento y razón, que es calificación sólo secundaria. Dios es al mismo tiempo finito e infi-nito, indefinible para la razón discursiva, y tiene que preparar la salvación de todo y todo el mundo.A este Dios Unamuno llega, no por medio de los argumentos de la razón abstracta –como es el casode Ritschl y Sabatier–, sino por los del corazón, partiendo del argumento de que hay que crear a Diospara salvar al universo de la nada. De aquí, pone de relieve Savignano, brota una moral de la crea-ción, que tiene caracteres existenciales, pero que es también anti-intelectualista porque prefiere unajustificación partiendo de la experiencia vivida, como es la de don Quijote en lucha desesperada con-tra el destino y la muerte, fundamento de la moral heroica, ya que su desesperación trae consigo laesperanza. En esta moral se puede individuar un imperativo ético de eternidad que, al contrario delque encontramos en Kant, implica no sólo el deber, sino la voluntad de buscar la felicidad, ya que lafinalidad del querer es el ansia de más vida; he ahí entonces que el postulado transcendental de la éticade don Miguel es la inmortalidad del alma y por tanto tiene su primer fundamento en la religión. Sila influencia de los protestantes liberales –destaca Savignano– se puede ver muy claramente en estaconcepción de Unamuno que llega a la secularización del officium, a la moral de la guerra, en resu-midas cuentas a una ética social, la misma influencia se puede poner de relieve también en la cristo-logía de don Miguel.

La cristología de Unamuno es investigada por Savignano en el cuarto capitulo: Filosofia eReligione (pp. 89-111), en el que subraya incluso la importancia que en Unamuno tiene la religión dela palabra; en efecto se puede ver “una profunda unidad –dice Savignano– de inspiración en la ima-gen unamuniana de Cristo por lo que se refiere tanto a la expresión poético-literaria como por la filo-sófico-teológica” (pp. 90-91). Una figura, la de Cristo, que está siempre presente en la obra de don

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Miguel y que se puede destacar en muchas páginas del Diario íntimo y siempre se estudia a partir deuna postura de profunda veneración. El Cristo de Unamuno es el El Cristo de Velázquez, el Cristointrahistorico de los creyentes agónicos, el que expresa la lucha eterna entre la vida y la muerte. Luchaque encontramos expresada también en La agonía del cristianismo que “se refiere tanto a la lucha–destaca Savignano– entre la voluntad de transcendencia y la historia como a la experiencia subjetivadel creyente, el que por un lado vive en la ciudad terrena y por otro tiene una vocación para la ciudadde Dios” (p. 101). Clausura este capítulo dedicado a la relación filosofía/religión en Unamuno, el aná-lisis de la novela San Manuel Bueno, mártir en la que don Miguel reflexiona sobre su vida y su obraa la luz de la lucha que informa su existencia: fe/razón.

San Manuel Bueno, mártir nos lleva hacia el último capítulo del libro de Savignano: Il misterodella personalità (pp. 111-135) en el que se estudian particularmente las novelas de Unamuno en cuan-to novelas existenciales, en las que no hay sólo elementos autobiográficos, sino una investigaciónsobre el misterio de la personalidad y de la relación vida/muerte, por el que se puede definir la nove-la unamuniana incluso como meditatio-mortis. Novela sui generis la de don Miguel porque, como laVida, no tiene un plan de desarrollo –si se excluye Paz en la guerra que es novela histórica– sino queen ellas se puede destacar un argumento que se hace por sí mismo. A partir de eso, Savignano anali-za ora la figura de Augusto, personaje principal de Niebla, sumergido en la niebla existencial quebusca el todo frente a su vida que es nada (pp. 111-119), ora investiga el conflicto intersubjetivo expre-sado en Abel Sánchez (pp. 119-122), la lucha para el reconocimiento del hombre en Tres novelas ejem-plares, el problema angustioso de la identidad en El Otro, hasta llegar a la novela casi por definiciónautobiográfica: ¿Como se hace una novela? que el mismo don Miguel define novela de la novela, ycreación de la creación (pp. 124-127).

Todo eso nos hace pensar en el hecho de que don Miguel reflexiona sobre su obra, como élmismo afirma en una carta a Ortega. Y la ultima reflexión –como subraya Savignano– es El resenti-miento trágico de la vida, que constituye el tejido de la que tenía que ser otra obra de don Miguel, enla que quería casi reflexionar sobre toda su obra, a la luz de los nuevos trágicos acontecimientos quetraerán España a la guerra civil. Obra que no escribiría porque murió el 31 de diciembre de 1936, osea cuando estalla la guerra y por un ictus, como ha mostrado Antonio Heredia en su BartoloméAragón: Último interlocutor de Unamuno (en “Naturaleza y Gracia”, n. 2-3, mayo-diciembre, vol.xlvii, 2000, pp. 837-876).

Clausura el volumen de Savignano una minuciosa cronología de la vida y de la obra deUnamuno (pp. 137-139); una historia de la crítica (pp. 141-166) dividida en dos etapas fundamenta-les y que coinciden con las celebraciones del centenario del nacimiento y el cincuentenario de la muer-te, cuando se percibe claramente el fundamental autobiografismo de la obra de don Miguel; y una apli-cada Bibliografia (pp. 168-196) hasta el año 1999.

[Carmine Luigi Ferraro]* * *

J.D. Fernández Gómez y A. Pineda Cachero, La belleza embriagadora. El mito deDionisio en la publicidad, Alfar, Sevilla, 2002.

Bien interpretada, la publicidad y su pragmatismo pueden convertirse en un modo de conoci-miento de la sociedad moderna. La intencionalidad en que radica su éxito está asentada sobre el ima-ginario colectivo, utiliza un código que normalmente conocemos y que de alguna forma nos resultafácil de asumir, por eso podemos afirmar que, retorcido o no, la publicidad es un espejo en el que pode-mos vernos reflejados. Con este objetivo se plantean los autores del libro el análisis del mito deDionisio en la publicidad. Dionisio, el dios del vino, que representa el desorden físico y moral almismo tiempo, resulta un lugar común en nuestra conciencia colectiva, por eso tiene reservado unhueco en el panorama publicitario moderno, cuyo enclave nos propone una ideología existencial muy

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particular donde se produce la exaltación de lo exuberante y lo irracional, a cuyo culto se entreganciertos sectores de las sociedades modernas: todo comienza con una instintiva seducción que desem-boca irremediablemente en alguna forma de placer orgiástico. Así, corroborando la común aceptacióndel mito, afirman los autores: “Entre las consecuencias positivas para la publicidad extraíbles de laactualización del mito radica en el fuerte carácter persuasivo (abiertamente seductor) de la universali-dad y atemporalidad de lo dionisíaco” (p. 164).

Ésta es la principal constatación que se nos ofrece en el libro, para ello se nos invita a conocerel nacimiento y significado del mito en la cultura clásica para poder desentrañar los mitemas básicos(el alcohol, lo telúrico, la fiesta, el poder del goce, el toro como prototipo de la publicidad dionisíaca)que permiten a los autores exponer un análisis pormenorizado de diferentes y actuales campañas publi-citarias con el objeto de descubrir dónde reside su aceptación y éxito. Sin embargo, para el lector ave-zado también resultará una oportunidad para reflexionar acerca de la actualidad y modernidad del mitoo, como se nos anuncia en la introducción, de la naturaleza de nuestra formación colectiva: “Igual quetenemos un pequeño Narciso en nuestro interior, también tenemos un pequeño Apolo y, lo que es máspreocupante, mal que nos pese, un pequeño Dionisio” (p. 22).

[Jaime Covarsí Carbonero]* * *

II SEMINARIO INTERNACIONAL DE FILOSOFÍA POLÍTICA:GIAMBATTISTA VICO Y EL MUNDO MODERNO

Del 22 al 25 de septiembre de 2003, se llevó a cabo a triunfo el Segundo SeminarioInternacional de Filosofía Política: Giambattista Vico y el Mundo Moderno, realizado en las instala-ciones de la Rectoría General de la Universidad Autónoma Metropolitana de la Cuidad de México,contando con la participación de especialistas, profesores, alumnos y público en general interesado enconocer más de cerca al autor napolitano.

Dentro de la lista de los especialistas participantes encontramos al Dr. Giuseppe Cacciatore(Director del Departamento de Filosofía de la Universidad “Federico II” de Nápoles, Italia), al Dr.Paolo Cristofolini (de la Universidad de Pisa, Italia), al Dr. Enrico Nuzzo (de la Universidad deSalerno, Italia), al Dr. Josep Matínez Bisbal (de la Universidad de Valencia, España), al Dr. AntonioScocozza (del Instituto de Estudios Latinoamericanos, de Pagani, Italia), y al Dr. Alejandro Gutiérrez(de la Universidad Intercontinental, México). Entre los profesores que participaron se encuentra al Dr.Jorge Velázquez Delgado (de la Universidad Autónoma Metropolitana-Iztapalapa, México), al Dr.Miguel Ángel Sobrino (de la Universidad Autónoma del Estado de México), al Dr. José Luis Barcárcel(de la Universidad Nacional Autónoma de México), a la Dra. Carmen Rovira (de la UNAM), al Dr.Francisco Piñón (de la UAM-Iztapalapa, México), a la Dra. Dora Elvira García (de la UniversidadIntercontinental, México), al Dr. Jorge Rendón (de la UAM-Iztapalapa, México) a la Dra. JulietaEspinoza (de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos, México), al Dr. Roberto Sánchez (dela Universidad de Michoacán, México), al Dr. Pedro Canales (de la Universidad Autónoma del Estadode México), a la Dra. Nora María Matamoros (de la UNAM), al Dr. Evodio Escalante (de la UAM-Iztapalapa, México), a la Dra. María Luisa Barcalett (de la UNAM), al Maestro Víctor Alarcón (de laUAM-Iztapalapa, México) y al Maestro Rubén Mendoza (de la UAM, México).

Se discutía en cada una de las ponencias la preocupación de recuperar los entramados categó-rico-explicativos (teórico-filosófico-metodológicos) del autor napolitano, resaltando y subrayando laimportancia de replantearse las interrogantes prístinas y las necesidades básicas de volver a los “auto-res clásicos” en el mundo moderno. Leer a Vico, hoy, es una de las formas de acercamiento a los pun-tos de detención desencadenantes, es decir, recobrar y recuperar la significación en el devenir socio-histórico, legal, jurisprudencial, político y cultural; dentro de unos tales ámbitos de la vida humana,las necesidades se hacen imperiosas de “este retorno”, para poder entender las interrogantes plantea-

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das desde dentro de la historia. Esto de leer a Vico hoy nos remarca la obligación de regresar a las pre-guntas bases, i.e., a partir de eso que se ha dado en llamar tiempo histórico, el timón, eso de la tras-migración marítima de fámulos rebeldes y las posibles estrategias de sentido común e ingenio.

Se ha expuesto directamente, en posible resumen y síntesis de este segundo coloquio, lo siguien-te: Los “clásicos” –como ha escrito Italo Calvino (y como lo expuso el Dr. Cacciatore)– constituyen “unariqueza” no sólo para quien los ha amado y leído, sino también para quien “se reserva la fortuna de leer-los por primera vez en las mejores condiciones para disfrutar de ellos”1. Esto ayuda a confesar que amenudo no sólo se relee a los clásicos (Vico como tantos otros), sino que a veces se los lee por primeravez. Por lo tanto, tiene razón Calvino cuando sostiene que “cada vez que se vuelve a leer un clásico esun descubrimiento igual al de la primera vez” y “cada primera lectura es en realidad una re-lectura”2.Pero la confrontación con un clásico conlleva el problema del peso que puede tener en nuestra lectura yre-lectura la huella de las lecturas que otros, antes que nosotros, han realizado y la huella que las mismashan dejado en la cultura y en la historiografía. Este último aspecto empuja, gracias a la recomendaciónde Calvino, a otra confesión, y es que a menudo sucede que se entienda y se guste mejor una página deVico (o de Kant o de Platón) cuando se lee desinteresadamente, sin la presión de la preparación de unaconferencia o la elaboración de un ensayo y, por lo tanto, sin la urgencia de acompañar la lectura del clá-sico con la consulta de notas, de aparatos y de bibliografías. Si se piensa sobre todo esto, al leer a Vicohoy, se debe suscribir una vez más la afirmación de Calvino: “un clásico es una obra que provoca ince-santemente una lluvia de discursos críticos sobre sí, pero continuamente se los quita de encima”3.

Un verdadero reto, recepto y asistencia continua sobre los clásicos. Leer a Vico en un mundomoderno, un mundo de herencia estrecha con el pasado, un mundo donde el horizonte se ha envileci-do, se ha empapado de discontinuidad y se ha entrado en una cancelación de los aparatos críticos deantaño, en un mundo dominado por el ostracismo intelectual, la morada del enfermo, la acusación sinremedo, la desolación de la discusión. Un verdadero momento ferino, contrastando la soterrada y soca-vada templanza de razón instrumental, o, mejor escrito, de instrumentalización de la razón, con laholocáustica necedad de aislamiento, vanidad de sabios, impostación contestataria de uno mismo ynegación de movimiento social.

Este II Seminario sobre el pensamiento de Vico abrió la puerta a una discusión que estaba pues-ta en silencio, si no en Italia y España, sí en gran parte de Latinoamérica. El desconocimiento y el ente-rramiento del autor napolitano, por “tradiciones” y “modas acomodaticias”, negadas a “ver y re-ver” lasposiciones críticas, las exposiciones históricas y la caída de una denostada solidificación de los apara-tos, se velaron en una revaloración de enunciados que, precisamente, hablen de la humanidad del hom-bre. La posición de tonos centrales de discusión permitieron el diálogo entre distintas perspectivasinterpretativas y distintos aparatos críticos. De ahí que el tono central de este Seminario fuera el encuen-tro entre Viquianos, Posviquianos, Antiviquianos, no-Viquianos y pensadores que buscan los aportes deotros autores anteriores a Vico en su Ciencia Nueva, en la Autobiografía y en la Antiquísima.

Para los Viquianos, la modernidad en sus “puntos de capitonado”, sólo se puede explicar (conseriedad filosófica) con o a través de los modos expositivos del historicismo y de la Filosofía del autornapolitano, subrayando la importancia de éste con los autores posteriores (un Hegel o un Marx). Laproblemática de traducciones, la “falsa interpretación hermenéutica de los Universales Fantásticos”, ladescontextualización de los enunciados viquianos, han arrogado, para su mala suerte, a un soslaya-miento de las glosas de mayor importancia. La “falsa interpretación hermenéutica” diluye la posibili-dad del quehacer filosófico, entrar en un no-entendimiento o crítica “de mala felpa”, a la economía deldestierro. Esta economía del destierro, en su rostro más libre, ha dejado una profunda huella en nues-tro andar filosófico, en la medida en que los elementos o indicadores analíticos y críticos de Vico, hansido puestos en confrontación, no con ellos mismos, sino con otros que a la vez recurren al primero endeterminadas condiciones sociales. Para éstos, la hermenéutica de Vico es una interpretación delmundo humanista, política, poética, icónica, providencial, jurisprudencial, legal, histórica e historicis-ta, está puesta desde el mismo movimiento del momento, en la explicación de un Platón, de un

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Aristóteles, de un Cicerón, de un Tácito, de un Boecio, de un Grocio, de un Terencio, de un Justiniano,de un Salustio, de un Quintiliano, de un Agustín, de un Santo Tomás de Aquino, de un Bacon, de uncon y contra Descartes. Vico fractura la tradición filosófica, pero no la niega, sino la contiene, la cri-tica y la sintetiza de maneras diversas, referenciales, multifactorial y no-determinista.

Para los Posviquianos, el autor napolitano es una especie de “llegada de lo que se estaba espe-rando”, es decir, que Vico es la antesala para un Hegel, para un Feuerbach o para un Marx. La posi-ción del primero con relación a los siguientes sólo es el continuum de sucesión de puesto, el verum-factum solo una llave de acceso para entender la Bildung de la modernidad. Para los Posviquianos,la herencia viquiana es sólo eso, herencia, que la llegada de un Hegel se encuentra ya como “muer-te anunciada” para Vico, en preámbulo para una razón implícita y explícita de explicación de lascosas y el devenir histórico social del alemán. A su vez, para los no-Viquianos, Vico se reduce a unentramado explicativo premoderno, bajo en potencia y en recepción potencial para pie de página, lle-nando estanterías con la Ciencia Nueva y la posibilidad de ver los equívocos insalvables del napoli-tano. Las tres versiones de la Ciencia Nueva sólo hablan de un malestar, de una inseguridad explica-tiva, de un quehacer por hacer y no-hecho. De una Providencia entendida a medias y utilizada comosoporte expositivo y no como un eje de simetría entre los dioses, los héroes y los hombres. La her-menéutica de Vico sirve para entenderse a sí misma, como una estructura auto-explicativa, de unainterpretación de un mundo lejano, anacrónico y marcado por la discusión de tipo bizantina. Para losque buscan en Vico autores anteriores a él, encuentran un semillero de “nostálgica alusión a tal o cualautor”, diciendo que Vico tal vez leyó o tuvo noticia de esto o aquello. Las posibles investigacionesde autores anteriores a Vico, se retoman como punto de partida para poder entender al autor y susenunciados. Se encuentra lo que se está buscando, no para la estructuración de notas, sino para la con-solidación crítica.

Las cuatro posiciones, independientemente de la simpatía con alguna o varias de ellas, pusie-ron en marcha un II Seminario lleno de confrontación, discusión y crítica, desde donde los horizonteso las condiciones de posibilidad entraron en una intercomunicación Europa-Latinoamérica indispen-sable para el desarrollo de la Filosofía entre los dos mundos. Que no parezca una paradoja, ha expre-sado el Dr. Cacciatore, pero la difusión del pensamiento de Vico en Europa y en el mundo, la atenciónque se ha dirigido a su filosofía fuera de los confines italianos4, han adquirido dimensiones significa-tivas justo cuando por fin se ha salido de los límites de un debate repetitivo sobre su fortuna, cuandonos hemos liberado de la cansada disputa sobre su aislamiento o no respecto a su época y a su mundo,sobre su haber sido cada vez precursor de esta o de aquella dirección filosófica contemporánea, sobresu haber sido moderno o pre-moderno, a la altura o en retraso frente a su tiempo.

En suma, sostener que la nueva actualidad de Vico se ha manifestado –especialmente a partir definales de los años 60 del siglo XX5– justo en el momento en que los estudios italianos e internacionaleshan abandonado el terreno de la investigación de las etiquetas y de las fórmulas bajo las que catalogar alfilósofo napolitano y se ha vuelto a reflexionar y a discutir a partir de su obra y de los contenidos de supensamiento. Esto ha conllevado, en una forma tal, a un cambio en la manera de leer los textos de Vico,no sólo desde el punto de vista filosófico-interpretativo, sino también desde el histórico-filológico.

El modo de leer un clásico no es sólo una cuestión de técnica textual o de metodología filoló-gica; esto a veces puede revelar cuánto peso tenga en el análisis y en la reconstrucción de los textos,sobre su génesis, su estratificación, sobre su fecha de composición, sobre el uso de las citas y sobre lapresencia de las fuentes, sobre su fortuna y transmisión, la presencia de una hipótesis teórica y her-menéutica que a menudo acaba no sólo por sobreponerse al texto, sino incluso por condicionar unacorrecta comprensión. En este sentido, la investigación sobre Vico, al menos a partir de los últimostreinta años del siglo pasado, ha sido también y fundamentalmente un modo nuevo de leer los textos,librándolos de algunas premisas hermenéuticas (pienso en la reconstrucción, incluso benemérita bajomuchos aspectos, que de las obras de Vico ha realizado Fausto Nicolini) que, para ser coherentemen-te mantenidas, comportaban el privilegiar de este y no de aquel otro texto (es ejemplar la cuestión de

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la edición de la Ciencia Nueva de 1730), de este o de aquel otro momento del camino filosófico deVico –ha comentado genialmente el Dr. Cacciatore–.

En suma, gracias al denominado “nuevo curso” de los estudios sobre Vico, se ha intentado satis-facer una exigencia “no sólo técnica, de un más inmediato contacto con la voz auténtica del clásicoexaminado en sí y por sí. En el fondo, también la toma de distancia de las finalidades de la edición deLaterza ha confirmado el valor histórico, coherente con el carácter de historicidad de cada lectura einvestigación historiográfica que alimenta una edición críticamente perseguida”6.

Con estas lecciones de grandeza elocuente y plataforma reflexiva, la confrontación entreEuropa y Latinoamérica, ha dado sus primeros pasos con relación al pensamiento de Vico. Lo que faltaahora es consolidar los lazos de unión y la estructuración de puentes que definan las posiciones, deter-minar las asociaciones y funciones filosóficas para con Vico y, como se esperaría de la Filosofía fren-te a este mundo moderno, de una comunidad, no solo de comunicación, sino más aún, una comunidadde unidad Europa-Latinoamérica a través del intercambio, el análisis, la crítica y la construcción deelementos o indicadores filosófico-políticos e históricos, para que el II Seminario Internacional deFilosofía Política: Giambattista Vico y el Mundo Moderno sea no el último, sino la plataforma de lan-zamiento para la reconquista de espacios para la filosofía. Sólo ello puede dar de nuevo “vida” a lacomunidad filosófica y la transformación de este nuestro mundo moderno.

Notas1. Cf. I. CALVINO, Por qué leer a los clásicos, Milán, 1991, p. 12. Citado en: Cacciatore, G., “Leggere a

Vico, oggi”, ponencia del Segundo Seminario Internacional de Filosofía Política: Giambattista Vico y el MundoModerno.

2. Ibid., p. 13.3. Ibid., p. 14.4. De gran interés, por ejemplo, es la investigación realizada por M. Lilla (cf. “Temi vichiani nella filoso-

fía americana” (en Lettera internazionale, edición italiana, V, n.20, 1989, pp .43-46), También, cf., de M. LILLA elimportante libro Vico. The Making of an Anti-Modern (Cambridge Mass./London, 1993 y 1994), que ha suscitadovastas discusiones por la hipótesis central que lo sostiene: la inclusión del filosofo napolitano en la tradición polí-tica de la “contra-ilustración”. De ello se ha hablado en G. CACCIATORE-S. CAIANIELLO, “Vico anti-moderno?”,Bollettino del Centro de studi vichiani, XXVI-XXVII, 1996-1997, pp. 207-218. Sobre la “fortuna” de Vico en lacultura norteamericana, cf. la informada y puntual intervención de A. BATTISTINI, “Vico in America”, Lettera inter-nazionale, cit., pp. 47-48.

5. Como refiere Cacciatore, justamente se ha hablado de ‘nuevo curso’ de los estudios sobre Vico a partirde los libros y de las investigaciones fundamentales de estudiosos como Eugenio Garin, Nicola Badaloni, PaoloRossi, Pietro Piovani, Giuseppe Giarrizzo, Fulvio Tessitore, Biagio De Giovanni, Andrea Battistini, PaoloCristofolini, Vincenzo Vitiello, Enrico Nuzzo. Esto para limitarnos a Italia, ya que también en el extranjero se hadesarrollado una nueva estación de los estudios sobre Vico: de Pompa a Tagliacozzo, de Grassi a Verene, de Ottoa Fellmann y Trabant, de Pons a Sevilla.

6. Cf. F. LOMONACO-F. TESSITORE, Introducción a G. VICO, Principj d'una Scienza Nuova d'intorno allacomune natura delle nazioni, Napoli, 1730, ed. anastática ms. XIII H 59, Nápoles, 2002, p. 8.

[Rubén Mendoza]* * *

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Istituto per la Storia del Pensiero Filosofico e Scientifico Moderno (C.N.R.)

seminario internazionaleVico nella storia della filologia

Napoli, 21 novembre 2003ISPF - via Porta di Massa, 1

Scala A, III piano(Sala della Biblioteca ISPF)

Hora 9,00Saludo del Director del ISPF, Enrico I. Rambaldi FeldmannFulvio Tessitore (Univ. de Nápoles), Introduzione ai lavori

Preside: José M. Sevilla (Centro de Investigaciones sobre Vico, Univ. Sevilla)Amadeu Viana (Univ. Lleida), Condiciones del pensamiento filológico para laemergencia de la Ars CriticaCecilia Asso (Univ. Pisa), Erasmus redivivus. Alcune osservazioni sulla filolo-gia neotestamentaria di Jean Le ClercFerran Grau (Univ. Valencia), Vico y las razones filológicas del verdadero HomeroPierre Girard (Cerphi, ENS), Redéfinition et instrumentalisation du concept de'philologie' dans la Scienza nuovaHora 12,00 Debate

Hora 15, 00Preside: Andrea Battistini (Univ. Bolonia)Silvia Caianiello (ISPF, CNR), Filologia ed epoca in VicoOlivier Remaud (Cerphi, ENS), Vico, la philologie et la naissance de l'anthropologieGiuseppe Cacciatore (Univ. Nápoles), Vico tra filologia ed ermeneuticaHora 18, 00 Debate

El Seminario inter. sobre el tema “Vico nella storia della filologia” nace por iniciativa de Silvia Caianello(ISPF, CNR) y Amadeu Viana (Unitat de Narrativa i Conversació, Facultat de Llletres de Lleida). Pretende propo-ner una reflexión sobre la obra de Vico en referencia a un tema relativamente poco considerado en la crítica recien-te, pero rico en implicaciones para el destino de la filología en particular y del estatuto actual de las ciencias huma-nas en general. A partir del análisis del concepto de ars critica, a través de la reconstrucción del papel que la filo-logía asume en Vico, se pretende contribuir a delinear en su perspectiva histórica la cuestión de la ciencia y delmétodo en las ciencias humanas.

Con la colaboración de: Unitat de Narrativa i Conversació, Facultat de Lletres de Lleida, EspañaCentre d’Etudes en Rhétorique, Philosophie et Histoire des Idées (CERPHI), de laEcole Normale Supérieure Lettres et Sciences Humaines, Lyon, FranciaCentro de Investigaciones sobre Vico, Universidad de Sevilla, España

Para más información dirigirse a: Silvia Caianello, [email protected]

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María del A. Sola Díaz, La idea de lo trascendental enHeidegger, Ed. Kronos (Colecc. Mínima del Civ), Sevilla, 2002,pp. 126. ISBN 84-86273-61-7.

María del Águila Sola Díaz es Doctora en Filosofía y profesora con-tratada en la Universidad de Sevilla. Es miembro del Grupo de Investigación“Ontología, Racionalidad y Praxis”. Sus investigaciones se centran en elámbito de la ontología, con una especial dedicación a Husserl y Heidegger.

Este libro es un estudio sobre la experiencia trascendental del ser. Sumotivación principal viene dada por la consideración de que hoy día aúnsigue siendo necesario pensar y justificar la validez de la experiencia tras-cendental.

Se interpreta en la obra lo trascendental como Rückfrage, el pregun-tar hacia atrás como método para conseguir la objetividad, interpretandoesta pregunta hacia atrás como la pregunta por lo originario. Así se

entiende aquí lo trascendental: una pregunta como el salto ontológico que subyace en toda metafísi-ca. De este modo se viene a defender que todo pensamiento filosófico es, en el fondo, un pensamientoontológico.

[Información Cuadernos sobre Vico]* * *

José M. Sevilla, Tramos de Filosofía, Ed. Kronos (Colecc. Mínimadel Civ), Sevilla, 2002, pp. 119. ISBN 84-86273-62-5.José M. Sevilla Fernández es profesor titular de Filosofía de la Universidadde Sevilla, director del Centro de Investigaciones sobre Vico y de la revistaCuadernos sobre Vico. Además de numerosos artículos, es autor de G. Vico.Metafísica de la mente e historicismo antropológico (Sevilla, 1988) yRagione narrativa e ragione storica (Perugia, 2002), y coeditor de Metáforay discurso filosófico (Madrid, 2000) y de Pensar para el nuevo siglo. G.Vico y la cultura europea (Nápoles, 2000, 3 vols.).

El libro recoge algunos de los tramos problemáticos (veinte artículosbreves) que han ocupado al autor, suscitando su preocupación también aotros niveles filosóficos: la condición del humanismo filosófico, el estatutode la verdad histórica, la reivindicación de la imaginación, la sabiduría poé-tica, la infinitud y la pluralidad, el valor del mito junto al logos, la razón vital,

la biografía como teoría hermenéutica, el sentido deportivo de la vida, el papel de la filosofía y del filó-sofo, etc. Como expresa el autor, lo de menos son los “motivos” por los que las lecturas o investigacioneshayan generado estos artículos; pues en todo caso han sido “ocasión” y no causa del relatar. “Scripta mino-ra”, ciertamente, pero lo que ha de pesar es el sustantivo; el calificativo, en este caso, sólo sirve para jus-tificarse a sí mismo.

Los artículos quedan acogidos dentro de cuatro secciones. La primera de ellas (“Vico y el huma-nismo”) contiene siete artículos breves dedicados a la actualidad de Vico, el humanismo retórico (yGrassi), el ingenio y la fantasía, el Vico de Berlin, o la Autobiografía. En la segunda (“Humanismo yMitología”), junto a comentarios dedicados a M. Eliade, K. Kérenyi y G. Dumézil, y C.G. Jung, se reco-ge también otro texto breve dedicado a “Vico y Ortega, arquitectos de la razón narrativa”. Las otras dossecciones (“De autores y autorías” y “Vida, circunstancia y deportividad”) presentan también numerosasreferencias a Vico.

[Información Cuadernos sobre Vico]* * *

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Pablo Badillo O’Farrell, De repúblicas y libertades, Ed. Kronos(Colecc. Mínima del Civ), Sevilla, 2003, pp. 98. ISBN 84-86273-69-2.

Pablo Badillo O’Farrell, Catedrático de Filosofía Moral y Política de laUniversidad de Sevilla, y miembro del Consejo Consultivo de Cuadernos sobreVico, es autor, aparte de numerosos artículos sobre su especialidad, de libroscomo La filosofía político-jurídica de James Harrington (1977), ¿Qué liber-tad? En torno al concepto de libertad en la filosofía política británica actual(1991) y Fundamentos de Filosofía Política (1998), así como editor de títuloscuales Isaiah Berlin. La mirada despierta de la historia (1999) y Pluralismo,tolerancia, multiculturalismo. Reflexiones para un mundo plural (2003).

En este libro se recogen trabajos, pasados y presentes, en los que sepueden encontrar dos grandes hilos conductores: la libertad y la idea de repú-blica. Éstos tratan desde el estudio de la mutua relación entre equilibrio eco-

nómico –fundamentalmente agrícola– y orden político republicano en el pensamiento de JamesHarrington, hasta el análisis del concepto de libertad, yendo en esta cuestión al examen de las tesis clási-cas de Isaiah Berlin hasta la búsqueda de un tercer concepto de la misma de carácter superador en la obrade Quentin Skinner, para llegar al fin al análisis de la posibilidad de una ética basada en derechos en elpensamiento de J.L. Mackie.

Nos hallamos, por tanto, ante dos grandes cuestiones que han sido pilares básicos en los que se hasustentado el desarrollo de la filosofía práctica en general, y política en particular, de la Modernidad.

[Información Cuadernos sobre Vico]* * *

Pablo Badillo O’Farrell, José M. Sevilla, José Villalobos (Eds.),Simulación y disimulación. Aspectos constitutivos de la culturaeuropea. Actas Jornadas Interuniversitarias Univ. de Sevilla -Univ. de Roma Tre, Ed. Kronos (Colecc. Mínima del Civ),Sevilla, 2003, pp. 121. ISBN 84-86273-78-1.

Estas Actas recogen los textos originales de las participaciones a lasJornadas celebradas en la Università di Roma “Tre” (8 de mayo 2003) y enla Universidad de Sevilla (22 mayo 2003), aunque deba obviar –por razonesde espacio y de registro– la riqueza de los debates que suscitaron. No podíaser menos en un tema tan interesante y de tantas dimensiones (polémicascuanto hermenéuticas) tocantes a tan diferentes ámbitos disciplinares y cul-turales, desde la metafísica hasta la ética, de la filosofía política a la historia,desde el teatro a la retórica, etc. Se ha pretendido abrir y contrastar diferen-tes aspectos temáticos y acercamientos que sirvan para centrar estas dos cate-

gorías determinantes para el pensamiento europeo (moderno), cuales son las de simulación y disimula-ción, más allá de su condición de mera acción de parecer tanto en la vida práxica como en la teorética,aunque su marco determinante sea el de la política (y, por tanto, también del pensamiento político), peroque invade, prácticamente, todos los órdenes del pensamiento y de la vida.

El volumen, dedicado por los editores en recuerdo de Franco Ratto, cuenta con las contribucionesde Pablo Badillo O’Farrell (Univ. de Sevilla); Manuel Barrios Casares (Univ. de Sevilla); GaetanoCalabrò (Univ. de Roma La Sapienza); Bruna Consarelli (Univ. de Roma Tre); Mariella Di Maio (Univ.de Roma Tre); Delia Gambelli (Univ. de Roma La Sapienza); José Luis López López (Univ. de Sevilla);Francisco Navarro Gómez (I.B. V. Valme); Miguel Pastor Pérez (Univ. de Sevilla); Giovanni Ruocco(Univ. de Roma La Sapienza); Francesco Spandri (Univ. de Roma Tre); José M. Sevilla (Univ. deSevilla); José Villalobos (Univ. de Sevilla).

[Información Cuadernos sobre Vico]

Cuadernos sobre Vico 15-16 (2003)406

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