Romanistik in Geschichte und Gegenwart Heft 22,1 · Anja Hennemann / Claudia Schlaak Hacia una...

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Romanistik in Geschichte und Gegenwart Heft 22,1 Herausgegeben von ANDRE KLUMP und JOHANNES KRAMER

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Romanistik in Geschichte und Gegenwart

Heft 22,1

Herausgegeben von

ANDRE KLUMP

und

JOHANNES KRAMER

Inhalt Heft 22,1Aufsätze

Anja Hennemann / Claudia Schlaak: Hacia una discusión termi-nológica de fr. je pense / pt. penso eu / esp. pienso yo como marcador de discurso ......................................................... 3

Dennis Wipperich: Aktuelle Sprachpflege in Québec am Beispiel des Office Québécois de la Langue Française (OQLF)................................................................................. 19

Johannes Kramer: Der lateinische Sonderwortschatz des Aromunischen...................................................................... 35

Daniela Laube: Wiederentdeckt: Günther Spaltmann als Übersetzer und Literaturagent ............................................. 43

Besprechungen ......................................................................... 59

Zeitschriftenschau ..................................................................... 113

Portrait: Aline Willems ............................................................... 123

Die Deutsche Bibliothek — CIP-Enheitsaufnahme

Romanistik in Geschichte und Gegenwart. — Hamburg : BuskeErscheint jährl. zweimal. – Aufnahme nach H. 1,1 (1995)ISSN 0947-0565

H.1,1 (1995) –

ISSN 0947-0565

© Helmut Buske Verlag GmbH 2016, Printed in Germany. — Die Zeitschrift und alle in ihr enthal-tenen Beiträge sind urheberrechtlich geschützt. Jede Verwertung außerhalb der engen Grenzen des Urheberrechtsgesetzes ist ohne Zustimmung des Verlages unzulässig und strafbar. Das gilt insbesondere für Vervielfältigungen, Übersetzungen, Mikroverfilmungen und die Einspeicherung und Verarbeitung in elektronischen Systemen.

Romanistik in Geschichte und Gegenwart 22,1 (2016) © Helmut Buske Verlag, Hamburg

Anja Hennemann / Claudia Schlaak

Hacia una discusión terminológica de fr. je pense / pt. penso eu /esp. pienso yo como marcador de discurso

Resumen

En este estudio se investigará el uso de fr. je pense, esp. pienso yo y pt. penso eu, planteando la pregunta si estos predicados pueden ser considerados realmente marcadores de discurso. Pues, mostraremos que en los casos donde el marcador tiene un efecto retroactivo al locutor, el término de partícula cognitiva parece ser el más adecuado. En otros casos cumplen las funciones de marcador pragmático, marcador de la actitud del hablante o marcador atenuante.

Abstract

This study investigates the use of fr. je pense, esp. pienso yo y pt. penso eu and asks whether this marker can really be considered a discourse marker. Especially in those cases where the marker has a retroactive function, the notion of cognitive particle seems more appropriate. The analysis is going to reveal that its use fulfils different functions such as cognitive particle, pragmatic marker, stance marker or attenuator.

1. Introducción

Este estudio representa, sobre todo, un debate terminológico sobre la base del estudio realizado por Degand & Simon-Vandenbergen (2011: 288) que llaman “nonrelational discourse markers” a los “complement-taking mental predicates” (predicados cognitivos que exigen un complemento) como I think en inglés. Nos enfocaremos en fr. je pense, pt. penso eu y esp. pienso yo, desde un punto de vista terminológico, respondiendo a la pregunta si estos predicados pueden ser considerados realmente marcadores discursivos. Además, ¿por qué hablar de ‘marcadores discursivos no-relacionales’? (cf. Degand & Simon-Vandenbergen 2011: 288) si la función más ‘famosa’ de un marcador de discurso es establecer una relacion de coherencia entre dos sintagmas (cf. Fraser 1999: 938 o Martín Zorraquino & Portolés 1999: 4062–4064), como lo demuestra por ejemplo también la definición propuesta por Aijmer & Simon-Vandenbergen (2006: 2): “Discourse marker is the term which we use when we want to describe how a particular marker signals coherence relations”. En general, los marcadores de discurso indican “a relation between the discourse segment which hosts them and the prior discourse segment” (Degand & Simon-Vandenbergen 2011: 288). Los verbos cognitivos que van seguidos de complemento como en el inglés Ithink, I guess or I believe son descritos como “primarily subjective and intersub-jective markers with little or no linking function” (Degand & Simon-Vandenbergen 2011: 288). Por eso, se discutirá en este estudio si los predicados fr. je pense, pt. penso eu y esp. pienso yo pueden ser considerados realmente marcadores de discurso. Desde un punto de vista terminológico y debido a la relación lingüística en las lenguas romances parece interesante comparar el

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español, portugués y francés. En este sentido, se puede determinar si existentendencias similares que se aplican a los mismos criterios o si – en la cuestión de los marcadores del discurso – otros factores son importantes.

Analizaremos fr. je pense, pt. penso eu y esp. pienso yo y sus diferentes funciones en discursos orales 1 porque se trata de un medio de expresión típico en contextos de interacción comunicativa. Los datos empíricos, es decir, los casos donde aparece fr. je pense / pt. penso eu y esp. pienso yo se han tomado del corpus do português, corpus del español y del corpus francés de Kate Beeching. 2

1.1 Sobre los marcadores de discurso y la terminología del presente estudio

En cuanto a los marcadores de discurso Fraser (1999: 932) explica: “Unfortu-nately, the term has different meanings for different groups of researchers”, así pues resumen Degand, Cornillie & Pietrandrea (2013):

It has become standard in any overview article […] on [discourse markers] to state that reaching agreement on what makes a [discourse marker] is as good as impossible, be it alone on terminological matters […]. (Degand, Cornillie & Pietrandrea 2013: 5)

Estas palabras muestran la problemática sobre el tratamiento de los marcadores de discurso, pues no existe una sola definición. Ahora, trataremos brevemente la diversidad que existe sobre la noción de marcador de discurso desde el punto de vista sintáctico y semántico 3: En la mayoría de los estudios se supone una posición inicial para los marcadores discursivos (cf. Schiffrin 1987: 328; Fraser 1999: 938):

[…] they impose a relationship between some aspect of the discourse segment they are a part of, call it S2, and some aspect of a prior discourse segment, call it S1. In other words, they function like a two-place relation, one argument lying in the seg-ment they introduce, the other lying in the prior discourse [<S1.DM+S2>]. (Fraser 1999: 938)

1 Se trata de discursos orales que han sido transcritos y que existían para este estudio en forma escrita (manteniendo y representando un carácter oral).

2 Le agradecemos a Sybille Große y Verónica Böhm por haber discutido con nosotras algunos ejemplos.

3 Para más infomación sobre la diversidad de la noción de marcador discursivo, véase por ejemplo Fraser (1999). Véase también el volumen sobre estudios de marcadores del discurso en español editado por Loureda Lamas & Acín Villa (2010), donde el término de partícula discursiva es usado como sinónimo de marcador del discurso. El volumen editado por Ghezzi & Molinelli (2014), por ejemplo, estudia el desarrollo histórico de marcadores de discurso y marcadores pragmáticos en las lenguas románicas. Los artículos de la primera parte del libro investigan el desarrollo de marcadores pragmáticos que tienen su origen en verbos como esp. o sea. La segunda parte se concentra en adverbios usados como marcadores de discurso (porejemplo fr. déjà, it. già, rum. atunci y pt. aliás).

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Para Degand & Simon-Vandenbergen (2011: 288), un marcador de discurso no tiene que estar necesariamente en el principio del enunciado: “[…] although front position is characteristic and frequent with discourse markers, they can al-so be very versatile and occur in medial as well as final position”. En general, la posición sintáctica de los marcadores discursivos depende de su semántica y de la intonación.

Schiffrin (1987: 328), referiéndose a ciertas condiciones lingüísticas, define y resume los marcadores de discurso como sigue a continuación:

sintácticamente, los marcadores de discurso deben poder ser reemplazados en la enuncia-ción;

normalmente son usados en posición inicial de una enunciación;

pueden operar en un nivel discursivo local y global, es decir, en diferentes niveles del dis-curso;

no pueden tener significado, o si bien, tener un significado vago, tener un efecto retroacti-vo (al lenguage, al locutor). 4

Es decir, según Schiffrin (1987: 328), los marcadores de discurso no tienen significado conceptual y son “reflexive of the language or the speaker”. 5 Travis (2005), por otro lado, subraya explícitamente: “it is certainly not the case that speakers can simply slot a [discourse] marker in whenever they might need to organize their thoughts” (Travis 2005: 1). Obviamente, definiciones como la de Travis (2005) y Blakemore, por un lado, y la de Schiffrin, por el otro, son tan diferentes – aunque definan lo mismo – que se tendría mejor que operar con términos diferentes (a lo mejor resumiéndolos bajo el término ‘marcadores del discurso’).

Con resprecto a fr. je pense, pt. penso eu y esp. pienso yo mostraremos que en los casos donde el marcador tiene un efecto retroactivo al locutor (cf. Schiffrin 1987: 328), el término de partícula cognitiva es más adecuado porque en estos casos fr. je pense, pt. penso eu y esp. pienso yo no establecen ninguna coherencia entre dos segmentos, sino se refieren al locutor, llevando una componente cognitiva. En otros casos, como mostraremos más adelante, la frase fr. je pense / pt. penso eu / esp. pienso yo cumple más bien la función de marcador pragmático, marcador de la actitud del hablante o marcador atenuante.

Es notable que en ciertos contextos, como veremos más adelante en algunos ejemplos, fr. je pense / pt. penso eu / esp. pienso yo equivalgan a eh, pues, eh bien, euh bon (‘filler’). En estos casos cumplirían la función de partícula cognitiva. Pues, tienen un significado vago y un efecto retroactivo al locutor y

4 El aspecto de la entonación también es muy importante, pero no puede ser considerado en este estudio por el carácter de los datos empíricos con los que trabajamos.

5 Schiffrin (1987) analiza los usos de oh, well, and, so, now, because, but, or, then, you know y Imean, llamando ‘partículas’ (sin especificarlas) a oh, well, then, now, I mean y you know y ‘conect-ores’ a so, because, and, but y or, lo que indica que ya hay diferentes clases de marcadores del dis-curso.

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no tienen ninguna influencia en el contenido proposicional. En la función de marcador pragmático se trata de usos corteses; la frase tiene sobre todo una función de interactuar con el interlocutor y, según Aijmer & Simon-Vandenbergen, un marcador pragmático no tiene ninguna influencia en el contenido proposicional: “if a word or a construction in an utterance does not contribute to the propositional, truth-functional content, then we consider it to be a pragmatic marker” (Aijmer & Simon-Vandenbergen 2006: 2). Respecto al marcador pragmático, Aijmer (2002) describe el uso de I think como “politeness strategy”: “I think can, for instance, be used as a strategy redressing an action threatening the hearer’s negative face such as criticism or advice” (Aijmer 2002: 8). La función de marcador de la actitud del hablante representa un uso con el que el locutor expresa su actitud validativa frente al contenido de suproposición. Mediante los usos de pt./esp. pensar o fr. penser como un medio para expresar la actitud del hablante frente al contenido de la proposición se hace referencia al significado epistémico o evidencial que éste tenga en las proposiciones (véase también De Saeger 2007 o Hennemann 2012, 2013). Kärkkäinen (2007: 183) también demuestra este uso para I think como una “expression of epistemic/evidential stance”. Finalmente, bajo el término de marcador atenuante se entiende los usos de fr. je pense, pt. penso eu y esp.pienso yo como marcadores que cumplen una función atenuante por causas de inseguridad frente al contenido de la proposición por parte del locutor, asumiendo el significado semántico de tal vez / quizás.

1.2 El objeto de estudio: los verbos cognitivos

Ya existen algunos estudios realizados sobre el uso de los verbos cognitivos en general (véase por ejemplo Travis 2006 o Weber & Bentivoglio 1991), pero cada estudio tiene un enfoque diferente: Davidson (1996), Aijón Oliva &Serrano (2010) y Posio (2014) se ocupan explícitamente de la diferencia entre la mención del sujeto pronombre y la omisión de él. El foco de Schneider (2007) está en el uso parentético de los verbos, mientras el foco de los estudios de De Saeger (2007, 2009) y Hennemann (2012, 2013) está en la expresión de la actitud del hablante frente a la proposición. Otros estudios toman un punto de partida contrastivo como el de Fetzer & Johansson (2010) que contrastan el uso de inglés think y believe con el de francés penser y croire. Aijmer (2002) y Kärkkäinen (2003) estudian el marcador I think en particular. Cappelli (2007) y Van Bogaert (2006, 2011) analizan el uso de varios verbos cognitivos en inglés en contextos de modalidad y evidencialidad o bajo el aspecto degramaticalización. Como podemos ver, muy pocos estudios discuten el uso de los verbos cognitivos como marcadores de discurso.

Aijón Oliva & Serrano (2010) explican que “la sintaxis del español permite la elisión del sujeto gramatical en la mayoría de los contextos” pero que la mención del sujeto no es una decisión aleatoria. La expresión o la omisión del pronombre sujeto están ligados “a factores discursivo-pragmáticos que, a su vez, son reflejo de los fundamentos cognitivos de la variabilidad lingüística” (Aijón

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Oliva & Serrano 2010: 7). Los autores se ocupan concretamente de la construcción (yo) creo. Posio (2014) también analiza la expresión del sujeto en contextos de creer y portugués achar y argumenta que “subject expression or omission should also be examined in specific local contexts where it may exhibit patterns of usage that diverge from the general tendencies” (Posio 2014: 5).

Por eso, nos concentramos en el uso de los verbos cognitivos con pronombre sujeto: 1) porque queremos compararlo con el francés donde la omisión del sujeto gramatical no es típico; 2) porque en el caso del español y del portugués nos interesa, especialmente, el sujeto pospuesto. El hablante, algunas veces, se ve motivado a posponer el pronombre sujeto por causas pragmáticas o, mejor dicho, se ve forzado a hacerlo por la situación comunicativa o por la constelación discursiva. La cuestión es si existen tendencias similares en las lenguas romances. Comparando el portugués / el español y el francés se comprobará si este fenomeno depende del sujeto (o no) o si el sujeto influencia el uso discursivo del verbo pensar.

Aijmer (2002: 17–18) explica que la falta de la conjunción that en el uso de Ithink llevó a la gramaticalización de I think. Thompson y Mulac (1991) también dicen que los ‘parentéticos epistémicos’ son versiones gramaticalizadas de la oración principal, mencionando los siguientes ejemplos

a. I think that exercise is really beneficial.

b. I think exercise is really beneficial.

c. Exercise is really beneficial, I think. (Thompson & Mulac 1991: 313)

Es especialmente en (c) donde el contenido de la proposición “exercise is really beneficial” se convierte en la oración principal cuando la misma información en (a) es el contenido de la oración subordinada. Y es especialmente la estructura de (c) equivalente a fr. je pense, pt. penso eu y esp. pienso yo que nos interesa en este estudio, aunque no tenga que ser necesariamente así [p, je pense / penso eu / pienso yo]. A propósito, la consideración del contexto es muy importante, tal y como lo explica Kärkkäinen (2003) que analiza los diferentes significados de I think:

When a token of I think appears in context, it becomes impossible to determine its precise semantic meaning out of context, on its own and independent of the utterance in which it occurs. […] the linguistic context of the speaker’s current turn provides clues as to which aspect of meaning, doubt or the speaker’s (strong) commitment to the truth value, is foregrounded. (Kärkkäinen 2003: 111)

En otras palabras, el criterio más importante para distinguir las diferentes funciones es el contexto y, por lo tanto, según el ejemplo analizado, los elementos lingüísticos que acompañan a fr. je pense, pt. penso eu y esp. pienso yo.

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Dennis Wipperich

Aktuelle Sprachpflege in Québec am Beispiel des OfficeQuébécois de la Langue Française (OQLF)

1. Stellung und Rolle des Französischen in Québec

Die heute überwiegend frankophone Sprachinsel Québecs sieht sich seit der Ko-lonialisierung des nordamerikanischen Kontinents im 17. Jahrhundert einer um ein Vielfaches größeren und dominierenden Sprachgemeinschaft von anglopho-nen Sprechern gegenüber. Martucci nennt diesbezüglich eine Zahl von 300 Mil-lionen Anglophonen (vgl. Martucci 1988, 102). So verfügt das Gebiet heute nicht nur über eine viel kleinere Fläche als das größtenteils englischsprachige Kanada, sondern auch über einen umso kleineren Bevölkerungsanteil derer, die die französische Sprache bzw. eine Varietät des Französischen aktiv im Alltag gebrauchen. Leclerc geht von etwa fünf Millionen Sprechern innerhalb Québecs aus (vgl. Leclerc 1992, 212). Stattdessen bediente man sich in den letzten Jahr-zehnten v.a. infolge der Industrialisierung und der Innovationen im Bereich der IT-Technologie gerade in der Arbeitswelt, aber auch im öffentlichen Leben we-gen der Entwicklung des Englischen zu einer modernen Weltsprache, häufig eher der englischen Sprache, sodass das französische Sprachgut Gefahr lief, verdrängt zu werden: „Des anglicismes de toutes sortes sont entrés et entrent encore, dans la langue québécoise. Cette vulnérabilité à l'invasion étrangère est inévitable“ (Martucci 1988, 105). Angesichts dieser für das Französische prekä-ren Situation erscheint es folglich mehr als nur logisch und verständlich, dass sich der frankophone Teil Québecs vehement gegen Marginalisierungstenden-zen und Einflussnahmen des Englischen auf die französische Sprache in aktiver Weise zu wehren versuchte und gerade in den letzten Jahren immer wieder neue Anstrengungen dazu unternommen hat, zumal sich viele Québecer nicht zuletzt durch die gemeinsame Sprache als Bürger Québecs identifizieren und die Sprachfrage somit für sie von zentraler Bedeutung ist. In diesem Zusammen-hang ist die sog. Révolution tranquille, die maßgeblich durch Camille Laurin geprägt wurde und die sprachlichen Entwicklungen in Québec nachhaltig be-stimmt hat, zu erwähnen.

Jene Versuche zur Sicherung des Status und der Qualität des Französischen erfolgen und erfolgten in den meisten Fällen durch sprachpolitische Maßnahmen seitens des Staates, wie etwa der Festlegung diverser Sprachgesetze, von denen die Charte de la langue française aus dem Jahre 1977, die auch als „Loi 101“bezeichnet wird, als eines der bedeutendsten Beispiele anzusehen ist, da sie

„den Gebrauch des Französischen für Gesetzgebung, Rechtsprechung sowie den ge-samten öffentlichen und privatwirtschaftlichen Bereich zwingend vorschrieb. Ferner dekretierte das Gesetz Französisch als einzige Unterrichtssprache für frankophone Schüler und Kinder von Immigranten“ (Neumann-Holzschuh 2002, 113).

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Trotz dieser vielen Bestrebungen und auch Verbesserungen steht die französi-sche Sprache in Québec heute noch immer einigen Problemen gegenüber:

„...la francisation des entreprises n'est pas terminée, le français marque le pas dans les secteurs de haute technologie, il occupe une position trop faible dans les communica-tions scientifiques et techniques“ (Conseil de la langue française 1990, 7).

Neben den zahlreichen politisch intendierten Versuchen zur Erhaltung und Stär-kung des Französischen, zu denen u.a. auch die Bildung verschiedener Instituti-onen zur Überwachung der Einhaltung der Sprachgesetze zählt, gibt es jüngst immer wieder und gerade für die französische Sprachwissenschaft sehr interes-sante Ansätze zur Pflege des Französischen in Québec. Daher möchte ich in die-ser Arbeit beispielhaft am Office Québécois de la Langue Française untersu-chen, wie sich die aktuelle Sprachpflege in Québec gestaltet. Ganz bewusst gehe ich dabei nur kurz auf sprachpolitische Maßnahmen ein, da ich mich hauptsäch-lich auf die Sprachpflege konzentrieren möchte.

Dazu werde ich zunächst den zentralen Begriff der „Sprachpflege“ definie-ren und ihn vom Terminus „Sprachpolitik“ abgrenzen, bevor ich mich einem der Grundprobleme in der québecischen Sprachwissenschaft, der Normierung des dort verwendeten Französisch, widme. Diese theoretischen Überlegungen er-scheinen mir durchaus grundlegend für eine wissenschaftliche Auseinanderset-zung mit der Thematik. Letzten Endes können nämlich keine wirksamen An-strengungen zur Erhaltung und Pflege der französischen Sprache unternommen werden, ohne vorher festgelegt zu haben, welche Charakteristika die zu schüt-zende Sprache aufweist und an welcher Norm es sich zu orientieren gilt. Diese und weitere Probleme wurden und werden aktuell kontrovers diskutiert, weshalb ich in einem nächsten Schritt über die gegenwärtigen Tendenzen und Positionen der québecischen Sprachpflege einen kurzen Überblick geben möchte. Aufgrund des begrenzten Rahmens dieser Arbeit werde ich mich dabei allerdings nur auf grundlegende Diskussionsthemen und die groben Gedankengänge in der aktuel-len Sprachpflege beschränken. Danach möchte ich genauer auf das Office Québécois de la Langue Française (im Folgenden mit OQLF abgekürzt) als ei-ner der wichtigsten Sprachpflegeinstitutionen Québecs eingehen, seine Aufga-ben und Ziele erläutern sowie vergangene und aktuelle sprachpflegerische Maß-nahmen präsentieren, bevor ich dessen heutige Bestrebungen und Wirkungen am Beispiel seiner Terminologiearbeit näher beleuchte. Schließlich werde ich noch einige weitere wichtige Maßnahmen Québecs zur Sprachpflege vorstellen, bevor ich einen Ausblick auf die zukünftige Bedeutung der Pflege des Französi-schen in Québec und die Rolle, die das OQLF an dieser Stelle einnimmt, wage.

1.1 Definitionen: „Sprachpflege“ und „Sprachpolitik“

Da man unter dem Terminus „Sprachpflege“ in der Literatur einige z.T. unter-schiedliche Begriffsbestimmungen findet, möchte ich den Begriff, der in dieser Arbeit von zentraler Bedeutung ist, näher definieren. Dabei beziehe ich mich auf die Ausführungen von Bußmann (2008) und Glück (2010).

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Bußmann bestimmt Sprachpflege als „'beratende Bemühung' um die Verbes-serung des Sprachgebrauchs bzw. der sprachlichen Kompetenz“ (Bußmann 2008, 656), während Glück jene in Bezug zur geltenden Sprachnorm setzt: „Förderung des korrekten Sprachgebrauchs i.S. der Beachtung der geltenden Sprachnormen und Erziehung zu einem reflektierten Umgang mit der Spr.“ (Glück 2010, 648). Beiden Definitionen ist also die Verbesserung bzw. Förde-rung des Sprachgebrauchs gemein. Auffällig ist die recht allgemeine Begriffsbe-stimmung, was die Form der Durchführung von Sprachpflege relativ offen lässt.

Im Gegensatz dazu konnotieren die jeweiligen Definitionen von „Sprachpo-litik“ ein eher präskriptives und geplantes Vorgehen. So versucht Sprachpolitik laut Glück v.a., „durch Verbot oder Vorschrift bestimmter Wörter und Wendun-gen das Bewusstsein der Sprecher zu beeinflussen“ (Glück 2010, 650). Auch Bußmann fasst Sprachpolitik unter „politische Maßnahmen, insbes. in multilin-gualen Staaten, die auf die Einführung, Entwicklung und Durchsetzung einzel-ner Sprachen zielen [… sowie] Kontrolle und Beeinflussung des öffentlichen Sprachgebrauchs, auch durch Vorschriften und Sanktionen“ (Bußmann 2008, 658) zusammen.

So beschreibt „Sprachpflege“ den generellen Versuch, die Qualität einer Sprache mit Blick auf die zugrunde liegende Sprachnorm zu verbessern, wäh-rend „Sprachpolitik“ den Sprachgebrauch mit Hilfe von konkreten Vorgaben und politischen Maßnahmen beeinflusst. Im Folgenden soll demnach untersucht werden, welche allgemeinen und nicht-politischen Anstrengungen zur qualitati-ven Sicherung und Verbesserung der französischen Sprache in Québec unter-nommen werden.

1.2 Normierungsprobleme des français québécois

Zentrale Fragen, die sich aus der Begriffsdefinition ergeben und nun der Reali-sierung einer effektiven und breit akzeptierten Sprachpflege und -planung in Québec zugrunde liegen, lauten: Welches sind die Kennzeichen der zu pflegen-den Sprache und welche sprachlichen Regeln müssen eingehalten werden, um von einem „guten“ Französisch zu sprechen? Dazu muss also geklärt werden, an welcher sprachlichen Norm, die als „un ensemble de règles qui rendent compte des énoncés grammaticaux d'une langue et excluent les autres“ (Chantefort 1980, 29) definiert wird, sich die québecischen Sprachpflegeinstitutionen und die Sprecher in öffentlichen Sprachkontexten orientieren müssen.

Im Allgemeinen wurde in der Vergangenheit häufig auf das traditionelle Französisch Frankreichs geschaut, weil es gewissermaßen als Dachsprache fun-giert, aus der sich infolge der Kolonialisierung die québecische Varietät heraus-gebildet hat. Allerdings muss sich eine Norm auch an die reale Sprachsituation anpassen, weswegen soziologische Untersuchungen bspw. zur Zusammenset-zung der Sprachgemeinschaft (Alter, Geschlecht, Migrationsbewegungen usw.) ebenso notwendig sein sollten wie rein sprachwissenschaftliche Diskurse. Denn erst wenn sie sich an den Bedürfnissen der Sprecher orientiert, kann Sprach-

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normierung wirksam sein. Demnach sind sowohl die sprachliche wie auch die soziale Komponente einer Norm zu berücksichtigen.

Zunächst einmal handelt es sich bei dem in Québec gesprochenen Franzö-sisch nicht um die Standardsprache aus Frankreich, sondern um eine regionale Varietät des Französischen, die als français québécois oder français du Québec bezeichnet wird. Diese ist „assez près néanmoins de la norme internationale du français“ (Conseil de la langue française 1990, 28), da die Grundcharakteristika mit denen der Herkunftssprache übereinstimmen. Dennoch gibt es einige Unter-schiede in Aussprache und Akzentuierung, aber v.a. in der Lexik, denn: „Le le-xique du français québécois et celui du français de France se distinguent à maints égards“ (Lavoie 1995, 371).

Die der Realität eher entsprechende Bezeichnung des français québécois als eine eigene Standard- oder Nationalsprache erfolgte jedoch erst durch die Be-wegung der Révolution tranquille in den 1960er und 1970er Jahren. Zuvor wur-de die Sprache der québecischen Bürger oft pejorativ als primitiver Dialekt, das sog. joual, abgetan und stattdessen die Verwendung der Pariser Hochsprache gefordert: „... français de France, seul et unique modèle de référence“ (Martel; Cajolet-Laganière 2003, 379). In den darauffolgenden Jahren erkannte man je-doch sowohl in Québec als auch in Frankreich die Existenz verschiedener Sprachregister und plädierte erstmals für die Bezeichnung einer eigenen Sprache in Abgrenzung vom Französischen Frankreichs. Richtungsweisend war hierbei der Beschluss der Association québécoise des professeurs de français im Jahre 1977:

„Que la norme du français dans les écoles du Québec soit le français standard d'ici. Le français standard d'ici est la variété de français socialement valorisée que la majorité des Québécois francophones tendent à utiliser dans les situations de communication formelle“ (Conseil de la langue française 1990, 31).

Dass mit dieser Forderung keine eindeutige Definition des français québécois gegeben wurde, erscheint evident. Es ist eher eine vage Beschreibung, die sich auf gesellschaftliche Konventionen stützt und somit aus sprachwissenschaftli-cher Sicht unvollständig ist, da sie auf keinerlei sprachliche Regeln verweist oder sich auf Grammatiken oder andere Regelwerke bezieht. In der Tat gibt es bis heute keine umfassende Publikation, die das français québécois, welches im Übrigen erst ab Ende der 1980er Jahre als solches bezeichnet wurde, explizit in seiner sprachlichen Gesamtheit präsentiert, was dessen Normierung zusätzlich erschwert (vgl. Martel 1993, 234). Neumann-Holzschuh schlägt als Zielnorm „ein am hexagonalen Französisch ausgerichtetes français soigné, das nur im Wortschatz und in der Aussprache bestimmte regionale Besonderheiten auf-weist“ (Neumann-Holzschuh 2002, 114) vor.

Somit bleibt es die Aufgabe von Sprachpflegeinstitutionen und Linguisten, die sprachliche Varietät z.B. in Form von Wörterbüchern zu beschreiben und sich für deren Gebrauch in öffentlichen Gesprächssituationen einzusetzen. Hier-bei muss wiederum auf die entscheidende Rolle sprachpolitischer Handlungen verwiesen werden:

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„...le comportement linguistique des institutions politiques et économiques détermine, à la longue, s'il est constant, la prédominance d'une langue et d'une variante de cette langue sur les autres, donc influence directement le statut et la qualité de la langue“ (Chantefort 1980, 52).

Es wird also insgesamt deutlich, dass die Normierung des québecischen Franzö-sisch gleichzeitig ein schwieriger und langwieriger, aber auch unabdingbarer Prozess ist, um den Status des Französischen in Québec und somit auch die Identität der Einwohner zu sichern sowie die Qualität der Sprache zu erhalten.

1.3 Tendenzen und Positionen in der aktuellen Sprachpflege

Im Folgenden möchte ich einen groben Überblick über die gegenwärtigen Mei-nungen und Ansätze in der québecischen Sprachpflege und -planung (auch aménagement linguistique) geben, um in einem nächsten Schritt das OQLF als langjährigen Akteur sowie seine Tätigkeiten vor dem Hintergrund dieser Dis-kurse vorzustellen.

Im Allgemeinen wird einerseits versucht, die québecische Varietät als eigene Sprache zu etablieren und deren Gebrauch zu sichern. Solche Aufgaben fallen oft der Sprachpolitik zu. Andererseits gilt es, den Gebrauch dieser Varietät qua-litativ zu verbessern. Um dieses Ziel zu erreichen, versuchen Sprachpflegeinsti-tutionen, die Sprache für die Sprecher deskriptiv zu erfassen, indem sie Regel-werke für einen „guten“ Gebrauch veröffentlichen sowie mit Hilfe von Terminologiekommissionen die Französisierung von bestimmten Bereichen, wie dem IT-Sektor oder der allgemeinen Arbeitswelt, fördern. Dass es gerade an dieser Stelle noch immer einen extremen Handlungsbedarf gibt, ist vielfach zu lesen (vgl. Conseil de la langue française 1990, 8; 17 f.). So wird vom Conseil de la langue française vorgeschlagen,

„de rassembler en un seul lieu un immense corpus informatisé de textes, écrits et oraux, du français du Québec, qui servirait de matériau de base à la fabrication de dic-tionnaires du français québécois, d'ouvrages langagiers pour les établissements d'en-seignement, de source documentaire pour les littéraires, les historiens, les linguistes, de banque de citation pour les utilisateurs et les enseignants de langue“ (Conseil de lalangue française 1990, 35).

In diesem Zusammenhang wird mehr und mehr versucht, durch Neologiebil-dungen mit den rasanten Entwicklungen des Englischen im Zuge der techni-schen Neuerungen Schritt zu halten. Im Gegensatz zu französischen Sprachpfle-geinstitutionen präferiert man in Québec also, Neologismen anstatt Entlehnungen zu bilden. Demnach wird z.B. nicht das englische Wort „fax“ ent-lehnt, sondern der Neologismus „télécopieur“ gebildet, um der Vormachtstel-lung des Englischen entgegenzutreten (vgl. Conseil de la langue française 1990,53). Der Umgang mit und die Einstellung zu Anglizismen sowie zur englischen Sprache bestimmen die aktuellen Debatten der québecischen Sprachpflege ebenso wie „la nature du français que nous parlons, l'anglicisation, les canadia-

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nismes, le français populaire québécois, les rapports entre le français du Québec et celui de France“ (Corbeil 1975 a, 3).

Eine bedeutende Frage wurde mit dem Problem der Normierung und der Genese des français québécois, welches einige als eigene Sprache, andere aber als das internationale Französisch mit regionaler Färbung ansehen, bereits im vorherigen Kapitel thematisiert (vgl. Pöll 2005, 172 ff.). Dabei wird immer wie-der gefordert, die Sprecher auch über die verschiedenen Sprachregister zu in-formieren und sich nicht bloß auf den offiziellen Sprachgebrauch zu beschrän-ken (vgl. Conseil de la langue française 1990, 32).

Um den bislang aufgeführten Diskussionsfragen angemessen Berücksichti-gung zu schenken, wäre für jede einzelne eine eigene wissenschaftliche Unter-suchung notwendig, was jedoch den Rahmen dieser Arbeit deutlich überschrei-ten würde. Die recht kurze Aufzählung der aktuellen Diskurse in der québecischen Sprachpflege sollte lediglich veranschaulichen, welcher Bandbrei-te an bedeutenden Problemen und Aufgaben sich Sprachpflegeinstitutionen aus-gesetzt sehen. Gleichzeitig wird deutlich, welchen großen Stellenwert Sprach-planung und Sprachpflege in der québecischen Gesellschaft einnehmen.

2. Das Office Québécois de la Langue Française (OQLF)

Die ursprünglich als Office de la langue française im Jahre 1961 gegründete und erst nach ihrer Fusionierung mit der Commission de la protection de la langue française im Jahre 2002 als OQLF bezeichnete Organisation gilt seit je-her als zentrale Akteurin in Québecs Sprachpolitik und wird noch immer als ei-ne der bedeutendsten Sprachpflegeinstitutionen angesehen.

Als Regierungsorganisation ist das OQLF direkt dem Ministère de la Cul-ture et des Communications du Québec untergeordnet. Es überwacht mit Hilfe des Conseil de la langue française und der Commission de la protection de la langue française die Einhaltung der Charte de la langue française und somit „la langue commune et […] son emploi dans l'Administration publique, l'enseigne-ment, les médias et la publicité“ (Conseil de la langue française 1990, 5). Damit kommt dem OQLF die bedeutende Position des „maître d'œuvre de l'application concrète de la Loi 101“ (Gémar 1983, 133) oder gar eines „ministère de la langue française“ (Gémar 1983, 133) zu.

2.1 Aufgaben und Ziele

Die zentralen Aufgaben des OQLF bestehen darin, das in Québec gesprochene und geschriebene Französisch zum einen qualitativ zu verbessern und zum an-deren dessen Status in der v.a. mit dem Englischen konkurrierenden Sprach-landschaft auch in der Zukunft zu sichern. Im Plan stratégique 2013–2016 de l'Office québécois de la langue française werden seine Aufgaben wie folgt zusammengefasst:

Romanistik in Geschichte und Gegenwart 22,1 (2016) © Helmut Buske Verlag, Hamburg

Johannes Kramer

Der lateinische Sonderwortschatz des Aromunischen

Natürlich kann jedes romanische Idiom einen lateinischen Sonderwortschatz haben, also einen Bestand an erbwörtlichen lateinischen Elementen, die es nur dort und nirgendwo anders gibt. Je isolierter ein romanisches Idiom auftritt, das heißt also, je weniger es mit anderen romanischen Varietäten in Kontakt tritt, desto häufiger ist das der Fall. Eine Mundart, die umgeben von anderen romanischen Dialekten lebt, wird normalerweise kaum einen lateinischen Sonderwortschatz haben, einfach weil sie sich wenig von der Sprechweise der Nachbarn absetzen wird. Hingegen wird bei Varietäten am Rand des romanischen Sprachraums häufiger ein Sonderwortschatz auftreten, und noch mehr gilt das, wenn eine solche Randmundart nicht von einer romanischen Schriftsprache „überdacht“ ist, also kein romanisches Wortgut aus ihr entlehnen kann. Daneben gibt es natürlich noch einen erbwörtlichen Sonderwortschatz, der innerhalb einer romanischen Sprache in Dialekten, die nicht in die Schriftsprache aufgenommen wurden, vorhanden ist, also beispielsweise im Falle des Italienischen Sonderwörter der Mundarten des Venetos, der Lombardei oder des Südens, die in der toskanisch geprägten Schriftsprache keinen Platz fanden; dieser Sonderwortschatz ist im Folgenden nicht gemeint, obwohl natürlich beim Rumänischen alle Elemente, die nur in den süddanubischen Dialekten auftauchen, auch diesem Sonderwortschatz angehören.

Eine Sprachform, die alle Voraussetzungen eines idealen romanischen Sonderwortschatzes im erstgenannten Sinne erfüllt, stellt das Aromunische dar, das in isolierten Siedlungen Griechenlands, Albaniens und Makedoniens gesprochen wurde und wird. Zahlenmäßige Angaben sind schwer einzuschätzen, weil sich die meisten Aromunen nicht als Angehörige einer nationalen Minderheit sehen und sich stark mit der jeweiligen Staatsnation identifizieren; die Aussage von Thede Kahl (2014, 97), dass „südosteuropaweit nicht mehr als 400.000 Personen das Aromunische beherrschen dürften“, trifft jedenfalls die Wahrheit und ist vielleicht sogar zu optimistisch. Das Aromunische wurde in den zwanziger- und dreißiger Jahren des 20. Jahrhunderts in Umsiedlungswellen auch nach Rumänien „exportiert“, ist aber dort dem ständigen Kontakt mit der rumänischen Schriftsprache ausgesetzt. Rumänien hat in der Zeit vor 1945 versucht, durch Einrichtung von Schulen und von Sprachkursen für Erwachsene das Aromunische unter eine standard-rumänische Dachsprachlichkeit zu positionieren, aber diese Aktivitäten erreichten immer nur Aktivisten und sind heute so gut wie vergessen. Das Aromunische lebt heute im Kontakt mit den jeweiligen Staatssprachen, also mit dem Griechischen, Albanischen und Makedonischen, und eine Mehrspra-chigkeit, die mehr und mehr die Staatssprachen favorisiert, ist verbreitet.

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Im Folgenden will ich zehn Elemente behandeln, die den lateinischen Son-derwortschatz des Aromunischen darstellen, also Wörter, die es in keiner anderen romanischen Zone gibt, die hingegen manchmal im Griechischen und/oder Albanischen auftreten. Diese zehn Wörter sind der Grundbestand des Sonderwortschatzes. Es kann vielleicht noch zwei, drei weitere Wörter geben, aber sie würden das Gesamtbild nicht verändern.

Die lateinische Ausgangsform der Wörter ist in der üblichen lateinischen Orthographie angegeben, also mit Längenzeichen, wobei natürlichvorauszusetzen ist, dass in der Aussprache statt der Qualitäten Quantitäten ausschlaggebend wurden (mit der ostromanischen Eigenheit, dass zwar betontes

und wie im Westen in ein geschlossenes zusammengefallen sind, dass aber langes und kurzes o sowie langes und kurzes u getrennt blieben, Schlösser S. 26). Die aromunischen Formen sind in der (an der dakoromanischen Orthographie ausgerichteten) Schreibung von Tache Papahagi wiedergegeben, die meistens angewendet wird.

Auffällig ist dann in mindestens sechs Fällen (africia, blandulus, dissicare, ), dass das Aromunische das einzige romanische

Idiom ist, in dem die entsprechenden Elemente erbwörtlich weiterleben; auch * und stringula finden keine echten Parallelen im Rest der Romania. Im speziellen Sonderwortschatz des Aromunischen leben also lateinische Elemente weiter, die anderswo keine Kontinuität gefunden haben.

lat. africia f. ‘genus libi’ (ThLL 1, 1263) / ‘eine Art Backwerk’ (Georges 1, 186)aromun. af f. (pl. ordinairement dans des cendres chaudes’ (Papahagi 114)

Das lateinische Wort africia ist nur ein einziges Mal belegt, beim Kirchenschriftsteller Arnobius († 330 n. Chr.) in einer Aufzählung von volkssprachlichen Bezeichnungen für ‘Opferkuchen’ (adversus nationes 7, 24 = PL 5, 1250A: „Quid fitilla, quid frumen, quid africia, quid gratilla, caturneum, conspolium, cubula? Ex quibus duo, quae prima, sunt pultium nomina, sed genere et qualitate diuersa. Series uero, quae sequitur, liborum significantias continet“). Die Etymologie des lateinischen Wortes ist unklar (A. Nehring, Glotta 15, 1927, 274); am wahrscheinlichsten ist eine Verbindung zu Africa, also ‘Gebäck afrikanischer Art’.

Das aromunische Wort wird in der Bedeutung ‘auf Kohlenfeuer gebackenes ungesäuertes Brot’ von Pericle Papahagi im Jahresbericht des Insti-tuts für rumänische Sprache 12, 1907, 101 angeführt und gelangte von da ins REW von Wilhelm Meyer-Lübke (Nr. 271).

Die lautliche Entwicklung ist regelmäßig: betontes wird vor zu eá (Schlösser § 16), vorvokalisches - - wird zu - - (Schlösser § 120), auslautendes -a tritt als - auf (Schlösser § 37).

Der lateinische Sonderwortschatz des Aromunischen 37

lat. blandulus adj. ‘a blandus diminutive’ (ThLL 2, 2036) / ‘gar schmeichlerisch’ (Georges 1, 649)aromun. 'blîndur n. (pl. mélodie câline, caressante’ (Papahagi 279). Derivat: ‘a cînta melancolic’ / ‘jouer d’une manière caressante’.

Im Lateinischen gehört das Adjektiv blandus ‘schmeichelnd, liebkosend’ dem Normalwortschatz an; die Diminutivform blandulus ist hingegen selten, sie kommt einmal in einem Kaiser Hadrian zugeschriebenen Gedicht vor, in dem er in seiner Todesstunde seine Seele anspricht (Spart. Hadr. 25, 9: animula uagula blandula), und es ist in einem epigraphischen Gedicht aus dem 2./3. Jh. n. Chr. belegt (Carmina Latina epigraphica II, 1504 B 17: uoce dicite blandula [Pria]po). Das Wort kommt auch als Cognomen vor (ThLL 2, 2042), besonders als Femininum Blandula: CIL 13, 5676 = ILS 2 [1], 4603 Sedatia Blandula mater (aus Langres). Die Bildung des Wortes ist regelmäßig: - ist das normale Suffix zur Bildung von diminutiven Adjektiven (Kühner / Holzweissig 1989, 1002–1003 = § 225, 17).

Formal gibt es keine Probleme bei der Herleitung des aromunischen Wortes 'blîndur von blandulus: betontes vorkonsonantisches -an- wird zu -în- (Schlös-ser § 2), nebentoniges - - bleibt -u- (Schlösser § 53), intervokalisches -l-unterliegt dem Rhotazismus und ergibt -r- (Schlösser § 107). Semantisch gibt es eigentlich auch keine Probleme: Wir haben es mit einer Konkretisierung des substantivierten Adjektivs zu tun, von ‘lieblich’ zu ‘lieblicher Gegenstand’ zu ‘liebliche Melodie’.

In der Romania kommt das Wort nur im Aromunischen vor (REW 1150b).

lat. mit Praefix ex- adj. ‘qui valde vel assidue clamat’ (ThLL 3, 1259) / ‘voll Geschrei, in einem fort oder laut schreiend, polternd, von Geschrei erfüllt, mit Geschrei geschehend’ (Georges 1, 921)aromun. 1145). Verbalableitung: rédzu ‘scinci’ / ‘gémir, pleurnicher, geindre’ (Papahagi 1145), gémir’ (Papahagi 1145),

Das lateinische Adjektiv ‘weinerlich’ kommt nur bei Kirchen-schriftstellern vor (ThLL 3, 1259), als Parallelform zum wesentlich häufigeren

. Die Form *excl (mit verstärkendem Präfix ex-) ist nicht belegt, bietet aber kein Problem, da das Verb häufig vorkommt (ThLL 5, 2, 1264–1267).

Das aromunische erklärt sich aus einem älteren * murós: In der lateinischen Konsonantenverbindung cl- wird das -l- zu l' palatalisiert (Schlösser § 95), und das palatale kl' hat zur Palatalisierung des Anlaut-s sowie

38 Johannes Kramer

zur Hebung des zu i geführt. Das Adjektiv rós, das meistens substantiviert verwendet wird, hat zu einigen Verbalableitungen geführt; ins epirotische Griechische ist die Form ‘winseln (von Kindern)’ übernommen worden (Murnu 1977, 52). Der Versuch, die Verben von einem lateinischen clamare (REW 1961), * (Murnu 1977, 52) oder * (Kramer 1988, 177–178) abzuleiten, ist verfehlt, weil das bezeugte lateinische Adjektiv einen guten Anknüpfungspunkt für die ganze Wortfamilie bietet.

lat. v. tr. ‘in partes secare; scindere; dimovere; dividere’ (ThLL 5, 1, 1451–1452) / ‘zerschneiden, zerhauen, aufschneiden’ (Georges 1, 1714 s. v. dis- )aromun. disík v. refl. / tr. ‘despica, sparge’ / ‘fendre; se creuser la tête; ahurir; déchirer; s’emplir de bruit; oser, braver’. Substantiviertes Verb: dis(i)cáre.

Das lateinische Wort taucht in vielen graphischen Varianten auf; die Wörter-bücher liefern die etymologisch berechtigte Form , aber die Handschriften bieten sehr häufig Varianten wie desecare und dissicare. Das Verb ist seit Varro bis in die Spätantike gut belegt (ThLL 5, 1, 1451–1452).

Für das aromunische Verb (zitiert in der substantivierten Form disicare)setzt Wilhelm Meyer-Lübke das Etymon (REW 2688, keine anderen Nachfolgeformen in der Romania) an, aber man muss ja von den finiten Präsensformen ausgehen, also von disíc (1. Ps. Sg.) ( 3. Ps. Sg.) usw. Dafür kommen nur die Ausgangsformen in Frage, was im Lateinischen einen Infinitiv fordert, der ja von den Schreibungen in den Handschriften durchaus gedeckt wird. Semantisch gibt es keine Probleme.

lat. adj. (n. pl.) ‘tenuis, exiguus’ (ThLL 5 [2], 1479–1483) / ‘winzig’ (Georges 1, 1973)aromun. rice obiect; cît e negru sub unghie; pai, un pai mic, gunoi’ (Rosetti 1986, 339).

Das lateinische Adjektiv bedeutet ‘mager’, dann ‘winzig’, und es steht für alles, was klein und kaum bemerkbar ist; vom substantivierten Neutrum Plural

geht das aromunische feminine Substantiv aus, das ebenfalls für eine ‘Kleinigkeit’ steht. Die lautliche Entwicklung ist regelmäßig: Das in den Anlaut tretende lateinische x wird vor zu palatalisiert (Schlösser § 145), das betonte bleibt als í erhalten (Schlösser § 23), l vor i wird zu l' palatalisiert (Schlösser § 68), und das auslautende -a entwickelt sich nach Palatal zu -e (Schlösser § 40). Angesichts dieser lautlich wie semantisch regelmäßigen Entwicklung sind Ver-

Der lateinische Sonderwortschatz des Aromunischen 39

suche der Herleitung aus dem Albanischen oder dialektalem Griechischen wenig überzeugend.

lat. adj. (ThLL 6 [1], 1016) / ‘zum Schlauch (Blasebalg usw.) gehörig’ (Georges 1, 2164).aromun. f. (pl. ful'íne und ) ‘burduf’ / ‘sac fait de peau de mouton, tondue et retournée, qui sert à la conservation du fromage; ventre panse; personne ateinte d’obésité’ (Papahagi 570). Adjektivableitung: ful'inós 570).

Im Lateinischen ist nur einmal belegt (ThLL 6 [1], 1016), und zwar bei Priscian (2, 58 = GL 2, 78, 24), wo es darum geht, dass Ableitungen auf -inus ein langes i aufweisen (also: follis follinus); an dieser Stelle gibt es auch die handschriftliche Variante follina.

Im Aromunischen gehört die Form , die lautlich regelmäßig entwickelt ist (anlautendes f- bleibt erhalten, Schlösser § 72; vortoniges -o- wird zu -u-,Schlösser § 53; -ll- vor -í- wird zu l' palatalisiert, Schlösser § 131; -n- bleibt erhalten, Schlösser § 116), wohl ursprünglich zum Fachwortschatz der Schäfer:

‘runder Sack aus Schafshaut, in dem man den Käse frisch hält’. Dass man von ‘Vorratssack’ zu ‘dicker Bauch’ und ‘dicke Person’ gelangt, ist ein semantischer Vorgang, den man in vielen Sprachen findet.

lat. noverca f. ‘Stiefmutter’ (Georges 2, 3293).aromun. f. (pl. -mère, marâtre’ (Papahagi 870), f. (pl. ) (Papahagi 915). Maskulinum: nércu (pl. ‘beau-père’ (Papahagi 872).

Das lateinische Wort noverca bezeichnete die ‘Stiefmutter’, genauer gesagt die ‘neue Frau, die ein Witwer nach dem Tode der ersten Frau heiratete’. In den ro-manischen Sprachen ist das Wort nur im Aromunischen erhalten (ZrP 28, 617) und hat sogar ein Maskulinum nércu ‘Stiefvater’ hervorgebracht. Auch die albanischen Wörter njerk ‘Stiefvater’ und njerkë ‘Stiefmutter’ gehen auf noverca zurück (Çabej 1976, 386; Orel 1998, 304); zum Maskulinum vgl. Tagliavini 1965, 127: „Piuttosto che da un lat. *novercus, come pensa Meyer 1891, 313, credo sia un semplice rifacimento albanese sul femminile il njerk ‘patrigno’. Die Frage ist, ob das Aromunische und das Albanische unabhängige Weiterentwicklungen von lat. noverca aufweisen oder ob aromun. aus alban. njerkë entlehnt ist bzw. umgekehrt. Im Aromunischen ist von der selteneren Nebenform auszugehen: Das anlautende n- ist als n- erhalten (Schlösser § 82), unbetontes -o- wird zu -u- (Schlösser § 53), das intervokalische -v- ist geschwunden (Schlösser § 112), das betonte -e- vor in

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der Folgesilbe trat als eá auf (Schlösser § 16), -r- und -c- bleiben erhalten (Schlösser § 110 und § 119). Die normale Form entstand durch Beseiti-gung der ungewöhnlichen Kombination eines unbetonten -u- mit nachfolgendem betonten -eá-. Mit anderen Worten: lat. noverca > aromun. n(u) stellt eine regelmäßige Entwicklung dar. Die albanische Entwicklung setzt zunächst den Schwund des intervokalischen -v- voraus (Meyer / Meyer-Lübke § 49), außerdem den Wegfall des -o- der unbetonten Anfangssilbe (Meyer / Meyer-Lübke § 28); das betonte -é- wird zu -ié- (Meyer / Meyer-Lübke § 13). Also müssen wir mit folgendem Entwicklungsschub rechnen: noverca > *nerka > *nierkë > njerkë. Auch das ist eine regelmäßige Ent-wicklung. Man muss also annehmen, dass noverca im Latein des Raumes, wo heute Albanisch und Aromunisch gesprochen wird, so gut verankert war, dass es an die derzeitigen Sprachen weitervermittelt wurde. Dabei ist zunächst zu vermuten, dass es sich sowohl im Albanischen als auch im Aromunischen um Erbwörter handelt, die allerdings im Resultat so ähnlich sind (alban. njerkë /aromun. ), dass auch Laien eine Verbindung zwischen beiden herstellen konnten. Die maskulinen Neubildungen alban. njerk und aromun. nércu gehen jeweils von der femininen Form aus, können aber voneinander abhängig sein.

lat. f., manchmal m. ‘spinae genus, zura’ (ThLL 10 [1], 118) / ‘dorniger Strauch, Judendorn, Christdorn’ (Georges 2, 3479).aromun. m. (pl. ) ‘arbust spinos’ / ‘paliure, épine du Christ’ (Papahagi 955). Ableitungen: ‘étendue de terrain couverte de paliures’.

Lehnwörter, die auf lat. ‘Christdorn’ zurückgehen, gibt es in den meisten romanischen Sprachen, vgl. z. B. frz. paliure (seit 1615, FEW 7 [3], 504), it. paliuro (16. Jahrhundert, DEI 4, 2731), port. paliúro (seit 1873, DELP 4, 286). Als Erbwort ist jedoch nur im Aromunischen erhalten (REW6165). Die Entwicklung ist völlig regelmäßig: anlautendes p- ist erhalten (Schlösser § 58), vortoniges -a- tritt als - - auf (Schlösser § 37), -l- + -i- führt zur Palatalisierung des -l- und verhindert den Rhotazismus (Schlösser § 108), betontes bleibt als ú erhalten (Schlösser § 32), inlautendes -r- ist in allen Positionen erhalten (Schlösser § 110).

Das lateinische Wort ist aus dem griechischen entlehnt; es kommt bei Vergil, ecl. 5, 39, bei Columella 10, 22, und häufiger vor; Plinius (n. h. 24, 115) gibt eine Beschreibung der Pflanze: „Paliurus quoque spinae ge-nus est. Semen eius Afri zuram vocant“. Das griechische Wort kommt schon bei Euripides, Cycl. 394, vor, wo es um ‘Dornenholz’ vom Ätna geht. Das griechische Wort kann dem aromunischen Element nicht zu Grunde liegen, denn von der Antike bis heute trägt den Akzent auf der dritt-letzten Silbe (antepaenultima, , vgl. 10, 5362) und muss so als Etymon ausscheiden.

Romanistik in Geschichte und Gegenwart 22,1 (2016) © Helmut Buske Verlag, Hamburg

Daniela Laube

Wiederentdeckt: Günther Spaltmann als Übersetzerund Literaturagent

Nur noch wenige wissen heute, dass die frühe Rezeption von Mircea Eliades li-terarischem und religionswissenschaftlichem Werk in der BRD seinem Überset-zer Günther Spaltmann zu verdanken ist. Günther Spaltmann hat sich nicht nur um die Vermittlung von Mircea Eliade bemüht, sondern um eine ganze Reihe rumänischer Schriftsteller, die in der Zwischenkriegszeit oder während des Zweiten Weltkrieges in ihrer Heimat bekannt wurden. Als er 1949 den Aufsatz „Rumänische Romane von heute“ für die Literaturzeitschrift „Welt und Wort“ schrieb, betonte er den schöpferischen Geist, die Originalität und die Vielfalt der literarischen Strömungen in Rumänien und stellte fest, dass „Zu Unrecht […] meistens eine aufstrebende Literatur übersehen […] wird, die in der Lage sein könnte, sich den klangvollen Namen europäischer Geistesprovinzen anzuschlie-ßen.“1

Günther Spaltmann ist am 15.8.1914 als Sohn eines Architekten in Duisburg geboren. Die Kindheit und Jugend verbrachte er in Hervest-Dorsten, wo der Va-ter als Amtsbaumeister tätig war. Wahrscheinlich unter dessen Einfluss absol-vierte er den Freiwilligen Arbeitsdienst2 und schon seit 1930 gehörte er einer Jugendorganisation der NSDAP3 an. Wie seinem kurzen Lebenslauf am Ende seiner Doktorarbeit zu entnehmen ist, wechselte er oft den Studienort. Das Stu-dium der evangelischen Theologie fing er 1932 an der Theologischen Hoch-schule in Bethel bei Bielefeld an. Nach zwei Semestern war er in Leipzig, dann wechselte er nach Münster und schließlich nach Bonn. Nach dem Studium ar-beitete Spaltmann als Hilfskraft in der Berufsberatung des Arbeitsamtes Glad-beck und entschied sich im Sommer 1938, an der Universität in Bonn zu pro-movieren. Seine Doktorarbeit über „Das Wasser in der religiösen Anschauung der Völker“ wurde von dem Theologen und Religionswissenschaftler Gustav Mensching betreut. Kurz nach seiner Promotion 1939 gab er die Theologie auf und erkundigte sich in Bukarest, ob er als Austauschstudent für ein Jahr kom-men oder am Deutschen Wissenschaftlichen Institut4 beschäftigt werden könn-

1 Günther Spaltmann: „Rumänische Romane von heute“, in: „Welt und Wort“ 4 (1949), S. 406.2 Laut „Dorsten-Lexikon“ (http://www.dorsten-lexikon.de/s/spaltmann-prof-guenther) schrieb

Adolf Spaltmann zwischen 1930–1933 als Mitarbeiter des Heimat-Kalenders Herrlichkeit Lembeck u. a. auch über den Freiwilligen Arbeitsdienst in der Herrlichkeit.

3 Siehe den Brief Günther Spaltmanns an den Leiter des Austauschdienstes des Deutschen Wis-senschaftlichen Instituts (DWI) in Bukarest Karl Supprian, eingegangen am 14.8.1940, Fond Insti-

„Ich bin natürlich Pg. und zwar seit 1930 in der Bewegung, sodass an meiner Gesinnung kein Zwei-fel zu herrschen braucht.“

4 Das Deutsche Wissenschaftliche Institut in Bukarest wurde am 6. April 1940 als erstes Deut-sches Wissenschaftliches Institut überhaupt gegründet und vom Romanisten Ernst Gamillscheg ge-

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te.5 Dass er sich gerade für Rumänien interessierte, hatte er seinen rumänischen Freunden zu verdanken, die zur gleichen Zeit wie er als Austauschstudenten in Bonn eingeschrieben waren. Außerdem war seine Schwester Helga mit dem Rumänen Valeriu Martin zusammen, den sie 1941 auch heiratete. Der Leiter des Austauschdienstes in Bukarest, Karl Supprian, teilte Spaltmann mit, dass für die deutschen Austauschstudenten im Herbst 1940 fünf Plätze reserviert wurden und dass am Institut noch keine Plätze frei seien. Zugleich fragte er nach seinem Lebenslauf.6 Im Archiv des Außenministeriums in Bukarest konnten keine wei-teren Briefe von Supprian an Spaltmann identifiziert werden, die seine Aufnah-me ins Deutsche Wissenschaftliche Institut bestätigen. Es ist wohl anzunehmen,dass man ihm doch gewisse Versprechungen gab oder Hoffnungen machte, denn 1941 besuchte Spaltmann Kurse der Deutschen Akademie in München und wurde als Sprachlektor ausgebildet. Er bekam einen Vertrag und wurde vom Auswärtigen Amt besoldet. Er hatte nicht den Status eines Diplomaten und die Bezüge waren deutlich niedriger. Mit seiner Ankunft in Bukarest beginnt ein wichtiges Kapitel in der Förderung der rumänischen Literatur in Deutschland. Das hier verbrachte Jahr beeinflusste ihn stark, so seine Autobiografie, von dem nur der Abschnitt „Trügende Freiheitszeichen-kriminalistische Beigaben“ zu-gänglich ist. Es gibt in diesem Kapitel auch direkte Verweise auf Bukarest als große und moderne Stadt, die in manchen Hinsichten vertraut und in manchen fremd erscheint: „Hochhäuser, viele Restaurants, einige davon mit Tischen an der Straße […] Das Caférestaurant Wilson zog mich seines amerikanischen Namens wegen an [...] Es gab Musik: eine berühmte Folklore-Sängerin mit rau-er Stimme wurde von elegant gekleideten Gästen bejubelt.“7 Auffällig ist die „Vielfalt der Baustile: kleine orthodoxe Kirchen zwischen bauhausmäßig anmu-tenden Hochbauten, elegante Häuser mit italienischem oder orientalischem Ausdruck, nicht zu übersehen eine Menge Bauten, die durchaus Eigenes dar-stellten.“8 Anders als in den deutschen Städten der damaligen Zeit gab es in Bu-karest die Möglichkeit, Lebensmittel aller Art zu kaufen: „Hier wurden ver-schwenderisch Waren angeboten, die es im Reich kaum frei zu kaufen gab“, unter anderem Schokolade und Kaffee.9 In den Theatern und in der Oper wur-den vorwiegend französische und italienische Stücke gezeigt und selten deut-sche, was auch die offiziellen Berichte der deutschen Lektoren an das Auswärti-ge Amt bestätigen. Vielmehr konnte man in Antiquariaten jüdischer Besitzer

leitet. Ihm wurden der Akademische Austauschdienst und die Sprachlektorate zugewiesen. Deutsche Wissenschaftliche Institute gab es in Ost-und Südosteuropa außer in Bukarest noch in Sofia, Buda-

Wissenschaftliche Institut (DWI) in Bukarest“, in: „Südost-Forschungen“ 69/70 (2010)/(2011), S. 330–367.

5 Ibidem.6 Siehe den Brief von Karl Supprian vom 20.8.1940 an Spaltmann, Fond Institutul German de

7 Günther Spaltmann: „Autobiografie“ (unveröffentlicht), S. 312.8 Ibidem, S. 313.9 Ibidem, S. 312.

Wiederentdeckt: Günther Spaltmann als Übersetzer und Literaturagent 45

verbotene deutsche Literatur kaufen, selbst wenn nur unter der Hand: Werke von Thomas Mann, Jakob Wassermann, Alfred Döblin, Hermann Rauschnings „Hitler m'a dit“, Otto Strassers „Hitler und Ich“. In diesem Kapitel seiner Auto-biografie liefert Spaltmann ein Bild des damaligen Verbündeten des Dritten Reiches, das ganz entfernt von den Zielen der deutschen Außenpolitik scheint. Im Institut wurde er dem Leiter des Austauschdienstes zugewiesen und bekam ein eigenes Büro. Seine Aufgabe bestand darin, die rumänischen Intellektuellen über die deutschen Universitäten zu informieren. Unter ihnen gab es sehr viele Studenten, die sich um ein Stipendium bemühten, obwohl sie oft wenig Deutsch konnten. Um die Befürwortung des Austauschdienstes zu erhalten, die für ein Visum unentbehrlich war, waren manche bereit, Spaltmann zu bestechen: „Hin und wieder wurde mir über meinen Tisch ein Paß gereicht, der, wenn ich ihn aufschlug, eine größere Banknote enthielt.“10 Schon in Bonn erwarb sich Spalt-mann Grundkenntnisse in Rumänisch. Mit Hilfe seiner zukünftigen Frau Angela Popescu, einer Musik-Studentin, die er im Institut kennenlernte, gelang es ihm, sich in kurzer Zeit ein gutes Rumänisch anzueignen. Durch die Vermittlung des Instituts bekam er Zugang zu rumänischen Kulturpersönlichkeiten, zu den Schriftstellern Liviu Rebreanu, damals Direktor der Staatstheater, Nicolae Her-escu, Präsident der rumänischen Schriftstellervereinigung, Ion Minulescu, des-sen Tochter Mioara ihm ihre Wohnung zur Verfügung stellte, Lucian Blaga, IonMarin Sadoveanu, zu dem Literaturkritiker und Essayist Petru Comarnescu. Die Theologen und Schriftsteller Nichifor Crainic und Gala Galaction waren im Deutschen Institut oft zu sehen, der letzte kam „immer im Mönchstalar.“11 Kurz nach seiner Ankunft in Bukarest drückte Spaltmann in der deutschen Gesandt-schaft den Wunsch aus, rumänische Literatur zu übersetzen und sich für einen Literaturaustausch zwischen den beiden Völkern einzusetzen. Auch die Idee ei-ner rumänisch-deutschen Gesellschaft12 schwebte ihm vor. Infolge einer Anzei-ge eines seiner Kollegen vom Deutschen Wissenschaftlichen Institut wurde er anlässlich einer Informationsveranstaltung über die Gründung eines Informati-onsbüros für kulturelle Angelegenheiten festgenommen. Nachdem er verhört wurde – man glaubte, dass hinter der rumänisch-deutschen Gesellschaft, die ergerne ins Leben rufen wollte, anglo-amerikanische Gruppen Einfluss zu gewin-nen strebten –, verbrachte er mehrere Tage in einem Wehrmachtgefängnis, spä-ter bekam er Hausarrest und schließlich wurde er nach Berlin zurückgeschickt. Verdächtig ist Spaltmann auch durch den Besitz „verbotener Literatur“ gewor-

10 Ibidem, S. 319.11 Ibidem, S. 393.12 Die rumänisch-deutsche Gesellschaft wurde kurz nach Spaltmanns Rückkehr in Deutschland

gegründet. Sie erwies sich als eine politische Organisation, deren Präsidenten Mihai Antonescu stellvertretender Ministerpräsident Rumäniens war. Wie stark politisiert diese Gesellschaft war, zeigte sich an den Vorträgen, mit denen sie in die Öffentlichkeit ging: 12.02.1943 Al. Vaida-

-socialismului“, 23.02.1943 Nicolae Bagdasar: „Noua -socialismului“

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46 Daniela Laube

den, die in seiner Wohnung gefunden wurde, und durch den Plan, eine deutsche Literaturgeschichte zu schreiben, die auch die Exilautoren berücksichtigt hätte. Wie stark die Bindung zu manchen rumänischen Schriftstellern war, wird sicht-bar, als er Bukarest verlassen musste. Liviu Rebreanu gab ihm einen Ausweis, der ihn zum Korrespondenten seiner Zeitung machte und auch in Berlin hätte ihm dienstlich nützlich sein können. Nicolae Herescu, der von ihm als Trauzeu-ge vorgeschlagen wurde, bot ihm Geld an. Nach Berlin zurückgekehrt wurde Spaltmann von dem Leiter der politischen Abteilung des Auswärtigen Amtes verhört. Die Folgen waren die Entlassung aus dem Staatsdienst und das Verbot, Deutschland zu verlassen.13 Trotz alledem trat er 1943 der NS-Reichs-schrifttumskammer bei.14 Durch Beziehungen, die in seiner Autobiografie ange-deutet werden, bekam er die Stelle eines Lektors beim Steiniger Verlag in Ber-lin, der durch seine Kolonial-, Erlebnis- und vor allem Kriegsbücherei der deut-schen Jugend15 bekannt war. Die Mitgliedschaft in der Reichs-schrifttumskammer war eine Zwangsmitgliedschaft für alle, die beruflich für den Buchhandel zuständig waren. Es ist nicht zu verschweigen, dass im Leben von Günther Spaltmann einige Widersprüche politischer Natur vorhanden sind: Er wurde sehr früh NSDAP-Mitglied, machte den Freiwilligen Arbeitsdienst, studierte Theologie und gab sie wieder auf, besuchte Kurse der Deutschen Aka-demie, die gerade in dieser Zeit stark unter der NS-Ideologie standen16, arbeitete im Deutschen Wissenschaftlichen Institut, das ebenfalls eine Nazi-Einrichtung war, sammelte und las verbotene Literatur. Diese beiden letzten Berufsstationen erwähnt er später öffentlich.17 Wie aus seinen Entnazifizierungsakten aus dem Landesarchiv in Düsseldorf Abteilung Rheinland zu entnehmen ist, war er „ent-lastet“ und wurde in die Kategorie V eingestuft. Eine politische Belastung lag nicht vor.18 Unverständlich ist es, dass er keine Akten im Archiv der ehemaligenSecuritate19 hatte, obwohl er vorwiegend in den 50er Jahren viele rumänische

13 Siehe das „Dorsten-Lexikon“ unter www.dorsten-lexikon.de/s/spaltmann-prof-guenther.14 Ibidem.15 Die Kriegsbücherei der deutschen Jugend war eine Heftroman-Serie, die im Auftrag vom

Reichsjugendführer Baldur von Schirach erschien und die Aufgabe hatte, die Jugend für den Krieg zu begeistern.

16 Innerhalb der Entnazifizierung wurde die Deutsche Akademie von den Amerikanern in die Kategorie I eingestuft. Siehe auch: Michels Eckard: „Von der Deutschen Akademie zum Goethe-Institut. Sprach- und auswärtige Kulturpolitik 1923–1960“, München: 2005.

17 So in der Zeitschrift „Kalamazoo College Alumnus“ vom Oktober 1959: „In addition to teaching at the University, he has lectured at the German Academy in Munich and the German Schi-entific Institute in Bucharest“, S. 5 und in den „Westfälischen Nachrichten“ vom 20.11.1963: „ […] war dann Anfang des Krieges am Deutschen Institut in Bukarest…“

18 Die genauen Daten seiner Mitgliedschaften sind: NSDAP 1937–1945, SA 1933–1934, Reichsschrifttumskammer 1943–1945. Gewisse (scheinbar) kompromittierende „Einzelheiten“ sei-ner Biografie wurden vermutlich absichtlich verschwiegen. Dass er schon 1930 in einer Jugendor-ganisation der NSDAP war, wird in den Akten nicht erwähnt. Ebenfalls erwähnt er sein Einsetzen für eine rumänisch-deutsche Gesellschaft in Bukarest nicht (weil die rumänisch-deutsche Gesell-schaft, die entstanden ist, sehr politisiert war) und präsentiert sich als Opfer des Regimes durch den Besitz verbotener Literatur und mündliche Antipropaganda.

19 Antwort vom CNSAS (Nationalrat für das Studium der Archive der Securitate) vom 2.2.2015.

Wiederentdeckt: Günther Spaltmann als Übersetzer und Literaturagent 47

Bücher übersetzte. Einige der übersetzten Autoren waren bei dem damaligen Regime in Rumänien nicht gut angesehen: Mircea Eliade und Sorana Gurian haben sich fürs Exil entschieden, die Romane von Radu Tudoran durften zwi-schen 1948–1954 nicht gedruckt werden. Einer von ihnen sogar („Un port la

20, der das erste Mal 1941 in Rumänien erschien, durfte erst nach der Wende wieder veröffentlicht werden. Der Grund war, dass die Handlung sich im Süden Bessarabiens abspielte und dieses Territorium nicht mehr Rumänien, sondern der Sowjetunion gehörte. Die Übersetzungen der Romane von Radu Tudoran erschienen in der BRD bis auf zwei Ausnahmen21 alle zwischen 1947

Artikel über Radu Tudoran behauptet, und zwar, dass die Romane „Jahreszeiten des Herzens“ (1954), „Tal der Flammen“ (1957) und gemeint ist wahrscheinlich „Schicksal aus deiner Hand“ 1952, nicht 1953 mit der Förderung des rumäni-schen Außenministeriums und Kultusministeriums erschienen.22

den Roman „Nadja: Ein Sommer am Schwarzen Meer“ in der Übersetzung von 1955 nicht. Erst für diesen Roman und für den letzten (1957) kann man die Möglichkeit einer rumänischen Förderung nicht ausschließen. Wie aus einem Brief von Spaltmann an den Schriftsteller Viktor Meyer-Eckhardt23 zu entneh-men ist, war es sehr schwer, die rumänischen Romane unterzubringen. Von 16 übersetzten Büchern (Stand 1951) erschienen nur vier, zwei Verlage lösten sich auf, mit zwei anderen musste er über die Rückerwerbung an noch nicht veröf-fentlichten Büchern streiten. Nur der Roman „Schicksal aus deiner Hand“ erleb-te bei Karl Glöckner in Bonn zwei Auflagen und weil der Verlag sich auflöste, ohne ihm das Honorar auszuzahlen, durfte dieser Roman bei Günther in Stutt-gart neu verlegt werden. Auch der schon zitierte Brief an Meyer-Eckhardt bestä-tigt den Markterfolg dieses Romans. Der Verlag Günther hat viel Unterhaltungs-literatur herausgegeben. Die Romane von Tudoran sind alle Abenteuer- und Liebesromane mit einem exotischen Hintergrund, die in das Verlagsprogramm gut passten. Für diesen Schriftsteller schien Günther Spaltmann eine gewisse Vorliebe entwickelt zu haben: „Die Zeit“ veröffentlichte 195024 eine Erzählung desselben Autors ebenfalls in der Übersetzung von ihm.

Radu Tudoran hat Günther Spaltmann nicht persönlich gekannt.25 Auch die anderen übersetzten Schriftsteller Sorana Gurian und Cezar Petrescu waren ihm

20 Es handelt sich um den Roman „Ein Hafen im Osten“, 1947.21 „Tal der Flammen“ erscheint 1957.22 (III) Addenda la ul-

timele biobibliografii-Radu Tudoran“, in: „Cultura“ vom 28.10.2010.23 Brief vom 05.02.1951, Heinrich-Heine-Institut Düsseldorf, Rheinisches Literaturarchiv,

Nachlass Viktor Meyer-Eckhardt.24 „Das Liebesgeheimnis der Mamocica“ in: „Die Zeit“ 03/1950. Eine kurze Darstellung des

Autors befindet sich am Anfang der Erzählung und wurde von Spaltmann geschrieben: „Der Verfas-ser dieser Erzählung […] gehört zur jungen rumänischen Schriftstellergeneration […] In Deutsch-land wurde er durch seinen Roman 'Ein Hafen im Osten' bekannt. – Der Reiz seiner Darstellung liegt in einer Mischung von krasser Realität und östlicher Schwermut.“

25 Es ist nicht auszuschließen, dass Eliade ihn empfohlen hat. In seinem „Portugiesischen Tage-buch“, S. 88 zeigt Eliade große Begeisterung für diesen Schriftsteller: „24 June [1943]. Have begun