Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

download Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

of 164

Transcript of Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    1/164

    cristianamoentrlmiten

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    2/164

    HEINZ ZAHRNT

    Cristianismoentre doslmitesPARA QUE EL CRISTIANISMO?

    EDITORIAL VERBO DIVINOESTELLA (Navarra)1974

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    3/164

    Tradujo: Jess Prez Alija . Ttulo original: Wozu ist dasChristentum gut? . Piper et Co. Verlag 1972 . Editorial Verbo Divino, 1973 . Es propiedad . Printed inSpain . Talleres Grficos: Editorial Verbo Divino, Estella.Depsito Legal: NA. 1.402-1973ISBN 84 7151 148 7ISBN 3 492 01947 1, Piper, edicin original

    CONTENIDO

    Prlogo . . . 11Introduccin 15I. LA PREGUN TA 29

    1 . D i o s l i a m u e r t o . D i o s a l a v i s t a . . . 3 12. P i e n s a q u e v i v i r s 5 3I I . LA RESPUESTA 733 . D i o s , q u o t r a c o s a s i n o ? 7 54. E l c i e l o e s t a b a j o 1 11III. LAS PRUEBAS 157

    5. E l " m s " d e l h o m b r e 1 596 . L a v i d a e s g r a t u i t a , p e r o n o b a r a t a . 2 2 97 . H a s t a q u p u n t o p u e d e s e r p o l t i c oe l c r i s t i an s im o? . . 285

    7

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    4/164

    Pues qu aprovecha al hotmibre ganar todo elmundo, s i l lega a perder su a lma?Jess de Nazaret

    El hombre es lo ms valioso para el hombreKarl Marx

    Si hubisemos de creer a los sermones dominicalesde los ltimos veinte aos, hace ya mucho tiempoque e l hombre habr a es tado has ta ta l punto enel centro de sus afanes, que, a buen seguro, seencontrar a ya has t iado de es ta s i tuacin de pr i vilegioErhard Eppler

    La especie humana l ia conseguido x i tos sorprendentes en un universo que empieza a abr i r le generosamente sus puer tas . Pero qu ha pasado conla pe r s ona humana ind iv idua l?Miln Machovec

    9

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    5/164

    Ya hemos hablado bas tan te del hombre: ya eshora de que nos ocupemos de DiosAbram Terz-Sinjawski

    Los cris tianos no son menos humanistas que todoslos humanis tasHans Kng

    10

    P R O L O G O

    El prlogo de un libro significa una especiede ceremonial del saludo, pues, de una parte, nodebe incidir en la temtica del libro mismo laborsta de la subsiguiente introduccin , y, de otra,su sentido m s profundo radica en posibilitar elprimer contacto entre lector y autor. En ltimainstancia, hoy, como ayer, el prlogo es el instrumento de que nos valemos para captar "la b enevolente atencin del estimado lector". Quizs, pues,no sea otra cosa lo que yo intente en el mom entoen que me dispongo a informar al lector de la gnesis de este libro.

    Una de las casas editoriales alemanas ms antiguas la editorial Osian, de Tbingen m eencomend, el pasado ao, el discurso conmem ora-

    11

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    6/164

    tioo de su 375 aniversario. Acced gustoso, ciertamente; pero de qu iba a hablar? Por el hecho deestar encasillado yo entre los "autores de libroscientficos", y, dentro de este compartimiento, entrelos autores que se ocupan de la cosa teolgica la"cosa con Dios" *, era claro que slo vena acuento un tema con enjundia teolgica. Cualquierotra cosa hubiera significado un imperdonablediletantismo. Propuse, pues, que mi conferenciaversase sobre la importancia que hoy quepa adscribir a la invariable contribucin de la fe cristianaa la vida de los individuos y de las colectividades.Mi asombro fue grande, cuando vi que los rectores de la citada institucin, la seora Brigitte y elseor Konrad-Dietrich Reithmller, estaban deacuerdo.

    De ha ber ocurrido esto en los aos que siguieron a la guerra, me hubiese parecido normal esta postura, pu es entonces estaban de modalos lemas con una proyeccin cristiana. Pero, enel entretanto, ha corrido mucha agua debajo delos puentes, y no es ya comprensible en absoluto,sin ms, que una editorial no especficamente dedicada a la problemtica religiosa, acceda, llegadoel caso, a una eleccin "cristiana" de temas. Deah que un acontecimiento tal me pareciera quehaba que considerarlo como todo un smbolo,

    * El autor hace referencia a su ms famoso l ibro Di eSache mit Gott. Die pro t es t an t i sche Theologi e im 20 . Jahr-hundert 1966, t raducido al castel lano con el t tulo A vueltascon Dios. Hechos y Dichos , Zaragoza 1972 (N .T . ) .12

    una llamada de atencin, p recisamente por su singularidad.

    A medida, empero, que aoarazaba en la elaboracin de la conferencia, se me encoga el nimo alpensar en mi audacia en la eleccin del tema.Cuando lleg el da de la conmem oracin, y mientras desfilaban por la tribuna, diciendo sus exactasy amables palabras de congratulacin, el rector,el alcalde de la ciudad, el representante de lascmaras de comercio, los editores y los libreros,iba yo pensando si de verdad era esta la ocasinms apropiada para leer las cuartillas de mi discurso. En qu podra consistir aqu la aportacinde la fe cristiana a la vida de los individuos y dela sociedad?Pude, no obstante, constatar muy pronto que,al parecer, nuestros contemporneos perciben anla fe cristiana como una contribucin importanteen la configuracin espiritual de nuestro tiempo.Al menos, este juicio era vlido para quienes allestaban, cristianos y no cristianos, surgiendo unaespecie de dilogo ecumnico y contemporneo almismo tiempo.

    La amable invitacin a publicar esa conferencia a lo que me resista fue la ocasin paraprofundizar en su temtica, reelaborndola nuevamente desde su base. Este libro es el fruto deesos afanes. Rstame slo esperar que logre reflejar, sin excesivas brumas, la discusin en cursosobre Dios, el hombre y el mundo; discusin en

    13

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    7/164

    la que se oyen voces altamente discordantes, cierto,pero que, a la postre, acaban fundindose en unsolo acorde. Evidentemente, mi propio punto devista ha de quedar tambin reflejado a lo largode las pginas que siguen, y, a veces, con unacierta energa.

    Heinz Zah rn tHamburg, agosto 1972

    14

    I N T R O D U C C I N

    Hoy, todos somos "humanis tas" otra cosa essaber s i , rea lmente , somos tambin humanos . Noexiste hoy religin alguna, ni ideologa, nicor rien te f ilosfica o s is tem a polt ico qu e noafirme que el hombre est en el centro de susafanes . Su preocupacin incid i r , o b ien en e l hecho de cmo el hombre cont ina s iendo hombre ,o en cmo lo l legar a ser definitivamente. Y nootra cosa cabe afirmar de los hombres que programan e l fu turo : p lan if icadores de lo venidero ,reformadores socia les y es t ra tegas del desar ro l lo .Y, en verdad , no se puede negar que no ocurranrazones obje t ivas para es ta preocupacin . La h is toria universal es t tocando un punto en el que searriesga la decis in sobre la pervivencia de la

    15

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    8/164

    hu m an ida d y de su his tor ia futura en la t ie r ra .Pero no slo en este (postrer horizonte histr icola te la amenaza a la exis tenc ia de la humanidad.Su def ini t iva ruina se r a slo e l r esul tado "con-c luye n t e " de una a va nz a da y p r ogr e s iva de shuma nizac in de l hombre , su cni t y su omega a l mismo t i e mpo . H e a h por qu ha y que sa lva r ho yla naturaleza humana del hombre (Mensehl ichke i t ) ,si no queremos que, al f in, perezca la humanidad(Menschheit) . Y esta es la razn por la cual nose mple a mos hoy e n una ba t a l l a t a n t r a ba josa e npro de la conservac in o de la reconquis ta , segnlos casos de lo humano de l hombre en la his tor ia .

    Pero qu es, ten realidad, lo que hace que elhom bre sea hom bre? Y, ante todo, de dnde levienen a l hombre sus l mi tes? ; cmo intenta lhacerse hombre , o exis t i r como ta l? ; qu es loque le proporc iona la fuerza para subsis t i r y a lcanzar e l futuro? Preguntas son s tas a las que hoyno pode mos c on t e s t a r i ne qu voc a me nte . H a b la mos ,e n ve r da d , c on t inua me nte de l hombr e y a se gur a mos que s te es t presente en todos nues t ros a fa nes y proye c tos , per o en la in t im idad abr igam osla sospecha de que todos nues t ros habla res sobree l hombre no son ot ra cosa que conceptos s in sustanc ia , .desprovis tos de un r iguroso contenido.

    No es ta rea fc i l la adquis ic in de nuevos proyec tos e imge nes-gua (Le i tbi lder ) sobre e l hom bre y sai h is tor ia . Por d esgrac ia , no desc iend en grac iosamente de los c ie los , n i brotan sbi tamente amodo de ge ne r a c in e spon t ne a . Fr ma nse e n e l16

    proceso his tr ico y desde s te se propagan. Estonos sugie re que la conc ienc ia his tr ica es suscept i b l e t a mbi n hoy de a l e t a r ga mie n to e n l a c on t e mplac in de la his tor ia , es dec i r : un remontarse asu pasado en busca de modelos para su futuro. Env i s t a de l os nuba r r on e s que a me na z a n a la h um a ni dad, muchos ponen sus esperanzas de vivi r en unavue l ta a la t r adic in . Se piensa que la sa lvac in podr a encont ra r se en un examen cr t ico y en la re novac in de las t r adic iones his tr icas que an semuest ran operantes en la vida de los individuosy de la soc iedad. E igua lmente por lo que respec taa las t r adic ion es un da vivas y que hoy yacen sumergidas en e l o lvido.

    Hoy, como ayer , e l cristianismo f o r ma pa r t e delas fuerzas opera t ivas que const i tuyen nuest rat radic in his tr ica . S in embargo, la pos tura de loscontemporneos a su vis ta es discordante : mient rasque unos ya no esperan nada de l , hac iendo odossordos a la proc lamacin de la pa labra c r i s t iana ,ot ros s iguen profesando esperanzas que ms biende b i e r a n a boc hor na r los . I mpor t a , pue s , p l a n t e a r sesi el cr ist ianismo est ya muerto, si dej de ser ,por consiguiente, la sal de la t ierra, o si , incluso,se ha pod ido c onve r t i r e n ve ne no que a me na c einfecc ionar a nues t ra soc iedad. Pero tambin esleg t ima la pregunta de s i , t a l vez , mantenga anf rescura y juventud suf ic ientes para vivi f ica r alos hombres de hoy. En cada caso es tamos anteuna herenc ia que no cabe repudiar s in ms ni ms;se impone , ms bien, que le demos una respuesta

    17

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    9/164

    adecuada y que t ra temos de as imilar la . Amigoso enemigos de la cosa cris tiana, debemos, al menos, tomar posiciones frente a ella. Por nuestrapar te , nos gus tar a coadyuvar a es te careo . Heah por qu e l subt tu lo de es te l ib ro" : para qus i rve e l cr is t ian ismo?"Cualquiera que hoy, en la ac tual s i tuacin soc ia l , p regunte por la u t i l idad del cr is t ian ismo, seenf ren ta d i rec tamente y en pr imer lugar con laIglesia. No quiere decir que el cris tianismo nohaya operado h is tr icamente fuera de la Ig les iahas ta e l d a de hoy; pero , en e l sen t i r de nues t rasociedad, la Iglesia, y slo ella, es la adminis tradora legal de la t rad ic in cr is t iana . Has ta se le

    paga por e l lo . Ahora b ien , es ta t rad ic in adminis t rada por la Ig les ia hunde sus ra ces ms profundas en la biblia, entendida sta no como figuracircunscrita a un documento his trico, s ino en laampli tud de sus consecuencias h is tr icas .Pero quien in ten te preguntar , hoy , a la Ig les iasobre la u t i l idad del cr is t ian ismo suf r i r una noleve decepcin . Sus propias dudas sern mayoresdespus del presunto in ter rogator io . La ac tual s i tuac in an mic a de la Iglesia es ta n m enesterosa,que no cabe recabar de e l la una respues ta inequvoca a semejantes preguntas . Al contrar io , e l lamisma se in ter roga. Ut i l izando una expres in delps icoanl is is , podr amos def in i r su ac tual s i tuac in como una "d ifus in de Ja ident idad" (Er ik H.Er ikson) . La Ig les ia se s ien te hoy zarandeada en

    18

    las mismidades de su ser y de su misin: no sabeexactamente qu es y para qu s i rve .Vive inmersa en los ms d ispares y a menudocontrad ic tor ios afanes , esperanzas e imgenes -gua ,surg idas tan to de s misma como de hontanaresgeogrficos extraos. La Iglesia t iene que ser todo;

    cada cual la convoca a tareas diferentes . No esde extraar, piues, que se s ienta solicitada a todoslos ex tremismos de "derecha" o de " izquierda" .Y as, para unos la especf ica misin de la Iglesiacons is t i r a en predicar la doctr ina a los hombresy l levar los a la v ida e terna . Cualquier desviacinde es te presupues to ser a pecaminosa , segn s tos .Otros rec laman una Ig les ia guard iana de la moral ;su menes ter queda c i rcunscr i to a l so lo campo t i co . De es te modo, as p iensan , apunta lar e l "s tat u s " de la presente sociedad . Un tercer grupo opinaque la misin de la Iglesia consis te precisamenteen todo lo contrario: en posibili tar los cambios deesta sociedad hacia otra sociedad ms justa. Ensu decir , sera o debera ser la Iglesia como la vanguard ia en la larga marcha de las reformas . Perotampoco esta solucin satisface a todos, pues otrogrupo propone desde una perspect iva de res ignacin pol t ica ms que desde una re l ig ios idad redescubier ta que la Ig les ia aparece como impres c indib le para la mayor a de sus miembros tan slo porque, con sus r i tos sagrados, sus misas y actosso lemnes , pos ib i l i ta emocionalmente para vencerlos miedos provocados por la crisis es t ruc tu r a ] delas familias , con lo que, de paso, ofrece a la pre-

    19

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    10/164

    se n t soc i e da d una c oa r t a da pa r a r e t a r da r l a s r e formas que desde hace tanto t iempo se hacen sent i r . Los ms radica les , f ina lmente , y en cuanto noc ons ide r a n pe r d ida l a ba t a l l a , pos tu l a n que l aIgles ia sea la pla ta forma desde la cua l par ta larevoluc in soc ia l universa l . La tc t ica a emplear enes te obje t ivo no se r a ot ra que la tc t ica de guer r i l las , t r aba jo de los cuadros y formacin de clulas (en e l acontecer de es te proceso t ransformat ivo de la soc iedad tambin desaparecer a la Igle s i a , e spon t ne a me nte ) .

    Vemos, pues , que la ident idad, la esenc ia y lamis in de la Igles ia dis ta mucho de se r monocorde .Adems, exis te e l agravante de la desor ientac inen snodos, dir igentes eclesist icos, obispos, etc . ,pues , pese a lo que digan sus c r t icos , no son hoy"inacces ibles" en absoluto a las sugerenc ias de abajo incluso a las sugerencias de "afuera", conlo que la difusin de la identidad de la Iglesiaopera tambin en los planos ms a l tos de su adminis t rac in. Y as , t enemos que en Alemania , pore jemplo, r egiones como Hessen-Nassau son motejadas de "rojas" , Baviera y Hamburgo, de "neg r a s" , mie n t r a s que H a nnove r pa sa a oc upa r e n e saesca la c romt ica un lugar inte rmedio.

    Es aqu , en la c r i s i s de su propia ident idad,donde radica la verdadera amenaza a la exis tenc ia de la Igles ia , y no en la prdida de mater ia le x i s t e n t e . N o ha y r a z n a lguna pa r a l a me nta c io nes je remacas por la es tads t ica . Por lo que respec ta a la Repbl ica Federa l Alemana , la Igles ia20

    pr e se n t a un a spe c to i nc ompa r a b l e me nte m s sa ludable que en ot ros t iempos y pa ses . Adems,cabe reba t i r , con la bibl ia en la mano, semejanteslamentos : e l fundador de la re l igin c r i s t iana nunca hizo avance a lguno en lo que respec ta a la estads t ica y a la ins t i tuc in. Promet i redenc in,no xi tos .Se nos e n t e nde r a e r r ne a me nte , s i n e mba r go ,s se c reyese que negamos toda re lac in ent re ver dad e ins t i tuc in. Pod r a apl icar se a la Igles ia loque la sociologa d e la c ienc ia ha es ta tuido sobre lasl lamadas "es t ruc turas de plaus ibi l idad", es dec i r ,que verdades y convicc iones t ienen va l idez pbl i ca , y , por tanto, son plaus ibles , en tanto en cuanto

    e s t n l e g i t ima da s y a pun ta l a da s soe i a lme n te . Porha be r pe r d ido , p r e c isa me nte , e s ta "e s t r uc tu r a p l a u s ible" las verdades y convicc iones c r i s t ianas , suspar t idar ios se han conver t ido en una "minor a cog-ni t iva" , cuya c reenc ia , en r igor , no es ms queuna opinin ent re ot ras var ias . 1 No obstante , envez de lamentar es te universa l r e t roceso ec les ist ico, y pese a es ta conexin ent re lo ins t i tuc iona l yl a ve r da d , podr a mos i nc luso sa luda r lo c omo unproceso t i l ; un replegarse de las par tes sanas ; unproceso, en def ini t iva , depura t ivo y de c la r i f ica c in. Pero es ta l lamada a l opt imismo nos es tprohibida por los fac tores nega t ivos concomitantes , como son: la prdida en la doc t r ina c r i s t iana1 Peter L. Berger, Auf den Spuren der Engel. Die mo-derne Gesellschaft und die Wiederentdeckung der Trans-

    zendenz. Frank furt M. 1970, 19s., 56ss.21

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    11/164

    de su evidenc ia , la ga lopante reducc in de los c r i s t ianos a l es tado de ghe t to minor i ta r io , la turbadora insegur idad que se ha adueado de la Igle sia , que ya no sabe bien en qu consiste su esenciani su mis in.Si la Iglesia quiere sal ir airosa de esta cr isisde ident idad, s i , en verdad, le impor ta conservaro recobrar su ident idad c r i s t iana , debe , ante todo,saber en qu consis te la bondad de la "buenanueva" sta es la exac ta t r aducc in de l evangelio que debe l levar a los hombres, y a loshombres de nues t ros das . No ot ra es la razn denue s t r a p r e gun ta sobr e l a p r e sun t a u t i l i da d de lcr ist ianismo. En qu consiste la contirbuoin nica , insus t i tu ible e i r renunc iable por tanto, de la

    c reenc ia c r i s t iana a la vida de los individuos y dela soca ed ad ?Se ent iende a menudo es ta pregunta como unc ue s t i ona r se e l a s l l a ma do "p r opr ium" de l c r i s t ianismo, y las ms de las veces se hace con angust ia y sobresa l to , con la mirada puesta a l l adent ro , en la exis tenc ia amenazada . Desde es ta perspec t iva , no es ext rao que sur ja e l temor por e ldesvo y posible confusin de lo cr ist iano con otrasrea l idades . Temor a la mezcolanza , y , consiguient e me nte , una de c id ida vo lun t a d a l a mojona mie n toy conservac in de lo propio f rente a lo forneo.Se procede , en f in de cuentas , con esp r i tu sec ta r io, con una inequvoca dec is in de mantener loque se imponga ma nte ne r .Nosot ros , en cambio, a l cues t ionarnos la hodier -

    22

    na ut i l idad de l c r i s t ianismo, no miramos hac iaadent ro a la Igles ia, o slo a l p o rebao deincondic iona les . Pensamos ms bien en los deafuera , en los hombres de nues t ros das (a l menoses te es nues t ro propsi to) . Nos preocupa menosconservar (Bewahrung) la doc t r ina c r i s t iana enla Igles ia , que su conf i rmacin (Bewahrung) ene l mundo. O lo que es lo mismo: pensamos en unaa pe r tu r a , no e n un de s l i nde . I n t e n t a mos l ogr a r undi logo, no una exhibic in de a f i rmaciones . Enuna pa l a br a , op ina mos ne c e sa r i a l a c onse r va c indel mundo, no la conservacin de la Iglesia , o,ms exac tamente dicho, de los hombres con sumundo, no la conservac in de la Igles ia . Muchosde nuest ros contemporneos es tn cansados de lasconstantes inte rpre tac iones s i tuac iona les , c ronometr as y an l i s i s de la soc iedad, pero igua lmentede l a pe r t i na z r e pe t i c in de de snuda s e xa c t i t ude sy la subsiguiente e inm edia ta prob lema t izac in .Q ui s i e r a n r e spue s t a s pa r a e s t a r i n f o r ma dos , pa r asaber cor rec tamente la contes tac in, pero tambinpara su or ientac in, para saber vivi r y obrar honr a da me nte c on l a i n f o r ma c in ve r a z .

    No ot ra cosa es lo que esperan de l c r i s t ianismo,por lo que los c r i s t ianos deber an a rmarse de va lory r e sponde r a sus p r e gun ta s . Pe r o e s t a s p r e sun t a sr e spue s t a s no de b i e r a n da r se de sde p r e supue s tosang l icos y super f ic ia lmente . Tampoco en formauniversa l , n i g loba lmente ; y en absoluto habr ande se r dogmt icas . Deber an, ms bien, se r r ea l i s t as , sol idar ias , s i tua t ivas y concre tas . En cada caso,23

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    12/164

    s lo i nd iv idua lme nte , y s i e mpr e e mpla z a da s e n e l(tiempo.Una ta l prote ica concre t izac in de la verdadc r i s t i a na no impl i c a a u tom t i c a me nte una ma yorcomple j idad, s ino que , a l cont ra r io , presupone sus impl i f i c a c in . Pe r o a dve n i r a l a ve r da d humi ldeno e s t a r e a de e sp r i t us que a pa r t a n s imple me ntecada cosa s ingular , s ino de quienes , a t r avs delo s i ngu l a r , a va nz a n ha s t a l a s p r o f und ida de s , ha s t a Jo n i c o que r e a lme nte imp or t a . D e sde un a me nta l idad as desde e l va lor para la s impl i f ica c in, no desde un capr ichoso desmenuzamiento,preguntamos: para qu s i rve e l c r i s t ianismo?Podemos suponer que ms de uno que nos es tleyendo ha de sent i r se ext raado por la chocanteformulac in de nues t ra pregunta . Para qu s i r ve e l c r i s t ianismo no cabe negar lo t iene ampl ias resonanc ias pragmt icas y ut i l i ta r i s tas . Nose establece aqu una excesiva relacin entre elcontenido de l c r i s t ianismo y su va l a? , ent re suu t i l i da d p r c t i c a y l a f i na l i da d que c ompor t a pa ra e l individuo y la soc iedad? La verdad parecedesprenderse de es ta c r t ica ha de se r " l impia" ,

    t iene que se r "verdad en s " . No sopor ta se r pues taba jo e l punto de vis ta de una f ina l idad, ni tans iquie ra se r aproximada a las inmediac iones deun deseo, pues con e i jo quedar a desvi r tuada . Ysi es to es v l ido para la verdad en genera l , cuntoms para la verdad divina de l evange l io . Quiense cues t iona la ut i l idad de l c r i s t ianismo, se exponea la sospecha de que somete la verdad divina a24

    la voluntad < le los hombres , r eba jando de es temodo a D ios a l c a pr i c ho de l a s huma na s a pe t e ncias.Ahora bien, si la fe en Dios t iene o no una f ina l idad, y qu re lac in cabe as ignar aqu a lainut i l idad y a la convenienc ia , es cosa que veremos

    poste r iormente . Por .de pronto, impor ta que nosp l a n t e e mos e s t a p r e gun ta : se da e n ge ne r a l unave r da d c omple t a me nte i n - ob j e t i va ( s i n i n t e nc in)y no te leolgica? , acaso no es t s iempre pres ididala re lac in de l hombre a la verdad por inte resesvi ta les concre tos? , y cmo poner en duda ques tos no es tn de te rminados por impera t ivos de lmomento? Una insuf ic ienc ia de concre t izac in al a p r e gun ta por J a ve r da d c ompor t a s i e mpr e unacarenc ia de l compromiso persona l . Prec isamentees su cargazn metaf s ica lo que hace tan sospechosa una pregunta como la de Pi la to . Vengamos ahora a la verdad divina de l evange l io . Carecer ,por ventura , de una "f ina l idad"? ; no es e l hombre ,segn e l propio tes t imonio evang l ico, su obje t ivoespec f ico? ; qu sent ido cabe adscr ibi r a aque lacontec imiento que his tr icamente des ignamos cone l nombre de Jess de Nazare t , y cuya t raducc inteolgica la s imbol izamos con e l t rmino de "encar nac in" de Dios? ; no se r que Dios se ha donadoa los hombres , y que prec isamente es ta donac inde Dios a los hombres es su verdad? Tendr amosen tal caso que la verdad de Dios ya no es tals ino por re lac in a l hombre . Es .dec i r , verdad di vina no en s , s ino para e l hombre . Quizs se en-

    25

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    13/164

    t ienda ahora e l por qu de nues t ra pregunta porla u t i l idad del cr is t ian ismo.P e ro p r ec i s amen te po r e s o t ampoco p r egun ta mos en genera l , como ipregunta por la as l lamada"esencia del cris tianismo", como si se diese algoparecido a una idea e terna cr is t iana , un supremo

    bien cr is t iano que se propagase inmutable a t ravsde la h is tor ia . Cuando e l cr is t ian ismo se present a los contemporneos como igualmente vlido en todas las pocas, la indiferencia fue muypronto su coro lar io . Es te mismo l ibro tampocovaldr a mucho s i en vein te aos mantuviese " into to" su val idez . De ah que no preguntemos desapasionados qu es lo que tiene vigencia en cualquier t iempo y en no impor ta qu lugar , s ino que,impacientes , p reguntemos qu es lo que hoy t ienevigencia para nosotros , aqu y ahora . No hay ver dad a lguna, n i s iqu iera una verdad cr is t iana , deno estar referida a t iempos y lugares precisos. Heah por qu la his toria del cris tianismo es un perdurable proceso t rans format ivo en e l que , por as deci r , un "cr is t ian ismo" s igue a o t ro "cr is t ian is m o " . Y cm o po dr a ser de otro m odo, s i la historia de Dios con la humanidad no se da por conclu ida con la canonizacin de ambos tes tamentos ,a n t e s , al contrar io , su in terpre tac in ocurre en e lhorizonte del constante desarrollo de esta his toria?La ms honda d i ferencia en tre "conservador" y"progres is ta" en la Ig les ia cons is te , l t imamente ,en el hecho de que los conservadores estn paralizados por la f i jacin del texto bblico, mientras26

    que los progres is tas , a l contrar io , pos tu lan unacont inuada labor de p lasmacin eser i tura l . Porello, a los conservadores les acecha cons tan temente e l pe l igro de observar uni la tera lmente las constan tes b b l icas , a l pasar por a l to la var iab i l idadhistrica, mientras que a los progresis tas les amenaza una v is in parc ia l de la var iab i l idad h is trica, con lo que estn tentados de despreciar lascons tan tes b b l icas . Ambas pos turas co jearn s iempre de un lado . Ganar amos mucho s i nosotrosreconocisemos esto y nos entregsemos a amboslados con igual fuerza . No habr a , en verdad , unpaso par igual en tre los cr is t ianos , pero se l legar aas a una marcha homogeneizada.

    "Para qu s i rve e l cr is t ian ismo?" , no ser a ,p u e s , otra cosa que cuestionarnos qu s ignif ica,pa ra nosotros , e l b ien del cr is t ian ismo, que nos a yuda a conservar , jun tamente con los contemporneos , nuestra comn vida social, a la que nosotrosopinamos que no podemos renunciar , y que pore l lo tampoco es tamos d ispues tos a cambiar pora lgn o t ro b ien que se nos of rezca .

    27

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    14/164

    ILA PREGUNTA

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    15/164

    Dios ha muertoDios a la vista

    1. Nosotros, los candidatosdel ms ac

    Hoy, como ayer , la "hora loca l" de la verdadcr is t iana representa e l consecuente desenvolvi miento de la i lus t rac in. E l desaf o a que e l c r i s t ianismo se s iente enf ren tado por un a universa l se cula r izac in no es ms que e l r esul tado de aque le nf r e n t a mie n to p r im e r o . L a c onocida a f i r ma c inde Feuerbach ha encont rado en nosot ros su legi t imacin ms verdadera . Y es que hoy, los homBres ,de cand ida tos d e l m s a l l , se ha n con ver t ido encandida tos de l ms ac . Hoy se nos antoja comofantas ioso un deba te sobre la inmor ta l idad, ta l

    31

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    16/164

    como, en su t iempo, apas ion an a Kant y a suscontemporneos . No s lo no lamentamos que noshayamos deshabi tuado a los paisa jes ce les tes ; l le gamos incluso a af i rmar que nunca se d ieronperspect ivas semejantes y que, por supues to , tampoco hoy las hay .Y e l caso es que una gran par te de la cr is t ian

    dad an no ha t ragado e l "g i ro copern icano" quesupone para la fe cr is t iana e l hecho de que ya nocontemos con un mundo d iv ino u l t ramundano, n iq u e , por consigxiiente, vivamos esta vida comopreparacin para acceder a l . La b ib l ia hablade! cielo como de la "patr ia", y l lama a los crist ianos "huspedes y ex tran jeros" sobre la t ie r ra(Ef 2, 19; Flp 3, 20; Heb 11, 13). En consecuencia,los humanos han v iv ido secularmente bajo es taimpres in . Para e l los , e l " fundamento" es tabaal l ar r iba . La or ien tacin a l mundo d iv ino delms a l l condic ionaba la v ida en tera de es te mundo de aqu abajo . Hoy, a la inversa , ocur re exactamente lo contrar io : la "base" , para nosotros , es taqu abajo . Perc ib imos a la t ie r ra como nues t rapatr ia. Lgicamente, se nos ha vuelto el cielo untanto sospechosa: es tamos ten tados cont inuamentea cons iderar lo una superes t ructura ideolgica . Es ta var iac in pt ica compor ta , en verdad , una" t rans forma cin de todos los valores" . Sus s n tom asson mltiples y nos los tropezamos a cada paso.

    En la cspide de la ac tual escala valora t iva f i gura el bienestar terreno .del hombre, su salud corporal, ante todo, y, caminando casi a su vera, la32

    satisfaccin del sexo y el disfrute de los ratos ]br e s . El t rabajo condi t io s ine qua non g a r a nt izar las adquis ic iones de es te s is tema es tab leciAn tao ocupaba luga r des t acad s imo l a e t e rna s a l 'vacin del hombre , pero hoy, en e l o rden de s U spreferencias , se alinea en los ltimos escalones-apenas s i se la percibe en la bolsa de los valoresvitales . A esta inversin de los valores de la vidcorresponde un cambio semejante en la aceptac in pbl ica de las profes iones . El galeno d ealba b lusa ocupa la c ima de la escala valora t ivamientras que en los escalones ms nfimos se vislumbra la bor rosa ves t imenta negra del cura prroco.. .

    Exis te a lgo as como una "envid ia metaf s ica"o "religiosa". En la mudanza del objeto de estaenvid ia se puede detectar la t rans formacin del"supremo b ien" coetneo , y , cons iguientemente ,el giro en la orientacin de vida. Antes , los vivoisenvid iaban a los muer tos : mot ivo era de envid ia lae terna beat i tud que s tos comenzaban ya a d is f ru tar . Hoy, an te la perspect iva de nues t ra muer te ,envid iamos a los que se quedan d is f ru tando suexis tencia ter rena . No nos sa t is face exces ivamente e l hecho de que pronto en tonaremos h imnos dejbilo con los coros celestiales , pero s nos irr i taque los vivos s igan gozando del festn de esta vidasin nosotros .

    Otro dato que e jempl i f ica la prd ida del mundo del ms all es el retroceso del monacato ennues t ros d as . A lo que parece , "su t iempo ya ha33

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    17/164

    pa sa do" . Los monje s e r a n l os c a nd ida tos p ore xc e l e nc i a 'del m s a l l e n e s t e mundo de a qu aba jo. Los goznes de sus vidas pendan de lo a l to ,asentndose su exis tenc ia toda sobre ese fundamento (cua lquie ra ot ra expl icac in es ta r a desprovis ta de veros imi l i tud) . Con todo, tan prontocomo se resquebra j es ta base ul t ra te r rena , se Hadejado de ver c la ro e l es tado de su exis tenc ia ,buscando en vano una jus t i f icac in en s misma.E s pos ib l e que dur a n t e a lgn t i e mpo pue da n sa t isfacer un cier to t ipo de deberes car i tat ivos ysoc ia les ahora perc ibidos , pero slo se r una cuest in de t iempo, ya que no se ve , en verdad, porqu mot ivo no pueden desar rol la r se acc iones se mejantes s in e l compromiso de los votos a perpetu ida d , t r a ba j a ndo e n un c on t e x to p r o f a no e n i d nt icos meneste res .

    Nadie podr discut i r que la teologa se ha enf rentado honestamente a l desaf o lanzado a lafe c r i s t iana por es ta universa l secula r izac in. Susafanes es tn di r igidos , a l menos en cuanto se r ia mente acepta su imisin, a que el bien del cr ist ianismo conf luya en sus contemporneos , no enindividuos aspt icos , des l igados de l t iempo. Poreso la l lamamos " teologa moderna", o lo que eslo mi smo, pe r o m s e xa c t a me nte , " t e o log a pa r ae l hombr e de hoy" .

    Al igua l que Zinzendor f , uno de los fundadores de l pie t i smo, di jo en su t iempo: "Yo no const ruyo c r i s t i a n i smo a lguno s in c omunida d" , t a mbi n34

    podemos a f i rmar nosot ros en e l nues t ro: s in e l e le mento profano no es posible es ta tui r n ingn c r i s t ianismo. Sin e l mundo, escr ibi una vez Hegel ,Dios no ser a Dios. Y no le fal taba razn al f i lsofo a l hacer semejante a f i rmacin. A la vis ta deun mundo que se ha vue l to profano, habla r deDios "profanamente" es e l ac ica te que le ha dadoa la moderna teologa protes tante su entus iasmoespir i tual , su celo rel igioso y su realismo cientfico. Son rea l idades s tas que no cabe negar le . Yaqu radica ayer , como hoy, e l deber ms fundamenta l , y e l ms di f icul toso tambin, de toda ver dadera teologa .Pero prec isamente quien a f i rma que la mis inde la teologa consis te en no se r evi te rnamenteigua l , s ino que debe acomodarse a los t iempos,a l habla r de Dios , perc ibe cada vez con ms intens idad ot ro compromiso, o , d icho con ms prec is in,la ot ra cara de l mismo. Esta es la pregunta porlas constantes en la var iabi l idad: qu es lo quehay rea lmente en e l c r i s t ianismo que deba conver t i r se en profano, e , inmedia tamente , sa l ta la dudade s i , en genera l , t iene e l c r i s t ianismo an a lgo

    propio que no se haya conver t ido ya en profano.No es t amenazado hoy e l c r i s t ianismo de per de r su i de n t ida d , por l a p r e t e nd ida so l i da r ida dque se le ofrece con el mundo?; y no es precisamente es to e l fundamento para la "di fus in de laident idad" en la Igles ia? Al l donde la teologapie rde su espec f ica temt ica , invar iablemente seexplaya en f i losofa , sociologa, psicologa, y, so-35

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    18/164

    bre todo, en polt ica. No encontramos, acaso, otravez aqu la razn del por qu la Iglesia se ha vuelto t an poco a t r ac t iva pa r a muchos con tempor neos? Pues resulta que lo que stos vienen a or le,tambin lo pueden escuchar en o t ros locales , conla ventaja de recibir lo s in "etiqueta religiosa", yadems con una exact i tud ms r igurosa . Tendr amos, pues, que el Dios que se nos ha avecindado ennues t ro mundo y que tan gal lardamente se ha a-b ier to paso , nos es t resu l tando tan desangeladocomo el Dios que an tes habi taba los espaciosetreos, retirado pulcramente, lejos de los negociosde la t ierra. En ambos casos, la teologa ha perdidosu p le i to .

    Conviene, por ende, mat izar los conceptos . Noc a be , rea lmente , negar que la verdad d iv ina hayade connotar una especf ica re lac in a l hombre , n ique los des t inatar ios del evangel io sean igualmente los hombres de nues t ro t iempo. As imismo, seimpone pos tu la r l a ac tua l i zac in de l mens a jeb b l ico or ien tado a la sociedad . Ahora b ien , af i r mado esto, hay que insis tir en el hecho de que elhombre no debe t raspasar sus propios l mi tes : les un s imple receptor del evangel io y carecer ade sent ido ar rogarse derechos de creador de esemismo evangel io . Y, de o t ro lado , s i aceptamosque e l hombre es un mero receptor del evangel io ,procede concluir que Dios es el donante y el suje to , por t an to , que med ia t i za toda ve rdade ra t eo loga, y no un objeto, a su vera. Sin embargo, l levados ingenuamente de nues t ro compromiso con36

    los hombres de hoy, nos amaga el peligro de caeren un descomedimiento antropolgico, al conver t i rs ub rep t i c i amen te a l hombre en l a med ida de todaslas cosas , y, a su lado, en medida de la verdad divina. Lo trgico de esta f igura radica en el hechode que, probablemente , es to ocurre por un malentendido amor a los hombres .La consecuencia es una "antropologizacin"del dato religioso. Y as ocurre que hoy hemos llegado a una nueva especie de " teo loga negat iva" ,que no osa s ino decir lo que Dios no es , o lo queya no es , pero no como ocurr i an ter iormentepor respeto a la grandeza de Dios, s ino enatencin a las d imens iones del hombre . Es ta teologa s ignif ica a lo sumo una antropologa l igera

    mente cor reg ida .El cni t de es te descomedimiento , cuyo patrnes e l hombre , es t representado por e l par lamentosobre la "muer te de Dios" . Aqu , e l 'hombre ya novive del hecho de cmo Dios se comporta con el,s ino que, inversamente , Dios se a l imenta del hechode cmo el hombre s intoniza con l. Si, l legado elcaso, el hombre ya no se in teresase por Dios , entonces , paciencia , a Dios le habr a ca do la ch ina ,por lo que en santa paz se le declara difunto, yasunto conclu ido . Conviene observar la t rabaznlgica: e l que declara que e l hombre es la medidade todas las cosas , tambin debe af i rmar la muer tede Dios . Y, a la inversa , a l que af i rma la muer tede Dios , no le queda o t ra sa l ida honorable

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    19/164

    2. El bito de la "muerte de Dios" Despedida finalOcas in es s ta para despedir honrosamente ala " teo loga pos ter ior a la 'muer te de Dios ' " . Suorigen queda en el l ibro del telogo americano

    Gabr ie l Vahaman, cuyo t tu lo era ya toda unap rovocac in : La muerte de Dios. La cul tura denuestra eir poseris tiana.* Por primera vez en lah is tor ia del cr is t ian ismo, la "mu er te de Dio s" no slo era determinante de la s i tuacin , impues ta a lateologa desde afuera, s ino que haba s ido concebida y asumida por la teologa misma como temay programa propios del quehacer teo lgico . Enlos aos que s iguieron a la publicacin del l ibrode Vahanian , hemos suf r ido una inundacin de l i tera tura que g i raba en torno a l lema programtico de la "muerte de Dios". Nuestras bibliotecashan s ido los mudos testigos del fenmeno que apuntamos . No obs tan te , desde hace a lgn t iempo, es ta marejada ha amainado cas i por completo . Yeste es el da en que podemos constatar que la"muerte teolgica" de Dios slo ha tenido diez aosde exis tencia. Mucho antes de lo que cabra esperar , el captulo de la "teologa posterior a lamuer te 'de Dios ' " ha rendido su pos t rer a l ien to .Probablemente no han de fa l tar en es ta horani el aplauso ni la satisfaccin de la especie aque-* Grijalbo, Barcelona 1968 (N.T .).

    38

    Ha de personas p as proclamando a los cuatrovientos que ellos haban previs to este f in premat u r o , y que, de haber s ido o dos , se habr a podidoevi tar es ta in ten tona su ic ida . No obs tan te , es l c i to cues t ionarse es ta ar rogancia t r iunfa l is ta ; msbien , parecen ex is t i r ser ias razones para sen t i r seavergonzados y humil lados . Se rep i te aqu aquel la an t igua fbula del apol t ronado sedentar io quese queda t ranqui lamente en cas i ta , a r re l lenadomuel lemente a l lado de la b ienhechora ch imenea,mientras sus vecinos se mueven nerviosos por lacalle helada en un intento por sofocar el fuego dela casa de enfrente. Estos seores desatendieronla perentor ia obl igacin teo lgica a l no haber laentendido s iquiera. Los telogos del God-is-death-movement tuv ieron , a l menos , la v i r i l idad de aceptar la y hacer le f ren te , pese a que, por lo desmedidode la empresa , cayesen en la demanda.

    Su exper imento cons is t i , senci l lamente , en unin ten to impos ib le por ipromocionar una teo logasin Dios. No signif ica esto que en su teologa noemergiese, aqu y all, el nombre de Dios, o, msexactamente , e l concepto "Dios" . Pero ocurre quesu empleo se jus t i f icaba nicamente desde su t ras cendencia socia l y humana, es deci r , en qu sent ido podr a ser an u t i l izab le por e l hombre enel cumplimiento de sus obl igaciones socia les . Lgico corolario fue la disponibilidad de Dios frente a los caprichos de los humanos. En r igor, loste logos del movimiento de Dias -ha-muer to (a lmenos los te logos de lengua a lemana) compus ie-39

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    20/164

    ron todos ellos sobre motivos de Bloch.* Su "teologa pos ter ior a la 'muer te de Dios ' " se nutr ade la cr t ica marxis ta de la re l ig in en la nuevaforma re l ig iosa t ransmit ida por e l moderno "padrede la Iglesia" Ernst Bloch. Dios, se deca ah, vivey muere con la conciencia del hombre . El avancedel hombre en e l camino de su hominizacin es ten re lac in inversa a la pos tergacin de Dios . Lafas cinaei n qu e Bloch ejerca en aquellos telogosno ten a o t ra causa que su humanismo, su lucha afavor de la emanc ipacin del hom bre , sus urgen cias por la definitiva irrupcin del reino de la l iber tad , y , sobre todo , que Bloch fundamentabatodo este teorema con citas de la biblia. Ahorabien, a lo que se ve, no resulta tarea fcil cargarcon e l humanismo de Bloch , s in pagar t r ibu to a lmismo t iempo a su a te smo. En descargo de es toste logos , cabe argir que s lo parc ia lmente seapropiaron de lais tes is ates tas de Bloch, pues sel imi taron a cons ta tar la no v igencia de Dios ennues t ra poca. Hablan , por tan to , no de la no-exis tencia de Dios en no impor ta qu t iempo, s ino desu "muer te" en nues t ro momento preciso . Peroprecisamente es ta insuf ic iencia af i rmat iva los hahecho abocar a algo ilgico: pues, s i Dios ha muerto , no slo ya no existe, s ino que nunca tuvo ex is tencia . De e l lo se desprende que la palabra "muer-* Juego de palabras con motivos musicales de fondo.El autor, apuntando a Bach (Bach-Musik), expresa que estostelogos, siguiendo con la imagen musical, compusieron som

    bre Bloch-Musik (N.T.).40

    t e " connota aqu una fa l ta de r igor lg ico y , port a n t o , r e s u l t a inadecuada .En teologa cabe tan slo poner en el centroo bien a Dios, o al hombre. Si es Dios el que ocupaese lugar de privilegio, el pensamiento teolgico,en el supuesto de que sea consecuente, discurre

    sin dif icultad de Dios al hombre. En el caso cont r a r i o , y suponiendo asimismo el r igor lgico deld iscurso , no queda opor tunidad a lguna para , des -dte all , trascender a Dios. Y cuando Dios es oril lado de su natura l pos ic in ep icntr ica , no quedadesguarnecido ese lugar , s ino que e l p resunto vac o es asumido de inmedia to por o t ro contenido .Efectuada es ta operacin , a Dios se le hace ret roceder has ta ms a l l de la per i fer ia , con lo queel t rns i to a l a te smo es un hecho de mor ta l necesidad, pese a que el lenguaje teolgico mantenido haga grandes esfuerzos por conservar la fachada c r i s t i ana .

    El lugar ocupado una vez por Dios no vuelvea ser nunca una des ier ta so ledad . El vaco pedes ta ldel cual fue ex traado e l monumento que lo adornaba es ocupado en seguida por o t ro nuevo s mbolo. La ley segn la cual la teologa pierde supropio obje to tan pronto se resuelve en cualquierotra cosa filosofa, sociologa, psicologa o polt ica, se ha conf i rmado una vez ms en e l caso dela " teo loga pos ter ior a la 'muer te de Dios ' " . Paraesta teologa, la sociedad se convirti en el factorabsolu to determinante , y e l la misma decid i ocu-41

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    21/164

    p a r e l p u e s t o r e s e r v a d o a n t e s a D i o s , t o d a v e z q u e ,a l p a r e c e r , y a c a d e c a p i t a d o .S e r a u n a u t o p a , s i n e m b a r g o , p e n s a r q u e v a m o s a s e r c a p a c e s d e s a l v a r l a f e c r i s t i a n a d e l ai n t e r v e n c i n d e l s e c u l a r i s m o co n p r o c e d i m i e n t o st a n d u d o s o s . L e s o b r a t o d a l a r a z n a M a x H o r k -h e i m e r , c u a n d o , e n u n a e n t r e v i s t a , d i c e :

    La moderna l iberacin de la re l igin desembocar ,as me lo parece, en el acabamiento de la misma.. .No se puede secularizar la re l igin, a menos que sela quiera ul t imar. Es una esperanza i lusoria creerque la re l igin ser mantenida en la prs t ina vivacidad de los comienzos por los discursos queal presente se oyen en la Iglesia. La buena voluntad, la sol idaridad con la miseria y las aspiraciones por un mundo mejor se han despojadoya de su vestimenta religiosa.2

    L o s r e p r o c h e s d e M a x H o r k h e i m e r s u p o n e na s i m i s m o u n a t c i t a c r t i c a d e l e x p e r i m e n t o d el a " t e o l o g a p o s t e r i o r a l a ' m u e r t e d e D i o s ' " . Ye s q u e , c o m o c u a l q u i e r a o t r a r e l i g i n , t a m p o c ol a f e c r i s t i a n a p u e d e s e r s a l v a d a d e l a s e c u l a r i z a c i n p o r e l e r r n e o p r o c e d i m i e n t o d e q u e r e r i n v o l u c r a r l a e n el j u e g o p o l t i c o y e n e l a c t i v i s m os o c i a l .

    P o d e m o s , s , l o g r a r q u e a l g u n a q u e o t r a p e r s o n aa m a b l e m e n t e d i s p u e s t a s e i n t e r e s e y s e u n a a n o s o t r o s e n e l c r e d o c r i s t i a n o , s o c o l o r d e u n a p r o v e -2 Die Sehnsucht nach dem ganz Anderen. Ein Interviewmit Kommentar von Hellmut Gumnior (Stundenbcher,97). Hamburg 1970, 66, 69s.

    42

    o h a m i e n t o p o l t i c o s o c i a l d e l e v a n g e l i o . P e r o i n c l u s o e s t e c a m i n a r a n u e s t r o l a d o n o l o s e r p o rm u y l a r g o t i e m p o . A l c a b o d e u n r a t o , s e n o s p r e g u n t a r p o r e l h o n d o s e n t i d o d e c o m p r a r c o n" e t i q u e t a r e l i g i o s a " e s e " b i e n m u n d a n o " - i d e a sp o l t i c a s e i m p u l s o p a r a e l c o m p r o m i s o s o c i a l . Q u s e n t i d o t i e n e q u e l a b a n d e r a r o j a l l e v e a ne n g a n c h a d a l a d i v i s a v io l e t a ? Y a d e m s , c u a l q u i e rd i s c u l p a s e r b u e n a , r e s u l t a q u e n u e s t r o c o n v e r s on u n c a s o p o r t e l t o q u e d e o r a c i n e n l o s c u a r t e l e s , n i l a a c c i n d e g r a c i a s n e e r l a n d e s a . . . T a n p r o n t o c o m o s e l o g r a n o p a r e c e n s i m p l e m e n t e a l c a i n -z a b l e s s i n l a f e c r i s t i a n a l o s o b j e t i v o s p o l t i c o s os o c i a l e s q u e s i r v i e r o n d e s e u e l o d e a t r a c c i n p a r al a co s a c r i s t i a n a , e l e g a n t e m e n t e se l a d e j a c a e r :" E l m o r o h a c u m p l i d o s u d e b e r ; p u e d e r e t i r a r s ee l m o r o " . *

    E l r e s u l t a d o d e l a a d a p t a c i n d e l a f e c r i s t i a n aa l a s e c u l a r i z a c i n s l o p u e d e s i g n i f i c a r l a s e c u l a r i z a c i n d e l a f e m i s m a , l a m u e r t e d e D i o s ,e n d e f i n i t i v a . T e n e m o s , p u e s , q u e l a " m u e r t e d eD i o s " c o m o s m b o l o d e u n a t o t a l s e c u l a r i z a c i np u e d e e i n c l u s o d e b e s e r l a d e t e r m i n a n t e s i t u a -c i o n a l q u e l a t e o l o g a d e h o y t e n g a s i e m p r e a n t el os o j o s , p e r o n o c a b e e n n o b l e c e r l a h a s t a c o n v e r t i r l a e n t e m t i c a y p r o g r a m a p r o p i o s .

    S e i m p o n e d e c i r , n o o b s t a n t e , q u e l a " t e o l o g ap o s t e r i o r a l a ' m u e r t e d e D i o s ' " n o h a s i g n i f i c a d o* Cita del verso famoso del "Fiesco ", de Schiller:"Der Mohr hat seine Schuldigkeit getan; der Mofor kanngehen" (N.T.).

    43

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    22/164

    desvo a lguno, s ino que ha andado su camino, has tae l f in . De ah que haya contr ibuido a la c lar i f icacin de la s i tuacin teo lgica , y precisamentepor ese su mismo radicalismo en el intento de solucin . Es ta c lar i f icacin compor ta un resu l tadonegativo y otro positivo. En el aspecto negativo,la " teo loga pos ter ior a la 'muer te de Dios ' " hamos trado que nada de lo que desde la fe cr is t ianase ha expresado en forma supues tamente absurdasobre Dios, es absurdo como una fe cris tiana ouna teologa cris tiana s in Dios; por lo que seramucho ms hones to la renuncia pura y s imple auna ref lex in teo lgica que no seguir cu l t ivandouna teo loga s in Dios . El tan to positivo rad ica enel hecho de que, despus del f in de la "muerteteo lgica" de Dios , la s i tuacin ha vuel to a quedar despejada o t ra vez . Despus que una teo logaradical de la muer te de Dios ha paten t izado suabsolu ta inv iab i l idad , ta l como inviable se habamos trado una teo loga rad ical de la revelacinde Dios , ahora los empeos mayores de la teo log a que se es t ges tando debieran apuntar nuevamente al logro de un discurso responsable sobreD ios . Responsabi l idad que debiera ser b i f ronte :responsabi l idad f ren te a Dios y f ren te a los hombr e s . Es decir , que su discurso a los hombres searealmente un d iscurso de Dios , y , a la inversa , quesu d iscurso de Dios s ignif ique en verdad un hablara los hombres.

    44

    3. Es hora de ocuparse de DiosLo "d ispara tado" de toda teo loga s in Dioscons is te , en su u l t imidad , en que ha " inver t ido"la parbola del hijo perdido: lo que ella nos ofrecees la parbola del padre que se va. Sobre poco mso menos , d ice as : Un padre ten a dos h i jos . Hab indose hecho v ie jo , repar t i la herencia en tresus dos h i jos , y se march a o t ra par te . Abandonados por su padre , los h i jos tuv ieron que ar reg lr selas ellos solos. Y lo hicieron lo mejor que supieron . Las guer ras desolaron e l pa s ; y ca ts t rofes ,y dolor , y hambre , y cares t a de todo hubo. Perolos animosos hijos no se amilanaron por ello, s inoque todo lo sobre l levaron c onjun tame nte : su per -

    v ivencia pareca un milagro . Un d a decid ierondemoler las vetus tas ed if icaciones y reorganizar suvida desde abajo: sera otra cosa, e incluso mejorque en los buenos t iempos del padre . Al pr incip io ,hab laban a menudo de l pad re , pe ro , a med ida queel t iempo pasaba, se iban acos tumbrando a suausencia . S i en rea l idad lo haban l legado a o lv idarpor completo, o s i lo recordaban a veces, en lashoras de obl igada quie tud , es cosa que e l nar radorno sabr a deci r . Y mucho menos an sabr a informar s i el padre volvi otra vez a casa. Puesel caso es que esta his toria no ha terminado tod a v a .

    He aqu , pues , f ren te a f ren te , la parbola delpadre y la del Ihijo. La his toria futura decidir,a l f in , cul de ambas parbolas se levantar con45

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    23/164

    la razn. Slo entonces se sabr quin se perderdefinitivamente, s i el padre o los hijos . Si elhombre puede sobrevivir sin Dios, o si puede, sinese mismo Dios, seguir siendo hombre. En elsupuesto de que la fe cris tiana se decidiese porDios , l a c r i s t i andad debe r p roba r humanamen teesta eleccin por Dios en la his toria venidera.

    Sin el mundo, Dios no es Dios y en esto nosmantenemos . S i la parbola del h i jo prdigo tuviese razn (o debiese dar pruebas de ella nuevamente) , habr a que en tender la en e l sen t ido deuna vuel ta a l hogar paterno , pero no como regresoa un pas de la infancia^ perdido s , pero religioso.Una vuel ta t rans format iva del mundo secular i zado y racional a otro sacro-religioso no se vislumbra an en lon tananza . C ua lqu ie r e s pe ranzaal respecto es un piadoso autoengao. Lo que, encambio , s podr a f lorecemos es la anunciada mare jada de "magif icacin" ("Remagis ierung") , quees la f lor que se da, en el decir de Oswald Spengler ,en el otoo de las culturas . Pero despus que lasufrimos en el Tercer Reich que ojal sea el l t imo l evan tamien to de l t emperamen to a l emncontra e l rac ional ismo y la secular izacin, n i in c luso e l ms p iadoso creyente puede aorar semejantes f loraciones.

    Por tanto, slo en el horizonte de una secularizacin total puede darse en el futuro una respues ta hones ta y t i l a la pregunta de para qus i rve e l cr is t ian ismo. Bien en tendido , empero , quela secularizacin forma tan slo el trasfondo his-46

    t r ico de es ta presunta respues ta teo lgica , noque la secularizacin en s misma sea la respues ta . Quizs merezca la pena recordar un pocoparecidas tormentas en e l pasado.En los pr imeros aos despus de la pr imeraguerra mundia l l , escr ib a Kar l Bar th respecto a lainvestigacin his trico-crt ica de la biblia y a losproblemas por s ta susci tados :

    El cuerpo docente de nuestras escuelas, al igualque la parte ms progresiva del mundo eclesisticoen nuestras iglesias nacionales, debera decidirsede una vez a interrumpir un combate que, sinduda, tuvo su tiempo, pero que, realmente, ya nolo tiene hoy. Pues la pregunta que hoy nos agobiay ocupa es el objeto bblico, el contenido singularde esos documentos humanos, esa cosa extraordinaria por la cual se ha "hecho la corte" a losescritores de esos escritos e incluso a aquellos quesuponemos estuvieron detrs de ellos.8

    No otra cosa quis iramos proclamar nosotroshoy respecto a la secular izacin y a su problemt ica . Se ha repet ido has ta la sac iedad que e lmundo se nos ha vuel to profano y que e l hombreha a lcanzado su mayor a de edad; que Dios nohabi ta en un t ransmundano ms a l l , desde dondeinspecciona cont inuamente es ta nues t ra moradater rena; que e l hombre ya no se pregunta por lasalvacin eterna de su alma, s ino que sus afanesapuntan a menes teres ms humildes : e l b ienes tar

    3 Biblische Fragen, Einsichten und Amblicke, en An -fange der dialektischen Theologie, 1, ed. por J. Moltmann.Mnchen 1962, 55.47

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    24/164

    corpora l , por e jemplo, y que , lgicamente , nuest ros discursos sobre Dios deber an formularse" m u n d a n a m e n t e " . A qu , pue s , a nda r r e p i t i e ndosiempre lo mismo, si todos estamos ya bien enterados? Cor temos, y a ot ra cosa! Aunque es cas iseguro que , despar ramado por a 'h , ha de quedarms de uno al que, por las causas que sean, le resul te di f c i l entender una cosa tan manif ies ta . Noobstante , no nos es t permi t ido, por causa de unospocos , r e ta rdar an ms e l ya lento caminar de la" t roupe" ec les is t ica . Se impone cont inuar con dec is in hac ia e l hondn de l problema (Sache) . Pero,sabemos bien cul es?

    El escr i tor ruso Abram Terz-Sinjawski , que fuecondenado a siete aos de trabajos forzados enel proceso moscovita de los escr i tores, en la pr imavera de 1966, escribi en sus Meditaciones tras lasrejas: "Y a he mos ha b l a do ba s t a n t e de l hombr e : yaes hora que nos ocupemos de Dios". 4 A p r i m e r avista , esta f rase del escr i tor ruso no parece par t icula rmente inc is iva ; se nos asemeja , ms bien, aun piadoso lugar comn, a lgo bana l en def ini t iva .Pero slo es la pr imera impres in, ya que , enf rentada a la hodie rna s i tuac in de l c r i s t ianismo, adquie re de inmedia to per f i les bien contorneados yuna acr i tud polmica nada leve . Cabr a , pues , ent e nde r l a en el sentido de que al cr ist ianismo leam enaz a el pe l igro de perd er su pro pia iden t ida dpor el seuelo de solidar idad que se le ofrece cone l mundo. E , igua lmente , de que es t a dos pasos

    4 Wien-Hamburg 1968, 48.48

    de caer en una exorbi tanc ia ant ropolgica , todavez que e l hombre se le ha int roduc ido de rondn,convi r t indose en la medida de todas las cosas .Tenemos, por tanto, que la mxima de Terz-Sinjawski sea la un df ic i t fundamenta l en e l pa t r i monio espi r i tua l de la poca moderna , apuntandoal mismo t iempo a la urgente neces idad de un vi ra je teolgico en nuest ros propios das . Nos muest ra , ante todo, ms que una sa l ida , la di f icul tada gud iz a da de nue s t r a a c tua l s i t ua c in .

    Nuest ra di f icul tad radica , pues , en que ya nopodemos segui r hablando de Dios como lo hemosvenido hac iendo has ta ahora , b ien sea que , sobrados de ingenuidad c r t ica nos hayamos di r i gido a l da to reve lado, o bien que , desprovis tosigua lmente de sent ido c r t ico, a f i rmsemos derechamente su muer te . Pese a todo, ampoco podemosdeja r de habla r de Dios . De segui r hablando del en la forma habitual , nuestros discursos sobrela divinidad carecer an def ini t ivamente de gancho,y es i to se r a un grave pecado advenido a l habla rhumano sobre Dios . En su comparac in, cua lquie rhonesta negac in, o inc luso e l exabrupto de lablasfemia supondr a una aceptac in ms se r ia del. Si , por e l cont ra r io , suspendisemos nuest ropar lamento sobre Dios , s igni f icar a una ocul ta c in. Ahora bien, quin podr a imponernos esesilencio a no ser Dios mismo? Otra cosa ser a si ,obedec iendo sus mandatos , no nos pronuncisemos sobre l ; en este supuesto, incluso a travs dels i lenc io se dar a tes t imonio. Pero porque has ta e l

    49

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    25/164

    pr e se n t e no t e ne mos p r ue ba a lguna se gur a de queD ios ha ya o r de na do se me ja n t e mut i smo, no l equeda a l mor ta l o t ra sa l ida que segui r hablandode su D ios . La p reg un ta es , en qu forma?V iv imos hoy , e n r e a l i da d , e n un mundo a pa r e ntemente "a te s ta" , es to es , en un mundo en e l queapenas se da una exper ienc ia de Dios . Pero habrde se r la r espuesta de la teologa , necesar iamente ,una nueva conf i rmacin desde s misma de es tae xpe r i e nc i a o no e xpe r i e nc i a , pa r a l ue go e xpe n der la ' como "muer te de Dios"? ; tendr tambinque ace pta r y t r a nsm i t i r 1 rum or de la "m uer tede Dios"? ; o, ta l vez , su mis in radique en la c la r i f icac in y rec t if icac in de es ta pre su nta m uer te? ;en qu va a consist ir , en def init iva, la respuesta

    de la teologa al desaf o del secular ismo y atesmo?; no ser a la mejor de las respuestas el que,prec isamente ahora , es cuando habla de Dios conl a s pa l a br a s j us t a s , no movida por f a n t i c a opos ic in confes iona l o por ru t ina ta l como pu dohacer lo has ta es te momento, s ino por amor , cora je y sol idar idad, evidenc iando con e l lo lo novedoso de su postura? Pues donosa teologa , en ver dad, es sa que ya no conf a en su propia sustanc ia , y que ve e l cumpl imiento de su mis in enconf i rmar y for ta lecer a los hombres inc luso ensu incredul idad. No ser a ms jus to pres ta r lessu va l imiento, ayudndoles a sa l i r de s i tuac in tanlas t imera? Si a lguien se nos acercase , lamentndose de su ext rema indigenc ia , acaso inic ia r a mos un canto por la de l ic ia que supone mor i r de

    50

    hambre? Nuest ro empeo habr a de consis t i r emagenciar le algo que l levar de nuevo a la boca.Pero hubo a lguna vez , acaso, un c reer en Diosdi fe rente a como se puede dar en un mundo aparentemente a teo y de jado de la mano de Dios?Nosot ros a f i rmamos que , de todas las objec ionesde l moderno a te smo cont ra Dios , no exis te niuna sola que no se encuent re ya en la bibl ia : enlos salmos, en Job, en los profetas, en la l i teraturasapienc ia l . Signi f ica la fe en Dios por venturaa lguna ot ra cosa que un c lamor por ese mismo Dios ,bien sea desde e l a te smo, o de l abandono por par tede Dios? Este abandono fue la mot ivac in l t imadel gr i to de Jess de Nazare t en la c ruz : "Diosmo , D ios mo , por qu me ha s a ba ndona do? " Y ,

    ba jo la c ruz , e l centur in romano, un gent i l , r eacc ion c on e s t a s pa l a br a s : "V e r da de r a me nte , s t eera H ijo de D ios " (Me 15, 33-39) . Tene mo s, po rt a n to , que la pr imera confesin de Ja "f i l iacindivina" de Jess brot, segn e l tes t imonio de lapr imigenia t r adic in c r i s t iana , en medio de laimpiedad, e inc luso a la vis ta de l propio abandonodivino de Jess . No deber a reacc ionar la teologa de nues t ros das ta l como lo hic ie ra aque lsoldado gent i l? ; no deber a reconocer como lahora de Dios prec is am ente la im pied ad y e l a le j a mie n to d iv ino , no a c e p t a ndo impune me nte e s t ai r re l igios idad, s ino hac iendo un mximo esfuerzoy tes t imoniar convincentemente la fe en Dios?

    Dios mismo nos da mot ivo para es ta esperanza . En medio de la impiedad y de su a le jamiento de51

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    26/164

    Jess , d io un esplndido tes t imonio de l c ruc i f i cado. Esta confes in de l Dios vivo a l Jess muer to la ce lebra la c r i s t iandad como su resur recc in.A su l uz , podr a mos e n t e nde r que a que l l o quenosot ros tuvimos por muer te de Dios , e ra tan slouna "metamorfos is divina" . No e ra Dios Jo queha b a mue r to ; e r a una ima ge n huma na de l . O c ur r i e s to , por que l a ima ge n huma na que se a ga z a pa ba t r a s l a ima ge n d iv ina , e s t a ba pa sa da demoda . Es dec i r , que aparece e l v ie jo t inglado deconca tenac iones: s in una renovac in de l hombre ,no ha y muta c in a lguna de D ios , e i gua lme ntea la inversa : s in una "metamorfos is de Dios" , nose da la renovac in de l hombre .

    De es te modo, la ac tua l muer te de la "muer teteolgica" de Dios s igni f ica a lgo ms que slo e lf in de un cap tulo de la teologa . Compor ta , c reemos, el estmulo para un nuevo intento de ha blarsobre Dios. O, por lo menos , e l compromiso depreocuparse para que la not ic ia de Dios no enmudezca por comple to ent re los hombre . En l t imolugar , comprometernos en laborar por e l inicio deun nuevo captulo de la teologa. Pe r o b i e n e n t e nd i do que , slo en vi r tud de aque l acontec imiento quela fe c r i s t iana l lama "resur recc in", es dec i r , env i r t ud , l t ima me nte , de l a p r op i a a c t i v ida d deD ios y e n ma ne r a a lgun a por nue s t r a p r op i avi ta l idad teolgica, osamos nosot ros pronuncia rquedos , s in ges t iculac iones l lamat ivas : "Le roi es timort! Vive le roi!". O lo que es lo mismo: "Diosha muerto, s, pero ya se vislumbra en lontananza !"52

    2Piensa que vivirs

    1. Deber y haberLa especie humana ha conseguido xitos sorprendentes en un universo que empieza a abrirle generosamente sus puertas. Pero qu ha pasado conla persona humana individual?

    Contra lo que cabr a esperar , es tas l neas noproceden ni de un autor c r i s t iano, ni de un f i lsofo de la exis tenc ia donde en absoluto ext raar an unos tonos tan coloreados de conservadur ismo o de pe s imi smo c u l tu r a l , r e spe c t i va me nte . Suor igen qu*da en un autor a teo-marxis ta , e l f i lsofoMiln Machovec , y , prec isamente , en e l in ic io de53

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    27/164

    su libro Del sentido de la vida hum ana. Y en p g inas pos ter iores , aade:Fatalmente, el problema de la vida humana seha convertido en una de las cuestiones ms inquietantes para millones de seres. No es, pues,extrao que, a menudo, intenten eliminarlo acualquier precio de su conciencia.6

    El d iagns t ico y la in ter rogante de Machovecin te rp r e t an exac tamen te nues t r a s i tuac in ac tua l .E igualmente precisa Machovec la "hora local" ,segn la cual ha de orientarse el tes timonio de laverdad cr is t iana y nues t ra respues ta a la pregunta por la uti l idad del cris tianismo. Los juicios queel marxis ta y a teo Machovec expresa sobre laactual s i tuacin del hombre y la subs iguiente tur bacin en que se hal la sumergido , ins t in t ivam entenos recuerdan la conocida frase de Jess de Naza-re t : "qu aprovecha a l hombre ganar todo e l mundo, si l lega a perder su a lm a? " (Mt 16, 26).

    En rea l idad , es tamos hoy embarcados en laempresa de "ganar e l mundo" . No sabemos hacero tra cosa . Tenemos que in ten tar ganar lo , es deci r ,se impone que lo exper imentemos , lo inves t iguemos, lo reconozcamos y conquistemos se imponesubsis tir , en definitiva. Pues en el supuesto de queno lo ganemos de este modo, nos amenaza el aniqui lamiento a su lado . Pero igualmente nos amagael peligro opuesto: al querer-ganar (o te r ~-ze-

    5 Freiburg 1971, 17, 28s.54

    ganar) e l mundo, a ten tamos ' contra l , per judicndonos a nosotros y a nuestros semejantes .Exis te una cor re lac in en tre e l hombre y e lmundo. Ambos t ienen una rec proca h is tor ia operativa. Siempre fue as , pero es slo a partir desu exploracin en la poca moderna cuando se

    ha in ic iado una var iac in en las re lac iones hombre-mundo, re lac iones que t ienen todas las apar ienciasde haber producido un sa l to cual i ta t ivo . Comoconsecuencia de la investigacin cientf ica de lanatura leza y de su p lan if icacin y conf iguracintcnico-b io lgica por e l hombre , e l mundo se t rans forma cada vez ms en un producto humano. Deviene un "mundo ar t i f ic ia l" , un "s is tema secundar io" , una "segunda creacin" , por as deci r . P ro totipo de este desenvolvimiento es la inversin jerrquica operada en tre c iencia natura l y tcnica . S ian tes la tcnica cons t i tu a un resu l tado , un subproducto cas i de la inves t igacin c ien t f ico-natura l ,hoy , en cambio , prescr ibe a las c iencias natura leslos der ro teros de su inves t igacin . Has ta ta l puntose ha conver t ido hoy e l mundo en un producto delhombre , que apenas cabr a concebir su ex is tencias in una cont inuada in tervencin de s te .Como resultado de todo esto tenemos que elhom bre se hal la expu es to en forma crecien te a losefectos de su propia ac tuacin sobre la mutabil idad mundana, e , ind irec tamente , a los efectosde la mutabi l idad de s mismo. Cargado e l mundo hoy, por as decir , con el espr itu del hombrey con su propia fuerza, descarga sobre el mismo

    55

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    28/164

    hombre con una violencia antes desconocida. Esuna ope rac in que amenaza des t ru i r t an to a l mundo como al hombre . Las bombas a tmicas , la manipulacin b io lgica , la po lucin de nues t ro pe-rimundo y el envenenamiento ide la f lora son tanslo los ejemplos ms bastos , elevados a s mbolospor su cons tan te manejo cara a l g ran pbl ico . Pero , en rea l idad , la cor rupcin cont ina y se agudiza . Avanza, lo que es ms grave, de una manerams t a imada e impercep t ib l e . S in apenas r epa ra ren ello, en un declive ya no diseernible, en el queno exis ten ya las paradas n i los agar raderos , t ras pasamos las f ronteras hacia lo inhumano. Nosdecimos : an deber amos hacer es to ; todava podemos realizar aquello; tal vez sea posible aventurar esto otro.. . , y , de improviso, nos encontramos al otro lado de la valla de lo humano.

    El impulso y la premura del hombre por aduearse del mundo su afn de inves t igacin , exper imentacin y conquis ta es tn or ien tados inequvocamente tambin a sus pr j imos . Es ta pos t rera or ien tacin conl leva e l pe l igro de que seproduzca e l dominio del hombre por e l hombre .Nues t ra esquizof rn ica pos ic in f ren te a l munido el plac er y la angus tia q ue al mismo t iem ponos proporciona nos t ien ta a enseorearnos denues t ros semejantes , u t i l izndolos como ins t rumentos y rebajndolos a s imples objetos , al mismot iempo que nos apropiamos de la energ a a e l loss us t r a da . Max Horkhe imer ha r e s umido e s t e e s tado de cosas en la sobr ia cons ta tac in s iguiente :56

    La historia del esfuerzo humano por avasallar ala naturaleza es, al mismo tiempo, la historiade la subyugacin del hombre por el hombre.6La s i tuacin es , pues , s ta : los hombres es tnempeados hoy en la conquis ta del mundo, peroen esa conquis ta se enconde e l v i rus de su propia

    perd ic in . "Nunca la h is tor ia humana tuvo tanal a lcance de su mano la pos ib i l idad de rea l izarsueos" (de un para so ter renal) , anunciaba , haceno muchos aos , Rudi Dutschke.* No mucho antes ,Alber t Camus haba af i rmado, por e l contrar io ,que "el misterio de Europa est en el hecho de queya no ama la v ida" , y haba caracter izado a l su i c id io como el problema bs ico del hombre . La humanidad , hoy , f lucta en tre es tos dos ex tremos .Sin embargo, s i las seales no son todas falaces, des de no hace mucho apun ta un camb io depos tura , apenas percept ib le por e l momento , b ienes Verdad , pero inequvoco . Aumenta la duda an tela manipulacin de todas las cosas , y, a su lado,crece tambin la desconf ianza f ren te a una parc ia lglorif icacin del futuro. Ya slo es concebible el

    progreso como un " redoble de tambor con sord ina" .Para muchos , ha perd ido su a t rac t ivo desde que,mejor sensibilizados cada da, se ven confronta-8 Zur Kritik der instrumentellen Vernunft. Frankfurt1967, 104.* Rudi Dutschke fue el lder de los estudiantes izquierdistas alemanes en los aos 60. Las revueltas de stos enBerln, Frankfurt y otras ciudades de Alemania occidental,slo admiten comparacin con las jornadas de mayo, enPars, algn tiempo despus (N.T.).

    57

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    29/164

    dos a las consecuencias de su propia par t ic ipacinen la metamorfos is mundana, y con e l hecho deque e l p rogreso tcnico se ev idencia p lena me nteincapaz de l iberarse de la secuela cons tan te acar reada por e l caos , amenazando a la t ie r ra , pore l contrar io , de ru ina memorable . Y as es como lapreocupacin de un crecien te nmero de contemporneos por perderse a s mismos comienzaa ser ms impor tan te que la idea de conquis tare l mundo. Hes ta ta l punto es e l lo c ier to que incluso se est l legando a la peligrosa aberracin dere t i rarse del mundo, abandonndolo a su suer te .Nada ms indicado para caracter izar e in ter pre tar es ta s i tuacin que la ya c i tada formulacin

    de Jess : "qu aprovecha a l hombre ganar todo e lmundo, i s i l lega a perder su a lma?" Ahora b ien ,s i es te " logion" de Jess in te rpre ta ace r tad am entenues t ra hodierna s i tuacin , es ev idente que ha deapuntar as imismo en la d i reccin sobre la quehabr que buscar la respues ta a la pregunta porla u t i l idad del cr is t ian ismo.Ms de uno, probablemente , ha de sen t i r se afec

    tado por esta referencia de ahora, tal como ya lofuera an tes con respecto a l modo de p lan tearnosel problema. Nos parece es tar oyendo ya las objec iones : se nos achacar , p resumiblemente , de caeren e l ind iv idual ismo e in t imismo, de ser t rascendentes , dual is tas , posmor ta les o cua lquie r o t ro tpico o improperio de los al uso en la "teologa poste s ta" . Y, a la verdad , los pos ib les malentendidost ienen aqu un ter reno b ien abonado, pues , en58

    rea l idad , e l c r is t ian ismo ha s ido durante s ig los unareligin individualis ta del ms all, casi una rel ig in de la muer te , un "p la tonismo para e l pueb lo" , tal como Niatzsche lo expres en su da. Y elversculo bblico citado por nosotros , vino a ser ellugar clsico por excelencia.Pero no fue tan to la b ib l ia cuanto la metaf s ica dual s t ica gr iega la que se agazapaba t raslos s imul tneos conceptos de " in ter ior izacin" y"trasicendentalizacin" (Verjenseitigung) del crist ian ismo. En la ref lex in creyente y en la prct icapa , sobre poco ms o menos , se argumentaba as :e l hombre t iene un a lma inmor ta l , p r is ionera desu cuerpo . Para conservar la pura e inclume, seimpone mantener la lo ms a le jada pos ib le de es te mundo. La muer te , a l f in , l iberar a es ta a lma,bien para el cielo, o bien para el infierno. Lascondiciones de acceso a uno u otro s it io estn reveladas por Dios , s iendo la Ig les ia la encargadade su enseanza y adminis t rac in , lo que rea l izaen sus dogmas y sus sacramentos , respect ivamente... Imp or taba mucho , pues , l l eva r una v ida p ia dosa , aqu abajo , para luego poder presentar as

    p i rac iones a la e terna beat i tud . Se comprende, as i mismo, que, bajo tales presupuestos , la vida fueseuna pe rmanen te e j e r c i t ac in pa r a l a muer t e . E lar te de v iv i r devena ar te de b ien mor i r . La muerte era la ms en traable cr ia tura de la fe .** Alusin evidente a la afirmacin goetheana del "Fausto", referida aqu al milagro: "Das Wunder ist des Glaubensliebstes Kind" (N.T.).

    59

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    30/164

    Esta or ien tacin enf i lada a l ms a l l , a lamuer te y a la v ida e terna , s ign if ic , a l mis ino t iempo , una impregnac in un i l a t e r a l de ca r ac te r e segos tas e ind iv idual is tas en e l cr is t ian ismo. Creencia t rascendente e ind iv idual ismo egosmo incluso anduv ie ron caminos pa r a l e lo s . Andadu ra ,empero , que hoy suele censurarse acremente a l cr is t ian ismo. Con todo , s i se reprocha a l cr is t ian ismoy con razn su pasado, en el sentido de quebusc refugio en e l ms a l l , desentendindose desus obl igaciones ter renas , habr a igualmente quepreguntarse, y con idntico derecho, s i los viajeslunares no s ignif ican una pare ja huida en e l msa l l . Una e s capada , po r s upues to , i n t r amundana ysecular , pero con resu l tados idnt icos : e l abandonode los hermanos y de sus dolores sobre la t ierra.Des de e s t a pe r s pec t iva , hab r a que in t e rp r e t a r e l" t e r r i co l i s mo" de F r i ed r i ch Dr r enmat t , cuando ,al f inal de sus consideraciones en torno a los vuelos espaciales , confiesa: "yo s igo s iendo piole-ma ico" .

    In te rp r e t a r e l pas a je b b l i co c i t ado n icamen teen s u pe r s pec t iva t r an s mundana de muer t e y v idaeterna , es deci r ba jo una pt ica uni la tera lmenteindiv idual is ta y dual is ta , es malentender lo fundamen ta lmen te . Nos i r emos ace r cando a s u ju s t acomprens in cuando, de nuevo, nos re t ro t ra igamos a la s i tuacin presente , a nues t ra "hora local" .

    60

    2. Algo fallaHablar , hoy , de "a lma" en un contexto re l ig ioso aparece como algo desusado. En cambio , an teel of rec imiento de la sa lud an mica , todo e l mundoreacciona y en t iende de inmedia to e l sen t ido def rases como s tas : abrumado por los x i tos de lainves t igacin c ien t f ica y la p lan if icacin tcn ica , y met ido l mismo entre produccin y consum o, el hombre es t a punto de perder su a lma. Lases tad s t icas cantan: cada d a que pasa , son loshombres menos capaces de rea l izar sus v idas . Loslocutor ios de los ps iquia t ras se ven inundados , eincluso para todo t ipo de consul tor ios hay quegu ard ar co la . Y es que quien ha perd ido su a lma,t iene que exponer su pel le jo!Pero cuanto tms t rabajamos y nos afanamos ,cuanto ms nos fa t igamos por sa t is facer nues t rosgrandes deseos no s lo los pequeos grandes deseos como puede ser el uti l i tar io, el ocio, la viv ienda, la sa lud , la sexual idad y una v ida co lmadade d as , s ino tambin los deseos verdaderamentegrandes, es decir , los sueos y vis iones de la humanidad: la jus t ic ia , la paz , la l iber tad , e l b ienes tary la fe l ic idad para todos, tan to ms nos invadeel sentimiento de que, en realidad, no vivimosautnt icamente , que la v ida se nos malogra , pesea todos nuestros esfuerzos, y pese a todo el placerdel mundo. Tenemos ya muchas de las cosas queun d a cre mos que, de poseer las , nos dejar an satisfechos. Ahora caemos en la cuenta de que no nos

    61

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    31/164

    han hecho felices . Algo falla, algo fall en el lt imomomento . Ocurre por eso que muchos hombresvuelven a sen t i r e l a fn de una v ida buena, l lena ,lograda. Es decir , que vuelven a p lan tearse la pregunta por una v ida "autn t ica" .Es te es e l magro resu l tado de var ios decenios

    de p ro s pe r idad imparab le , an te s j ams v i s t a . P a r t iendo de es ta rea l idad , y no por mera tc t ica depol t ica ec les is t ica , es deci r , por ins t in to para lasneces idades de la hora presente , haciendo, pues ,gala de un gran sent ido de la a l terada s i tuacin ,la temt ica del "Deutsche Evangel ische Kirchen-t a g" ,* ten ido en S tu t tgar t , en 1969, es tuvo encuadrado bajo e l lema del "hambre por la jus t ic ia" ,y el que est previs to pa ra 1973, en Dusseldo rf ,bajo el de "no slo de pan".

    Desde es ta perspect iva , as imismo, cabe in ter pre tar las revuel tas es tudiant i les en las mil un iversidades de todo el mundo. Los jvenes se resisten a cargar con la vida que ven vivir a sus mayores . Rehusan la herencia que se les ofrece. El"s is tema conductor" de la poca burguesa , espec ia lmente en su f inal , que af i rmaba que la v idaera t rabajo y e l t rabajo medio para la sa t is faccinde los deseos, para procurarse el placer y el gozo,se les ha hecho profundamente sospechoso . Hanperd ido v igencia para e l los las mximas populares

    * El "Kirchentag", que la Iglesia evanglica alemanaviene celebrando desde el siglo pasado, cabe describirlocomo semanas de reflexin y de oracin de las iglesias protestantes. A su imitacin, tambin los catlicos celebran su"Katholikentag", y con el mismo sentido (N.T.).62

    en otra poca entre los buenos burgueses del "carpe d iem". A su manera , tambin e l los se in ter rogancon e l : "qu aprovecha a l hombre ganar todo e lmundo y pe rde r s u a lma?"La exigencia de una v ida lograda y en p len i tudes t en las proximidades de aquel ax ioma de fe ,

    del que los reformadores pro tes tan tes af i rmabanque la Iglesia, a su vis ta, o se levantaba o caa, esdecir , la justificacin del hombre ante Dios porla sola fe. Puede que desconcier te , en un pr imermomento , la af i rmacin de que se da aqu una ver dadera re lac in teo lgica . Como es sab ido , Luterose p lan te la pregunta de: "cmo cons igo yo unDios propic io?" Hoy, en cambio , nosotros nos preguntamos : cmo cons igo yo una v ida razonable yl lena? , cmo puedo a lcanzar la v ida? Entre ambas p r egun tas pa r ece med ia r un " mundo" de d i s tancia . Y en verdad , un mundo es , por as deci r ,el viraje de la poca moderna desde el ms all alms ac . Pero ambas preguntas son concordantes ,pues en ambas e l acento recae sobre la v ida co lmada y to ta l de l hombre . Con o t ras palabras : enambas se in ter roga e l hombre por la "sa lvacin" .Una nueva in terpre tac in de la doctr ina de la jus t i f icacin deber a poner de manif ies to es ta real idad .

    Una in terpre tac in de es te t ipo desahuciar aas imismo a quienes an hoy persev eran en unarepet ic in r igurosa y pet r i f icada de la doctr inapaul ino- lu terana de la jus t i f icacin , que , a fuerde pediisecua, no le hace la justicia debida. Su

    63

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    32/164

    p ie da d e s t a bso lu t a me nte impr e gna da de l pe nsamiento re l igioso de l r endimiento, o , lo que eslo mismo, de la pa jus t ic ia de las obras . He ahuno de los mot ivos , y no e l menos impor tante , de lpor qu hoy se ha desembocado en la renovac inde la doc t r ina de la jus t i f icac in, y no slo quese intente su conservac in; pero slo cabe renovar es ta doc t r ina en e l contexto de las in te r rogantes de nues t ro t iempo. Y l legados aqu , se imponela pregunta , antes que nada , por una vida razonable , l lena y lograda .

    Pero quedar a manca la doc t r ina de la jus t i f i cac in s i se la entendiese tan slo individua l s t i -c a me nte . Y a e n L u te r o , J a p r e gun ta de l hombr e :cmo consigo yo un Dios propic io? , tena B U r plica, del lado de Dios, en el : cimo consigo yode nue vo un mundo sa n t i f i c a do , una bue na c r e a c in? Am bas preg un tas romp en e infe liz c rculoen e l que es tn inmersos e l hombre y e l mundo,a me na z a ndo a r r u ina r se ( mutua me nte . Conv ie ne ,por tanto, contemplar en la doc t r ina de la jus t i f i c a c in un "a spe c to munda no" , y no que da r senica me nte en lo ind ivid ua l tan slo: la jus t i f ica c in de l individuo y la redenc in de l munido sondos realidades concordantes. Pirecisaimente slo seda una sa lvac in, y no una sa lvac in de l hombrey o t r a de l mundo . N i t a mpoc o se da una sa lva c inde l hombre s in e l mundo, y s slo una comn sa l vac in para uno y ot ro . S in la sa lvac in de l mundo,t a mpoc o e l hombr e pue de se r s a lva do .

    64

    3. El redescubrimientode la religin

    No vac i lamos en des ignar como inquie tud "re l i g iosa " l a e xpe r ime n ta da por l os hombr e s a n t ee l t e mor de pe r de r sus a lma s , b i e n que pue da e s ta r ausente de esa preocupac in e l temor de lacondenac in e te rna . Es suf ic iente , nos parece , e lso lo a nhe lo ve he me nte por una v ida p l e na y l o grada , pese a que no por e l lo se piense en la vidae te rna . Ambos a dos , la inquie tud y e l anhe lo veheme nte , a pa r e c e n c omo una e xpr e s in de a que l movimiento, o , mejor , de aque l la conmocin que , desde nues t ra insegur idad, nos pla tee provisar ia imenteapost rofar como nueva "ola re l igiosa" . Qu es loque se ocul ta de t rs de es ta nueva ola , qu prof und ida de s c ompor t a y qu a mpl i t ud a l c a nz a r ,magnitudes son stas que nadie hoy puede a nprec isa r . Exis te , s , l a ce r teza de que una de lasimpor t a n t e s mot iva c ione s ha y que s i t ua r l a e n l asusod i c ha i nqu i e tud y e n a que l a nhe lo ve he me nte ,ta l como se expresa en la pregunta de nues t rot iempo por la autnt ica vida . Por eso prec isa mente l lamamos "re l igiosos" a esa inquie tud y a esea nhe lo .

    "Religin", es un concepto que, a fuer de comple jo en ext remo, sopor ta las def inic iones msva r iop in t a s . A gr e ge se , a de m s , que s i e mpr e queha b l a mos de " r e l i g in" ope r a mos sobr e una a bs t racc in, toda vez que la re l igin se mater ia l iza enlas rel igiones, del mismo modo que la Iglesia slo65

  • 7/27/2019 Zahrnt, Heinz - Cristianismo Entre Dos Limites[1]

    33/164

    es verif icable en las iglesias . Sin embargo, se podr a af i rmar , s in pecar ta l vez de exces iva s impl i f icacin o abs t raccin , qu e la re lig in c ompo r tas iempre dos exper iencias fundamenta les : negat ivamente , la exper iencia de una indigencia , un suf r imiento en la v ida , un res t regamiento de la her i da en la rea l idad , en una palabra , e l desengaode que e l mundo yace en la maldad y uno mismocon l . En e l aspecto pos i t ivo , cabe apuntar e lafn por superar es ta s i tuacin , la espera de a lgomejor, el anhelo de otro querer y otra totalidad,en una palabra , la esperanza de que e l mundo nopermanecer en la maldad , n i nosotros tampoco.Si, pues , t omamos ambas expe r i enc ia s jun tamente , tendremo s aquel la in tencin e in tens id ad devida que des ignamos como " t rascender" , como"superacin" de lo de aqu abajo y de lo moment ne o .

    No obs tan te , s in t rascendencia no se da t rascender alguno. De ah que un rasgo esencial de todareligin lo constituya el hecho de que el hombreespera la to ta l ida