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  • 8/17/2019 ¡Zum, zum, zum!

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    ¡Zum, zum, zum!

    ¿Para qué sirven las moscas?, se preguntaba, repantigado sobre dos de

    los tres cojines del sofá, mientras algunas sobrevolaban la inmundicia quepara ellas era su cuerpo, revoloteando animosas sobre el mamarracho antes

    de decidirse a saborear al hombre. Así, una vino a posarse sobre la comisura

    de sus labios. o se molest! en ahu"entarla, como no se había molestado en

    hacer de su vida algo digno de vivirse. o, "a ni siquiera las ahu"entaba

    cuando venían a posarse encima de él, "a ni eso. Antes no toleraba compartir

    una habitaci!n con mosca alguna, pero ahora estaba bien si una se sentaba

    en su cabe#a.

    $l calor no daba visos de amainar, al contrario, pocas veces se había

    sentido un calor así en a%os, al menos era lo que decía tía Amparo. ¿&!mo

    llegué a vivir donde tía Amparo? Ah, sí, era la 'nica parienta que tenía en(ima, a donde vine a buscar trabajo " mejorar mi vida signi)cativamente.

    ¿*n in'til a tan temprana edad? +i todavía tía Amparo nos llama a mí " a mis

    primos contemporáneos chicos, pero no so" ning'n chico, tía, a los treinta "

    cuatro no se es chico de ninguna manera. -um *na mosca pasa rauda por

    mi oreja. &!mo me e/asperan las chancletas de tía Amparo rasgando el

    suelo. (evanta los pies, vieja (os roces de la suela contra su piso parqué son

    cada ve# más cercanos. Aquí viene. 0ué me irá a decir.

    12a vengo, vo" a la tienda.

    1...

    o respondo. Ahora casi no hablo con nadie, pero, ¿con usted tía

    Amparo, que hasta le gastaba bromas?, pobre tía. 2o no quería que a usted

    tambien le dejara de dirigir la palabra3, pero no me salen las palabras. Pude

    responderle, pero no salen las palabras porque para empe#ar no ha"

    palabras. $lla también ha notado mi frialdad, por eso "a no me reprueba ni

    me ri%e. ¿o tengo ning'n amigo? Ah, sí, ahora me acuerdo... +implemente,

    de buenas a primeras, de la noche a la ma%ana, dejé de hablarle a 4rancisco.

    Ah, sí... "a me acuerdo. o toleraba más su estupide#... pero, ¿c!mo ahora

    ha" una mosca en mi ceja " no pego el grito al cielo? 0ué repugnantes solían

    ser para ti. 5e ni%o hacías bilis si una se apro/imaba a tu rinc!n de juegos.

    $l mal logrado hombre había intentado trabajar. &omo lo habían

    mimado de chico no quería aceptar trabajo ninguno que no fuera el de un

    alto cargo como ejecutivo en una gran empresa, salario mínimo6 tres mil

    quinientos soles. +í, sacando cuentas, al menos tres mil quinientos serían

    su)cientes para independi#arme del todo, 7¿del todo?8. Alquilar una pie#a

    decente en un barrio decente, sin bulla, por favor. +in bulla porque el se%or

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    lee bastante " el ruido no es buen compa%ero de esa actividad esnobista que

    él tiene por 9cultivarse9. $s que deseo ser un hombre sensible, percibo a mis

    congéneres algo huecos " no quisiera acabar como ellos. Pero, hombre, son

    ellos quienes no quieren acabar como t'. :asta mirarte, una mosca está

    frotandosé las patas sobre tu hombro como tramando algo belicoso, " no la

    espantas. -um, #um (as cosas no iban tan mal, en verdad. (a mala rachano duraría para siempre, alguien descubriría el increíble hombre que era,

    alguien vendría en su rescate. -um 5os moscas en aparente estado de

    e/citaci!n, #um Podría prestar inestimables servicios a una empresa,

    porque so" competente, responsable " dinámico. -um, #um $sas

    imbecilidades había puesto en mi hoja de vida, ¿se burlaría el evaluador del

    rebajamiento al que uno se somete por un empleo? +i estas fueran las

    épocas del mecena#go "o me burlaría de ellos, porque no habría tardado un

    benigno hombre rico en hacerse mi mecenas. -um Ahora ha" una mosca

    encima de otra, ambas encima de ti.

    Ah, maldici!n, no son tiempos para un hombre como "o. Pero qué calorhace. -um, #um ¿Para qué sirven las moscas? o hacen más que fastidiar,

    salvo que a mí ahora no me fastidian. Ah, sí, en la naturale#a limpian los

    campos de carne putrefacta " e/crementos. ¿Pero toda una especia para eso?

    *n poco denigrante. (a naturale#a en verdad no es sabia, es idiota. 5e mí se

    ha burlado tanto. ;racia le parece haberme hecho con una cara de fracasado,

    con estatura de fracasado " con vo# de fracasado. -um, #um, #um ;racia le

    parece. -um o es para risa -um, #um -um, #um hace cinco minutos me había cansado de

    ahu"entarlas, todo había sido in'til.

    1o llores, no llores, hijo1 me dijo preocupada mientras daba dos

    pasos hacia mí " retrocedía uno. 1¿0ué ha pasado? ¿&!mo entraron tantas?

     2a no llores, hijo1.

    1o sé, tía, s!lo había cinco o seis cuando saliste. 0uítalas de mí.

     ía Amparo agarr! una escoba " empe#! a darme de escoba#os a ver

    si así se ehcaban a volar. ada, apenas die# se alborotaron peroinmediatamente regresaban a posarse sobre mí. (uego agarr! un insecticida

    contra cucarachas, el 'nico que tenía, " me pidi! que cerrará los ojos.

    &omen#! a pulveri#ar el químico sobre mis ropas. +!lo se alborotaron "

    regresaron a su sitio, nada parecía disuadir a las moscas. 0ué asco,

    pensaba. Pero mi tía tuvo una idea radical, atraerlas con algo suculento.

    &orri! al lavadero " trajo los desperdicios que se amontonan en la boca de la

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    tubería3. ambién la basura con restos de comida. Abri! la bolsa cerca de mí,

    ech! los desperdicios h'medos del lavadero dentro de ella " tuvo fe. Al

    comien#o no parecía funcionar, pero poco a poco las moscas se fueron

    apartando de mí. $n dos minutos estaba libre de moscas6 todas estaban

    sobre la basura.

    =ientras tanto, mi tía me pedía que dejara de llorar. +e acerc! a mí "

    me abra#! para consolarme. A unos pasos las moscas cumplían su funci!n "

    tía Amparo seguía diciéndome que "a había pasado, que todo estaba bien,

    que por favor dejara de llorar.

     André Céspedes

     @