Von Daniken - Recuerdos Del Futuro

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    PROLOGO

    Recuerdos del futuro...Existe tal cosa? Recuerdos de algo por venir? Habr acaso una rotacin

    eterna de la Naturaleza, una confluencia eterna de los tiempos?Presiente la crislida que renacer en primavera como mariposa? Adivina

    la molcula gaseosa esa ley que, tarde o temprano, le impondr el retorno alsol? Sabe la inteligencia que est ntimamente vinculada con todos los espaciosde la eternidad?

    El hombre actual difiere del hombre de ayer o anteayer. El hombre siemprees nuevo, se renueva sin alterar su permanencia sobre una lnea infinita quellamamos tiempo. El hombre debe comprender el TIEMPO... y dominarlo! Pues eltiempo es el polen del Universo. Y sin un infinito concebible, slo puede haberun tiempo en el que converjan todos los tiempos.

    Si Hay recuerdos del futuro! El Universo nos oculta lo que hoyignoramos todava Pero se esclarecern algunos secretos. Ahora, maana ocualquier da. El Universo no sabe nada del tiempo ni conoce palabras paradefinirlo.

    Este libro no habra sido posible sin la animosa colaboracin de muchaspersonas. Doy las gracias a ml esposa que me tuvo tan poco en casa durante losltimos aos por su comprensin. Doy las gracias a ml amigo Hans Neuner, querecorri conmigo miles de kilmetros y me prest siempre una ayuda muy valiosa.

    Doy las gracias a los doctores Stehlln y Loms por su constante aliento.Doy las gracias a todos los miembros de la NASA en Houston, Cabo Kennedy y Huntsville, que me mostraron sus grandiosas instalaciones de investigacin tcnica y cientfica.Doy las gracias a los doctores Wernher von Braun, Willy Ley y profesor BertSlattery. En fin, doy las gracias a los incontables hombres y mujeres dediversas partes del mundo que hicieron posible este libro con sus declaraciones,estmulos y ayuda directa.

    Erich von Daniken

    INTRODUCCION

    Escribir este libro es una temeridad..., pero no lo es menos leerlo.Habr sabios que lo calificarn como pura utopa porque sus tesis y

    demostraciones no estn acordes con el mosaico laboriosamente compuesto de unescolasticismo ya cimentado, y, por tanto, lo relegarn al ndice de aquelloslibros sobre los cuales es mejor no hablar. Habr profanos -a quienes lasvisiones del futuro les inquietan incluso durante el sueno- que ante laposibilidad o, por mejor decir, probabilidad de descubrir un pasado todava msmisterioso, ms aleatorio, ms enigmtico que el propio futuro, se retraern enla caracola de su confortable mundo.

    Pues una cosa es cierta: hay varias discordancias con nuestro pasado,

    aquel que se remonta a miles y millones de aos En l bullen divinidadesdesconocidas que, otrora, tripulando naves espaciales, rindieron visita a laTierra. En l hubo armas secretas, armas excepcionales e inconcebiblesrealizaciones tcnicas cuyo know-how (1) an no hemos podido desentraar hastael presente.

    Algo no concuerda con nuestra arqueologa. Aqu, encontramos bateraselctricas cuya edad se cuenta POr millares de aos. Acull, hay seresextraos que lucen indumentarias espaciales y Cinturones con hebillas deplatino. Ms all, aparecen lneas de quince cifras que no han sido escritas porningn computador. En la ms brumosa Antiguedad encontraremos un arsenal de cosas i

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    nconcebibles. Pero, dnde adouirieron los seres (superprimitivos) esa facultad paracrear lo inconcebible?

    Tampoco concuerda todo con nuestras religiones. stas tienen una cosa encomn: todas ellas prometen salvacin y ayuda al hombre. Tambin los diosesprimitivos hicieron tales promesas. Por qu no se atuvieron a ellas? Por quemplearon armas supermodernas contra aquella Humanidad remota? Y, por quproyectaron su destruccin?

    Familiaricmonos con el pensamiento de que el mundo perceptible cuya formacin requiri muchos milenios, se desintegrar. Algunos aos, muy pocos, deinvestigacin concienzuda bastaron para sacudir hasta sus cimientos el castillode ideas que se habla conseguido hacer habitable. Ahora, se descubren por segunda vez conocimientos que haban permanecido ocultos en las bibliotecas desociedades privadas. La era de los viajes espaciales no tienen ya secretos paranadie. Los viajes espaciales, orientados afanosamente hacia el Sol y lasestrellas, tambin sondean el abismo de nuestro pretrito. De tenebrosas simassurgen divinidades y sacerdotes, reyes y hroes. Nosotros les hemos exigido larevelacin de sus arcanos, pues contamos con los medios necesariQs para, siloqueremos, desenmaranar nuestro pasado.

    Los investigadores de la ms remota Antiguedad deben proseguir suobra en laboratorios modernos.

    El arquelogo necesita transitar por los escenarios desrticos delpasado con instrumentos medidores altamente sensitivos.

    El sacerdote en busca de la verdad debe empezar otra vez a dudardetodo lo establecido.

    Los dioses de la brumosa prehistoria han dejado innumerables huellas queno pudimos leer ni descifrar hasta ahora, porque el problema del viaje espacial,hoy tan vinculado con nosotros, que inexistente para la Humanidad hace ya muchos

    milenios. Nosotros lo afirmamos: en la ms remota Antiguedad, nuestrosantepasados recibieron visitas del espacio (5smico! Aun cuando ignoremos todavaquines fueron esos intelectos extraterrestres y cul su lejana procedenciaastral, podemos proclamar que esos (seres forneos)destruyeron entonces parte de la Humanidad existente y crearon un nuevoarquetipo, tal vez el primer Horno sapiens.

    Esta afirmacin es revolucionaria. Pulveriza el pedestal del monumentoideolgico aparentemente construido a la perfeccin. Este libro tiene elpropsito de aportar pruebas que sustenten tal afirmacin.

    CAPITULO I

    Existen en el Cosmos seres semejantes a los humanos? - Es posible eldesarrollo biolgico sin oxgeno?- Hay vida es el letal espacio circundante?

    Es concebible que nosotros, ciudadanos del mundo del siglo xx, seamos enel Cosmos los nicos organismos de apariencia humana? Puesto que ningn museoexhibe un homnculo disecado de otros planetas para informacin de la Humanidad,

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    parece convincente y legitimo responder: (Slo en nuestra Tierra existe vidahumana.) Desde luego, la multitud de interrogantes resulta inconmensurable tanpronto como establecemos una relacin causal entre diversos hechos derivados delos ms recientes hallazgos e investigaciones.

    Segn afirman los astrnomos, en una noche clara vemos a simple vista enel firmamento cuatro mil quinientas estrellas. Ahora bien, el anteojo de unmodesto observatorio astronmico localiza ya fcilmente dos millones, y unmoderno telescopio capta el resplandor de millares de millones...puntos luminosos de la Va Lctea. Pero, comparado con las ingentes dimensiones delCosmos, nuestro sistema planetario es slo una parte nfima de otro sistema planetario mucho ms impresionante, un haz de vas lcteas, por decirlo as, que contiene aproxmadamte veinte galaxias en un radio de 1,5 millones de aosluz (1 ao luz = 9,500 millones de kilmetros). Y, asimismo, ese enjambre estelar esmuy poca cosa en comparacin con los numerosos millares de nebulosasespirales que revela el microscopio electrnico. Eso hasta la fecha presente.Pero esta etapa de la investigacin apenas se inicia.

    El astrnomo Harlow Shapley divisa los astros, ms o menos, empleando tan sloun telescopio ordinario. Cuando Shapley asocia un sistema planetario a una estrella de cada mil, cabe suponer que su clculo es extremadamente cauteloso. Si seguimos especulando con ese clculo e imaginamos las premisas necesarias para vivir solamente en una estrella de cada mil, el susodicho cmputo da todava una cifra de 1014. Shapley pregunta: (Cuntas estrellas poseen una atmsfera apropiada para la vidaen ese fidedigno recuento "astronmico"?Una de cada mil? Entonces, an tendremos laincreble cifra de 101 estrellas que renen condiciones para vivir. Aun cuando supus

    iramos, tomando como base esa cifra, que en uno de cada mil planetas hay vida, nos quedaran todava 100 millones de planetas para especular sobre tales posibilldades de vida. Esta computacin est respaldada por telescopios provistos con los actuales dispsitivos tcnicos y cuyo perfeccionamiento prosigue sin interrupcin.

    Si nos atenemos a la hiptesis del bioqumico doctor Miller, la vida ylas condiciones vitales en algunos de esos planetas han evolucionado posiblemente bastante ms aprisa que en la Tierra. Segn ese audaz clculo, podra haber 100.000 panetas cuyas civilizaciones se han adelantado a la nuestra.

    El profesor Willy ley, conocido escritor cientfico y amigo de Wernher vonBraun, me dijo en Nueva York:

    -El recuento de las estrellas, slo en nuestra Va Lctea, ronda los t

    reinta mil millones. Hoy, la Astronoma estima admisible la suposicin de quenuestra Va Lctea abarque, por lo menos, dieciocho mil millones de sistemasplanetarios. Intentemos ahora reducir esa cifra a su mnima magnitud ysupongamos las equidistancias entre sistemas planetarios equilibradas de talforma que slo en uno de cada cien casos un planeta gira en la ecosfera alrededorde su sol: nos quedarn todava 180 millones de planetas donde pueda haber vida. Sigamos suponiendo que slo uno de cada cien planetas cobija la vida, lo cual es, porcierto, posible: tendremos todava 1,8 millones de planetas con vida. Una suposicin adicional prev por cada cien planetas con vida uno donde viven seres con un Coeficiente de inteligencia similar al del Horno sapiens. Pese a esta ltima conjetura, nuestra Va Lctea an conserva un ejrcito de 18.000 planetas habitados.

    Puesto que otros cmputos ms recientes hablan de cien mil millones de

    estrellas fijas observadas en nuestra Va Lctea, probablemente su nmero essuperior, sin punto de comparacin, a la cifra mencionada por el profesor Leysegn su prudente clculo.

    Sin necesidad de citar cantidades utpicas ni hacer referencia a galaxiasajenas, puede suponerse que a una distancia relativamente corta de la Tierra hay18.000 planetas cuyas condiciones de vida se asemejan a las del nuestro. Anpodemos ir ms all y hacer esta reflexin especulativa: si estuviesen habitadosel uno por ciento de esos 18.000 planetas... an quedaran ciento ochenta.

    No cabe poner en duda la existencia de planetas anlogos a la Tierra...,

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    con la misma composicin proporcional de gases nobles, con idntica gravitacin,con flora, e incluso tal vez fauna parecidas. Pero, acaso han de sernecesariamente como la Tierra aquellos planetas donde pueda haber vida?

    Mediante la investigacin progresiva se ha superado ya el criterio de quela vida slo es posible con las condiciones terrqueas. Yerra quien crea que lavida no puede existir sin agua ni oxigeno. A decir verdad, en nuestra propiaTierra hay seres que no necesitan oxgeno. Son las bacterias anaerbicas.Cualquier porcin de oxigeno obra sobre ellas como un veneno. Acaso no puedenexistir seres superiores que no necesiten oxigeno? Lo impide alguna razn?

    Vivimos bajo la tensin y la presin diarias de nuevos conocimientos quedesbordan nuestro concepto e idea del mundo. El afn descubridor concentradosobre nuestra Tierra hasta un pasado muy reciente, ha ensalzado este mundonuestro como planeta ideal: no es demasiado caluroso ni demasiado frio, nosofrece agua a chorros, posee oxigeno en cantidades ilimitadas, los procesosorgnicos rejuvenecen peridica y constantemente la Naturaleza...

    Verdaderamente, el supuesto de que la vida slo puede existir y medrar enplanetas semejantes a nuestro Globo, no es defendible. Segn se ha calculado,sobre la Tierra viven dos millones de especies diferentes, y 1,2 millones deellas -de nuevo los clculos- han sido (catalogadas) cientficamente. Ahorabien, bajo esos seres captados por la ciencia vegetan varios millares que, deacuerdo con los conceptos consagrados hasta ahora, no debieran haber existidojams. Es preciso analizar y revisar de nuevo las premisas necesario para lavida.

    Por ejemplo, se pensaba que el agua altamente radiactiva estaba libre de

    grmenes. Sin embargo, algunas especies bacteriales se conforman con ese aguamortfera que rodea los reactores nucleares. El ensayo del cientfico doctorSiegel tiene cierta calidad espectral: el doctor Siegel cre en un laboratoriolas diciones vitales de Jpiter y su atmsfera; luego, cri all -una atmsferacuyas propiedades no tienen nada en comn con los requisitos estimados precisoshasta ahora para la vida, bacterias y caros. No los mat el amoniaco, ni elmetano, ni el hidrgeno.

    Los ensayos de los entomlogos Hinton y Blum de la Universidad de Bristol,Inglaterra, aportaron resultados no menos desconcertantes. Ambos cientficosmantuvieron encerrados varios mosquitos comunes durante algunas horas a unatemperatura de cien grados Celsio; luego, sumergieron inmediatamente sus anima-l

    es de ensayo en helio lquido que, como es sabido, tiene la baja temperatura del espacio csmico. Tras la aplicacin de potentes rayos luminosos, los mosquitos se comportaron de nuevo como si les rodearan las condiciones normales de vida. Lo imposible sucedi: - las larvas reanudaron su proceso biolgico y, a su debido tiempo, se transformaron en mosquitos completamente (sanos).

    Tambin sabemos de bacterias que viven en volcanes, de otras que devoranPiedras....

    En muchas centrales de investigacin se multiplican los ensayos. Pruebas incontrovertibles cada vez mas numerosas demuestran que la vida no est condicionada en modo alguno por las condiciones existentes en nuestro planeta.

    Durante siglos, las leyes naturales y las condiciones vitales del globoterrqueo parecieron ser el ombligo del Universo. Esa conviccin desplaz y emborron lperspectiva real; puso anteojeras a los investigadores hacindoles

    calibrar el Cosmos con nuestros mdulos y nuestra mentalida(i Tellhard deChardin, el pensador clsico, formul este postulado: (Slo lo fntstico tieneposibilidad de ser real en el espacio csmico, la inversin de nuestro razonamiento-tanto si es fantstico como real- significara que los intelectos de otro planeta tomaan como canon absoluto sus condiciones de vida- Si viviesen, por ejemplo, conuna temperatura de 150/200 grados Celsio bajo cero, se remitiran a tales temperataras, inconciliables con nuestra existencia, para considerar las posibilidades de vida en otros planetas. Mediante esa misma lgica, nosotros pretendemos esclancier las tenebrosidades de nuestro pasado.

    Nuestro amor propio -transmitido de generacin en generacin nos ha hecho

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    culpables de sentido comn y objetivismo, o, dicho con palabras lapidarias demantenernos firmes sobre la Tierra, siempre di~ cretos y confiados. En todapoca, cualquier tesis audaz parece una utopa Y, i cuntas utopias se han hechorealidad cotidiana a lo largo del tiempo! Como es natural, los ejemplos aquexpuestos representan latencionadamente posibilidades extremas. Ahora bien,aunque lo improbable an carcce hoy dia de una proyeccin imaginable, con eltiempo caern barreras que nos permitirn entrever sin prejuicios lasimposibilidades que el Cosmos an oculta. Generaciones venideras hallarn unavida exuberante e insospechada en los espacios planetarios. Y teiminarnreconociendo con resignacin, aunque nosotros no podremos ya presenciarlo, queno son la nica inteligencia y, seguramente, tampoco, la mas antigua en el Cosmos,se calcula que la edad del universo entre los ocho y doce mil miliones de aos. Los meteoritos colocan rastros de materia orgnica bajo nuestro microscopio. Renacen bacterias cuya vida se cuenta por millones de aos. Esporas impuisadas por la presin luminica de algun sol atraviesan los espacios siderales hasta someterse a lagravitacin de cualquier planeta. Nueva vida surge sin cesar en el ciclo ininitode la Creacin, y ese proceso se viene repitiendo durante millones de aos. Minuciosos e incontables anlisis de muy diversos minerales en todos los rincones de nuestro mundo, demuestran que la corteza terrestre se form hace cuatro mil millones deaos. Y un milln de aos atrs, la ciencia lo sabe bien, existia ya algo parecido al er humano. Con gran laboriosidad, muchos investigadores curiosos e inquietos consiguieron aproximarse a esa monstruosa corriente del tiempo para encauzar un reguero de 7000 aos: la historia de la Humanidad. Pero, que son 7.000 aos de historiahumana contr aos con millones y millones de Historia universal?

    Nosotros (corona de la creacin?) necesitamos 400.000 aos para alcanzarel estado actual, la estatura actual. Hay quien aporte el testmonio de descargo? Por qu no ha de ofrecer otro planeta condiciones ambientales msfavorables para el desarrollo de una inteligencia distinta o siar? Por qu nopodemos encontrar la competencia de otro planeta cuya vida sea equivalente osuperior a la nuestra? Puede desestimarse tal posibilidad?.

    iY con cunta frecuencia se desplazaron los pilares de nuestra sabidura!Muchos centenares de generaciones creyeron que la Tierra era un disco durante muchos miles de aos rigi la supuesta regla de oro: el Sol gira aleededor de la Tierra. Hoy, an estamos convencidos de que nuestro Globo es el centro del Universo...,annque se ha probado sobradamente que la Tierra es un astro ordina-rio y bastante insignificante por su magnitud, situado a 30.000 aos luz del eje de la Va Lctea...

    Ya va siendo hora de reconocer nuestra pequeez mediante progresivosdescubrimientos en el infinito e inexplorado Cosmos. Slo entonces comprenderemosde verdad que somos meras hormigas dentro del Estado universal.Pero tambin aguarda otra oportunidad en el espacio sideral... justamente all dondelo prometieron los dioses. Slo tras una ojeada al futuro adouiriremos fuerza y audacia suficientes para explorar noblemente y, sin prejuicios nuestro pasado.

    CAPITULO II

    La fantstica traslacin de una nave espacial por el vaco. - Los dioses hacen una visita. Rastros que no se desvanecen.

    Julio Verne, padre alegrico de todas las novelas utpicas, ha llegado aser un sutil escritor: su carrera tras las estrellas ya no es una utopa, y losastronautas de nuestra dcada no dan la vuelta al mundo en 80 das: les bastan86 minutos. Cuando nosotros anotbamos aqu las posibilidades y etapas de un

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    fantstico viaje, se ignoraba que ste sera realizable, con el transcurso deltiempo, para rubricar, tras unas dcadas, la disparatada nocin de Julio Vernesobre un viaje alrededor del mundo en ochenta das, con una traslacin fugaz yronroneante de ochenta y seis minutos. Pero no pensemos en lapsos tan modestos.Supongamos que han transcurrido ciento cincuenta aos y nuestra nave despega dela Tierra hacia un sol distante e ignoto...

    La astronave tendr el tamao de un trasatlntico actual; por consiguiente, una masa inlcial, digamos, de 100.000 toneladas con un cuerpo propulsor de 99.800toneladas. As, pues, una carga til efectiva de peso inferior a las doscientas toneladas. Imposible?

    Hoy da, podramos montar ya pieza a pieza una nave espacial sobrecualquier estacin situada en rbita alrededor de un planeta. Mas incluso ese montaje ser innecesario dentro de dos dcadas, o quiz menos, porque la gigantesca astronave tendr suficiente velocidad de liberacin para elevarse directamente desde la Luna. La verdad es que la investigacin bsica sobre la propulsin del cohete futuro funciona a pleno rendimiento. Los mecanismos propulsores del maana sern mayormente de concentracin e irradiacin con fusin nuclear del hidrgeno al helio, o radiacin de palas materiales cuya velocidad de propagacin iguala a la de la luz. Un procedimiento nuevo y audaz cuya posible aplicacin ha sido ya demostrada mediante experimentos fsicos con pequeos elementos aislados es el cohete interplanetario fotnico. Lasmaterias motrices a bordo del cohete fotnico permiten una velocidad de liberacin tan cercana a la velocidad de la luz, que los efectos relativos, particularmentela dilatacin del tiempo entre la plataforma de despegue y la astronave, podrn desarrollar toda su accin. Las masas motrices se transformarn en radiaciones electroma

    gnticas como haces propulsores eyectados a la velocidad de la luz. Tericamente, laastronave provista con propulsin fotnica alcanzar en un 99 por ciento la velocidadde la luz. Con tales traslaciones no ser difcil franquear los lmites de nuestro sistema solar.

    A decir verdad esa idea nos da vrtigo. Pero, en el umbral de una nuevaEra debemos recordar que los gigantescos pasos de la tcnica presenciados pornuestros abuelos no fueron menos vertiginosos en su da: el ferrocarril, la electricidad, el telgrafo, el primer automvil, la primera mquina area... Nosotros escuchaos por vez primera music in the air, nosotros vimos por primera vez la televisinen color, nosotros presenciamos el primer disparo para un ensayo de navegacin espacial y contemplamos imgenes comentadas de los satlites que contornean la Tierra.Nuestros nietos participarn en viajes interplanetarios y aportarn su contribucin alas investigaciones csmicas de diversas Facultades tcnicas.

    Prosigamos con el viaje de nuestra fantstica astronave, cuyo objetivo esuna lejana estrella fija. Desde luego, sera divertido imaginar cmo se comportay distrae la dotacin del artefacto volador durante el largo viaje. iSi las distancias no fueran tan monstruosas, si la espera no resultara tan interminable paralos inquietos familiares! La relatividad de Einstein tiene una indiscutible validez. Aunque parezca incomprensible, el tiempo en la nave espacial que navega casi a la velocidad de la luz, transcurre con ms lentitud que en la Tierra.

    Si la astronave viaja a una velocidad cuya equivalencia con la de la luzsea el 99 por ciento, transcurrirn 14,1 aos para nuestra dotacin durante suvuelo csmico, mientras que ese transcurso ser de cien aos para quienes laesperan en la Tierra. Ese desdoblamiento del tiempo entre los navegantes espa-ciales y los habitantes terrestres se calcula mediante la siguiente ecuacin, cuyo o

    rigen es la teora de Lorentz sobre la transformacin.

    La velocidad del vuelo de la astronave es calculable mediante la ecuacinfundamental de los cohetes, formulada por el profesor Ackeret:

    Tan pronto como nuestra astronave se aproxime al objetivo-estrella, ladotacin actuar sin consultar, tomando la posicin respecto a los planetasvisibles, analizando espectros astrales, midiendo gravitaciones y calculandorbitas. Por fin, elegir el planeta ms adecuado para posarse, es decir, aquel

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    cuyas propiedades se asemejen ms a las de nuestra Tierra. Si nuestra astronave sloconstara de una cpsula -porque tras un viaje, digamos de 80 aos luz, se habra agotado probablemente toda la energa propulsora-, entonces los tripulantes deberan, llegados al objetivo, llenar los tanques de su vehculo con material fisible.

    Supongamos, pues, que el planeta elegido para el desembarque tiene un aspecto parecido al terrestre. Ya dijimos que esta hiptesis no es tan imposiblecomo parece. Arriesgumonos incluso a suponer que la civilizacin del planetaabordado mantiene ms o menos un nivel similar al desarrollo de la Tierra hace8.000 aos. Desde luego, todo ello habr sido comprobado mucho antes con losinstrumentos de la astronave. Evidentemente, nuestros navegantes espacialeshabrn elegido un lugar cercano a algn yacimiento de material fisible; losaparatos detectores les mostrarn con rapidez e infalibilidad cul es la cadenamontaosa donde hay uranio.

    Se realiza el aterrizaje de acuerdo con el plan previsto. Nuestros cosmonautas descubren seres que elaboran herramientas de piedra; contemplan caceras con armas arrojadizas; divisan rebaos ovinos paciendo en la estepa, y los utensilios domsticos se reducen a alfarera primitiva. A decir verdad, un extrao panorama para nuestros astronautas.

    Pero, qu pensarn los primitivos habitantes de este planeta sobre elmonstruo recin llegado y las sorprendentes figuras a bordo de l? Hace 8.000anos, nosotros mismos, no lo olvidemos, todava ramos casi salvajes. Esperfectamente comprensible que, al presenciar tal acontecimiento, esas gentessemisalvajes hundan el rostro en tierra y no se atrevan a levantar la. mirada.Hasta este momento, se han inclinado siempre reverentes ante su sol y su luna.

    Pero, inesperadamente, les ocurre algo espantoso: i Los dioses descienden delfirmamento!Desde sus seguros escondites, los indgenas del planeta observan a nuestro

    s navegantes espaciales: stos se cubren la cabeza con raros objetosprovistos de pinchos (cascos y antenas); cunde asombro infinito entre elloscuando la noche se ilumina como si rayara el da (proyectores); al elevarse unode los intrusos en el aire sin aparente esfuerzo (cinturn-cohete), hay un estremecimiento general; todos se arrojan otra vez al suelo cuando aparecendesconocidos e inquietantes (animales) bufando, gruendo y aleteando(helicpteros, colchones neumticos, vehculos todo terreno) para alzarse, porfin, sobre sus recnditas cavernas; nuevos estremecimientos cuando tiemblan lasmontaas entre alarmantes rugidos y truenos (voladuras exploratorias). Laverdad es que para esos seres primitivos nuestros astronautas son dioses

    omnipotentes.Mientras los navegantes prosiguen su pesado y rutinario trabajo, se convo-car probablemente a los sacerdotes o hechiceros. Tras un intervalo razonable, se presenta una delegacin a aquel astronauta que esas gentes, con su instinto primitivo, han tomado por jefe. As, establecen su primer contacto con los dioses. Llevan consigo obsequios para honrar a los visitantes. Nuestros hombres, que entretanto han aprendido rpidamente el lenguaje indgena mediante un computador (cosa nada sorprendente), pueden darles las gracias por su hospitalidad. Ahora bien, es intil explicarles en su propia lengua que all nohay dios alguno, que no les visita ningn ser superior o digno de adoracin.Nuestros primitivos amigos se niegan a creerlo. Los cosmonautas llegan de otrosastros y poseen evidentemente un poder monstruoso, as como la facultad de obrarmilagros. i A todas luces, son dioses! Tampoco tiene sentido explicarles el

    funcionamiento de sus servicios. Todo ello desborda la imaginacin de esos seressorprendidos por tan pavoroso asalto.Pese a la increble acumulacin de sucesos ingobernables desde el desem-barq

    ue, se logr establecer los siguientes puntos de un plan concebido con mucha anticipacin:

    Se convence y adiestra a una parte de la poblacin con objeto de hacerle colaborar buscando en un crter volado con dinamita la materia fisiblenecesaria para el regreso a la Tierra.

    Se elige (rey) al ms inteligente de los indgenas. Como smbolo osten

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    sible de su poder recibe un receptor-transmisor radiofnico con el cualpodr alcanzar y hablar cuando quiera a los "dioses". Nuestros astronautas intentan ensearles las formas elementales de una vida civilizada y algunos principios morales, para posibilitar as el desarrollo de un orden social.

    Otro (pueblo) distinto ataca a nuestro grupo. Puesto que no se tienetodava la cantidad requerida de material fisible, se repele la agresin conarmas modernas, no sin hacer antes repetidas advertencias.

    Los navegantes espaciales fecundan a varias mujeres escogidas. Aspodr formarse una nueva raza que salve velozmente algunas etapas de la evolucin natural.

    Por experiencia propia y a la vista de nuestro desarrollo sabemos que esa nueva raza requerir largo tiempo para adouirir una capacitacin csmica. Por ello, antes de despegar hacia la Tierra, se dejarn indicios visibles e inteligibles para que -mucho ms tarde- puedan ser interpretados por una sociedad tecnolgica basada en las matemticas.

    Ser muy discutible todo intento de prevenir a nuestros protegidoscontra posibles peligros. Aun cuando les mostrramos las escenas cinematogr-ficas mscrueles de nuestros conflictos blicos y explosiones atmicas, nada

    impedira a los seres de ese planeta cometer las mismas locuras..., como nadaimpide a (casi) toda la Humanidad sapiente jugar, una y otra vez, con la llamadevoradora de la guerra.

    Mientras nuestra astronave se sumerge de nuevo en el brumoso Universo,nuestros amigos conferenciarn sobre el milagro (iSe nos han aparecido los dioses!"; lo traducirn a su tosco lenguaje, escribirn sagas que transmitirn ahijos e hijas, venerarn como reliquias sagradas los regalos, herramientas...,todo cuanto les dejaron los cosmonautas.

    Cuando nuestros amigos dominen la escritura, tal vez adjetivarn loocurrido as: inverosmil, inusitado, una verdadera maravilla. Entonces, seleer -y se ilustrar con dibujos que los dioses ataviados con vestiduras doradas llegaron all en una embarcacin voladora, que descendi con horrible estruendo. Se habl

    ar de carruajes conducidos por los dioses a travs de mares y estepas, se murmurar temerosamente sobre sus armas semejantes a rayos y se asegurar que prometieron regresar. Grabarn y esculpirn efigies de los extraos vistos otrora:

    Desmesurados gigantes, cubiertos con cascos de afilada punta, ycofres ante el pecho. Bolas sobre las que se sientan seres indefinibles para surcar con ellas los aires. Varas que despiden rayos como los de un sol. Una suertede carruajes semejantes a gigantescos insectos.

    La fantasa aplicada a esas representaciones grficas testimoniando lavisita de nuestra astronave no tiene lmites. Mas adelante, veremos en lastablas del pasado cules fueron las huellas que dejaron los "dioses" a su pasopor nuestra tierra durante la prehistoria.

    Es bastante fcil prever el desarrollo del planeta donde hicieron estancianuestros navegantes espaciales: los primitivos habitantes han observado multitudde cosas sacando de ellas el consiguiente provecho; el lugar donde estuvo estacionada la astronave ha sido declarado santuario, meta de peregrinos..., y all secantan las hazaas relizadas por los dioses. Se construyen pirmides y templos a imagen suya... y, naturalmente, de acuerdo con las leyes astronmicas. El pueblo se multiplica, hay guerras durante las cuales se arrasa el santuario de los dioses,y llegan otras generaciones que descubren la sagrada reliquia, la desentierran eintentan descifrar sus signos. Cualquiera puede averiguar lo que sigue en nuest

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    ros textos de Historia...Sin embargo, para llegar a la verdad histrica es preciso abrir en el

    bosque de interrogantes una vereda que nos conduzca hasta nuestro pasado.

    CAPITULO III

    Mapas cartogrficos trazados 11.000 aos atrs? Aerdromos prehistricos? -Pistas de aterrizaje para los "dioses"? - La ciudad ms antigua del globoterrqueo. - Cuando se fundi el mineral? - Al llegar el Diluvio. - Lamitologa de los sumerios. Huesos que no proceden de simios. - Aparentan todoslos dibujantes antiguos el mismo prurito?

    Recibieron nuestros antepasados alguna visita del Cosmos?Se basan ciertas materias de la arqueologa en falsas premisas?Hay tambin un ciclo eterno para el desarrollo de la inteligencia?

    Antes de dar cumplida respuesta a tales preguntas se requiere una nocin clara sobre la composicin y los fundamentos de nuestro pasado histrico. Diver-sas aportaciones culturales componen indirectamente nuestro pasado histrico. Grabados,escrituras antiqusimas, pinturas rupestres, leyendas y otros restos parecidos fu

    eron agrupados en un molde mental, es decir, una hiptesis prctica para el trabajo.Ese rompecabezas origin un mosaico decorativo e interesante... pero provenientede un molde mental preconcebido en el cual se procuraba encajar las diversas partes, aunque muchas veces con pegotes demasiado ostensibles de almciga. Debe de haber ocurrido de esta y de aquella manera, se deca. Eso es. Y, escucha: si se quiere, puede haber sido as, o as. Las dudas sobre cualquier modelo mental son legitimas, o, mejor an, necesarias, porque si no se especulara acerca de todo lo existente, la investigacin se extinguira. As, pues, nuestro pasado histrico es cierto slolativamente. Y si surgen nuevas facetas, hay que sustituir el viejo modelo mental con uno nuevo, por muy familiar que haya sido aqul. Parece llegada la hora de colocar un modelo mental innovador en el centro de nuestras investigaciones sobreel pasado.

    Las nuevas facetas justifican esa exigencia. Ya no nos es posible contem

    plar las cosas antiguas con ojos antiguos. Tal vez no hayan sido, comohemos supuesto hasta ahora, los comienzos de nuestra civilizacin ni el origende muchas religiones.

    Conocimientos inslitos sobre el sistema solar y el espacio interplaneta-rio, sobre el macrocosmos y el microcosmos, progreso inconmensurable en la tcnicay la Medicina, en la Biologa y la Geologa, iniciacin de los viajes espaciales..., todo ello y mucho ms ha transformado totalmente nuestraideologa universal en menos de cincuenta aos.

    Hoy sabemos que es posible confeccionar indumentarias espaciales cuya especial textura protege contra los fros y los calores extremos. Hoy sabemosque los viajes espaciales no son ya una nocin utpica. Conocemos el milagroconsumado de la televisin en color; asimismo, podemos calcular la velocidadde la luz y las consecuencias de la relatividad. Pero, acaso sabemos o barruntamo

    s que nuestra inteligencia no es ni mucho menos la unica del Cosmof?Acaso sabemos o barruntamos que pueden haber inteligencias ignotas cuyosconocimientos hace 10.000 aos hayan sido equivalentes a los nuestros de laactualidad?

    Nuestra congelada y casi idlica ideologa empieza a derretirse. Los nuevosmodelos mentales necesitan nuevos mdulos. As, por ejemplo, la arqueologa no deber sr en el futuro una mera cuestin de excavaciones. Nobastar una simple bsqueda y clasificacin de restos. Habr que alentar y atraer a otrs ciencias si se quiere componer un cuadro fiable de nuestro pasado.

    Desechemos, pues, todo temor y asommonos con sana curiosidad al mundo des

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    conocido de lo improbable. Intentemos apropiarnos de la herencia que nos legaronlos "dioses".

    En el ao 1929 se encontraron en el palacio Topkapi, en Estambul, mapasuniversales que tenan varios siglos de antiguedad y que haban pertenecido alalmirante Piri Reis, un oficial de la Marina turca. Estos mapas, que debi dehaber descubierto Piri Reis, un contemporneo de Cristbal Coln, en el Oriente,atrajeron, inmediatamente despus de conocerse su existencia, el inters demuchos cientficos.

    Numerosas instituciones pidieron facsmiles, entre ellas la BibliotecaNacional de Berln, que todava conserva en la actualidad los mapas de Piri Reisde la zona mediterrnea y de la del mar Muerto.

    Pero el valioso paquete de mapas de Piri Reis pronto cay en el olvido, hasta que en el ao 1956 fue entregado para su investigacin al cartgrafo americano M.I. Walters, del Departamento Hidrogrfico de la Marina de los Estados Unidos. Walters se dirigi, en busca de ayuda, a su amigo el ingeniero yarquelogo Arlington H. Mallery, conocido especialista sobre mapas terrestresantiguos. Mallery hizo el sensacional descubrimiento de que estos mapas sonexactos, y no solamente en lo que se refiere a las zonas del Mediterrneo y delma; Muerto. Las costas de Amrica del Norte y del Sur tambin estn dibujadascon la misma precisin que fue lo que ms asombr a Mallery-, as como loscontornos de la Antrtida. Pero no es esto todo: la topografa del interior deestas zonas tambin est reflejada con singular precisin; las cadenas demontaas, los picos, lagos, ros y altiplanicies estn diseados con absolutaexactitud

    Para tener una mayor seguridad, se entreg todo el material cartogrficoal padre jesuita Daniel L. Linehan, director del observatorio astronmico deWeston, para que llevara a cabo otra comprobacin, Despus de realizardetallados estudios, este investigador de la Antrtida confirm que los mapas en cuestin eran de una extraordinaria exactitud, incluso respecto a ciertas regiones apartadas hoy da.

    Hay que considerar que hasta 1952 no fueron descubiertas en la Antrtida cadenas montaosas que estn ya sealadas en los mapas de Reis, los ms recientes trabajs del profesor Charies H. Hapgood, as como los del matemtico Richard W. Strachan nos han suministrado una revelacin sobrecogedora. Dichos cientficos construyeron una rejilla de lectura y colocaron los antiguos mapas sobre un globo terrqueo.Sus investigaciones posteriores y las comparaciones con las fotografas modernastomadas por los satlites artificiales alrededor de nuestra esfera terrestre,

    confirmaron su sospecha de que el original de los mapas de Piri Reis debioseforzosamente a fotografas areas tomadas a grandes alturas. Cmo se puedeexplicar eso?

    Una astronave sobrevuela El Calro y orienta el objetivo de su cmara haciaabajo, verticalmente. Una vez revelado el negativo se nos ofrece el siguientecuadro: todo cuanto se encuentra en un radio de 8.000 kilmetros, ms o menos,bajo el objetivo fotogrfico aparece reproducido correctamente) pues se haya enlos planos verticales de la lente. Cuanto ms se aleja nuestra mirada del puntocentral, tanto ms desfigurados vemos los pases y continentes.

    Amoldndose a la forma esfrica de la Tierra, los continentes ms alejadosdel centro (se hunden hacia abajo). Por ejemplo, se ve Sudamrica con unasingular deformacin longitudinal, como es, justamente, el caso de los mapas de

    Piri Reis.Hay dos preguntas a las cuales se puede responder inmediatamente. Pareceincuestionable que esos mapas no los trazaron nuestros ascendientes. Sinembargo, es indudable que tal proyeccin cartogrfica desde el aire debi derequerir forzosamente los ms modernos recursos tcnicos.

    Cmo hemos de explicarlo? Deberemos contentarnos con la leyenda de quealgn dios los don a un sumo sacerdote? O ser mejor tomarlo a beneficio deinventario, minimizar el milagro, simplemente porque no encaja en nuestro cuadro

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    ideolgico? No parece preferible hurgar el avispero y afirmar: esa proyeccin cartogrica de nuestra esfera terrestre ha sido realizada por un avin volando a gran altura o una astronave?

    Desde luego, los mapas del almirante turco no son los originales, sino copias de de copias y consecutivamente de otras muchas ......... quienquiera quelos trazara muchos milenios atrs conoca necesariamente la navegacin area e incluso a aerofotografa.

    Seguramente tal afirmacin dejar estupefactos a muchos. iMapas antiqusi-mostomados fotogrficamente desde gran altura..! Es ste un pensamiento tan irracionalque es mejor dejarlo incompleto. Muchas veces, el ser humano parece temer que sedisipen las nieblas de su pasado. Cul es la causa?Le gustara tal vez vivir tranquilo y cmodo con su Sabiduria escolar?

    No lejos del mar, en las estribaciones de los Andes peruanos, se extiendeuna antigua ciudad llamada Nazca. Flanquean el valle de Palpa dos largas yestrechas mesetas, 60 kilmetros de longitud por 2 de anchura; ambas estnsembradas de peascos que semejan trozos de hierro herrumbroso. Les nativosdenominan pampa a esa comarca, aun cuando no se ve ni rastro de vegetacin. Siuno vuela sobre la llanura de Nazca divisar unas lneas gigantescas de trazogeomtrico; algunas corren paralelamente, otras se entrecruzan o dibujan grandesfiguras trapezoidales.

    La arqueologa dice que son carreteras incas...Absurda lgica. Para qu hubieran necesitado los incas carreteras

    paralelas y entrecruzadas cuyo trazado comienza y termina inopinadamente en una

    planicie?Desde luego, all encontramos tambin la tpica alfarera y cermica deNazca. Pero tales hallazgos no bastan para atribuir tambin esas lneasgeomtrica. mente ordenadas a la cultura de Nazca; ah se peca de excesivasimplificacin.

    Hasta 1952 no se emprendieron excavaciones metdicas en aquella regin. Noexiste ninguna cronologa consecuente que nos oriente sobre todo cuanto se encontr.Ahora se empieza a medir lneas y figuras. Los resultados corroboranla hiptesis de que esas lneas fueron trazadas con arreglo a planos astronmicos. Elprofesor Alden Mason, especialista en Antiguedad peruana, creever en su disposicin el smbolo de una religin o algo similar..., pero tambienpodra ser un calendario.

    A nosotros, esa llanura de Nazca, con sus 60 kilometros -vista desde el

    nos sugiere la idea de un aerdromo.Qu hay de abstruso en tal pensamiento?Naturalmente, ningn arquelogo de formacin universitaria querr admitir que u

    os cosmonautas desconocidos visitaron nuestra Tierra en aquel entonces. Elhombre avisado no se expone gustosamente al ridculo haciendo afirmacionestemerarias, aunque tambin concebibles. Vista desde este ngulo, la "investigacin" =saber nunca es posible mientras no se encuentre el objeto que se quiere investigar. Una vez hallado, se procede a limarlo y pulirlo hastahacer de l una piedrecilla manejable que -i ah, milagrosa sorpresa?. encajaperfectamente en el proverbial mosaico. La arqueologa clsica no acepta deninguna forma que los pueblos preincaicos pudieran poseer una tcnica topogrfica deprimer orden. La hiptesis de una aeronave sobrevolando, en plenaAntiguedad, nuestra Tierra, sera para ella pura charlatanera.

    Pero, qu finalidad tuvieron esas lneas de Nazca?A nuestro juicio, pudieron ser transportadas sobre su gigantesco plano medianteun modelo reducido sobre un sistema de coordenadas, o bien se las trazsiguiendo instrucciones transmitidas desde una aeronave. Hoy no se puede afirmartodava con certeza que la llanura de Nazca fuera antao un aerdromo. Nadieencontrar refuerzos de hierro, eso es seguro. Casi todos los metales se corroenen pocos aos, pero las piedras jams se corroen. No es absurdo suponer quedichas lneas fueron trazadas para guiar a los "dioses": i Posaos aqu! iTodoest preparado, como "ordenasteis"! Sospecharon siquiera esos constructores de

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    figuras geomtricas lo que estaban haciendo? Tal vez supieran lo que necesitabanlos "dioses" para aterrizar. En muchos lugares del Per encontramos dibujoscolosales en las grandes paredes rocosas que, incuestionablemente, seran muytiles como seales para cualquier ser proveniente de los aires. Cul podraser de otra forma su finalidad?

    En la baha de Pisco se ha esculpido una obra sumamente extraa entre losrojizos y abruptos acantilados. Viniendo del mar, distinguimos ya a veintekilmetros de distancia una inmensa figura que debe medir casi 250 metros. Sijugramos a las adivinanzas y preguntramos: "iEso parece un...!", habra que responder: "Esa talla semeja un monumental tridente o un gigantesco candelabro de tres brazos." Y en la columna central de esa ptrea forma se ha encontrado una larga cuerda. Cabe preguntarse si no habr servido como pndulo.

    A fuerza de informadores sinceros debemos confesar que no penetramos susignificado; simplemente, tanteamos a ciegas. El terminante y acomodaticiosistema mental no tolera los aditamentos plausibles..., con lo cual -no nosengaemos se tendr a mano un recurso u otro para escamotear tambin estefenmeno y hacerlo aparecer como por encanto en el gran mosaico de los mtodosanalticos empleados hasta ahora. Pero cules fueron las motivaciones de lospueblos preincaicos? Qu les indujo a trazar las fantsticas lneas las pistasde Nazca? Qu disparatada idea les movi a esculpir aquel jaln ptreo de 250metros en los rojizos acantilados al sur de Lima?

    Sin maquinaria ni herramientas modernas, la terminacin de tales obrasrequeriran varias dcadas. Habra sido una actividad por dems absurda si altrmino de tantos esfuerzos no se hubiese pretendido preparar seales para unos

    seres procedentes de grandes alturas. Queda por contestar una sugestivapregunta: Para qu trabajaron con tanto ahnco si desconocan absolutamente laexistencia de seres voladores?

    La identificacin de tales hallazgos no debe incumbir exclusivamente a losarquelogos. Un congreso cientfico cuyos participantes fueran especialistas endistintos campos de investigacin nos permitira acercarnos con toda seguridad ala solucin del enigma. Los coloquios y las controversias originaran sin dudaasociaciones de ideas muy esclarecedoras. El peligro de que la investigacin nopueda ofrecer jams conclusiones positivas reside en la tendencia a ridiculizary minimizar esos interrogantes. Astronautas en la nebulosa prehistoria?Pregunta descabellada para los cientficos de ctedra. Lo mejor seria enviar alpreguntn camino del psiquiatra.

    Pero las preguntas estn hechas. Gracias a Dios, toda pregunta tiene lafastidiosa propensin a fluctuar impertinentemente ante nosotros hasta quealguien d una respuesta satisfactoria. Y hay muchas preguntas descabelladas de idntica procedencia. Cmo reaccionaramos, por ejemplo si se nos pidiese una opinin sobrcierto calendario de pocas muy remotas donde apareciesen minuciosamente registrados los equinoccios, las estaciones astronmicas) lasposiciones de la Luna para cada hora, as como su movimiento de traslacin... sin olvidar por cierto, la rotacin de la Tierra?

    Pero, sa no es una pregunta ficticia ni temeraria. Dicho calendarioexiste. Fue hallado en los resecos lodazales de Tiahuanaco. Es un hallazgoacusador: proporciona hechos incontrovertibles y demuestra (soportar nuestro amorpropio tal demostracin?) que quienes idearon, compusieron y emplearon esecalendario posean una cultura superior a la nuestra.

    Los secretos bullen literalmente en Tiahuanaco. La ciudad est a 4.000 metros de altitud) y, por si ello fuera poco, en el fin del mando. Esconcebible que semejante lugar fuera cuna de una poderosa y antiqusima cultura?Partiendo desde Cuzco (Per) se alcanza la ciudad y sus ruinas tras un da detrayecto ferroviario y fluvial. La altiplanicie se nos antoja el paisaje dealgn planeta ignoto. Cualquier esfuerzo corporal es ana verdadera tortura parael visitante: all la presin atmosfrica es un cincuenta por ciento ms baja que al niel del mar y el aire contiene una proporcin mnima de oxigeno. Pese a todo, en aquella altiplanicie desoladora se alz antao una gigantesca ciudad.

    No hay ninguna transmisin documental fidedigna sobre Tiahuanaco. Tal vez

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    debamos alegrarnos de que aqu no se pueda llegar a una aclaracin documentadacon las muletas del doctrinarismo hereditario. Sobre aquellas ruinas, cuya edadno se ha podido determinar hasta ahora porque es incalculable, flotan loscelajes del pasado, de la nesciencia, del esoterismo.

    Cien toneladas de bloques calizos estn sobrepuestas a pilastras desesenta toneladas. Pulidas superficies con finsimas estras se alinean engigantesca sillera cuyos elementos se mantienen unidos mediante grapas decobre..., una curiosa novedad que no hemos encontrado hasta ahora en ningnmonumento antiguo. Adems, el trabajo de la piedra ha sido realizado con excepcional maestra. En los sillares de 10 toneladas encontramos grandes orificios (2,5 metros) cuya finalidad resulta hasta ahora inexplicable. Tampoco contribuye al esclarecimiento del enigma oculto en Tiahuanaco la gran baldosa saliente de una sola pieza y cinco metros de longitud. Diseminadas y revueltas por el suelo -tal vez como consecuencia de una catstrofe descomunal-) hay varias conducciones de aguahechas con piedra. Parecen juguetes esparcidos; miden 2 metros de longitud, 0,5de anchura y aproximadamente la misma altura. Estas piezas nos desconciertan por la precisin de su acabado. Acaso nuestros antepasados de Tiahuanaco no tenian msentretenimiento que el de pulimentar ao tras ao -y sin herramientas apropiadas- unas conducciones de tan rara perfeccin que, comparados con ellas, nuestros modernos viaductos parecen verdaderas chapuzas?

    En un patio restaurado hoy da se alzan anrquicamente muchas cabezasptreas que, examinadas a corta distancia, parecen presentar un conclave de lasrazas ms dispares: rostros con labios finos o protuberantes, con narices chataso aguileas, con orejas delicadas o carnudas, con facciones redondeadas o

    angulosas. Se ven incluso unos cascos muy extraos sobre algunas cabezas. Nonos traern esos bustos forneos e inslitos un mensaje que nosotros -paralizados por nuestra testarudez y parcialidad- no podemos o no queremosentender?

    Entre las maravillas arqueolgicas de Sudamrica ocupa un primer lugar lamonoltica Puerta del Sol en Tiahuanaco: una colosal escultura cincelada ycompuesta por un solo bloque. Mide tres metros de altura por cuatro de anchura.Se calcula que el grandioso monolito pesa ms de diez toneladas. Cuarenta y ochoformas cuadrangulares flanquean en tres hileras a una figura que representa a undios alado.

    Qu refiere la saga sobre esa misteriosa ciudad de Tiahuanaco?Nos habla de una nave area dorada que lleg de las estrellas; con ella vino

    una mujer -Orjana era su nombre- para cumplir la misin de donar su mater-nidad al mundo. Orjana tena solo cuatro dedos unidos entre si por membranas. La primeramadre, Orjana, pari setenta hijos terrestres y luego regres a las estrellas.

    En efecto, en las pinturas rupestres de Tiahuanaco encontramos representa-ciones de seres con cuatro dedos. Su- edad es incierta. Que nosotros sepamos,ningn ser humano de ninguna poca conocida ha visto Tiahuanaco cuando an no era unaruina.

    Qu arcano nos oculta esa ciudad? Qu mensaje de otros mundos aguarda enel altiplano boliviano la hora de su desentraamiento? Ni el principio ni el fin de esa cultura tienen una explicacin plausible. Desde luego, ello no es impedimento para que algunos arquelogos certifiquen, con gran audacia y aplomo,la edad de esas ruinas: 3.000 aos justos. Fundamentan su afirmacin con dos otres ridculas figurillas de barro que no pueden tener nada en comn con la poca de l

    os monolitos. El procedimiento resulta muy cmodo: basta con pegar unos fragmentosarcaicos, asociarlos a dos o tres culturas consonantes, aplicar una etiqueta alos hallazgos restaurados y..., i albricias!, todo coincide, una vez ms, maravillosamente, con el acreditado sistema mental.

    Sin duda, este mtodo es mucho ms simple que las innovaciones de unatcnica profusa o las aventuradas lucubraciones sobre cosmonautas en la mstenebrosa prehistoria. Esto complicarla la cuestin innecesariamente.

    No nos olvidemos de Sacsahuamn. No nos referimos aqu al fantsticobaluarte incaico, situado bajo la actual Cuzco, con sus bloques monolticos decien toneladas, ni a las murallas ciclpeas de quinientos metros de longitud y

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    dieciocho de altura en cuyas terrazas los turistas toman hoy da fotografassentimentales. Nos estamos refiriendo a la Sacsahuamn desconocida, a pocoskilmetros de la conocida fortaleza incaica.

    Nuestra fantasa no alcanza a imaginar cules fueron los recursos tcnicosde nuestros antepasados para arrebatar una roca monoltica de cien toneladas auna cantera, y transportarla hasta un lugar bastante alejado con el propsito delabrarla. Pero esa fantasa, bastante maltrecha pese a nuestros logros tcnicos,sufre un grave sobresalto cuando nos detenemos ante un bloque mucho mayor, mi monstruo de 20.000 toneladas, segn clculos aproximados. Cuando emprendemos el regreso desde la fortaleza incaica, encontramos ese coloso a pocos centenares de metros sobre la ladera de un crter: un bloque ptreo similar, por sus dimensiones, a unacasa de cuatro plantas. Est labrado con impecable habilidad artesana, tiene escalinatas y rampas, y est provisto de espirales y orificios. Sera una insensatez afirmar que la labra de esa inaudita masa ptrea no fue obra de los incas durante susratos libres, sino ms bien un dispositivo para servir ciertos fines por ahora indescifrables? Para que la solucin del acertijo no nos resulte demasiado fcil, el ingente bloque est cabeza abajo, es decir, la base ms ancha arriba, con lo cual lasescalinatas estn invertidas; los orificios parecen impactos de granada y estn orientados en distintas direcciones; extraas hendiduras, cuyas formas guardan ciertasemejanza con sillones modernos, parecen colgar de cuerdas invisibles en los espacios interio-res. Es imaginable que manos humanas y energa humana hayan desprendido, transportado y labrado ese bloque? Qu fuerza lo impuls? Qu fuerzas titnicas vinieron ah?Y con qu finalidad?

    Estupefactos todava tras ese espectculo, encontramos ms all, a

    escasamente trescientos metros, unas rocas vitrificadas, vitrificaciones queslo pueden ser posibles mediante la fusin de piedras a temperaturas muyelevadas. El atnito viajero recibe sobre la marcha una aclaracin lapidaria:esas rocas han sido pulidas por las avalanchas del glaciar durante el deshielo.Absurda explicacin!. Al derretirse, un glaciar se deslizara lgicamente por elplano inclinado. Adems, esa propiedad de la materia es casi inalterable, una vezconcluida la cristalizacin. Sea como fuere, resulta difcil creer que elglaciar afluyera por seis direcciones distintas a una superficie de 15.000metros cuadrados.

    Sacsahuamn y Tiahuanaco encierran una pltora de secretos prehistricossobre los cuales se han dado numerosas explicaciones, si bien superficialestodas ellas y nada convincentes. Por cierto, que tambin encontramos arenavitrificada en el desierto de Gobi y junto a las excavaciones arqueolgicas iraques

    . Quin sabra explicarnos por qu se parecen esas arenas vitrificadas a las que han aarecido en el desierto de Nevada tras las explosiones atmicas experimentales?Quiere alguien aportar una contribucin decisiva al esclarecimiento

    consistente del enigma prehistrico? En Tiahuanaco vemos unas colinas deformacin anormal cuyos (techos) presentan superficies totalmente planas de4.000 metros cuadrados. Con toda probabilidad, se ocultan bajo ellas recintos yviviendas. Hasta ahora no se ha emprendido ninguna excavacin en esa cadena decolinas, Ningn zapapico se ha clavado all para desenterrar el secreto. Desdeluego, el dinero escasea. Sin embargo, el visitante ve con frecuencia soldadosy oficiales que aparentemente no saben cmo matar el tiempo. Sera demasiadoextravagante destacar all una compaa bajo direccin tcnica para Iniciar lasexcavaciones?

    Cuntos empleos no se darn al dinero en el mundo! Las investigaciones

    son realmente apremiantes para el futuro. Mientras no se corra el velo denuestro pasado, permanecer abierta una brecha en los clculos sobre el futuro:acaso no puede ayudarnos el pasado a hallar ciertas soluciones tcnicas?Entonces, stas no requeriran laboriosas investigaciones, puesto que ya habransido resueltas en pocas pretritas.

    Si el afn por descubrir nuestro pasado no fuera un acicate suficientepara la investigacin moderna e intensiva, podra intervenir -posiblemente conenorme eficacia- la regla de clculo. Sea como fuere, hasta ahora no se haexigido a ningn cientifico que se traslade con los instrumentos ms modernos aTiahuanaco o a Sacsahuamn, que explore el desierto de Gobi o las legendarias

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    Sodoma y Gomorra empleando las radiaciones. Los textos cuneiformes y las tablasde Ur, todos los libros ms antiguos de la Humanidad, informan sin excepcinsobre "dioses" que surcaron los cielos con barcas, sobre "dioses" que llegaronde las estrellas esgrimiendo horribles armas y luego regresaron a las estrellas.Por qu no buscamos a esos "dioses" antiguos? Nuestra radioastronoma envaseales al Cosmos e intenta captar tambin seales de inteligencias exticas.Pues bien, por qu no buscamos primero, o al mismo tiempo, las huellas de esas inteligencias exticas en un lugar mucho ms cercano: nuestra propia Tierra? Y conste que no andaremos a ciegas entre tenebrosas sombras...: existen huellas significativas.

    All por el ao 2300 antes de nuestra Era, los sumerios empezaron a glosar el glorioso pasado de su pueblo. Hoy da, an ignoramos de dnde provino ese pueblo. Noobstante, sabemos que los sumerios aportaron una cultura superiory consistente que impusieron a los semitas, todava brbaros en aquel entonces. Tambin sabemos que buscaron siempre los dioses en las cumbres, y que, si no habla montaas en sus colonias, levantaban una (artificial) sobre el llano. Su astronoma adouiri increble desarrollo; sus observatorios consiguieron calcular la lunacin con una diferencia de slo 0,4 segundos respecto a los clculos actuales. No slo nos legaron la fabulosa epopeya de Gilgams -sobre la cual hablaremos ms adelante, sino tambinun recuerdo pequeo, pero sensacional y autntico: en la colina de Kujundschik (laantigua Ninive) se encontr un clculo cuyo resultado final, traducido a nuestra numeracin, era de 195.955200.000.00O, es decir, una cantidad de quince cifras! los padres de nuestra cultura occidental tantas veces citada y prolijamente investiga

    da, los familiares y sagaces griegos, no pasaron de la cifra 10.000 cuando ms brillaba su sabidura. Calificaron simplemente de infinito todo cuanto excediera a ella.

    Los antiguos textos cuneiformes atribuyen a los sumerios una longevidadfantstica. Los diez primeros reyes gobernaron en total durante 456.000 aos, ylos veintitrs reyes que (tras el Diluvio universal, tuvieron serias dificultadescon la reconstruccin, consiguieron, no obstante, establecer laduracin de su reinado en 245l0 aos, 3 meses y 3 1/2 das.

    Cronologa incomprensible para nosotros, si bien los nombres de muchossoberanos aparecen limpiamente escritos en ladrillos y monedas. Una larga listapara la eternidad.

    Qu les parecera si nos atrevisemos tambin aqu a quitarnos lasanteojeras para mirar con ojos nuevos y actuales las cosas antiguas?

    Supongamos que unos astronautas extraterrestres hubiesen visitado el territorio sumerio muchos milenios atrs. Aceptemos que hubiesen enseado los principios de la civilizacin y la cultura a los sumerios para emprender el regreso hacia su planeta tras esa ayuda cultural. Supongamos que la curiosidad les hubiese hecho visitar cada cien "aos-tierra" aquel lugar con objeto de revisar su tarea precursora y comprobar si la semilla daba fruto.Con arreglo a la duracin media de la vida actualmente, los astronautas hubieranpodido vivir sin dificultad durante 500 "aos tierra". No es cierto? Segndemuestra la relatividad, mientras realizasen su viaje de ida y vuelta en unanave espacial cuya traslacin apenas fuese perceptible a la velocidad de la luz,los astronautas habran envejecido ms o menos 40 aos. Al paso del tiempo, losretrasados sumerios construyeron torres, pirmides y cmodas viviendas, ofrendaron sacrificios a sus "dioses" y esperaron una nueva visita. Y al cabo de

    cien "aos-tierra" sus patrocinadores regresaron como haban prometido. (Yentonces lleg el Diluvio, y tras el Diluvio descendi una vez ms la realezadesde los cielos...", se lee en un escrito cuneiforme sumerio.

    Cmo imaginaron y representaron los sumerios a sus "dioses"? La mitologasumeria y algunas tablas e imgenes acadias nos dan la clave. Los dioses sume-riosno tenan forma humana; cada smbolo divino estaba vinculado con una estrella. En diversas pictografas acadias las estrellas estn dispuestas talcomo las representamos hoy nosotros. Lo ms notable es, sin embargo, que en tornoa esas estrellas hay planetas de distintas magnitudes. Cmo pudieronaveriguar los sumerios, sin nuestra tcnica para la observacin astronmica, que

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    una estrella fija tiene planetas? Hay bosquejos donde se ven personas conestrellas sobre la cabeza, Otras cabalgando en objetos esferoides con alas. Unade las representaciones nos sugiere a primera vista la asociacin con un modelode tomo: un crculo de esferas contrapuestas que emiten rayos alternativamente.Ningun abismo es tan amedrentador. Ningn cielo es tan maravilloso como el legadosumerio repleto de preguntas, enigmas y signos inquietantes, si unoprocura mirarlo con "ojos espaciales".

    He aqu unas cuantas curiosidades de la misma zona geogrfica:

    * Dibujos de espirales en Geoy Tepe, una verdadera rareza hace 6.000 aos!* Una planta productora de pedernal en Gar Kobeh, cuya edad se calcula en 40.000aos.* Se hace el mismo hallazgo en Baradostin: 30.000 aos de edad* Figuras, cenotaos y herramientas de piedra en Tepe Asiab, a las que se atribuyen 13.000 aos.* En el mismo lugar se encontraron excrementos petrificados que posiblemente noson de origen humano.* En Karim Schahir se hallaron herramientas y unas tijeras de piedra* Hachas de mano y otras herramientas aparecieron en Barda Balka.* En la cueva de Schandiar se encontraron los esqueletos de varios hombres adultos y un nio. Su poca se remonta (segn el mtodo del carbono l4) a unos45.000 aos antes de nuestra Era.

    Podramos aadir a esta lista otras muchas similares, y cada dato

    corroborara la afirmacin de que en el sector geogrfico sumerio viva hace40.000 aos, ms o menos, una mezcolanza de hombres primitivos. Sbitamente, ypor razones hasta ahora inexplicables, los sumerios dieron a conocer suastronoma, su cultura y su tcnica.

    Por ahora, las deducciones sobre una temprana presencia. de visitantesextraterrestres son pura especulacin. Slo cabe imaginar que los "dioses"aparecieron ante los semisalvajes del territorio sumerio, los congregaron a sualrededor y les ensearon parte de sus conocimientos. Las figurillas y estatuasque nos miran hoy fijamente desde sus vitrinas de museo revelan una notablemezcla racial: ojos protuberantes, frentes abultadas, labios finos y, por logeneral, narices rectas y muy largas. Un cuadro que incluso encaja mal, casi sedira psimamente, en el esquemtico sistema mental y su nocin del hombre primitivo.

    Visitantes del Cosmos en la tenebrosa prehistoria?

    En el Ubatio, hay unas rocas vtreas llamadas tectitas, en las queel doctor americano Stair descubri el istopo radiactivo del aluminio.

    En Iraq y Egipto se hallaron lentes talladas que hoy da slo sepueden elaborar empleando el xido de cesio, para obtener el cual se requierenmtodos electroqumicos

    En Heluan se conserva un trozo de pao, un tejido tan sutil ydelicado que hoy da slo puede imitarlo y fabricarlo una fbrica especializadacon gran despliegue de recursos tcnicos.

    En el Museo de Bagdad se conservan bateras elctricas secas quetrabajan segn el principio galvnico.

    En la misma institucin podemos admirar elementos elctricos conelectrodos de cobre y un electrolito desconocido.

    La Universidad de Londres posee en su departamento egipcio un huesoprehistrico que ha sido amputado por la articulacin de la mano derecha con unatcnica depurada.

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    En Kohistan, regin montaosa de Asia Menor, hay una pinturarupestre que reproduce las posiciones exactas de los astros tomadas a cieloabierto hace 10.000 aos. Venus y la Tierra estn unidos por varias lneas.

    En la altiplanicie peruana se hallaron diversos ornamentos deplatino.

    En una sepultura de Chou-Chou (china) hay un cinto compuesto poralgunas partes de aluminio.

    En Nueva Delhi hay una flecha antigua de hierro que no contienefsforo ni azufre y, sin embargo, permanece intacta bajo las inclemencias deltiempo.

    Esa mezcolanza de "imposibilidades" debera producirnos curiosidad eInquietud. Cuales fueron los medios, cual el poder intuitivo de aquellos toscos caverncolas para dibujar los astros en sus posiciones exactas? Cual fue el taller de precisin donde se tallaron unas lentes tan perfectas? Cmo selogr fundir y modelar el platino si se considera que la fusin de este metalnoble requiere por lo pronto temperaturas superiores a los 18OO grados? Y cmo se obtuvo el aluminio, un cuerpo que se separa de la bauxita mediante complicadas operaciones?

    Preguntas sin respuesta posible, lo admitimos. Pero, acaso no debemos

    formularias? Si no queremos acertar o conceder que antes de nuestra culturaotra superior, que antes de nuestra tcnica hubo otra no menos perfecta,deberemos afrontar la hiptesis sobre los visitantes csmicos. Mientras laarqueologa se comporte como ha hecho hasta ahora, apenas tendremos posibilidadde averiguar si nuestra griscea Antiguedad fue realmente gris... Habr sido,tal vez, luminosa...?

    Un ao, arqueolgico utpico est al llegar. En ese ao particular, losarquelogos, fsicos, qumicos, gelogos, y todas las ramas afines a esasciencias, deberan ocuparse exclusivamente de una cuestin: Recibieronnuestros antepasados alguna visita del Cosmos?

    Por ejemplo, un metalrgico podra explicar esquemticamente a un arque-logo cse obtiene el aluminio para mostrar lo complicado de la operacin. No es lgico pensar que un fsico reconozca instantneamente una frmula cuando la vea ms o menos difus

    en una pintura rupestre? Un qumico, con sus formidables elementos de trabajo, podra tal vez dilucidar si los obeliscos han sido separa-dos de la masa rocosa mediante simples cuas de madera o con cidos desconoci-dos. EJ gelogo nos es deudor de no pocas respuestas a la pregunta: Qu est omitiendo con ciertos sedimentos de los perodos glaciales?Entre los contingentes de ese utpico ao arqueolgico figurara tambin, como es fcilner, un equipo de buceadores que buscaran en el mar Muerto rastros radiactivos deuna problemtica explosin atmica sobre Sodoma y Gomorra. Por qu son secretas las Biotecas ms antiguas del mundo? Digmoslo claramente: Ou inspira tanto temor? Es la ocupacin de que una verdad oculta y preservada celosamente durante muchos milenios salga a la luz?

    Investigacin y progreso son dos fuerzas incontenibles. Durante 4.000aos, los egipcios tuvieron a sus "dioses" por seres reales. En la Edad Media,

    nosotros, llenos de ardiente fanatismo, llevamos (brujas) a la hoguera. Lapresuncin de los intelectivos griegos sobre su capacidad para predecir elfuturo examinando el estmago de un ganso, resulta tan rancia y caduca como lainsistencia de los eternos nostlgicos en atribuir tal o cual virtud importanteal nacionalismo.

    Necesitamos corregir un sinfn de errores del pasado. El aplomo de quesolemos hacer gala es pura apariencia, una forma benigna de la obcecacinpatolgica. Todava reina sobre la mesa burocrtica el demencial criterio de queun hombre "serio" no debe -o no puede- atender a una cosa nueva mientras no hayapruebas fehacientes.

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    As, todo nos resulta ms sencillo y cmodo. Antao, quien intentarasugerir un pensamiento innovador e indito deba contar con menosprecios ypersecuciones de la curia y de los colegas. Ahora no hay tanta rigurosidad, sepensar, todo se ha simplificado. Ya no hay excomuniones ni se prende fuego alas piras. Ciertamente, los mtodos de nuestro tiempo son menos espectaculares,pero no han perdido nada de su fuerza retrgrada. Hoy se procede con ms sigiloy mucha ms elegancia. Se pronuncian killerphrases, como dicen los americanos,para sofocar y congelar las hiptesis y los pensamientos indeciblemente osados.Oportunidades hay muchas:

    Eso contradice los estatutos. (Tanto mejor!)Eso es poco tradicional. (Impone positivamente.)

    Eso es demasiado radical. (En sus incomparables efectos disuasivos.)

    Eso no lo admiten las universidades. (Convincente.)Eso lo han intentado ya otros. (Sin duda. Pero, con xito?)No le vemos sentido alguno. (Mayor razn para llevarlo adelante.)Eso lo prohibe la religin (Qu se puede reponder?)Eso no ha sido demostrado todava. (Quod erat demostrandum!)

    -La sana razn humana -clam hace quinientos aos un cientfico ante eltribunal- nos dice que la Tierra no puede ser redonda en modo alguno, porque,silo fuera, los habitantes de la mitad inferior caeran al vaco.

    -En Ningn pasaje de la Biblia -dijo otro- leemos que la Tierra gire

    alrededor del Sol. Por lo tanto, tal afirmacin es diablica.Parece como si la ofuscacin precediera siempre al comienzo de una nuevaideologa universal. Con todo, en los umbrales del siglo XXI, el intelectoinvestigador debe prepararse para afrontar las ms fantsticas realidades. Locorresponde revisar laboriosamente leyes y conocimientos considerados como tabdurante largos siglos, a fin de sustituirlos con otros innovadores, si bienlitigiosos por ahora. Ojal que una guardia de premios Nobel decida encauzaresa nueva corriente intelectiva! Entonces se podr conquistar en nombre de laverdad, como smbolo de realidad, un nuevo mundo contra todos los doctrinarios.Hace escasamente veinte aos, quien hablase de satlites artificiales en loscrculos cientficos cometa una especie de suicidio acadmico. Hoy, cuerposcelestes artificiales, es decir, satlites, giran alrededor del Sol, tomanfotografas de Marte, se posan suavemente sobre la Luna y Venus, toman con sus

    cmaras (tursticas) magnificas fotos del extico paisaje y las transmiten a laTierra mediante sistemas radiotcnicos. Cuando, en la primavera de 1965, serecibi por vez primera una fotografa de Marte se efectu esa transmisin conuna fuerza de 0,00000000000 00001 vatios, potencia de una tenuidad casiinconcebible.

    Sin embargo, NADA puede ser ms concebible. La palabra "imposible" debellegar a ser literalmente imposible para el investigador moderno. Quin no colabore hoy, sucumbir maana bajo el peso de la realidad.Aferrmonos pues, a nuestra hiptesis: en poca muy remota, astronautas de planetas exicos han visitado la Tierra. Sabemos que nuestros cndidos y primitivos, antepasados no supieron qu hacer con la tcnica superior de los astronautas. Se limitaron aadorarlos como si fueran "dioses" procedentes de otras estrellas, y los astronautas no tuvieron ms remedio que aceptar esa adoracin..., por cierto un homenaje par

    a el cual deben prepararse mentalmente nuestros cosmonautas, pues tal vez se lesvenere tambin el da demaana en algn planeta desconocido.

    Algunas partes de nuestra Tierra estn habitadas, an hoy, por seresprimitivos, quienes tienen la ametralladora por un arma demonaca. Siendo as, no verquiz tambin en el avin a reaccin un vehculo angelical? No escucharn la voz de en el receptor radiofnico? Asimismo, esos ltimos hombres primitivos transmiten deuna generacin a otra, con absoluta ingenuidad e inocencia, las impresiones producidas por unas realizaciones tcnicas que paranosotros son moneda corriente. Todavia reproducen con mano torpe sus divinidades

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    sobre murallones y cavernas, sin olvidar esas maravillosas naves utilizadas parael traslado desde los cielos. De hecho, los salvajes han mantenido la llamasagrada de lo que hoy da buscamos.

    Pinturas rupestres en Kohistan, Francia, Norteamrica y Rhodesia del Sur,en el Sahara y Per, e incluso en Chile..., todas ellas estn sobre la directrizde nuestra hiptesis. Henri Lothe, investigador francs, descubri en Tassili(Sahara) varios centenares de paredes pintadas con millares de animales yfiguras humanas, entre stas algunas ataviadas con elegantes vestiduras queempuan cetros provistos de indescriptibles cajas cuadrangulares. Junto a losanimales pintados aparece ante el estupefacto observador un extrao ser vestidocon algo as como un traje de buceador. El gran dios marciano -as bautiz Lotheal gigantesco dibujo meda seis metros de altura; pero el "salvaje" que nos loleg no pudo haber sido tan primitivo como hubiramos deseado para que todo seajustara sin fisuras al viejo sistema mental. Porque, evidentemente, el "salvaje" necesito poseer un singular bagaje de conocimientos prcticos para poder dibujarsu figura con la adecuada perspectiva, ya que en los ltimos milenios el nivel cultural de esas cavernas no ha experimentado cambio alguno. A nosotros nos parece, sin forzar excepcionalmente la imaginacin, que el gran dios marciano est representado con un traje espacial o de buceador. Sobre sus desmesurados y redondeadoshombros descansa un casco, unido al tronco por una especie de articulaciones. Enlos lugares donde deberan estar boca y nariz, el casco presenta vanas ranuras. Lgicamente, uno lo atribuira sin vacilar a la casualidad o a la fantasa pictrica del

    prehistrico (artista). Pero sucede que en Tassili encontramos varias de esas rechonchas figuras igualmente equipadas, y en Estados Unidos (regin de Tulare, California) se han hallado pinturas similares sobre diversas paredes rocosas.

    Como queremos abordar este asunto con absoluta liberalidad, estamos dispuestos a admitir que esos primitivos fueran gentes inhbiles y reprodujerandichas figuras de forma bastante desafortunada. Pero, siendo as, por qu esosmismos caverncolas representaron a la perfeccin ciervos y seres humanosordinarios? De ah nos parece razonable inferir que los (artistas) fueronabsolutamente capaces de reproducir cuanto velan. En Inyo County (California)hay una pintura rupestre donde se ve una figura geomtrica fcilmenteidentificable -sin extravagancia maniaca como un baco logstico. Laarqueologa opina que es un smbolo divino.

    En una cermica procedente de Siyalk (Irn) destaca un animal de raza

    desconocida con descomunales cuernos rectos como husos. Y por qu no?, diremos.Pero ambos cuernos tienen a izquierda y derecha cinco espirales. Si imaginamosdos varas con grandes aisladores de porcelana, tendremos una idea aproximada deldibujo. Que dice a eso la arqueologa? Es muy simple: se trata de una alegoradivinizada. Los dioses son muy valiosos, se suele atribuir mucho -y todo turbiamente, sin excepcin- a su esotrica incorporeidad En el terrenode lo indemostrable se vive pacficamente. Cada estatuilla que se encuentra,cada objeto antiguo que se restaura, cada figura en fragmentos que se recompone,pasa a formar parte sin demora de alguna religin arcaica. Ahora bien, si una cosa no encaja en niguna religin existente a despecho de denodados esfuerzos..., entonces surge, como un conejo de la chistera, un nuevo y an ms disparatado culto antiguo. Suma y sigue.

    Pero preguntmonos ahora si los frescos de Tassili, o los de Estados Unidos o Francia reproducen realmente lo que ha visto el hombre primitivo. Qurespuesta deberamos dar si las espirales de esas varas representaranverdaderamente antenas tal como las vio el primitivo entre los "dioses"exticos? O es que una cosa no puede ser cuando no se quiere que sea? Despusde todo, un "salvaje" dotado de tales facultades pictricas no pudo haber sidotan salvaje. La dama blanca, esa famosa pintura rupestre de Brandberg(Sudfrica), podra pasar por una obra del siglo xx: pullover de manga corta,pantalones muy ceidos a la piel, guantes, ligas y zapatillas. La dama no estsola; tras ella se alza un individuo enjuto que empua una vara con extraas

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    pas y se cubre la cabeza con un complicado casco provisto de visera. Comopintura moderna tendra general aceptacin. Lstima que est plasmada sobre lapared de una caverna.

    Todos los dioses representados en las pinturas rupestres de Suecia yNoruega visten uniforme y tienen unas cabezas indefinibles. Testas de animal,dicen los arquelogos. No parece un contrasentido adorar a un "dios" ysacrificarlo o devorarlo simultneamente? Con frecuencia, vemos naves aladas y,con mayor frecuencia an, antenas inconfundibles.

    En Val Camonica (Brescia, Italia) encontramos de nuevo figuras que lucentrajes ampulosos y, lo que es ms irritante, tambin cuernos. Queremosmostrarnos liberales, pero no hasta el extremo de afirmar que los caverncolasitalianos debieron haber viajado continuamente entre Norteamrica o Suecia, y elSahara o Ciudad Real (Espaa), y viceversa, para divulgar sus talentos y suprogreso. Queda, pues, fluctuante ante nosotros la incmoda pregunta: Por qupintaron los primitivos con absoluta espontaneidad e independencia entre s,figuras de ampulosa indumentaria y antenas en la cabeza?

    No diramos ni una palabra acerca de esa Inexplicable rareza si se hubieradado un solo caso en el mundo. Lo cierto es que la encontramos casi por todaspartes.

    En cuanto echamos la mirada hacia el pasado y complementamos la fantasacon los recursos de nuestra era tcnica, empiezan a descorrerse los velos que loentenebrecen. Un anlisis de libros sagrados antiqusimos nos ayuda, por

    aadidura, a presentar nuestra hiptesis bajo un aspecto tan real y concebible,que la investigacin del pasado no podr sustraerse por ms tiempo a tantaspreguntas revolucionarias.

    CAPITULO IV

    La Biblia est en lo cierto. - Se atuvo Dios al tiempo? - El Arca delTestamento estaba cargada elctricamente - Vehculos para todo terrenoutilizados por los "dioses" en las arenas desrticas. - El Diluvio universal fueun acto preconcebido. - Por que exigieron los - "dioses" determinados metales?

    la Biblia est llena de secretos y contradicciones. Su Gnesis comienzacon la creacin de la Tierra, cuya descripcin geolgca es exacta. Sin embargo,cmo saba el cronista que los minerales precedieron a las plantas y lasplantas a los animales?

    (Hagamos al Hombre a nuestra imagen y semejanza...), dios en el Libro 1de

    Moiss. Por qu habla Dios en plural? Por qu dice "nuestra" y no "mi"? Cabesuponer que el Dios nico hablara a los hombres en la primera persona delsingular, no en plural.

    (Pero cuando los hombres empezaron a multiplicarse sobre la Tierra ytuvieron hijas, viendo los hijos de Dios que las hijas de los hombres eranhermosas, tomaron de entre ellas por mujeres las que bien quisieron,) (Moiss,Libro 1, 6, dcli al 2).

    Quines fueron esos hijos de Dios que tomaron por esposas a las muchachasterrestres? Alguien puede responder a esta pregunta? El antiguo Israel tena unDios nico e intangible. De dnde procedan, pues, los "hijos de Dios"?

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    (Por aquella poca -y tambin posteriormente-, cuando los hijos de Dios seunieron a las hijas de los hombres y stas les dieron descendencia, llegaron losgigantes a la Tierra. Son los esforzados varones de los primeros tiempos, loshroes famosos.) (Moiss, Libro 1, 6, 4).

    Ah reaparecen los hijos de Dios, los que se mezclan con los hombres.Tambin se habla ah por primera vez de gigantes. Los (gigantes) surgen portodas partes: en las mitologas orientales y occidentales, en las sagas deTiahuanaco y en los poemas picos esquimales. Los (gigantes) desfilan comoespectros por casi todos los libros antiguos. Siendo as, debemos darlescrdito. Qu clase humana fueron esos gigantes)? Fueron nuestros antepasados quienes onstruyeron colosales monumentos y desplazaron grandes monolitos como si jugaran, o fueron cosmonautas de otra estrella con amplios conocimientos tcnicos? Una cosa es incontestable: la Biblia habla de "gigantes", los describe como "hijos deDios", y estos "hijos de Dios" se mezclan y multiplican con las hijas de los hombres.

    Moiss nos transmite en el Libro 1, 19, 1 un circunstanciado y emocionanteinforme sobre la catstrofe de Sodoma y Gomorra. Si confrontamos nuestros conocimientos con dicha descripcin, no apreciaremos ni una sola discrepancia:

    Entonces, llegaron hacia el atardecer dos ngeles a Sodoma, cuando el patriarca Lot estaba sentado ante las puertas de la ciudad. Evidentemente, Lot esperaba a esos ngeles que se identificaron bien pronto como hombres, pues Lot los reconoci en el acto y les invit con hospitalidad a pernoctar en su casa.

    Los perversos de la ciudad, refiere la Biblia, quisieron "disfrutar" de

    los recin llegados. Sin embargo, ambos extranjeros sofocaron con un solo ademnla salacidad de los playboys indgenas: los perturbadores fueron fulminados.Los ngeles -segn Moiss, 1, 19, del 2 al 14 exigieron con apremio de

    Lot, su mujer, sus hijos e hijas, sus yernos y nueras, el abandono urgente de laciudad, pues -ellos tenan buenas razones para saberlo- la ciudad seraaniquilada en breve. La familia no dio mucho crdito a tan extraa exortacin y tom too aquello por tina broma pesada del patriarca Lot. Leamos las palabrastextuales de Moiss:

    "Cuando amaneci, los ngeles dieron prisa a Lot y dijeron: "Levanta, tomatu mujer y tus dos bijas, las que estn aqu, para que no te arrebaten los pecadas de esta ciudad." Como l titubeara todava, los hombres lo tomaron de lamano, y a su mujer y a sus dos hijas -porque el Seor quiso dispensarlo, lo

    condujeron afuera y lo llevaron hasta el exterior de la ciudad. Cuando lossacaron de all, habl el ngel: "Slvate! Te va la vida! No mires atrs nite detengas en ningn lugar del contorno! Refgiate en la montaa para noverte arrebatado por el mal! Aprisa, refugiate all, pues yo no puedo hacernada hasta que t hayas llegado!"

    De este relato se infiere, sin lugar a dudas, que ambos extraos, losngeles, posean un poder desconocido para los habitantes del lugar. Tambinda que pensar esa sugerente urgencia, esa prisa por alejar cuanto antes a lafamilia Lot. Cuando el patriarca vacil, los dos le cogieron las manos y tiraronde l. Debi de haber sido cuestin de minutos. Segn le ordenaron, Lot deberadirigirse hacia la montaa sin mirar atrs. Sin embargo, el patriarca Lot noparece haber tenido una confianza ilimitada en los ngeles, pues osa hacerrepetidas objeciones: (...pero yo no puedo encontrar salvacin en la montaa;

    all me puede alcanzar tambin la perdicin y hacerme morir...) Poco despus,los ngeles manifiestan que si no les obedece, ellos no podrn hacer nada por l.Qu ocurri realmente en Sodoma? Es imposible imaginar que el

    Todopoderoso se atuviera a un plan cronolgico. Por qu, entonces, esa prisa desus ngeles? No sera que el aniquilamiento de la ciudad por una fuerza uotra estaba calculado al minuto? No habra comenzado ya la countdown (1) conconocimiento de los (ngeles)? En tal caso, el trmino fatal habra sidoinaplazable Es que no hubo ningn otro mtodo ms sencillo para poner. a salvola familia Lot? Qu necesidad tena de vagar sin rumbe por las montanas? Y,sobre todo por qu no deba mirar ni una vez hacia atrs?

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    Preguntas irreverentes acerca de una cuestin seria, lo reconocemos. Sinembargo, desde el lanzamiento de dos bombas atmicas sobre el Japn sabemoscules son los daos que ocasiona semejante artilugio, sabemos que las vidashumanas expuestas directamente a su radiacin se extinguen o enferman de formaincurable. Empleemos, por un momento, el mtodo deductivo: una explosin nucleardestruy Sodoma y Gomorra de acuerdo con ciertos planes, es decir, un actopreconcebido. Tal vez quisieran los ngeles -seguimos especulando- destruirsimplemente un material fisible peligroso, aunque tambin, con toda seguridad,extirpar de paso una ralea humana que les desagradaba en grado sumo. Quienquisiera escapar -como la familia Lot-, debera buscar la montaa y mantenerse avarios kilmetros del Centro de la explosin: como es sabido, una pared rocosaabsorbe las violentas y peligrosas radiaciones. SI..., y quin no lo saba? Lamujer de Lot, que gir sobre s misma y mir de hito en hito al sol atmico. Dehaber sido as, a nadie podr sorprender que muriera intantneamente. (Mas elSeor hizo caer una lluvia de azogue y fuego sobre Sodoma y Gomorra...)

    Y la crnica del cataclismo termina as en el libro mosaico (1, 19, del 7al 28):

    "Al alba de la maana siguiente, Abraham se encamin hacia el lugar dondese le apareciera el Seor y dej caer la mirada sobre Sodoma y Gomorra y todo elpas circundante. All, vio ascender humaredas de la tierra como la humareda deuna hornaza.)

    Quisiramos ser tan creyentes como nuestros mayores; ciertamente, somosmenos crdulos. Ni con la mejor voluntad podemos imaginar que un Diostodopoderoso, omnipresente y de infinita bondad no tenga nocin alguna del

    tiempo e ignore lo que va a ocurrir. Dios cre al hombre, y su obra lesatisfizo. Sin embargo, ms tarde parece lamentar tal decisin, porque el propioCreador dispone la destruccin de los hombres. Para nosotros, hijos instruidosde este tiempo, resulta difcil comprender que un Padre infinitamente bondadosomuestre preferencia por ciertas gentes como la familia Lot, entre otros muchosseres tambin llamados hijos predilectos. El Antiguo Testamento describeexpresivos cuadros en donde Dios, a solas o con sus ngeles, desciende directamente de los Cielos entre gran estruendo y densas humaredas. El profeta Ezequiel nostransmite una descripcin sumamente original de tales acontecimientos:

    (Sucedi en el trigsimo ao y fue el quinto da del cuarto mes. Cuando yome hallaba a orillas del ro Chebar entre los desterrados, se abri el cielo...Yo vi como un viento tormentoso proveniente del Norte, y una gran nube rodeadade centelleantes resplandores, y un fuego incesante, el centro del cual

    parpadeaba como una roca mineral. Y en medio surgieron figuras como cuatro seresvivientes; todas parecan figuras humanas. Cada una tena cuatro rostros y cadauna cuatro alas. Sus piernas eran rectas, y chispeaban cual reluciente mineral.

    Ezequiel asigna una fecha muy precisa al aterrizaje de ese vehculo. Trasun examen ms detenido, observa que el artefacto proviene del Norte, querelampaguea y reluce, que arremolina una gigantesca nube de arena desrtica.Pensemos ahora en el Todopoderoso de las religiones: Necesita el Diostodopoderoso abalanzarse desde una direccin determinada? No puede presentarsedonde desee sin tanto estrpito ni escenificacin?

    Sigamos leyendo el informe testifical del profeta Ezequiel:(Ms all, divis una rueda sobre el suelo junto a cada uno de los seres

    vivientes. El aspecto de las ruedas era brillante, como el de una crisolita, y

    las cuatro ruedas tenan forma idntica y estaban labradas como si cada rueda semetiera dentro de otra. Podan marchar hacia los cuatro lados sin moversedurante la marcha. Y vi que tenan calces, y los calces estaban llenos de ojosalrededor de las cuatro ruedas. Cuando esos seres vivientes marchaban, lasruedas tambin marchaban con ellos, y cuando los seres vivientes se elevabandel suelo las ruedas se elevaban tambin.)

    La descripcin es de una claridad desconcertante; Ezequiel seala quecada rueda estaba metida dentro de otra. Un efecto ptico segn nuestrosclculos modernos, lo que vio fue un tambor de espiral, como el empleado por losamericanos en arenas desrticas y regiones pantanosas. Ezequlel observ que

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    ruedas y alas se elevaban simultneamente. Eso no puede ser ms cierto. Evidentemente, las ruedas de un vehculo todo terreno, tal vez un helicptero anfibio, no tocantierra cuando el ingenio se eleva.

    Sigamos con Ezequiel:(Hijo del hombre, ponte en pie porque he de hablarte.)Al escuchar esa voz, el cronista hundi su rostro en tierra, lleno de

    pavor y veneracin. Las extraas apariciones llamaron a Ezequiel (hijo del hombre) yanunciaron el propsito de hablar con ~ Contina diciendo el informe:

    (...y por detrs de mi un formidable estruendo el Seor en su inmensaMajestad se alz del lugar; el zumbido de los seres vivientes cuyas alas setocaban entre si y el rumor de las ruedas acompandole causaron un inmensofragor.)

    Ezequiel no se contenta con esa descripcin bastante detallada delvehculo; tambin toma buena nota de los ruidos que produce aquel monstruonunca visto al levantar el vuelo. Describe el movimiento de las alas como unzumbido, y el de las ruedas cual un rumor fragoroso. No nos da que pensar esaresea de un testigo ocular? Los "dioses" hablaron a Ezequiel y le exigieron queestableciera orden y decencia en el pas. Lo llevaron consigo en su vehculopara demostrarle que an no hablan abandonado su tierra. Ese acontecimientodebi de causarle gran impresin, pues no se cansa de describir una vez y otrael misterioso vehculo. Repite tres veces ms que cada rueda est dentro deotra, y que las cuatro ruedas pueden marchar hacia todos los lados sin moversedurante la marcha. Ms tarde, los "dioses" revelan al cronista el objeto yobjetivo de su viaje cuando le dicen que est viviendo en medio de una raza

    contumaz cuyos ojos estn hechos para ver y no ven, cuyas orejas estn hechaspara or y no oyen. Una vez se le ha ilustrado as sobre su medio ambiente,siguen como en todas las descripciones de tales contactos consejos einstrucciones para imponer orden y decencia, en suma, asesoramiento paraformar una civilizacin. Ezequil asumi con mucha seriedad ese cometido ydivulgo las recomendaciones de los dioses.

    Nuevamente nos hallamos ante un parapeto de preguntas.Quin habl a Ezequiel? Quines fueron aquellos seres?Ciertamente, no fueron "dioses" en el sentido convencional de la palabra

    ,pues stos no necesitan ningn vehculo para trasladarse de un lugar a otro. Esaclase de traslacin nos parece inconciliable con la idea de Dios Todopoderoso.

    En el Libro de los Libros hay otra resea tcnica cuyo texto merece un

    comentario ecunime por su relacin con cuanto decimos.En el Libro 2, 25, 10, Moiss informa sobre las concisas instrucciones de"Dios" para construir el Arca del Testamento. Las directrices muestran unaprecisin matemtica, indican cmo y dnde se han de colocar abrazaderas ycuadernas, cul debe ser la aleacin de los metales. Dichas instrucciones implicaronuna ejecucin exacta, tal como la deseaba "Dios". El advirti variasveces a Moiss que no cometiera falta alguna.

    "Y mira, procura hacerlo todo a semejanza de la imagen que se te mostrarsobre la montaa... " (Moiss, Libro 2, 25, 40).

    "Dios dijo tambin a Moiss que le hablara otra vez, y por cierto desdela plancha de revestimiento. Nadie -advertencia expresa a Moiss- podraacercarse al Arca de la Alianza; lueg