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año 17 - número 37 - 2ª época / octubre 2013
Fundación Caja Rural de Granada
PATRONATO
Presidente: D. Antonio León Serrano Vicepresidente: D. José Carrillo Santos Secretario: D. Víctor López Palomo
Vocales: Don Francisco Jesús Rodríguez Almendros Don Francisco Vera Cortés Don Manuel Rosa Martín Don Francisco Gabriel Castillo Romero Don Emilio Pérez Lara Don José Fernando Piñar Vargas Don José Velasco Valverde Don Manuel Antonio Abril Ortega Doña Amalia Torres Morente Concha Don Antonio Ruiz Rejón Don Dimas Rodríguez Rute
Letrado asesor: José de Cueto López
EDITAFundación Caja Rural de Granada
Avda. Don Bosco n° 2, 18006 Granada
COORDINAD. Antonio León Serrano
ELABORADO PORMiguel González Moreno
Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Granada
Depósito legal: GR 1982-2010
NOTA: El texto íntegro de este documento se encuentra disponible enwww.fundacioncrg.com
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PRESENTACIÓN En este número del Boletín de Coyuntura Económica de la Fundación
Caja Rural de Granada se hace un análisis de lo ocurrido a lo largo del primer
semestre de 2013 y, en su caso y hasta donde la información estadística lo ha
permitido, también del período estival.
Las principales economías occidentales han detectado señales de una
posible recuperación de la actividad económica que, con respecto a lo ocurrido
en 2012, las puede alejar de la zona recesiva. Sin embargo, existen no pocas
dudas, corroboradas por la decisión tomada por la Reserva Federal el 18 de
septiembre de continuar con la estrategia de estímulos monetarios, sobre la
consistencia de esta aceleración del pulso económico.
En el caso de la economía española los datos de Contabilidad Nacional
del II trimestre han llevado a que desde instancias oficiales se difunda el
mensaje que lo peor de la crisis ya ha pasado, dándose a entender que todo lo
que sea no estar en recesión ya significa recuperación. Ojalá sea así, pero
nunca se olvide que entre el infierno de la recesión y el cielo del crecimiento se
encuentra el limbo del estancamiento.
Por su parte, tanto la economía andaluza como la granadina se
encuentran a la espera de que en los próximos trimestres se confirme la
reactivación económica a nivel internacional y nacional, pues ello tendría un
efecto muy beneficioso sobre sus principales ramas productivas que son muy
sensibles al signo de la coyuntura económica.
ECONOMÍA INTERNACIONAL
Al hilo de lo ocurrido durante el primer semestre de 2013, en el que
algunos indicadores económicos muestran una mejoría, estamos asistiendo a
una incesante ola de opiniones y pronunciamientos cruzados sobre si, según
unos, estamos asistiendo al fin de la recesión y al inicio de la recuperación; y, a
juicio de otros, esto no es más que un alivio pasajero, por lo que más pronto
que tarde se volverá a la recesión o bien nos adentraremos en una larga etapa
de estancamiento.
Es lógico que ante este panorama tan confuso el ciudadano se pregunte
cuál de las dos corrientes de opinión tiene un mayor fundamento y veracidad.
Sin duda desearía que fuese cierta la primera, pues ya son cinco los años que
llevamos padeciendo los dañinos efectos de esta profunda crisis; pero, en su
fuero interno, se teme que al final prevalezca una vez más la segunda. Y
decimos una vez más puesto que no es la primera vez que estas proclamas
que nos anuncian la aparición de brotes verdes, como indicios de la llegada de
mejores tiempos económicos, al final se han demostrado un puro espejismo en
mitad del desierto de la crisis.
En tanto que la experiencia nos ha hecho ser escépticos cuando oímos o
leemos que lo peor ya ha pasado; tampoco el lenguaje y los análisis de los
economistas nos aclaran el panorama. A veces da la impresión que asistimos a
un juego de prestidigitación estadística, utilizándose los indicadores
económicos a gusto del comunicador y del consumidor. En unos casos, cuando
se quiere respaldar una afirmación se utilizan las tasas intertrimestrales; y la
tesis contraria se atrinchera tras las interanuales. Una misma variable, según
se muestre de cara o de perfil, nos dice una cosa o la contraria. Es decir, es
probable que una economía con respecto al trimestre anterior haya salido de la
recesión; pero que en comparación con idéntico trimestre del año anterior
continúe en ella. Y, lo mejor de todo, es que las dos visiones son ciertas; todo
depende de la perspectiva temporal que se adopte. Esto no es extraño, aunque
a simple vista parezca lo contrario. Un ejemplo, usted estimado lector, siempre
desde un punto de vista económico hablamos, puede encontrarse ahora en una
situación mejor que hace tres meses, pero peor que la que tenía hace un año.
Lo mismo puede ocurrirle a una economía.
Sin embargo, dada la trascendencia y la dificultad de los tiempos que
estamos viviendo y padeciendo, es preciso tratar de iluminar cuál es el
verdadero estado de las principales economías occidentales, la española entre
ellas, dejando para el lector la obtención de conclusiones en un sentido o en
otro; por la sencilla razón que nuestra misión es la de informar y formar, pero
en modo alguno la de adoctrinar.
La verdad es que en esta tarea por aclarar la situación, el lenguaje
económico no es de gran ayuda. Cuando esto ocurre lo más pedagógico es
acudir a las comparaciones; y en el caso de la economía suele ser muy útil
echar mano del mundo de la medicina.
Sabido es que cuando, desgraciadamente, una persona se encuentra en
una situación de coma atendida en la Unidad de Cuidados Intensivos su vida
depende, entre otros factores, de la asistencia que le presta un conjunto de
aparatos de avanzada tecnología, sin ellos su vida correría un serio peligro. En
este estado de extrema gravedad cualquier síntoma o gesto es recibido,
además de con la natural alegría, como una señal prometedora. Un simple
pestañeo, un leve movimiento de un dedo,…, son acogidos e interpretados
como la antesala de la recuperación del enfermo. Algo así está ocurriendo en
las principales economías occidentales.
Dura ya tanto tiempo la crisis y sus efectos están siendo tan
devastadores que el que una variable en vez de caer dos puntos descienda
uno, o que la actividad productiva se incremente una paupérrima décima; se
interpreta como signos que anuncian el restablecimiento de la normalidad. Es
cierto que nadie pasa de un día a otro de estar en coma a salir por su propio
del hospital, la recuperación es un proceso lento, muy lento. En modo alguno
cabe esperar que unas economías sumidas en la recesión o en el
estancamiento crezcan de pronto a tasas del 3 por 100; o que de un día para
otro dejen de destruir empleo para crearlo. Los tiempos de la economía son
pausados y, sobre todo, no coinciden con los de la política.
Admitido que toda mejora será parsimoniosa, en estos momentos,
cuando encaramos el último tramo de 2013, el punto crucial a nivel
internacional es qué ocurrirá cuando a las economías más avanzadas se les
retire los estímulos fiscales y monetarios (los aparatos de la UCI), porque hasta
ahora son economías asistidas: ¿Se ahogarán cuando se les retire la
respiración asistida? ¿Sabrán andar sin muletas? Este es el tema fundamental
y el interrogante que pende sobre la economía internacional.
En definitiva, se trata de averiguar si la mejoría detectada en el primer
semestre de 2013 es sólida o ficticia. Sin olvidar el tratamiento al que desde
hace tiempo están siendo sometidas las principales economías. Por un lado,
Estados Unidos, desde el mismo inicio de la crisis, desplegó un amplio plan de
choque consistente en una política de gasto público expansiva y en una
estrategia monetaria basada en un incremento de la cantidad de dinero
mediante la compra de bonos y unos tipos de interés nominales nulos y, en
consecuencia, con un precio real del dinero negativo. Por otro lado, Japón,
como ya comentamos en el anterior Boletín, a su tradicional política fiscal
expansiva ha sumado unas inyecciones monetarias de una cuantía
desorbitada, como último recurso para quebrar de una vez la tendencia
deflacionista. Y, por último, parece que la Eurozona ha pasado del
ensimismamiento y la pasividad a la acción; de ahí que desde hace unos
meses el Banco Central Europeo haya tomado conciencia de que no sólo, que
también, debe velar por la estabilidad de precios, sino también por la salud
financiera de las economías del euro.
Ahora bien, por naturaleza, estas actuaciones son excepcionales, no
permanentes. Por ello sería conveniente constatar el verdadero estado de las
principales economías occidentales, para determinar su grado de fortaleza y de
esta forma verificar si, una vez eliminados los estímulos, podrían valerse por sí
mismas. A tal fin, y siguiendo el símil médico, vamos a realizar una analítica
completa de estas economías y, como sabe el lector, en todo informe de una
analítica los resultados obtenidos se cotejan con unos valores de referencia. La
analítica económica que hemos llevado a cabo se ha centrado en un conjunto
de variables relevantes (PIB, precios, desempleo y finanzas públicas), de
manera que el último dato disponible se ha cotejado con diferentes valores
referenciales: tendencia (media del período 1983-2012), año anterior y/o
trimestre precedente. En otras y más sencillas palabras, ¿cómo está la
economía ahora (último dato disponible): mejor o peor que hace tres meses, un
año o, muy importante, que en las tres últimas décadas?
Haciendo honor a su tradicional pragmatismo, la economía de Estados
Unidos ha sido la que, además de jugar un papel protagonista en la génesis de
la crisis, mejor ha encarado las dificultades; dado que desde el primer momento
admitió la gravedad de la situación y sin demora puso en marcha un amplio
plan de actuación sin detenerse en el signo político de las medidas, sino en su
mayor o menor eficacia e idoneidad. Ya quisieran para sí las economías
europeas las tasas de crecimiento de la economía americana de los dos
primeros trimestres de 2013: 1,3 y 1,6 por 100, respectivamente. Pero estos
registros comparados con la tendencia y con respecto al año 2012 nos ofrecen
otra visión distinta. A pesar de crecer, esta economía se halla alejada 1,3
puntos porcentuales (p.p.) de su trayectoria histórica de los últimos decenios y,
atención, 0,6 p.p. con respecto al año anterior. Este último dato nos está
indicando que tal vez se está reduciendo el impacto de los estímulos fiscales y
monetarios sobre la actividad económica. Está por ver si estamos ante un
respiro momentáneo o una desaceleración de la primera potencia económica
del mundo.
LA ECONOMÍA MUNDIAL EN EL PRIMER SEMESTRE DE 2013: RESUMEN DE INDICADORES
PRODUCTO INTERIOR BRUTO PRODUCTO INTERIOR BRUTO TASA DE PARO DÉFICIT PÚBLICO (1) DEUDA PÚBLICA (2)
Tasas variación anual
2013 AGOSTO
2013 JULIO
1983-2012 2010 2011 2012 IT 2013 IIT 2013 1983-2012 2011 2012 1983-2012 2011 2012 1983-2012 2011 2012 2013 (3) 1983-2012 2011 2012 IT 2013
EUROZONA 1.9 2,0 1,5 -0,5 -1,0 -0,5 2,9 2,7 2,2 1,3 9,2 10,2 11,4 12,3 -3,7 -4,1 -3,7 -2,9 67,3 87,3 90,6 92,2
ALEMANIA 2,3 4,0 3,1 0,9 -0,3 0,5 1,9 2,5 2,0 1,9 7,8 5,9 5,5 5,3 -2,3 -0,8 0,2 -0,2 56,9 80,5 81,9 81,2
FRANCIA 1,8 1,6 1,7 0,0 -0,5 0,3 2,7 2,3 2,2 1,2 9,3 9,6 10,2 11,0 -3,6 -5,2 -4,8 -3,9 54,9 86,0 90,2 91,9
ITALIA 1,4 1,7 0,5 -2,4 -2,0 -1,6 4,3 2,9 3,3 1,2 9,0 8,4 10,6 12,0 -6,5 -3,9 -3,0 -2,9 105,6 120,7 127,3 130,3
REINO UNIDO 2,4 1,8 0,9 0,2 0,3 1,5 3,3 4,5 2,8 2,7 7,6 8,0 7,9 7,7 -3,5 -7,8 -6,3 -6,8 48,9 85,0 90,0 88,2
USA 2,9 2,4 1,8 2,2 1,3 1,6 2,9 3,2 2,1 2,0 6,3 8,9 8,1 7,4 -4,3 -8,3 -8,7 -6,9 69,4 100,4 107,2
JAPÓN 2,0 4,7 -0,5 1,9 0,1 0,9 0,6 -0,3 0,0 0,7 3,6 4,6 4,3 3,8 -4,1 -9,1 -10,0 -9,5 130,1 200,0 236,6
ESPAÑA 2,6 -0,3 0,1 -1,6 -2,0 -1,6 4,6 3,2 2,4 1,5 15,6 21,7 25,1 26,3 -4,0 -9,4 -10,6 -6,5 52,0 69,3 84,1 88,2
Fuente: Eurostat, Banco de España y FUNCAS. Elaboración propia.
(1) En porcentaje del PIB.
(2) En porcentaje del PIB.
(3) Previsiones Comisión Europea, primavera 2013.
ANALÍTICA DE LA LA ECONOMÍA MUNDIAL EN EL PRIMER SEMESTRE DE 2013
Puntos porcentuales
PRODUCTO INTERIOR BRUTO TASA DE INFLACIÓN TASA DE PARO DÉFICIT PÚBLICO DEUDA PÚBLICA
TENDENCIA AÑO TRIMESTRE TENDENCIA AÑO TENDENCIA AÑO TENDENCIA AÑO (*) TENDENCIA AÑO
EUROZONA 2,4 0,0 0,5 1,6 0,9 3,1 0,9 0,8 0,8 24,9 1,6
ALEMANIA 1,8 0,4 0,8 0,0 0,1 2,5 0,2 2,1 0,4 24,3 0,7
FRANCIA 1,5 0,3 0,8 1,5 1,0 1,7 0,8 0,3 0,9 37,0 1,7
ITALIA 3,0 0,8 0,4 3,1 2,1 3,0 1,4 3,6 0,1 24,7 3,0
REINO UNIDO 0,9 1,3 1,2 0,6 0,1 0,1 0,2 3,3 0,5 39,3 1,8
USA 1,3 0,6 0,3 0,9 0,1 1,1 0,7 2,6 1,8 JAPÓN 1,1 1,0 0,8 0,1 0,7 0,2 0,5 5,4 0,5
ESPAÑA 4,2 0,0 0,4 3,1 0,9 10,7 1,2 2,5 4,1 40,2 8,1
MEJORA
DETERIORO
(*) Previsión 2013
RADIOGRAFÍA DE LAS PRINCIPALES ECONOMÍAS OCCIDENTALES: EVOLUCIÓN DEL PIB Tasas de variación reales. Porcentajes
RADIOGRAFÍA DE LAS PRINCIPALES ECONOMÍAS OCCIDENTALES: EVOLUCIÓN DEL PIB Tasas de variación reales. Porcentajes
RADIOGRAFÍA DE LAS PRINCIPALES ECONOMÍAS OCCIDENTALES: DESEQUILIBRIOS BÁSICOS
Porcentajes
Sea como sea, al concluir la primera mitad de 2013, la economía
estadounidense muestra una cara y una cruz. La cara queda reflejada en la
estabilidad de precios, al registrar en agosto una tasa de inflación del 2 por
100, por lo que la Reserva Federal aún tiene un amplio margen de maniobra en
su estrategia de tipos de interés; y también en la disminución de la tasa de
paro, que en julio se ha situado en el 7,4 por 100, esto es, 0,7 p.p. por debajo
de la de 2102; pero 1,1 p.p. por encima de la media de los últimos 30 años. En
todo caso, el mercado de trabajo estadounidense no ha perdido su dinamismo
y flexibilidad, de manera que apenas ha perdido empleo en los años más duros
de la crisis y sigue teniendo una gran capacidad de creación de empleo, en
cuanto que necesita crecer muy poco para incrementar su nivel de ocupación.
No obstante lo anterior, la cruz de la economía estadounidense es muy
pesada. La crisis, como a continuación comprobaremos también para otras
economías occidentales, está dejando una carga para las generaciones del
futuro: una ingente deuda pública, que en los actuales momentos supera el
volumen del PIB correspondiente a todo el año 2012. De continuar a este ritmo
de crecimiento, la atención del servicio de la deuda (devolución del capital +
pago de intereses) sólo será posible si la economía se expande a una tasa
estimable, de no ser así ese pesado lastre mermará la capacidad de
crecimiento de los Estados Unidos.
El devenir más inmediato de esta economía dependerá de cómo
reaccione ante un más que previsible cambio de estrategia en materia
monetaria y fiscal. En el primer caso, la Reserva Federal puede decidir cambiar
de rumbo su estrategia de tipos de interés y proceder a una gradual elevación
del precio del dinero. Y en el segundo, el volumen alcanzado por la deuda
pública puede obligar a modificar la orientación expansiva de la política fiscal y
adoptar un rumbo contractivo. En materia monetaria ya conocemos la
respuesta al dilema planteado: el pasado 18 de septiembre la Reserva Federal
ha tomado la decisión de proseguir con los estímulos monetarios, esto es,
bajos tipos de interés e inyecciones monetarias mediante la compra de bonos.
La continuación de la estrategia monetaria expansiva obedece a las dudas que
alberga la autoridad monetaria estadounidense sobre la viabilidad de la
recuperación, no sabiéndose a ciencia cierta si ha llegado para quedarse y
afianzarse, o bien se trata de un viaje de ida y vuelta.
La economía japonesa, si se observa la información gráfica adjunta,
ofrece un clásico perfil de dientes de sierra con continuas subidas y bajadas en
el ritmo de crecimiento. En lo que respecta al primer semestre del presente
año, se aprecia un contraste significativo: en el primer trimestre se volvió a las
cercanías de la recesión, al crecer solamente un 0,1 por 100; y en el segundo,
tras las enormes inyecciones monetarias llevadas a cabo por el Banco de
Japón se observa un cambio de tendencia, puesto que el PIB ha crecido un 0,9
por 100 entre abril y junio y, además, se ha recuperado el pulso de la demanda
interna y parece alejarse el fantasma de la deflación crónica, al incrementarse
un 0,7 por 100 la tasa de inflación en el mes de julio.
Ahora bien, desde una perspectiva temporal procede interrogarse por el
verdadero estado de la economía nipona. Si ponemos las luces cortas, o sea
en términos trimestrales y anuales, se encuentra mejor en lo que a crecimiento,
empleo y precios se refiere. Pero si ponemos las luces largas, esto es con
respecto a la tendencia, se observa un deterioro sobre todo en materia de
actividad y finanzas públicas. Como ocurría en el caso estadounidense, la
herencia de la crisis se materializa en un volumen descomunal de deuda
pública; que en el caso japonés no nos debe de alarmar su volumen (236,6 por
100 del PIB), puesto que descansa en el elevadísimo nivel de ahorro interno y,
nunca se olvide, en la condición que tiene este país de ser el primer acreedor a
nivel mundial, es decir, el país al que más le deben el resto de economías.
Pero, a pesar de esto último y como suele decirse, todo tiene un límite y, por
supuesto, la deuda nipona también.
Entre enero y junio de 2013 la Eurozona ha moderado la caída de su
ritmo de actividad. En el primer trimestre el PIB bajó un 1 por 100, en tanto que
en el segundo el descenso de ha cifrado en un 0,5 por 100. A esta suvización
del deterioro del clima económico, como a continuación veremos, ha
contribuido el comportamiento de las dos principales potencias europeas:
Alemania y Francia. Esta mejoría es palpable con respecto al primer trimestre
si fijamos la mirada en el comportamiento coyuntural del PIB, los precios y el
saldo presupuestario. Sin embargo, si comparamos el presente con el pasado,
la tendencia, la Eurozona muestra un gran deterioro en su capacidad de
crecimiento, en materia de desempleo y, nuevamente, en el preocupante
problema de la deuda pública. Concretamente, y con respecto a la media de las
tres últimas décadas, su PIB oscila 2,1 p.p. por debajo; la tasa de paro es 3,1
p.p. superior; y, subráyese en rojo, la deuda pública se sitúa 24,9 p.p. por
encima. No hace falta ser un experto económico para intuir que un grupo de
países que crece muy poco y que en la actualidad (julio 2013) tiene más de 19
millones de personas sin trabajo (exactamente, 19.231.000 personas), tiene
muy complicado atender a un volumen de la deuda pública que a no mucho
tardar equivaldrá a su PIB.
A raíz de los datos de actividad correspondientes al segundo trimestre
de 2013, se está propagando una ola de optimismo según la cual estamos
asistiendo a las últimas horas de la recesión. Sólo el tiempo dictará tendencia
sobre si nos hallamos en los prolegómenos de la tan ansiada y esperada
recuperación; o si, por el contrario, otra vez se trata de una esperanza
frustrada.
Basta una ojeada a la información estadística y gráfica adjunta para
sentir una sana envidia de la situación de la economía alemana. A pesar de
que en el primer trimestre de este año sufrió una recaída, al descender su PIB
un 0,3 por 100, no es menos cierto que en el segundo se ha recuperado
satisfactoriamente con una tasa de crecimiento del 0,5 por 100. Detrás de este
dato, que no deja de ser coyuntural, se encuentra una economía que exhibe
unas fortalezas que saltan a la vista en mitad del páramo de la Eurozona: la
estabilidad de precios, la reducción del desempleo y el superávit en las cuentas
públicas. Estos registros no son atribuibles ni al azar ni a ningún milagro, estos
razonamientos no tienen valor alguno en materia económica; lisa y llanamente
son fruto de la seriedad: hará unos 10 años, cuando otros países basaban su
crecimiento en la creación artificial de burbujas especulativas, Alemania diseñó
todo un plan nacional y consensuado políticamente para poner los cimientos
de una economía avanzada y competitiva. Así nos va a unos y les va a otros.
Aunque justo es apuntar una preocupante debilidad, cómo no: la deuda pública,
que en el primer trimestre de 2013 equivale al 81,2 por 100 del PIB. Es de
suponer que en la medida en que se persevere en el equilibrio de las cuentas
públicas, la carga de la deuda irá disminuyendo lentamente.
La economía francesa, en el segundo trimestre de este año, parece
que ha cambiado de dirección, dejando atrás la recesión en la que cayó entre
enero y marzo (-0,5 por 100), al crecer un 0,3 por 100. Esta normalización
coyuntural del pulso económico se completa con un panorama general en que
se aprecian claroscuros. De un lado, como en la mayoría de países de la
Eurozona, existe una ausencia total de tensiones inflacionistas; y también,
consecuencia de la política fiscal aplicada, se aprecia un descenso del déficit
público. Y de otro lado, se constata el agravamiento de dos problemas: el
desempleo, en julio la tasa de paro, que en 2012 fue del 10,2 por 100, se ha
situado en el 11 por 100; y la deuda pública ha alcanzado en el primer trimestre
de 2013 el nivel del 91,9 por 100 con respecto al PIB.
La economía italiana, con los datos correspondientes a los seis
primeros meses de 2013, continúa en recesión, aunque de forma menos
acusada. En el primer trimestre la economía se contrajo un 2 por 100 y en el
segundo un 1,6 por 100; en cualquier caso un ritmo de caída menor que el
experimentado en el año 2102: un 2,4 por 100. Este retraimiento de la actividad
ha conllevado un descenso notable de la tasa de inflación hasta el 1,2 por 100
registrado en agosto; pero también, en combinación con las drásticas medidas
de ajuste implementadas por la grave situación financiera, se ha producido un
deterioro del mercado de trabajo, pues en julio la tasa de paro se ha elevado
hasta el 12 por 100, es decir, 1,4 p.p. superior a la registrada en el conjunto del
año 2012. Al agravamiento del problema del paro hay que añadir el
desequilibrio crónico por antonomasia de la economía italiana: la deuda pública
ha alcanzado en el primer trimestre de 2013 el nivel del 130,3 por 100 del PIB.
Hasta ahora, 2013 está siendo en términos generales un buen año para
la economía británica. Así se constata al observar que tras crecer un
modesto 0,2 por 100 en 2012, se ha expandido un 0,3 por 100 en el primer
trimestre de 2013 y un 1,5 por 100 en el segundo. Este tono mayor de la
actividad económica, por ahora incipiente, está posibilitando el descenso de la
tasa de paro y la reducción tanto del déficit público como del volumen de la
deuda pública. En la medida en que se afiancen estos síntomas, la mejoría
puede dar paso a la recuperación; pero si estas señales resultasen fugaces la
economía británica volvería a la recesión.
Llegados a este punto procede recapitular y ordenar las ideas:
Aunque con diferencias entre unos países y otros, especialmente en el
segundo trimestre de 2013 se detecta una leve mejoría en los ritmos de
actividad de las principales economías occidentales.
Todavía es pronto para afirmar que estamos en los inicios de la
recuperación, más bien en términos médicos diríamos que se han
restablecido las constantes vitales pero sería apresurado pronosticar
que el enfermo está plenamente restablecido.
Aún en el caso que en los próximos meses se le diese el alta al enfermo,
nunca se olvide que la enfermedad por la que ha atravesado ha sido
gravísima y que, con diferencias entre economías, le ha dejado dos
secuelas para el futuro: un volumen desorbitado de deuda pública, que
puede constituir una bomba de relojería financiera; y un desempleo
estructural, enquistado entre la población joven. O sea, de cara al
futuro a la juventud se le está legando deudas pero no trabajo.
ECONOMÍA ESPAÑOLA
Continuando con las comparaciones médicas, podemos decir que a lo
largo de los primeros seis meses de 2013 la economía española ha
entreabierto un ojo, ha movido un dedo, en definitiva, ha dado señales de vida.
Esta percepción de la realidad se basa en un simple dato: el PIB ha moderado
su caída, descendiendo un 1,6 por 100 en el segundo trimestre, cuando en el
primero se contrajo un 2 por 100.
Pues bien, a partir de aquí desde instancias oficiales se proclama a los
cuatro vientos que lo peor ha pasado y que es cuestión de pocos meses que la
economía dé definitivamente la espalda a la recesión y comience a crear
empleo. Como es habitual en nuestro país artificialmente se han creado dos
bandos: los optimistas progubernamentales y los escépticos, tildados como
poco de antigubernamentales. Para los primeros lo peor ya ha pasado; para los
segundos también ha pasado lo peor, pero ahora empieza lo malo.
Lo prudente en estas inciertas circunstancias no es echar más leña a
uno de los dos fuegos en disputa, sino tratar de arrojar luz y que sea el lector el
que saque sus propias conclusiones. Analicemos, pues, lo ocurrido; para ver si
es posible determinar el grado de consistencia y de perdurabilidad en el tiempo
de la supuesta mejoría de la economía española.
Centraremos nuestro análisis en los tres argumentos que se han
esgrimido para respaldar el cambio de rumbo de la economía española en el
segundo trimestre de 2013: la moderación del descenso del ritmo de actividad;
la trayectoria de las exportaciones y su contribución al crecimiento; y los datos
arrojados por la Encuesta de Población Activa del II trimestre. Con estas tres
mimbres se ha elaborado el cesto de la recuperación; ojalá sea así nos dice el
corazón, pero la mente nos llama a ser prudentes y precavidos.
Es innegable que en el segundo trimestre del presente año se ha
frenado el ritmo de caída de la economía española, pues el PIB en tasa
interanual ha descendido un 1,6 por 100, mientras que entre enero y marzo la
bajada fue del 2 por 100. Esta perspectiva es menos negativa si comparamos
el segundo trimestre con el primero: la economía española ha experimentado
un decrecimiento trimestral del 0,1 por 100 entre abril y junio; cuando entre
enero y marzo esa misma tasa de variación fue del -0,4 por 100.
Este acercamiento, más de las tasas trimestrales y menos de las
interanuales, a la frontera del crecimiento es la que ha sido esgrimida como
señal inequívoca de que algo está cambiando a mejor en la economía
española. La cuestión a dilucidar es si estamos ante un dato aislado,
meramente coyuntural, o ante un cambio de tendencia. Si queremos despejar
esta incógnita hemos de cartografiar el PIB en sus componentes de demanda y
de oferta, para de esta forma calibrar la sostenibilidad en el tiempo de los
factores que están detrás de esta mejoría de la economía española.
Antes de nada dejemos clara una cuestión: la economía española se
encuentra muy lejos del potencial de crecimiento exhibido en las tres últimas
décadas. Este diferencial se cifra en 4,2 p.p. si tenemos en cuenta que en el
segundo trimestre del presente año ha retrocedido un 1,6 por 100 y su tasa
media de crecimiento en el período 1983-2012 ha sido del 2,6 por 100. Por
consiguiente, aún queda mucho camino por recorrer para pasar de la mejoría al
restablecimiento pleno.
RADIOGRAFÍA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: PIB. COMPONENTES DE LA DEMANDA
Tasas de variación reales. Porcentajes
Fuente: INE, Banco de España y FUNCAS. Elaboración propia.
RADIOGRAFÍA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: PIB. COMPONENTES DE OFERTA Tasas de variación reales. Porcentajes
Fuente: INE, Banco de España y FUNCAS. Elaboración propia.
RADIOGRAFÍA DE LA ECONOMÍA ESPAÑOLA: DESEQUILIBRIOS BÁSICOS
Porcentajes
Fuente: INE, Banco de España y FUNCAS. Elaboración propia.
La menor caída relativa del ritmo de actividad de la economía española
en el segundo trimestre de 2013 obedece a las siguientes razones de
demanda. Por un lado, las variables que componen la demanda interna
continúan cayendo, aunque de forma más moderada. El consumo privado que
en el primer trimestre descendió un 4,3 por 100, en el segundo ha retrocedido
un 3,2 por 100; el consumo público se contrajo un 3,3 por 100 entre enero y
marzo, y un 2,4 por 100 entre abril y junio; y la inversión (formación bruta de
capital fijo) que en los tres primeros meses del año decreció un 7,5 por 100, se
ha contraído un 6,4 por 100 en el segundo trimestre. Y por otro lado, al menor
grado de deterioro de la demanda interna, hay que sumar el buen
comportamiento de las exportaciones en paralelo al descenso de las
importaciones; de esta forma la contribución negativa al crecimiento de la
demanda interna está siendo compensada en parte por la aportación de la
demanda externa. Sin embargo, entre abril y junio se ha registrado un dato al
que se le ha prestado muy poca atención y que a nuestro juicio es de suma
importancia: contrariamente a lo que venía ocurriendo desde hace varios
trimestres, las importaciones han vuelto a crecer, en concreto un 3,1 por 100,
cuando en el primer trimestre retrocedieron un 4,8 por 100. Este cambio de
rumbo en la orientación de las importaciones ha hecho que el aporte de la
demanda externa al crecimiento se haya debilitado.
Expuestos los hechos, manifestamos algunas reticencias. ¿Puede
afirmarse que la recuperación está a la vuelta de la esquina en una economía
donde el consumo privado está cayendo un 3,2 por 100; el consumo público un
2,4 por 100; y la inversión un 6,4 por 100? ¿Cómo puede hablarse sin
sonrojarse de que lo peor ha pasado en un país en el que cada año se invierte
menos que en el anterior? ¿Cómo compensaremos la merma del crecimiento
ocasionada por el retroceso de la demanda interna si se debilita la aportación
de la demanda externa?
Si de los factores de demanda pasamos a los de oferta, detectamos que
los datos de crecimiento del segundo trimestre no se asientan sobre bases
sólidas sino más bien sobre arenas movedizas. Lo primero que nos llama la
atención es que no hay ruido: los motores están parados. La agricultura ha
producido un 1,2 por 100 menos en el segundo trimestre de 2013 que en
idéntico período de 2012, si bien en el primer trimestre de este año esa caída
fue notablemente mayor: un 6,2 por 100. La industria española continúa muy
alejada de la media del período 1983-2010 (1,7 por 100), al retroceder el 3 por
100 en el primer trimestre y el 3,1 por 100 en el segundo. La actividad en el
sector de la construcción se ha contraído un 5,8 por 100 y un 5,9 por 100,
respectivamente, en los dos primeros trimestres del año; aunque si bien es
cierto que en el conjunto de 2012 el valor de su producción disminuyó un 8,1
por 100. Y, por último, el sector con diferencia más importante de nuestra
economía, los servicios, continúa estancado; mientras que en 2012 su actividad
descendió un 0,4 por 100, en el primer trimestre de 2013 su pulso productivo
ha bajado un 1,1 por 100 y en el segundo un 0,8 por 100.
Ante este panorama productivo no es prudente abrigar muchas
esperanzas de cara al futuro, dado que la economía española no ha modificado
un ápice la especialización productiva que tenía antes de la crisis; y como ya
ocurría en el pasado, todo se fía a que un buen año turístico compense en
todo o en parte el descenso más que previsible del sector de la construcción, la
variabilidad de la agricultura y la decadencia de la industria.
Un segundo argumento que se esgrime para dictaminar que la economía
española tomará pronto la senda de la recuperación es la trayectoria positiva
de nuestras exportaciones. Aquí hay dos cuestiones interesantes: ¿Por qué
ahora exportamos tanto? ¿Es sostenible este ritmo exportador sin que se
despierten las importaciones?
No nos engañemos, no exportamos más porque gracias a nuestro
esfuerzo en innovación somos capaces de producir nuevos y mejores bienes y
servicios. Rotundamente no. Nuestras ganancias de competitividad tienen un
doble origen. Por una parte, en momentos de crisis como los actuales, las
empresas españolas se abren más al exterior, buscando fuera la demanda que
no encuentran dentro. Como suele decirse: hacen de la necesidad virtud. Y por
otra parte, ha sido tal el grado de devaluación interna que los costes salariales
(retribuciones de los trabajadores + cotizaciones) han descendido
considerablemente. Si cruzamos la trayectoria de los costes laborales con la
tasa de inflación queda al descubierto, por un lado, la contribución de los
trabajadores a la superación de la crisis en general y, por otro lado, el papel
que han jugado la contracción de los costes como elemento central para que
las empresas ganen competitividad y se incrementen las exportaciones de
bienes y servicios. La devaluación interna ha tenido sobre las exportaciones un
efecto muy parecido o inclusive mayor que el que hubiese producido una
devaluación de la moneda.
La sostenibilidad de la aportación al crecimiento de la demanda externa
dependerá de varios factores. Uno, la reacción de nuestros competidores en
los mercados exteriores; no olvidemos, al respecto, que nosotros competimos
por la vía salarial y en este campo las ganancias de cuota mercado suelen ser
efímeras, duran el tiempo que otro competidor sea capaz de reducir aún más
sus salarios y, por ende, sus precios. Dos, es previsible que en cuanto se
dulcifique la recesión, obsérvese lo ocurrido en el segundo trimestre, se acelere
el ritmo importador y se anule o disminuya el efecto positivo de las
exportaciones. Y tres, hasta cierto punto, la tan cacareada mejora de la
balanza de pagos española tiene más de ficticio que de real, en el sentido que
los factores explicativos que están detrás de su significado macroeconómico
son de naturaleza negativa. El superávit de nuestra balanza por cuenta
corriente, con escasísimos precedentes históricos, obedece al descenso
pronunciado de la inversión, por lo que el ahorro excedente genera una
capacidad de financiación del país frente al exterior.
En suma, el dinamismo protagonizado en los últimos años por el sector
exterior ha ralentizado el acelerado proceso de deterioro de la situación
económica; sin embargo, la continuidad del aporte exterior dependerá de que
seamos capaces de mantener y mejorar los niveles de competitividad mediante
el desarrollo de elementos alternativos a los costes laborales.
El tercer criterio esgrimido para sustentar un cambio en las perspectivas
sobre la economía española se refiere a los resultados aportados por la
Encuesta de Población Activa del segundo trimestre de este año. En este tema
es donde más hay que extremar la precaución, pues no olvidemos que
estamos hablando de la economía de un país en el que 6 millones de personas
carecen de un puesto de trabajo y donde la inmensa mayoría de los que tienen
un trabajo temen por su futuro laboral.
Si observamos con detenimiento la información suministrada por la EPA
del II trimestre, ciertamente el número de personas desempleadas ha
descendido en 225.200 personas, aunque no sólo porque algunas han
encontrado un puesto de trabajo (149.000), sino también porque se ha
registrado un dato muy negativo y preocupante, aunque se le ha prestado muy
poca atención o simplemente se ha ignorado: la disminución de la población
activa en 76.100 personas. En la explicación de este fenómeno confluyen
varios factores: el efecto desánimo o autoexclusión del mercado de trabajo por
la sencilla pero aplastante razón de que se desiste de buscar un empleo ante la
imposibilidad de encontrarlo; lo que unos han dado en denominar la movilidad
exterior, y que en verdad no es más que la emigración de la mano de obra
española empujada por las nulas perspectivas laborales existentes en nuestro
país; y el retorno de población inmigrante a sus países de origen. Todo lo
anterior confluye en un punto de encuentro: la fuerte degradación de nuestro
mercado de trabajo causa desmotivación y expulsa mano de obra a otros
países. Deducir de estos hechos que el paro está retrocediendo además de
una falsedad es una prueba evidente de un desconocimiento del
funcionamiento del mercado de trabajo.
Asimismo, no es menos cierto que en el segundo trimestre el empleo ha
crecido en 149.000 personas. Pero no se insiste lo suficiente en el tipo de
empleo generado: en términos intertrimestrales la contratación temporal se ha
incrementado en 162.200 personas y el empleo por cuenta propia (lo que las
instancias oficiales conocen como emprendedores) en 37.300 personas. Y no
menos sangrante es comprobar el empleo que se está perdiendo: 50.400
personas que tenían un contrato indefinido han perdido su puesto de trabajo.
Si se hace una interpretación apresurada e interesada de la información
suministrada por la EPA del II trimestre, se entiende que algunos hayan
lanzado las campanas al vuelo aventurándose a pronosticar la pronta llegada
de la creación neta de empleo. Pero si analizamos esa misma información a la
luz del análisis económico y del funcionamiento y la interactuación de la oferta
y la demanda de trabajo, mucho nos tememos que el supuesto renacimiento
del mercado de trabajo puede tener los mismos atributos que el empleo que se
ha creado entre abril y junio: temporal y precario.
En resumen, a raíz de lo ocurrido en el transcurso del segundo trimestre
de 2013 existen algunos indicios de que es probable que la economía española
haya tocado fondo. Sin embargo, a nuestro juicio, por ahora no existen
suficientes y consistentes pruebas que demuestren fehacientemente que nos
hallamos a las puertas de una recuperación robusta del ritmo de crecimiento y
de la subsiguiente creación de empleo. Interpretar como recuperación los datos
de la Contabilidad Nacional y de la Encuesta de Población Activa
correspondientes al II trimestre no deja de ser una temeridad, que más bien es
la expresión de un deseo que una realidad. Este apresuramiento que se palpa
en el ambiente por ser el primero en avistar la tierra de la recuperación
obedece a la creencia que los tiempos de la economía se ajustan a los
calendarios electorales. La solución de los problemas económicos, máxime de
la dimensión de los que padecemos, requieren inteligencia, decisión y
paciencia; pero en modo alguno saldremos del pozo en el que hace años nos
metimos cometiendo las mismas torpezas que en el pasado y, no echemos en
el olvido, que una de las mayores ha sido la de proclamar el fin de la crisis cada
dos por tres al menor atisbo del cambio de tendencia en una variable. En
breves palabras, porque en determinado momento (día, semana, mes,
trimestre o año) el PIB dé señales de vida, la tasa de paro disminuya alguna
décima o, como ahora ocurre, la prima de riesgo se sitúe en niveles tolerables;
no por ello, ni mucho menos, puede decretarse el final de la crisis. O es que ya
nadie se acuerda de los problemas pendientes de solución: paro,
endeudamiento público y privado, morosidad, exclusión social, etc.
Pues aunque fuese cierto que hemos tocado fondo, ese fondo es muy
profundo; en el sentido que lo ha tocado una economía que su PIB está
cayendo un 1,6 por 100 en tasa interanual; su tasa de paro es del 26,30 por
100, lo que se traduce en 5.977.500 personas sin trabajo; y su deuda pública, a
la altura del II trimestre de 2013, representa el 92,2 por 100 del PIB. Hay que
reconocer que el fondo al que dicen que hemos llegado está muy hondo; tal
vez, se ajustaría más a la verdad de los hechos decir que más que tocado, nos
hemos estrellado contra el fondo.
La superación de los difíciles momentos por los que estamos
atravesando será complicada, lenta y, nunca se olvide, desigual: lo mismo que
la crisis ha afectado y está afectando más a unos que a otros; de la crisis
saldrán antes unos que otros; de manera que los últimos en notar el fin de la
crisis, como siempre, seremos los ciudadanos.
ECONOMÍA ANDALUZA
Se da por hecho que la crisis económica y financiera es un fenómeno
uniforme desde el punto de vista territorial, de manera que sus consecuencias
afectan más o menos por igual a cada una de nuestras regiones y provincias.
Es más que evidente que esto no es así. Los problemas económicos que
estamos padeciendo desde hace un lustro están trastocando el mapa
económico español en cuanto a la actividad productiva, la estructura sectorial,
la distribución del empleo, la incidencia del paro, la cohesión social, la
implantación territorial del sistema financiero, etc. Con un añadido a retener, las
Comunidades Autónomas, aunque algunas de ellas crean lo contrario, carecen
de la suficiente entidad y de los instrumentos de política económica adecuados
para luchar seriamente contra los efectos y las secuelas de la crisis.
Un conjunto de factores de muy diversa naturaleza y origen temporal es
el que está detrás del desigual impacto territorial de la crisis económica y
financiera. Sin ánimo de ser exhaustivos, un recuento de dichos factores
debería incluir por encima de cualesquiera otros los siguientes: el nivel de
desarrollo socioeconómico, la especialización productiva, el nivel de formación
de la mano de obra, la apertura al exterior, la mayor o menor presencia de
empresas exportadoras, la dimensión del sector público y el grado de
endeudamiento.
Para nadie constituye una sorpresa que la región que más está sufriendo
el embate de la crisis es Andalucía. Al respecto basta con echar un vistazo a
las tasas de paro de las provincias andaluzas y del conjunto regional para
verificar la crudeza con la que la crisis está afectando a la Comunidad
Autónoma andaluza. Profundizar en las causas de esta problemática no es
tarea de un análisis de coyuntura, pero no deberían caer en el olvido algunas
como éstas: el protagonismo adquirido por el sector inmobiliario dentro de la
economía andaluza; la escasa presencia del sector industrial en términos de
producción, empleo y exportaciones; la excesiva dimensión del sector público
regional y la consecuente burocratización de la actividad económica; la
desacertada política de infraestructuras, más guiada por la grandiosidad que
por la rentabilidad económica y la utilidad social, construyéndose
infraestructuras cuya explotación no es viable desde el punto de vista
económico y que, además, no solucionan los problemas de los ciudadanos; la
existencia de un sistema educativo que ni educa ni forma, en el que se prima la
mediocridad y del que está ausente la excelencia y el esfuerzo; y, para finalizar
pues la lista sería interminable, un entramado de universidades masificadas
que, al igual que en el resto del país, se han convertido en una prolongación de
la enseñanza secundaria y, es cierto, están muy bien dotadas de medios
materiales pero que carecen de lo esencial: buenos alumnos y profesores
competentes.
Por las razones apuntadas y otras muchas que se han quedado en el
tintero Andalucía está siendo, cosa que a nadie extrañará, la región española
donde la crisis está alcanzando la máxima incidencia y gravedad. Téngase
presente que, como suele decirse, ya llueve sobre mojado, en el sentido de que
se trata de la región con un nivel más bajo de renta per cápita y con la tasa de
paro más elevada. Esto supone que muy probablemente en Andalucía la crisis
dejará en herencia una serie de secuelas que tardaremos décadas en superar
y que nos postergarán a la cuneta de la economía española y europea.
Por todo ello y mucho más que aún habiéndolo pensado y analizado
carecemos del espacio adecuado y suficiente para exponerlo, en Andalucía
cobra si cabe un mayor interés la cuestión de si al final se confirmase que la
economía española ha tocado fondo, podemos asistir en los próximos meses a
una recuperación. Si esta posibilidad se recibiría con satisfacción en todos
sitios, en Andalucía sería vitoreada.
Con la información estadística disponible, elaborada y facilitada por el
Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), trataremos de
comprobar si en los primeros trimestres de 2013 la economía andaluza va en la
misma dirección que la española o, por el contrario, ha tomado otro camino.
Si en primer lugar, como es procedente, analizamos el cuadro
macroeconómico, tanto desde la óptica de la oferta como de la demanda,
apreciamos similitudes pero también diferencias, siendo notables algunas de
ellas. Entre abril y junio, como ya hemos comprobado para el conjunto
nacional, la economía andaluza ha atenuado su velocidad de caída en un
grado muy similar; mientras que en tasa interanual el PIB nacional desciende
un 1,6 por 100, el andaluz retrocede una décima más: un 1,7 por 100. Para
poder detectar los parecidos y los contrastes es preciso descomponer el PIB en
sus elementos de oferta y demanda.
Atendiendo a los componentes de oferta se aprecia una sincronización
en la evolución de los sectores de la construcción y de servicios. En el primer
caso, el sector nacional ha bajado su producción un 5,9 por 100 y el regional un
5,8 por 100; luego en ambos casos la actividad constructora está acusando el
estallido de la burbuja inmobiliaria y la caída de la inversión pública en
infraestructuras. En el segundo, se repite la pauta anterior, aunque con
distintos guarismos: el sector servicios nacional se ha contraído un 0,8 por 100,
frente a un 0,7 por 100 el andaluz.
ACTIVIDAD Y DEMANDA
Contabilidad regional trimestral de Andalucía 1
Andalucía España
Variación interanual (%) Periodo
Andalucía España
PIB a precios de mercado 91,4 93,1 -1,7 -1,6 2º Tr-13
VAB a precios básicos 92,6 - -1,7 - 2º Tr-13
Agricultura, ganadería y pesca 98,8 89,4 2,3 -1,2 2º Tr-13
Ramas industriales 90,6 94,6 -6,0 -3,1 2º Tr-13
Construcción 55,4 60,2 -5,8 -5,9 2º Tr-13
Servicios 100,9 100,9 -0,7 -0,8 2º Tr-13
Gasto en consumo final de los hogares 89,5 90,0 -3,3 -3,2 2º Tr-13
Gasto en consumo final 91,8 92,4 -3,0 -3,0 2º Tr-13
Formación bruta de capital 62,7 64,4 -5,9 -6,3 2º Tr-13
Demanda regional/nacional2 84,4 84,9 -3,9 -3,6 2º Tr-13
Exportaciones 114,2 116,8 2,4 9,2 2º Tr-13
Importaciones 90,8 86,0 -2,1 3,1 2º Tr-13
FUENTES: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA)-Contabilidad Regional Trimestral de Andalucía. Base 2008.
INE-Contabilidad Nacional Trimestral de España. Base 2008. Tomado de IECA. 1 Índices de volumen encadenado. Referencia año 2008=100. Datos corregidos de estacionalidad y efecto calendario 2 Aportación al crecimiento
Los contrastes en el comportamiento de la oferta se focalizan en la
agricultura y en la industria. La agricultura andaluza continúa dando muestras
de una vitalidad que está ausente en el resto de actividades, de ahí que en el
segundo trimestre se haya expandido a la estimable tasa del 2,3 por 100, que
llama aún más la atención cuando el sector a nivel nacional disminuye un 1,2
por 100. Esta disparidad obedece a la distinta configuración interna del sector
en un ámbito y en otro; así como a la mayor o menor vocación exportadora a
nivel andaluz y nacional. En todo caso, y con los altibajos propios de las
actividades agrarias, la agricultura andaluza está siendo la actividad económica
que mejor está afrontando la crisis con diferencia con respecto al resto de
sectores. Sin embargo, el punto negro se encuentra en la industria. Tanto en el
contexto nacional como en el regional continúa a un ritmo imparable un
fenómeno de largo alcance y que limitará mucho nuestro futuro: la
desindustrialización de las economías española y andaluza. Este sector, por
muchos motivos catalogado de estratégico, ha descendido su ritmo productivo
un 3,1 por 100 en España y un 6,0 por 100 en Andalucía. En los dos casos los
datos deberían provocar reflexión y preocupación, aunque más en Andalucía
puesto que a esta velocidad de descenso la industria andaluza quedará
reducida al mínimo y, por supuesto, sin industria no hay futuro.
Si el foco de atención lo dirigimos a los elementos de la demanda, son
más los parecidos que las diferencias, y estas últimas se centran en la
demanda externa. Por lo que respecta a la demanda interna, todos sus
capítulos registran importantes caídas tanto a nivel nacional como andaluz.
Siguiendo este orden comparativo el mapa de situación está plagado de
negatividad: el gasto en consumo final de los hogares disminuye un 3,2 y un
3,3 por 100; el gasto en consumo final en ambos casos retrocede un 3 por 100;
y la inversión cae un 6,3 y un 5,9 por 100. Cuando se observa este panorama
tan negativo de la demanda interna española y andaluza cuesta mucho creer
en la veracidad de las promesas sobre la recuperación. Las diferencias las
hallamos en la demanda externa. Por un lado, como consecuencia de las
distintas especializaciones productivas y exportadoras, las ventas al exterior de
la economía española durante el segundo trimestre de 2013 crecen un 9,2 por
100, en tanto que Andalucía tan sólo se incrementan un 2,4 por 100. Y por otro
lado, el mayor contraste se produce en el caso de las importaciones, puesto
que en España suben un 3,1 por 100, cuando en Andalucía disminuyen un 2,1
por 100. Esto puede ser un síntoma de que caso de que se esté produciendo
una recuperación, en Andalucía está es más lenta que a nivel nacional.
Del análisis general del cuadro macroeconómico podemos pasar, en
sentido figurativo, al examen al microscopio de la oferta y de la demanda de la
economía andaluza, mediante la observación de una batería de indicadores
coyunturales con diferentes referencias temporales. Tanto en un caso como en
otro lo más destacable sería lo siguiente.
INDICADORES DE OFERTA
Oferta
Andalucía España
Variación interanual
(%) Periodo
Andalucía España
Índice de producción industrial 70,7 82,8 -4,3 0,4 jul-13
Licitación oficial total (Miles euros) 62.728 417.275 -38,6 -50,6 jun-12
Viviendas iniciadas 1.125 12.100 -81,1 -55,4 2º Tr-12
Viviendas terminadas 6.602 42.657 -23,2 -17,7 4º Tr-12
Superficie a construir de obra nueva para uso no residencial
(m2)
41.021 293.905 -4,2 1,4 may-13
Hipotecas constituidas urbanas (Miles euros) 590.432 3.451.174 -13,8 -24,2 may-13
Índice de Cifra de Negocio en servicios 89,8 93,0 -3,5 -4,2 jun-13
Inversión extranjera. Inversión bruta efectiva total (Miles de
euros)
19.255 3.647.500 -65,1 -15,9 1er Tr-
13
Viajeros en establecimientos hoteleros 1.613.329 9.621.527 4,2 0,1 jul-13
Pernoctaciones en establecimientos hoteleros 5.568.980 37.581.401 3,9 0,5 jul-13
Grado de ocupación por plazas en establecimientos hoteleros
(%) *
59,6 65,3 0,4 0,0 jul-13
Número de turistas 5.952.962 - 0,8 - 2o Tr-13
Estancia media de los turistas (Días) * 7,7 - -2,6 - 2o Tr-13
Gasto medio diario por turista (Euros) 61,7 - -4,2 - 2o Tr-13
FUENTES: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA)-Índice de Producción Industrial de Andalucía. Base
2005.INE-Índices de Producción Industrial. Base 2005. Ministerio de Fomento..INE-Estadística de Hipotecas. Instituto de
Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA)-Indicadores de Actividad del Sector Servicios.. INE-Indicadores de actividad del
sector servicios. Base 2005. Ministerio de Industria, Energía y Turismo. Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA)-Encuesta de Ocupación en Alojamientos Hoteleros. Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA)-Encuesta de
Coyuntura Turística de Andalucía. Tomado de IECA.
* Variación interanual calculada como diferencia sobre el mismo periodo del año anterior
Por lo que respecta a la oferta, y solamente teniendo en cuenta los
indicadores referidos a 2013, pueden hacerse algunas consideraciones de
interés. Primera, atendiendo al Índice de Producción Industrial, vuelve a
constatarse la desconexión entre el sector industrial español y el andaluz, así
como la pérdida de significación, y ya tenía poca, de la industria dentro de la
estructura económica de Andalucía. Segunda, tanto en España como en
Andalucía los indicadores correspondientes a la actividad del sector de la
construcción muestran que aún no ha terminado el proceso de ajuste en este
sector, mientras que éste continúe seguirá expulsando mano de obra y
presionando sobre el conjunto del mercado de trabajo. Tercera, los testigos
coyunturales relativos a la inversión extranjera, por sus registros tan negativos,
dejan bien a las claras la falta de confianza que todavía gravita sobre la
economía española y la andaluza. Y cuarta, el sector turístico andaluz emite
señales contradictorias, frente a los registros positivos del número de viajeros y
de pernoctaciones, nos encontramos los negativos de la estancia media y del
gasto medio por turista. En todo caso, el turismo, a pesar de la crisis, sigue
siendo un sector clave para la economía andaluza por las interrelaciones que
tiene con el resto de actividades.
Si la crisis está dejando su rastro en los indicadores de oferta, otro tanto
ocurre en aquellos que recogen la evolución de la demanda. Es patente que el
consumo de bienes y servicios se está viendo afectado por la contracción de la
renta disponible, el deterioro del mercado de trabajo y las negativas
expectativas de los consumidores en torno al futuro más inmediato. Por mucho
que se proclame la conclusión de la crisis, no por ello van a cambiar de signo
los indicadores de demanda; ello no es posible sin una decidida recuperación
del empleo, una disminución del endeudamiento de los hogares, una reducción
de los impuestos que gravan las rentas y el consumo, y un restablecimiento del
crédito. Una combinación de acontecimientos muy compleja y que pasará
tiempo, mucho tiempo, hasta que la veamos.
INDICADORES DE DEMANDA
Demanda
Andalucía España
Variación interanual (%) Periodo
Andalucía España
Matriculación de turismos 8.886 77.425 19,9 16,9 jul-13
Consumo de gasolina (Tm) 55.132 382.868 -16,0 -13,7 jun-13
Consumo de gasóleo A. Automoción (Tm) 250.196 1.665.577 -12,0 -10,5 jun-13
Consumo de gasóleo B. Agrícola y pesca (Tm) 44.756 257.641 -9,2 -11,2 jun-13
Consumo de gasóleo C. Calefacción (Tm) 11.417 88.463 -26,2 -31,3 jun-13
Índice de comercio al por menor 98,0 100,3 0,3 -0,3 jul-13
Índice de ventas en grandes superficies de Andalucía 94,1 - -4,9 - jul-13
Índice de producción industrial. Bienes de consumo 71,4 92,8 -9,3 1,0 jul-13
Índice de producción industrial. Bienes de equipo 60,2 81,6 -4,1 5,7 jul-13
Índice general de clima empresarial 112,8 - - - 3er Tr-13
FUENTES:Ministerio del Interior-Dirección General de Tráfico. Ministerio de Industria, Energía y Turismo-CORES. Instituto de
Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA)-Índice de Comercio al por Menor de Andalucía. Base 2005. INE-Indices de
comercio al por menor. Base 2005. IECA-Índice de Ventas en Grandes Superficies de Andalucía. Base 2006. Instituto de Estadística
y Cartografía de Andalucía (IECA)-Índice de Producción Industrial de Andalucía. Base 2005. INE-Índices de Producción Industrial.
Base 2005. Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA)-Barómetro empresarial de Andalucía. Tomado de IECA.
En el caso andaluz, salvo la matriculación de turismos y en una mínima
cuantía (0,3 por 100) el índice de comercio al por menor, el mapa de
indicadores de demanda está plagado de signos negativos, prueba que
respalda el comentario anterior. El incremento interanual de la matriculación de
turismos en el mes de julio se cifra en un 19,9 por 100, superior en 3 p.p. al
registro nacional (16,9 por 100), lo cual es debido a los planes de ayuda
implementados por el Gobierno Central. El repunte detectado en el índice de
comercio al por menor puede estar indicándonos una cierta preferencia de
algunos consumidores por la pequeña compra con respecto a la gran compra,
este comportamiento se desprende de la propia crisis y de determinados
cambios sociales que han llevado a la proliferación de hogares compuestos por
un número muy reducido de personas. Por otro lado, el consumo de
carburantes disminuye a unas tasas muy notables como consecuencia tanto de
su elevado precio como de la contracción de la renta disponible. Y por último, la
difícil situación económica y laboral por la que atraviesan las familias andaluzas
se refleja en las caídas que registran los indicadores más ligados al consumo
tanto de bienes perecederos como duraderos: las ventas en grandes
superficies y la producción de bienes de consumo.
De un comportamiento de la demanda como el descrito cabría esperar
una fuerte moderación de los precios, pero la realidad muestra y demuestra
que esto no es así. La explicación más plausible de esta paradójica situación
es la ausencia de competencia en determinados mercados de bienes y
servicios.
Precios y salarios
Andalucía España
Variación interanual (%) Periodo
Andalucía España
Índice de precios de consumo 103,5 104,0 1,4 1,5 ago-13
IPC subyacente 102,0 102,7 1,4 1,6 ago-13
IPC. Alimentación y bebidas no alcohólicas 106,9 106,8 4,7 4,4 ago-13
IPC. Vivienda 106,5 106,2 -0,2 -0,3 ago-13
Precio medio del m2 en la vivienda libre (Euros) 1.245,5 1.481,7 -7,4 -7,8 2º Tr-13
Aumento salarial pactado * 0,65 0,65 -1,24 -0,88 jul-13
FUENTES: INE-Índice de Precios de Consumo. Ministerio de Fomento. Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Tomado de
IECA.
* Variación interanual calculada como diferencia sobre el mismo periodo del año anterior
Tanto en el caso nacional como en el andaluz, el índice de precios al
consumo y el IPC subyacente están dentro de unos niveles razonables; pero no
así el IPC de alimentación y bebidas no alcohólicas, que en tasa interanual
subieron en agosto un 4,7 por 100 en Andalucía y un 4,4 por 100 en España. Si
a esto último sumamos que el aumento salarial pactado en julio, aunque
hablando con propiedad habría que titularlo el descenso salarial pactado, se ha
cifrado en un -1,24 por 100 en nuestra región y en un -0,88 por 100 a nivel
nacional, es palpable la merma de poder adquisitivo que están sufriendo las
familias andaluzas y españolas, máxime en unos bienes que son de primera
necesidad, como es el caso de los alimenticios.
Al final las aguas de la demanda y de la oferta van a parar a un mismo
río: el mercado de trabajo. Después de lo comentado a nadie extrañará el
empeoramiento del mercado de trabajo tanto en España como en Andalucía.
Mercado de trabajo
Andalucía España
Periodo
Hombres Mujeres Total Hombres Mujeres Total
Población de 16 y más años (Miles personas) 3.331,5 3.467,5 6.799,0 18.584,4 19.641,9 38.226,3 2º Tr-13
Activos (Miles personas) 2.204,6 1.820,4 4.025,0 12.287,4 10.473,9 22.761,3 2º Tr-13
Ocupados (Miles personas) 1.441,6 1.143,0 2.584,6 9.144,5 7.639,2 16.783,8 2º Tr-13
Parados (Miles personas) 763,0 677,4 1.440,4 3.142,9 2.834,7 5.977,5 2º Tr-13
Tasa de actividad (%) 66,17 52,50 59,20 66,12 53,32 59,54 2º Tr-13
Tasa de paro (%) 34,61 37,21 35,79 25,58 27,06 26,26 2º Tr-13
Tasa de empleo (%) 43,27 32,96 38,01 49,21 38,89 43,91 2º Tr-13
Paro registrado (Número de personas) 510.285 536.198 1.046.483 2.288.893 2.409.890 4.698.783 ago-13
Afiliados en alta a la Seguridad Social. Régimen
general (Número de personas)
898.441 767.289 1.665.735 6.358.296 5.689.179 12.047.523 jul-13
Afiliados en alta a la Seguridad Social. Total
(Número de personas)
1.403.884 1.207.434 2.611.327 8.815.873 7.468.766 16.284.726 jul-13
Contratos registrados 137.262 94.731 231.993 585.070 458.096 1.043.166 ago-13
Contratos indefinidos 3.646 3.023 6.669 33.508 28.946 62.454 ago-13
Colocaciones registradas 173.927 132.770 306.697 828.453 682.256 1.510.709 jul-13
FUENTES: Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA)-Encuesta de Población Activa. Servicio Público de Empleo Estatal. Ministerio de Empleo y Seguridad Social. Tomado de IECA.
El pasajero alivio que la campaña estival ha traído consigo en el
mercado de trabajo, al cual ya nos hemos referido en un comentario anterior y
que es perfectamente trasladable a la realidad andaluza, no puede ni debe
ocultar una negatividad sin precedentes de las variables laborales. La
problemática laboral andaluza se resume de la siguiente forma: tómese
cualquier registro relativo al mercado de trabajo más deteriorado de la Unión
Europea, el español, y multiplíquese como poco por dos. En España hay
muchas personas en paro, la tasa de desempleo es muy elevada, el paro
juvenil es desorbitado, el paro de larga duración alcanza unos niveles
escandalosos; en Andalucía se produce todo esto pero a una escala mayor. Y
el problema del mercado de trabajo andaluz es de tal envergadura que es a
todas luces imposible que pueda solucionarse mientras la economía andaluza
descanse en un sector servicios tradicional y cada vez más sujeto al signo de
las campañas turísticas, en un sector de la construcción sometido a un drástico
ajuste y en una industria que está siendo reducida a la mínima expresión. A ver
si tomamos conciencia de que si no somos capaces de ampliar la base
productiva –el número de empresas- no habrá forma humana de atajar el
problema del paro en Andalucía.
Tomando como referencia la Encuesta de Población del II trimestre de
2013 se constatan los difíciles momentos por los que está atravesando el
mercado de trabajo de nuestra región. A la altura de mediados del presente
año en Andalucía hay 1.440.400 personas que buscan activamente un trabajo y
no lo encuentran; esto significa que la tasa de paro masculina andaluza ha
alcanzado el nivel del 34,61 por 100, cerca de 10 puntos superior a la nacional
(25,58 por 100), en tanto que entre la población femenina andaluza la tasa de
paro se eleva al 37,21 por 100 frente al 27,06 por 100 nacional.
Hasta ahora, al menos esa impresión nos da, los responsables de
política económica no son conscientes del calibre del problema, limitándose a
manifestar en cualquier tiempo y lugar que su objetivo es el empleo. Pero el
empleo no surge por generación espontánea, sino porque se facilite y
promocione la creación de empresas, tema en el que si se conoce lo que hacen
otros países todavía nos queda mucho por aprender y hacer.
ECONOMÍA DE GRANADA
Como en más de una ocasión hemos advertido, no cabe esperar que
una economía del tamaño y de la significación de la granadina lleve una
trayectoria diferente a la del conjunto nacional y regional en el que está
encuadrada. A ello habría que añadir sus peculiaridades: elevado peso de las
administraciones públicas; presencia notable de las actividades agrarias;
debilidad industrial; y, como en tantos sitios, retroceso de la actividad
constructora. Estas puntualizaciones no son caprichosas. Y las reiteramos
cuantas veces sea necesario porque en tanto en cuanto no se modifiquen estos
perfiles característicos, Granada estará condenada a formar parte del furgón de
cola del tren de la economía española. Es posible, y más hablando de
Granada, que muchos se sientan cómodos en ese vagón trasero; pues bien,
esta manera de ver las cosas perpetúa los problemas y condena a la
emigración a las generaciones más jóvenes. Con esta mentalidad no les quepa
la menor duda que a no mucho tardar la Universidad de Granada será la
primera empresa exportadora de Granada, pero no de I+D sino de mano de
obra.
El ostensible e incomprensible desfase temporal de la información
económica provincial del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía
hace inservible esta fuente estadística a la hora de analizar la coyuntura
económica de Granada. Es por ello que en este Boletín utilizaremos el panel de
indicadores elaborado por Analistas Económicos de Andalucía, institución que
desde hace muchos años viene prestando un gran servicio público para el
mayor y mejor conocimiento de la economía y la sociedad de Andalucía.
PANEL DE INDICADORES ECONÓMICOS DE LA ECONOMÍA DE GRANADA
INDICADORES ECONÓMICOS ESPAÑA ANDALUCÍA GRANADA
Período Unidad Dato Tasa Dato Tasa Dato Tasa
Crecimiento económico IT 2013 Tasa var. - 2,00 - 2,60 - 2,40
IPI General ene-may 2013 Índices 76,50 - 3,51 66,90 10,41
Viviendas visadas ene-mar 2012 Unidades 9.777,00 - 47,44 1.110,00 - 64,69 132,00 - 62,92
Viviendas iniciadas ene-dic 2012 Unidades 37.243,00 - 56,83 4.733,00 - 65,00 493,00 - 59,66
Viviendas terminadas ene-mar 2013 Unidades 13.566,00 - 56,67 2.516,00 - 54,76 328,00 - 58,38
Precio vivienda libre II T 2013 Euros/m2 1.481,70 - 7,76 1.245,50 - 7,38 1.164,90 - 6,04
Compra-venta viviendas ene-jul 2013 Unidades 196.714,00 3,64 39.044,00 4,16 4.122,00 6,82
Viajeros Est. Hoteleros. Total ene-jul 2013 Miles 46.987,80 - 1,29 8.523,50 0,97 1.377,20 4,65
Pernoct. Hoteleras. Total ene-jul 2013 Miles 157.639,90 - 0,15 24.007,10 0,90 2.841,00 3,52
Activos II T 2013 Miles pers. 22.761,30 - 1,51 4.025,00 0,17 432,90 - 0,67
Ocupados. Total II T 2013 Miles pers. 16.783,80 - 3,64 2.584,60 - 2,67 271,00 - 2,06
Ocupados Agricultura II T 2013 Miles pers. 760,70 3,88 203,20 6,11 21,20 35,03
Ocupados Industria II T 2013 Miles pers. 2.299,90 - 5,67 224,70 - 6,72 23,30 4,02
Ocupados Construcción II T 2013 Miles pers. 1.023,30 - 14,22 138,30 - 16,28 14,40 - 13,77
Ocupados Servicios II T 2013 Miles pers. 12.699,90 - 2,71 2.018,50 - 1,91 212,10 - 4,46
Parados II T 2013 Miles pers. 5.977,50 5,00 1.440,40 5,69 161,90 1,82
Tasa de paro II T 2013 Porcentaje 26,30 1,66 35,80 1,90 37,40 0,90
Paro registrado ene-ago 2013 Miles pers. 4.887,20 4,68 1.088,30 5,27 108,50 4,14
Trabajadores afil Seg. Social ene-ago 2013 Miles pers. 16.282,40 - 3,96 2.643,30 - 5,30 288,10 - 3,85
Índice Precios Consumo ago-13 Índices 104,00 1,52 103,50 1,44 103,70 1,54
Depósitos sector privado IT 2013 Millones E 1.115.612,20 1,13 100.280,80 0,67 12.443,80 1,00
Créditos al sector privado IT 2013 Millones E 1.493.865,20 - 11,89 185.666,90 - 11,39 20.536,40 - 14,29
Matriculación turismos ene-ago 2013 Unidades 513.239,00 - 2,59 52.819,00 - 4,98 5.289,00 - 6,01
Matriculación veh. Carga ene-ago 2013 Unidades 68.380,00 - 8,60 6.774,00 - 6,75 744,00 - 7,00
Hipotecas const. Importe ene-jun 2013 Millones E 21.664,20 - 26,27 3.844,00 - 26,22 284,30 - 44,29
Hipotecas const. Número ene-jun 2013 Unidades 190.288,00 - 24,81 36.940,00 - 24,92 3.358,00 - 50,10
Efectos com. Impagados. Importe ene-jun 2013 Millones E 2.155,20 - 27,19 169,40 - 44,25 20,90 - 57,78
Efectos com. Impagados. Número ene-jun 2013 Unidades 1.198.977,00 - 19,73 116.285,00 - 5,43 13.558,00 - 24,82
Sociedades mercantiles. Capital ene-jul 2013 Millones E 3.942,30 - 26,52 743,90 46,40 39,00 - 17,81
Sociedades mercantiles. Número ene-jul 2013 Unidades 59.290,00 9,22 9.843,00 10,45 969,00 10,62
Importaciones bienes ene-jun 2013 Millones E 124.546,60 - 3,16 15.570,50 - 3,41 270,90 - 4,93
Exportaciones bienes ene-jun 2013 Millones E 118.722,20 7,95 14.153,20 10,38 470,90 13,82
Fuente: Analistas Económicos de Andalucía, Banco de España, Consejo Superior de Colegios de
Arquitectos de España, Dirección General de Aviación Civil, Dirección General de Tráfico, IEA, INE,
Ministerio de Industria, Energía y Turismo, Ministerio de Empleo y Seguridad Social, Ministerio de
Fomento y SEOPAN. Tomado de Analistas Económicos de Andalucía.
En primera instancia, una ojeada al panel de indicadores que sobre la
economía granadina se adjunta puede nublar la vista y apabullar. Pero esto
sólo es una apariencia. Lo mejor y más sencillo es suponer que tenemos en
nuestras manos un plano económico de nuestra provincia. Vayamos despacio y
de forma ordenada, y así encajarán todas las piezas.
El punto de partida es la actividad general. Desde este prisma, en el I
trimestre de 2013 Granada se ha situado entre medias del registro nacional y
del regional: la actividad productiva granadina en términos interanuales cayó un
2,4 por 100; 0,4 puntos más que a nivel nacional (-2,0 por 100) y 0,2 puntos
menos que el regional (2,6 por 100). Por tanto, como era esperable, Granada
ha iniciado el año 2013 como finalizó 2012, sumida en la recesión. Hasta que
no se haga público el dato de la actividad económica provincial referente al II
trimestre no podremos calibrar hasta qué punto la crisis ha tocado fondo
también en Granada como, según se nos dice, lo ha hecho en España. Ahora
bien, si así fuese, no seamos ilusos creyendo que tocando fondo ya estamos
salvados; no, significa que hemos llegado a lo más hondo del pozo, ahora hay
que salir de él.
La batería de indicadores nos permite pasar de esta visión panorámica a
una más detallada:
En lo que va transcurrido de 2013 se corrobora para Granada un
proceso que ya hemos constatado para el conjunto nacional y regional:
el sector inmobiliario continúa en caída. Sus principales indicadores
(viviendas visadas, iniciadas y terminadas) registran unas tasas
negativas muy elevadas, por ese orden: 69,92; 59,66; y 58,38 por 100.
Un ajuste tan drástico y prolongado causará graves perturbaciones en la
estructura económica provincial, siendo ésta una de las herencias más
pesadas de la crisis y que continuará entre nosotros durante bastante
tiempo.
Los archiconocidos atractivos turísticos de Granada así como la
ampliación y mejora de la oferta hotelera, junto con el descenso de los
precios, se están traduciendo en un creciente dinamismo de esta
actividad, con el consiguiente efecto de arrastre sobre otras. Este mayor
pulso del sector se refleja en el incremento de un 4,65 por 100 del
número de viajeros alojados en establecimientos hoteleros y de un 3,52
por 100 del total de pernoctaciones. En la medida en que se afiance la
recuperación de las principales economías occidentales es previsible
que esta mejoría se consolide y amplifique, siempre y cuando seamos
capaces de diversificar los mercados de procedencia de los flujos
turísticos y mantener una relación calidad-precio adecuada y atractiva.
La demanda continúa retraída, a lo cual no es ajeno el deplorable estado
del mercado de trabajo y los efectos contractivos de la devaluación
interna de la economía española sobre los trabajadores granadinos. La
ausencia de trabajo, por consiguiente la carencia de la principal fuente
de renta, y la disminución de los niveles salariales dejan sentir sus
efectos, como puede comprobarse en la información estadística adjunta,
en indicadores como la matriculación de vehículos de vehículos (-6,01
por 100), el número de hipotecas constituidas (-50,10 por 100) o el
crédito al sector privado (-14,29 por 100). Las negativas perspectivas
laborales y la creencia que el futuro no será mejor que el presente
lastran todos estos indicadores de la economía granadina.
No se corresponde con el débil pulso que muestra la demanda, el que la
tasa de inflación de Granada en agosto (1,54 por 100) sea superior que
la nacional (1,52 por 100) y que la regional (1,44 por 100). Aunque las
diferencias no son notables pero no por ello hemos de olvidar que este
es un goteo que va minando el poder adquisitivo y los índices de
competitividad.
En mitad de la oscuridad económica se atisba una luz: las exportaciones
de bienes. Las razones generales ya han sido apuntadas con
anterioridad y, por supuesto, son extensibles a la economía granadina.
Aquí lo subrayable es el mayor ímpetu exportador entre enero y junio de
2013 de la economía granadina con respecto al marco nacional y
regional. Durante los seis primeros meses del año las exportaciones
granadinas se han incrementado un 13,82 por 100; 3,44 puntos por
encima de Andalucía (10,38 por 100) y 5,87 puntos de España (7,95 por
100). En este punto la cuestión a dirimir es si las exportaciones pueden
tener un efecto locomotora sobre la actividad productiva granadina; tal
vez, si la industria y los servicios avanzados tuviesen un mayor peso
específico la respuesta sería afirmativa. Pero, como es sabido, no es el
caso.
Donde no se ve ninguna luz es en el mercado de trabajo. La Encuesta
de Población Activa del II trimestre de 2013 confirma las tendencias de
los pasados trimestres. El empleo en Granada desciende un 2,06 por
100, mientras que en España lo hace un 3,64 por 100 y en Andalucía un
2,67 por 100. Por sectores sí aparecen dos notas reseñables: si
comparamos los datos del II trimestre de 2013 con los del mismo
período de 2012, la ocupación se incrementa un 35,03 por 100 en la
agricultura y un 4,02 por 100 en la industria de la economía granadina;
por el contrario, el empleo disminuye en la construcción (13,77 por 100)
y en los servicios (4,46 por 100). Por último, el paro se incrementa en
Granada (1,82 por 100), pero menos que en el conjunto nacional (5 por
100) y en el regional (5,69 por 100); ello no quita para que la tasa de
paro siga a unos niveles desorbitados: 37,4 por 100; 1,6 puntos más alta
que la regional (35,8 por 100) y 11,1 puntos que la nacional (26,30 por
100).
En sentido figurativo, la economía granadina se encuentra a la espera de
un tren, por favor no sea mal pensado el lector no nos referimos al AVE, que
esperemos y deseemos que, no como el mencionado, llegue cuanto antes a la
estación que sea y a la máxima velocidad: la recuperación económica.