Friedrich Nietzsche - Voluntad de Poder

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-Versión para tablet- Ultima obra del célebre filósofo alemán, Friedrich Nietzsche. Se trata de una recopilación, por parte de la hermana del autor, de los cuadernos y apuntes que quedaron sin publicar; por tanto, este libro se trata de una obra póstuma.

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Nietzsche

La voluntad de poder tPrlogo de Dolores Castrillo M irati

Biblioteca Edaf

EDAFM A D R ID - M X IC O - B U R N O S A IR E S - S A N JU A N - S A N T IA G O

FRIEDRICH NIETZSCHE

LA VOLUNTAD DE PODERPrlogo deD o l o r e s C a s t r il l o M ir a t

BIBLIOTECA EDAF

D ir e c to r d e la c o le c c i n : M E L Q U A D E S P R IE T O D is e o d e c u b ie r ta : ( E R A R D O D O M N G U E Z 0 D e la tr a d u c c i n : A N B A L F R O U F E

(0 2 0 0 0 . D e e s ta e d ic i n . E d ito ria l E D A F , S .A . E d ito ria l E l )A K S. A . J o r g e J u a n , 3 0 . 2 8 0 0 1 M a d rid h ttp ://\v \v w .e d a l.n e t ed .d ( " e d a .n e t E d a l y M o r a le s , S. A. O r ie n te , 180, n 2 7 9 . C o lo n ia M o c te /u m a , 2 d a . S e c . C . P 15 5 3 0 . M x ic o , D. F. h tt p ://w \v w .e d a l'-y -m o ra le s , c o m .m x cd al'm o ralcsC ft e d a t.n e t E d a f d e l P la ta . S. A. C h ile , 2 2 2 2 1227 - B u e n o s A ire s . A rg e n tin a c d a fd e l p la ta ( V d af.n et E d u f A n tilla s . Inc Av. J. T. P i e ro . 1594 - C a p a r ra T e rra c e ( 0 0 9 2 1 - 1 4 1 3 ) S a n J u a n , P u e rto R ic o e d a a n ti lias (o e d a f.n e t E d a f C h ile , S .A . H u rfan o s, U 7 8 - O E 506 S a n tia g o - C h ile e d a l c h i l c ^ e d a l '.n e t Q u e d a p r o h ib id a , s a lv o e x c e p c i n p re v is ta en la ley. c u a k |u ie r fo rm a d e r e p r o d u c c io ii, d is tr ib u c i n , c o m u n ic a c i n p b lic a y tr a n s f o r m a c i n d e e s ta o b ra sin c o n ta r c o n la a u to riz a c i n d e lo s titu la r e s d e p ro p ie d a d in te le c tu a l. L a in fra c c i n d e lo s d e r e c h o s m e n c io n a d o s p u e d e s e r c o n s titu tiv a d e d e lito c o n tr a la p ro p ie d a d in te le c tu a l (a rt. 2 7 0 y s ig u ie n te s d e l C d ig o P e n a l). L l C e n tr o E s p a o l de 1 )e r e c h o s R c p ro g r f ic o s ( C E D R O ) v e la p o r el re s p e to d e lo s c ita d o s d e re c h o s .

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Ck>sas-( )ic o y c n .

Pol. In. Igarsa - Paracucllos de Jarama (Madrid)

Indice

P>s.P r l o g o , p o r D olores C astrillo M irat .................... C r o n o l o g a ................................................................................ 9 25

LA V O LU N T A D D E PO D ER P r e f a c io ..............................................................................LIBRO PRIMERO

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EL N IH IL IS M O E U R O P E O ......................................LIBRO SEGUNDO

33

C R T IC A D E LO S S U P R E M O S V A LO R ES H IS T R IC O S ....................................................................LIBRO TERCERO

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FU N D A M EN TO S DE U N A NUEVA VALO R A C I N ....................................................................... 329LIBRO CUARTO

D ISC IPLIN A Y E D U C A C I N ................................. 569

Prlogo

recogidos en la corresponden cia de Nietzsche, sabemos que ya hacia 1884 haba con cebido el proyecto de reunir el conjunto de sus impresiones filosficas en una gran obra en prosa. Segn escribe a Overbeck (7 de abril de 1884), se halla resueltamente decidido a consagrar los cinco prximos aos de su vida a la elaboracin de su filosofa, para la cual cuenta con Zaratustra a m odo de peristilo. Baste, pues, esta re ferencia para deshacer el equvoco frecuente, segn el cual La voluntad de poder habra sido escrita por Nietzsche para divulgar en prosa inteligible su enigmtico Zaratustra. En realidad afirma Heidegger , la obra capital proyectada, lo: in tento de comprender, com o consecuencia de una desperso nalizacin y com o dsintressement, incluso la espirituali dad y el arte ms altos. g) Se permite a la Iglesia que siga entrometindose en to das las vivencias esenciales, en todos los puntos culm inan tes de la vida individual, para que los consagre y les de un sentido ms alto: seguimos teniendo el estado cristiano, la boda cristiana.

31 Ha habido pocas ms pensadoras y ms profundas que la nuestra; pocas com o, por ejem plo, aquella en que apa reci el Buda, en que el pueblo m ism o, despus de largas luchas de sectas durante siglos, se en contr al final tan profundam ente perdido en los laberintos de las opiniones filosficas com o tem poralm ente los pueblos europeos en las sutilezas de los dogm as religiosos. No nos dejem os nosotros seducir por la literatura y la prensa que nos in ducen a tener una gran opinin del espritu de nuestro tiem po: los m illones de espiritistas y una cristiandad con ejercicios gim nsticos de esa espantosa fealdad que carac teriza a las invenciones inglesas ofrecen una m ejor pers pectiva.

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El pesim ism o europeo est todava en sus comienzos. Un testimonio contra s mismo: an no tiene aquella monstruosa y nostlgica fijeza ele mirada en que se refleja la nada, como la tuvo una vez en la India: todava hay en l m ucho hecho y no devenido, dem asiado pesimism o de sabios y poetas; quiero decir, que buena parte de l es pensado o inventado, es creado, pero de ningn modo causa.

32 Crtica del pesim ism o hasta el presente. Rechazo del punto de vista endem onolgico com o ltima reduccin a la pregunta: qu sentido tiene esto? Reduccin del oscureci miento. Nuestro pesimismo: el m undo no es, de ningn modo, el valor que creemos; nuestra fe misma ha hecho aum entar de lal form a nuestra tendencia al conocimiento, que hoy tene mos que decir esto. En primer lugar, el mundo aparece as como de menos valor, y as lo experimentaremos: solo en este sentido somos pesimistas, es decir: con la voluntad de reconocer sin trabas esta transvaloracin y no engaarnos o cubrirnos los ojos con la antigua forma de pensar. Justamente en esta direccin encontram os el pathos que nos fuerza a buscar nuevos valores. En suma: el mundo pu diera tener ms valor del que nosotros creamos; debemos unalizar la ingenuidad de nuestros ideales ya que quiz, en conciencia, para darle la interpretacin ms alta, no hemos dado ni tan siquiera una vez a nuestra existencia hum ana un moderado valor. Qu ha sido divinizado? Los instintos de valor en la co munidad (lo que posibilita su subsistencia). Q u ha sido calumniado'? Lo que separaba a los ho m bres superiores de los inferiores, el im pulso creador de abismos.

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33 C ausas del surgim iento del pesim ism o: 1) Porque las tendencias m s fuertes y e s p e ra n z a d o s de la vida han sido calum niadas hasta ahora, de m anera qui la vida tiene una m aldicin sobre s, 2) Porque la creciente valenta y rectitud y la atrevida desconfianza del hom bre com prenden la indisolubilidad di' estos instintos con respecto a la vida y, por lo tanto, se vuel ven contra la vida. 3) Porque solo los m ediocres, los que no sienten ese con flicto en absoluto, prosperan: la clase superior fracasa y. com o ejem plo de la degeneracin, se crea enem igos; porque, por otra parte, nos indigna el que se presente lo mediocre com o finalidad y sentido (y tam bin porque ya nadie puede responder a un para qu?). 4) Por que el em pequeecim iento, la capacidad de sufrir, la inquietud, la prisa, la confusin crecen sin cesar; porque l;i actualizacin de todo este impulso, la llamada civilizacin es cada ve m s fcil, y el individuo enfrentado a esta ma quinaria m onstruosa se desalienta y se somete.

34 El pesim ism o m oderno es una expresin de la inutilidad del m undo m oderno, no del m undo y de la existencia en ge neral.

35 La preponderancia del dolor sobre el placer o lo con trario (el hedonismo): estas dos doctrinas son ya indicios que apuntan al nihilismo...

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Porque, en am bos casos, no se establece aqu ningn otro N cntido ltim o ,'sino la apariencia del placer o el desplacer. Icro as habla una clase de hom bres que ya no se atreve a eslublecer una voluntad, una intencin, un sentido; para cual quier clase de hom bres m s sana, el valor de la vida no se mide con el m dulo de estas cosas accesorias. Y si una pre ponderancia del dolor sera posible, lo seran tam bin, a p e sar de todo, una voluntad m s fuerte, un decir-s a la vida, lina necesidad de esa preponderancia. La vida no m erece la pena; resignacin; de qu sirven las lgrim as?; esta es una form a de pensar dbil y irntim ental. Un m onstre gai vant mieux q u un sentimental rnnuyeux.

36 lil filsofo nihilista est convencido de que todo aconte cer 110 tiene sentido, de que todo sucede en vano, y tambin ilr que no debera existir nada sin sentido ni en vano. Pero por qu este no debera? De dnde se tom a este sentido, esta medida? El nihilista quiere decir, en el fondo, que la consideracin de una tal existencia vaca e intil no es sa tisfactoria para un filsofo, le produce tristeza y desespeim in. U na consideracin as contradice nuestra m s sutil fusibilidad com o filsofos. Nos hace llegar a esta ab u n d a valoracin; el carcter de la existencia debera satisfai er til fil so fo para que esta pueda m antenerse con pleno deictlio... Partiendo de aqu, es fcil com prender que el placer y el desplacer solo pueden tener el sentido de m edios dentro ilel suceder; quedara por preguntar si, de alguna m anera, i* |M)sible ver el sentido, la finalidad, si la cuestin de h tu falla de sentido, o la contraria, no sern insolubles para nosotros.

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Evolucin del pesim ism o al nihilismo. Desnaturaliza cin de los valores. Escolstica de los valores. Los valores, perdidos, idealizados, en lugar de dom inar y dirigir la ac cin, se vuelven contra ella, condenndola. Contradicciones introducidas en lugar de los grados y ca tegoras naturales. Odio a la jerarqua. Las contradicciones corresponden a una poca populachera, porque son fciles de comprender. El mundo rechazado en presencia de un inundo cons truido artificialmente, verdadero, vlido. Finalmente, se descubre con qu materia se edific el mundo verdadero, y ya solo queda el reprobado, cargando en la cuenta de este, esta suprem a desilusin. Y con esto ha llegado el nihilismo; se han conservado los valores que sirven para juzgar, y nada ms! Esto da lugar al nacimiento de] problema de la fuerza y l;i debilidad; 1) Los dbiles se rompen aqu en pedazos. 2) Los fuertes destruyen lo que no se rompe. 3) Los ms fuertes superan los valores que sirven pai juzgar. Todo esto en conjunto crea la edad trgica.

111. EL M OVIM IENTO NIHILISTA COM O EXPRESIN DE LA DECADENCIA 38 Recientemente se han llevado a cabo m uchos abusos con el empleo de una palabra fortuita e inadecuada en todos los sentidos, se habla en todas partes de pesimism o, se inteni;i a toda costa solucionar la cuestin de si tiene razn el pesi

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mismo o el optim ismo. N o se ha com prendido lo que est al tilcimee de la mao: que el pesim ism o no es un problema, iliio un sntoma: que la palabra pesimism o debera susti tuirse por la de nihilismo; que la cuestin de si no ser es mejor que ser, es ya. por s misma, una enferm edad, un signo ile declive, una idiosincrasia. I I movim iento nihilista es solo la expresin de una det mlencia fisiolgica.

39 Debe comprenderse: que todas las clases de decaimiento V de dolencia han ayudado, constantem ente, al enjuicia miento de valores totales; que, en el resultado de esta valo racin de conjunto, la decadencia ha llegado a ser preponde rante, ha llegado, incluso, a dominar; que no solo tenemos que luchar contra todas las miserias actuales, consecuencia de Im degeneracin, sino que toda decadencia producida hasta iilinra ha quedado retardada, es decir, todava viva, lin a tal limacin general de la humanidad, de sus instintos funda mentales, una tal decadencia general de los enjuiciam ientos ile valores form a la interrogante par excellence, el verdadero acertijo que el animal hombre propone al filsofo.

40 concepto dcadence. La descom posicin, la deleccin, los residuos, no son algo condenable en s mismo, \ L a decadencia de la familia.

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El hom bre bueno com o sntoma del agotamiento. La justicia com o voluntad de poder (disciplina). Lujuria y neurosis. Msica negra, en dnde est la msica regenadora? El anarquista. Desprecio del individuo, asco. Profunda diferenciacin: Jo creador es el ham bre o la sa ciedad? La primera crea los ideales del romanticismo. Falta de naturalidad nrdica. La necesidad del alcohol: los trabajadores, miseria. El nihilism o filosfico.

60 El lento avance y ascenso de las capas medias e inferiores (incluida aqu la clase baja, de cuerpo y espritu), que ya anles de la Revolucin Francesa estaba claram ente preludiada y que, aun sin la Revolucin, hubiera encontrado igualmente su cam ino hacia delante la preponderancia, en sum a, del rebao sobre todos los pastores y m ansos , trae consigo: 1) El entenebrecim iento del espritu (la coexistencia de una apariencia estoica y frvola de felicidad, propia de cul turas selectas, decrece: se descubren m uchos sufrim ientos que anteriorm ente se ocultaban y soportaban). 2) La hipocresa moral (una forma de querer distinguirse por la tica, pero m ediante las virtudes del rebao: com pa sin, cuidados, m oderacin, virtudes que no son reconoci das ni co n sid eradas dignas fuera de las posibilidades del rebao). 3) Un verdadero cm ulo de condolencias y satisfaccio nes com partidas (el bienestar com n, en grandes agrupamientos. C om o lo tienen todos los anim ales que se organi zan en rebaos: sentido de la com unidad, patria, todo aquello en lo que no se tiene en cuenta al individuo).

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N u estra poca con sus afanes por sup rim ir y ev itar las p enurias eventuales y librarse de las p o sib ilid ad es d es agradables es una poca de pobres. N uestros ricos son los pobres! El verdadero fin de toda riqueza se ha olvi dado!

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Crtica del hombre m oderno. El hombre bueno m era mente corrompido y seducido por malas instituciones (tira nos y sacerdotes); la razn como autoridad; la historia como superacin de errores; el futuro com o progreso; el Estado cristiano (el Dios de los ejrcitos); la actividad sexual cris tianizada (o el matrimonio); el imperio de la justicia (el culto de la humanidad); la libertad. La actitud romntica del hombre moderno: el hom bre no ble (Byron, Victor Hugo, G eorge Sand); la noble indigna cin; la santificacin por la pasin (como verdadera natu raleza); el tom ar partido por los oprimidos y desheredados: lema de los historiadores y novelistas: los estoicos del deber; el desinters com o arte y conocimiento; el altruismo * com o frm ula engaosa del egosm o (utilitarismo), el egos mo m s sentimental. Todo esto es el siglo xvm . Por el contrario, lo que no se ha heredado de l, la insouciance, la despreocupacin, la elegancia, la claridad espiritual. El tem po del espritu se ha transform ado: el goce en la sutileza y la claridad intelec tuales ha cedido al placer por los colores, por la armona, por la m asa, por la realidad, etctera. Sensualism o en lo espiritual. En resum en, es el siglo xvm de Rousseau.

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63 lin conjunto, nuestra humanidad actual ha alcanzado una futilidad m onstruosa de humanitarismo. El que esto en ge neral no sea percibido es en s m ism o una dem ostracin de rilo: nos hemos vuelto tan sensibles a las pequeas miserias t|tie hemos pasado por alto lo inicuam ente alcanzado. Aqu hay que descontar el que haya mucha decadencia y (|tie, visto con tales ojos, nuestro m undo debe tener un aspedo malo y miserable. Pero estos ojos han visto lo mismo rn todas las pocas: 1) Una cierta sobreexcitacin, incluso de la sensibilidad moral. 2) La cantidad de am argura y oscurecim iento que el pe simismo lleva consigo en el enjuiciamiento: ambos puntos lian hecho que predomine la representacin contraria: de que nlgo va mal en nuestra moralidad. La efectividad del crdito, de todo el com ercio mundial, ile los m edios de com unicacin: esto expresa una confianza monstruosamente dulce en los hombres... Esto contribuye lumbin a: 3) La independizacin de la ciencia de los puntos de vista morales y religiosos: un muy buen indicio, pero que la m a yor parte de las veces se ha entendido errneamente. Yo intento a mi manera una justificacin de la historia.

64 El segundo budism o. Catstrofe nihilista, que llega a su fin con la cultura india. Signos precursores: el predom inio de lu compasin. La gran fatiga espiritual. La reduccin de los problemas a cuestiones de placer y desplacer. La gloria m i litar, que provoca un contragolpe. A s com o la delimitacin nacional con fronteras provoca un contramovimiento, la mas

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cordial fraternidad. La imposibilidad de la religin en po der seguir operando con dogmas y fbulas.

65 Lo que hoy es com batido ms profundamente es el ins tinto y la voluntad de la tradicin: todas las instituciones que deben su origen a este instinto van contra el gusto del esp ritu moderno. En el fondo, no se piensa ni se hace nada que no tenga como fin el desarraigar este sentido de lo tradicio nal. Se toma la tradicin com o fatalidad; se la estudia, se la reconoce (como herencia), pero 110 se la desea. La tensin de una voluntad durante mucho tiempo, la eleccin de situa ciones y valores que hacen que se pueda disponer de siglos del futuro: todo esto, precisamente, es en gran medida antimodem o. De lo cual se deduce que los principios desorgani zadores son los que caracterizan a nuestra poca.

66Sed sencillos: una exigencia para nosotros, com plica dos e incompresibles examinadores, que es sim plem ente una tontera. Sed naturales: pero cm o, cuando se es precisa mente innatural?...

67 Los medios aejos de obtener seres hom ogneos y per durables a travs de largas generaciones: propiedad intrans ferible de la tierra, veneracin de los antepasados (origen de la creencia en dioses y hroes como patriarcas). Hoy en cambio, la divisin de la propiedad responde a la tendencia ms opuesta posible: el peridico (en lugar de las

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oraciones diarias), el tren, el telgrafo. Centralizacin de una cantidad monstruosa de intereses diferentes en un alma: que para ello debe ser fuerte y capaz de cambio.

6X Por qu todo se conviene en comedid. Al hombre mo derno le falta: el sustento seguro (consecuencia de una larga forma de actividad idntica de una clase de hombre); la inca pacidad de hacer algo perfecto es solo consecuencia de esto: no se puede alcanzar en solitario lo que debera dar la escuela. Lo que crea una moral, un cdigo; el profundo instinto de darse cuenta que solo el automatismo hace posible la perleccin en la vida y en el trabajo. Pero ahora hemos alcanzado el polo opuesto, s, hemos que rido alcanzarlo la ms extrema conciencia, la autopenetracin, del hombre y de la historia , con lo cual estamos prc ticamente lo ms alejados posible de la perfeccin en el ser, el hacer y el querer: nuestras ansias, nuestra voluntad misma de conocimiento, son sntomas de lina enorme decadencia. A m bicionamos lo contrario de lo que quieren las razas fuertes, las naturalezas fuertes: el com prender es un fin. Que sea la cien cia posible en este sentido, tal como se lleva hoy a la prctica, os la prueba de que lodos los instintos elementales de protec cin y de defensa de la vida yt 110 funcionan. Ya no acopia mos: despilfarramos los capitales de la experiencia, de la misma forma en que llevamos a cabo el conocimiento.

69 Knsgos nihilistas: a) En las ciencias fsicas y naturales (falta de sentido); rmisalismo, mecanicismo, la legitimidad, un entreacto, un desecho.

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b) Lo m ism o en la poltica: le falta a uno la fe en su de recho, la inocencia; reina el engao, el oportunismo. c) Lo m ism o en la econom a popular: la supresin de la esclavitud: falta de un estrato redentor, de un justificador, surgimiento del anarquismo. Educacin? d) L o m ism o en la historia: el fatalismo, el darwinismo: los ltim os intentos de conciliar la razn de la divinidad, fracasados. Sentim entalism o ante el pasado: no se soporta ninguna biografa! (El fenom enalism o tam bin aqu: el ca rcter com o mscara; no hay hechos ciertos.) e) Lo m ism o en el arte: el rom anticism o y su reaccin (resistencia contra los ideales y m entiras romnticas). El l tim o, m oralm ente, com o un sentido de m ayor verdad, pero pesimista. Los artistas puros (a los que les es indiferente el contenido). Psicologa de padre confesor y psicologa pu ritana, dos form as del rom anticism o psicolgico: pero tam bin su oposicin, el intento de situarse de una form a pura m ente artstica en relacin con los hom bres, tam poco aqu ha prevalecido la audaz valorizacin inversa.

70 C ontra la doctrina del influjo del m edio y de las causas exteriores: la fuerza interior es infinitam ente superior; m u cho de lo que parece influjo exterior es solo su adaptacin interior. Exactam ente los m ism os m edios pueden ser inter pretados y utilizados de form a contraria: no hay realidades objetivas. El genio no se explica por tales condicionam ien tos de origen.

71 L a m odernidad bajo el sm il de la nutricin y la d i gestin.

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La sensibilidad es indeciblemente m s irritable (.bajo el disfraz de la moral: el incremento de la com pasin): la abun dancia de impresiones dispares es ms grande que nunca: el cosmopolitismo de las com idas, de las literaturas, de los pe ridicos, de las formas, de los gustos, incluso de los paisa jes. El tempo de esta afluencia es un prextissimo; las impre siones se borran; se guarda uno. instintivamente, de absorber algo, de im presionarse profundam ente, de digerir algo; tic ello resulta un debilitam iento de la facultad digestiva. Se produce una cierta adaptacin a esla sobreabundancia de im presiones: el hom bre olvida el actuar; solo reacciona a las excitaciones exteriores. G asta sus fuerzas, en parte en la apropiacin, en parte en la defensa, en parte en el enfrenta miento. Profundo debilitam iento de la espontaneidad: el hisloriador, el crtico, el analista, el intrprete, el observador, el coleccionista, el lector, todos son talentos reactivos, todos ciencia! A decuacin artificial de su naturaleza al espejo, interesados, pero solo epidm icam ente interesados; una frialdad sistem tica, un equilibrio, una tem peratura inferior, mantenida justam ente bajo la delgada superficie en la que hay calor, m ovim iento, tem pestad, oleaje. Oposicin entre la m ovilidad extrem a y una cierta pesa dez y cansancio profundos.

72 D nde encaja nuestro m undo m oderno: en el agota miento o en el surgim iento? Su m ultiplicidad e inquietud, condicionadas por la form a m s alta del ser consciente.

73 Trabajo excesivo, curiosidad y com pasin: nuestros vi cios m odernos.

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74 Sobre las caractersticas de la modernidad. Desarrollo excesivo de los modelos intermedios; encogim iento de los tipos; ruptura con las tradiciones, con las escuelas; la pre ponderancia de los instintos (fisiolgicamente preparada: dar a lo inconsciente ms valor) tras la debilitacin de la fuerza de voluntad, del querer el fin y los medios.

*

75 Un artesano hbil o un sabio parecen bien cuando estn orgullosos de su arte y miran a la vida satisfechos y conten tos. Por el contrario, nada es ms lamentable de contemplar que cuando un zapatero o maestro de escuela, con cara de sufrimiento, da a entender que en realidad l ha nacido para algo mejor. Nada hay m ejor que el bien, y esto significa: tener una habilidad cualquiera y crear con ella virt en el sentido italiano del Renacimiento. Hoy da, en la poca en que el Estado tiene un vientre asom brosam ente gordo, hay en todos los cam pos y ramos, adems de los verdaderos tra bajadores, representantes: por ejem plo, adems de los sa bios y literatos, adems de los estratos populares que sufren, hay estpidos y ostentosos intiles, que presentan aquel sufrim iento para no hablar de los polticos profesionales que viven adm irablemente y representan con fuertes pulmo nes ante el Parlam ento a las clases menesterosas. Nuestra vida m oderna es desmesuradamente cara por la cantidad de intermediarios; en una antigua ciudad, por el contrario, y, com o residuo, todava en algunas ciudades de Espaa e Ita lia, se representaba uno a s m ism o y no necesitaba uno para nada de estos m odernos representantes e interm ediarios. Vaya un paso adelante!

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76 El predom inio de los comerciantes e intermediarios tam bin en lo espiritual: el literato, el representante, el histo riador (como am algam ador de lo pasado y lo presente), el extico y cosmopolita, los intermediarios entre las ciencias naturales y la filosofa, los semitelogos.

77 Los que me han producido ms asco hasta ahora son los parsitos del espritu. Se los encuentra ya en nuestra insana liuropa por todas partes y, adems, con la mejor conciencia del mundo. Quiz un poco turbados con un cierto air pessimiste, |>ero, en lo principal, voraces, sucios, tiznados, entrometidos, |>egajosos, ladrones, sacatrapos e inocentes com o todos los |)equeos pecadores y microbios . Viven del ingenio que oros reparten a manos llenas: saben que el entregarse des preocupadamente, el vivir al da, el dilapidar, forman parte, Incluso, del ser del genio. Porque el genio es mal adm inistra dor y no se fija en cm o todos viven y se alimentan de l.

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Ll abigarramiento del hombre moderno y su estmulo. I Esencialmente escondite y saciedad. I-I literato. 1:1 poltico (en el torbellino nacional), N histrionismo en las artes: l'alia de honradez en la educacin y en la instruccin ll'iomentin); los romnticos (falta de filosofa y ciencia y

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exceso de literatura): los novelistas (W alter Scott, pero tam bin la m onstruosidad de los Nibelungos. con la m sica ms nerviosa); los poetas lricos. El cientificism o. Virtuosos (los judos). Los ideales populares, com o superados, pero no an ante el pueblo: el santo, el sabio, el profeta.

79 La falta de disciplina del espritu m oderno bajo toda clase de ropajes m oralistas. Los lem as son: la tolerancia (lase la incapacidad para el s o el no); la am plitud de sim pata (= un tercio de indiferencia, un tercio de curiosidad, un ter cio de irritacin enferm iza): la objetividad (= falta de per sonalidad, falta de voluntad, incapacidad de am or); la libertad contra la regla (rom anticism o); la verdad con tra la falsedad y la m entira (naturalism o); el cientificism o (el docum ent hum ain: o sea, el folletn germ ano y \a adi cin, en lugar de la com posicin): la pasin en lugar del desorden y la desm esura; la profundidad en lugar del caos y de la confusin de los sm bolos.

80 Sobre la crtica d e las grandes p a la b ra s. Estoy lleno ele ira y m aldad contra lo que se denom ina ideal; en esto re side mi pesim ism o, en haber reconocido cm o los senti m iem os elevados son fuentes de enferm edades, es decir, provocan el em pequeecim iento y decaim iento de los valo res d el hom bre. Se en g a a uno cada vez que esp era progreso d e un ideal; el triunfo del ideal ha sido siem pre hasta ahora un nm v im iento retrgrado.

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Cristianismo, evolucin, supresin de la esclavitud, igual dad de derechos, filantropa, pacifismo, justicia, verdad: todas estas grandes palabras solo tienen valor en la lucha, com o estandarte, no com o realidades, sino palabras pom posas para lograr algo com pletam ente diferente (s. y aun contrario!).

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E s conocida la clase de hom bres que se han enam orado de la m xim a tout com prende c'e st tout pardonner. Son los dbiles, son, ante todo, los desengaados: si en todo hay ulgo que perdonar tam bin hay algo que despreciar! Es la fi losofa del desengao, la que se envuelve aqu, dulzarrona mente y en form a tan hum ana, en la com pasin. Son los rom nticos los que perdieron la fe: actualm ente quieren, por lo m enos, contem plar cm o todo fluye y se con sume. Lo llaman: l'a rt p o u r u r t , objetividad, etc.

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Sntom as principales del pesim ism o: Los diners chez M agny; el pesim ism o ruso (Tolstoi. D ostoyevski); el pesi mismo esttico, l'a rt po u r l'a r t, la descrip tio n (el pesi mismo rom ntico y antirrom ntico); el pesim ism o de la te o ra del conocim iento (Schopenhauer; el fenom enalism o); el pesim ism o anarquista; la religin de la com pasin; el preinovim iento budista; el pesim ism o de la cultura (exotism o, cosm opolitism o); el pesim ism o m oral: y o m ism o.

83 Sin la fe cristiana, dice P ascal, llegarais a ser voso tro s mism os, co m o la n aturaleza y la historia, un m onstre et un

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chaos. Hemos cum plido plenam ente esta profeca: despus de que el endeble y optim ista siglo xviu hubo em bellecido y racionalizado en exceso al hombre. Schopenhauer y Pascal. En un sentido esencial, Schopenhauer es el prim ero que reanud el movim iento de Pascal: un m onstre et un chaos; en consecuencia, algo que hay que negar... la historia, la naturaleza, el hom bre mismo! N uestra incapacidad para conocer la verdad es conse cuencia de nuestra corrupcin, de nuestra descomposicin moral. As dice Pascal. Y Schopenhauer, en el fondo, dice lo mismo. Cuanto ms profunda sea la corrupcin de la ra zn. m ucho m s necesaria es la doctrina de la gracia o, di cho con palabras de Schopenhauer, la negacin.

X4 Schopenhauer com o continuador aventajado (estado an terior a la Revolucin): com pasin, sensualism o, arte, debi lidad de la voluntad, catolicism o de los anhelos espirituales: esto es el buen siglo xviu, en el fondo. El error fundam ental de la voluntad en Schopenhauer es t pico (com o si el apetito, el instinto, el deseo, fueran lo esen cial en la voluntad): dism inucin del valor de la voluntad hasta el desconocim iento. De la m ism a forma, el odio contra el querer: intento de querer ver en el ya-no-querer, en el ser sujeto sin finalidad ni intencionalidad (en el sujeto puro, li bre de voluntad), algo superior, incluso lo suprem o en s, la entidad. G ran sntom a del cansancio o de la debilidad de la voluntad: pues esto es realm ente lo que el apetito trata, com' am o y seor, indicndole el cam ino y la medida...

85 Se ha hecho la tentativa indigna de ver en W agner y Scho penhauer tipos de enajenacin mental: se habra llegado a un

I.A V O L U N T A D DR P O D ER

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(Dilisis incomparablemente ms esencial de haber precisado cientficamente el tipo de decadencia que ambas representan. Henrik Ibsen se me ha hecho muy claro. Con lodo su slido idealismo y su voluntad de verdad no ha logrado liberarse del ilusionismo moral que dice libertad y no quiere reco nocer lo que es la libertad: el segundo paso de la m etam or fosis de la voluntad de poder por parte de aquellos a los que les falta. En el primero se pide justicia por parte de los que tienen el poder. En el segundo se ti ice libertad, es decir, se (|iiieren liberar de los que tienen el poder. En el tercero n i * dice igualdad de derechos, es decir, se quiere, en tanto lio se haya logrado el equilibrio, im pedir a los com petidores crecer en poder.

87 Decadencia del protestantismo: conceptuado terica e histricamente com o insuficiencia. Preponderancia real del nilolicism o; el sentido del protestantism o est tan apagado, m s tenebroso.

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El siglo x v ii es aristocrtico, ordenador, orgulloso fren te u lo animal, riguroso frente a) corazn, ungem tlich, in cluso sin cualidades afectivas, in-alem n, contrario a lo burlesco y a lo natural, generalizador y soberano frente al {Misado: puesto que cree en si inismo. En el fondo tiene m u cho de animal de rapia, mucho de costum bres ascticas pura seguir siendo el amo: el siglo de (a voluntad fuerte y tnmbin de las pasiones intensas. El siglo xvm est dom inado por la mujer, es exaltado, rico tic espritu, superficial, pero con un espritu al servicio de los nlielos, del corazn, libertino en el disfrute de lo espiritual, m inador de todas las autoridades; em briagado, sobrio, claro, humano, falso para s mismo, m uy canallesco en el fondo, Nodal... El siglo xix es m s animal, ms terreno, ms feo, ms rea lista, ms populachero, y, por eso, m ejor, m s honrado, ms som etido a la realidad de toda clase, m s verdadero; poro dbil de voluntad, pero triste y oscuram ente exigente. |K*m fatalista. Ni tem eroso ni considerado con la razn, ni con el corazn; profundam ente convencido de la supre maca de los instintos (Schopenhauer dice voluntad; pero da es m s caracterstico de su filosofa que la falta de vo luntad verdadera). Incluso la moral se reduce a un instinto (compasin). A ugusto C om te es una continuacin de) siglo x v m (do minio del cceur sobre la tete, sensualism o en la teora del co nocim iento, exaltacin altruista). El que la ciencia haya llegado a ser soberana hasta este pimo dem uestra cm o el siglo xix se ha liberado del dom i nio del ideal. U na cierta carencia de necesidades en el den o o posibilita nuestra fuerza y curiosidad cientficas: esta es nuestra form a de virtud. Kl rom anticism o es una consecuencia del siglo xvm , una **N _*cie de tendencia acum ulada h acia su exaltacin en gran |H v'slilo (en realidad, una buena m uestra d e farsa y autoengao: w (juiere representar la fuerte naturaleza, la gran pasin).

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El siglo xtx busca, instintivamente, teoras con las cuales sentir justificado su som etim iento fatal a los hechos. Ya el xito de Hegel contra el sentim entalism o y el idealismo rom ntico resida en lo fatalista de su form a de pensar, en su creencia en una razn suprem a al lado del vencedor, en su justificacin del verdadero Estado (en lugar de la huma nidad, etctera). Segn Schopenhauer, somos algo estpi dos y, en el m ejor de los casos, incluso, algo que se elimina a s m ism o. Exito del d eterninism o, de la derivacin genea lgica de las obligaciones, consideradas anteriorm ente como absolutam ente vlidas, la doctrina del medio y la adaptacin, la reduccin de la voluntad a m ovim ientos reflejos, la nega cin de la voluntad, com o causa eficiente; finalm ente, un verdadero rebautismo: se ve tan poca voluntad que la pala bra queda libre para designar algo diferente. O tras teoras: la doctrina de la objetividad, de la contem placin ablica > com o nico cam ino hacia la verdad; tambin, adem s, la be lleza (tam bin la creencia en el genio para tener un derc cho al sometim iento); el m ecanism o, la rigidez calculable del proceso mecnico; el supuesto naturalismo, la eliminacin del sujeto que elige, juzga, interpreta, erigida en principio. Kant, con su razn prctica, con su fanatism o moral, pertenece enteram ente al siglo xvm; todava est, por eom pleto, fuera del m ovim iento histrico; sin ninguna clase de com prensin para las realidades de su tiem po, por ejemplo la Revolucin; no influido por la filosofa griega: fantasea dor del concepto del deber; sensualista con una oculta indi nacin hacia los vicios dogm ticos. El m ovim iento de vuelta a K ant en nuestro siglo es una re gresin al siglo x viu; se busca de nuevo un derecho a los au tiguos ideales, a la antigua exaltacin; por ello, es necesaria una teora del conocim iento que fije lm ites, es decir, qm perm ita establecer a voluntad un m s all de la razn... El pensam ien to de H egel no est m uy alejado del di G oethe (escchese lo que dice G oethe sobre Spinoza: uiu voluntad de divinacin del universo y de la vida para cu

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m itra re n su contem placin y fundamentos descanso y feli cidad): Hegel busca la razn en todas partes: ante la razn puede uno som eterse y conformarse. En G oethe hay una es pecie de fatalismo casi alegre y confiado, un fatalismo que lio se rebela, que no se debilita, que quiere hacer de s mismo lina totalidad en la creencia de que lodo se resuelve en la to talidad, todo se justifica y aparece com o bueno.

96 Periodo ce la ilustracin: luego periodo del sentim enta lismo. Hasta qu punto pertenece Schopenhauer al senti mentalismo (Hegel, a la espiritualidad).

97 El siglo xvn su lie del hom bre com o una sum a de contra dicciones ( fa m a s de contradictions, lo que som os); quiere descubrir, organizar y com pendiar al hom bre, m ientras el si(lo xvi II intenta olvidar lo que se sabe de la naturaleza de) liombre para adaptarlo a su utopa. Superficial, tierno, hu mano, se apasiona por el hom bre. El siglo x v iii quiere borrar las huellas del individuo para i|iie la obra parezca lo m s sem ejante posible a la vida. El sijllo x v iii quiere interesarse por el autor a travs de la obra, lil siglo x ii busca el arte en el arte, un pedazo de cultura: el higlo x v iii busca en el arte propaganda para reform as de na turaleza social y poltica. La utopa, el hom bre ideal, la divinizacin de la N a turaleza, la vanidad del ponerse-u-s-m ism o-en-escena, la Mibordinacin a la propaganda de fines sociales, e charlata nismo: todo esto lo hem os heredado del siglo x v iii . El e s tilo d e l siglo x v h : propre, cxact et Ubre. El individuo fuerte, que se basta a s m ism o, o en un es fuerzo fervoroso ante D ios y esa m oderna im pertinencia,

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esa solicitud de autores , eso son contradicciones. Condu cirse: com prese esto con los sabios de Port-Royal. Alfieri tena un tacto para el gran estilo. El o d io a lo b u rle s c o (fa lto de d ig n id a d ), la ta ita d e sen tido de la Naturaleza, p e r te n e c e n al siglo x v ii .

98 Contra R ousseau. Por desgracia, el hombre y a no es su ficientemente malo; los enem igos de Rousseau, que dicen: el hom bre es un animal daino, desgraciadam ente no tie nen razn. La maldicin del hombre no es la corrupcin sino el enternecim iento y el m oralism o equivocados. En la esfera que com bati con ms energa Rousseau se encontraba la clase de hom bre relativam ente m s fuerte y m ejor nacida (la que todava tena intactos los grandes afectos: la volun tad de poder, la voluntad de placer, la voluntad y la capacidad de m andar). Se debe com parar al hom bre del siglo xvm con el hombre del Renacimiento (y tambin el del siglo x vii en Francia), para com prender de qu se trata: Rousseau es un sntom a del autodesprecio y de la vanidad exagerad signos ambos de que falta la voluntad de poder . moraliza y busca la causa de su miserable estado, com o resen tido, en las clases dom inantes.

99 Voltaire-Rousseau. El estado de la N aturaleza es horri ble, el hom bre es un anim al rapaz, nuestra civilizacin es un triunfo inaudito sobre esa naturaleza de anim al rapaz: estas eran las conclusiones de Voltaire. El experim ent la dul zura, el refinam iento, los goces espirituales del estado civi lizado; despreciaba la lim itacin aun bajo la form a de virtud, la falta de delicadeza, aun entre los ascetas y los m onjes.

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La maldad moral del hom bre pareca preocupar a RousKeau; la m ayor parte de las veces se pueden excitar los ins tintos de los oprimidos, que se encuentran, generalm ente, bujo la presin del vetitium y de la desgracia, con las pala bras injusto, cruel: de m anera que su conciencia les conseje contra los impulsos revolucionarios. Estos em anci padores buscan ante todo una cosa: dar a su partido los gran des acentos y aptitudes de la naturaleza superior.

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Rousseau: la regla basada en el sentimiento; la N atura leza com o fuente de justicia: la idea de que el hom bre se per fecciona en la m edida en que se acerca a la Naturaleza (se gn Voltaire, en la m edida en que se aleja de la Naturaleza). I.us m ism as pocas son para uno pocas de progreso de la humanidad y para el otro de em peoram iento, de injusticia y desigualdad. Voltaire. com prendiendo todava la um anit en el sentido renacentista, as com o la vin (com o cultura superior), lu cha por la causa de las honntes gens y - de a bonne comHtgnie, por la causa del gusto, de la ciencia, de las artes, por lu causa del progreso m ism o y de la civilizacin. La lucha se encendi hacia 1760; por una parte, el ciu dadano de G inebra; por otra, le seigneur de Ferney. Solo a |)urtir de entonces se transform a Voltaire en el hom bre de su ligio, el fdsofo, el representante de la tolerancia y de la in credulidad (hasta entonces haba sido solo un bel esprit). La envidia y el odio por el xito de R ousseau le hicieron avan/.ur hacia las alturas. Pour la canaiUe un dieu rm unerateur et vengeur (Vollire). C rtica de am bos puntos de vista en relacin con el valor ile la civilizacin. L a invencin social es lo m s bello que Imy para Voltaire: no hay fin m s elevado que su m anteni

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miento y perfeccionamiento: la honradez consiste precisa mente en observar los usos sociales; la virtud es una obe diencia a ciertos prejuicios necesarios en pro de la con servacin de la sociedad. Ser m isionero de la cultura, aristcrata, representante de las capas victoriosas y dom i nantes y de sus valores. Pero Rousseau sigui siendo un ple beyo, tam bin com o hom m e de lettres; esto era algo inau dito; su desprecio desvergonzado de todo lo que no fuera l mismo. Lo enferm izo de Rousseau fue lo m s adm irado e imi tado. (En este sentido est em parentado con l Lord Byron, que tam bin se eleva a actitudes artificiosas de ilum inado. ;i una clera rencorosa; signos de la m aldad; m s tarde, gra cias a Venecia, recobr el equilibrio, com prendi lo que ms alivia y m s bien hace... / 'insouciance.) Rousseau est orgulloso de lo que es, a pesar de su origen, pero se pone fuera de s cuando se lo recuerdan... En Rousseau hay, no cabe duda alguna, perturbaciones cerebrales; en Voltaire, una salud, una facilidad m ental poco com unes. El rencor del enferm o; sus periodos de demencia, son tam bin los de su desprecio a los hom bres y los de su desconfianza. L a defensa de la Providencia, hecha por R ousseau (con tra el pesim ism o de Voltaire): l necesitaba a D ios para po der lanzar su m aldicin contra la sociedad y la civilizacin, todo deba ser bueno en s porque D ios lo haba creado; solo el hom bre ha corrom pido al hom bre. El hom bre buenoco m o h om bre n atural, era una pu ra fan tasa; pero con i-l dogm a de la paternidad de D ios, algo verosm il y con fun dam ento. R om anticism o a lo R ousseau: la pasin (el derecho so berano de la pasin); la naturalidad; la fascinacin de L locura (la locura ju z g ad a co m o grandeza); la insensata vam dad de los dbiles; el rencor del populacho erigido en jiu-, (en poltica, desde hace cien aos, se ha tom ado al loco p. N osotros m ism os nos guardam os de im plicar en ello nuestro corazn. N os sirven de proteccin, com o la que n e cesita y tom a el cam inante; nos guardam os m uy bien de acli matamos. leem os una disciplina voluntans ante nuestros sem ejantos. Fm pleam os todas las fuerzas en el desarrollo de la fuerz.a llr voluntad, arte q u e nos perm ite e n m a sc a ra rn o s, arte de t'iimprender m s all de los afectos (tam bin de p ensar en limita supraeuropea de vez en cuando). Preparacin p ara esto: el legislador del futuro, llegar a ser los dueos de la tierra, por lo m enos nuestros hijos. ( 'onsideracin fundam ental sobre el m atrim onio.

I-'RIEDRICH NIKTZSCHR

133 El sigfo xx. Galiani dijo una vez: La prvoyance est la cause Jes g e ro s actuelles de lEurope. Si lon voulait sr donner la peine de n erien prvoir, tout le monde serait tran quille, el je ne crois pas q u on serait plus malheureux paroq u on ne ferait pas la g ero . Com o yo no com parto los puntos de vista pacficos de mi difunto am igo Galiani, me ca m iedo predecir algo sobre este punto y conjurar quiz con ello las causas de la guerra. Una enorme disposicin de nimo hacia el terrem oto mas horrible: con nuevos problemas.

134 Es la poca del gran medioda, de la m s espantosa clan dad: una clase de pesimism o, mi gran punto de partida. I. Contradicin fundamental entre la civilizacin y el cu salzamiento del hombre. II. La estim acin moral de los valores com o una historia de la m entira y del arte de la calum nia al servicio de la vo luntad de poder (de la voluntad de rebao, que se rebela con tra los hombres m s fuertes). III. Las condiciones de cualquier elevacin de la cultuia (la posibilitacin de una eleccin a costa de una multitud i son las condiciones de todo crecimento. IV. La m ultitud de sentidos del m undo com o problema de la fuerza que m ira todas las cosas bajo la perspectiva ili su crecim iento. Los juicios de valor moral-cristianos, conm rebelin de los esclavos y mendacidad de los mismos (con tra los valores aristocrticos del m undo antiguo).

LIBRO SE G U N D O

CRTICA DE LOS SUPREMOS VALORES HISTRICOS

I CRTICA DE LA RELIGIN Quiero reivindicar, com o propiedad y producto del hom bre, toda la belleza y sublimidad que ha proyectado sobre las cosas reales e imaginadas, haciendo as la ms bella apolo ga de este. El hombre com o poeta, com o pensador, com o Dios, com o Amor, com o Poder: oh. suprema y regia libe ralidad con que ha donado a las cosas para em pobrecerse l y para sentirse miserable! Esie ha sido hasta ahora su mayor altruismo: saber adm irar y adorar, ocultndose que era l mismo quien haba creado lo que admiraba.

1.

S o b r e f.l

n a c im ie n t o df . l a s r e l ig io n e s

135 Del origen de la religin. De la m ism a forma que el hombre inculto cree hoy que la ira es la causa de su enfure cimiento; el espritu la causa de que l piense; el alm a la Wusa de que l sienta; de la m ism a forma, en suma, con que

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hoy se aplican, irreflexivamente, un sinfn de entidades psi colgicas que deben ser causas, as ha explicado el hom bre, a niveles todava m s ingenuos, estas mismas apariencias con la ayuda de entidades sociolgicas personales. Los esta dos de alma que le parecan extraos, arrebatadores, ago biantes, los consideraba com o obsesiones y encantos provo cados por el poder atribuido a una persona. (A s aplica el cristiano, que es hoy la clase de hom bre m s ingenua y re trgrada, la esperanza, la tranquilidad, el sentim iento de re dencin a un Dios de inspiracin psicolgica: para l, com o tipo esencialm ente sufriente e intranquilo que es. los senti m ientos de felicidad, de resignacin y de tranquilidad, le pa recen algo extrao, algo que requiere una explicacin.) Para las razas de gran vitalidad, inteligentes y fuertes, es el epi lptico quien m s despierta el convencim iento de que un po der extrao se proyecta en l; pero tam bin cualquier escla vitud anloga, por ejem plo, la del ilum inado, la del poeta, la del gran crim inal, las pasiones com o el am or y la venganza, sirve para prom over la invencin de poderes so brehum a nos. Se concreta un estado en una persona y se supone que, cuando este estado aparece en nosotros, es el efecto de aque lla persona. D icho de otra forma: en la form acin psicolgica de D ios, un estado es personificado com o causa para que llegue a ser el efecto de algo. He aqu la lgica psicolgica: el sentim iento del poder, cuando de form a repentina y subyugadora se apodera del hom bre -y este es el caso de todos los grandes afectos , provoca en l una duda sobre su persona: no se atreve a pen sar en s m ism o co m o causa de este sentim iento asom broso, y, p o r ello, establece para estos casos una personalidad ms fuerte, una divinidad. En resum en, el origen de la religin reside en los senti m ientos extrem os de poder que, por lo extraos, desconcier tan al hom bre; y de la m ism a form a que el enferm o, al sen tir q u e un m iem bro es dem asiado pesado y extrao, llega a la conclusin de que hay otra persona acostada sobre l, as,

LA VOLUNT AD DE PODER

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el ingenuo com o religiosas se divide en varias personas. La religin es un caso de altration de la personnalit. Una especie de sentim iento de m iedo y tem or ante s mismo... Pero, tambin, un alto sentim iento de felicidad y .superiori dad extraordinarias... Entre los enferm os, basta la sensacin de salud para llegar a creer en Dios, en la proxim idad de Dios.

136 Psicologa rudim entaria d el hombre religioso. Todas las transform aciones son efectos; todos los efectos son efectos de la voluntad (el concepto naturaleza, ley natural, falta); todos los efectos tienen un autor. Psicologa rudim entaria: solo es causa cuando se sabe que se ha querido algo. Consecuencia: los estados de poder dan al hom bre la im presin de no ser la causa, de no ser responsable de ellos; su ceden sin haber sido deseados; en consecuencia, no somos los autores; la voluntad no es libre (es decir, la consciencia de una transform acin operada en nosotros sin que nosotros la hayam os querido), necesita de una voluntad ajena. C onsecuencia:*! hom bre no ha osado atribuirse todos sus m om entos ms fuertes y asom brosos, los ha concebido com o pasivos, com o sufridos, com o v io len tacio n es la reli gin es el surgim iento de una duda sobre la unidad de la per sona, una alteracin de la personalidad : en cuanto todo lo grande y t uerte del hom bre se conceba com o sobrehum ano, co m o ex tra o a l, el hom bre se em p eq u e eca, colocaba am bos aspectos en dos esferas superadas, una lastim osa y dcbil y otra fuerte y asom brosa: a la prim era la llam hom bre, y a la segunda D ios. Y siem pre ha seguido haciendo esto; en el periodo de la idiosincrasia m oral ha considerado sus estallos m orales m s elevados y sublim es no com o que ridos. no com o obra de su persona. T am bin el C risto se p ar y diferenci su persona en una ficcin m ezquina y d

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bil a la que llam hombre, y en otra a la que llam Dios (Re dentor, Salvador). La religin ha rebajado el concepto hombre; su conse cuencia extrem a es que todo lo bueno, lo grande, lo verda dero es sobrehum ano y le ha sido donado por una gracia...

137 La teora de la afinidad fue un medio para sacar al hombiv de su degradacin, que trajo consigo la decadencia de aquel estado elevado y fuerte, com o si fuera un estado extrao a l. Estos estados fuertes y elevados podan, al menos, ser consi derados com o efectos de nuestros antepasados, perteneca mos unos a otros solidariamente, crecamos a nuestros pro pios ojos en cuanto nos regamos con normas conocidas. Intento de las familias nobles para igualar la religin con su vanidad. Lo m ismo hacen los poetas y los videntes; so sienten orgullosos, dignificados y elegidos con tal comercio, valorizan en grado sumo el no ser considerados com o indi viduos, el ser simples boquillas de un clarn (Homero). Gradual posesin de sus elevadas y orgullosas situacio nes, de sus acciones y obras. A nteriorm ente se crean hon rarse ms cuando no se consideraba uno a s m ismo respon sable de las cosas ms excelsas que haca, sino que conf'en.i esta responsabilidad a Dios. La falta de libertad de la voluntad pasaba por ser lo que conceda a una accin un valor superior; entonces hacan a Dios autor de sus obras.

138 Los sacerdotes son los com ediantes de algo sobrenatural, algo a lo que tienen que dar evidencia, ya sea de ideales, y;i sea de dioses, ya de salvadores; en eso consiste su profesin

LA V O L U N T A D D E P O D E R

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para eso tienen sus instintos: para hacerlo ms digno, ms creble, tienen que llevar la sem ejanza lo ms lejos posible; su habilidad de com ediantes debe, ante todo, conseguir en ellos una buena conciencia, con ayuda de la cual poder con vencer con veracidad.

139 El sacerdote quiere dejar bien sentado que es el tipo supe rior del ser humano, que domina incluso sobre aquellos que tienen el poder en las manos , que es invulnerable, inatacable: que l es la fuerza ms potente de la comunidad, que no hay absolutamente ninguna forma de sustituirlo o subestimarlo. Medios: l e.s el nico sabio; el nico virtuoso; solo l tiene el dominio supremo sobre s mismo: solo l es, en un cierto sentido. Dios, y se remonta a la divinidad; solo l es in termediario entre Dios y los otros; la divinidad castiga cual quier desventaja, cualquier pensamiento dirigido contra un sacerdote. Medios: la verdad existe. Solo hay una form a de alcan zarla: hacerse sacerdote. Todo lo que es bueno en el orden, en la Naturaleza, en la tradicin, se basa en la sabidura de los sacerdotes. El Libro Sagrado es su obra. La Naturaleza rutera no es ms que una aplicacin de sus estatutos. No hay ninguna otra fuente de bien que el sacerdote; cualquier otra excelencia es de categora diferente a la del sacerdote, por ejemplo, la del guerrero. Consecuencia: si el sacerdote debe ser el tipo superior, la jerarqua de sus virtudes servir para graduar los valores del hombre. El estudio, la renuncia a los sentidos; la inactividad, In impasibilidad; la falta de afectos, la solemnidad. Contrailiivin: el gnero ms profundo de hombre. lil sacerdote ensea una determinada clase de moral, para i|ik as le crean un tipo superior. Concibe un contratipo: el t'hiinilala. Para hacer despreciable a este, se entrega, por to

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FRIEDRIC'H NTHTZSCHE

dos los medios, a la jerarquizacin de las castas. El miedo extrem o de los sacerdotes ante la sensualidad est condicio nado a su vez por la idea de que tambin aqu la.jerarqua de castas (es decir, la jerarqua en general) es lo m s am ena zado... Cualquier tendencia ms libre in puncto punen arroja al montn la legislacin sobre el matrimoio.

140 El filsofo com o posdesavrollo del tipo de sacerdote, lleva en s la herencia de este; incluso a pesar de tratarse de un rival, se ve forzado a luchar por lo m ism o y con los mismos m edios que el sacerdote de -su poca; aspira a la autoridad suprema. Q u da la autoridad cuando no se tiene en las m anos el poder fsico (ni ejrcito, ni arm as...)? C m o se gana la au toridad sobre los que tienen la fuerza fsica y la autoridad? (Los filsofos com piten en ia veneracin a los prncipes, a los conquistadores victoriosos, a los estadistas sabios). nicamente despertando la creencia de que tienen en las m anos un poder m s alto y m s fuerte; Dios. N ada es as bas tante fuerte para ellos; todo el m undo necesita la mediacin y los servicios de los sacerdotes. Se colocan en m edio conw algo indispensable. N ecesitan com o condiciones de su exis tencia: 1) que se crea en la absoluta superioridad de su Dios, que se crea en su D ios; 2) que no haya ningn otro camino, ningn otro cam ino directo a Dios. La segunda exigencia crea por s sola el concepto de la heterodoxia; la primera la del incrdulo (es decir, el que cree en otro Dios).

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C rtica de la santa m en tira .El que la mentira se perm ito para fines piadosos pertenece a la teora de todos los sacer

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docios. Hacer ver hasta qu punto ella form a parte de )a prctica de estos constituir el objeto de la presente inve.sti, gacin. t Pero tambin los filsofos, en cuanto se disponen a tom ar en sus manos, con intenciones ocultas, la direccin de los " hombres, se han otorgado a s m ism os el derecho a la m eni tira: ante lodo Platn. La m s grandiosa de ellas e.s la doble \ mentira: desarrollada por los tpicam ente arios filsofos del Vedanta: dos sistem as contradictorios en todos sus puntos principales, pero que se relevan, se integran y se com pletan por m otivos educativos. La m entira de una crea la situacin por la cual llega a hacerse inteligible la verdad del otro... H asta dnde llega la m entira piadosa de los sacerdotes y de los filsofos? H ay que preguntarse aqu qu condiciones previas tienen para la educacin, qu dogm as tienen que in ventar para satisfacer estas condiciones previas'? En prim er lugar: deben tener a su lado el poder. la autori dad, la absoluta credulidad. En segundo lugar: deben tener el curso com p leto de la N aturaleza en las m anos, de m anera que todo lo que se re fiere al individuo parezca necesario gracias a sus leyes. En tercer lugar: deben poseer tam bin una vasta zo n a de poder cu y o s controles escapen a los ojos de sus su b o rd in a dos: la m ed ida de castigo para el m s all, el dexpus-dela-m uerte. y, para m s facilidad, indicar ellos ios m edios que conducen a la salvacin. Tienen qu e hacer olvidar el co n cep to del curso natural de liis cosas; p ero co m o son gente av isp ad a y reflexiva, p ro m e ten, por lo tanto, una serie de efecto s, presentados, n a tu ra l mente, co m o co n d icio n ad o s pov las ovaciones o po r una esIricta o b ed ien cia a sus leyes. D e la m ism a form a pueden lum bn d ec reta r una serie d e cosas que son a b so lu ta m en te vncionaks, pero no pueden m e n cio n a r la ex p e rien c ia, el e m pirism o, co m o fuente de su sabidura, sino que tienen que presentar esta co m o fru to de u n a rev elaci n , o co m o c o n se cuencia d e las p en iten c ia s m s duras.

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La santa m entira se refiere, por tanto, principalmente: al fin de la accin (el fin natural, la razn, se hace invisible: un fin moral, un cum plim iento de la ley, un servir a Dios, apa recen com o finalidad): a la consecuencia de la accin (la consecuencia natural se considera sobrenatural, y, para obrai con m s seguridad, se establecen otras consecuencias incon trolables, sobrenaturales). De esta form a se crea una idea de bien y mal que parcacom pleta y absolutam ente independiente de los conceptos naturales til, daino, vital, antivital: esta idea, dado que se est pensando en otra vida, puede, incluso, llegar a ser el punto directam ente opuesto al concepto natur al del bien y del mal. De esta form a se crea finalm ente la fam osa conciencia una voz interior que m ide cada accin no por el valor de la accin m ism a con respecto a sus consecuencias, sino en re lacin con la intencin y la conform idad de esta intencin con respecto a la ley. A s pues, la santa m entira ha inventado: 1) un D ios que prem ia y que castiga, que reconoce exactam ente el cdigo de los sacerdotes y que enva a estos al mundo en calidad de pona voces y plenipotenciarios suyos; 2) un ms all de la vida, en el que la gran m quina de castigar se representa ya en accin (par este fin sirve el concepto de la inmortalidad del alma); 3) l;i conciencia del hombre com o conciencia de que el bien y el mal son algo firme: que es Dios m ism o el que habla, cuando acn seja la conform idad a los preceptos de los sacerdotes; 4) l;i moral com o negacin de todo curso natural, com o reduccin de todo suceder a estar condicionado por la m oral, la accin m oral (es decir, la idea de prem io y de castigo), com o pene trando todo com o nica fuerza, com o creadora de todo can: bio; 5) la verdad com o don, com o cosa revelada, com o com cidente con la enseanza de los sacerdotes, com o condicin de todo bienestar y de toda dicha en esta vida y en la otra. En suma: con qu se paga la m ejora m oral? Menosprecio de la razn; reduccin de todos los motivos de m iedo y a l;i

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esperanza (premio y castigo); dependencia de una tutela sa cerdotal de una exactitud formulista que tiene la pretensin de expresar una voluntad divina; implantacin de una concien cia que establece una falsa sabidura en lugar de la prueba y de la investigacin: como si ya estuviera m uy claro que es lo que hay que hacer y lo que hay que dejar de hacer; una espe cie de castracin del espritu de bsqueda y de progreso; en suma, el ms grave acal/amiento del hombre que pueda ima ginarse y que pasa con ello por ser el hombre bueno. En la prctica, toda la razn, toda la herencia de inteligen cia, de finura y previsin, que son las condiciones del canon sacerdotal, se reducen arbitrariamente a una pura mecnica: la conformidad con la ley llega a valer como meta superior, la vida ya no ofrece problemas; toda la concepcin del mundo se en sucia con la idea de castigo; al presentarse la vida sacerdotal com o el non plus ultra de la perfeccin, se transforma la pro pia existen cia en una calum nia y un ensuciam iento de s misma; el concepto Dios representa una renuncia a la vida, una crtica, incluso un desprecio a la vida; la verdad se trans forma en la mentira sacerdotal, la aspiracin a !a verdad en estudio de las Escrituras, com o medio de hacerse telogo...

142 Crtica del cdigo de M antt. Todo el libro se apoya en la mentira santificada. Es el bien de la humanidad el que inspir lodo este sistema? Esta clase de hombre que cree en lo intere sante de toda accin estaba o no estaba de acuerdo en que se estableciera este sistema? M ejorar a la humanidad; en qu se inspir esta intencin? D e dnde surgi la idea de m ejora? E ncontram os una clase de hom bre, la sacerdotal, que cree ser la norm a, la cum bre, la expresin superior del tipo hom bre: de ella m ism a tom a el concepto m ejorar. C ree en su preponderancia, la quiere tam bin de hecho: la causa de la santa m entira es la voluntad de poder...

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Instauracin de la preponderancia: a este fin conduce el dominio de los conceptos que establecen el sacerdocio como un non plus ultra de poder. El poder por la mentira, dado que no se posee el poder fsicamente, militarmente... La mentira com o suplemento del poder: un nuevo concepto de la verdad. Se equivoca uno al considerar que ha habido en esto un desarrollo inconsciente e ingenuo, una especie de autoengao... Los fanticos no son los inventores de tales sistemas de opresin plenamente pensados... En esto ha funcionado la circunspeccin m s dotada de sangre fra; una especie de lu cidez com o la que tena Platn cuando planeaba su Estado. Hay que querer los medios, si se quiere el fin: sobre esta opinin poltica no ha tenido dudas ningn legislador. Nosotros consideram os al modelo clsico com o especfi cam ente ario; por consiguiente, podem os hacer responsable de la m entira ms fundamental que jam s se haya estable cido a la clase de hom bre m ejor dotada y m s lcida... Se ha copiado esto casi en todas partes: el influjo ario ha corrom pido al m undo antiguo... 143 Hoy se habla m ucho del espritu sem tico del N uevo Tes tamento: pero al decir esto, no se m enciona m s que el espi ritu sacerdotal, y en el cdigo m s claram ente ario, en la lev del M anu, esta clase de sem itism o, es decir, de esprim sacerdotal, es peor que en ningn otro sitio. El desarrollo del Estado sacerdotal judo no es original, aprendieron el esquem a en Babilonia: po r tanto, el esquema es ario. C uando el m ism o de nuevo, m s tarde, bajo la piv ponderanciu de la sangre germ nica, dom in en Europa, er;i adecuado al espritu de la raza dom inante: un gran atavism o L a E dad M edia g erm n ica tratab a de restablecer el orden germ nico de las castas. El m ahom etism o, por otra parte, aprendi del cristianismo la utilizacin del m s all com o m edio de castigo.

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El esquema de una organizacin com n inalterable, con los sacerdotes en cabeza que es el ms antiguo gran pro ducto cultural de Asia en el aspecto organizativo , debi llevar, naturalmente, en todos los aspectos, a la reflexin y a la imilacin. Aun a Platn: pero, sobre todo, a los egipcios.

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144Las m orales y las religiones son los m edios principales con los cuales han podido hacerse del hombre lo que se ha querido: a condicin, claro est, de que se tuviese una super abundancia de fuerza creadora y que se haya podido ejercer la voluntad durante largos periodos de tiempo.

145i A s es com o considera una religin afirm ativa aria el ori gen de una clase dom inante: el cdigo de Manu. (La divini zacin del sentido de poder en los brahm anes es interesante que se haya originado en una casta de guerreros y despus haya pasado a los sacerdotes.) A s es com o una religin afirm ativa sem tica ve el origen de la clase dom inante: el cdigo de M ahom a, el A ntiguo Testamento en sus partes ms antiguas. (El m ahom etism o, como religin esencialm ente m asculina que es, tiene un pro fundo desprecio por el sentim entalism o y la m entira del cris tianismo... al que considera una religin de mujeres.) A s es com o una religin negativa sem tica ve el origen de la clase oprim ida: el N uevo Testam ento (segn conceptos Indo-arios: una religin de chandala). A s es com o una religin negativa aria considera el creci miento bajo las clases dom inantes: el budism o. Es com pletam ente adecuado que nosotros no tengam os Una religin de la raza aria oprim ida, ya que esto sera una

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contradiccin: una raza de dom inadores o est en la cima o perece.

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En s, una religin no tiene relacin con la moral: pero los dos derivados de la religin juda son esencialmente religiones m orales, es decir, dan preceptos sobre cm o se debe vivir \ hacen que se obedezcan sus exigencias con premios y castigos.

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Pagano, cristiano. Pagano es afirm ar lo natural, el sent m iento de inocencia en lo natural, la naturalidad. Cris tiano es negar lo natural, el sentim iento de indignidad en l< > natural, la antinaturalidad. Inocente es, por ejem plo, Petronio; en com paracin con este hom bre feliz, un cristiano ha perdido para siempre la inocencia. M as com o, en ltim o caso, el status cristiano tiene que ser sim plem ente un estado natural, pero que m> est perm itido com prender com o tal, as lo cristiano sig ni tica una falsificacin de la interpretacin psicolgica ele vada a la categora de principio.

148El sacerdote cristiano es, desde siem pre, el enem igo moi tal del sensualism o: no puede uno im aginarse una contrae! u cin m s grande que la ingenua y solem ne actitud con qiu por ejem plo, en los m s dignos cultos fem eninos de A teiw. se acoga la presencia de los sm bolos sexuales. El acto de l.i g eneracin constituye en s el secreto de todas las religiom no ascticas: una especie de sm bolo de la perfeccin y d.

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las intenciones secretas del futuro: el volver a nacer, la in mortalidad. 149 La fe en nosolm s m ism os constituye la traba ms fuerte, el m uyor latigazo y las alas ms ptenles. El cristianism o de biera haber elevado la inocencia del hombre a la categora de artculo de le; los hombres hubieran llegado as a ser dioses: en at)uel entonces todava se poda creer. 150 La gran mentira de a historia: Como si la corrupcin del paganism o hubiera sido lo que abri el cam ino al cristia nismo! Pero fue la debilitacin y la desm oralizacin del hombre antiguo! La conversin del instinto natural en vicio haba ya tenido lugar!

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151 Las religiones perecen por su creencia en la moral. El Dios cristiano-m oral no es m antcnible: en consecuencia, el ates mo, com o si no pudiera haber ninguna otra clase de dioses. De la m ism a forma, la cultura perece por la creencia en la moral. Ya que cuando se han descubierto los necesarios con dicionam ientos que la hacen tlesarrollarso. ya no se la quiere (budismo).

152 F isiologa d e las religiones nihilistas. Todas las religio nes nihilistas son historias clnicas sistem atizadas bajo una nom enclatura religioso-m oral.

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En los cultos paganos se trata del gran crculo anual alre dedor de cuya interpretacin gira el culto. En el culto cris tiano tenem os un crculo de fenm enos de parlisis, alrede dor de los cuales gira el culto...

153 Esta religin nihilista busca para s m ism a en la Antige dad los elem entos de decadencia y todo lo relacionado con ellos; a saber: a ) El partido de los dbiles y los frustrados (condenacin del m undo antiguo); lo que este ha rechazado con m s fuerza... b) El partido de los desm oralizados y los antipaganos. c) El partido de los polticam ente cansados y los indife rentes (los rom anos m architos...), los desnacionalizados, qui se sentan interiorm ente vacos. d) El partido de los que estn hartos de s m ism os, que colaboran con gusto en una conjura subterrnea.

154 B uda contra el C rucificado. D entro de las religiones nihilistas se pueden, sin em bargo, separar claram ente la cris tiana y la budista. L a budista expresa un herm oso atardecer una d u lzura y una suavidad perfectas; es agradecim iento hacia todo lo que ha pasado, incluyendo los defectos: l;i am argura, el desengao el rencor; al fin, el am or, la altura es piritual; el refinam iento de la contradiccin filosfica vieindespus, tam bin de eso descansa: pero le sirve para actv centar an m s su gloria espiritual y su incandescencia < l< crepsculo. (Tiene su origen en las castas superiores.) El m ovim iento cristiano es un m ovim iento de degenera cin constituido por elem entos de defeccin y desechos iK

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toda clase: no expresa el declive de una raza; es, desde el prin cipio, un conglomerado de morbosidades que se atraen m u tuamente y se entremezclan entre s... Por eso no es nacional, no est condicionado por la raza; se dirige a los desheredados de todas paites; en el fondo es un rencor contra todo lo bien nacido y dominador: necesita un smbolo que represente la maldicin hacia lo bien nacido, hacia todo lo que domina... Est tambin en oposicin contra todo movimiento intelec tual, contra toda filosofa: toma el partido de los idiotas y ex presa una maldicin contra el espritu. Siente rencor contra los dotados, contra los sabios, contra los espiritualmente indepen dientes, adivina en ellos lo pleno, lo dominador.

155 En el budism o esta idea es la predominante: Todos los deseos, todo lo que produce alectos y sangre impulsa a la ac cin; solo en este respecto se nos previene contra el mal. En consecuencia, obrar no tiene sentido, el obrar form a paite de la existencia: pero la existencia no tiene sentido. Los budis tas ven en el mal la tendencia hacia algo ilgico: hacia la afir macin de medios cuyo fin se niega. Buscan un cam ino ha cia el no ser, y por eso proscriben todas las tendencias que parten de los afectos. Por ejemplo: no vengarse!, no ser enemigo! El hedonism o de los cansados establece aqu la medida suprem a de valor. Nada est ms lejos del budista que el fanatism o judo de un San Pablo: nada contradecira ms su instinto que esta tensin, esta llama, esta inquietud del hombre religioso, sobre todo esa forma de sensualidad que el cristianism o ha santificado con el nom bre de A m or. A pesar de todo, son las clases ilustradas, e incluso las superinlelectuales. las que encuentran su correspondencia en el bu dismo: una raza exhausta y cansada de una lucha filosfica (le siglos, pero no por debajo de toda cultura com o las capas nodales en las que se origin el cristianism o... C om o ideal

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se percibe tambin, esencialmente, un desapego del bien \ del mal: con ello se establece un sutil ms all de la moral, que coincide con la esencia de la perfeccin, en la premisa de qm las buenas acciones son necesarias solamente de forma tem poral. simplemente como medio, es decir, para apartarse ele cualquier ciase de accin.

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Qu curioso! Una religin nihilista com o el cristianismo, nacida y adecuada a un pueblo pertinazmente anciano, que ha sobrevivido todos los instintos fuertes, transportada paso a paso a otros medios, y que finalmente penetra en los pue blos jvenes que todava no tienen historia. Una bienaven turanza decadente, de pastores, de atardecer, predicada a Ion brbaros, a los germanos! A los mismos que haban soado con un Walhalki y que encontraban la plena felicidad en la guerra! Una religin supranacional predicada en medio de un caos, en que ni siquiera existan naciones.

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El medio de refutar a sacerdotes y religiosos sigue siendo solamente este: mostrar que sus errores han dejado de ser be neficiosos, que hacen m s dao que otra cosa; en resumen: que su propia prueba de la fuerza ya no es consistente...

2.

S obre l a historia d f l cristianism o 158

No se debe confundir el cristianismo, com o realidad his triea. con aquella raz nica que su nombre nos recuerda

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las otras races en las que ha venido creciendo son mucho ms poderosas. Es un abuso incomparable que tales resulta dos de decadencia, tales engendros, los llamados Iglesia cristiana, fe cristiana y vida cristiana, se designen con aquel santo nombre. Qu es lo que ha negado Cristo? Todo lo que hoy se llama cristiano.

159 Toda la doctrina cristiana acerca de lo que se debe creer, toda la verdad cristiana no es ms que mentira y engao: y exactamente lo contrario de lo que era al principio el mo vimiento cristiano. Justamente lo que en el sentido eclesistico constituye lo cristiano es, desde un principio, anticristiano: simples sm bolos en lugar de cosas y personas; hechos eternos en lugar de historia; puras frmulas, ritos, dogmas en lugar de una praxis de la vida. Lo cristiano es la perfecta indiferencia con tra dogmas, culto, sacerdotes, Iglesia, teologa. La prctica del cristianismo no es, en modo alguno, una quimera intil, com o tampoco lo es la prctica del budismo: es un m edio para ser fcliz.

160 Jess, con el reino de los cielos en el corazn, se dirige directamente hacia la redencin y no encuentra los medios en la observancia de la Iglesia juda; le parece, incluso, que la realidad del judaism o (su necesidad de mantenerse) no sirve para nada; es puramente interior. E igualmente no le importan nada las frmulas groseras de relacin con Dios: se vuelve contra toda la doctrina de pe nitencia y conciliacin; muestra cm o hay que vivir para sentirse divinizado y cmo no se llega a este estado con la

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penitencia y el remordimiento de los pecados; su afirmacin mas importante es: No hay nada en el pecado. Pecado, penitencia, perdn: todo est aqu fuera de lu gar..., es una intromisin juda, o se trata de paganismo.

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El reino de los cielos es un estado del corazn (de los ni os se dir, porque de ellos es el reino de los cielos): nada que est en la tierra. El reino de Dios no viene de forma histrico-cronolgica, no segn el calendario, no es algo que est ah un da y que el da anterior no estaba, sino que se trata de una transformacin de los sentidos en el indivi duo, algo que viene en todo m om ento, pero que no acaba de estar all...

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El ladrn en Ia cruz: cuando el m ism o crim inal que re cibe una m uerte dolorosa, juzga: Solo este Jess que sin protesta, sin rencor, con bondad, resignadam ente, sufre y m uere es el justo, ha afirmado el Evangelio: y con ello esla en el Paraso...

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Jess dijo: no se debe ofrecer resistencia ni de hecho ni de corazn a los que nos hagan mal. No se debe reconocer ningn m otivo para separarse de su mujer. N o hay que establecer ninguna diferencia entre forasteros y naturales, extranjeros y com patriotas. N o hay que encolerizarse contra nadie, no hay que me nospreciar a nadie. Dad lim osna en secreto. N o hay que que

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rer hacerse rico. No hay que maldecir. No hay que juzgar. H ay que olvidar y perdonar. No orar en pblico. La bienaventuranza no es solo una promesa: existe desde el m om ento en que se vive y se obra conform e a tales mximas.

164 A udidos posteriores. Toda la actitud de profetas y m i lagreros, la clera, la proclam acin del juicio, es una ho rrorosa corrupcin (por ejem plo, M arcos 6, 11: ... y a los que no os recibieron..., en verdad os digo que m s tolerable ser el castigo de Sodom a y G om orra, etctera). La hi guera (M ateo, 21, 18): ... pero cuando l por la m aana volvi a la ciudad tuvo ham bre. Y vio una higuera en el ca mino y se dirigi a ella y no encontr nada, solo hojas, y le habl: Que nunca m s crezca fruto de ti! Y la higuera se sec inmediatam ente.

165La doctrina del prem io y el castigo se ha introducido de una form a com pletam ente absurda: con ello se ha echado lodo a perder. De la m ism a form a sucede con la praxis de la prim era ecclesia m ilitans, del apstol San Pablo y su conducta orde nada de una form a com pletam ente falseada, com o prefijada de antem ano... La posterior glorificacin de la vida y doctrina reales de los prim eros cristianos: com o si todo hubiese sido prescrito as y sim plem ente se hubiera seguido al pie de la letra... Y, adems, el cum plim iento de las profecas: de qu forma se ha falsificado y justificado todo!

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166 Jess puso a aquella vida ordinaria una vida real, una vida en la verdad: nada est ms lejos de l que la inmensa estupidez de un P ctnis eternizado, de una eterna sucesin personal. Lo que l com bate es la conversin de la per sona en algo im portante: cm o puede em onces querer eternizara? Com bate igualm ente la jerarqua dentro de la com unidad: de ninguna forma prom ete una proporcin de salario de acuerdo con el rendim iento: cmo puede haberse referido a prem io y castigo en el ms all!

167 El cristianism o es un ingenuo apndice a un m ovim iento pacificador budista en el centro del verdadero rebao del re sentim iento..., pero transform ado por Pablo en una doctrina de m isterios paganos, que finalmente aprende a pactar con loda la organizacin estatal... y hace guerras, juzga, ator m enta, jura. odia. Pablo parte de la necesidad de m isterio de las grandes m a sas excitadas religiosam ente: busca una vctim a, una fantas m agora sangrienta que m antenga viva la lucha con las im genes del culto secreto: Dios en la cruz, beber la sangre, unin m stica con la vctima. Busca transform ar el m s all de la existencia (el santo \ libre de pecado m s all de Ja existencia del alm a individual) com o resurreccin, en una relacin causal con esa vctim a la im ilacin del tipo de D ionisio. M itra. Osiris). N ecesita conceder la m ayor im portancia al concepto de la culpa y del pecado, no una nueva praxis (com o Jess mismo haba m ostrado y enseado), sino un nuevo culto, una nueva fe, una fe en una m aravillosa transform acin (salvacin po r la fe).

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Com prendi la gran necesidad del m undo pagano e hizo de los hechos de la vida y muerte de Cristo una seleccin perfectam ente arbitraria, acentuando todo de nuevo y alte rando en todo el centro de gravedad... fue principalm ente el que anul al cristianism o primitivo... El atentado contra sacerdotes y telogos se convirti, gra cias a Pablo, en un nuevo sacerdocio y una nueva teologa: una clase dom inante, as com o una Iglesia. El atentado contra la excesiva presuncin de la persona se convirti en la fe. en la persona eterna (en la preocupa cin por la salvacin eterna), en la exageracin ms para djica del egosm o personal. Esto es lo gracioso del asunto, una gracia trgica: Pablo reprodujo, en gran estilo precisam ente, lo que Cristo haba anulado con su vida. Finalm ente, cuando la Iglesia estuvo lista, lleg incluso a lom ar bajo su sancin la existencia del Estado.

168 La Iglesia es exactam ente lo contrario de li> que C risto ha ba predicado y contra lo que haba enseado a luchar a sus discpulos.

69 Un Dios m uerto por nuestros pecados; una salvacin por la fe; una resurreccin despus de la muerte: todo esto son falsificaciones del verdadero cristianism o, de las que tene m os que hacer responsables a aquella insana y desvariante cabeza ( Pablo). La vida ejem plar consiste en el am or y la hum ildad; en la plenitud de corazn que no excluye ni a los m s insignifi cantes; en Ja renuncia form al al querer-tener-la razn, a la

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defensa, a la victoria en sentido de triunfo personal; en la creencia en la bienaventuranza aqu en la tierra, a pesar de la miseria, los antagonism os y la muerte; en la mansedum bre en la ausencia del ira, de soberbia; en no querer ser recom pensado. ni ligarse a nadie; en el ms espiritual abandono del seoro; en el orgullo de una vida voluntariam ente vivida para los pobres y los servidores. Despus de que la Iglesia se haba dejado arrebatar toda la praxis cristiana y hubo sancionado la vida dentro del Es tado. aquella clase de vida que Jess haba com batido y con denado, tuvo que depositar el sentido del cristianismo en otra parte: en la creencia en cosas increbles, en el cerem o nial de rezos, veneraciones, fiestas, etctera. El concepto pecado, perdn, castigo, recom pensa todo poco im portante y casi excluido del prim er cristianism o ad quiere ahora la m ayor importancia. Una horrible mezcla de filosofa griega y judaismo; el asce tismo; el constante juzgar y condenar; la jerarqua, etctera.

170 El cristianism o, de antem ano, ha transform ado lo sim b lico en rudimental: 1) La contradiccin vida verdadera' y vida falsa; equi vocadam ente entendida com o vida presente y vida del m s all. 2) El concepto vida eterna, por oposicin a la vida per sonal, lo perecedero com o inm ortalidad personal. 3) La fraternidad por el disfrute en com n de com ida y bebida segn las costum bres hebreo-arbigas, com o m ila gro de la transustanciacin. 4) La Resurreccin com o entrada en la verdadera vida, com o volver a nacer; de aqu una eventualidad his t ric a q u e suceder en algn m om ento despus de la muerte

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5) La doctrina del hijo del hombre com o el hijo de Dios, la relacin vital entre hombre y Dios; de aqu la se gunda persona de la divinidad; precisam ente esto produce las relaciones filiales de todo hom bre, incluso el ms nfimo, con Dios. 6) La salvacin por la fe (es decir, que no hay ningn otro camino para llegar a ser hijo de Dios que la prctica de la vida enseada por Cristo) transformada en la creencia de al gn m aravilloso perdn de los pecados, que no puede ser lle vado a cabo por los hombres, sino por la accin de Cristo. Con ello haha que dar una nueva significacin al Cristo en la cruz. Esta muerte no era en s la causa principal... fue solo un signo ms de cm o hay que conducirse frente a la superioridad y a las leyes del mundo: no defenderse... En eso estaba el ejemplo.

171 Sobre la psicologa ele P ablo . El hecho es la m uerte de Jess. H aba que interpretar este hecho... De lo que aquellas gentes no se dieron cuenta es de que haba una verdad y un error en la interpretacin: un da les lleg a la cabeza una su blime posibilidad, esta muerte podra significar tal cosa y tal otra. Y autom ticam ente se convierte en esto! Una hiptesis se dem uestra por el vuelo sublim e que le im prim e su autor... L a dem ostracin de la fuerza: es decir, un pensam iento se dem uestra por sus efectos (por sus frutos, com o dice in genuam ente la Biblia); lo que im presiona tiene que ser ver dad, lo que cuesta sangre debe ser verdad. Con respecto a esto, en todas partes se considera, com o valor en s, la repentina sensacin de poder que un pensa miento produce en su autor; y puesto que no se sabe honrar U un pensam iento de ninguna otra form a que calificndolo de verdadero, el prim er predicado para que se le tom e en

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consideracin es que sea verdadero... Cmo podra si no ser efectivo'.' Se imagina esto de un poder: si no fuera real, no po dra aduar... Se le concibe com o inspiracin: la accin que ejercita tiene algo de la violencia de un influjo demonaco. Un pensam iento que no pueda ofrecer resistencia a un dcadcnt, al que se entrega por com pleto, es dem ostrado com o verdadero! Todos estos santos epilpticos y videntes no posean lina m ilsim a de aquella rectitud autocrtica con la que hoy un fi llogo lee un texto o comprueba la verdad de un suceso hist rico... Son, en com paracin con nosotros, cretinos morales...

172 Lo que im porta 110 es si algo es verdad, sino cules son sus consecuencias: falta absoluta de probidad intelectual. Todo es bueno, la mentira, la calum nia, la ms desvergon zada acom odacin, cuando sea conveniente para elevar el grado de calor, hasta llegar a hacer creer. Es una escuela preparada para ensear los m edios de se duccin que llevan a una fe: desprecio sistem tico de las es feras, de donde pudiera venir la contradiccin (la de la razn, la de la filosofa y la sabidura, la de la desconfianza, la de la prudencia): un desvergonzado alabar y glorificar la doc trina con una constante proclam acin de que ha sido Dios el que la ha revelado y el apstol no significa nada , de que no se la puede criticar, sino solo creer, aceptar; de que la gra cia y el favor m s extraordinarios son aceptar una doctrina de salvacin com o esta; de que hay que recibirla en un es tado de profundo agradecim iento y hum ildad... Se especula constantem ente con el resentim iento que los inferiores experim entan contra todo lo que se venera: se les seduce con una doctrina que es presentada com o lo opuesta a la sabidura del m undo, al poder del m undo. Se convence a los reprobos y desheredados de todas clases; se prom ete la

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bienaventuranza, el provecho, el privilegio a los postergados y a los humildes; se fanatiza a los pobres, a los pequeos, a los necios y mentecatos, para llenarlos de una insensata va nidad. com o si fueran el sentido y la sal de la tierra. Todo esto, para decirlo de nuevo, nunca puede llegar a despreciarse lo bastante. Nos ahorramos la crtica de la doc trina; basta con observar los m edios de que se sirve, para sa ber de qu se traa. El cristianismo se puso de acuerdo con la virtud; tom, desvergonzadam ente, todo el poder fascinador de esta para s solo... Se puso de acuerdo con el poder de la paradoja, con la necesidad de pimienta y absurdo de las vie jas civilizaciones; desconcert, revolucion, se atrajo la per secucin y los m alos tratos. Se traa exactam ente de la m ism a forma de indignidad re flexiva con que el sacerdocio judo estableci su poder y cre la Iglesia juda... H ay que diferenciar; 1) ese calor de la pasin am or (que descansa sobre el fondo de una ardiente sensualidad); 2) la falta absoluta de distincin del cristianismo; la constante exageracin, la verborrea; la falla de fra intelectualidad y de irona; lo aniim ilitaren todos los instintos; el prejuicio sacer dotal contra el orgullo viril, contra el sensualism o, las cien cias, las artes.

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Pablo: buscaba poder contra el judaism o imperante; su m ovim iento era dem asiado dbil. D esvalorizacin del con cepto judo; la raza se deja a un lado; pero esto signifi caba negar el fundam ento. El mrtir, el fantico, el va lor de toda fe fuerte... El cristianism o es la form a corrom pida del viejo m undo en su m s profunda im potencia, de form a que ascienden a la superficie las capas y necesidades m s enferm as e insanas. En consecuencia, haba que colocar en prim er trm ino otros

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instintos, para crear una unidad, un poder de defensa; resu miendo: era necesario una especie de estado de excepcin com o el que haba proporcionado a los judos su instinto de conservacin... Para esto fueron inestimables las persecuciones que sufrie ron los cristianos: la comunidad en el peligro, la conversin de las masas como nico medio de acabar con las persecuciones privadas (en consecuencia, se aplica lo ms ligeramente posi ble el concepto conversin). 174 La vida judeo-cristiana: aqu no predomin el resenti miento. Fueron solo las grandes persecuciones las que hicieron aparente la pasin, tanto el fuego del am or com o el del odio Cuando se ve que los seres ms queridos caen vctimas por la fe, se hace uno agresivo: el triunfo del cristianismo se produjo gracias a sus perseguidores. El ascetismo en el cristianismo no es especfico: en eslo se equivoc Schopenhauer. El ascetismo se desarrolla en el cristianismo solo en aquellos lugares en donde aunque no hubiera cristianismo habra ascetismo. El cristianismo hipocondraco, los tormentos y torturas de la conciencia, corresponden igualmente a un terreno determi nado en el cual los valores cristianos han echado races: esto no es el cristianismo propiamente dicho. El cristianismo ha tomad* > para s toda clase de enferm edades, propias de los terrenos enfermizos: se le podra reprochar nicamente el no haber sa bido oponerse a ningn contagio. Pero precisam ente en esto consiste su esencia: el cristianismo es un tipo de decadencia 175 La realidad sobre la que poda fundamentarse el cristia nism o era la pequea fam ilia de la dispora, con su calor v

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su ternura, con su disposicin a ayudar y su solicitud de los unos para con los otros, inexistente en todo el imperio ro mano y quiz incomprendida; con su orgullo oculto y dis frazado de humildad de pueblo elegido, con su ms ntima negacin desinteresada a todo lo que est en la cum bre y po see el brillo y el poder. El genio de Pablo consiste en haber reconocido esto com o poder, en ver que este estado bien aventurado poda transmitirse porque era seductor y atractivo tambin para los paganos. Se lij com o tarea utilizar aquel tesoro de energa latente, de inteligente felicidad, para una Iglesia juda de libre confesin; utilizar toda la experien cia y la maestra del instinto de conservacin de la com uni dad juda bajo el dominio extranjero; utilizar tambin la pro paganda juda. Con lo que se encontr fue, precisamente, con esa clase de pequeas gentes absolutam ente apolticas