Marius Von Mayenburg - CLAUDIA

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Marius von Mayenburg PARÁSITOS PARASITEN Spanisch von Claudia Baricco Buenos Aires 2001 Alle Rechte vorbehalten, insbesondere das der Aufführung durch Berufs- und Laienbühnen, des öffentlichen Vortrags, der Verfilmung und Übertragung durch Rundfunk und Fernsehen. Das Recht der Aufführung ist rechtmäßig zu erwerben vom: All rights whatsoever in this play are strictly reserved. No performance may be given unless a licence has been obtained. Application for performance etc., must be made before rehearsals begin, to: henschel SCHAUSPIEL Theaterverlag Berlin GmbH Alte Jakobstrasse 85/86, Aufgang 7 10179 Berlin, Tel. +49 (30) 44318888 Fax: +49 (0)30 - 4431 8877 Email [email protected] Präsentiert für Lateinamerika durch/Represented for Latin-America by: Autorenagentur Hartmut Becher Carlos Calvo 1821 C1230AAA Ciudad de Buenos Aires Argentina Tel. +54-11-3531 4549 Email: [email protected] Die Rechte an der Übersetzung liegen bei: Claudia Baricco, Lamadrid 437,1166 Buenos Aires, Argentinien Förderung der Übersetzung durch: / This Translation was sponsored by:

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Teatro alemán

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Marius von Mayenburg

PARÁSITOS

PARASITEN

Spanisch von Claudia Baricco Buenos Aires 2001

Alle Rechte vorbehalten, insbesondere das der Aufführung durch Berufs- und Laienbühnen, des öffentlichen Vortrags, der Verfilmung und Übertragung durch Rundfunk und Fernsehen. Das Recht der Aufführung ist rechtmäßig zu erwerben vom: All rights whatsoever in this play are strictly reserved. No performance may be given unless a licence has been obtained. Application for performance etc., must be made before rehearsals begin, to:

henschel SCHAUSPIEL Theaterverlag Berlin GmbH Alte Jakobstrasse 85/86, Aufgang 7

10179 Berlin, Tel. +49 (30) 44318888

Fax: +49 (0)30 - 4431 8877 Email [email protected]

Präsentiert für Lateinamerika durch/Represented for Latin-America by: Autorenagentur Hartmut Becher

Carlos Calvo 1821 C1230AAA Ciudad de Buenos Aires

Argentina Tel. +54-11-3531 4549

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Die Rechte an der Übersetzung liegen bei: Claudia Baricco, Lamadrid 437,1166 Buenos Aires, Argentinien

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Personajes Friderike Petrik Betsi Ringo Multscher (Ringo está en silla de ruedas.) Ringo Hay una gran calma, todavía se oye la sirena vidrios que se hacen añicos, se ven partes que se van deslizando y van perdiendo velocidad, en el aire hay ruido a lata crujiendo y aplastándose y metal rechinando contra el asfalto y hay un momento en que toda la ciudad se queda en silencio y escucha. Ahí es cuando oí las voces por primera vez, un instante muy breve, voces que venían de lejos, pensé: es la gente que está en los autos y que grita pidiendo auxilio, pero venían de todas partes, de todos lados, como un susurro, como si alguien hablara con calma pero con una insistencia, como si estuvieran rezando, y entonces sacudí la cabeza y en ese mismo instante desaparecieron. (Friderike está embarazada.) Petrik Ven. (Él empieza a tocarla.) Friderike No siento nada, puedes tocarme todo lo que quieras. Petrik Así no vale. Friderike Ya sé. Petrik Hace tanto tiempo que no... Friderike Sí, nunca, ¿qué haces con la pierna?

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Petrik Pero antes sí, antes tú, ven, ven... (Friderike se ríe.) Friderike Me haces cosquillas. Para. Petrik ¿Qué te pasa? Friderike No puedo con esta cosa en la panza. Mira con esos ojos de pescado que tiene. Petrik No importa, vamos, ahora, ahora. Friderike ¿Por qué respiras así mal? ¿No te sientes bien? Petrik Tranquila. Friderike Pareces mi madre. Petrik ¿Qué? Friderike Como cuando estaba enferma con fiebre y se inclinaba con su cara grasosa encima mío, en la cama, como si fuera un cráter lunar apagado. (Petrik se aparta de ella.) Petrik Eres repugnante. Friderike Ya lo sé. (Ringo, que estaba dormitando en la silla de ruedas, se despierta.) Ringo Ah me siento. ¿Me dormí con la boca abierta? El sol está tan fuerte que me llegó hasta entre los dientes, hasta el cuello, tengo que tomar algo, Betsi, me siento tan pesado, tengo los bordes derretidos, tengo sed, Betsi, siento la lengua en la boca como carne muerta. ¿Betsi? ¿Dónde estás? (Grita:) ¡Betsi! ¿Por qué no me dices nada cuando te vas? Dejas que me muera, soy una carga con mi silla de ruedas y tú te vas a los lagos y no piensas en mí, pero algún día cuando vuelvas a casa, toda quemada, roja y oliendo a sol, yo estaré colgando de la silla, seco y muerto, mirándote con los ojos muertos, tengo sed.

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(Petrik le da de comer a la serpiente.) Friderike ¿Qué haces? Petrik Le doy de comer. Friderike ¿A mí también me darías de comer? Petrik Si no tuvieras ni piernas ni brazos y estuvieras tirada boca abajo en una caja de vidrio dispuesta a tragarte ratas vivas, ahí sí, ahí sí te daría de comer. Friderike Mírame. Petrik No grites. Friderike También me puedo acostar y puedo esperar que me encuentres. Petrik Tus gritos la vuelven loca. Friderike Pero igual no lo haces, sólo te me subes a la mano. (Ella grita:) A ver, mira. Petrik Cuando gritas así regurgita toda la comida y tiembla. Friderike Por ahí te muerde. (Ella lanza un chillido más fuerte y más agudo.) Si yo fuera una serpiente, hace mucho que te hubiera mordido. Petrik Por hoy ya comió suficiente. Toma. (Le acerca una rata muerta.) ¿Todavía tienes hambre? Friderike Sí. (Ella se mete la rata en la boca.) Petrik Eres asquerosa. Multscher En los últimos tiempos me debilité. Siempre tengo los ojos cansados. Hace unos días estaba en la entrada del supermercado, todavía no se había abierto la puerta

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automática. Me senté en un escalón y esperé, me quedé un poco dormido. Me despertó una pareja, borrachos los dos, viejo, está cerrado, vuelve mañana, me dijeron y me sacudieron del hombro y se rieron. Ve a tu casa, viejo, ve a dormir. Ahí yo incliné la cabeza para atrás y miré el cielo. Todo negro. (Betsi con bolsas de compras.) Ringo Betsi, nena, estoy todo encogido y seco. Betsi Te quedaste dormido con la boca abierta como un niño, no te quise despertar, y pensé que podía ir rápido a buscar unas cosas. Ringo Me dejaste solo. Betsi Sólo un momento, ahora estoy aquí, no tengas miedo. Ringo Tuve tanto miedo. Pensé que te habías ido. (Ringo está por largarse a llorar; Betsi lo consuela.) Betsi Shhhh. Estoy aquí, bebé, estoy contigo, no te voy a dejar. Ringo (Solloza sin lágrimas.) Tenía tanta sed. (Betsi saca una botella de cerveza de una de las bolsas.) Ringo ¿Qué es? Betsi Cerveza. Ringo Eso no es cerveza. Betsi Es cerveza. Ringo ¿Eso? Betsi Sí, cerveza. Es cerveza. Ringo Eso es una mierda, una cerveza de mierda es ésa. Betsi Es cerveza como cualquier otra.

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Ringo No hay cerveza como cualquier otra. Una cerveza de mierda, es una cerveza de mierda, la puedes tirar por el inodoro, es pis esa cerveza de mierda, esa cerveza es... Betsi Es una buena cerveza, hay otra gente que la toma también. Ringo Yo no conozco a ninguna otra gente. (Betsi agarra la botella y la tira por la ventana.) Ay, tiraste la botella. Betsi Sí, y la tiré por ti. Ringo Y ahora no puedo tomar nada. Betsi Pusiste esa cara horrible que pones. Ringo Yo no pongo ninguna cara horrible. Betsi Todo se me viene abajo cuando me miras con esa cara como si no vieras nada, ahí siento que se acabó todo, que somos viejos y que nos odiamos, y ahí tiro la cerveza por la ventana, porque no se me ocurre qué otra cosa hacer con la botella de la cerveza que no es la cerveza correcta, porque si no, me tengo que tirar yo cada vez que pones esa cara, por eso. Ringo Betsi, yo no quiero poner esa cara, discúlpame. Betsi No, discúlpame tú, no sabía que había una cerveza que no era la correcta. Ringo No importa, nena, tú siempre tienes razón, siempre, no importa la cerveza que traigas y que la cerveza sea una basura. Betsi No quiero que nada se interponga entre nosotros. Ni una cerveza. Ringo Nada. (Se besan.) Me dejaste acá sentado solo, en la silla. Betsi Estoy contigo. Estamos a salvo.

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(Se besan de nuevo.) Ringo Tengo sed. Friderike Me voy a suicidar. Petrik Antes baja la basura, que apesta. Friderike Me tiro por la ventana y me estrello la cabeza contra el asfalto. Petrik Está bien, ya que quieres bajar, aprovecha y baja la basura. Friderike ¿Por qué me dices eso? Mírame, por lo menos. Petrik ¿Yo dije algo? Friderike Yo dije que me iba a tirar por la ventana. Petrik Ya lo sé, lo dices siempre. Friderike Esta vez lo haré. Petrik Es bastante alto, la altura está bien. Friderike ¿Por qué no me ayudas? Petrik ¿Quieres que te abra la ventana? Friderike Lo que te digo no es una broma. Petrik Lo que yo te digo tampoco, no es nada cómico, todos los días una mujer enferma en el alféizar de la ventana, ¿te parece que me divierte? ¿Por eso lo haces? Friderike ¿Por qué eres así? Petrik ¿Por qué eres tú así?

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Friderike ¿Yo? ¿Cómo soy yo, dime, qué sabes de mí? Petrik Todo. Yo sé todo: de ti no queda casi nada, lo único que quieres es tirarte por la ventana, nada más que eso, vamos, hazlo, no voy a gritar más, no te voy a retener más. Friderike Jamás lo hiciste. Petrik Ya no clavaré más la ventana, puedes abrir el vidrio y salir, tienes todas las vías abiertas, si quieres hacerlo, lo haces, si no, no, yo ya estoy cansado. Friderike Tú no sabés nada de mí, ni siquiera me miras. Petrik No te miro porque mirarte es insoportable. Friderike ¿Qué dices? Petrik No se soporta mirarte. Friderike Yo tampoco me soporto, me voy a tirar por la ventana. Petrik Tírate, así hay paz, tírate y estréllate contra el asfalto y déjame que tenga paz, de una vez por todas paz. (Friderike se da la cabeza contra el piso; Petrik la mira.) Friderike Tengo que sacármelo. (Se golpea la cabeza contra el piso.) En algún lado adentro lo tengo metido. Petrik Basta. Friderike Te mataré así dejás de gritar. (Se golpea la cabeza contra el piso.) Petrik Yo no te lo impediré. Friderike Tú no haces más que contar mis errores y me haces ser horrible, y por eso te mataré. (Se golpea la cabeza contra el piso.)

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Petrik Eso duele. Friderike Uno. (Se golpea la cabeza contra el piso.) Petrik A ti te duele. Friderike Dos. (Se golpea la cabeza contra el piso.) Petrik A mí ya no me duele más. Friderike Tres. (Se golpea la cabeza contra el piso.) Petrik A mí ya no me afecta más. Friderike Tú eres mi error. (Se golpea la cabeza contra el piso.) Petrik Solamente a ti te afecta. Friderike Tú eres el único error, yo soy mi propio error, esto tiene que acabar. (Se golpea la cabeza contra el piso.) Petrik Yo ya no puedo ni pensar, estoy cansado. Friderike Yo tengo que terminar, tengo que terminar. (Se golpea la cabeza contra el piso.) Petrik Si te suicidas, voy a mear en tu tumba. (Friderike se detiene y rueda hacia un lado.) Friderike No me voy a suicidar. Petrik Entonces no hables más si no lo vas a hacer. Friderike Ahora por lo menos no, hoy no, tal vez mañana.

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Betsi Hoy quiero tener un buen día. Ringo ¿Qué? ¿Quieres que follemos? No, deja. Betsi Podemos ir a los lagos, como seres humanos normales. Ringo Los seres humanos no son normales. Betsi Yo sí, tú no, tú hace meses que estás sentado aquí dentro del apartamento, y afuera es verano, y yo también quiero volver a ponerme un traje de baño. Ringo Póntelo, me gusta verte en traje de baño. Betsi Quiero ir a nadar, quiero ir a los lagos, podemos llevar la silla de ruedas a la arena y tomar cerveza. Ringo Es un espanto, los lagos, los gordos exponiendo sus cuerpos de gusano a la luz de día, friéndose en aceite solar hasta que se les revienta la piel como a salchichas calientes y antes de que empiecen a arder, los meten a sus hijos en el lago y ellos no tienen fuerzas para nadar y se hunden en el agua borrachos, con las panzas llenas de milanesas y cerveza fría y después se necesita a cinco bañeros para sacar los cadáveres hinchados del agua, eso son los lagos. Betsi Ajá. Ringo Sí. Betsi ¿Por qué dices todas esas tonterías? Ringo Para darte miedo. Betsi Yo no soy ninguna gusana gorda. Ringo Nadie habla de ti. Betsi ¿Y por qué no? Ringo Porque no hay nada que decir.

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Petrik Me aburres. Seguramente envejeciste y te arrugaste antes de tiempo. Y ahora tienes ese olor desabrido. Tal vez empezaré a mirar a las muchachas jóvenes, de piel lisa y blanca, porque prefiero oler su sudor joven y no tu jabón gastado. Y quizás me guste si son gordas debajo de esa piel suave y sobre ella se vislumbra un vello, porque no es como tus piernas calvas desplumadas y ese cuerpo seco descarnado que tienes, donde no hay lugar para un bebé. Me excito cuando las miro a los ojos, porque no tienen ninguna carga, son como un estanque fresco después de la lluvia, profundos, no llenos de mis insultos. Me das asco. Me da asco la muerte que ya avanza sobre ti con sus patas de araña, que yo planté en ti hace años. Pero tal vez soy ingenuo y lo único que quiero es seguir vivo, y tú ya estás demasiado muerta. Ringo Justo Ud. Multscher Sí. Ringo Desde que salí del hospital no vi a nadie. Multscher Sí. Ringo Absolutamente a nadie. Diga algo. Multscher No puedo. Es tan terrible. (Los ojos se le llenan de lágrimas.) Ringo ¿Qué es tan terrible? Multscher Usted, en esa silla de ruedas. Un inválido. (Llora.) Ringo Ud. tiene que darme ánimos. Tiene que decirme que la vida continúa, que lo dice con la experiencia de los años. Pare de llorar, viejo imbécil, yo no lloro. Multscher No me perdonaré nunca haberle destruido así la vida, a un hombre joven. Yo soy un viejo idiota. Mi vida está acabada.

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Ringo Y qué importa. Ud. morirá pronto. Yo voy a seguir viviendo. Multscher (Llora.) ¿Para hacer qué? Es un inválido. Lo único que puede hacer es criar moho metido en el apartamento, sepultado en vida. Ringo Cállese. Yo no actúo así porque me parece fantástico, pero tengo que encontrar algo bueno para seguir. Multscher ¿Y qué puede encontrar de bueno? Todas las cosas que yo hacía a su edad. Recorría las rutas con la bicicleta, me tiraba en el pasto, subía corriendo montañas y a la noche me iba al bar con amigos, y saltaba cercas y les levantaba las faldas a las mujeres y les hacía hijos. Sin hijos, sin mujeres, ¿qué tipo de vida es ésa? Ringo ¿Qué sé yo? Y pare de llorar, hijo de puta. Multscher Es todo tan terrible y yo soy el culpable. Ringo Quizás me curo y Ud. ya se murió. Multscher Ud. está loco, una columna rota no se arregla. (Bien fuerte.) Joven, Ud. no volverá a follar en su vida. Ud. es un inválido. Ni siquiera podrá conducir. Ringo Ya lo sé. Ahora váyase. Me da asco. No quiero sentir compasión por Ud. Multscher No me rechace. Mi vida está acabada. Estoy solo con mi cargo de consciencia. Déjeme reparar algo, como sea. Ringo Ud. ya lo dijo, no hay nada bueno. Y si todo es malo, no saldrá nada bueno. Multscher ¿Quiere que me ponga de rodillas, con mis huesos gastados? Mi vida le pertenece. Ringo Gracias, pero no me sirve para nada. Multscher Por si alguna vez me necesita, aquí le dejo mi número de teléfono.

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(Anota su número en un papelito y se lo da a Ringo.) Quiero hacer algo bueno por Ud. Ringo Hágalo, váyase. Viejo imbécil. Friderike Me voy. Petrik Hmm. Friderike Ey. Petrik ¿Qué? Friderike Dije algo. Petrik A ti no te escucho. Friderike Me voy. Petrik Ya lo dijiste, dulzura, trae algo de beber, hace calor. Friderike No traeré nada, me voy porque quiero irme y no quiero volver jamás. (Sin decir palabra, Petrik comienza a guardar las cosas de ella en una bolsa.) ¿Qué haces? Petrik Tienes que llevar algo si no quieres volver. ¿No era que no querías volver? Lo único que quieres es abrir la boca y asustarme. Friderike A ti no te asusta nadie. (Friderike se va.) Petrik Llévate al niño. (Friderike vuelve.) Friderike ¿Qué niño? Petrik Esa barriga que tienes, que siempre se cruza y estorba y no deja pasar.

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Friderike Que gracioso. ¿Por qué no te ríes? Siempre te ríes de tus bromas. Petrik Discúlpame. Friderike Yo no lo busqué. Petrik Discúlpame, estoy cansado, anoche no pegué un ojo, porque a mi mujer le gusta pasarse las noches sentada afuera en la ventana, bajo la luz de la Luna, y después mira para adentro a través del vidrio. Ahora estoy cansado, mañana vuelvo a reír. Friderike Si el niño es como tú, mejor que desaparezca. Petrik O puede ser como tú, un marciano, de cara verde, azul y roja y así, deformado como ropa vieja. Friderike Eres... No sé qué eres. Petrik ¿Saldrás así? ¿Te has mirado la pinta? (Ella se va.) Baja la basura cuando salgas, huele mal. Friderike. (La llama.) (Escribe:) La basura. Friderike. ((Le tira la bolsa en la dirección en la que se fue.) Cierro con llave si te vas. Si te vas ahora, cierro la puerta. La cierro. (En voz baja:) Cierro. (Se oye un teléfono sonando.) Friderike Me agarro fuerte del guardrail, tropiezo y me caigo en la autopista, estiro la mano y la mantengo estirada hasta que se me duerme el brazo, no veo los autos, los oigo, oigo el ruido de cuando pasan rasando al lado mío, el cabello se me pega en la frente y atrás oigo cómo late, y arriba el sol gira sobre mi cabeza, rápido, demasiado rápido y el cerebro se me hincha como si fuera a estallar y yo me tambaleo en el vértigo y caigo en el carril de los autos y se oye el chasquido del asfalto que se estrella contra mi cara, y por fin para. (Se desploma. Deja de sonar el teléfono.) Betsi De nuevo te queda la cabeza en el sol. Bebé, ¿quieres que te corra de la ventana?

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Ringo Esta ventana es una porquería. No se ve nada, el cielo es más duro que una piedra aquí arriba, totalmente inmóvil. Quiero binoculares. Betsi Si quieres te llevo afuera, así puedes ver algo. Ringo Ya probamos eso. Es aburrido. Binoculares. Betsi Por lo menos ponte la gorra. Ringo ¿Por qué te preocupas tanto? ¿Hablaste con Christian? Betsi No me preocupo. Tienes mareos cuando te da así el sol en la cabeza y después a la noche te mueves de un lado para el otro. Ringo Ja, como si yo pudiera moverme mucho. Te conozco la cara y ahora tienes cara de cargo de conciencia, por eso piensas en mi cabeza y en el sol. ¿Christian llamó? Betsi No tengo ninguna cara de cargo de conciencia. Ringo Es igual. Quiero saber con quién hablas por teléfono. Betsi La encontraron a mi hermana, en la autopista. Ringo Tú no tienes ninguna hermana, me estás mintiendo. ¿Con quién sales? Betsi Así no se puede hablar contigo. Ringo Entonces háblame de otra manera. ¿Y por qué no la conozco? ¿O es que con el accidente se me borró del cerebro? Betsi Ay, te voy a sacar del sol. Ringo ¿Qué es lo tremendo de tu hermana? Deja la silla quieta. ¿Te mordió cuando eras pequeña? Betsi Basta de preguntas, me confundes.

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Ringo Entonces di algo, te quedas allí parada como si te hubiera asesinado. Betsi La encontraron tirada inconsciente, en la banquina, en la autopista. Ringo La atropelló un auto. Betsi No. Se desmayó. Ringo ¿Y? ¿La columna, tiene todo bien? Betsi Sí, todo bien. Ringo Fantástico. Entonces, ¿me conseguirás binoculares? Betsi Es sólo que. Ringo ¿Qué? Betsi La delegada del hospital me preguntó si podía traerla a casa unos días hasta que se recuperara. Ringo Sí. Por supuesto que no. (Silencio.) ¿Y? (Silencio.) ¿Y? Betsi Está embarazada. Ringo Ajá. Felicitaciones. Betsi Su marido le estrelló la cabeza contra la pared. Ringo ¿Porque está embarazada? Betsi No puede volver a su casa. Ringo Tienes que buscarle un hotel.

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Betsi Ringo, no puede estar sola ahora. Ringo Sí. Sísísísísí. No. Todavía no entiendo muy bien. ¿Qué le dijiste exactamente a la delegada? Betsi Le dije que la iría a buscar. Ringo Mmh. (Silencio.) ¿Para traerla acá? Betsi Sí. Un par de días. Ringo Sí. A nuestra casa, en fin... Betsi Sí. ¿Y qué le podía decir? Ringo Sí, sí, ahora por favor sácame del sol. Betsi Yo sé que también es tu casa y que tú no quieres ver a nadie, pero es mi hermana. Ringo Sí, no, está bien, está bien, yo no muerdo a nadie. Es tu hermana, sí. Yo sólo quería una vida muy discreta, y tuve suerte, dos, tres , cuatro meses todo tranquilo, sin problemas, me dediqué a mirar el cielo. ¿Y quién tiene esa oportunidad? Betsi Quizás incluso es bueno para ti, ver a otra gente de nuevo. Ringo Y sí, tenía que ser. Siempre en algún momento se acaba, y la vida despiadada te vuelve a martillar directamente en plena cara. (Rie suavemente.) Betsi Discúlpame. Ringo Está bien. Ahora por favor sácame del sol, de repente me quedé sin fuerza en los brazos. Y tengo el cuerpo tan caliente. (Petrik con la serpiente.)

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Petrik ¿Estás triste? No pongas esos ojitos, todos negros, la conociste apenas, no estarías triste ahora si supieras lo que es ella. La quiero arrancar de mi vida como si fuera un diente podrido. Hoy hace calor, el día es una fiesta para ti y no le interesa para nada que ella se haya ido. Con labios secos y escamosos te quiero besar, quiero que mi lengua encuentre dos caminos en tu boca, e ir deslizándome en silencio contigo por el bosque, pero todavía tengo demasiados brazos y demasiadas piernas, soy deforme y pesado, y mi cuerpo es inmóvil. No hay nada más bello que una serpiente cazando bajo el calor del sol con su cuerpo centelleante, eres la más bella, mi reina, la más bella de todas. (Betsi junto a Friderike que sigue tirada.) Betsi ¿Sabés quién soy? (Friderike la mira.) No importa. Aquí estoy contigo. Friderike Es un hospital. (Betsi asiente.) ¿Por qué estás aquí? ¿Dónde está Petrik? Betsi Me llamaron. Friderike ¿Por qué no me dejaron tirada? ¿Por qué siempre me traen de vuelta? Betsi Tranquila. Fue sólo la presión, te descompensaste. Friderike Todo se me descompensó, ay la fuerza de gravedad es tan fuerte que casi no puedo abrir estos ojos viejos. ¿Pero para qué levantar los párpados, por qué ver esa cara tuya con esas arrugas tristes? Betsi Quédate con los ojos cerrados. Friderike ¿Dónde está Petrik? Betsi No digas nada. Friderike ¿Él sabe dónde estoy? Betsi Yo sé dónde estás. Estás conmigo. Y estás bien de nuevo.

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Friderike Tú estás bien, y yo tengo que seguir. Tu vida de mierda se hubiera desmoronado con tu hermana muerta en la autopista. Betsi Me lo agradecerás. Mira el sol que entra. Friderike Un sol ciego, sí, es espantoso. Betsi (a Ringo:) Bebé, no te escondas. Friderike ¿Quién es? ¿Tu bebé? (Betsi asiente.) No me dijiste que es discapacitado. Betsi No es discapacitado. Vamos, dile algo a mi hermana. Friderike Pero parece. Betsi Tuvo un accidente. En un cruce, un auto le dislocó la columna, lo atropelló. Friderike (a Ringo:) ¿A ti también te trajeron de vuelta? No lo tendrían que haber hecho. Ahora estás sentado allí como un idiota. (Ringo no dice nada, sólo mira.) ¿Por qué no dice nada? ¿Le falla algo en la cabeza? Betsi Es tímido. Después del accidente nunca más se animó a salir a la calle. Friderike Claro. (a Ringo:) Me da igual que digas algo o no, igual yo no escucho. Betsi Déjalo, es tímido nada más. Friderike No creas que pienso ay qué buenito, eres un hijo de puta. Betsi Él no tiene la culpa de lo que te pasa. Friderike Disculpa, sólo quería probar cómo era. Igual vine a tu casa sólo para suicidarme.

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Betsi Exacto. Y ahora nos vamos a tranquilizar y vamos a recostarnos y después yo iré a buscar algo para beber. Friderike Odiamos cómo nos dices “exacto”. Betsi No lo dice en serio, Ringo. No está pasando un buen momento. Friderike Exacto, no está pasando un buen momento y por eso dice otra cosa o no dice nada directamente, porque se olvidó de cómo era cuando estaba bien, porque nunca supo cómo era estar bien, exacto. Betsi Ay, me estás pisando los talones. Ringo Perdona. Betsi No tienes por qué andar todo el tiempo detrás mío, pareces enfermo. Ringo No lo hago a propósito. Betsi Siempre estás detrás mío, siempre me estás persiguiendo. Ringo Discúlpame, no me doy cuenta. Betsi Ay, vete para allá. (Le indica.) Ringo No, no quiero ir para allá. Betsi Entonces quédate aquí que yo me corro. (Da un par de pasos; Ringo la sigue.) Te voy a pinchar las gomas, ¿por qué haces eso? Ringo Ésa siempre me está buscando con esa mirada torcida que tiene. Está sentada ahí sin decir nada, mirando cómo estoy sentado en la silla y lo que hago. Betsi Si no haces nada.

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Ringo Me mira y le doy asco y siente compasión por ti, y no entiende cómo no estás destruida con alguien como yo y piensa si no te mereces algo mejor, piensa en el destino, por qué justamente te golpea a ti y a mí y no a ella, y se alegra de no tener que pensar si deja o no al marido porque se quedó inválido, y de repente te desprecia un poco y piensa en su bebé y espera que tenga las dos piernas sanas y no sea un imbécil mental. Y después me mira a mí y me doy cuenta de que siente que es mi culpa. No sería capaz de decirlo nunca, pero está convencida de que yo no soy más que lo que está sentado en la silla de ruedas, que mi alma es inválida, enferma y maligna, y no sólo mi cuerpo destruido. Y entonces me odia y me dice hijo de puta. Betsi Tiene otras preocupaciones y te mira sólo porque aquí no hay otra cosa que mirar. Voy al lavabo. Ringo Ajá. (La sigue. Betsi se da vuelta y lo asusta gruñendo y mostrándole las garras.) Disculpáme. (Multscher con un ramo de flores.) Multscher ¿Y la buena de su señora esposa? Ringo La buena se puso mala y la tiré por el desagüe del fregadero. (Multscher se ríe.) Multscher Claro. Una broma. Ringo Exacto. (No se ríe. Multscher para de reírse.) No me gustan las flores. ¿Por qué directamente no me trae una corona? Multscher No sabía. ¿Quiere que? Ringo Sí, quiero. Multscher Sí, quiere, ¿pero quiere que yo, o las flores, o que qué? Ringo Hable claro como corresponde. Multscher

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¿Sí cómo? Lo que quería decir. Ringo Horrible. Betsi. Éste el hombre que me atropelló. Betsi Sí. Buen día. Lindas flores. Multscher No, yo diría que son... Ringo Mórbidas. Multscher Exacto. Demasiado mórbidas. Buen día. Betsi Ajá. Ringo Lo invité al Sr. Multscher. Betsi Lo invitaste. Ringo Sí. Betsi Esto es algo nuevo. Me parece bien. Pero. Multscher Buen día. Betsi Buen día. Ringo. Quisiera hablar un momentito a solas contigo. Ringo Yo no tengo secretos con el Sr. Multscher. Betsi Pero yo quizás sí. Ringo Ése es tu problema. Betsi (a Multscher:) Hay un tema familiar. Mi hermana está con nosotros. Ringo Y no está muy bien. Ya sé. Pero el Sr. Multscher tampoco está muy bien. Fue perdiendo fuerzas con la edad y atropelló a un hombre joven y lo dejó inválido, su vida está acabada y él la desperdició.

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Betsi Pero eso es otra cosa, él no es tu hermana. Ringo Él es un caso de fuerza mayor. Betsi Si quisiera volver otro día. Ringo No, no quiere. Betsi Pero. Multscher No sé. Si molesto, no quisiera. Ringo Ud. quería hacer algo por mí. Multscher Sí, claro. Ringo Entonces quédese. Somos buena gente y queremos tener un buen día. Betsi Realmente me incomoda en este momento. Ringo Betsi, haz una vez algo por mí, una vez. Multscher Pero. Ringo Ud. cállese la boca. Multscher Sí, claro. Ringo ¿Quiere tomar un café? Multscher Sí, gracias. Ringo Betsi. ¿Podrías? Petrik ¿Estás ahí todavía? Di algo, bruja, ¿por qué no me ayudas? Di algo si vives todavía. ¿Pero qué hice mal yo? ¿Hice algo mal o lo que quieres es torturarme? Contéstame cuando te hablo.

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(Silencio.) Que te coman las ratas. (Friderike prende un cigarrillo.) Betsi ¿Fumas? Friderike No, no fumo, prendo el cigarrillo para comérmelo. Betsi No sabía que fumabas. Friderike Yo tampoco. Betsi ¿No le hace mal al bebé? Friderike ¿A qué bebé? Betsi Yo dejaría si estuviera embarazada. Friderike Pero no estás, yo soy la que está embarazada y yo sé lo que es bueno para mi hijo. Mi hijo necesita alquitrán. Ya desde la panza se irá asfaltando con una capa de hollín hasta convertirse en una pelota de mucosa negra que se pueda aspirar, ésa es la mejor preparación para una vida sensata. Betsi Quieres asustarme, pero no lo lograrás, me das lástima. Friderike ¿Por qué hablas como una idiota, por qué no me dices directamente que apague el cigarrillo, que así estoy matando al bebé? Así yo te podría contestar, genial, es eso lo que quiero, y nos entenderíamos como verdaderas hermanas. Betsi Apaga el cigarrillo. Friderike No. No lo apago. (Fuma.) Multscher Estoy sentado en casa en el sofá y no me lo puedo sacar de la cabeza. Cierro los ojos y lo veo a Ud. en la silla de ruedas. Ringo

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Qué romántico. Multscher Ud. me arrastra a pensamientos, a veces pienso qué bueno sería estar muerto. Ringo Exacto. Multscher Ya no me queda mucho por delante. Ringo No creerá que me interesa en serio. Multscher Ud. cree que yo nací así, con arrugas y encorvado. Pero adentro todavía tengo al hombre joven y al niño y cuando pienso en mí mismo veo eso, hasta cuando me miro en el espejo todavía veo mi cara de joven abajo de la piel envejecida. Pero a veces no sé qué demonios me pasa y ahí sí me mira esa máscara ajena. No quiero esperar a estar demasiado lelo para darme cuenta de que me estoy poniendo lelo. Cuando estaba en el auto y sentí el golpe, me sentí aliviado, porque pensé ya está. Ringo ¿Por qué me cuenta esto a mí? ¿Por qué está tan seguro de que Ud. me cae bien? Ud. no me cae bien. Multscher No importa. No conozco a nadie si no. Hoy en día uno tiene que atropellar a una persona y dejarla medio muerta para poder conocer a alguien. Todo mis amigos están muertos, mi mujer también, todos, como si nunca hubieran existido. Yo estoy por error, se olvidaron de mí. Ringo Por hoy es suficiente. Hace demasiado calor, está demasiado pesado. Multscher Mire. ¿Sabe qué es esto? (Le tiende una bolsa. Ringo la agarra y mira adentro.) Ringo ¿Qué es? Multscher No me gusta que me asusten. No quiero que la muerte me sorprenda. Ringo Preferiría que se fuera ahora. Multscher Quiero llamarla yo cuando la necesite.

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Ringo ¿Con esto? Multscher Sí. Me mira de una manera. ¿Qué piensa ahora de mí? Ringo No entiendo qué me quiere decir. Multscher Discúlpeme, lo asusto. No le haré nada, ya le hice bastante. Soy un viejo nada más. Betsi ¿Qué buscas aquí? Petrik Nada que te interese. ¿Está? Betsi No. Vete. Petrik Entonces está. Necesito dormir. Betsi ¿Estás sordo? Te dije que no está. Petrik No estoy sordo, ¿no ves? Me aburres. Friderike ¿Petrik? ¿Es Petrik? Betsi No sé quién es. Petrik Soy el mal, soy el odio, y soy contagioso. ¿Es ella? Betsi Tú debés saber, tú lo hiciste. Petrik Yo no sé nada. (A Friderike:) ¿Ahora andas siempre con esa pinta? Friderike ¿Cómo? Betsi Mírala bien cómo la dejaste, ahora que tienes distancia, mira bien con esos ojos, bien profundamente hasta que te hartes. Petrik

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(a Friderike:) ¿Quién es ésa? ¿Es tu hermana? Qué desagradable, necesito dormir. Betsi Si te pones pesado, te echo. Friderike ¿Por eso viniste? Petrik Sí, dulzura, estoy destruido. Friderike Me agarraste de los pelos y me diste con la frente contra la pared, sin parar, sentía cómo crujía el revoque y no sabía si era mi propio cráneo. Las piernas me llevaron a algún lado, afuera, a la calle, tenía sangre en las pestañas, y el sol me mataba con la conmoción cerebral, y pensé qué bueno que me muera en verano, sino tendría frío. Petrik Jamás le toqué la cabeza. Está confundida. Betsi Sí, yo conozco todas esas historias de que se resbaló en la bañadera y se cayó por la escalera. Y sé también muy bien lo que creo y lo que es confuso. Petrik Contigo no hablo, eres estúpida y desagradable. (a Friderike:) Desde que te fuiste no puedo pegar un ojo. Sin ti no puedo. Me siento tan débil. El apartamento está vacío, desangrado, las paredes te miran absortas como si les hubieran extirpado todas las ventanas, las uniones del empapelado son heridas mal cicatrizadas. ¿Viste cuando se arranca un placard empotrado de la pared? Friderike Sí. ¿Pero qué dices? Betsi No le prestes atención a toda esa mierda que dice. Petrik Te pregunté si sabes cómo es cuando se arranca un placard empotrado de la pared. Friderike ¿Por qué me preguntas eso? Petrik Porque sin ti el apartamento es un agujero hecho mierda, por eso. Friderike Yo no soy un placard empotrado.

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Petrik Me siento perdido, no aguanté ni dos horas. No puedo estar sin ti, al final ya no podía estar en ningún lado, y me enrollé en la alfombra y me guardé en el desván. Friderike Eres un idiota. Petrik Siento una tristeza espantosa. Se tiene que volver a arreglar todo. Friderike ¿Qué es todo? Petrik Bueno, no pensé que vendrías corriendo a abrazarme. Mira. Te traje un regalo. (De una bolsa saca una caja con muchos agujeros en la tapa.) Friderike ¿Y qué es esta caja? Petrik Lo que siempre quisiste tener. Ábrela. Toma. Es para ti. (Ella agarra la caja sin mirarla.) Friderike Cómo me miras con esa cara destruida que tienes. Yo hubiera corrido hasta el infierno en la autopista, lo único que me importaba era huir lejos de ti. Y ahora vienes aquí y me miras así, con esos ojos que no dicen nada y escupes todas esas estupideces con la cajita de cartón en la mano, es un poco poco. Yo ya no te pertenezco más. Para mí la historia contigo se acabó, para mí ya no eres más que un mal recuerdo. Petrik Estás bonita. Friderike Tú también, como un abceso pustulento. Petrik Ábrela, por lo menos. Es un gatito. Friderike Un gatito. Petrik Siempre quisiste tener un gatito. Friderike No quiero ningún animal que venga de ti. Otro más no. Petrik

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Me llevaré la serpiente para que puedas tener el gatito. Friderike Ahí tienes, mira. (Ella tira la caja al piso y la aplasta con el pie. Se nota que realmente adentro había un gatito.) Ahí tienes tu gatito. Petrik Sí. Ahí está. Un gatito, que era un pequeño ser vivo, que vivía y tenía ojos y orejas y todo, y tú. Y tú lo mataste. Ahora está muerto. (Él se arrodilla al lado de la caja; Friderike llora.) Friderike Petrik. Betsi Ven. Tienes que recostarte un poco. Estás muy confundida. Multscher Hace unos años perdí a mi hija. Discutimos porque su novio era un vago. Después se fue de casa y se casó con otro. Ahora usa el apellido de casada, pero no sé cuál es, ella no, no me lo dijo. No sé su número de teléfono ni dónde vive, ni siquiera sé en qué ciudad vive. Siempre me siento en la peatonal y miro a ver si la veo pasar. Y pienso. Quizás si ella se muere me avisan. (Betsi lo ayudó a Ringo a bajarse de la silla de ruedas, lo desvistió y le está masajeando la espalda.) Ringo Ay. Betsi ¿Qué pasa? Ringo Lo haces a propósito. Betsi Son huesos, nada más. Ringo Tengo la espalda como un campo minado. Me quieres torturar. Betsi Mejor no lo sé hacer. Ringo Antes no eras así. Betsi Tú tampoco.

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Ringo Está claro. Ay. Te aprovechas de que estoy desnudo y no me puedo defender. Betsi No me divierte nada hacer esto. Ringo Se nota. Ay, ¿pero qué te hice? Betsi Hazlo tú si todo lo que yo hago está mal. (Betsi deja de hacerle masajes.) Ringo Yo no te importo, yo no te importo nada, tú sólo piensas en esa vaca hinchada de tu hermana. Betsi Pero la espalda contracturada te la masajeo a ti y no a ella. Ringo ¿Qué es eso de que se queda hasta que tenga el niño? Betsi Es un caso de fuerza mayor... Ringo Mi caso también es de fuerza mayor. Dijiste que no ibas a dejar que nada se interpusiera entre nosotros. Betsi Es mi hermana. Ringo Yo también soy tu hermana, y tu hermano y tu madre y tu padre y todo. Betsi Bueno, basta, se acabó. Ringo Y tu hijo. Betsi Hoy quería que tuviéramos un buen día juntos. Ringo Quizás tú eres mi castigo. Una plaga que me mandó para que expíe mis culpas, para que el dolor me purifique, y comparado con las torturas a las que me sometes, el accidente fue apenas un soplido. Betsi Yo no me merezco esto. Ringo

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Yo no sé cuáles son tus pecados. Multscher Siempre me pregunto cómo es antes de que a uno se le pongan los ojos en blanco. ¿Habrá un instante donde uno se da cuenta de que es ahora, que ahora va a pasar? Donde uno tiene a la muerte frente a sus narices o mira hacia una oscuridad que quizás ya es luminosa, uno qué sabe. Cómo es. O si el cuerpo lo deja irse a uno, después de tantos años. Ringo Ese instante ya lleva años, porque se necesitan años y años para que el cuerpo lo vaya dejando irse yendo a uno, y lo que Ud. huele todos los días no es más que ese hedor. Multscher Si en ese momento no estuviera solo. Nunca tengo a nadie. Si en ese momento no estuviera solo para no sentir miedo. Alguien que me sostuviera la mano o que me dijera algo, para que fuera más fácil. Ringo Lo siento. Ud. cree que esa persona podría ser yo. Pero a mí no se me ocurriría nada que pudiera hacerle las cosas más fáciles. Multscher No tiene por qué ser hoy. Tiene tiempo para pensarlo. Ringo Y tampoco quiero sostenerle la mano cuando se muera. Viejo, yo a Ud. no lo conozco. Va a tener que aguantar todavía un poco más. (Friderike con Ringo.) Friderike ¿Estás mirando por la ventana? Ringo Sí. (Friderike le acaricia la cara.) Friderike Un muchachito tan guapo. Ringo ¿Qué? Betsi... Friderike Una piel tan tersa, bebé. Tan guapo, mi bebé. Ringo No me llames así, así me llama ella. Friderike

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¿Cómo tienes la piel tan tersa, bebé? Ringo Yo no soy un bebé, para ti no. Friderike Cállate. ¿Te lo hace ella todos los días o lo puedes hacer tú solo? Ringo No sé de qué me hablas. Friderike ¿Te puedes ver en el espejo, desde ahí abajo? Ringo Déjame. Basta. Friderike ¿Dónde tienes las hojas de afeitar? Escondió todo. Ringo No tengo hojas de afeitar. Friderike ¿La barba no te crece todavía, carita de bebé? Ringo Sí, ya sé, ya sé. Friderike ¿Qué sabes tú? Ringo Ya sé. Friderike ¿Qué? Ringo Quieres cortarte las venas, y que sientan compasión por ti cuando te vean con la cara pálida y los labios azules sobre los almohadones, en medio de toda una cochinada ensangrentada, y después te tendrán que cuidar días y días y mandar los almohadones a la tintorería, mientras tú andas con vendas como pintadas en las muñecas, ya lo sé. Yo también lo pensé. Si quieres hacerlo en serio no tienes que usar hojas de afeitar. Friderike Eres un hijo de puta, yo sabía. Ringo Si quieres hacerlo en serio usa una afeitadora eléctrica. Llenas la bañadera y te afeitas las piernas, es más rápido que un rayo, y después, cuando baja el vapor, tu panza blanca queda flotando boca arriba. Es elegante y se evita toda esa cochinada, si quieres hacerlo en serio.

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Friderike Esto te va a pesar. Ringo Está en el estante de vidrio debajo del espejo del baño. (Betsi le limpia la herida a Friderike.) Betsi Tengo cuidado. Friderike Sí, a ti te da lo mismo, es mi cabeza. Betsi ¿Por qué no me volviste a hablar nunca más? Siempre esperé que dijeras algo. Friderike Ya sé. Betsi Te volví a llamar, pero al final eras muy mala conmigo. Pensé que iba a ser así sólo al principio, que cuando ya estuvieras un tiempo con él y todo fuera normal de nuevo podrías volver a hablar conmigo. Friderike Ya lo sé, Betsi, y no quiero volver a escucharlo. Betsi Pero cada vez pasó más tiempo y me di cuenta, ya está se acabó, ya estoy afuera de su vida, el marido la acapara completamente, no hay más espacio para la hermana. Friderike Me haces doler. Betsi Perdona, pero tiene que estar limpia. Noches y noches me pasé llorando, sin saber qué hacer. En esa época me puse horrible. Friderike Ten cuidado, por favor, me duele. (Betsi le venda la herida.) Betsi Pero llegó un momento en que ya no me dolió tanto, fue como si ya no tuviera más nada adentro, como si no sintiera nada. Y se me pasó, y tenía a Ringo y tú ya no existías en mi vida, y así estaba bien. Pero ahora estás aquí de nuevo, destruida, agotada y yo tengo que recibirte con los brazos abiertos como si nunca te hubiera olvidado, como si eso no me hubiera costado tanto, como si no hubiera sido algo tan amargo, como una enfermedad.

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Friderike Por favor, me duele. Yo no te hice nada. Betsi Sí. Sí que me hiciste. Pero la cuestión es que ahora estás aquí. Friderike Yo no te pedí que me trajeras. (Grita, quizás porque Betsi le aprieta cuando le pone otro apósito:) Ay. Betsi No te duele más, ya no te duele más. (Ringo está junto a Petrik que está acostado en el piso y rasca el suelo. Betsi saca una toalla de una de las bolsas, la extiende y se echa a tomar sol.) Ringo Hay calma y yo presto atención a ver si hablan en algún lado, pero todo está muerto, sólo oigo un rasquido detrás de la puerta, y ese rasquido tonto no me deja oír el cielo, y es como si me rascaran adentro de la cabeza, insoportable de fuerte, y del otro lado de la hendidura de la puerta hay alguien tirado en el piso, ¿o es, estás muerto? Petrik No sé. Ringo ¿Estás durmiendo arriba de mi felpudo? Betsi La ventana está abierta, estoy tomando sol. Petrik No puedo estar más parado. Ringo Yo tampoco. ¿Se está bien ahí? Petrik Ya estuve demasiado tiempo parado al sol, totalmente apestado, por favor, déjame entrar. Ringo Listo. Las compuertas están abiertas. Petrik Yo, no me siento bien, me pesa la cabeza, y siento que si me paro se me va a quebrar y se me va a caer. Ringo Te caíste del cielo, ¿no? ¿Por eso tienes esa pinta?

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Petrik Perdí el equilibrio. Ringo Sí, el globo se tambalea. Betsi (a Ringo:) ¿Me hablas a mí? Ringo (a Betsi:) Pienso en vos alta. Betsi (a Ringo:) ¿Con quién hablas? Ringo (a Petrik:) ¿Eres...? ¿qué? Petrik Quiero ver a Friderike. Por favor. Ringo Un ángel caído sobre el felpudo. Petrik Por favor. Necesito volver a dormir. Friderike... Ringo No está. Betsi ¿Hay alguien ahí? Ringo Nadie. Betsi ¿Con quién hablas? Ringo Conmigo mismo. Es divertido. Petrik Déjame entrar, no tengo otro sitio adonde ir. Ringo Nosotros tampoco. Lo siento. Betsi ¿Estás bien? Ringo Sí, estoy bien, pero eso no es cosa tuya.

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Betsi Ahí está de nuevo. Ringo ¿Quién? Betsi Ese tipo. Ringo Sí, me da una mano. Betsi ¿Qué tipo de mano? Ringo Cuando tengo hambre me trae comida, va a buscar cerveza. Las cosas normales, todo eso que tú ya no quieres hacer por mí. Betsi ¿Qué es lo que no quiero hacer? Multscher La entiendo, Ud. tiene tanto que hacer con su hermana. Aunque ella también exagera. Betsi ¿Pero qué dice este tipo? Ringo No tiene por qué decírselo a ella. Multscher Disculpe. No quiero molestarla. Pero lo cierto es que este joven requiere atención y dado que Ud. se ve imposibilitada de cumplir con sus obligaciones, me hago cargo yo de ellas, pero no lo digo como un reproche. Betsi Ajá, no es un reproche. Multscher No. Sabemos que Ud. le da amparo a su desgraciada hermana, aún cuando su vida no está atada a una silla de ruedas. Betsi Así que Ud. asume la responsabilidad. Multscher Y lo hago con gusto, al contrario totalmente de Ud., y esto tampoco es un reproche. Yo, al fin y al cabo, soy el que lo atropelló y lo dejó inválido. Disculpe. Ringo No es nada.

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Betsi ¿Y Ud. cree que yo voy a dejar a mi marido en manos de un desconocido senil que lo atropelló y lo dejó inválido? Multscher Sí. Ringo Vamos, bebé, no te pongas así. Es un amigo. Betsi ¿Qué? Ringo Yo no te pertenezco. Tú me dejas colgado y yo no quiero bambolearme ahí hasta que me pudra y entonces me cortes. Él simplemente te saca el peso de encima. Ahora puedes centrar todas tus energías en tu hermana. Petrik Al principio no sé qué es, mi cuarto apesta, todo huele mal, a leche agria, y entonces me doy cuenta de que soy yo, que soy yo el que apesta e impregna todo con ese mal olor, el aire está agrio, cada respiración me estrangula, la ventana está abierta, pero el aire es un bloque, afuera y adentro, ese vaho mío se posó sobre la ciudad, y entran moscas y moscas, bailan debajo del cielorraso y me caminan por las piernas y por la cara, siempre en dirección a la boca, ahí de donde sale el mal olor. Acostado sin dormir, con el sol quemando a través de las paredes, miro las moscas, cómo van poblando mi cadáver, y camino al lavabo reviento dos veces, camino en cuatro patas hasta la taza del inodoro y lo que sale de mi cuerpo...nunca vi esos colores, me tapo la nariz y los oídos, hasta que ya pasó. (Multscher come. Ringo lo mira.) Multscher En la puerta de su casa hay escoria humana. Ringo Hay un perro que se queda ahí, anda por ahí. Multscher Hay un tipo tirado en el piso, en la entrada, seguro que está borracho. ¿No le molesta? Ringo Chasquea. Multscher ¿Qué? Ringo Chasquea al comer. Así. (Lo imita.)

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Multscher Disculpe. Lo que quería decirle... Ringo Eso me molesta. Deme el plato. Multscher ¿Qué? Ringo El plato. Démelo. Multscher Pero yo quiero quedarme con el plato. Ringo No, si hace esos ruidos cuando come, no, se me ponen los pelos de punta. Multscher Pero. Ringo Vamos démelo. No quiero que me haga pensar en su paladar. (Ringo le saca el plato.) Multscher Pero, todavía no terminé. (Ringo se acercó con el plato en la silla de ruedas hasta donde está Petrik.) Ringo Toma, te preparé algo. Petrik Acaba de salir un ciempiés de aquí. (Comienza a arrastrarse como el animal.) Ringo Quieto. (Le pega una palmada en la espalda a Petrik.) Tienes que portarte bien. Así quizás después te dejo entrar. Multscher ¿Está hablando con ese tipo? Ringo Es mi perro. ¿Quieres ser un buen perrito? Petrik ¿Qué? Ringo Cómete bien toda la comida. Toma. Sé un buen perrito. Los perritos buenos pueden entrar a la casa. A ver a su dueña. Multscher

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¿Le va a dar mi plato? Ringo A comer bien todo. (Petrik come del plato que le tiende Ringo.) Muy bien. Mire qué bien se porta el perrito. Está bien educado. (Petrik escupe la comida.) Petrik No puedo. (Llama:) Friderike. (Ringo le acaricia la espalda.) Ringo Tranquilo, chico. Si te portas bien, viene tu dueña. Multscher Que ese tipo desastrado se coma mi comida. Petrik (de repente grita muy fuerte:) ¿Pero qué hacen conmigo? ¿Qué pasa? ¿Tengo que morirme aquí? Ringo Sin ladrar. A ver como se para el perrito. Si no, no entra. Multscher A mi edad no es bueno. Mi estómago se preparó para la comida. Si ahora no recibe nada, voy a tener problemas estomacales. Ringo A ver como se para el perrito. (Petrik se alza apoyándose en las rodillas de Ringo.) Muy bien. (Petrik le escupe a Ringo en la cara.) Está bien, chico, sin lamer. (Lo besa a Petrik en la frente y lo empuja para salga de encima de él.) Petrik Yo también tuve la cara afeitada, aunque ya no se note, y una mujer con vestido floreado, y casi llegué a comprarme un auto. Ringo Venga. Acaricie a mi buen perrito. Multscher Pero no es un perro. Ringo ¿Con los años se vuelve terco? No me gusta eso. Éste es un perro. Acarícielo.

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Multscher Sí, cómo no. (Lo acaricia a Petrik.) Ringo Muy bien. Multscher Ése es. Betsi ¿Petrik? Petrik Ya falta poco. Betsi ¿Qué haces aquí? Petrik No sé, estoy aquí tirado en el polvo. Betsi Vete a tu casa. Petrik No tengo, me moriré aquí, quiero ser un cúmulo molesto delante de tu puerta, eso es lo que quiero. Multscher Creo que está borracho. Betsi ¿Qué buscas ahora? Lo tuyo con Friderike se terminó. Petrik No la conozco, no sé, me olvidé. Betsi Éste está insolado. Petrik Sí. Aquí. Ay. Y ahí. Ah. Y ahí. Ay. Cómo me arde. Ay, duele. Multscher Lo hubiera sacado corriendo con la escoba, pero así como está acostado, a éste hay que barrerlo para afuera. Betsi Ahora puede hacerme el favor. Multscher Si no estuviera yo. (Lo agarra a Petrik de los brazos.)

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Ringo Sal, mira a tu alrededor, levanta los ojos al cielo que es de metal y que refleja, escucha el gran silencio que se cierne en el aire sobre la ciudad como si en cualquier momento fuera a desmoronarse y a aplastar todo, mira a la gente transpirando bajo el sol, mira el ganado que no sabe que su destino es el matadero donde ya lo espera la muerte, cómo pululan bajo el cielo despiadado, cómo se pelean cuando todo es demasiado tarde, y luchan por reconciliarse donde ya no vale nada, cómo corren para distraerse, para no ver a la muerte que se cierne sobre ellos, mira a los seres humanos, algunos están vivos, otros muertos, y se tiran de todos lados, de las ventanas, de los puentes, de los autos, ante los trenes que pasan, míralos, y cada día el cielo arroja un ser humano más sobre la Tierra, lo hace estrellarse como una advertencia para nosotros, para decirnos que el fin está cerca, y están tirados en los umbrales, sus cuerpos nos impiden el paso y dicen: quédate adentro, porque afuera acecha la muerte, y arriba arde el sol en el cielo, el astro poderoso, y yo tengo el sol en la cara, en los ojos, en los oídos y en la boca, y me trago el sol, y me trago la luz y el mundo, y llega la oscuridad y sucede lo inexpresable, desaparezco dentro de mi propia boca. Multscher (al público:) Encontré a esta persona, quisiera entregarlo para su internación. Ringo Alzad ahora vuestras manos para que Dios aparte de nosotros la gran muerte. Alzad ahora vuestros brazos para que Dios tenga piedad de nosotros. Jesús, a través de tus nombres trinidad, libéranos, Señor, de nuestros pecados. Jesús, a través de tus heridas ensangrentado, líbranos de la muerte que sobreviene repentina. (Betsi saca comidas preparadas de una bolsa y las va repartiendo. Todos comen salvo Friderike que se queda mirando su comida.) Betsi ¿Por qué miras así la comida? Friderike Tiene un olor que apesta. Multscher Yo no huelo nada. Betsi No tendría que haberte preguntado nada. Come algo, por favor. Estás hecha piel y huesos. Friderike

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Yo quisiera saber qué es lo que huele así. Multscher Quizás es su nariz, que no huele bien de adentro. Betsi Otras mujeres se vuelven el doble de lo que son cuando esperan un hijo. Friderike Yo creo que el inválido apesta. Multscher Oh. Ringo Betsi, di algo. Betsi Todo es muy rico y digestivo. Friderike ¿Se caga encima? ¿Es como esos inválidos que tienen una sonda en el estómago por la que le sale la mierda a una bolsita? Ringo Di algo, Betsi, ¿cómo se permite? Multscher Perdón. Me quedé dormido. Friderike Ya sé qué es. La comida apesta. No puedo tragar bocado. Multscher Estaba en el auto, el sol estaba tan fuerte que me hacía parpadear todo el tiempo. Betsi Toma. Come un bocado. (Le acerca comida a la boca a Friderike.) Multscher Y en algún momento se me cerraron los ojos. Friderike No puedo tragar más esta comida de hospital, huele a muerto. Betsi Pero es comida fresca. Friderike No quiero comer más cadáveres. Multscher

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Cuando oí ese ruido tremendo pensé que ya estaba. Que me había liberado de todo. Friderike A veces se les pudre toda una serie de embriones en las probetas y entonces hay de nuevo camarones. Multscher Pero ahí recién empezó, cuando lo vi, todo aplastado, los autos, la ambulancia, las sirenas... Ringo Ya está bien, viejo, aquí nadie lo escucha. (Le hace unas caricias en la mano.) Betsi Esto no es un hospital. Friderike Ya lo sé, es una jaula de fieras, pero no me importa nada, yo estoy enferma, tengo esta inflamación aquí. Betsi ¿Podemos hablar de otra cosa mientras comemos? ¿No podemos dejarlo, por una vez? Friderike No, cada día se pone peor. Betsi Tú estás cada día peor. Friderike Mira, cada día crece más, ninguna persona tiene esto. Betsi Tal vez eres un animal. Friderike Se mueve adentro mío. Betsi Claro, es un bebé, con piernas y brazos, y se mueve. Friderike Eso es lo que digo, tengo un parásito adentro, con piernas y brazos, estoy enferma. Betsi Tranquila. Estás sana. Friderike ¿Tú me dices a mí lo que es estar sano? Yo vi a las mujeres en la sala de partos, las vi convertirse en minutos en animales dando alaridos, no tiene nada de sano, es algo atroz, por eso hay que ir al hospital cuando sale el absceso, los enfermos tienen que ir al hospital y yo estoy enferma.

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Ringo Exacto. Friderike ¿Qué? Ringo No dije nada. Betsi Empeoras más las cosas. Ringo Pero ella está enferma. De la cabeza. De la cabeza está enferma. Quizás por eso el tipo le hizo el agujero ahí. Friderike Dile a tu inválido apestoso que cierre el pico. Multscher A veces creo que dormí toda mi vida y que recién me desperté cuando oí ese ruido terrible en el cruce. Y por eso ahora de noche ya no puedo dormir. Me quedo acostado mirando el techo y pienso que si en ese momento se me para el corazón nadie se va a enterar, y pienso que tanta gente se muere en la cama. Miro los barrales, el colchón, las sábanas, y ya me veo acostado ahí, muerto. Y entonces me paso las noches sentado en una silla, noches enteras, porque no quiero acostarme en esa cama, debajo de esas sábanas, porque ése es mi lecho mortuorio, ¿entiende? (Silencio.) Betsi (a Friderike:) Si no comes nada, tendré que hacértelo comer a la fuerza. Por lo menos tengo que alimentar al bebé. (Intenta darle de comer a Friderike.) Friderike Comida de cadáver. Betsi Una por la hermana. (Betsi le mete comida en la boca.) ¿Ves? Así se hace. Una por el papá. (Le sigue dando de comer. Friderike mastica. Le corre un hilo de sangre de la boca.) Muy bien. Una por la mamá. Ringo ¿Qué tiene? Le sale algo de la boca. Betsi ¿Es? Es sangre. Ringo No puedo. Todavía no puedo.

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Betsi Nena, estás sangrando, ¿de dónde sale toda esa sangre? Ringo Y te arrastran hasta que te estrellas contra otro auto, das un par de vueltas y al final quedas tirado boca abajo, pero entonces la ambulancia ya llegó al cruce. Betsi Exacto. Una ambulancia, si es una hemorragia interna. Ringo Protégeme como a un globo ocular dentro del ojo, ampárame bajo la sombra de tus alas. Betsi (a Friderike:) Tranquila, no te asustes. Vamos a llamar una ambulancia. Friderike No estoy asustada. Me mordí el carrillo. Betsi ¿Qué? Friderike Me mordí la boca adentro. Me devoro a mí misma. Me devoro la cabeza desde adentro. Dile a tu inválido apestoso que no se babee. Multscher Disculpe, se manchó toda. (Le limpia la sangre del mentón con una servilleta.) (Ringo con binoculares.) Multscher ¿Y? ¿Qué ve? Ringo Está bueno, estar así de lejos. Gracias. Multscher ¿Ve algo? Ringo La puerta de un balcón entreabierta, una planta seca en un macetero, una cortina que se mueve, un cuadro descolorido en la pared, una mesita ratona de vidrio sobre una alfombra gruesa y sucia y arriba un periódico. Multscher ¿No ve gente? Ringo

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Ya no hay más gente en la ciudad. O están muertos o se fueron a los lagos. Nosotros somos los últimos que quedamos. Multscher Sí, pero esta noche, cuando las hermanas ya estén durmiendo, Ud. vendrá y se sentará aquí en la oscuridad, para mirar enfrente las ventanas iluminadas y ver si ve gente saliendo del baño o abrazándose desnudos, así le llega algo de la vida que los demás tienen todavía. Y se quedará horas esperando, hasta que se le caigan las lágrimas. Para eso quería los binoculares. Ringo Yo no necesito ver a ninguna pareja follando para amargarme. La mesita ratona de vidrio ya me desconsuela bastante. Multscher Entonces quizás éste sea el momento oportuno. Ringo ¿Para qué? Multscher Para que los dos juntos acabemos con esto. Ringo ¿Qué cosa juntos? Multscher Así no va a tener que decir nada ni va a tener que sostenerme la mano. Ringo Me parece que no entiendo lo que me quiere decir. Multscher Pensé que me entendería. En su situación. Ringo ¿En qué situación? Yo no quiero morirme todavía. Me queda la mitad de la vida por delante. Multscher Por eso justamente, no es más que la mitad. Desde la tercera vértebra lumbar para arriba. Betsi Disculpa. Ringo Yo estoy mirando por la ventana, para mí esa mujer que está en mi sillón no existe. No me puedes pedir eso. Betsi Por lo que te dijo.

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Ringo ¿Qué pasa con eso? Betsi Disculpa. Ringo ¿Que te disculpe a ti? Betsi Sí. Ringo ¿Por qué? Si tú no lo dijiste. Betsi No, pero... Ringo ¿Por qué pones esos ojitos compungidos? Betsi Es mi hermana. Ringo Las puedo distinguir bien. Ella es la que tiene la panza. Ríete. Betsi Para mí no hay nada de qué reírse. Ringo Ella no tiene nada que ver contigo, ¿o no? Aparece sólo en el borde, donde se ve borroso. Betsi Yo no puedo separarlo así. Ringo ¿Aja? Betsi Porque a mí me toca cuando dice algo así. Qué bueno que a ti te entre por un oído y te salga por el otro. Si eres tan fuerte. Ringo Ella no puede herirme. Sólo tú. Betsi Yo no te hiero, mi bebé. (Ella lo abraza; él permanece inmutable.) Ringo Apestas. Betsi

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¿Qué? Ringo Apestas, hueles a hipocrecía y mentiras. Betsi Ringo, ¿con qué empiezas ahora de nuevo? Ringo ¿Por qué quieres que te disculpe? Betsi ¿Qué? Ringo Dijiste que te disculpe. ¿Por qué? ¿Tú le dijiste que me insultara? Betsi Por supuesto que no. Ringo ¿Y entonces por qué te disculpas? Betsi No sé. Ringo Porque siempre pensaste lo que ella dice ahora. Lo que pasa es que nunca te animaste a aceptarlo. Eso pasa. Pero ahora llega tu hermana y me lo dice en la cara, y tú oyes lo que me dice y oyes tus propios pensamientos, y te espantas de ti misma, y entonces me pides que te disculpe. Betsi ¿Ay, vas a empezar de nuevo? Ringo no empieces. Después todo termina peor. Ringo A ti te hubiera gustado decirme lo mismo que me dijo ella, por eso tienes cargo de conciencia. Betsi Nunca pensé así como dices. Tú das vuelta todo. Ringo ¿Y por qué te disculpas? Tú piensas igual que tu hermana, por eso vienes, me pones los brazos sobre los hombros, me echas el aliento en la cara y quieres que te disculpe. Betsi Me enfermas. Ringo Te traicionaste. Pero no importa, te perdono. Betsi

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¿Quieres irte? Friderike Quiero irme a casa. Betsi ¿Y dónde es eso? Friderike De noche siempre tiene miedo. No puede dormir sin mí. Betsi Bueno, entonces que no duerma. Friderike Yo sé cómo es cuando está acostado con el cabello empapado de la transpiración y le tiemblan las mejillas. Tenemos que estar agarrados de la mano toda la noche, o apoya la planta del pie, suavecita, en mi pierna, sino empieza a transpirar y no puede pegar un ojo. Betsi ¿Le agarras la mano toda la noche? Friderike No. Betsi ¿No dijiste eso? Friderike No, él me agarra la mano a mí. Es diferente. O pone el pie. Para él debe ser terrible estar solo. Betsi Duerme como un cadáver. Friderike ¿Qué? Betsi Lo que pasó es que siempre te tuvo miedo. Ahora duerme tranquilo y por primera vez en su vida no tiene porqué tener miedo de ti. Friderike Eso no es cierto. Betsi Ya ni siquiera piensa más en ti. Sueña con sus animales y sonríe dormido y dormido mueve suavemente los dedos. Friderike Tú no lo conoces, estás inventando. Betsi Y si tú apareces en su sueño, entonces el miedo lo sobresalta y te busca en la cama, pero encuentra sólo la

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sábana fría. Entonces se seca aliviado la transpiración del cabello y el corazón le vuelve a latir a un ritmo acompasado, y sonríe, y hunde la cabeza en la almohada, chasquea la lengua y se vuelve a dormir, tranquilo, muy tranquilo, porque tú ya no estás más allí. Friderike Eres una maldita. (Llora.) Betsi Tengo razón, por eso lloras. Friderike No puedes decirme eso. (Betsi la abraza.) Betsi Aquí está todo bien. Conmigo está todo bien. ¿Ves? (Betsi abraza a Friderike.) Friderike No veo nada. Tengo la cabeza totalmente dada vuelta, con los ojos mirando hacia adentro, hacia el espacio vacío, y en un momento, antes de haberme consumido totalmente, antes de disolverme en el vacío, en un momento ya no aguanto más y me voy adonde están los animales, en el centro de la ciudad, y me trepo a la verja bajo el sol rajante del mediodía y salto la zanja y les grito: vamos, vengan, devórenme, estrangúlenme, destrípenme, clávenme los dientes amarillos en la grasa pálida y arrástrenme, pero los animales no hacen más que parpadear mirando el sol, y giran la cabeza aburridos y miran el agua verde de la zanja y se espantan las moscas con la cola. Entonces yo oigo una voz y me doy vuelta, es uno de los guardianes que está parado en ese aire que fibrila del calor y que me dice: sólo comen alimento vivo, ¿entiende?, alimento vivo. Friderike ¿Qué me miras así, inválido? Ringo Nunca vi expresiones tan vacías. Friderike Yo no siento pena por nada. Ringo Ya lo sé. Sólo por ti misma. Sientes pena de ti misma. Friderike Yo no te digo inválido para lastimarte, te lo digo porque eres un inválido. Ringo No me importa. Tú no puedes herirme.

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Friderike Pero te duele que yo esté aquí, y que mi hermana se preocupe por mí. Ringo Ella no se preocupa por ti. Parece sólo. Friderike Ahora que vine yo, ya no eres más el centro, y así te destruyo la vida. Ringo Mírame. ¿Te parece que queda algo por destruir? Friderike A mí no me das pena. Ringo Ya sé, a ti sólo tú te das pena. Friderike A la mañana, cuando me despierto, no me acuerdo de por qué estoy aquí, y me lleva todo el día acordarme de nuevo. Ringo Tienes mi misma mirada, tan vacía como la mía. Tu crees que todo el universo está habitado y que nosotros somos el alimento vivo. Y esperas que llegue el fin. Friderike Sí. Ringo Mira. Mi regalo para ti. Friderike ¿Qué es? Ringo Lo que siempre quisiste tener. (Le da la bolsa.) (Friderike saca de la bolsa una caja de pastillas.) Friderike Si te suicidas, voy a mear en tumba. Una por la mamá. (Se toma una pastilla.) Las enfermedades empiezan así, hay algo que va aumentando de tamaño, nunca entendí las radiografías, un cuerpo tan sospechoso, de niña todavía lo conocía: una rodilla abierta como un libro abierto y la sangre que manaba era la mía, una por el bebé. (Se toma una pastilla.) Está entre mis órganos y no sabe nada de mí, ahora vamos de a dos, no digas nada, tú no tienes la culpa, y quizás alguien te transplante antes de que sea demasiado tarde. Y una por la hermana.

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(Se toma una pastilla.) Yo misma soy todavía un bebé, no sé caminar, no sé hablar, bra, bll, bm. bn, kn, fll, rr, y una por el papá. (Se toma una pastilla.) Si te suicidas, voy a mear en tu tumba, y una por el viejo. (Se toma una pastilla.) Y una por el inválido. (Se toma una pastilla.) Y una por el padre del bebé. (Se toma una pastilla.) Yo me quería arrojar a otra persona como a un abismo. Y una por el gatito. (Se toma una pastilla.) Tiene que ser más rápido, sino me va a dar frío. Y una por mí. (Se toma una pastilla.) Si queremos salir, tenemos que apurarnos, dentro de poco ya no habrá más sol. (Se toma una pastilla.) Y una por ustedes y por toda la mierda. (Se toma una pastilla.) Es sólo cuestión de acostumbrarse, hasta que todos ustedes hayan desaparecido. (Se cae de la silla.) No te olvides de mear. (Multscher se inclina sobre Friderike, que está inconsciente.) Multscher ¿Señora? ¿hola? Anoche también volví a dormir mal. Tiré todas las mantas de la cama y no me moví más, si no muevo ni un músculo, dejo de transpirar, pero eso de estar acostado inmóvil cansa, cuesta respirar y los huesos se vuelven pesados y se hunden, empapé el colchón. Quise abrir la ventana, pero ya estaba abierta, y la oscuridad que subía de abajo era algo tan agradable, quise... (Se queda mudo. Se mira a sí mismo. Se ríe suavemente. Friderike gime suavemente.) ¿Qué? ¿Qué dices? Abrí la heladera y me acurruqué delante de la puerta. Me quedé dormido y recién me desperté cuando sentí que el agua del congelador me corría por los hombros. Eh. No dices nada. Te aburro. Son cosas de viejo. ¿Me estás escuchando? (Friderike gime.) ¿Qué? ¿Pero qué? ¿Sí? (Friderike no se mueve.) No tengo que, no, para nada. Yo ya vi a otros, no necesito. Como estás ahí, párate cuando te hablo. ¿Me oyes? (Friderike gime.) ¿Qué? Muy bonita tu panza redonda, y cómo tienes las piernas. Ahora párate. Vamos. Hora de despertarse. (La sacude. De la boca a ella le sale un chorro enorme de un líquido verde. Él la suelta espantado.) ¿Qué haces, pero qué? (Grita:)

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¡Auxilio! Venga, a su hermana le está saliendo algo verde de adentro.¡Auxilio! Betsi La saco por la puerta y me meto entre las casas con ella en brazos, y el calor me pega tan fuerte en la cara que me tengo que sostener, me cae encima desde el marco de la puerta al cuello como si fuera un mono y no me suelta, y yo me olvido de respirar, porque ya no hay tanto aire, y en la ambulancia le hablo a su cara pálida y le digo cosas sin sentido, y siempre la llamo con mi nombre, en lugar de con el suyo, como si ya estuviera muerta. (Multscher llora.) Ringo Pare de llorar. Multscher Y bueno, si me conmueve así. Ringo En lugar de haber pensado antes lo que podía pasar. Multscher ¿Qué podría haber pensado, qué se podía pensar antes? Ringo Hace como si no supiera. Multscher Es que no sé. No me hable así, soy un hombre mayor. Ringo Y un idiota. ¿Qué pensó que haría ella si se las daba? Multscher Nada. No pensé nada. No le di nada. Ringo ¿Qué pensó? ¿Que iba a ir a alimentar a los patos con las pastillas? Multscher Yo no sabía lo que Ud. quería hacer con eso. Yo sólo quería tener compañía, estar con otras personas. Ringo Qué idiota que es. No quiero verlo más. Me da asco con sus llantos. Multscher Yo sólo quería hacer algo bueno, quería reparar, quería... Ringo

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Pero no hizo nada bueno, Ud. es el culpable de la muerte de esa mujer, y después llora y llora y se empapa la camisa llorando. Ud. es un asco, váyase a su casa. Multscher Yo no soy culpable de eso, ya tengo bastante en mi conciencia, Ud. no puede hacerme esto. Ringo Fuera. Multscher (Llora:) ¡No! Ringo Ud. tendrá que responder ante el Juez Supremo, el que reina sobre todos nosotros, no podrá rehuir su castigo. Multscher No me haga esto, con lo que le pasó a Ud. yo ya casi me derrumbo, ahora no me eche. Ringo Fuera de aquí, no lo quiero ver más. Multscher Yo no fui, no me haga esto, Ud.... Ringo Fuera. No aguanto más sus lamentos, fuera. Petrik Vuelve. Friderike ¿Y ahora me dices eso? Petrik ¿Qué otra cosa puedo decirte? ¿Vendrás? ¿Por favor? ¿Dulzura? Friderike (a Petrik:) ¿Por qué siempre lo vuelves a hacer? ¿Por qué no me dejas de una vez? Petrik No puedo, lo intenté. Vi el cuerpito de nuestro hijo ese día, así como sombras en la pantalla. Oí cómo le latía el corazón, y sentí que se me oprimía ese corazón viejo que tengo por esa cosita minúscula, que fibrilaba allí acurrucado. Por favor, ayúdame. Es también mi hijo, ¿o no? Mi hijo. (Se pone a llorar.) Friderike

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Petrik, no llores, no me gusta cuando lloras. Que tú digas eso, nunca pensé que algo así se te pasara por la cabeza. Betsi No lo hagas, él no es bueno para ti. Petrik Si tú eres tan buena para ella, ¿por qué está ahora en el hospital? Betsi Porque tú la enfermaste, mucho antes. Petrik No te vas a meter en el medio. Ya tuviste bastante oportunidad de destruirla. Friderike (a Betsi:) No entiendes. Betsi Va a llegar un momento en que no le va a bastar romperte y hacerte sangrar la cabeza, llegado el caso te va a matar, muy lejos no estuviste, cuando te encontraron. Friderike Exacto. Para eso lo necesito. Betsi No me dejes sola. Ringo Mírame. Betsi ¿Para ver qué? Ringo Yo estoy acá. Estamos de nuevo nosotros dos. Betsi ¿Por qué lo hiciste, por qué le avisaste? Ringo Todo está tranquilo de nuevo. Se fueron todos. Betsi Sí. Es terrible. Ringo Hoy quiero que tengamos un buen día juntos. Betsi Yo ya no sé dónde estoy parada. Ringo

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Puede volver a ser como todo antes. Betsi ¿Cómo era? Ya no me acuerdo. Ringo Me agarrabas del brazo y me decías que estábamos a salvo, y que nada se iba a interponer entre nosotros, y que hacía mucho que todo el mundo exterior se había extinguido. Betsi Yo ya no sé cómo se hace. Ringo Tienes que apoyar la mano sobre mi cabeza, y yo miro por la ventana, y todo se calma, y las partículas de polvo giran bajo la luz, y nosotros inspiramos y espiramos. Betsi De lo único que me acuerdo es de antes, cómo te reías y me agarrabas de las piernas, como si fuera un chiste, y cómo te pusiste serio cuando te agarré de la pierna, tan serio que no pude contener la risa. Ringo Qué tontería. Betsi Y que nunca querías comer solo, y que te traías chocolate de todos lados, y que hablabas sobre temas de los que no sabes nada, y hablabas y te enardecías y te contradecías y después te pasabas la noche sin decir una sola palabra, escuchando sólo lo que decían los otros, sin levantar la vista del cenicero. Ringo Yo nunca hablé, nunca hubo otros, estás inventando. Betsi Cuando bailabas siempre te caías, y te reías de nombres que leías en la guía de teléfonos, y siempre les sacabas el filtro a los cigarrillos, pero sólo fumabas uno o dos por día, porque son muy fuertes, y a las mujeres siempre les apoyabas la mano sobre la nuca y jugabas con los dedos entre su pelo, pero sin darte cuenta. Así fuiste alguna vez. Ringo Los malos tiempos ya pasaron. Mírame. Betsi Ya pasó todo. Yo ya no veo nada más, yo ya no te conozco más. Ringo Dijiste que te ibas a quedar siempre conmigo. Betsi

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Yo ya no sé a quién le dije eso. Ya no puedo más. Ya no tengo más fuerzas. Ringo Es como siempre pensé. No puedes con un inválido. Eres demasiado débil. Betsi Sí. A ese grado llevaste las cosas. Eres tan insoportable como lo que se ve de ti. Ringo Y atravieso la puerta con la silla y subo al ascensor, y el aire es raro, porque me pasé meses respirando el polvo de la habitación, y huele a cera para pisos, llego al botón de la planta baja y pruebo a ver si llego al del décimo, está demasiado lejos, pero qué importa, yo ya no quiero subir más, bajo con la silla del ascensor, las puertas son pesadas, y afuera el sol me recibe con sus manos calientes y el aire baila, ya no quiere entrar más en nuestros estrechos pulmones y nos golpea en la cara y ríe, y yo miro arriba, y ahí está el cielo como la hoja de un cuchillo, y yo sigo andando mirando sólo hacia arriba, y entonces se oyen las voces, y hay como un estrépito, y murmuran todas en una dirección, y no paran, y entonces me quedo detenido y no me doy cuenta de que los perros mean en mis ruedas, porque el cielo se abrió enorme y me chupó, y es absolutamente perfecto, es algo que no se puede creer. A veces se levanta, como si tomara aire y respirara, y la enorme manta de cielo retrocede un par de metros, mira, hay que meter la mano y ver si atrás de tanto azul hay algo, algo es diferente estos últimos días, algo no está bien, tiene un brillo perlado, algo se prepara ahí arriba, sino el cielo no tiene ese brillo, ese brillo perlado. (Betsi con anteojos de sol, sombrero y bolso de playa.) Multscher Vine de nuevo. Betsi No digo nada. Multscher Es que me olvidé, me olvidé algo. Betsi ¿Qué? ¿Qué se olvidó? Multscher Ahora me olvidé. Pero en algún lado... (Se agacha y busca.) Me olvidé de mí en algún lado. (Tropieza y se cae.) Ahh.

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Betsi No lo voy a ayudar a levantarse, ¿quién es Ud.? Multscher Justamente no sé. Betsi ¿De qué pesadilla sale Ud. siempre para meterse en mi vida? ¿Tengo que matarlo para que desaparezca? ¿Para eso vino? Multscher Me olvidé. Qué cabeza más vieja y tonta que tengo. Me olvidé, no sé cómo volver a casa. Y ahora todo está un poco... (Hace un gesto confuso.) Pronto va a oscurecer. (Multscher se arremanga el pantalón y deja ver una rodilla ensangrentada.) Betsi ¿Tengo que echarlo a patadas de mi casa? Multscher Mire: tengo un agujero en la rodilla. Seguro que le asombra que salga tanta sangre roja, a mi edad, que no se ponga marrón, con los años. Betsi Lo que sé es que se puede levantar. Multscher Sí, ¿pero adónde voy? Necesito un apósito. Betsi Tengo que sentarme. (Se sienta.) Multscher ¿Él no está? Betsi Enseguida le traigo un apósito. Multscher Puedo venir otro día también. Betsi Quédese tranquilo un momento. Por favor. Multscher ¿Y si me quedo a esperarlo? ¿Así Ud. puede ir a los lagos? Ud. estaba por salir. Betsi No puedo salir, me paso el día sentada en el sillón así, con los anteojos de sol en la cara y el sombrero en la

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cabeza y no puedo salir. Le traeré el apósito. Y después se va. Multscher Exacto. (Los dos se quedan sentados.) Friderike Petrik. ¿Estás ahí? ¿Por qué está tan oscuro? Di algo, por favor, no me asustes. Sé que estás ahí, me estás siguiendo. Es terrible, estoy sentada aquí como si me hubieran escupido y hablo sola, ¿me oyes? (Petrik ríe.) ¿De qué te ríes? ¿Qué es tan cómico? ¿Te estás riendo de mí? ¿Qué hice mal? ¿Hice todo mal? ¿Me mentiste? Basta. Por favor te lo pido. Me enfermas, todo me da vueltas. No me siento nada bien, por favor, para de reírte. Quiero ir al hospital. El bebé no se mueve más. Por favor. Llévame de nuevo al hospital. ¿Por qué aquí el aire se puso tan negro y tan pesado? ¿Ya le pusiste la tapa? ¿Petrik? ¿Vienes, por favor? Tú siempre estás sino. ¿Vienes? Por favor, Petrik, sácame de aquí.