Rev Clin Esp 36-3 Ulteriores Estudios Sobre El Cicerismo y La Naturaleza Del Factor Ch 1950

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TOMO XXXVI NÚMERO 1 EL PROBLEMA ETIOLOGICO DEL LATIRISMO 23 und die Dissoziation zwischen den wenigen kli- nischen Symptomen und der Stärke der Läsio- nen. Es hat sich gezeigt, dass die Proteinkon- zentration bei der Nephritis von Masugi doppelt so stark ist, wie normal. Man glaubt schliesslich, dass es sich bei der Masugi-Nephritis um eine angiomesenchymale Shocknephritis handelt, in derem Verlauf die durch Antikörper entstan- dene spezifische Präzipitation der Eiweisse ei- ne wesentliche Rolle spielen kann. RÉSUMÉ. Les auteurs communiquent le résultat de leurs investigations sur la néphrite produite par sé- rum spécifique néphrotoxique (néphrite Masu- gi), en décrivant les lésions trouvées dans des expériences chez des rats et des lapins, et leur séquence. Conclusion: le plus important c'est l'activation du mésenchyme rénal, dans le mê- sangio glomérulaire (interstice intercapillaire) et dans le reste du rein laquelle provoque l'an- nulation d'amples zones avec oblitération et hyalinisation de glomérules. On signale la mar- che autonomement progressive à la longue chez des animaux apparemment guéris du bourgeon- nement et la dissociation entre la modération des symptômes cliniques et l'intensité des lé- sions. On démontre que les reins affectés de né- phrite Masugi contiennent une concentration de protéines même deux fois le chiffre normal. En fin on considère la néphrite Masugi comme une néphrite de choc, angiomesenchymale; dans son évolution la précipitation spécifique par anticorps provoqués dens l'animal, des protéi- nes, peut avoir un rôle essentiel. PERPLEJIDADES EN EL PROBLEMA ETTO- LOGICO DEL LATIRISMO C. JIMÉNEZ DÍAZ, J. M. DE PALACIOS y F. VIVANCO Clínicas Médicas de la Facultad de Medicina y del Hospital General de Madrid. La primera vez que nos aproximamos al pro- blema del latirismo x quisimos hacer una serie de consideraciones sobre su probable etiología an- tes de atacar el estudio por vía experimental, para, desprovistos en lo posible de todo prejui- cio, tratar de formarnos una idea por la simple observación de los hechos. En aquella primera publicación confirmába- mos, como posteriormente hemos seguido ha- ciéndolo, la relación existente entre la ingestión de las almortas o titos (lathyrus sativus) y la enfermedad. Ningún caso se dio en el que no hu- biera este antecedente; pero al mismo tiempo llamábamos la atención sobre una serie de he- chos de observación que nos parecían inexplica- bles sobre la simple base de la acción tóxica de la legumbre. Entre ellos figuraban los si- guientes : a) Lfa irrupción masiva. En todas las descripciones del latirismo se encuentra esta aparición casi siempre en granr des "epidemias", y asimismo ocurrió en Espa- ña en la época a que nos referimos (1941-42). Tal presentación "epidémica" podría explicarse solamente por una infección o por concurrir cir- cunstancias que abocaran a una dieta latircge- na muy generalizada. El interrogatorio demos- traba que, efectivamente, las circunstancias ali- menticias de aquella época hicieron que los bra- ceros del campo se alimentaran con almortas en grandes dosis, faltando otros elementos de la dieta, sobre todo las grasas animales y las pro- teínas valiosas (huevos, carne, pescado, leche, queso). Podía, pues, explicarse todo, por la mo- notonía y masividad de la ingestión de almor- tas, como concluíamos en un trabajo posterior *. Sin embargo, aún quedan numerosos hechos inexplicados dentro de esta tesis. Ya llamába- mos entonces la atención sobre el hecho de que el latirismo apareciera en zonas limitadas y en cambió no se diera en otras zonas donde la ali- mentación con almortas era igualmente intensa. Podía pensarse que en estas últimas hubiese "algo" en la dieta, neutralizante, que no se. die- ra en aquéllas. Interrogando detenidamente a sujetos procedentes de una zona en la que no se daba latirismo, a pesar de comer muchas al- mortas, no hemos podido captar ninguna dife- rencia con la dieta de sitios donde las almortas habían producido latirismo. Además, en una re- visión que publicamos ulteriormente 2 se veía que la masividad en la ingestión de almortas y la monotonía de la alimentación eran frecuen- tísimas, pero no constantes, pues había, desde luego, casos con ingestión moderada y que ha- bían comido otras cosas, y tenían latirismo. Había pocos, pero algunos, y éstos se explica- ban difícilmente. El pasado año ingresaron en nuestros Servicios clínicos dos individuos con latirismo típico y anamnesis algo rara: uno de ellos, aparte de una alimentación relativamente variada, para reforzarla había tomado una ha- rina que se expende con el nombre de "harina de San Antonio", que pudimos ver que era de almortas ; el otro, un niño que en un colegio ha- bía recibido, además de otras cosas, la misma "harina de San Antonio". Por otra parte, la observación sucesiva, pa- sado aquel momento de irrupción primera, nos ha demostrado la presencia de epidemias en nuevas zonas sin cambio ostensible en la ali- mentación, y siempre en zonas bastante delizni-

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Jiménez Díaz, C., et al. (1950). "Perplejidades en el problema etiologico del latirismo." Revista Clinica Espanola 36(1): 23-26. Lathyrism SpainSpain lathyrismLathyrismSpainreprint

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TOMO XXXVINÚMERO 1

EL PROBLEMA ETIOLOGICO DEL LATIRISMO 23

und die Dissoziation zwischen den wenigen kli-nischen Symptomen und der Stärke der Läsio-nen. Es hat sich gezeigt, dass die Proteinkon-zentration bei der Nephritis von Masugi doppeltso stark ist, wie normal. Man glaubt schliesslich,dass es sich bei der Masugi-Nephritis um eineangiomesenchymale Shocknephritis handelt, inderem Verlauf die durch Antikörper entstan-dene spezifische Präzipitation der Eiweisse ei-ne wesentliche Rolle spielen kann.

RÉSUMÉ.

Les auteurs communiquent le résultat de leursinvestigations sur la néphrite produite par sé-rum spécifique néphrotoxique (néphrite Masu-gi), en décrivant les lésions trouvées dans desexpériences chez des rats et des lapins, et leurséquence. Conclusion: le plus important c'estl'activation du mésenchyme rénal, dans le mê-sangio glomérulaire (interstice intercapillaire)et dans le reste du rein laquelle provoque l'an-nulation d'amples zones avec oblitération ethyalinisation de glomérules. On signale la mar-che autonomement progressive à la longue chezdes animaux apparemment guéris du bourgeon-nement et la dissociation entre la modérationdes symptômes cliniques et l'intensité des lé-sions. On démontre que les reins affectés de né-phrite Masugi contiennent une concentration deprotéines même deux fois le chiffre normal. Enfin on considère la néphrite Masugi comme unenéphrite de choc, angiomesenchymale; dansson évolution la précipitation spécifique paranticorps provoqués dens l'animal, des protéi-nes, peut avoir un rôle essentiel.

PERPLEJIDADES EN EL PROBLEMA ETTO-LOGICO DEL LATIRISMO

C. JIMÉNEZ DÍAZ, J . M. DE PALACIOS y F. VIVANCO

Clínicas Médicas de la Facultad de Medicina y del HospitalGeneral de Madrid.

La primera vez que nos aproximamos al pro-blema del latirismo x quisimos hacer una serie deconsideraciones sobre su probable etiología an-tes de atacar el estudio por vía experimental,para, desprovistos en lo posible de todo prejui-cio, tratar de formarnos una idea por la simpleobservación de los hechos.

En aquella primera publicación confirmába-mos, como posteriormente hemos seguido ha-ciéndolo, la relación existente entre la ingestiónde las almortas o titos (lathyrus sativus) y la

enfermedad. Ningún caso se dio en el que no hu-biera este antecedente; pero al mismo tiempollamábamos la atención sobre una serie de he-chos de observación que nos parecían inexplica-bles sobre la simple base de la acción tóxicade la legumbre. Entre ellos figuraban los si-guientes :

a) Lfa irrupción masiva.

En todas las descripciones del latirismo seencuentra esta aparición casi siempre en granrdes "epidemias", y asimismo ocurrió en Espa-ña en la época a que nos referimos (1941-42).Tal presentación "epidémica" podría explicarsesolamente por una infección o por concurrir cir-cunstancias que abocaran a una dieta latircge-na muy generalizada. El interrogatorio demos-traba que, efectivamente, las circunstancias ali-menticias de aquella época hicieron que los bra-ceros del campo se alimentaran con almortas engrandes dosis, faltando otros elementos de ladieta, sobre todo las grasas animales y las pro-teínas valiosas (huevos, carne, pescado, leche,queso). Podía, pues, explicarse todo, por la mo-notonía y masividad de la ingestión de almor-tas, como concluíamos en un trabajo posterior *.

Sin embargo, aún quedan numerosos hechosinexplicados dentro de esta tesis. Ya llamába-mos entonces la atención sobre el hecho de queel latirismo apareciera en zonas limitadas y encambió no se diera en otras zonas donde la ali-mentación con almortas era igualmente intensa.Podía pensarse que en estas últimas hubiese"algo" en la dieta, neutralizante, que no se. die-ra en aquéllas. Interrogando detenidamente asujetos procedentes de una zona en la que no sedaba latirismo, a pesar de comer muchas al-mortas, no hemos podido captar ninguna dife-rencia con la dieta de sitios donde las almortashabían producido latirismo. Además, en una re-visión que publicamos ulteriormente2 se veíaque la masividad en la ingestión de almortas yla monotonía de la alimentación eran frecuen-tísimas, pero no constantes, pues había, desdeluego, casos con ingestión moderada y que ha-bían comido otras cosas, y tenían latirismo.Había pocos, pero algunos, y éstos se explica-ban difícilmente. El pasado año ingresaron ennuestros Servicios clínicos dos individuos conlatirismo típico y anamnesis algo rara: uno deellos, aparte de una alimentación relativamentevariada, para reforzarla había tomado una ha-rina que se expende con el nombre de "harinade San Antonio", que pudimos ver que era dealmortas ; el otro, un niño que en un colegio ha-bía recibido, además de otras cosas, la misma"harina de San Antonio".

Por otra parte, la observación sucesiva, pa-sado aquel momento de irrupción primera, nosha demostrado la presencia de epidemias ennuevas zonas sin cambio ostensible en la ali-mentación, y siempre en zonas bastante delizni-

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tadas. Es curioso, por ejemplo, que no hayamosvuelto a ver ningún caso procedente de Consue-gra, que fue el foco primero de nuestras obser-vaciones, y en cambio hayan venido casos depueblos que entonces nos sorprendió que nodieran latirismo, como, por ejemplo, de Mora déTolero, pueblo vecino del anterior.

Todo esto, al lado de otros hechos, nos hizopensar si el latirismo no estaría producido porla acción tóxica de algo existente solamente enciertas fuentes de almortas, y no genéricamenteen todas las semillas, o si se trataría de una in-fección por virus, en algún modo facilitada porla alimentación latírica.

b) La experiencia en los animales.

Los resultados de estas experiencias han sidoo negativos o desorientadores. Al principio pu-simos ratas con dieta exclusiva de almortas ennuestro Instituto, y simultáneamente uno denuestros colaboradores (GRANDE) puso otros lo-tes en el Instituto Ibys con igual dieta. Nos-otros no obteníamos nada, y, en cambio, GRAN-DE empezó a ver morir las ratas con un cuadroconvulsivo que podía pensarse que era latirismoexperimental. De pronto, acabado el primer lote,todas las ratas puestas en Ibys empezaron acomportarse negativamente, como las de nues-tro Instituto.

Hicimos entonces las experiencias de ciceris-mo que han sido analizadas en una serie detrabajos que hemos publicado3, pero un día, depronto, dejamos de ver el cicerismo; este hechosólo en parte es debido a diferencias de dieta,pues últimamente con garbanzos cocidos (comoen otras seríes) y con igual composición de ladieta, las ratas no han tenido el cuadro del ci-cerismo.

Así, pues, similarmente a lo que ocurre con ellatirismo humano, el cicerismo de las ratas tie-ne algo que es eventual y que no conocemos,por lo cual no podemos con seguridad previareproducir estos procesos. La aparición de lati-rismo equino en Navarra nos animó a tratar deobtenerle en caballos; tuvimos la posibilidad detrabajar con estos animales, y una alimentaciónexclusiva de almortas sobre dos animales nopermitió tampoco obtener latirismo en ellos.

Tanto la observación humana como las expe-riencias en animales permiten concluir que los"leguminismos" como el latirismo, cicerismo, et-cétera se producen cuando se da la ingestión dela legumbre, tanto más cuanto más masivamen-te se tome, y se favorecen por ciertas circuns-tancias no explicadas (preferencia del latirismopor el sexo masculino, y la edad juvenil, ausen-cia o escasez en la dieta de proteínas y grasasanimales), pero además por otras circunstan-cias que se dan al parecer caprichosamente. Queéstas existen es innegable, aunque desconozca-mos su naturaleza, y solamente reconociéndoloasí podremos aspirar a conocerlas en el futuro.

¿Es que solamente ciertas semillas dentro dela misma especie son tóxicas?

Esta sería una posible explicación, ya porquese tratara no de una acción del lathyrus mismo,sino de alguna otra semilla que fuera mezcladaen ciertas muestras, ya porque la composiciónde los diferentes tipos de la misma semilla fue-ra distinta, existiendo solamente en algunas elprincipio tóxico, ya, en fin, porque la semillapudiera ser portadora de un virus directa o in-directamente (a través de insectos parásitos).El primer supuesto sugerido por ANDERSONHOWART y SIMONSEN atribuyendo el efecto a laarveja (vitia sativa) ha sido rechazado por nos-otros al hacer el estudio de fas almortas utili-zadas en la alimentación en nuestras epidemias ;en los brotes de Horcajo de Santiago recogimossemillas que fueron estudiadas, pudiéndose contoda seguridad eliminarse esa posibilidad; porotra parte, en el cicerismo provocado en las ra-tas se emplearon solamente garbanzos que fue-ron revisados previamente.

El segundo punto de vista nos ha atraído mu-chas veces, principalmente al observar esos ca-sos de la "harina de San Antonio"; pero le he-mos rechazado por la desproporción existenteentre el número de sujetos con la misma dietay la pequeña proporción de enfermos. Ño obs-tante, nosotros hemos hecho experiencias conanimales alimentados con almortas recogidasen zona y momento de brote, y no hemos obte-nido nada; con la misma clase de garbanzoscon la que obteníamos cicerismo, éste dejó depresentarse. Últimamente hemos puesto lotes deratas con garbanzos de distintas procedenciassin resultado. No nos atrevemos, sin embargo,a afirmar rotundamente (en un problema tanoscuro y en el que, por tanto, hay que procedercon toda objetividad) que no sea esta hipótesisposible, aunque nos parece por las apuntadasrazones poco verosímil. GEIGER, STEENBOCK yPARSONS4, y últimamente LEWIS, FAJAUS, ES-TERER, WEN-SHEN y OLIPHANT

5, han obtenidoun efecto tóxico en las ratas solamente con la-thyrus odoratus y no con otras especies; peroen primer término nos parece dudoso que lo queestos autores han obtenido pueda asimilarse enmodo alguno al latirismo humano, y, en segun-*do lugar, el lathyrus odoratum. existe en Espa-ña, pero no en cultivo para la alimentación, y enlas almortas de la alimentación no hay esta es-pecie.

La tercera suposición fue la que más vehe-mentemente abrigamos en tiempos, pero las ex-periencias que entonces realizamos dieron un re-sultado negativo, como ya se comunicó6 ; al vernosotros últimamente que el cicerismo se nos dao con "cicerina" (albúmina pura del garbanzo) ocon garbanzos sometidos prolongadamente a laacción del calor, se puede eliminar definitiva-mente que la semilla misma o los coleópterosque la parasitan pudieran ser vectores de unvirus.

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TOMO XXXVINÚMERO 1

EL PROBLEMA ETIOLOGICO DEL LATIRISMO 25

¿Se trataría de la convergencia de dos fac-tores, dieta y acción de un virus venido del ex-terior?

Habría que pensar que el latirismo fuera pro-ducido por un virus neurotropo que solamenteactuara sobre la base de ciertas condiciones ali-menticias que pusieran al sistema nervioso ensituación de receptibilidad ; ello • explicaría, alno bastar con la dieta, los brotes que parecenepidémicos, y la existencia de casos esporádicosen medios donde una gran parte de la comuni-dad hace la misma alimentación, así como lapredilección por ciertas épocas del año, comoocurre también con otras enfermedades neuro-lógicas por virus, por ejemplo, la misma polio-mielitis.

Hemos revisado la época de aparición de losprimeros síntomas en los casos esporádicos quehan acudido espontáneamente a nuestras con-sultas fuera de los brotes epidémicos más nu-merosos, y hemos hallado esta distribución quese reproduce en los cuadros I y II.

CUADRO I.—Fecha de comienzo de los casos de latiris-mo vistos en nuestra clínica después de la epidemia de

1941-1942.

1943. Febrero 1Abril 2

1944 Enero 1Marzo 1Abril 2Mayo 2

1945 Noviembre 1

1946. Febrero ...Diciembre

1947 Marzo 4Abril 2Junio 1Dicierctbre 1

1948 Marzo 2Abril 1Mayo 1Junio 2

1949. Febrero

CUADRO II. — Resumen por meses.

Enero 1Febrero 3Marzo 7Abril 7Mayo 3Junio 3Julio 0Agosto 0Septiembre 0Octubre 0Noviembre 1Diciembre ...; 2

TOTAL 27

Como se ve, es de febrero a junio cuando em-piezan casi todos los casos, desapareciendo en

cambio durante el verano; claro es que tambiéncabe pensar que en esa época es cuando menosalmortas se comen y, sobre todo, cuando se co-men más otros alimentos. Pero como hemos ob-servado casos que aparecieron unos meses des-pués de tomar las almortas, y en un momentoen que ya no las tomaban o las tomaban muchomenos, nos parece que se deberían seguir dandocasos en julio y agosto, aunque haya bajado elconsumo.

Esta suposición de una acción combinada deun virus y una dieta especial, en la que sereúnan una acción tóxica de la legumbre y lafalta de factores defensivos o antagonistas dela dieta, factores que hemos supuesto siempreesenciales2, cuenta con algunos hallazgos simi-lares en otras infecciones por virus.

Por ejemplo, diversos autores obtuvieronpositivos los contagios en ratas del virusde la hepatitis epidémica solamente cuandoestos animales estaban previamente someti-dos a una dieta alipotrópica. ELVEHJEM 7 men-ciona cómo ciertos virus neurotropos no se des-arrollan en ausencia de triptófano en la dietay cómo aumenta la resistencia de las ratas a vi-rus, como los de la poliomielitis en ciertas avi-taminosis y carencias minerales (Bi, riboflavi-na, pantoténico, K y P , por ejemplo 8). LACEY 9,en una revisión sobre poliomielitis, mencionahallazgos de diferentes autores en este sentido;por ejemplo, LICHSTEIN, MCCALL, ELVEHJEM yCLARK 10 hallan aumento de resistencia en la ca-rencia de ácido fólico, no dejando de ser intere-sante en este sentido el efecto facilitador delcuadro neuroanémico en los perniciosos trata-dos con fólico, como si el ácido fólico produjeraalteraciones en el metabolismo del sistema ner-vioso, que pueden irrogar la degeneración o fa-cilitar la acción de virus implantados. El mismogrupo de autores ve disminuir la incidencia deparálisis desde un 80 por 100 a un 15 por 100cuando los ratones están en carencia aguda dethiamina ".

Nosotros hemos hecho intentos de inocularanimales con el líquido cefalorraquídeo de latí-ricos, pero no hemos tenido oportunidad de ha-cerlo con el líquido de sujetos en el comienzo desu enfermedad, aunque hemos pedido a nume-rosos compañeros de zonas atacadas que nos co-municaran casos en los primeros momentos.Habría sido ideal, y deseamos hacerlo si se nospresenta la ocasión, inocularlo a ratas y rato-nes, en dieta corriente y dieta de almortas. Sola-mente entonces tendremos una prueba segura,pero por el momento las razones que han sidoexpuestas nos hacen pensar que la influenciadietética no explica por sí sola las peculiarida-des de aparición que brinda la observación delos enfermos latíricos, y que aparte del efectotóxico no neutralizado que actúa sobre el siste-ma nervioso existe alguna otra circunstancianecesaria para que el latirismo se produzca.

No nos podemos pronunciar acerca de cuálsea ésta, pero nos inclinamos a pensar en la ac-

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ción superpuesta de la infección por un virus,que no actúa sino cuando el sistema nerviosoestá en determinadas circunstancias, creadaspor la dieta masiva y monótona de afcnortas. Setrata naturalmente de una hipótesis que sola-mente investigaciones futuras dirán si es o noaceptable.

RESUMEN.

Se enumeran razones por las cuales se pien-sa que el latirismo, exhibiendo ciertas peculia-ridades de aparición no explicables por la solaacción dietética, podría ser un caso de acciónconjunta de una carencia y una infección porvirus; ésta solamente actuaría cuando el orga-nismo se halla en determinado déficit, creadopor la dieta.

BIBLIOGRAFÍA

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SUMMARY

Reason are set forth whereby lathyrism, ex-hibiting certain peculiar traits of onset whichcannot be ascribed solely to diet, is deemed tobe due to nutritional defficiency and viral in-fection. The latter would only supervene whenthe body has reached a certain diet deficit.

ZUSAMMENFASSUNG

Man bespricht die Gründe, weshalb man an-nimmt, dass der Lathyrismus auf der gemein-samen Basis einer Karenz und Infektion durchvirus entsteht; man denkt ciaran bei Fällen,deren Symptome sich nicht durch die alleinig»Wirkung einer Diät erklären lassen. Die infek-tion würde nur dann wirken, wenn der Orga-nismus durch das durch die Diät entstandeneDeficit geschädigt ist.

RÉSUMÉ

On enumere des raisons qui font croire quele lathyrisme, montrant certaines péculiaritésnon explicables par la seule action diététique,pourrait être un cas d'action conjointe d'unecarence et une infection par virus; cette infec-tion agirait seulement lorsque l'organisme setrouve avec un certain déficit, créé par la diète

TRATAMIENTO DEL ASMA BRONQUIALCON AEROSOLES MEDICAMENTOSOS

R. FROUCHTMAN y" J. SEGIMÓN

Servicio de Asma y Enfermedades Alérgicas del Hospital dela Santa Cruz y San Pablo. Barcelona.

Director: R. FUOUCHTMAN.

III.—ALEUDRIN Y ASMALICIDA.

Continuando nuestros ensayos terapéuticosen el tratamiento sintomático de los estadosasmáticos con aerosoles medicamentosos deacción broncodilatadora, y de cuyos resulta-dos obtenidos con otras drogas dimos cuentaen anteriores comunicaciones, hemos utilizadoen este trabajo el Aleudrin (isopropyladrenali-na) y el Asmalicida (producto manufacturadoen España y que contiene adrenalina, pituitri-na, efedrina y clor. de p-aminobenzoildietilami-noetanol). El Aleudrin ha sido empleado tam-bién en aerosoles por otros clínicos, como CHAR-LIER, que obtuvo resultados satisfactorios en unnumeroso grupo de asmáticos.

METÓDICA.

Se ha seguido la misma técnica que con las otrasdrogas anteriormente empleadas, o sea, sometiendo alos enfermos durante varios d'as a una sesión inhala-toria diaria, a veces con alguna interrupción de veinti-cuatro o cuarenta y ocho horas.

Un primer grupo de ocho pacientes fue tratado conAleudrin. Al principio se utilizó para cada inhalaciónla dosis de 0,25 c. c. de solución, reduciéndola luego a0,20 e incluso a 0,15, sobre todo en aquellos casos enque las nebulizaciones se mostraron muy efectivas so-bre la cifra de la C. V.

Un segundo grupo de asmáticos fue sometido a tra-tamiento con aerosoles de asmalicida, empleándose porsesión 0,5 c. c. de la solución.

Durante todo el tratamiento los pacientes no siguie-ron ninguna otra medicación. Se empleó el nebulizadorVaponefrin con corriente de oxígeno, determinando laC. V. antes de la sesión y a los diez minutos despuésde ella.

RESULTADOS.

Acción del Aleudrin.—Los resultados obteni-dos después de cada sesión comprueban que conesta droga se obtiene siempre un incremento dela.C. V., pues entre 56 sesiones sólo tres vecesno variaron las cifras de la espirometría. Lasganancias obtenidas después de cada inhalaciónsuelen ser característica propia de cada enfer-mo sin que el aumento de la dosis de Aleudrinejerza mayor influencia sobre los incrementoslogrados en la C. V. Así, por ejemplo: en elenfermo 3, dosis de 0,25 c. c. y de 0,15 deter-minaban un mismo aumento de 500 c. c ; en elpaciente 7 se lograron casi siempre gananciasentre 1.000 y 1.800 c. c, tanto con 0,25 comocon 0,15 c. c. Es decir, que, determinada encada enfermo la máxima variación posible a ob-tener en la capacidad vital, esta ganancia puedemantenerse con dosis menores de Aleudrin. Es