Stein, Gertrude - Autobiograf-ía de Alice B. Toklas

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    Gertrude Stein

    Autobiografa de Alice B. Toklas

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    YO, ANTES DE IR A PARIS

    Nac en San Francisco, California. Por esto, siempre me a gustado !i!ir en climastemplados, pero es difcil, tanto en "uropa como en Norteam#rica, encontrar un climatemplado $ !i!ir en #l. %i abuelo materno fue un pionero &ue lleg' a California el a(o)*, $ se cas' con mi abuela, &ue era mu+er mu$ aficionada a la msica. Fue discpula

    del padre de Clara Scuman. %i madre era una mu+er encantadora, de sua!es modales,llamada "milie.%i padre descenda de una familia de patriotas polacos. Su to abuelo form' un

    regimiento, del &ue se nombr' coronel, para lucar contra Napole'n. "l padre de mipadre abandon' a su esposa poco despu#s de aber contrado matrimonio, para ir alucar en las barricadas, en Pars. Pero la esposa de+' de .mandarle dinero, $ entonces elabuelo !ol!i' a su tierra, donde pas' el resto de sus das con!ertido en un acaudalado $conser!ador terrateniente.

    "n cuanto a m respecta, debo confesar &ue no me gusta la !iolencia, $ &uesiempre e preferido los placeres de las labores de punto $ la +ardinera. %e gustamuco la pintura, los muebles, los tapices, las casas $ las flores, e incluso los -rboles

    frutales $ las !erduras. %e gustan las !istas $ los panoramas, pero prefiero sentarme deespaldas a ellos.%i infancia $ adolescencia discurrieron en el placentero ambiente propio de las

    gentes de mi clase $ aficiones. "n este perodo tu!e algunas !eleidades intelectuales,pero no fueron demasiado fuertes, $ tampoco las aire#. Cuando tena unos diecinue!ea(os, era una gran admiradora de enr$ /ames. Cre &ue The Awkward Age, de esteautor, poda ser base de una e0celente obra teatral, $ le escrib ofreci#ndole reali1ar laadaptaci'n. %e contest' con una carta amabilsima, en la &ue abordaba los problemasde mi propuesta, $, entonces, al darme cuenta de mi incapacidad para lle!ar a cabo latarea, me a!ergonc# de m misma $ no conser!# la carta de /ames. 2ui1-, en a&uella#poca, crea &ue no tena ningn moti!o para conser!ar la carta. Bueno, el caso es &ue la

    carta en cuesti'n $a no e0iste.asta los !einte a(os practi&u# seriamente el arte musical. "studiaba $ me

    e+ercitaba con constancia, pero poco despu#s la msica me pareci' una fri!olidad. %imadre muri', $ aun&ue esto no me produ+o una triste1a insuperable, de+# de tener!erdadero inter#s en la msica, de+# de tener el inter#s suficiente para seguir adelante."n la istoria de Ada, en Geograh! a"d #$a!%, Gertrude Stein i1o una e0celentedescripci'n de mi persona, tal como era en a&uel tiempo.

    A partir de entonces, $ durante unos seis a(os, estu!e mu$ ocupada. 3le!# una!ida mu$ agradable, tena mucos amigos, me di!erta muco, eran mucas las cosas&ue me interesaban, mi !ida me satisfaca $ go1aba de ella, pero no me la tomaba congran pasi'n, ni muco menos. "ntonces ocurri' el incendio de San Francisco, por cu$a

    ra1'n el ermano ma$or de Gertrude Stein $ su esposa regresaron de Pars a SanFrancisco, $ esto comport' un cambio total en mi !i!ir.

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    "n a&uel entonces, !i!a con mi padre $ mi ermano. %i padre era un ombresilencioso &ue se enfrentaba calmosamente con la realidad, pese a &ue le causabaimpresiones mu$ profundas. 3a primera $ terrible ma(ana del incendio de SanFrancisco, despert# a mi padre $ le di+e &ue la ciudad aba &uedado destruida por unterremoto, $ &ue, luego, se aba declarado un incendio. %i padre di+o4 5No de+a de ser

    una p#rdida para el "ste.6 7io media !uelta en la cama, $ sigui' durmiendo. 8ecuerdo&ue, en cierta ocasi'n, mi ermano $ un amigo su$o salieron a dar un paseo a caballo.9no de los caballos !ol!i' sin +inete al establo. : la madre del otro mucaco comen1'a acer una escena terrible. "ntonces mi padre le di+o4 5C-lmese, se(ora, &ui1- sea mii+o el &ue se a$a matado.6 Siempre recordar# uno de sus a0iomas4 5Sea lo &ue fuerea&uello &ue debas acer, a1lo con buenos modales.6 Tambi#n me di+o &ue la due(a deuna casa &ue recibe in!itados +am-s debe pedir e0cusas por las deficiencias &ue puedanobser!arse en la recepci'n, por&ue cuando a$ una due(a de su casa, en tanto en cuantoa$ una due(a de su casa, no puede aber deficiencias.

    Tal como les deca, $o !i!a mu$ satisfactoriamente en compa(a de los mos, $+am-s tu!e deseos ni pensamientos de alterar mi modo de !i!ir. 3o &ue ocurri' despu#s

    se debi' a la interrupci'n de nuestra rutinaria !ida, causada por el incendio, $ a lallegada del ermano ma$or de Gertrude Stein $ de su esposa.

    %istress Stein tra+o consigo tres pe&ue(os cuadros de %atisse, &ue fueron lasprimeras obras de arte moderno &ue cru1aron el Atl-ntico. Conoc a mistress Stein endas de aflicci'n para la ciudad, me mostr' los cuadros $ me cont' an#cdotas de su !idaen Paris. Poco a poco, inform# a mi padre de mis deseos de irme de San Francisco. Nose alarm' ni se in&uiet' si&uiera. Al fin $ al cabo, en a&uellos das era muca la gente&ue entraba $ sala de San Francisco, $ abundaban los amigos &ue aban abandonado laciudad. Antes de &ue transcurriera un a(o, tambi#n $o me aba ido $ me encontraba enPars. All !isit# a mistress Stein, &ue aba regresado a Pars, $ en su casa conoc aGertrude Stein. 3o &ue m-s me impresion' de ella fue el broce de coral &ue lle!aba, $su !o1. "n mi !ida, tan s'lo e conocido a tres genios, $ en las tres ocasiones e odo elsonido de una campanilla dentro de mi cerebro. : la campanilla nunca me enga('. :

    puedo decir &ue en cada uno de estos tres casos, las personas &ue suscitaron el sonido dela campanilla toda!a no aban conseguido la general consideraci'n de genios. 3os tresgenios de &uienes &uiero ablarles son Gertrude Stein, Pablo Picasso $ Alfred;iteead. e conocido a mucas personas importantes, tambi#n e conocido amucas personas &ue an sido grandes personalidades en su &ueacer, pero nicamentee conocido a tres !erdaderos genios, $ en los tres casos la campanilla son'. "n ningunode los tres casos ubo error. : as comenc# una nue!a !ida, plet'rica de significado.

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    MI LLEGADA A PARIS

    Corra el a(o . Three L()e%de Gertrude Stein se allaba en prensa, pagandoella los gastos de la edici'n, $ la escritora traba+aba en un libro, &ue abra de constar demil p-ginas, titulado The *ak("g o+ A,er(a"%. Picasso aba terminado recientementeel retrato de Gertrude Stein, &ue, en a&uellos tiempos, no gustaba a nadie, sal!o al autor

    $ a la retratada, pero &ue aora es famoso. "n a&uellos das, el pintor aba comen1adosu e0tra(a composici'n pict'rica representando a tres mu+eres. %atisse acababa determinarBo"her de /()re, su primera gran composici'n &ue moti!ara le calificaran defau!e. "ra la #poca &ue %a0 /acob llam' 5la edad eroica del cubismo6. 8ecuerdo &ueno ace muco Picasso $ Gertrude Stein tu!ieron una con!ersaci'n sobre di!ersosacontecimientos ocurridos en a&uellos das. 9no de ellos se refiri' a cuanto pudoocurrir, $ no ocurri', a&uel a(o, $ el otro contest'4 5?l!idas &ue entonces #ramos

    +'!enes, $ &ue, de todos modos, icimos mucas cosas.6a$ muco &ue ablar sobre lo &ue ocurri' en a&uel entonces, $ lo &ue aba

    ocurrido antes, &ue condu+o a lo &ue ocurri' despu#s, pero aora debo describir lo &ue!i al llegar.

    3a casa de la rue de Fleurus, nmero !eintisiete, era, $ sigue siendo, un pe&ue(ocalet de dos pisos, con cuatro estancias mu$ poco espaciosas, cocina, $ ba(o. /unto a laedificaci'n principal se al1aba un gran taller. Aora, el taller est- unido al caletmediante un pasillo &ue se constru$' en

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    ninguno de ellos pasaba ambre $ siempre encontraban a alguien &ue les a$udara, peroalgunos de ellos no go1aban de lo &ue pudi#ramos llamar abundancia. Fue Bra&ue&uien, unos cuatro a(os despu#s, cuando todos los integrantes de a&uel grupocomen1aban a ser conocidos, di+o con un suspiro4 5C'mo an cambiado nuestras !idasAora todos tenemos cocineras &ue saben acer un buen%o++$6

    #l@ne tena sus opiniones personales, &ue no recataba. As, por e+emplo,mostraba cierta antipata acia %atisse. 7eca &ue un franc#s no deba &uedarse a cenarinesperadamente, especialmente si antes de decidirlo preguntaba a la cocinera &u# aba

    para cenar. #l@ne aseguraba &ue los e0tran+eros tenan perfecto dereco a obser!ar estaconducta, pero los franceses no, $ %atisse lo aba eco en una ocasi'n. As, cuandomiss Stein deca a #l@ne4 5"sta noce, monsieur %atisse se &uedar- a cenar6, #l@nereplicaba4 5"n este caso no ar# tortilla sino ue!os fritos. Necesitar# los mismosue!os $ la misma mante&uilla, pero los ue!os fritos son menos respetables &ue latortilla, $ monsieur %atisse sabr- darse cuenta.6

    #l@ne estu!o al ser!icio de Gertrude Stein asta fines de

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    mostraba contrariedad alguna al acerlo. "ntramos en el taller, cu$a puerta tena uncerro+o :ale, &ui1- el nico &ue aba en todo el barrio, en a&uel entonces. Pero estecerro+o no aba sido colocado all para proteger de las acti!idades de los amigos de loa+eno el contenido del taller, puesto &ue en a&uellos das los cuadros &ue en #l abacarecan de !alor, sino por&ue la lla!e era pe&ue(a $ poda lle!arse en el bolso,

    contrariamente a lo &ue ocurra con las enormes lla!es francesas. /unto a las paredesaba di!ersos muebles renacimiento italianos, $ en medio de la estancia se !ea unainmensa mesa, tambi#n renacimiento, con una bonita escribana, $, en un -ngulo, unaordenada pila de cuadernos, cuadernos escolares franceses, como los &ue usaban losni(os en a&uella #poca, con dibu+os representando terremotos $ escenas de e0ploradoresen las portadas. 3as paredes estaban cubiertas de cuadros, asta la altura del teco. "nun e0tremo de la estancia aba una estufa de ierro, &ue #l@ne alimentaba con una

    pala. Sobre una mesa situada en un -ngulo, aba cla!os de erraduras, cantos rodados $bo&uillas, &ue una no poda e!itar mirar, pero &ue no se atre!a a tocar, $ &ue resultaronproceder de los bolsillos de Picasso $ de Gertrude Stein, &uienes al parecer guardabanen ellos estos ob+etos asta &ue no caban. Pero, !ol!amos a los cuadros. 3os cuadros

    eran tan raros &ue, al principio, una miraba cual&uier cosa antes &ue los cuadros. Pararefrescar un poco la memoria, e contemplado algunas fotografas tomadas en el talleren a&uellos das. Todas las sillas eran, tambi#n, renacimiento italiano, mu$ pococ'modas para &uienes tu!ieran las piernas cortas, $ eran mucos los &ue cogieron lacostumbre de sentarse en ellas poniendo las piernas cru1adas deba+o del trasero. %issStein sola sentarse cerca de la estufa, en una silla mu$ ermosa, de alto respaldo, $de+aba, tran&uilamente, &ue sus pies colgaran en el aire, lo cual no tena gran m#rito, $a&ue era tan s'lo cuesti'n de acostumbrarse a ello, $ cuando alguno de sus mucos!isitantes se le acercaba para preguntarle algo, miss Stein se le!antaba de la silla, $, enfranc#s, sola responder 5Aora, no6. Por lo general este intercambio !erbal se refera aalgo &ue el !isitante deseaba !er, tal como dibu+os &ue miss Stein guardaba en algnotro lugar, sobre uno de los cuales cierto alem-n !erti' tinta, o a cual&uier otra petici'n&ue s'lo podra ser atendida m-s tarde. Pero, !ol!amos a los cuadros. Tal como deca,cubran totalmente las paredes encaladas $ llegaban asta el mismsimo teco. 3aestancia estaba iluminada con luces de gas, colocadas mu$ alto. "stas lucesrepresentaban un a!ance, $a &ue acababan de ser instaladas $ antes tan solo aba unal-mpara de pie, de manera &ue, para !er los cuadros, era necesario &ue algn in!itado dealtura a!enta+ada sostu!iera en lo alto una l-mpara mientras los otros los miraban. Peroel caso es &ue al fin se aban instalado las luces de gas, $ un ingenioso pintornorteamericano, llamado Sa$en, se ocupaba de instalar un mecanismo &ue permitieraencender todas las luces a la !e1, de una manera autom-tica. "l pintor norteamericano lo

    aca a fin de procurar ol!idar &ue acababa de ser padre por !e1 primera. 3a !ie+apropietaria de la casa, mu+er de ideas e0tremadamente conser!adoras, no &uera &ue seinstalara electricidad en sus casas $ la iluminaci'n el#ctrica no se utili1' en ellas asta

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    gran desnudo de alloton &ue nicamente destacaba por no ser e0actamente laOda$(%a de %anet, un ToulouseH3autrec. "n una ocasi'n, Picasso, mientrascontemplaba este ltimo cuadro, tu!o el atre!imiento de decir4 57e todos modos, $o

    pinto me+or &ue #l.6 ToulouseH3autrec fue el pintor &ue ma$or influencia tu!o enPicasso, en su primera #poca. 7espu#s, compr# un pe&ue(o cuadro de Picasso,

    correspondiente a a&uella #poca. aba un retrato de Gertrude Stein, pintado poralloton, &ue bien ubiera podido ser un 7a!id, pero &ue no lo era, aba un %aurice7enis, un pe&ue(o 7aumier, mucas acuarelas de C#1anne. "n resumen, all estabantodos los pintores &ue una pueda imaginar, incluso aba un pe&ue(o 7elacroi0 $ unGreco de tama(o medio. aba enormes Picassos del perodo del Ar$e56", dos ilerasde %atisses, un gran retrato de mu+er pintado por C#1anne, $ algunos C#1annes

    pe&ue(os. Todos esos cuadros tenan su istoria, &ue pronto les contar#. "ntonces mesenta un tanto confusa, $ no aca m-s &ue mirar $ mirar, $ cuanto m-s miraba m-sconfusa estaba. Gertrude Stein $ su ermano estaban tan acostumbrados a !er cu-nconfundidos &uedaban sus in!itados, &ue $a aba de+ado de importarles $ ni si&uiera sefi+aban en ello. "ntonces, omos un fuerte golpe en la puerta del taller. Gertrude Stein la

    abri', $ entr' un ombre menudo con aspecto de gran !i!acidadE su cabello, o+os,rostro, manos, pies, todo en #l era !i!a1. Gertrude Stein di+o4 5ola Alf$, mira, #sta esmiss Toklas.6 Con muca solemnidad, el reci#n llegado di+o4 5%uco gusto enconocerla, miss Toklas.6 "ra Alf$ %aurer, asiduo !isitante de Gertrude Stein. Alf$%aurer aba frecuentado esta casa antes de &ue en ella ubiera las pinturas a &ue me ereferido, cuando de sus paredes tan solo colgaban grabados +aponeses, $ Alf$ era uno delos &ue solan encender cerillas para iluminar una porci'n alta del retrato pintado porC#1anne. 57esde luego, pueden darse perfecta cuenta de &ue es un cuadro totalmenteacabado6, sola e0plicar a los otros pintores norteamericanos, &uienes miraban el cuadrocon aire dubitati!o, 5$ pueden darse cuenta por&ue est- enmarcado, $ como ustedessaben mu$ bien +am-s se a odo de un pintor &ue enmar&ue un cuadro &ue no est#acabado6. Alf$ aba sido siempre un fiel seguidor de las nue!as escuelas pict'ricas, unseguidor persistente, umilde, fiel, persistente, persistente. "l fue &uien eligi' el primerlote de cuadros de la famosa colecci'n Barnes, muco m-s tarde, con la misma fe $ elmismo entusiasmo. "l fue &uien, a(os despu#s, cuando Barnes !isit' la casa de GertrudeStein e i1o adem-n de sacar su talonario de ce&ues, di+o4 5/uro ante 7ios &ue no esido $o &uien le a trado a&u.6 Gertrude Stein, &ue es mu+er de temperamentoe0plosi!o, lleg' a su casa por la noce, en otra ocasi'n, $ en ella encontr' a su ermano,a Alf$ $ a un desconocido. "l aspecto del desconocido desagrado a miss Stein, $

    pregunt' a Alf$4 5I2ui#n es ese ombreJ6 $ Alf$ contest'4 5:o no le e trado a&u,no, no, no.6 Gertrude Stein di+o4 5Tiene aspecto de +udo.6 : Alf$ a(adi'4 5Peor &ue

    eso.6 Pero !ol!amos a mi primera noce. Pocos minutos despu#s de &ue llegara Alf$,#l@ne golpe' fuertemente la puerta con los nudillos $ anunci' &ue la cena estabaser!ida. Todos comentaron cu-n raro era &ue los Picasso no ubieran llegado toda!a,

    pero &ue me+or sera no esperarles para e!itar &ue #l@ne se impacientara. %iss Steindi+o4 5Parece e0tra(o, por&ue Pablo es la puntualidad en persona, +am-s llega demasiado

    pronto ni demasiado tarde, est- orgulloso de ser siempre puntual $ dice &ue lapuntualidad es la cortesa de los re$es. ncluso a logrado &ue Fernande sea tambi#npuntual. 7esde luego, a menudo dice &ue s a cual&uier cosa, cuando en realidad notiene la menor intenci'n de acerla, pero esto se debe a &ue no sabe decir no. No, es una

    palabra &ue no est- en su !ocabulario, $ ace falta saber distinguir cuando sus ses

    &uieren decir &ue si $ cuando &uieren decir &ue no, pero cuando dice un s &ue significa&ue s es &ue s, $ &ue ser- puntual, $ eso es lo &ue i1o con la cena de o$, lo cual

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    &uiere decir &ue deba ser puntual.6 "n a&uellos tiempos los autom'!iles no abundaban,por lo &ue nadie se preocupaba de la posibilidad de &ue ubiera ocurrido un accidente.Cuando termin-bamos el primer plato, omos el sonido de r-pidos pasos en el patio, $#l@ne abri' la puerta antes de &ue llamasen a ella, $ entraron Pablo $ Fernande, &ue asles llam-bamos todos en a&uellos tiempos. Picasso era pe&ue(o, andaba a pasos r-pidos,

    pero no ner!iosos, $ sus o+os tenan la rara facultad de pasmarse $ absorber toda laesencia de a&uello &ue #l deseaba !er, de lo &ue de !eras le interesaba. Su cabe1a tenaun aire parecido a a&uel &ue tienen las de los toreros, aire de !i!acidad e independencia,al acer el pasello. Fernande era una mu+er alta $ ermosa, &ue a&uella noce lle!abaun sombrero mara!illoso, mu$ grande, $ un !estido &ue se !ea, a todas luces, &ue eranue!o. 3os dos parecan bastante agitados. Pablo di+o4 53o siento infinito, t $a sabes,Gertrude, &ue nunca llego tarde, pero resulta &ue Fernande esperaba &ue le tra+eran el!estido nue!o &ue se a eco para ir al !ernissage de ma(ana, $ el !estido no llegaba.6%iss Stein di+o4 5Bueno, el caso es &ue ab#is llegado, $ $a sabes &ue, trat-ndose de ti,#l@ne no se enfadar-.6 : todos !ol!imos a sentarnos. :o estaba al lado de Picasso,&ue guardaba silencio, $, poco a poco, fue recobrando la tran&uilidad. Alf$ di+o unas

    cuantas frases amables a Fernande, &uien tampoco tard' en recobrar la calma $ laplacide1. 9n poco m-s tarde di+e a Picasso, en un murmullo, &ue me gustaba muco elretrato de Gertrude Stein &ue #l aba pintado. : Picasso contest'4 5S, todo el mundodice &ue no se parece, pero esto carece de importancia, $a se parecer-.6 3acon!ersaci'n se anim' al centrarse en la inauguraci'n del sal'n 5independent6, &ue erael gran acontecimiento del a(o. Todos estaban interesados en los esc-ndalos &ue se

    produciran $ los &ue no se produciran. Picasso nunca e0pona sus obras, pero susseguidores s lo acanE corran mucos rumores acerca de la reacci'n &ue pro!ocaran $se albergaban grandes esperan1as $ temores.

    %ientras tom-bamos el caf# omos pasos en el patio, pasos de muca gente."ntonces, miss Stein se le!ant', $ di+o4 5Seguid, $ no os apresur#isE $o me encargar# derecibirles.6 : se fue.

    Cuando entramos en el taller $a aba all muca gente. Algunos formaban grupos,otros pare+as, $ los aba &ue estaban solos, pero todos miraban $ miraban, GertrudeStein, sentada +unto a la estufa, ablaba $ escucaba, $, de !e1 en cuando, se le!antaba

    para abrir la puerta, o para ir de un grupo a otro $ ablar $ escucar. Por lo general, missStein abra la puerta inmediatamente despu#s de or el golpe dado con los nudillos, $ laf'rmula con &ue reciba a los reci#n llegados era 5De $a ar8 de 5( )e"e9-)o%:6, esdecir, 5I2ui#n le presentaJ6 "n realidad la entrada era libre, pero en Pars eraimprescindible emplear una f'rmula u otra, $ la pregunta de miss Stein no era m-s &ueuna ficci'n, como si esperase &ue todos los !isitantes mencionaran el nombre de &uien

    les aba dico &ue en el taller podran !er una e0posici'n. "ra un simple formalismo,cual&uiera poda entrar, $ como sea &ue, en a&uellos tiempos, los cuadros e0puestoscarecan de !alor en mercado, $, adem-s, conocer a los dem-s asistentes no constituaun signo de distinci'n social, tan s'lo acudan a&uellas personas &ue sentan genuinointer#s. As &ue, tal como les iba diciendo, cual&uiera poda entrar, pero se obser!aba elformalismo antes dico. %iss Stein, al abrir la puerta di+o como de costumbre4 5I2ui#nle a in!itadoJ6 $ entonces omos una !o1 indignada &ue contestaba4 5 9sted misma,madame6 Se trataba de un ombre +o!en, a &uien Gertrude Stein aba conocido enalgn lugar, con &uien aba sostenido una larga con!ersaci'n, a &uien aba in!itadocordialmente, $ a &uien aba ol!idado casi de inmediato.

    Pronto la abitaci'n estu!o atestada. aba grupos de pintores $ escritores

    ngaros, debido, probablemente, a &ue en cierta ocasi'n un ngaro !isit' el taller $luego aba difundido su e0istencia a lo largo $ anco de toda ungra, por lo &ue los

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    ombres +'!enes de los pueblecitos ngaros, especialmente los dotados de ambiciones,aban odo ablar de la casa nmero K> de la rue de Fleurus $ la ma$or ilusi'n de su!ida era llegar a !isitarla, lo cual algunos de ellos lograron. Siempre estaban all, losaba de todos los tama(os $ formas, de los m-s distintos grados de ri&ue1a $ de

    pobre1a, algunos de ellos eran encantadores $ otros rudos, $, de !e1 en cuando, acuda

    alguna &ue otra campesina mu$ ermosa. Tambi#n aba grandes cantidades dealemanes, &ue no go1aban de demasiadas simpatas debido a &ue &ueran !erlo todo,incluso los cuadros &ue Gertrude Stein tena guardados en otro sitio, $ adem-s solanromper cosas, $ Gertrude Stein siempre a tenido debilidad por las cosas &ue se rompen$ siente orror acia las personas &ue coleccionan cosas &ue no se rompen. Tambi#naba un grupito de americanos. A !eces %ildred Aldric traa a un grupo, otras ibaSa$en, el electricista, o algn pintor, u ocasionalmente, acuda algn estudiante dear&uitectura. : tambi#n estaban los asiduos, como miss %ars $ miss S&uires, a &uienes,despu#s, Gertrude Stein inmortali1ara en una de sus obras ba+o los nombres de missFurr $ miss Skeene. A&uella primera noce, miss %ars $ $o ablamos de un tema &ue,entonces, era una no!edad4 el ma&uilla+e del rostro. A miss %ars le interesaban los

    tipos, $ saba &ue e0ista el tipo de +e,,e dora8()e, +e,,e d

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    Para &ue se sintieran a gusto, lo colo&u# a cada uno delante de su propio cuadro, a fin de&ue pudiera !erlo en todo instante $ as el ombre se sintiera a gusto, $ todos sesintieron tan a gusto &ue se nos acab' el pan $ tu!imos &ue pedir m-s. Cuando cono1caa los franceses se dar- cuenta de &ue eso del pan significa &ue los comensales se sentana gusto $ eran felices, por&ue los franceses no pueden comer ni beber sin pan. :

    tu!imos &ue mandar a buscar m-s pan dos !eces. Nadie se dio cuenta del truco ese deponer a cada pintor ante su cuadro, nadie sal!o %atisse, e incluso #l se dio cuentacuando se iba, $ entonces di+o &ue esto demostraba &ue $o era una mu+er peligrosa $con malas intenciones.6 %atisse se ri' $ di+o4 5Bueno, $a s# &ue para usted,mademoiselle Stein, el mundo es como el escenario de un teatro, pero a$ escenarios $escenarios, $ cuando escuca con tanta atenci'n lo &ue le digo $ resulta &ue no a$ talatenci'n, por&ue no se entera ni de media palabra de lo &ue le digo, entonces pienso &uees usted una mu+er de malas intenciones.6 "ntonces, los dos comen1aron a ablar del!ernissage del 5independent6, como acan todos los circunstantes, tema del &ue $o nosaba nada. Pero poco a poco, m-s tarde, llegu# a conocer la istoria de los cuadros $ delos pintores $ de sus discpulos, de todo lo cual pienso ablarles, $ tambi#n pude

    comprender el significado de a&uella con!ersaci'n &ue escuc# mi primera noce encasa de Gertrude Stein.

    7espu#s fui a parar en las cercanas de Picasso, &ue estaba solo $ meditati!o. Sedirigi' a m, $ me di+o4 5I9sted cree &ue de !eras me pare1co al presidente 3incolnJ6A&uella noce, $o aba pensado en mucas cosas, pero no en esto. Picasso prosigui'45Gertrude6 L$, aora, $o &uisiera poder e0presarles cu-nto afecto $ confian1a ponaPicasso en la pronunciaci'n del nombre de miss Stein, igual &ue miss Stein cuandollamaba Pablo a PicassoE $ esta manera de pronunciar sus nombres nunca sufri'alteraci'n a lo largo de los mucos a(os de amistad entre los dos, pese a los perodos dediscordia $ complicaciones &ue en ellos se dieronM 5Gertrude me ense(' una fotografadel presidente 3incoln, $ desde entonces e procurado peinarme como #l, para

    parecerme, $ creo &ue !erdaderamente mi frente aora se parece a la de 3incoln.6gnoraba si Picasso ablaba en serio o no, pero procur# seguirle la corriente. "n a&uelentonces, toda!a no aba comprendido cu-n norteamericana era Gertrude Stein.7espu#s, cuando me enter#, sola embromarla dici#ndole &ue pareca un general decual&uiera de los dos bandos de la Guerra de Secesi'n, $ un general de los dos bandos ala !e1. Gertrude Stein conser!aba una colecci'n de fotografas, mu$ interesantes en suma$ora, de la Guerra de Secesi'n, &ue, de !e1 en cuando, contemplaba en compa(a dePicasso. "ntonces Picasso se acordaba repentinamente de la guerra entre "spa(a $ los"stados 9nidos, $ se mostraba mu$ patriota $ amargado $ agresi!o, $, entonces,Gertrude Stein $ Picasso comen1aban a decirse cosas mu$ desagradables de sus

    respecti!os pases. Pero a&uella primera noce ignoraba cuanto les acabo de decir, $ melimit# a ser amable con todo el mundo, $ eso fue todo.3a !elada tocaba a su fin. Todos se iban, $ todos seguan ablando del !ernissage

    del 5ind#pendent6. Tambi#n $o me fui, tras conseguir una in!itaci'n al !ernissage. : deesta manera acab' una de las noces m-s importantes de mi !ida.

    Fui al !ernissage acompa(ada de una amiga, $a &ue la in!itaci'n era para dos.3legamos a primera ora. %e aban dico &ue fuera temprano por&ue, de lo contrario,no podra !er nada, $ tampoco podramos sentarnos, $ a mi amiga le gustaba sentarse.

    Nos dirigimos al edificio pro!isional, especialmente construido para esta e0posici'n. "nFrancia se pasan la !ida organi1ando cosas pro!isionales, &ue deben durar un da o mu$

    pocos das, $ luego las desmontan $ lo de+an todo como antes. "l ermano ma$or de

    Gertrude Stein siempre deca &ue el cr'nico pleno empleo, o ausencia de desempleo, enFrancia se deba a la gran cantidad de obreros dedicados a construir $ derribar edificios

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    pro!isionales. Pues fuimos al edificio pro!isional, ba+o $ mu$, mu$ largo, &ue todos losa(os se construa para albergar la e0posici'n de los independientes. Cuando, despu#s dela guerra, o poco antes, no recuerdo, a los independientes les asignaron un lugar

    permanente en la gran sala de e0posiciones, le Grand Palais, la e0posici'n perdi'mucsimo inter#s. Al fin $ al cabo, lo &ue ma$or importancia tena era su espritu

    a!enturero. "l largo $ ba+o edificio pro!isional estaba inundado por la ermosa lu1 dePars."n tiempos anteriores, mu$ anteriores a esos de los &ue ablo, en los tiempos de

    Seurat, los independientes celebraban su e0posici'n en un edificio con goteras, $,cuando llo!a, la gente se mo+aba. Fue precisamente debido a esto &ue Seurat cogi' sufatal resfriado, mientras colgaba los cuadros en a&uel edificio. Aora no llo!a. "l daera espl#ndido $ nos sentamos optimistas. A3 entrar, nos dimos cuenta de cu-ntemprano abamos llegado, $a &ue casi fuimos los primeros !isitantes. Pasamos de unaa otra sala, $, francamente, no sabamos distinguir &u# cuadros tenan !erdadero !alorartstico segn el criterio de las gentes &ue atestaron el taller de miss Stein, la noceanterior, $ &u# cuadros eran nicamente intentos de estos ombres a &uienes en Francia

    se llama pintores de domingo, obreros, pelu&ueros, !eterinarios $ !isionarios &ue tans'lo pintan un da a la semana, es decir, el da en &ue no est-n obligados a traba+ar. edico &ue no sabamos distinguir una cosa de otra, pero &ui1- no, &ui1- s sabamos.Aun&ue, desde luego, no supimos distinguirlo en cuanto aca referencia a 8ousseau.All aba un enorme 8ousseau &ue fue el esc-ndalo de la e0posici'nE se trataba de uncuadro con los retratos de dignatarios de la 8epblica francesa, &ue aora es propiedadde Picasso. Pues no, con respecto a esta pintura no supimos darnos cuenta de &ue era ungran cuadro $ &ue, como #l@ne deca, llegara al 3ou!re. Si la memoria no me esinfiel, tambi#n aba una e0tra(a pintura debida al mismo aduanero 8ousseau, &ue eracomo una especie de !isi'n apote'sica de Guillaume Apollinaire, con una anciana%arie 3aurencin, situada tras #l a modo de musa inspiradora. 7e este cuadro tampocoubiera dico &ue era una obra de arte seria. 7esde luego, en a&uellos tiempos, no sabanada de Guillaume Apollinaire ni de %arie 3aurencin, pero m-s adelante les dir#mucas cosas de ellos. Proseguimos $, entonces, !imos un %atisse. Bueno Al finsabamos &u# era lo &ue tenamos ante nuestra !ista :a abamos logrado identificarlos %atisses, con s'lo ecarles la !ista encima $ nos produca gran placercontemplarlos, $ sabamos &ue est-bamos ante un arte aut#ntico e importante $ermoso. Se trataba de una gran figura de mu+er, &ue $aca entre cactos. : este cuadro

    pasara, al terminar la e0posici'n, a la casa de la rue de Fleurus. All, un da, el i+o delportero, &ue tena cinco a(os $ !isitaba mu$ a menudo a Gertrude Stein, &uien le tenagran cari(o, corri' acia ella, &ue se encontraba en la puerta del taller $ le cogi' en

    bra1os, $, entonces, el ni(o mir' acia dentro, por encima del ombro de miss Stein, $e0clam' entusiasmado, mirando el cuadro de %atisse4 5?, l, l, &u# espl#ndidocuerpo de mu+er6 %iss Stein siempre contaba esta an#cdota cuando un !isitantedesconocido preguntaba con esa agresi!idad propia de los desconocidos, mientrasmiraba el cuadro en cuesti'n4 5I: eso &u# pretende representarJ6

    Seguimos adelante, $ pasamos por mucas salas, $ en las salas aba mucoscuadros, $ llegamos a la sala central, en la &ue aba un banco como los de los +ardines,$, como !imos &ue iba entrando gente, nos sentamos en el banco para descansar.

    Sentadas all, mir-bamos a todos los &ue entraban $ salan. "ran persona+es de la!ida boemia, e0actamente tal como los abamos !isto en los escenarios teatrales, $resultaba mara!illoso contemplarlos en carne $ ueso. : entonces, alguien puso su

    mano sobre nuestros ombros $ omos una carca+ada. "ra Gertrude Stein. Nos di+o4 5Sean sentado ustedes en el me+or sitio.6 : nosotras preguntamos4 5IPor &u#J6 Gertrude

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    Stein contest'4 5Por&ue a&u, ante ustedes, est- lo m-s importante.6 %iramos $ s'lopudimos !er dos grandes cuadros &ue se parecan muco, pero &ue no eran e0actamenteiguales, Gertrude Stein nos di+o &ue uno era un 7erain $ el otro un Bra&ue. Se trataba dedos raras composiciones con figuras e0tra(amente formadas, como si fuesen blo&ues demaderaE si no recuerdo mal, en uno se !ea algo parecido a un ombre $ una mu+er, $ en

    el otro tres mu+eres. Sin de+ar de rer, miss Stein di+o4 5Bien...6 Nosotras est-bamosdesconcertadas, abamos !isto tantas cosas raras, en a&uella e0posici'n, &ue loscuadros &ue tenamos ante nuestra !ista no nos parecan m-s raros &ue los dem-s."ntonces, Gertrude Stein se sumergi' en un denso grupo en el &ue todos parecan mu$e0citados $ con grandes ganas de ablar. 8econocimos a Pablo Picasso $ a Fernande, $cremos reconocer a otros, $ todos ellos parecan interesadsimos en los dos cuadros, porlo &ue nosotras decidimos no mo!ernos del banco. 7espu#s de bastante rato, GertrudeStein !ol!i', $ en esta ocasi'n se encontraba, e!identemente, muco m-s e0citada $di!ertida. Se inclin' ante nosotras $, solemnemente, nos di+o4 5I2uieren tomarlecciones de franc#s...J6 Pues s, le di+imos &ue s nos gustara. %iss Stein nos di+o &ueFernande nos dara lecciones de franc#s, &ue fu#semos a su encuentro $ le di+#ramos

    &ue dese-bamos ardientemente tomar lecciones de franc#s. "ntonces le preguntamos&ue por &u# tena &ue darnos Fernande lecciones de franc#s. Pues por&ue Fernande $Pablo aban decidido separarse para siempre +am-s. :o di+e4 5Supongo &ue esto loabr-n decidido antes de &ue les conociera, no entre a$er $ o$.6 : miss Stein di+o45Bueno, lo &ue pasa es &ue Pablo cree &ue cuando uno ama a una mu+er est- obligado adarle dineroE $ claro, cuando uno decide de+ar a una mu+er est- obligado a esperar astatener dinero &ue darle, en cantidad suficiente. ollard acaba de comprarle su taller, $aora Picasso tiene suficiente dinero para separarse de Fernande, $ piensa darle la mitadde lo &ue a cobrado. Fernande &uiere al&uilar una abitaci'n para ella sola $ darlecciones de franc#s, $ a es donde entr-is !osotras en escena.6 "ntonces, la amiga &ueiba conmigo, &ue era mu$ curiosa, pregunt' &u# tena &ue !er a&uello con los doscuadros &ue tenamos delante. Gertrude Stein solt' una carca+ada, encogi' los ombros,di+o4 5Nada.6 : se fue.

    7espu#s les contar# toda la istoria de este asunto, segn me la contaron, pero, porel momento, debo ir al encuentro de Fernande $ pedirle &ue me d# lecciones de franc#s.

    %e puse a pasear por la sala $ a mirar a mi alrededor. /am-s ubiera imaginado&ue pudiera aber tantas distintas especies de ombres dedicados a pintar cuadros $ amirarlos. "n Norteam#rica, incluso en San Francisco, sola !er a mucas mu+eres $ aalgunos ombres en las salas de e0posiciones, pero a&u aba ombres, ombres,ombres, algunos acompa(ados de mu+eres, pero lo m-s frecuente era !er a tres o cuatroombres con una mu+er, $ a !eces cinco o seis ombres con una mu+er. %-s tarde me

    acostumbr# a esta proporci'n de mu+eres en los grupos de ombres. "n uno de estosgrupos de cinco o seis ombres $ dos mu+eres, !i a los Picasso, es decir, !i a Fernandeen uno de sus ademanes caractersticos4 el dedo ndice, con anillos, al1ado en el aire.Segn supe despu#s, Fernande tena el ndice napole'nico tan largo, si no un poco m-slargo, como el dedo medio, $ cuando Fernande estaba animada, lo cual ocurra mu$raras !eces por&ue era de natural indolente, siempre al1aba el ndice en el aire. 7ecidesperar un poco antes de unirme al grupo, en el &ue Fernande, en un e0tremo, $ Picasso,en el otro, eran los dos centros de atracci'n. Pero al fin, reun todo mi !alor $ fui aciaFernande para e0presarle mis deseos. Fernande contest' amablemente4 5S, s, Gertrudeme a ablado de eso $ tendr# un gran placer en darle lecciones de franc#s, a usted $tambi#n a .su amiga. Aora, en los pr'0imos das estar# bastante ocupada con lo de la

    mudan1a, pero a fines de semana Gertrude piensa !isitarme, $ ustedes pueden !enir conella, $ entonces aremos tratos.6 Fernande ablaba en un franc#s mu$ elegante, no sin

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    emplear de !e1 en cuando giros propios de %ontmartre, &ue $o no siempre comprenda,pero Fernande aba cursado los estudios de magisterio, tena una !o1 mu$ agradable $era mu$, mu$ ermosa, con una piel mu$ bonita. "ra, desde luego, una mu+er grande,

    pero debido a su indolencia no lo pareca tanto como en realidad lo era, $ adem-s tenaesos bra1os finos $ redondeados &ue constitu$en una caracterstica faceta en la belle1a

    de las mu+eres francesas. Fue una !erdadera l-stima &ue se pusieran de moda las faldascortas, por&ue, asta &ue tal moda se impuso, una +am-s ubiera imaginado &ue lasmu+eres francesas tu!ieran, por lo general, las piernas tan robustas, $ una s'lo pensabaen la belle1a de sus bra1os finos $ redondeados. 7i+e a Fernande &ue ira a su casa conGertrude Stein, $ me ale+#.

    %ientras me diriga al lugar en &ue mi amiga estaba sentada, comenc# aacostumbrarme, no tanto a las pinturas, como a la gente &ue all aba. Comenc# acomprender &ue en los di!ersos tipos aba una nota uniforme. %ucos a(os despu#s, esdecir, ace pocos a(os, cuando /uan Gris, a &uien todos &ueramos muco, muri'Ldespu#s de Pablo Picasso, era el me+or amigo de Gertrude SteinM, o &ue miss Steindeca a Bra&ue, a cu$o lado estu!o durante el funeral4 5I2ui#nes son #sosJ a$

    mucsima gente a&u, tengo la impresi'n de conocerlos a todos, pero no s# &ui#nesson.6 A lo &ue Bra&ue contest'4 5Bueno, son todos los &ue sola usted !er en el!ernissage de los independientes $ en el Sal'n de ?to(o, a(o tras a(o. a !isto ustedsus caras dos !eces al a(o, $ por esto le parece &ue les conoce.6

    9nos die1 das despu#s del !ernissage de los independientes, Gertrude Stein $ $ofuimos a %ontmartre, por primera !e1 en mi !ida. :, desde entonces, no e de+ado deamar, ni un solo instante, a&uel para+e. Aora !amos all- de !e1 en cuando, $ siempree0perimento la misma sensaci'n de ternura $ curiosidad &ue e0periment# a&uel da. "raun lugar en el &ue una estaba siempre de pie en la calle, a !eces esperando algo, pero noesperando &ue algo ocurriera, sino s'lo por estar de pie all, en la calle. 3os abitantesde %ontmartre no solan sentarse, la ma$ora de ellos preferan &uedar en pie &ueutili1ar las sillas, $ es &ue las sillas de comedor francesas no in!itan a sentarse. Primerofuimos a !er a Picasso, $ luego a Fernande. A Picasso, aora, no le gusta ir a%ontmartre, no le gusta recordar %ontmartre, $ muco menos ablar de %ontmartre.ncluso ante Gertrude Stein se resiste a ablar de %ontmartre, all ocurrieronacontecimientos &ue irieron mu$ profundamente su orgullo espa(ol. Su !ida en%ontmartre termin' en la amargura $ el desencanto, $ pocas cosas a$ m-s amargas&ue el desencanto de los espa(oles.

    Pero, en a&uellos das, !i!a en %ontmartre, perteneca a %ontmartre, $ tena sucasa en la rue 8a!ignan.

    Fuimos a ?de'n, $ all cogimos el 'mnibus. Subimos al imperial del 'mnibus, de

    uno de a&uellos bonitos 'mnibus arrastrados por mulas, &ue con seguridad $ rapide1cru1aban Pars $ la de+aban a una en la Place Blance. All nos apeamos, $ subimos apie por una calle empinada, con tiendas de comestibles, llamada la rue 3epic. 7espu#sdoblamos una es&uina $ ascendimos por una calle toda!a m-s empinada. : asllegamos a la rue 8a!ignan, aora Place "mileHGondeau, &ue, pese al cambio de ladenominaci'n, sigue igual &ue antes, con pelda(os &ue conducan a una placitacuadrangular $ llana, con escasos arbolitos tiernos, en la &ue un ombre traba+aba en un

    banco de carpintero, +unto a una es&uina. Poco antes de terminar la escalinata aba uncafetn, donde los abitantes de la pla1a solan comer, $, en la pla1a, a la i1&uierda, seal1aba el edificio de madera, ba+o, en el &ue aba los estudios de los pintores, $ &uetoda!a se conser!a.

    Al entrar en la casa, subimos dos pelda(os, pasamos la puerta, &ue estaba abierta,cru1amos ante el estudio, a nuestra i1&uierda, en el &ue a(os despu#s /uan Gris !i!ira

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    tiempo &ue a(ada4 5Te consolar- un poco.6 Picasso abri' uno. Se trataba desuplementos dominicales de diarios norteamericanos, con istorietas infantiles. Con lasatisfacci'n en el rostro, Picasso e0clam'4 5?, oui, oui, merci, tanks, Gertrude.6 :nos fuimos.

    7espu#s, seguimos ascendiendo por las calles de %ontmartre.

    %iss Stein me pregunt'4 5I2u# opina de lo &ue a !isto asta el momentoJ65Bueno, e !isto unas cuantas cosas.6 Gertrude Stein di+o4 5S, no cabe la menor dudade &ue a !isto bastantes cosas. Pero Ise a dado cuenta de las relaciones &ue e0istenentre lo &ue a !isto $ los dos cuadros ante los &ue estu!o sentada durante tanto tiempo,en el !ernissageJ6 5S'lo me e dado cuenta de &ue los Picassos eran feos $ los otrosno.6 5"0actamente $, tal como di+o Pablo en cierta ocasi'n, cuando uno &uiere aceralgo resulta tan difcil el traba+o de acerlo &ue a !eces sale feo, pero a&uellos &ueacen el mismo traba+o, despu#s de &ue uno lo a eco $a, no tienen los problemas &ueatormentan al &ue lo ace por primera !e1, $ por esto pueden obtener resultados bonitos,$ por eso a todos los espectadores les gusta lo &ue acen los otros, cuando acen a&uello&ue uno a eco antes por primera !e1.6

    Seguimos adelante, doblamos otra es&uina, enfilamos una calle estreca, $ allentramos en una casita, donde preguntamos por mademoiselle Belle!all#e. Nos di+eron&ue sigui#ramos un corto corredor, llamamos a la puerta $ entramos en una estancia nimu$ amplia ni mu$ pe&ue(a, en la &ue aba una gran cama, un piano, una mesilla det#, Fernande $ dos mu+eres m-s.

    9na de ellas era Alice Princet. Pareca una !irgen, con o+os grandes $ ermosos, $el cabello mu$ bonito. 7espu#s, Fernande nos di+o &ue Alice era i+a de un obrero $ &uetena los pulgares grandes $ brutales &ue, como es bien sabido, suelen tener los obreros.Segn nos di+o Fernande, Alice lle!aba $a siete a(os con!i!iendo con Princet, &ue erafuncionario estatal, $ le aba sido fiel, durante estos a(os, al modo en &ue se guardafidelidad en %ontmartre, es decir, +am-s le aba abandonado en los malos momentos,especialmente cuando estu!o enfermo, pero tampoco se pri!' de di!ertirse por sucuenta. Aora, Alice $ Princet iban a casarse. Princet aba sido ascendido a +efe denegociado, se !era obligado a in!itar a su casa a sus compa(eros, los otros +efes denegociado $, por lo tanto, como es natural, estaba obligado a regulari1ar sus relacionescon Alice. Pocos meses despu#s se casaron $ fue en ocasi'n de este matrimonio &ue%a0 /acob pronunci' su famosa frase4 5"s mara!illoso pasarse siete a(os deseando auna mu+er, $ al fin poder poseerla.6 Picasso di+o algo muco m-s pr-ctico4 5"s absurdocasarse con el solo fin de poder di!orciarse.6 Frase &ue result' prof#tica.

    Casi inmediatamente despu#s de casarse, Alice conoci' a 7erain, $ 7erainconoci' a Alice. Fue lo &ue los franceses llaman o de +odre, un fleca1o. Se

    enamoraron locamente. Princet intent' acer caso omiso, pero al fin $ al cabo, aoraestaba casado con Alice, $ el asunto tena un cari1 diferente a los anteriores. Adem-s,Princet estaba furioso por primera !e1 en su !ida, $ en un momento de ira i1o tri1as el

    primer abrigo de pieles &ue Alice aba tenido en su !ida, el abrigo &ue compr' enocasi'n de su matrimonio. "sto fue lo &ue moti!' el desenlace de la istoria, $ seismeses despu#s de aber contrado matrimonio, Alice abandon' a Princet para noregresar +am-s. Alice $ 7erain comen1aron a !i!ir +untos, $ asta el presente no se anseparado. Siempre sent simpata acia Alice 7erain. aba en ella cierto sal!a+ismo,&ue &ui1- guardaba relaci'n con sus brutales pulgares, $ &ue, cosa curiosa, armoni1abamu$ bien con su rostro de !irgen.

    3a otra mu+er era Germaine Picot, tipo totalmente distinto al de Alice. "ra una

    mu+er seria, silenciosa $ espa(ola, tena los o+os cuadrados $ la mirada fi+a $ ciegapropia de las mu+eres espa(olas. "ra mu$ amable. "staba casada con el pintor espa(ol

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    Picot, &ue era un tipo adorableE tena la figura larga $ delgada, como la de a&uellosprimiti!os cristos de las iglesias espa(olas, $ cuando bailaba flamenco, lo cual i1otiempo despu#s, en el famoso ban&uete de 8ousseau, inspiraba en los espectadores interrible, atemori1ante, sentimiento religioso.

    Segn di+o Fernande, Germaine aba sido protagonista de mucas an#cdotas

    increbles $ e0traas. "n cierta ocasi'n aba lle!ado al ospital a m +o!en, &ue abaresultado erido en una pelea multitudinaria en un baile, $ al &ue sus compa(eros depandilla aban abandonado. Germaine lo defendi', $ luego lo lle!' al ospital.Germaine tena una multitud de ermanas, $ todas igual &ue ella, aban nacido $ seaban educado en %ontmartre. Ninguna de ellas tena el mismo padre, $ todas seaban casado con ombres de distintas nacionalidades, incluso con turcos $ armenios.%ucos a(os despu#s, Germaine padeci' una largusima enfermedad, durante la cualestu!o siempre rodeada de grandes cantidades de amigos &ue se preocupaban muco deella. Sentada en una silla, solan lle!arla al cine, $ con ella !ean las pelculas. "sto loacan una !e1 por semana, in!ariablemente. : me parece &ue toda!a lo acen.

    3a con!ersaci'n alrededor de la mesilla de t# de Fernande no result' animada,

    por&ue nadie tena nada &ue decir. "star all reunidos fue sin duda un placer, incluso unonor, pero nada m-s. Fernande se &ue+' un poco de &ue la mu+er de la limpie1a noaba la!ado debidamente las ta1as $ platos $ dem-s trastos para tomar el t#, $ tambi#ndi+o &ue comprar una cama $ un piano a pla1os era algo &ue tena sus aspectosdesagradables. 7e todos modos, ninguna de nosotras tena grandes cosas &ue decir.

    Al fin, Fernande $ $o llegamos a un acuerdo con respecto a las lecciones defranc#s. Pagara medio franco por ora, $ Fernande ira a mi casa para comen1ar laslecciones, dentro de dos das. Al t#rmino de la !isita, todas comen1amos a comportarnoscon ma$or naturalidad. Fernande pregunt' a miss Stein si tena algn suplemento dediario norteamericano, con istorietas infantiles. Gertrude Stein le contest' &ue se losaba dado a Picasso.

    Fernande se puso como una leona presta a defender a sus cacorros. 7i+o4 5"sto esuna brutalidad &ue +am-s le perdonar#. "ncontr# a Pablo en la calle, $ !i &ue lle!aba

    ba+o el bra1o uno de esos suplementos. 3e ped &ue me lo diera para distraerme un poco,$ se neg' con toda brutalidad. Fue una actitud cruel, &ue +am-s le perdonar#. : aora, te

    pido, Gertrude, &ue la pr'0ima !e1 &ue tengas suplementos de #sos me los des a m.6Gertrude Stein le di+o &ue s, &ue con muco gusto.

    Apenas ubimos salido, miss Stein me di+o &ue deseaba ardientemente &ue,cuando recibiera m-s suplementos con istorietas infantiles, Fernande $ Picasso $a seubieran reconciliado, por&ue si no se los daba a Pablo, organi1ara una bronca terrible,$ si no se los daba a Fernande, sera #sta la &ue armara el gran esc-ndalo. : termin'4

    5Bueno, creo &ue lo me+or ser- &ue diga &ue e perdido los suplementos esos, o &ueencargue a mi ermano &ue se los d# a Pablo.6Fernande lleg' puntualmente a mi casa, a la ora $ da pre!istos, $ comen1' su

    lecci'n. Como es natural, para tomar lecciones de franc#s es necesario con!ersar, $ ena&uel entonces Fernande tena tres temas de con!ersaci'n4 los sombreros, sobre los &ue$a no tenamos mucas cosas m-s &ue decirnosE los perfumes, sobre los &ue $aabamos dico cuanto aba &ue decir Lpero a este respecto debo se(alar &ue los

    perfumes constituan la debilidad de Fernande, $ &ue en ellos gastaba grandescantidades de dinero, asta el punto de aber escandali1ado a %ontmartre en unaocasi'n en &ue compr' un frasco de perfume llamado umo, por el precio de ocentafrancos, es decir, diecis#is d'lares de a&uellos tiempos, $ el perfume careca de

    perfume, de aroma, $ su nico m#rito consista en el color mara!illoso, en cu$a !irtudpareca &ue la botella contu!iera !erdaderamente umo l&uidoME el tercer tema de

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    con!ersaci'n de Fernande era las pieles $ sus di!ersas clases. Segn ella aba trescategoras de pieles, en la primera estaba la cibelina, en la segunda el armi(o $ lacincilla, $ en la tercera el 1orro $ la ardilla. A&uello fue lo m-s sorprendente &ue o enPars, en a&uella #poca. 2ued# realmente confusa. 3a cincilla en segunda categora,la ardilla considerada como si fuese una piel de !eras, $ ni si&uiera mencionaba la piel

    de focaAdem-s de lo dico, tan s'lo abordamos otro tema, el de los nombres de las ra1asde perro, &ue entonces estaban de moda. "ste era el tema &ue $o dominaba. 7espu#s deaber dado $o la descripci'n de un determinado tipo de perro, Fernande dud', $, al fin,se le iluminaron los o+os4 5A, s "s un perro belga llamado griffon.6

    : as eran las clases. Como e dico, Fernande era mu$ ermosa, pero un pocolenta $ mon'tona, por lo &ue $o propuse &ue me diera las clases fuera de casa, en unsal'n de t#, o paseando por %ontmartre. 7e esta manera, todo comen1' a marcarmuco me+or, $ Fernande comen1' a contarme cosas. Conoc a %a0 /acob, $ resultabamu$ di!ertido !er a Fernande $ a %a0 /acob +untos. Se portaban como si se cre$eranuna pare+a de cortesanos del Primer mperioE #l, como un anciano mar&u#s, besaba la

    mano de Fernande, $ le diriga refinados cumplidos, &ue Fernande reciba como si fuerala emperatri1 /osefina. 3a escena resultaba un poco caricaturesca, pero mara!illosa.7espu#s, Fernande me abl' de una orrible mu+er llamada %arie 3aurencin, &ue alablar emita ruidos propios de un animal, $ a &uien Picasso no poda ni !er. Cre &ue%arie 3aurencin sera una !ie+a orrible, $ me lle!# una agradable sorpresa al conocerla$ !er &ue %arie era una mu+er mu$ 5cic6 &ue pareca un Clouet. %a0 /acob interpret'mi or'scopo, lo cual fue un gran onor, $a &ue me lo dio por escrito. "ntonces no meenter# del onor &ue esto supona, pero despu#s, muco m-s tarde, e sabido, a tra!#sde esa gente +o!en &ue aora tanto admira a %a0 /acob, &ue nunca escriba susor'scopos, sino &ue se limitaba a comunicarlos oralmente, $ cuando estos +'!enes seenteraron de &ue me lo dio por escrito se &uedaron mu$ impresionados $ astaasombrados. Bueno, el caso es &ue lo escribi' $ lo conser!o.

    Fernande tambi#n me cont' mucas istorias sobre an 7ongen $ su esposaolandesa $ su i+a. an 7ongen llam' por primera !e1 la atenci'n del pblico gracias aun retrato &ue i1o a Fernande. Con este retrato, an 7ongen cre' el tipo de belle1a cono+os almendrados &ue, arias m-s tarde, tan de moda se pondra. Pero los o+osalmendrados de Fernande eran naturales, $a &ue en ella, para mal o para bien, todo eranatural.

    7esde luego, an 7ongen nunca reconoci' &ue el cuadro a &ue me e referidofuese un retrato de Fernande, pese a &ue #sta pos' para el pintor, lo cual cre' unasituaci'n mu$ tensa entre el pintor $ la modelo. "n a&uellos tiempos, tambi#n an

    7ongen era pobre, $ su olandesa esposa era !egetariana, por lo &ue se alimentaban tans'lo con espinacas. A menudo, an 7ongen aca una escapada a un establecimiento de%ontmartre donde las cicas &ue en #l traba+aban lo in!itaban a comer $ a beber.

    3a i+a de an 7ongen tena cuatro a(os, pero $a era un ser temible. an 7ongensola acer +uegos acrob-ticos con ella, $ la coga por una pierna $ la !olteaba porencima de su cabe1a. Cuando esta criatura abra1aba a Picasso, a &uien tena inmensocari(o, casi le destro1aba, $ Picasso la tema.

    Tambi#n me enter# de mucas an#cdotas de Germaine Picot $ del circo al &ueiba para procurarse amantes, $ de otras mucas istorias, pasadas $ presentes, de la !idade %ontmartre. 3a propia Fernande tena un tipo ideal al &ue admiraba. Se trataba de"!el$n TaO, la erona popular del momento. : Fernande la adoraba del mismo modo

    &ue la generaci'n siguiente admirara a %ar$ Pickford. "!el$n TaO era rubia, p-lida $e!anescente. : Fernande, al pensar en ella, no poda e!itar un suspiro de admiraci'n.

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    3a pr'0ima !e1 &ue !i a Gertrude Stein, me pregunt' de un modo brusco siFernande toda!a lle!aba pendientes. 3e contest# &ue no lo saba. : miss Stein me di+o45Pues f+ese.6 Cuando !ol! a !er a Gertrude Stein le di+e &ue s, &ue Fernande segualle!ando los pendientes. A lo &ue miss Stein coment' &ue no de+aba de ser fastidioso

    por&ue, como fuere &ue Picasso no tena a nadie en su estudio, no poda pasarse el da

    encerrado en #l. Al cabo de una semana pude decir a Gertrude Stein &ue Fernande $a nolle!aba los pendientes. : Gertrude Stein di+o4 5Bueno, me alegro. "sto indica &ue $a nole &uedan ni cinco c#ntimos, $ &ue la separaci'n a terminado.6 : as fue. 9na semanadespu#s, cenaba con Fernande $ Pablo, en la casa de la rue de Fleurus.

    ?bse&ui# a Fernande con una bata cina &ue me aban trado de San Francisco, $Pablo me dio un espl#ndido dibu+o.

    : aora les !o$ a contar c'mo fue &ue dos norteamericanas se encontraron en elmismsimo centro de un mo!imiento artstico del &ue, en a&uel entonces, el resto delmundo nada saba.

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    III

    GERTRUDE STEIN EN PARIS, DESDE 1903 HASTA 1907

    7urante los dos ltimos a(os de

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    sintieron un gran orgullo al !er sus nombres impresos. %-s tarde, cuando ollardescribi' su obra sobre C#1anne, siguiendo el conse+o de Gertrude Stein mand' une+emplar a %cBride. Gertrude Stein di+o a ollard &ue con toda seguridad alguno de losgrandes diarios de Nue!a :ork dedicara una p-gina entera a su libro. ollard no locre$', por&ue esto era algo &ue a ningn parisi#n le aba ocurrido +am-s. Pero ocurri'.

    : ollard &ued' profundamente conmo!ido $ contento asta el punto de &ue no a$palabras &ue puedan e0presarlo. Pero !ol!amos a a&uella primera !isita.3os ermanos Stein di+eron a monsieur ollard &ue deseaban !er algunos paisa+es

    de C#1anne, $ &ue monsieur 3oeser, de Florencia, les aba recomendado a #l. ollardse puso la mar de contento, di+o &ue s, $ comen1' a buscar por la estancia. Finalmentedesapareci' tras una especie de rebotica, $ los ermanos Stein o$eron sus pasosascendiendo unos pelda(os. 7espu#s de esperar largo rato, !ieron reaparecer a ollard,&ue lle!aba en la mano un pe&ue(o lien1o, en el &ue se !ea una man1ana, $ el resto sin

    pintar. 3os ermanos Stein contemplaron detenidamente a&uel cuadro, $ luego di+eron&ue ellos estaban principalmente interesados en !er paisa+es. ollard suspir'4 5A, s,claro...6, $ su contento pareci' subir de punto. ol!i' a desaparecer, $ reapareci' con

    un cuadro &ue representaba una espalda. Se trataba, sin duda alguna, de una ermosaobra de arte, pero los ermanos Stein toda!a no aban llegado a apreciar debidamentelos desnudos de C#1anne, as es &ue !ol!ieron al ata&ue. 2ueran !er un paisa+e. "n estaocasi'n, $ tras acerse esperar toda!a m-s, ollard regres' tra$endo una gran tela, conun minsculo fragmento de paisa+e pintado en ella. 3os ermanos Stein di+eron &ue s,&ue a&uello era lo &ue &ueran !er, pero &ue en realidad preferan &ue ollard lesense(ara una tela m-s pe&ue(a, pero totalmente pintada. S, di+eron &ue &ueran !er algoas, como lo &ue acababan de decir. 3o &ue esto$ relat-ndoles tu!o lugar al anocecerde uno de los das del temprano in!ierno parisi#n, $ en a&uel momento ba+' una mu+erde limpie1a, cru1' la estancia, murmur'4 5Bo"%o(r ,e%%(er% e8 ,e%da,e%6, $ sali' a lacalle. Segundos despu#s, ba+aba otra mu+er de limpie1a, murmuraba4 5Bo"%o(r,e%%(er% e8 ,e%da,e%6, $ sala a la calle. "ntonces Gertrude Stein se ec' a rer $ di+oa su ermano4 5Nada, a&u no a$ C#1annes. 3o &ue pasa es &ue ollard sube esasescaleras, les dice a estas mu+eres &ue pinten algo, ba+a con lo &ue an pintado, $ esto estodo. ollard no comprende lo &ue nosotros le decimos, las mu+eres no comprenden lo&ue ollard les dice, ollard ba+a con cual&uier cosa $... a !a el C#1anne6 3os dosStein se ecaron a rer a grandes carca+adas. Cuando recobraron la seriedad, !ol!ieron ainsistir en &ue &ueran !er un paisa+e de C#1anne. 7i+eron &ue &ueran !er uno dea&uellos mara!illosos paisa+es amarillentos $ soleados de Ai0HenHPro!ence, de los &ue3oeser tena !arios e+emplares. 9na !e1 m-s, ollard desapareci' $, en esta ocasi'n,regres' con un pe&ue(o, pero mara!illoso paisa+e !erde. "ra mu$ ermoso, la pintura

    cubra por entero la tela, su precio no era mu$ ele!ado, $ los Stein lo compraron.7espu#s, ollard e0plic' a cuantos &uisieron escucarle, &ue le aban !isitado dosamericanos medio ciflados &ue no acan m-s &ue rer, lo cual le aba molestadomuco, pero &ue, poco a poco, descubri' &ue los ciflados americanos comprabandespu#s de aber redo, $, por eso, #l esperaba pacientemente a &ue los dos clientesterminaran de rer.

    7esde entonces, los ermanos Stein acudieron mu$ a menudo a la tienda deollard. Pronto ad&uirieron el pri!ilegio de poder buscar $ rebuscar entre las pilas detelas las obras &ue deseaban. Compraron un pe&ue(o 7aumier, &ue representaba lacabe1a de una !ie+a. Comen1aron a interesarse en los desnudos de C#1anne, $, al fin,ad&uirieron dos telas, tambi#n pe&ue(as, en las &ue aparecan desnudos agrupados.

    "ncontraron un %anet, mu$, mu$ pe&ue(o, en blanco $ negro, con la imagen de Forainen primer t#rmino, $ tambi#n lo compraron. "ncontraron dos pe&ue(os 8enoirs... %u$ a

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    menudo los ermanos Stein compraban dos cuadros, $a &ue a !eces a Gertrude uncuadro le gustaba m-s &ue el &ue m-s gustaba a su ermano, o al re!#s. : as pas' a&uela(o. "n prima!era, ollard anunci' &ue se dispona a organi1ar una e0posici'n de obrasde Gauguin, $ as fue como los ermanos Stein !ieron por !e1 primera obras de esteartista. No eran cuadros bonitos, pero a los Stein, cuando se acostumbraron a ellos, les

    gustaron, $ compraron dos. A Gertrude Stein le gustaban los girasoles de Gauguin, perono sus figuras, $ el ermano prefera las figuras. Aora, cual&uiera dira &ue los Stein segastaban fortunas en cuadros, pero la !erdad es &ue, en a&uellos das, estas telas no erancaras. : as lleg' el in!ierno.

    Poca era la gente &ue frecuentaba la tienda de ollard, pero en una ocasi'nGertrude Stein o$' all una con!ersaci'n &ue la deleit' en e0tremo. 7uret era unombre popular en Pars. "n a&uellos tiempos tena $a una edad mu$ a!an1ada, peroconser!aba una e0celente apostura. 7uret aba sido amigo de ;istler, $ #ste le aba

    pintado un retrato en el &ue se le !ea !estido de gala, para ir a la 'pera, con una capablanca al bra1o. Pues 7uret se encontraba en la tienda de ollard $ ablaba con ungrupo de +'!enes entre los &ue se encontraba 8oussel, perteneciente al grupo de los

    impresionistas, en el &ue tambi#n militaban Bonnard $ uillard, $ 8oussel di+o algolament-ndose de &ue no se les reconociera, a #l $ a sus amigos, el m#rito artstico &ueen realidad merecan, $ de &ue ni si&uiera se les permitiera e0poner sus obras en elsal'n. 7uret le dirigi' una amable mirada, $ le di+o4 52uerido amigo, no ol!ide +am-s&ue a$ dos clases de arte. Por una parte, est- el arte oficial, $, por otra, est- el arte pura$ simplemente. IC'mo puede usted pretender, +o!en amigo, &ue le consideren como aun artista oficialJ F+ese en &ui#n es usted. Si un importante persona+e !iene a Francia $desea conocer a los pintores m-s representati!os del pas, para &ue uno de ellos le agaun retrato, entonces, mi +o!en amigo, f+ese en s mismo un poco, f+ese en &ui#n es $ enc'mo es, $ comprender- &ue su sola presencia aterrori1ara al importante persona+e.9sted es un ombre simp-tico, agradable, inteligente, pero el importante persona+e no le

    +u1gara as, sino &ue, al contrario, le parecera un elemento terrorfico. No, esa clase degente buscan al pintor representati!o, al pintor de talla media, m-s bien obeso, no mu$

    bien !estido, pero !estido tal como corresponde a su clase social, &ue no sea cal!o nitampoco con melenas cuidadosamente peinadas, $ &ue sepa acer respetuosas $ dignasre!erencias. Como puede !er, no es usted el tipo adecuado. As es &ue no !uel!a a decirni media palabra acerca del reconocimiento oficial de sus m#ritos, $ si por casualidad sele escapa alguna frase al respecto, !a$a corriendo a mirarse al espe+o, $, al mismotiempo, piense en los persona+es importantes. No, no, mi +o!en amigo4 una cosa es elarte, $ otra el arte oficial. As a sido siempre, $ siempre ser- as.6

    Antes de &ue el in!ierno terminara, Gertrude Stein $ su ermano decidieron dar un

    paso m-s atre!ido en su carrera de compradores de cuadros, $ comprar un C#1annegrande. : despu#s de esta ad&uisici'n, de+aran de comprar obras pict'ricas. ? me+ordico, se comportaran con m-s mesura en esta materia. Gertrude Stein $ su ermanocon!encieron a su ermano ma$or de &ue el dinero &ue comportaba la compra del talC#1anne era absolutamente necesario, $ en realidad as fue, como pronto !eremos.7i+eron a ollard &ue &ueran comprar un retrato pintado por C#1anne. "n a&uellos dastoda!a no se aba !endido ningn retrato grande, pintado por el artista de Ai0HenHPro!ence. ollard se sinti' mu$ alagado cuando los Stein le icieron esta petici'n. 3oslle!' a a&uella abitaci'n, tras la rebotica, a la &ue se llegaba tras subir unos pelda(os, $en la &ue Gertrude Stein cre$' &ue las mu+eres de la limpie1a pintaban C#1annes. 3osStein tardaron !arios das en decidir &u# retrato comprar. aba oco o nue!e, $ la

    elecci'n resultaba difcil. Con frecuencia, los Stein se !ieron obligados a salir de latienda, e ir a cobrar -nimos comiendo pastelillos de miel, en la confitera de Fou&uet. Al

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    fin, redu+eron la elecci'n entre dos cuadros tan s'lo4 un retrato de ombre $ otro demu+er. Pero en esta ocasi'n no tenan fondos suficientes para comprar las dos telas, $ sedecidieron por el retrato de mu+er.

    Como es natural, ollard di+o &ue un retrato de mu+er es siempre m-s caro &ue unretrato de ombre, pero, mirando cuidadosamente la tela, a(adi'4 5Sin embargo, creo

    &ue en el caso de C#1anne eso carece de importancia.6 "n un ta0i se lo lle!aron a casa."ste es el cuadro del &ue Alf$ %aurer sola e0plicar &ue se trataba de una obra acabada,$ &ue la demostraci'n de ello estribaba en &ue estaba enmarcada. Fue una compraimportante, $a &ue Gertrude Stein escribi' su Three L()e%contemplando el cuadro cadados por tres.

    A modo de e+ercicio literario, Gertrude Stein aba comen1ado, no aca muco, latraducci'n de Tro(% Co"8e%, de Flaubert, $ entonces comen1' a mirar el C#1anne, ante el&ue traba+aba, $ ba+o la influencia de este cuadro escribi' Three L()e%.

    "l acontecimiento siguiente ocurri' en oto(a A&u#l fue el primer a(o en &ue secelebr' el Sal'n de ?to(o, el primer Sal'n de ?to(o &ue ubo en Pars, $ los Steinacudieron a #l, -!idos $ e0citados. All !ieron la obra de %atisse &ue despu#s sera

    conocida con el nombre deLa Fe,,e a Chaea."ste primer Sal'n de ?to(o represent' el primer paso en el reconocimiento oficial

    de los rebeldes del Sal'n de los ndependientes. Sus cuadros seran e0ibidos en el PetitPalais, situado frente al Grand Palais, donde se celebraba el importante Sal'n dePrima!era. As pues, en el Sal'n de ?to(o iban a e0ibirse las obras de los rebeldes &ueaban logrado $a cierta notoriedad, a fin de &ue pudieran ser !endidas en las tiendas dearte importantes. "l Sal'n de ?to(o fue el resultado de los esfuer1os de dicos pintores,a los &ue se sumaron las o!e+as negras &ue $a aban e0puesto en los salonestradicionales.

    3a e0posici'n result' original, pero en modo alguno alarmante. Abundaban loscuadros bellos, atracti!os, pero aba uno &ue no lo era. "ste cuadro enfureci' al

    pblico, e incluso intentaron rascarlo, desprender la pintura de la tela.A Gertrude Stein le gust' este cuadro. 8epresentaba a una mu+er de cara larga, &ue

    sostena un abanico. Tanto la anatoma de la mu+er como su colorido eran raros.Gertrude Stein di+o &ue &uera comprarlo. Su ermano aba descubierto un cuadro conun ombre !estido de blanco, sobre un prado !erde, $ tambi#n &uera comprarlo."ntonces, siguiendo la !ie+a costumbre, decidieron comprar los dos cuadros, $ fueron aldespaco del secretario para ablar de precios. /am-s aban estado en el despaco deun secretario de sal'n de pintura, $ los dos estaban la mar de e0citados. "l secretariocogi' el cat-logo $ mir' los precios. Gertrude Stein no recuerda cu-nto costaba elcuadro del ombre !estido de blanco, del perro $ del prado !erde, $ ni si&uiera recuerda

    el nombre del autor, pero el %atisse !ala &uinientos francos. "l secretario e0plic' &ue,desde luego, +am-s se pagaba el precio &ue el artista peda, $ &ue el comprador acasiempre contraoferta. 3os Stein le preguntaron cu-l poda ser la contraoferta oportuna."l secretario les pregunt' cu-nto estaban dispuestos a gastarse en el cuadro. 3os Steindi+eron &ue no lo saban. "l secretario les di+o &ue ofrecieran cuatrocientos francos, $&ue $a les dara la contestaci'n. 3os Stein di+eron &ue bueno, $ se fueron.

    Al da siguiente el secretario les mand' recado dici#ndoles &ue monsieur %atisseno aba aceptado, $ &ue &u# pensaban acer ellos. 3os Stein decidieron !ol!er al sal'n$ dar otra o+eada al cuadro. All, el pblico se rea a carca+adas ante el cuadro, $ algn&ue otro espectador rascaba la pintura. Gertrude Stein no alcan1aba a comprendera&uella reacci'n, $a &ue el cuadro le pareca perfectamente natural. "l retrato de

    C#1anne &ue aba comprado a ollard no le aba parecido natural, al principio, $ leaba lle!ado cierto tiempo acostumbrarse a #l, pero el de %atisse le pareca natural, $

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    Gertrude Stein no poda comprender el furor &ue despertaba en el pblico. "l ermanode Gertrude Stein no se mostraba tan entusiasmado como #sta, pero al fin decidieroncomprar el cuadro, $ lo compraron. "ntonces, Gertrude Stein !ol!i' a la sala paracontemplarlo de nue!o, $ se in&uiet' al !er las burlas de &ue los espectadores lo acanob+eto. Tal conducta la molest' $ la irrit', $a &ue no comprenda el por&u# de ella. 3a

    pintura le pareca correcta, $ a Gertrude Stein le ocurra lo &ue despu#s le pasara conrespecto a su modo de escribir, puesto &ue tampoco pudo comprender por &u# la gentese burlaba de sus obras $ se enfureca, cuando en realidad estaban escritas con todanaturalidad.

    "sta es la istoria de la compra de La Fe,,e a Chaea, en cuanto respecta alos compradores, $ aora abordemos la misma istoria desde el punto de !ista de los!endedores, tal como la contaron, unos meses m-s tarde, monsieur $ madame %atisse.Poco despu#s de la !enta del cuadro, !endedores $ compradores &uisieron conocerse.Gertrude Stein no recuerda si %atisse le escribi' solicitando !isitarla o si fue ella $ suermano &uienes escribieron a NotreH7ame $ al Sena. %atisse pintaba durante de pocotiempo se conocieron, $ comen1aron a conocerse mu$ bien.

    3os %atisse !i!an +unto al Boule!ard SaintH%icel. ?cupaban un piso pe&ue(o,el ltimo de la casa, con tres abitaciones, &ue tena ermosas !istas a NotreH7ame $ alSena. %atisse pintaba durante el in!ierno. aba &ue subir escaleras. "n a&uellostiempos, una se pasaba la !ida subiendo $ ba+ando escaleras. %ildred Aldric tena laorrible costumbre de de+ar caer las lla!es por el ueco de la escalera all donde aoraest-n los ascensoresmientras desde el rellano del se0to piso deca adi's a los!isitantes &ue se iban, de modo &ue el !isitante o ella tena &ue ba+ar $ !ol!er a subir

    para recuperar las lla!es. Sin embargo, a menudo, %ildred Aldric, gritaba4 5No sepreocupe, !o$ a re!entar la puerta $ en pa1.6 "l problema ese de las lla!es s'lo lo tenanlos norteamericanos. 3as lla!es eran grandes $ pesadas, $, claro, a una se le caan, o seol!idaba de ellas. Sa$en, despu#s de pasar un !erano en Pars, cuando le felicitaron porsu buen aspecto $ por el moreno color de su rostro, di+o &ue todo se deba al saludablee+ercicio de subir $ ba+ar escaleras.

    %adame %atisse era una admirable ama de casa. %antena su pe&ue(o piso limpiocomo una patena. Todo estaba en orden, saba cocinar e ir a la compra, $, adem-s,

    posaba para su marido. "lla era La Fe,,e a Chaea. "n los tiempos en &ue los%atisse carecan de dinero, madame %atisse puso una tiendecilla de sombreros, graciasa lo cual sortearon las dificultades. "ra una mu+er morena, de porte erguido, cara larga $labios de tra1o firme, pero inclinados acia aba+o, lo &ue le daba un aspecto caballuno.Tena una gran mata de pelo negro. A Gertrude Stein le gust' siempre el modo en &uemadame %atisse se pona el sombrero, $, en una ocasi'n, %atisse pint' un retrato de su

    mu+er en el momento de ponerse un sombrero con el adem-n en ella caracterstico, $ selo regal' a miss Stein. %adame %atisse !esta de negro. Siempre colocaba una granagu+a negra, de las usadas para fi+ar los sombreros, en mitad del sombrero, +ustamenteen medio, $ luego con un adem-n firme $ decidido se encas&uetaba el gito. Con los%atisse !i!a una i+a de %atisse, una i+a &ue el pintor tu!o con otra mu+er, antes de sumatrimonio, $ esta mucaca aba padecido difteria, por lo &ue tu!ieron &ue acerleuna operaci'n, $ durante mucos a(os lle!' alrededor del cuello una cinta negra con

    bot'n de plata. %atisse puso la cinta esa en mucos de sus cuadros. 3a cica era el !i!oretrato de su padre, $, en cuanto a madame %atisse, segn ella e0plic' a su manera,sencilla $ melodram-tica a un tiempo, trataba a la ni(a con ma$or amor del &ue esnormal en una madre, debido a &ue madame %atisse aba ledo en su +u!entud una

    no!ela en &ue la erona aca e0actamente eso $ como natural consecuencia era mu$amada durante toda su !ida, $ madame %atisse decidid actuar como la erona de la

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    no!ela. %adame %atisse tu!o, de su matrimonio con el pintor, dos i+os !arones, &ueen a&uel entonces no !i!an con sus padres. "l menor, Pierre, !i!a en el sur de Francia,

    +unto a la frontera de "spa(a, en casa de los padres de madame %atisse, $ el ma$or,/ean, !i!a con los padres de monsieur %atisse, en el norte de Francia, +unto a lafrontera con B#lgica.

    %atisse era un ombre e0tremadamente !iril, lo cual siempre le produca a una unplacer e0traordinario, cuando !ol!a a !erle, despu#s de no aberlo eco por unatemporada. 3a !irilidad de %atisse no impresionaba tanto la primera !e1 &ue se le !ea,como en las !eces posteriores. : el placer &ue a una le causaba esta !irilidad, no laabandonaba mientras se encontraba en su presencia. Pero no se trataba de una !irilidad!ital. %adame %atisse era mu$ distinta a su marido, en ella aba gran !italidad, o almenos eso pareca a cuantos la conocan bien.

    "n a&uellos tiempos %atisse tena un pe&ue(o C#1anne $ un pe&ue(o Gauguin, $aseguraba &ue los necesitaba. aba comprado el C#1anne con la dote de su mu+er, $ elGauguin con el producto de la !enta del anillo &ue era la nica +o$a &ue su mu+er abatenido en toda su !ida. : los dos se sentan felices de lo eco, por&ue monsieur

    %atisse necesitaba los dos cuadros. "l C#1anne representaba a unos ba(istas $ unatienda de campa(a, $ el Gauguin, una cabe1a de mucaco. %uco despu#s, cuando%atisse lleg' a ser un ombre mu$ rico, sigui' comprando cuadros. 7eca &uecomprenda las pinturas, &ue tena confian1a en ellas, $ &ue no entenda las dem-scosas. As es &ue, por afici'n, $ como la me+or erencia &ue poda de+ar a sus i+os,%atisse se dedic' a comprar C#1annes. Picasso, muco despu#s, cuando fue rico,tambi#n compr' cuadros, pero se trataba de cuadros pintados por #l mismo. Creaasimismo en los cuadros, $ cree &ue la me+or erencia &ue puede de+ar a sus i+os es laformada por los cuadros, $ por esto sigue comprando cuadros.

    3os %atisse pasaron tiempos mu$ difciles. %u$ +o!en, %atisse lleg' a Pars paraestudiar Farmacia. Sus familiares eran almacenistas de granos, de escasa fortuna, en elnorte de Francia. Se aficion' a la pintura, $ comen1' a copiar Poussins en el %useo del3ou!re, de modo &ue lleg' a ser pintor casi sin el consentimiento de sus padres, &uienessiguieron pas-ndole, a pesar de todo, la migrada pensi'n mensual &ue le abanconcedido para &ue estudiara Farmacia. Fue en esta #poca cuando naci' su i+a, $ esocomplic' toda!a m-s su !ida. Al principio, tu!o, como pintor, cierto #0ito. : se cas'.nfluenciado por las obras de Poussin $ Cardin, se dedic' a pintar naturale1as muertas,con las &ue obtu!o un notable #0ito en el Sal'n Camp de %ars, uno de los dos grandessalones de prima!era. : entonces ca$' ba+o la influencia de C#1anne $ de las esculturasnegras. 7e a surgi' el %atisse deLa Fe,,e a Chaea. "l a(o siguiente al de su#0ito en el sal'n prima!eral de Camp de %ars, pas' el in!ierno dedicado a pintar un

    cuadro de una mu+er ocupada en poner la mesa, $ encima de la mesa puso un magnficoplato con fruta. Comprar esta fruta aba supuesto un gasto e0traordinario en laeconoma de los %atisse, $a &ue en a&uellos tiempos la fruta, incluso la fruta m-sordinaria, era terriblemente cara en Pars, por lo &ue a&uellos magnficos e+emplares de&ue se sir!i' %atisse seguramente fueron carsimos, $ era necesario conser!arlos en

    buen estado asta &ue el cuadro &uedara terminado, $ terminar el cuadro iba a lle!armuco tiempo. A fin de &ue la fruta se conser!ara, los esposos %atisse procuraronmantener la estancia lo m-s fra posible, lo cual, en un piso &ue tan s'lo tena encima elteco de la casa, $ durante un in!ierno parisi#n, no fue difcil. %atisse pint' este cuadrocon abrigo $ guantes, durante todo el in!ierno. Al fin &ued' terminado, $ lo mand' almismo Sal'n en &ue tanto #0ito obtu!o la anterior prima!era, pero los directi!os del

    Sal'n lo reca1aron. : entonces comen1aron las dificultades gra!es para %atisse. Sui+a estaba mu$ enferma, #l padeca terribles dudas acerca de su obra, $ aba perdido

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    toda posibilidad de e0ibir sus cuadros. 7e+' de pintar en su casa $ comen1' a acerloen un taller colecti!o, por&ue le sala m-s barato. Por las ma(anas pintaba, por las tardestraba+aba en sus esculturas, a ltima ora asista a las clases de dibu+o para dominar eldesnudo, $ por la noce tocaba el !ioln. Fueron, #stos, das mu$ duros para %atisse,&ue se encontraba en un estado de profunda desesperan1a. "ntonces, su esposa abri' la

    tiendecilla de sombreros, $ gracias a esto pudieron !i!ir. 3os dos i+os abidos en elmatrimonio fueron en!iados a casa de los abuelos maternos $ paternos. 3os nicosestmulos para seguir en la breca los allaba %atisse en el taller colecti!o, donde unnutrido grupo de +'!enes pintores comen1aron a rodearle $ a seguir su estilo pict'rico."ntre #stos, el m-s conocido, en a&uellos das, era %anguin, $ el &ue lo, es m-s ennuestros das, 7erain. 7erain, mucaco mu$ +o!en, admiraba apasionadamente a%atisse. 7erain fue en busca de paisa+es, a Colliure, cerca de Perpignan, con el grupode mucacos &ue pintaban en el taller en &ue lo aca %atisse, $ con su actitudestimul' a todos. All, 7erain comen1' a pintar paisa+es, en los &ue los -rbolesaparecan bordeados de ro+oE tena un personalsimo sentido del espacio, del &ue diomuestras por !e1 primera en un paisa+e con un carro &ue a!an1aba por un camino

    bordeado de -rboles con los contornos ro+os. : sus cuadros comen1aron a destacar en elSal'n de los ndependientes.

    %atisse traba+aba todos los das, todos los das, todos los das, $ traba+aba conterrible ardor. "n una ocasi'n ollard le !isit'. A %atisse le gustaba muco contar estaan#cdota. Se la e odo contar mucas !eces. ollard entr' $ di+o &ue &uera !er el grancuadro &ue el Sal'n aba reca1ado. %atisse se lo mostr'. Pero ollard ni si&uiera lomir'. aba comen1ado a ablar de cocina con madame %atisse, $ sigui' ablando decocina, por&ue como a todo buen franc#s le gustaba muco comer $ el arte culinario, $lo mismo le ocurra a madame %atisse. Pero %atisse $ madame %atisse comen1aron a

    ponerse mu$ ner!iosos, aun cuando esta ltima no lo demostraba. "ntonces ollardpregunt' con gran inter#s a %atisse4 5: Ipor esa puerta a d'nde se !aJISe !a a unaescalera o a una terra1aJ6 %atisse le di+o &ue a una terra1a. "ntonces, ollard di+o45A, s Claro6 : se fue.

    7urante das $ das, los %atisse discutieron si en la pregunta de ollard aba algoas como una cla!e o un smbolo de algo, o si la formul' impulsado solamente por lacuriosidad. Pero ollard +am-s fue un ombre dominado por la curiosidad sin ob+eti!oconcretoE ollard siempre &uera saber lo &ue los dem-s pensaban de las cosas, de todaslas cosas en general, por&ue de este modo descubra &u# era lo &ue #l pensaba de lascosas, en general. "sta peculiaridad de ollard era bien conocida en los crculosartsticos, $ por esto los %atisse se preguntaron uno a otro, $ despu#s preguntaron a susamigos, &u# poda significar la pregunta de ollard. "l caso es &ue antes de &ue

    terminara el a(o, ollard compr' el cuadro por un precio mu$ ba+o, pero lo compr', loescondi' en su tienda, nadie lo !io, $ as termin' la istoria.Tras la !enta de este cuadro, la situaci'n de %atisse no me+or' ni empeor', $ el

    pintor estaba desalentado $ se comportaba de manera agresi!a. "ntonces !ino el primerSal'n de ?to(oE se enter' de lo &ue la gente deca de su cuadro, $ de &ue pretendanrascarlo, $ no acudi' al Sal'n. Su esposa s fue, sola. %atisse se &ued' en casa, triste $desalentado. As contaba la istoria madame %atisse.

    3uego, %atisse recibi' una nota del secretario del Sal'n, en la &ue le comunicaba&ue alguien ofreca cuatrocientos francos por su cuadro. "n a&uellos momentos, %atisseestaba pintando a madame %atisse, en un cuadro &ue representaba a una gitana con unaguitarra. "sta guitarra tambi#n tena su istoria, &ue madame %atisse gustaba muco de

    contar. %adame %atisse sola tener siempre muco traba+o, adem-s tena &ue posar paralos cuadros de su marido, $ era mu+er de buena salud, $, el da en &ue pas' lo de la

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    guitarra, tena muco sue(o. %atisse pintaba $ madame %atisse posaba. "ntoncesmadame %atisse comen1' a dar cabe1adas $ a dar cabe1adas, $ la guitarra comen1' aemitir sonidos. %atisse grit'4 57espierta, $ para $a de acer ruido6 %adame %atissedespert', monsieur %atisse pint', madame %atisse !ol!i' a dar cabe1adas, $ la guitarra!ol!i' a emitir ruidos. %atisse grit'4 57espierta, $ para $a de acer ruido6 %adame

    %atisse se despert', pero al cabo de mu$ poco !ol!i' a dormirse $ la guitarra emiti'ruidos de nue!o. "ntonces %atisse, furioso, cogi' la guitarra $ la rompi'. %adame%atisse, cuando contaba esta istoria, a(ada con triste1a4 5: entonces pas-bamos unatemporada sin dinero, $ tu!imos &ue acer reparar la guitarra, para &ue mi marido

    pudiera seguir pintando el cuadro.6 Cuando la nota del secretario lleg' al domicilio delpintor, madame %atisse posaba, sosteniendo en sus manos la guitarra de &ue acabamosde ablar. 3a nota del secretario puso a %atisse de mu$ buen umor, $ di+o &ue, desdeluego, pensaba aceptar la oferta. Pero madame %atisse di+o4 5Ni ablar. Si esa genteLe% ge"%M a eco una oferta es &ue tienen inter#s en comprar el cuadro, $ si tieneninter#s en comprar el cuadro pagar-n el precio &ue t as fi+ado. 3a diferencia laemplearemos en comprar !estidos de in!ierno para %argot.6 %atisse dud', pero al fin

    &ued' con!encido por la argumentaci'n de su esposa, $ contest' diciendo &ue mantenael precio fi+ado. Pas' el da sin &ue nada ocurriera, $ %atisse se puso de un umorterrible $ se reprocaba duramente aber mantenido el precio. Pero al da siguiente o alotro, mientras madame %atisse posaba con la guitarra, $ monsieur %atisse pintaba,%argot entr' en el estudio con un telegrama a1ul en la mano. %atisse lo abri' $ surostro se contra+o. %adame %atisse estaba aterrori1ada, tema lo peor. Sus manossoltaron la guitarra. %adame %atisse di+o4 5I2u#JIS o noJ6 53o an comprado6, di+o%atisse. : madame %atisse di+o4 5"ntonces, Ipor &u# as puesto esta cara de triste1aJ%e as asustado, e soltado la guitarra, $ a lo me+or se a roto otra !e1.6 : %atissedi+o4 5"s &ue te estaba gui(ando un o+o, para decrtelo, por&ue la emoci'n no me de+abaablar.6

    : madame %atisse sola rematar triunfalmente la istoria4 5As es &ue $a puedenustedes !er cu-nta ra1'n tena al pedir el precio &ue aba fi+ado mi marido. :o fui la&ue insist en &ue no se reba+ara el precio, $ mademoiselle Gertrude fue la &ue insisti'en comprar el cuadro. Fuimos nosotras dos &uienes decidimos el asunto.6

    3a amistad con los %atisse fue afian1-ndose. "n a&uella #poca %atisse traba+abaen su primera gran obra de car-cter decorati!o, tituladaLe Bo"her de /()re. Primeroi1o una multitud de estudios, algunos pe&ue(os, otros de medianas proporciones $otros mu$ grandes. Al pintar esta composici'n, %atisse comprendi' con toda claridad,

    por primera !e1 en su !ida, la con!eniencia de deformar el dise(o del cuerpo umano, afin de armoni1ar e intensificar los !alores de colorido de todos los colores puros,

    me1clados solamente con el blanco. 9tili1aba esta deformaci'n en el dise(o del mismomodo &ue se emplean las disonancias en la msica, o el !inagre $ los limones en el arteculinario, o las c-scaras de ue!o para clarificar el caf#. No puedo e!itar acercomparaciones de ndole culinaria por&ue resulta &ue me gusta comer bien $ guisar, $#sta es materia &ue cono1co a fondo. Bueno, de todos modos #sa era la idea cla!e de%atisse. C#1anne aba llegado a la deformaci'n $ a la obra inacabada por necesidad, $%atisse lo i1o intencionalmente.

    Poco a poco, la gente comen1' a acudir a la rue de Fleurus para !er %atisses $C#1annes. %atisse tra+o !isitantes, los !isitantes tra+eron a m-s gente, $ la gente !ena atodas oras del da, lo cual no de+aba de ser una lata, $ as fue como se i1o necesarioinstituir las recepciones del s-bado por la noce. Tambi#n fue en esta #poca cuando

    Gertrude Stein ad&uiri' la costumbre de escribir de noce. Pasadas las once de la noce,miss Stein poda, al fin, estar segura de &ue nadie llamara a su puerta. "n a&uellos das,

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    miss Stein estaba planeando su larga obra The *ak("g o+ A,er(a"%, $ traba+abaarduamente en la construcci'n de las frases, de a&uellas largas frases &ue deban serconstruidas con toda e0actitud. 3as frases, no s'lo las palabras, sino las frases, $siempre las frases, an sido la gran pasi'n de la !ida de Gertrude Stein. : entonces fuecuando Gertrude Stein ad&uiri' el -bito de comen1ar a escribir despu#s de las once de

    la noce, para terminar, casi siempre, al alba, $ esta costumbre dur' asta el inicio de laguerra, &ue tantas costumbres !ari'. Gertrude Stein deca &ue siempre procurabaterminar antes de &ue la lu1 del sol fuera demasiado clara, $ de &ue los trinos de los

    p-+aros tu!ieran demasiada fuer1a $ !italidad, $a &ue, entonces, acostarse le causabauna sensaci'n mu$ desagradable. "n a&uellos das los p-+aros abundaban en ParsEaora, no tanto. 7orma asta el medioda $ el ruido &ue acan las criadas, incluso lasde su propia casa, al sacudir las alfombras, la irritaban sobremanera. Pese a lo dicoantes, en mucas ocasiones el canto de los p-+aros $ la lu1 del alba la sorprendan en sutraba+o, $ entonces miss Stein sala al patio $ procuraba acostumbrarse a la realidad delnue!o da.

    Tal como e dico, as empe1aron las recepciones del s-bado por la noce.

    Gertrude Stein $ su ermano !isitaban a menudo a los %atisse, $ #stos ibanconstantemente a su casa. 7e !e1 en cuando, madame %atisse los in!itaba a almor1ar."sto ocurra, casi siempre, cuando algn pariente de pro!incias le aba mandado unaliebre. 3a liebre estofada, al estilo de Perpignan, tal como la aca madame %atisse,constitua un plato e0cepcional. 3os %atisse solan tener un !ino e0celente, un pocodemasiado fuerte, pero .buensimo. Tambi#n tenan una especie de !ino de %adeira, al&ue llamaban 8oncio, &ue tampoco estaba nada mal. %aillol, el escultor, era de lamisma pro!incia de madame %atisse, $ una !e1 &ue coincid con #l en casa de /o7a!idson, mucos a(os despu#s, me abl' de estos !inos. %e di+o &ue, en sus tiemposde estudiante, !i!a bien, en Pars, con cincuenta francos al mes. A(adi'4 57esde luego,mis familiares me mandaban todas las semanas pan cocido en casa, $ cuando !ine aPars, $, luego, siempre &ue regresaba de !acaciones, me tra+e !ino suficiente para una(o, $, adem-s, todos los meses mandaba la ropa sucia a casa para &ue me la la!aran.6

    "n a&uellos tiempos de la amistad entre los Stein $ los %atisse, 7erain asisti' auno de los almuer1os. 7erain $ Gertrude Stein tu!ieron una !iolenta discusi'n.ablaron de filosofa, $ 7erain basaba todas sus ideas filos'ficas en la lectura de lasegunda parte de Fa%8o, &ue aba ledo traducida al franc#s, durante el ser!iciomilitar. 7erain $ Gertrude Stein +am-s fueron amigos. 3a obra de 7erain +am-s interes'a Gertrude Stein. Cierto es &ue 7erain tena un gran sentido del espacio, pero, a +uiciode Gertrude Stein, sus cuadros carecan de !italidad, profundidad $ solide1. 7espu#s dea&uel almuer1o, 7erain $ miss Stein se !ieron mu$ pocas !eces. "n a&uel entonces,

    7erain estaba casi siempre en compa(a de los %atisse, $ de entre todos los amigos delmatrimonio #l era el preferido de madame %atisse.Fue en esta #poca cuando el ermano de Gertrude Stein descubri' la tienda de

    Sagot, antiguo pa$aso de circo &ue tena una tienda de cuadros en la parte alta de la rue3afitte. All, el ermano de Gertrude Stein !io los cuadros de dos +'!enes espa(oles, elnombre de uno de los cuales a cado en total ol!ido. "l otro se llamaba Picasso. 3einteresaron las obras de los dos, $ compr' una acuarela del ol!idado, &ue representabaun caf#. Sagot le recomend' &ue fuera a una tiendecilla de muebles, en la &ue tenanalgunos cuadros de Picasso. "l ermano de Gertrude Stein fue, $ le gust' uno de losPicassos all