Brecht Bertolt - Historias de Almanaque

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Bertolt Brecht

Historias

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El círculo de tiza de Augsburgo

En tiempos de la guerra de los Treinta 5os FiFía en la ciudadlibre imperial de 5ugsburgo del )ech un protestante sui6o llamadoGingli! dueo de una gran curtiduría H almac0n de cueros. Estabacasado con una muchacha de 5ugsburgo! que le había dado un hiBo.9uando los cat'licos marcharon sobre la ciudad! sus amigos leinstaron a que huHera! mas! bien #uera porque su pequea #amilia leretenía! bien porque no quería deBarlo todo plantado en su curtiduría!lo cierto es que no supo decidirse a tiempo.

Seguía! pues! en la ciudad en el momento en que la inFadieronlas tropas imperiales! H cuando por la noche comen6' el saqueo!corri' a ocultarse en un #oso del patio donde se guardaban loscolorantes. Su muBer debía re#ugiarse Bunto con su hiBo en la casa queunos parientes suHos tenían en las a#ueras de la ciudad! mas seentretuFo demasiado en recoger sus cosas: Festidos! BoHas H ropa decama! H cuando quiso darse cuenta H se asom' a una de las Fentanasdel primer piso que daban al patio Fio con sorpresa c'mo irrumpía en0l un pelot'n de soldados imperiales. %uerta de miedo! lo deB' todocomo estaba H huH' por la puerta trasera.

El nio qued' abandonado en la casa. Tendido en su cuna! enmedio del Festíbulo! se entretenía Bugando con una bolita de madera

suspendida del techo por un hilo."uera del nio no quedaba en la casa más que una BoFen criada!que! mientras se hallaba en la cocina #regando el cobre! oH' ruidosprocedentes de la calleBa. Se abalan6' hacia la Fentana H Fio c'mo lasoldadesca arroBaba desde el primer piso de la casa de en#rente elproducto de su pillaBe. 9orri' entonces la criada al 6aguán! H cuandose disponía a sacar al nio de la cuna! oH' c'mo golpeaban la puertade roble de la calle. &resa de pánico! corri' escaleras arriba.

El 6aguán se llen' inmediatamente de soldados borrachos Hdispuestos a no deBar títere con cabe6a. Sabían que aqu0lla era lacasa de un protestante. %ilagrosamente! no descubrieron a 5nna! que

así se llamaba la criada! durante el registr' H saqueo de la casa. Tanpronto como se hubo aleBado la soldadesca! sali' 5nna del armarioque había utili6ado como escondriBo a Fer al nio! al cual encontr'sano H salFo en el Festíbulo. Rápidamente lo tom' en sus bra6os Hsali' con 0l al patio procurando no hacer ruido. Iabía Ha anochecidomientras tanto! pero el roBi6o resplandor de una casa que ardía noleBos de allí iluminaba el patio. 9on horror descubri' en ese momentola criada el cadáFer mutilado de su amo. )os soldados habían sacadoal curtidor del #oso H le habían asesinado.

S'lo entonces comprendi' la muchacha el peligro que corríalleFando en bra6os por la calle al hiBo de un protestante. 9on granpesar de su cora6'n! lo deFolFi'! pues! a su cuna! le dio leche H! trasacunarlo para que se durmiese! se dirigi' hacia el lugar de la ciudad

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molino de una aldea distante H que ella H su hiBito debían reunirse allí con 0l al cabo de un par de semanas! abandon' la cuada su g0lidaactitud H se hicieron al nio los debidos elogios H cumplidos.

@espu0s de comer! 5nna acompa' a su hermano en busca delea. Ona Fe6 allí! se sentaron en sendos tocones! H 5nna le con#es'

todo. )a muchacha Fio inmediatamente que su hermano no las teníatodas consigo! que su posici'n en la granBa no estaba aNnconsolidada. Pl la elogi' por no haberle dicho nada a su muBer. Estabaclaro que no conAaba en que su BoFen esposa tuFiese la generosidadsuAciente como para aceptar al pequeo protestante. 9onsider'!pues! conFeniente continuar el engao. )o cual no debía resultar a lalarga nada #ácil.

5nna aHudaba en las #aenas del campo a la Fe6 que cuidaba de(su+ hiBo! por lo que se pasaba el tiempo corriendo de aquí para allámientras los demás descansaban. El pequeo #ue así creciendo Hengordando poco a poco. 9ada Fe6 que Feía aparecer a 5nna! seechaba a reír H trataba con todas sus #uer6as de leFantar la cabecita.&ero lleg' el inFierno! H la cuada comen6' a preguntar por el maridode 5nna.

>o había inconFeniente alguno en que la muchacha se quedaraen la granBa! pues estaba siempre dispuesta a aHudar. )o malo eraque los Fecinos no disimulaban su asombro ante el hecho de que elpadre de la criatura no hubiese acudido una sola Fe6 a Fisitar a suhiBo. @e no presentar pronto a un padre! comen6arían lasmaledicencias dentro de la granBa.

On domingo por la maana enganch' el granBero un caballo H

llam' a 5nna para que lo acompaara a recoger un ternero en unpueblo pr'imo. &or el camino! el hermano maHor le eplic' a 5nnaque le había encontrado un marido. Se trataba de un bracerograFemente en#ermo! que apenas pudo leFantar la cabe6a de lamugrienta almohada cuando los hermanos entraron en la pequeacho6a donde FiFía.

El moribundo se declar' dispuesto a casarse con 5nna. Junto ala cabecera del lecho permanecía de pie una FieBa de piel amarillenta:era su madre. Esta recibiría una recompensa a cambio del serFicioprestado a 5nna.

El trato qued' cerrado en die6 minutos! H 5nna H su hermano

pudieron proseguir su camino en busca del ternero. )a boda tuFolugar al Anal de esa misma semana. >i una sola Fe6 FolFi' el en#ermosus oBos Fidriosos hacia 5nna mientras el sacerdote murmuraba subendici'n nupcial. El hermano de la muchacha no dudaba de que deallí a unos pocos días tendrían el certiAcado de de#unci'n. Entoncesdirían que el marido de 5nna H padre del nio había muerto en algNnlugar pr'imo a 5ugsburgo! cuando se dirigía a buscarla! H nadie seetraaría Ha de que la Fiuda se quedase en casa de su hermano.

5nna regres' alegre de su etraa boda! en la que no habíahabido ni campanas! ni mNsica! ni damas de honor! ni inFitados. Su#estín de bodas consisti' en un tro6o de pan H una loncha de tocinoque la muchacha deFor' en la misma despensa! tras lo cual se acerc'con su hermano al caB'n donde dormía el nio! que por An lleFaba un

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apellido. 5nna le arrop' bien H sonri' a su hermano.&ero el certiAcado de de#unci'n se hacía esperar. &as' una

semana H despu0s otra sin que llegaran noticias de la FieBa. 5nnahabía contado a todo el mundo que su marido estaba en camino.5hora! cada Fe6 que alguien la preguntaba por 0l! se limitaba a

responder que seguramente la nieFe le estaba diAcultando el FiaBe.%as como quiera que transcurriesen otras tres semanas sin que serecibiera noticia alguna! el hermano se dirigi'! seriamentepreocupado! al pueblo pr'imo a 5ugsburgo.

Regres' a altas horas de la noche. 5nna estaba aNn leFantada Hcorri' a abrir la puerta tan pronto como oH' chirriar el carro en elpatio. 9uando Fio la poca prisa que se daba su hermano paradesenganchar el caballo! se le encogi' el cora6'n. Traía aqu0l malasnoticias. 5l entrar en la cho6a se había encontrado al que creíancondenado a muerte sentado a la mesa! en mangas de camisa! Hcomiendo a dos carrillos. Estaba totalmente restablecido.

El hermano continu' su relato sin atreFerse a mirarla a los oBos.El mismo bracero! que por cierto se llamaba Qtterer! H su madreparecían sorprendidos por el giro #aForable de los acontecimientos Hno habían llegado todaFía a ninguna conclusi'n sobre lo que conFeníahacer. Qtterer no le había causado mala impresi'n. 5penas habíaabierto la boca: Nnicamente había hecho callar a la FieBa cuando 0stacomen6' a lamentarse de que su hiBo hubiera cargado con unaesposa que no deseaba H con una criatura que no era suHa. @uranteel resto de la conFersaci'n guard' silencio! H no al6' la Fista unmomento de su plato de queso. 9uando el granBero por An se

despidi'! el hombre seguía comiendo.>aturalmente! 5nna estuFo muH preocupada los días sucesiFos.El tiempo que le deBaban libre sus #aenas dom0sticas lo dedicaba aensear a andar al nio. 9uando por An el pequeo logr' soltarse dela rueda H aFan6' tambaleándose hacia ella! con los bra6osetendidos! la muchacha no tuFo más remedio que reprimir un secosollo6o. 9uando la criaturita lleg' a donde ella la estaba esperando!5nna la tom' en sus bra6os H la apret' contra su pecho.

En cierta ocasi'n pregunt' 5nna a su hermano: qu0 clase dehombre es ese QttererM Tan s'lo le había Fisto una Fe6; en su lecho demoribundo H además de noche! a la tenue lu6 de una candela. 5hora

se enteraba de que su marido era un quincuagenario gastado por eltrabaBo! cosa normal en un Bornalero.

&oco despu0s FolFería a Ferle. On buhonero le habíacomunicado con gran alarde de misterio que (cierto conocido suHo+deseaba reunirse con ella tal día! a tal hora H en tal aldea! pr'ima allugar de donde arranca el sendero que Fa a )andsberg.

5sí #ue como se encontraron al An los esposos a mitad decamino entre sus aldeas! en medio del campo neFado! como losgenerales de la antigedad acudían a parlamentar a un lugarequidistante de sus respectiFas líneas de batalla.

El hombre no le gust' a 5nna. Tenía dientes pequeos H grises H la mir' de arriba abaBo a

pesar de que el grueso cuero de oFeBa en que ella iba enFuelta

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apenas deBaba nada que Fer. 5demás utili6' la epresi'n:(sacramento del matrimonio+. 5nna le diBo sucintamente que teníaque meditarlo H le rog' que encargara a algNn comerciante ocarnicero que pasase por rossaitingen le transmitiera el recado! enpresencia de su cuada! de que no tardaría en llegar! con la

indicaci'n de que si no lo había hecho Ha era porque había en#ermadoen el camino.Qtterer asinti'! pensatiFo como siempre. )e lleFaba a 5nna una

cabe6a en estatura! H siempre que le dirigía la palabra ABaba sumirada en el lado i6quierdo del cuello de la muchacha! cosa que lasacaba de quicio.

El mensaBe no llegaba! sin embargo! H 5nna comen6' a darleFueltas en su cabe6a a la idea de abandonar sin más la granBa paradirigirse hacia el Sur! a Kempten o Sonntho#en! por eBemplo! en buscade trabaBo. S'lo la retenía la inseguridad de los caminos! de la quetanto se hablaba! H el hecho de que #uera pleno inFierno.

)a estancia en la granBa! sin embargo! resultaba cada día másdi#ícil. )a cuada aproFechaba la hora de la comida H la presencia detoda la serFidumbre para hacerle preguntas llenas de recelo sobre elmarido ausente. On día lleg' al etremo de llamar al nio en Fo6 altaH en un tono de hip'crita compasi'n (pobre criatura+! hecho quedecidi' a 5nna a abandonar la granBa inmediatamente. &or desgracia!sin embargo! el nio caH' en#ermo. >o se estaba un momento quietoen su caBa: tenía la cara congestionada! H turbios los oBos. 5nnaFelaba Bunto a 0l noches enteras! llena de temor H a la Fe6 deesperan6a. Ona maana! cuando el nio se encontraba Ha en curso de

#ranca meBoría H había recuperado la sonrisa! llamaron a la puerta! Hhe ahí que entr' Qtterer.>o había nadie en la habitaci'n ecepto ella H el nio! de modo

que no tuFo necesidad de Angir! lo que! por otra parte! le habríaresultado imposible dado el susto que se lleF'. &as' un buen rato sinque ninguno de los dos pronunciara palabra! hasta que por An habl'Qtterer para eplicar que! tras haberlo reeionado seriamente! Feníapor ella. VolFi' a mentar el sacramento del matrimonio.

5nna se en#ad' muchísimo. 9on Fo6 Arme! aunque so#ocada!respondi' que no estaba dispuesta de ningNn modo a FiFir con 0l! quese había casado s'lo por el nio H que lo Nnico que quería de 0l era

que les diese su nombre! a ella H a la criatura.9uando la oH' mentar al nio! Qtterer ech' una rápida oBeada

hacia el caB'n donde Hacía el pequeo; murmur' algo! pero no seacerc'. Esto soliFiant' aNn más a 5nna.

Qtterer deB' caer un par de t'picos! le propuso reconsiderarlotodo! H le eplic' que su madre H 0l FiFían en la estreche6! pero queaqu0lla podía dormir en la cocina. En ese momento lleg' la granBera!quien le salud' llena de curiosidad H le inFit' a comer. a en la mesa!el hombre salud' al granBero con una leFe inclinaci'n de cabe6a conla que ni Angía desconocerle! ni daba a suponer que le conociese. 5las preguntas que le hacía la anAtriona! 0l contestaba conmonosílabos! sin leFantar la Fista del plato. )e eplic' que habíaencontrado un trabaBo en %ering H que 5nna podía irse con 0l. >o

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habl'! sin embargo! de que eso tuFiera que ser en seguida.&or la tarde rehuH' la compaía de los granBeros H se dedic' a

partir lea detrás de la casa! sin que nadie le hubiera pedido que lohiciera. @espu0s de la cena! durante la cual el hombre tampoco abri'la boca! la propia granBera le lleF' un catre al cuarto de 5nna para

que pudiera pasar allí la noche. 9on gran sorpresa para todos! Qttererse leFant' torpemente H murmur' que debía regresar esa mismanoche. 5ntes de salir lan6' una mirada ausente hacia la caBa del nio!pero no diBo nada! ni lo toc'.

Esa misma noche! 5nna #ue atacada por una Aebre que le dur'Farias semanas. )a maHor parte del tiempo lo pasaba tumbada entotal inactiFidad; s'lo un par de Feces! al mediodía! aproFechando unligero descenso de la Aebre! consigui' arrastrarse hasta la caBa paraarropar bien al nio.

En la cuarta semana de la en#ermedad se present' Qtterer conuna carreta H se lleF' a la muBer H a la criatura. 5nna no rechist'.

)a recuperaci'n #ue muH lenta! lo que no resulta etraoteniendo en cuenta que las sopas que tomaba en la cho6a del braceroeran puro aguachirle. Ona maana! sin embargo! al Fer lo sucio quetenían al nio! resolFi' leFantarse.

El pequeo la recibi' con su simpática sonrisa! que! segNnaArmaba siempre el hermano de 5nna! había heredado de ella. Iabíacrecido H gateaba de un lado para otro de la habitaci'n con increíblerapide6! dando manota6os H lan6ando grititos cada Fe6 que se caía debruces. 5nna le ba' en una tina de madera H recuper' al tiempo suconAan6a en sí misma.

&ocos días despu0s! no pudiendo resistir más la Fida en aquellacho6a! enFolFi' al pequeo en un par de mantas! tom' una hoga6a Hun poco de queso H se march'.

Se había propuesto alcan6ar Sonntho#en! mas no lleg' muHleBos. Seguía sintiendo una gran debilidad en las piernas! el caminoresultaba di#ícilmente transitable por culpa de la nieFe! quecomen6aba Ha a #undirse! H la gente de las aldeas se había FueltodesconAada H me6quina debido a la guerra. 5l tercer día de camino!se disloc' un tobillo al caer en la cuneta. &asaron Farias horas!durante las cuales sinti' aut0ntica angustia por la criatura! antes deque los recogieran H los trasladasen a un establo. El pequeo se

dedicaba a gatear por entre las patas de las Facas H se echaba a reírcada Fe6 que oía los gritos aterrori6ados de 5nna. "inalmente no tuFomás remedio que darles a los granBeros el nombre del marido! quien#ue a buscarlos H se los lleF' nueFamente a %ering.

>unca más FolFi' 5nna a intentar una #uga! sino que acept'resignada su destino. TrabaBaba con tes'n. Resultaba di#ícil etraeralgNn #ruto de tan pequea parcela; costaba muchísimo lleFar la casaen aquellas condiciones. &ero el hombre no se comportabadescort0smente con ella! H el nio tenía qu0 comer. 5demás! suhermano los Fisitaba de Fe6 en cuando H siempre traía algNn regalopara el nio; un día 5nna mand' teir de roBo una chaquetita para elpequeo. Ese color debía sentarle bien! pensaba! al hiBo de untintorero.

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9on el tiempo lleg' a considerarse satis#echa con su Fida Hsobre todo con la educaci'n del nio! que le deparaba grandesalegrías. 5sí transcurrieron algunos aos.

On día! al regresar del pueblo! adonde había ido a comprar Barabe! no encontr' al nio en la cho6a. Su marido le in#orm' que

había pasado por allí en su coche una seora bien Festida H que sehabía lleFado a la criatura. 5nna tuFo que apoHarse contra la paredpara no caer al suelo presa del pánico! H aquella misma noche sepuso en camino hacia 5ugsburgo sin más equipaBe que un atadiBo conFíFeres.

Su primera Fisita! una Fe6 en la ciudad imperial! #ue a lacurtiduría. >o la deBaron entrar! H no pudo Fer al nio.

)a hermana H el cuado trataron en Fano de consolarla. 5nnaacudi' a las autoridades gritando! #uera de sí! que le habían robado asu hiBo. )leg' al etremo de denunciar a los ladrones comoprotestantes. &ronto se enter'! sin embargo! de que corrían otrostiempos H que se había sellado la pa6 entre cat'licos H protestantes. apenas hubiera conseguido nada de no haber mediado unacircunstancia particularmente #eli6: el pleito pas' a manos de un Bue6que era un hombre muH especial.

Se trataba del Bue6 =gna6 @ollinger! #amoso en toda SuaFia porsu erudici'n H bruscos modales. El príncipe elector de *aFiera! contrael cual había interFenido en un pleito suscitado por la ciudad libre! lehabía colgado el apodo de (estercolero latino+; la gente humilde! sinembargo! cantaba sus alaban6as en una larga copla.

5nna se present' ante 0l acompaada de su hermana H cuado.

El anciano! de baBa estatura H desmedidamente gordo! los recibi'sentado en su minNsculo H destartalado cuarto! entre montones depergaminos. Tras escuchar breFemente a 5nna! anot' algo en unahoBa H gru': U9ol'cate allíW RápidoWU! mientras con su pequea Habultada mano sealaba un punto de la habitaci'n adonde llegaba unha6 de lu6 a traF0s del estrecho Fentanuco. El Bue6 eamin'detenidamente! durante unos minutos! el rostro de la muchacha;luego! a la Fe6 que lan6aba un pro#undo suspiro! le hi6o seas de quese #uera.

5l día siguiente la mand' llamar por medio de un alguacil. 5Nnno había traspasado 5nna el umbral de la puerta! cuando el Bue6 le

espet':U&or qu0 no diBiste en primer lugar que había de por medio

una curtiduría H una propiedad de gran FalorM5nna replic'! incorregible! que lo Nnico que le importaba era su

nio.U>o te hagas la ilusi'n de que Fas a poder quedarte con la

curtiduría Ule chill' el Bue6U. Si el bastardo es realmente tuHo! lapropiedad pasará a los parientes de Gingli.

5nna asinti' con la cabe6a! sin mirarle. )uego diBo:UEl nio no necesita la curtiduría.UEs tuHoM Uladr' el Bue6.USí Umusit' la muchachaU. Luisiera poder conserFarlo tan

s'lo hasta que aprenda todas las palabras. TodaFía no sabe más que

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siete.El Bue6 tosi' H orden' los pergaminos que había encima de su

mesa. @espu0s diBo en tono más reposado! aunque no totalmenteeento de irritaci'n:

UTN quieres quedarte con el renacuaBo; pero tambi0n lo quiere

la cabra esa de las cinco enaguas de seda. 5hora bien! el chiconecesita una Ferdadera madre.USí Uasinti' 5nna! H mir' al Bue6.U)árgate Ugru' el FieBoU. Pl sábado se celebrará el Buicio.5quel sábado la calle maHor H la pla6a del aHuntamiento! Bunto a

la torre de &erlach! parecían un herFidero. &or nada del mundo queríaperderse toda aquella gente el Buicio del nio protestante. @ebido a sucarácter singular! el caso había despertado gran sensaci'n desde elprimer momento! H en los hogares H tabernas se especulaba sobrequi0n sería la Ferdadera madre H qui0n la impostora. &or otro lado! elFieBo @ollinger era sobradamente conocido en toda la comarca! H aNnmás allá! por sus Fistas! en las que siempre hacía alarde de dichosmordaces H sabias moraleBas. )os procesos que 0l dirigía se Feíansiempre más concurridos que las #erias H las Ferbenas. &or eso sehabían congregado aquel día #rente al aHuntamiento no s'lonumerosos burgueses! sino tambi0n muchos campesinos de lacomarca. El Fiernes era día de mercado! H gran nNmero de labriegoshabían pernoctado en la ciudad para poder asistir al proceso.

El Buicio se celebr' en el llamado (Sal'n @orado+! #amoso porser el Nnico de sus proporciones en toda 5lemania que no teníacolumnas: el techo estaba suspendido del caballete del teBado por

medio de cadenas.El Bue6 @ollinger! pequea H redonda mole de carne! estabasentado #rente al port'n de bronce que había en una de las paredeslaterales de la sala! port'n que permanecía cerrado. Ona sencillacuerda serFía para delimitar el espacio reserFado al auditorio. Elpropio Bue6 no tenía mesa ni estrado! sino que se sentaba en el suelo.Pl mismo había ideado aos atrás aquel montaBe: daba granimportancia a los e#ectos esc0nicos.

En el interior del recinto Aguraban la seora Gingli Bunto con suspadres! unos parientes sui6os del di#unto seor Gingli Udos caballerosmuH dignos H bien Festidos! con aspecto de ricos comerciantes! que

acababan de llegar a la ciudad para asistir al BuicioU! H! por Nltimo!5nna Qtterer! a la que acompaaba su hermana. Junto a la seoraGingli aparecía una nodri6a! que tenía al pequeo en sus bra6os.

 Todos! partes H testigos! estaban de pie. El Bue6 @ollinger solíadecir que las Fistas eran más breFes cuando se obligaba a loslitigantes a permanecer en esa postura. 5unque tal Fe6 el motiFo real#uera que así 0l mismo quedaba oculto a la Fista del pNblico! de #ormaque s'lo se le alcan6aba a Fer si uno se ponía de puntillas H estirababien el cuello.

>ada más comen6ar la Fista! se produBo un incidente. 5l Fer alnio! 5nna proAri' un grito H se adelant' hacia 0l: la criatura! quequería! a su Fe6! ir con ella! empe6' a patalear con #uer6a H a berrearen bra6os del ama. El Bue6 orden' que lo sacaran de la sala.

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)uego llam' a la seora Gingli! que se acerc' precedida por el#ru?#ru de sus enaguas. )leFándose un pauelito a los oBos de cuandoen cuando! la seora Gingli reAri' c'mo los soldados imperiales lehabían arrebatado al nio durante el saqueo. 5quella misma noche lacriada se había presentado en casa de su padre para in#ormarles de

que el nio seguía en la casa saqueada. Seguramente lo había hechocon la esperan6a de recibir una recompensa. Sin embargo! unacocinera de su padre a quien se enFi' epresamente a la curtiduría noencontr' a la criatura! por lo que suponía que esa persona CH seal' a5nnaD se había apoderado del nio para conseguir dinero mediante elchantaBe. 9osa que hubiera hecho más tarde o más temprano si!#eli6mente! no le hubieran arrebatado el nio. El Bue6 @ollinger llam' alos dos parientes del seor Gingli H les pregunt' si se habíaninteresado entonces por la suerte del seor Gingli H! en casoaArmatiFo! qu0 les había contado la seora Gingli. Ellos contestaronque la seora Gingli les había comunicado que su marido había sidoasesinado H que había conAado el nio al cuidado de una criada suHaH que estaba en buenas manos. Se reArieron a la Fiuda en t0rminospoco cordiales! lo que no era de etraar! pues la heredad pasaría asus manos en el caso de que la seora Gingli perdiera el proceso.

Qída su declaraci'n! el Bue6 se dirigi' nueFamente a la seoraGingli para preguntarle si no había perdido realmente la cabe6a en elmomento del asalto H había deBado al nio en la estacada.

)a seora Gingli le mir' con sus oBos color a6ul pálido! Angiendoasombro! H replic' con aire o#endido que no había abandonado a suhiBo. El Bue6 @ollinger carraspe' H le pregunt' si creía que una madre

no podía abandonar a su hiBo.E#ectiFamente! lo creía! replic' la seora Gingli con Arme6a. El Bue6 le pregunt' entonces si consideraba que una madre que obrasede ese modo merecía una pali6a en el trasero independientementedel nNmero de enaguas que lleFara encima. )a seora Gingli nocontest'! H el Bue6 llam' entonces a declarar a 5nna! la antiguacriada. )a muchacha acudi' con preste6a H se limit' a repetir en Fo6baBa lo que Ha había declarado en el eamen preFio. Iablaba como sial mismo tiempo estuFiera escuchando algo! H de Fe6 en cuandodirigía la Fista hacia la puerta por la que se habían lleFado a lacriatura! como si temiera FolFer a oír su llanto.

5nna declar' que! e#ectiFamente! había acudido aquella nochea casa del tío de la seora Gingli! pero que no había regresado a lacurtiduría por temor a las tropas imperiales H tambi0n porque estabapreocupada por su propio Fástago! un hiBo natural cuHa custodia habíaconAado a unos conocidos de la Fecina localidad de )echhausen.

El FieBo @ollinger la interrumpi' bruscamente para comentar consu habitual causticidad que una persona en la ciudad! al menos! habíasentido algo parecido al miedo la noche de marras! H que lecomplacía constatarlo! pues ello indicaba que una persona cuandomenos había mostrado un mínimo de sentido comNn en aquellaocasi'n. >o estaba bien que la testigo tan s'lo se hubiese preocupadode su propio hiBo! pero! como decía el re#rán! la sangre llama H unamuBer que es realmente una madre es capa6 hasta de robar por su

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hiBo. Sin embargo! las leHes prohíben el hurto! pues la propiedad es lapropiedad H quien roba tambi0n miente H la mentira está penadaigualmente por la leH. @icho esto! pas' el Bue6 a dictar una de sussabias H crudas lecciones sobre la granuBería de los hombres quemienten todo lo que quieren ante los tribunales! H tras una breFe

digresi'n sobre los campesinos que bauti6aban la leche de lasinocentes Facas! H sobre el magistrado de la ciudad! que cobrabaimpuestos abusiFos a los granBeros! asuntos 0stos que nada teníanque Fer con el proceso en cuesti'n! anunci' que Ha no se tomaríanmás declaraciones a los testigos! aunque las Ha prestadas no habíanaclarado nada.

Ii6o luego el Bue6 una larga pausa! durante la cual pareci' darmuestras de un gran desconcierto! pues no hacía más que mirar entorno suHo como si esperase alguna sugerencia aBena sobre c'moponer An a aquello.

)os asistentes se miraban perpleBos! H algunos estiraban elcuello para tratar de Fer al desFalido Bue6. En la sala reinaba! sinembargo! un gran silencio; tan s'lo se oía el murmullo de la multitudreunida en la calle.

&or An! con un suspiro! FolFi' el Bue6 a tomar la palabra.U>o se ha podido establecer qui0n es la Ferdadera madre UdiBo

U. El nio es digno de lástima. Todos sabemos de padres que hantratado de escurrir el bulto! negando! los muH granuBasW! supaternidad! pero he aquí que acuden a nuestro tribunal dos madres ala Fe6. Sus argumentos respectiFos han sido escuchados por eltribunal en la medida en que merecían serlo: a cada muBer se le han

concedido cinco minutos para eponer su caso. &ues bien! estetribunal ha llegado a la conclusi'n de que ambas mienten comocondenadas. Sin embargo! como se diBo al principio! haH que tenersiempre presente al nio! que no puede pasarse sin una madre.Iabrá! pues! que establecer! eFitando toda palabrería inNtil! cuál delas dos es la Ferdadera madre.

  con Fo6 irritada llam' a un alguacil H le orden' que traBera unati6a. El hombre desapareci' H FolFi' al momento con una ti6a en lamano.

UTra6a con ella un círculo en el suelo de modo que en suinterior quepan tres personas de pie UdiBo entonces el Bue6.

El alguacil se arrodill' H tra6' con la ti6a el círculo deseado.UTrae ahora al nio Uorden' el Bue6. TraBeron al nio! que comen6' a berrear! pues quería ir con

5nna. El FieBo @ollinger no se inmut' por el lloriqueo! pero eleF' eltono de Fo6.

U&ara la prueba que Famos a reali6ar Ucontinu'U me heinspirado en un libro muH antiguo. &arece dar buenos resultados. )aidea que sirFe de base a la prueba del círculo de ti6a es la de que a laFerdadera madre se la reconoce siempre por el amor que pro#esa a suhiBo. Se trata! pues! de medir la #uer6a de ese amor. 5lguacil! coloca alnio dentro del círculo.

El alguacil separ' al nio! que no deBaba de llorar! de su nodri6a!H lo conduBo hasta el centro del círculo. El Bue6 prosigui'! dirigi0ndose

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a la seora Gingli H a 5nna:U9olocaos tambi0n Fosotras dentro del círculo de ti6a H agarrad

cada una al nio por una mano. 9uando diga: (aW+! tratad de sacaral pequeo del círculo. 5quella de Fosotras cuHo amor sea más #uertetirará de 0l tambi0n con maHor #uer6a H lo arrastrará hacia su lado.

En el sal'n reinaba ahora cierta agitaci'n. )os presentes seponían de puntillas para Fer meBor! H cada cual regaaba con los quetenía delante. 9uando las dos muBeres entraron por An en el círculo Hcada una tom' al nio por una mano! se hi6o otra Fe6 un silencio demuerte. =ncluso el nio había enmudecido! como si sospechara lo queallí se tramaba. 9on su carita baada en lágrimas miraba la criatura a5nna. En ese momento el Bue6 eclam': (aW+

9on un tir'n Fiolento! la seora Gingli arranc' al nio del círculode ti6a. 5nna lo sigui' con la Fista! a6orada  e incr0dula. Iabía soltadoal nio en seguida por temor a que su#riera algNn dao si las dostiraban de los bracitos de la criatura al mismo tiempo H en direccionesopuestas.

El FieBo @ollinger se puso en pie.U5hora Ha sabemos UdiBo en Fo6 altaU qui0n es la Ferdadera

madre. Luitadle el nio a esa muBer6uela. Sería capa6 de hacerlepeda6os con la maHor sangre #ría. ! tras saludar a 5nna con unainclinaci'n de cabe6a! el Bue6 abandon' rápidamente la sala H se #uea desaHunar.

@urante las semanas que siguieron a aqu0lla! los campesinos dela comarca! que no tenían un pelo de tontos! no se cansarían decomentar que el Bue6 le había guiado el oBo a la muBer de %ering en

el momento de adBudicarle la criatura.

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la pasearon en camisa!la cabe6a rapadaH al pecho un cartel.)a calle aullaba.Ella

miraba sin Fer.En los arrabales! la carne se enardece.Esta noche el pintor∗ hablará.Si oídos tuFieran! @ios santo!sabrían lo que les Fa a pasar.

   &intor: en el original alemán! Streicher, es decir! pintor de brochagorda! uno de los primeros oAcios de Iitler. (N. del T.)

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La casa en llamas

(Parábola del Buda)

autama! el *uda! enseabala doctrina de la rueda de los deseos! a la que estamos uncidos!

H nosXrecomendaba

renunciar a cualquier apetencia para así! Ha sin pasiones!hundirnos en la >ada! que 0l llamaba >irFana.On día sus discípulos le preguntaron:U9'mo es esa >ada! maestroM Todos quisi0ramos

liberarnos de nuestras ansias! segNn recomiendas! mas dinossi esa >ada en la que entraríamos es comparablea la uni'n con todo lo creado cuando al mediodíaHacemos en el agua sin sentir el pesodel cuerpo! indolentes! casi sin pensamientos. Q cuandoen el lecho! apenas conscientes! tiramos de la sábanasegundos antes de hundirnos en el sueo; dinossi esa >ada de que hablas es una >ada radiante H buena o si esuna simple >ada; #ría! Facía H sin sentidoU.uard' silencio el *uda largo rato; despu0s!con indi#erencia! diBo:U>inguna respuesta haH para Fuestra preguntaU.%as aquella misma noche! cuando se hubieron ido! a quieneshasta aquel momento no habían abierto la boca! reAri' el *uda!sentado todaFía baBo el árbol del pan! la siguiente parábola:UVi no hace mucho una casa que ardía. )as llamasdeForaban el teBado. 5l acercarme adFertí que en su interior quedaba aNn gente. "uia la puerta H les grit0 que el #uego llegaba Ha al teBado H que

debíanpor tanto salir inmediatamente. %as allí nadie

parecía tener prisa. Ono me pregunt'!mientras le chamuscaba el #uego las dos ceBas!qu0 tal tiempo hacía #uera! si lloFía!si hacía Fiento! si eistía otra casaH cosas por el estilo. Sin responder!salí de nueFo. Estos! pens0! se abrasarán masseguirán preguntando. En Ferdad! amigos!

  Este poema! así como (Olm ,/-<+! ()a cru6ada de los nios+! (&reguntasde un obrero que lee+ H ()eHendas en torno al origen del libro Tao-te-king», se hapublicado en Fersi'n de JesNs )'pe6 &acheco sobre la traducci'n directa del alemán

de Vicente Romano en Poemas y canciones, )* ,8! 5lian6a Editorial. En dichaFersi'n Kalendergeschichten aparece traducido como Historias del Calendario. (N.del E.)

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a quienes el suelo que pisan! la planta de los pies no quemetanto

que sientan deseos de cambiarlo por otro cualquiera!nada tengo que decirlesU. 5sí habl' autama! el *uda.&ero tambi0n nosotros! que no cultiFamos Ha el arte de la

tolerancia!que cultiFamos más bien el arte de la intolerancia! nosotros!que con conseBos de índole terrena incitamos al hombre a

liberarse de susXFerdugos humanos!

a quienes Fiendo acercarse las escuadrillas de bombarderos delXcapitalismo siguen preguntándonos

c'mo concebimos esto! c'mo nos imaginamos aquello!H qu0 será de su hucha H de su pantal'n de los domingos

despu0s de unaXreFoluci'n!

a 0sos! poco creemos tener que decirles.

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El experimento

)a traHectoria pNblica del gran "rancis *acon termin' con unaparábola per#ectamente ilustratiFa de ese #ala6 re#rán que dice:(Luien mal anda! mal acaba+. Qcupaba el cargo de gran cancillercuando #ue acusado de aceptar sobornos H encarcelado. )os aos enque #ue lord canciller cuentan! con sus eBecuciones! sus concesionesde nociFos monopolios! sus detenciones arbitrarias H sus #allos Budiciales impuestos desde arriba! entre los más negros HFergon6osos de la historia de =nglaterra. Su #ama mundial dehumanista H Al'so#o motiF' el que! una Fe6 desenmascarado Hcon#eso! se diera publicidad a sus delitos más allá de las #ronteras delreino.

Era Ha un anciano cuando se le permiti' salir de prisi'n Hretirarse a su casa de campo. Su cuerpo estaba debilitado por tantoses#uer6os como había gastado en arruinar a sus semeBantes! así comopor los su#rimientos que le habían hecho pasar quienes! a su Fe6!proFocaron su ruina. &ero tan pronto como pis' otra Fe6 su casa!entreg'se de cuerpo H alma al estudio de las ciencias naturales.&uesto que había #racasado en el gobierno de los hombres! ahoradedicaba las pocas #uer6as que le quedaban a inFestigar c'mo podíala humanidad dominar más #ácilmente las #uer6as de la naturale6a.

Sus inFestigaciones! re#eridas siempre a cosas Ntiles! leobligaban a trocar de Fe6 en cuando su estudio por los campos! los Bardines H los establos de su hacienda. &asaba horas enteras hablandocon los Bardineros sobre la posibilidad de meBorar mediante inBerto los#rutales! o bien daba instrucciones a las criadas sobre c'mo medir laproducci'n lechera de cada una de las Facas. En medio de estasactiFidades! le llam' la atenci'n un mo6o de cuadra. Iabía en#ermadoun caballo muH Falioso! H el mo6o in#ormaba al Al'so#o dos Feces aldía acerca del estado del animal. El tes'n H las grandes dotes deobserFaci'n del muchacho entusiasmaron al anciano.

Ona noche! sin embargo! al entrar en el establo Fio Bunto al

muchacho a una FieBa! a la que oH' decir:UEs un hombre malo; ten cuidado con 0l. 5unque sea un gran

seor H tenga montones de dinero! es un hombre malo. Pl te da decomer: ha6! pues! con esmero lo que te ordene! pero no olFides nuncaque es un hombre malo.

El Al'so#o! sin detenerse siquiera a escuchar la respuesta delmo6o! diose media Fuelta H regres' presto a casa. 5 la maanasiguiente pudo comprobar! sin embargo! que el muchacho no habíacambiado de actitud hacia su persona.

9uando hubo sanado el caballo! el anciano Al'so#o comen6' ahacerse acompaar del BoFen en muchos de sus paseos e inclusoconA' al muchacho pequeas tareas. &oco a poco #ueacostumbrándose a hablar con 0l de algunos de sus eperimentos.

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&ara ello! el Al'so#o no escogía en absoluto aquellas palabras que losadultos en general consideran adecuadas al niFel de comprensi'n deun nio! sino que le hablaba como a una persona instruida. @urantetoda su Fida había alternado con las mentes más brillantes! H muHpocas Feces se le había comprendido! no porque #uera poco claro!

sino precisamente por serlo en eceso. El anciano no se preocupaba!pues! por las diAcultades del muchacho! aunque! eso sí! le corregíapacientemente cada Fe6 que trataba de utili6ar palabras nueFas para0l.

El eBercicio #undamental del mo6o consistía en describir lascosas que Feía H los #en'menos que obserFaba a su alrededor. ElAl'so#o le enseaba cuántas palabras había H cuántas de esaspalabras se necesitaban para describir el comportamiento de tal ocual obBeto de modo que resultara reconocible por la descripci'n quede 0l se hacía H! sobre todo! que pudiera ser tratado sobre la base deesa descripci'n. Eistían tambi0n ciertas palabras que conFeníaeFitar! pues en el #ondo no querían decir nada: palabras como(bueno+! (malo+! (bonito+! etc0tera.

El BoFen pronto comprendi' que apenas tenía sentido caliAcarde (#eo+ a un escarabaBo. >i siquiera (rápido+ bastaba comocaliAcatiFo! pues hacía #alta precisar a qu0 Felocidad se moFía encomparaci'n con otros seres de su mismo tamao! am0n deestablecer qu0 le permitía esa rapide6. Iabía que colocarlo sobre unasuperAcie accidentada H a continuaci'n sobre otra plana! H hacerruidos que lo moFieran a huir! o bien colocarle pequeos cebos paraatraerle. 9on#orme uno se acostumbraba al bicho! iba perdiendo 0ste

su #ealdad. En cierta ocasi'n! el Al'so#o pidi' al muchacho quedescribiera el tro6o de pan que tenía en aquel momento en la mano.UEn este caso puedes emplear sin miedo la palabra (bueno+ U

le eplic' el ancianoU! pues el pan se ha hecho para que el hombrelo coma H puede ser bueno o malo para 0l. &or el contrario! cuando setrata de cosas de maHor tamao! pertenecientes al reino de lanaturale6a! pero que no han sido creadas con una Analidad precisa Hmucho menos pensando en el proFecho de los hombres! resultaabsurdo contentarse con palabras como 0sas.

El muchacho record' en ese momento lo que le había dicho suabuela acerca de milord.

Iacía el mo6o rápidos progresos en punto a comprensi'n! puestodo lo que había que entender Upor eBemplo! que el caballo habíasanado gracias a los remedios empleados o que un árbol perecía porculpa de otros supuestos remediosU se reducía a cosas tangibles.=gualmente! comprendía el muchacho que siempre debía quedar unaduda ra6onable respecto a si las trans#ormaciones obserFadas sedebían realmente al empleo de tal o cual m0todo. Si bien el mo6oapenas alcan6aba a comprender la importancia cientíAca de lasteorías del gran *acon! le entusiasmaba! en cambio! la eFidenteutilidad de aquellas empresas.

Pl entendía así al Al'so#o: Iabía comen6ado para el mundo unanueFa era. )a humanidad acumulaba nueFos conocimientos casidiariamente. toda esa ciencia contribuía al bienestar H la #elicidad

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tratando de aFeriguar algo sobre su estado de salud. @e muH pocopudo! sin embargo! enterarse; en la hacienda! la Fida continuabacomo si tal cosa. S'lo al tercer día se produBo una noFedad: llamaronal muchacho al estudio.

El anciano estaba acostado en un catre de madera! cubierto por

mil mantas! pero las Fentanas permanecían abiertas! de modo quehacía #río dentro del cuarto. Sin embargo! el en#ermo parecía estarardiendo. 9on Fo6 temblorosa pregunt' al muchacho por el estado dela gallina que habían rellenado de nieFe. El mo6o replic' que seguíatan #resca como al principio.

UEstupendo Ueclam' el anciano! satis#echoU. Vu0lFeme ain#ormar dentro de dos díasW

%ientras salía de la habitaci'n! el muchacho lament' no habertraído consigo la gallina. El anciano no parecía estar tan graFe comoaseguraba la serFidumbre.

RenoFaba el mo6o la nieFe dos Feces por día! por lo que lagallina continuaba en per#ecto estado cuando se encamin' aqu0lnueFamente a la habitaci'n del en#ermo.

Esta Fe6 trope6' con obstáculos totalmente impreFistos.Iabían llegado Farios m0dicos de la capital. El pasillo Fibraba de

susurros imperatiFos H sumisos! H abundaban por todas partes losrostros desconocidos. On sirFiente que entraba en el cuarto delen#ermo con una bandeBa cubierta por un amplio pao le indic'bruscamente que se largara.

@urante la maana H parte de la tarde el mo6o hi6o Fariosintentos! todos ellos Fanos! por entrar en la habitaci'n de su maestro

en#ermo. )os m0dicos parecían querer establecer allí su residencia. 5lmuchacho! aquellos indiFiduos se le antoBaban negros paBarracosdispuestos a lan6arse sobre un pobre anciano inde#enso. 5lanochecer! @ick se escondi' en un tabuco Bunto al pasillo! en el quehacía muchísimo #río. 5unque no deBaba de tiritar! el muchacho se diopor satis#echo! pues aquella temperatura #aForecía el eperimento! Haque era preciso que la gallina se mantuFiera helada.

5 la hora de la cena remiti' un poco la marea negra! H elmuchacho pudo colarse en la habitaci'n.

El en#ermo estaba solo; todos se habían ido a comer. Junto alcatre había una lámpara de cabecera con pantalla Ferde. El rostro del

anciano aparecía etraamente contraído H pálido como la cera. Teníael en#ermo los oBos cerrados! pero sus manos se agitaban nerFiosassobre la tiesa manta. Iacía en la habitaci'n un calor ecesiFo; habíancerrado todas las Fentanas.

El muchacho se acerc' al lecho! mostrando con gesto conFulsola gallina H repitiendo en Fo6 queda:

U%ilord... milord.>o obtuFo respuesta. El anciano no parecía dormir! sin embargo;

moFía los labios de cuando en cuando como si hablara. El muchachodecidi' llamar su atenci'n! Armemente conFencido como estaba de lanecesidad de recibir nueFas instrucciones en relaci'n con eleperimento. &ero antes de que pudiera tirar de la manta! cuando Hahabía depositado sobre una silla la caBa que contenía la gallina! sinti'

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que le asían por detrás H le apartaban Fiolentamente del lecho. Luienle había agarrado era un tipo gordo de rostro gris! que se le qued'mirando como si tuFiera delante a un asesino. Sin perder un instantela serenidad! el muchacho logr' 6a#arse de las garras de aquelhombre H! dando un salto! recuper' la caBa con la gallina para salir de

naBa por la puerta.%ientras atraFesaba el pasillo pareci'le que le había Fisto elmaHordomo segundo! que subía en aquel instante la escalera. 5quelloera graFe. 9'mo demostrar que había acudido a la casa cumpliendos'lo una orden de milord! con quien estaba colaborando en unimportante eperimentoM El anciano estaba totalmente en poder delos m0dicos; el hecho de que todas las Fentanas de su cuartopermanecieran cerradas era prueba más que suAciente.

9omo se temía! no tard' en Fer a uno de los sirFientes cru6ar elpatio en direcci'n al establo. Renunci'! pues! a su cena H Utras deBarla gallina otra Fe6 en el s'tanoU se escondi' en la parte del establodonde se guardaba el #orraBe.

>o pudo dormir tranquilo! preocupado como estaba por laposibilidad de Ferse enFuelto en algNn lío con la Busticia. 5 la maanasiguiente! no sin grandes titubeos! deB' su escondite.

Sin embargo! nadie se AB' en 0l. Reinaba en la hacienda un granaBetreo. %ilord había muerto al amanecer.

El muchacho anduFo todo el día de un lado para otro! comoaturdido. Tenía la sensaci'n de que no iba a poder soportar aquellap0rdida. 9uando aquella tarde descendi' al s'tano con una #uentellena de nieFe! su dolor por la desaparici'n del anciano se troc' en

aicci'n por el eperimento interrumpido. el muchacho llor'amargamente sobre la caBa que contenía la gallina. Lu0 sería delgran descubrimientoM

5l regresar a la casa de su amo Usentía los pies tan pesadosque se FolFi' para mirar sus huellas en la nieFe! pensando que seríanmás pro#undas que lo habitualU pudo comprobar que los m0dicoslondinenses no se habían marchado aNn. Sus coches continuaban allí.Venciendo la repugnancia que le inspiraba la idea! el muchachoresolFi' comunicarles el descubrimiento. Eran hombres de ciencia Hreconocerían la trascendencia del eperimento. "ue a buscar la caBadonde tenía la gallina congelada H se escondi' detrás del po6o hasta

que Fio pasar a uno de aquellos seores! un indiFiduo rechoncho H deaspecto no demasiado temible. El muchacho se le acerc' H le mostr'su caBa. 5l principio! por más que se es#or6aba! no le salía la Fo6! peropor An consigui' eponer el caso con #rases un tanto incoherentes.

U%ilord la encontr' muerta hace seis días! ecelencia. )arellenamos de nieFe. %ilord pens' que así lograría conserFarse #resca.9ompru0belo usted mismoW Se conserFa como al principio.

El hombrecillo mir' asombrado dentro de la caBa.U qu0 másM Upregunt'.U>o se ha descompuesto Ureplic' el muchacho.U5Bá Ueclam' el hombrecillo.UEamínelo usted mismo Ule inst' el muchacho.Ua lo Feo Ucontest' el hombrecillo meneando la cabe6a. con

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ese moFimiento de cabe6a se aleB'.El muchacho le sigui' con la Fista! completamente

desilusionado. >o podía comprender al hombrecillo. 5caso milord nohabía muerto por apearse del trineo H eponerse al #río para lleFar acabo aquel eperimentoM =ncluso había recogido la nieFe con sus

propias manos. 5qu0lla era la realidad.El mo6o regres' con paso lento hacia la puerta del s'tano! peroantes de llegar se detuFo! gir' rápidamente sobre sus talones H ech'a correr en direcci'n a la cocina.

Encontr' al cocinero muH ocupado! pues se esperaba la Fisita dealgunos Fecinos de la comarca que deseaban epresar su p0samepersonalmente.

ULu0 quieres hacer con esa aFeM Ugru' el cocineroU. Estácongelada.

U>o importa Ureplic' el muchachoU! milord diBo que noimportaba.

El cocinero le mir' distraído un instante; despu0s se dirigi'torpemente hacia la puerta con una gran sart0n en la mano H laintenci'n eFidente de arroBar algunos desperdicios. El muchacho lesigui' tena6 con su caBa en las manos.

U&or qu0 no probamosM Usuplic'.5l cocinero se le había agotado la paciencia. 5garr' la gallina

con sus poderosas manos H la arroB' al centro del patio!U>o tienes otra cosa en qu0 pensarM Ubram'U. Es que no

sabes que milord ha muertoM=ndignado! el muchacho recogi' la gallina H se aleB' de allí.

)os dos días siguientes estuFieron dedicados casieclusiFamente a las ceremonias #Nnebres. El mo6o estuFo muHatareado unciendo H desunciendo caballos. 9ada noche! sin embargo!introducía nieFe #resca en la caBa de la gallina antes de acostarse.@ormía! además! con un oBo abierto. Todas las esperan6as parecíanhaberse desFanecido de pronto; la nueFa era había tocadoprematuramente a su An.

&ero al tercer día! el del sepelio! bien laFado H con sus meBoresgalas! el muchacho sinti' renacer su optimismo. Era un hermoso Hsereno día de inFierno! H desde el pueblo llegaba el taido de lascampanas.

)leno de nueFas esperan6as! se dirigi' al s'tano H eamin'larga H minuciosamente la gallina muerta. >o encontr' huella algunade descomposici'n. 9on sumo cuidado la introduBo nueFamente en lacaBa! que rellen' con blanquísima H pura nieFe. Tom' entonces la caBabaBo el bra6o H se encamin' al pueblo.

Silbando de alegría! entr' el muchacho en la pequea cocina desu abuela. )a anciana le había criado! pues había quedado hu0r#anode muH pequeo! H el chico conAaba en ella. Sin mostrarle elcontenido de la caBa! le habl' del eperimento de milord! mientrasella se Festía para el entierro.

Su abuela le escuch' con paciencia.U&ero eso lo saben todos Urespondi' cuando su nieto hubo

terminadoU. Se ponen rígidos con el #río H se conserFan algNn

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tiempo. Lu0 haH de especial en elloMU9reo que nos la podemos comer todaFía Ucontest' el

muchacho! Angiendo indi#erencia.U9omerse una gallina que lleFa Ha muerta una semanaM >o

comprendes que es FenenoM

U&or qu0! si no ha cambiado desde que muri'M si muri' #ueporque la atropell' el coche de milord! pero estaba sana.U&ero H por dentroM &or dentro está descompuestaW U

contest' la anciana! perdiendo un poco la paciencia.U>o creo Uinsisti' el muchacho mientras claFaba sus oBos

claros en la gallinaU. )a mantuFimos rellena de nieFe todo el tiempo.9reo que la FoH a cocinar.

)a anciana se en#ad' muchísimo.UTN Fienes al entierro Ule diBo en tono perentorioU. 9reo que

milord hi6o por ti lo suAciente como para que te dignes acompaar su#0retro como corresponde.

El muchacho no respondi'. %ientras su abuela se ataba unpauelo de negra lana a la cabe6a! etraBo el muchacho la gallina dela nieFe! la sacudi' bien H la coloc' Bunto al horno! sobre los leos.Era preciso descongelarla.

)a anciana Ha no le miraba. 9uando estuFo lista! le tom' de lamano H le sac' de allí con determinaci'n.

El muchacho la sigui' sumiso durante un rato. Iombres HmuBeres se dirigían como ellos al entierro. @e pronto! el nieto solt' ungrito de dolor. Iabía metido un pie en un bache disimulado por lanieFe. 9on el rostro crispado logr' por An etraer el pie! H #ue

coBeando hasta una piedra! sobre la cual se sent'.U%e lo he torcido UdiBo mientras se restregaba el tobillo. )aanciana le mir' desconAada.

U&uedes andar per#ectamente Ule diBo.U>o! re6ong' el muchacho. &ero si no me crees! si0ntate aquí a

mi lado hasta que pase el dolor.)a abuela se sent' Bunto a 0l sin pronunciar palabra. Transcurri' un cuarto de hora. Seguían pasando por delante

Fecinos del pueblo! aunque cada Fe6 en menor nNmero. 5buela Hnieto permanecían acurrucados al borde del camino.

&or An la anciana habl' seriamente:

U>o te ense' tu amo a no mentirM5nte el silencio obstinado del muchacho! la anciana se leFant'

con un suspiro. >o aguantaba más el #río.USi no me sigues dentro de die6 minutos Ule amena6'U se lo

contar0 a tu hermano para que te d0 una buena pali6a.@icho esto! se aleB' renqueante! aunque apretando al mismo

tiempo el paso! pues no quería perderse la oraci'n #Nnebre.El muchacho esper' hasta que se hubo aleBado lo suAciente.

)uego se puso lentamente en pie H ech' a andar en la direcci'ncontraria. Seguía coBeando H a cada momento se FolFía a mirar. S'locuando hubo rebasado un seto H se dio cuenta de que la anciana Hano podía Ferle! FolFi' a adoptar el paso normal.

5l llegar a la cho6a se sent' Bunto a la gallina H se puso a

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eFitar que le entregaran a las autoridades de Roma.5 este período corresponde precisamente la historia del manto.En el inFierno de ,/-<! cuando aNn se hospedaba en un hotel!

encarg' a un sastre llamado abriele Gunto que le cortara un gruesomanto. 5Nn no había pagado la prenda cuando #ue detenido.

5l enterarse de su detenci'n! corri' el sastre a casa del seor%oc0nigo! en las cercanías de San Samuel! para presentar su #actura.>o lleg' a tiempo. On sirFiente de aquella casa le seal' la puerta.

Ua hemos gastado bastante en ese esta#ador Ule grit' desdeel umbral! H al oír aquellas Foces algunos transeNntes FolFieron lacabe6aU. @irigíos al tribunal del Santo QAcio H eplicadles que ten0istrato con ese hereBe.

El sastre qued' parali6ado por el terror. Iabían oído aquellounos golAllos que Bugaban en la calle! H uno de ellos! un rapa6 todolleno de granos H de aspecto harapiento! le arroB' una piedra. OnamuBer pobremente Festida que sali' de un portal propin' a aquel pilloun buen sopapo! pero Gunto! que era Ha FieBo! comprendi'claramente que era peligroso ser considerado como alguien que(tenía trato con el hereBe+. @obl' rápidamente la esquina no sin mirarFarias Feces! atemori6ado! en torno suHo H! tras dar un largo rodeo!lleg' por An a su casa. >ada diBo a su muBer de su in#ortunio! por loque 0sta se pas' toda una semana preguntándose cuál sería la causade la depresi'n del marido.

&ero el primero de Bunio! al repasar las cuentas! descubri' quehabía un manto sin pagar H que el cliente era un indiFiduo cuHonombre estaba en labios de todos. En e#ecto! aquellos días no se

hablaba en la ciudad más que del nolano. 9orrían los máshorripilantes rumores acerca de su perFersidad. >o s'lo había echadopestes del matrimonio tanto en libros como en conFersaciones! sinoque había moteBado de charlatán al mismo Jesucristo H había llegadoa aArmar los maHores disparates acerca del sol. >o era! pues!impropio de un hombre de esa calaa el deBar a deber un manto. Sinembargo! la buena muBer no tenía la menor intenci'n de toleraraquello. @espu0s de una Fiolenta discusi'n con su marido! pNsose laHa septuagenaria muBer sus meBores galas H se encamin' al tribunaldel Santo QAcio! donde eigi'! con cara de pocos amigos! el pago delos treinta H dos escudos que le adeudaba el hereBe allí encarcelado.

El #uncionario que la atendi' tom' nota de su petici'n H leprometi' inFestigar el asunto.

&ocos días despu0s recibi' Gunto una citaci'n! H se present'temblando en el temido ediAcio. 9on gran sorpresa suHa! no letomaron declaraci'n! sino que le comunicaron que se tendríapresente su petici'n a la hora de eaminar las cuentas pendientes deldetenido. @e todas #ormas el #uncionario le adFirti' que no se hiciesedemasiadas ilusiones.

El anciano qued' tan contento de haber salido tan bien libradode aquello que agradeci' con humildad la gesti'n. Su muBer no era!sin embargo! tan #ácil de contentar. >o le bastaba que! paracompensar la p0rdida! su marido renunciara a su copita de todas lasnoches H se tirara cosiendo casi hasta la madrugada. Iabía deudas

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con el paero que era preciso pagar. )a sastra Foci#eraba en la cocinaH en el patio que era una Fergen6a encerrar a un delincuente antesde que hubiera pagado sus deudas! H que! si no quedaba másremedio! iría a Roma a Fer al Santo &adre para recuperar sus treinta Hdos escudos.

UEn la hoguera no necesitará ningNn manto Ugritaba.ReAri' la muBer a su con#esor lo que les pasaba; 0ste le aconseB'que reclamara por lo menos el manto. )a anciana consider' eseconseBo como un reconocimiento de su derecho por parte de unainstancia eclesiástica e insisti' en que no le bastaba con que se lerestituHese el abrigo! puesto que sin duda estaría Ha usado! H!además! era hecho a medida. Ella quería el dinero. 9omo leFantara unpoco la Fo6 en medio de su indignaci'n! el sacerdote la ech' de allí.Esto la hi6o entrar un poco en ra6'n! H durante unas semanas lamuBer se estuFo tranquila. @e la sede del tribunal de la =nquisici'n nollegaban más noticias del hereBe. Sin embargo! se rumoreaba portodas partes que en cada interrogatorio salían a relucir las accionesmás escandalosas. 9on aut0ntica aFide6 prestaba oídos la sastra atodos aquellos chismes. Era una tortura para ella enterarse de que elasunto del hereBe iba tan mal. >unca sería puesto en libertad H Bamáspagaría sus deudas. a no dormía siquiera por las noches! H cuandollegaron los calores de agosto! la anciana perdi' totalmente el controlde sus nerFios H comen6' a dar rienda suelta a su lengua! eponiendosu queBa lo mismo en las tiendas donde compraba que a cuantosclientes acudían a probarse a la sastrería. 5 unos H otros asegurabaque los padres cometían un pecado recha6ando con tanta indi#erencia

la demanda de un modesto artesano. )os impuestos eran agobiantes!H el pan había Fuelto a subir Nltimamente.Ona maana! un #uncionario del Santo QAcio la conduBo al

ediAcio de la =nquisici'n! donde! tras amonestarla seriamente! leadFirtieron que renunciase a sus maledicencias. Tras preguntarle si nole daba Fergen6a poner en sol#a a la sagrada instituci'n por unosmiserables escudos! le dieron a entender que disponían de toda clasede medios para ocuparse de gente de su calaa.

5quella reprimenda le bast' por algNn tiempo! aunque cada Fe6que recordaba la epresi'n (por unos miserables escudos+ en bocade aquel hermano gordin'n! enroBecía de c'lera. %as en septiembre

lleg' la noticia de que el ran =nquisidor de Roma había solicitadooAcialmente la etradici'n del nolano. El asunto se estaba Hadebatiendo en la (Signoria+.

)os ciudadanos discutían acaloradamente la petici'n del 5lto Tribunal de Roma! H en general! el pueblo se oponía a la etradici'n.)os gremios no querían reconocer la potestad de ningNn tribunalromano. )a sastra estaba #uera de sí. Es que iban a permitir que esehereBe saliera para Roma sin haber saldado antes sus deudasM Era elcolmo. >o bien hubo oído la increíble noticia cuando! sin molestarsesiquiera en cambiarse de ropa! ech' a correr hacia la sede de la=nquisici'n.

Esta Fe6 la recibi' un #uncionario más importante! quien!sorprendentemente! la trat' con maHor amabilidad que los anteriores.

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 Tenía el hombre casi la misma edad que ella H escuch' sus queBas conpaciencia H atenci'n.

9uando la sastra hubo terminado! el FieBo #uncionario lepregunt'! tras una breFe pausa! si deseaba hablar con *runo.

Ella acept' en el acto! H así se AB' una entreFista para el

pr'imo día. 5 la maana siguiente! en un minNsculo cuartucho conFentanas enreBadas! la muBer se encontr' #rente a #rente con unhombrecillo de rostro enButo H oscura H rala barba que le pregunt'amablemente qu0 deseaba de 0l.

)a anciana había Fisto a aquel hombre en la sastrería durantelas pruebas! H había tenido presente su rostro todo el tiempo; sinembargo! esta Fe6 le cost' algNn trabaBo reconocerle. )a tensi'n delos interrogatorios debían de haberle desAgurado el semblante.

)a muBer habl' apresuradamente:UEl manto. >o lo hab0is pagado.Pl se la qued' mirando sorprendido unos segundos. 9uando por

An caH' en la cuenta! le pregunt' en Fo6 baBa:U9uánto os deboMUTreinta H dos escudos! respondi' la sastra! acaso no

recibisteis la #acturaMEl prisionero se FolFi' hacia el #uncionario alto H gordo que

asistía a la entreFista para preguntarle si sabía cuánto dinero se habíadepositado Bunto con sus demás pertenencias en aquel ediAcio. Elhombre lo ignoraba! pero prometi' aFeriguarlo.

U9'mo está Fuestro maridoM Upregunt' el nolano!dirigi0ndose nueFamente a la sastra! como si el asunto estuFiese Ha

prácticamente solucionado H las relaciones hubiesen Fuelto a lanormalidad! por lo que aquella Fisita cobraba un carácter totalmentedistinto.

@esconcertada por tanta amabilidad! la muBer murmur' queestaba bien! e incluso aadi' algo en relaci'n con el reuma quesu#ría. )a sastra deB'! sin embargo! pasar dos días antes de FolFer a lasede del Santo QAcio! pues le pareci' conFeniente concederle unpla6o al prisionero para que hiciese sus aFeriguaciones.

 Tambi0n esta Fe6 se le permiti' hablar con el nolano! auncuando hubo de esperar en la celda más de una hora! pues elprisionero estaba siendo sometido a interrogatorio.

9uando por An lleg' parecía muH agotado. 9omo no había silla!se apoH' ligeramente contra la pared. Sin embargo! en seguida #ue algrano.

9on Fo6 muH d0bil le eplic' que! desgraciadamente! no podíapagarle el manto. Entre sus cosas no se había encontrado dinero ene#ectiFo; pero la muBer no debía renunciar! sin embargo! a todas susesperan6as. Iabía estado meditando sobre el asunto H se habíaacordado de que un editor de la ciudad de "ranc#ort! que le habíapublicado hacía tiempo algunos libros! debía de tener todaFía dinerosuHo. Escribiría a ese hombre si se lo autori6aban. %aana sin #altasolicitaría el permiso. )e había dado la impresi'n! durante elinterrogatorio! de que hoH el ambiente no era demasiado #aForable!por lo que! temiendo echarlo todo a perder! no había hecho ninguna

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gesti'n.%ientras hablaba! la anciana le miraba con sus oBos

penetrantes. @e sobra conocía los pretetos H subter#ugios de losdeudores morosos. >o se preocupaban ni lo más mínimo de susobligaciones! H luego! cuando se les presionaba! Angían remoFer cielo

H tierra.U&or qu0 encargasteis un manto si no teníais dinero con qu0pagarloM Upregunt' la muBer secamente.

El prisionero asinti' con la cabe6a como para demostrarle queentendía lo que quería decir. )uego respondi':

USiempre gan0 dinero con mis libros H mis lecciones. pens0que seguiría ganándolo. En cuanto al manto! creí que iba anecesitarlo! pues no me imaginaba esto.

)o diBo sin la más mínima amargura! como si s'lo pretendiese nodeBar a la anciana sin respuesta.

)a sastra FolFi' a mirarle de arriba abaBo con oBos de ira! pero almismo tiempo con la sensaci'n de no llegar a comprenderle. sindecir palabra dio media Fuelta H sali' precipitadamente de aquelcuartucho.

ULui0n Fa a enFiar dinero a un hombre procesado por la=nquisici'nM Ucoment' aquella noche en la cama a su marido! llenade indignaci'n. 5unque el sastre estaba Ha tranquilo con respecto a laactitud de las autoridades eclesiásticas para con 0l! desaprobaba losincansables es#uer6os de su muBer por obtener el dinero adeudado.

UTiene cosas más importantes en qu0 pensar Ugru'.)a sastra no diBo nada más.

&asaron Farios meses sin que se produBera ninguna noFedad enel dichoso proceso. 5 principios de enero se diBo! sin embargo! que laSignoria estaba considerando la posibilidad de acceder a la petici'nde etradici'n #ormulada por el Vaticano en relaci'n con el hereBe. "ueentonces cuando lleg' una nueFa citaci'n del Santo QAcio para elmatrimonio Gunto.

En la citaci'n no se especiAcaba la hora a la que debíanpresentarse! H la sastra se person' en el ediAcio de la =nquisici'ndespu0s de comer. )leg' en un mal momento. El prisionero esperabala Fisita del procurador de la RepNblica de quien la Signoria habíasolicitado un dictamen sobre el asunto de la etradici'n. Recibi' a la

anciana el alto #uncionario que le había gestionado la primeraentreFista con el nolano! quien le in#orm' que el prisionero habíaepresado su deseo de hablar con ella. 5l mismo tiempo! le rog'considerara si aqu0l era un momento apropiado! puesto que *runoestaba pendiente de una conFersaci'n de la máima trascendencia.)a muBer contest' que no había más que preguntárselo al interesado.

Se enFi'! pues! a reali6ar aquella consulta a un empleadosubalterno del tribunal! quien FolFi' al poco tiempo acompaado delprisionero. )a entreFista tuFo lugar en presencia del alto #uncionario.

>ada más entrar! el nolano obsequi' a su Fisitante con unasonrisa! pero antes de que pudiera abrir la boca la muBer le espet':

U&or qu0 os comportáis de ese modo si quer0is poderpasearos un día en libertadM

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El hombrecillo se qued' perpleBo un instante. Se había Fistoobligado a responder a tantas preguntas durante todo aquel trimestreque apenas recordaba en qu0 había quedado su Nltima conFersaci'ncon la sastra.

U>o me ha llegado ningNn dinero UdiBo por AnU. Escribí a mi

editor un par de Feces! pero no me ha enFiado nada. &ens0 que talFe6 querríais recuperar el manto.Ua sabía Ho que íbamos a llegar a eso Ureplic' la anciana en

tono despectiFoU; el manto no me sirFe! pues está hecho a medida Hes demasiado pequeo para la maHoría de las personas.

El nolano la mir' con rostro apenado.U>o había pensado en eso Ueclam'! FolFi0ndose hacia el

anciano sacerdoteU. >o sería posible Fender todas mis cosas Hpagar con ello a esta genteM

U%e temo que no Fa a ser posible UinterFino el carcelero alto Hgordo que le había acompaado desde la celdaU. El seor %oc0nigoreclama ese dinero. @ice que FiFisteis mucho tiempo a costa suHa.

U&ero si Ho era su hu0sped Ureplic'! #atigado! el prisionero.El anciano #uncionario leFant' la mano.UEsa es harina de otro costal. 9onsidero que corresponde

deFolFer el manto.U qu0 quiere que hagamos con 0lM Ueclam' la sastra!

obstinada.El rostro del anciano se enroBeci' ligeramente.UEstimada seora UdiBo con Fo6 pausadaU! creo que no os

Fendría mal un poco de caridad cristiana. El prisionero tiene

pendiente una conFersaci'n que es para 0l asunto de Fida o muerte.>o pod0is eigir que se preocupe Nnicamente de Fuestro manto.)a anciana le mir' insegura. @e pronto record' d'nde estaba H

se pregunt' si no sería meBor retirarse.U9reo que tiene derecho a protestar UoH' que susurraba en

ese momento el prisionero.)a sastra se FolFi' hacia 0l.U@eb0is disculparme Uaadi' el nolanoU. >o creáis que su

p0rdida me es indi#erente. VoH a eleFar una instancia al respecto.El subalterno alto H gordo había salido de la celda obedeciendo

a una sea del anciano.

UEl manto no nos ha sido entregado Bunto con las demáspertenencias. %oc0nigo debe de haberse quedado con 0l UdiBo alregresar! etendiendo los bra6os.

El nolano se sobresalt' Fisiblemente. )uego diBo con Fo6 Arme:UEso no es Busto. )e demandar0.El anciano mene' la cabe6a.U%ás Fale que os preocup0is de la conFersaci'n que habr0is de

mantener dentro de un par de minutos. >o puedo permitir que se sigadiscutiendo aquí por un par de escudos.

5 la anciana se le subi' la sangre a la cabe6a. %ientras hablabael nolano! había permanecido en silencio! mirando con gesto dedisgusto hacia un rinc'n. &ero otra Fe6 había perdido la paciencia.

UOn par de escudosW Ucomen6' a chillarU. Son las ganancias

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La cruzada de los niños 1939

En el ao treinta H nueFe hubo en &oloniauna batalla sangrientaque a escombros reduBociudades H aldeas.

)a muBer allí perdi' al marido.)a hermana perdi' al hermano.  el hiBo! entre ceni6as!a sus padres busc' en Fano.

>o llegaba de &oloniauna noticia! una carta!mas por el Este corríauna historia muH etraa.

5lguien reAri' la historiaen una ciudad neFada!de unos nios que emprendieronen &olonia una cru6ada.

%uertos de hambre! en tropeles!

por los caminos aFan6aban!H se les unían otros niosen las aldeas que atraFesaban.

@e batallas H amargas pesadillashuir intentabanpara llegar a algNn país dondela pa6 reinara.

%archaba entre ellos un pequeo líder!que #ue quien los organi6'

H hacia d'nde lleFarlos era ahorasu gran preocupaci'n.

Ona nia de once cuidabade un chiquitín que apenas sabía andar. Tenía todo lo que hace a una madre!pero no un país en pa6.

On pequeo Budío iba en el grupocon su cuellito de terciopelo. Toda su Fida había comido pan blanco!ahora a nada ponía peros.

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%as ellos *ilgoraH buscabanH no se cansaban de buscar.

En torno al Be#e todos se agrupaban!pues aNn creían en 0l.

  0ste el hori6onte blanco sealaba:U&or allí debe ser.

On #uego Fieron una noche!pero no se acercaron.Qtra Fe6 Fieron cru6ar tres tanquesllenos de soldados.

@iFisaron otro día una ciudad. Tampoco entraron!dieron un rodeo H por la noche

continuaron.

En el sureste de lo que #ue &oloniabaBo #uerte Fentiscaalguien Fio pasar a los cincuenta.Era la Nltima Fe6 que los Feían.

9uando cierro los oBosFeo que caminande un pueblo destruidoa una aldea en ruinas.

5llá en lo alto! entre las nubes! Feosiempre nueFas caraFanasque sin patria ni rumbopor la nieFe aFan6an.

*uscan anhelantes una tierra de pa6sin truenos ni incendios!no como la que deBaron atrás!H el corteBo es Ha inmenso.

9uando llega el crepNsculo!no parecen los mismos.Veo rostros espaoles!#ranceses H amarillos.

5quel enero! en &olonia!un perro aco encontraronque lleFaba un cartelde cart'n al cuello atado.

(Socorro Udecía el cartelU!

nos hemos etraFiado.Somos cincuenta. Este perro

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os traerá hasta nuestro lado+.

(>o lo mat0is. S'lo 0lsabe d'nde estamos.Si lo hac0is! nuestra esperan6a

morirá con 0l.+Era de un nio la letra!H eran campesinos quienes la leHeron.Ia pasado ao H medio desde que#ue hallado muerto de hambre el perro.

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planes para las campaas de &ersia H de la =ndia. )os Anancierosasienten con la cabe6a! pero sacan a colaci'n el tema de las alias!conquistadas hace aos! H en las que! sin embargo! han Fuelto aproducirse sangrientas reFueltas. (El >ueFo Qrden+ no marcha comoes debido. 5lguien hace una sugerencia: no sería pre#erible apla6ar

hasta el otoo la nueFa guerraM 90sar no responde! sino queabandona bruscamente la reuni'n. )os Anancieros al6an la manohaciendo el saludo romano. 5lguien murmura:

UEstá perdiendo su FieBo temple.Es que de pronto Ha nadie desea la guerraMSe hacen aFeriguaciones H sale a la lu6 un hecho

desconcertante: las #ábricas de armamentos preparan #ebrilmentematerial de guerra; sus acciones suben Fertiginosamente; tambi0nregistran un al6a los precios de los esclaFos...

Lu0 signiAca todo estoM @esean la guerra del dictador! H! sinembargo! le rehNsan el dinero para lleFarla a caboM

Iacia el anochecer! 90sar ha comprendido lo que aquellosigniAca: desean la g!erra, "ero no a*o s! mando.

@a entonces la orden de detener a cinco banqueros! pero se lenota pro#undamente a#ectado! a punto de su#rir una #uerte depresi'nnerFiosa. Su comportamiento sorprende a su aHudante! que le haFisto conserFar la sangre #ría en medio de las más sangrientasbatallas. 90sar se tranquili6a un poco cuando Fe llegar a *ruto! aquien tiene en gran aprecio. @e todas #ormas! no se siente con ganasde eaminar un (dossier+ que le acaba de entregar su hombre deconAan6a en la 9itH. "iguran en 0l nombres de diFersos conBurados!

entre ellos *ruto! que preparan un atentado contra su Fida. El temor aencontrar nombres de personas de su conAan6a en el grueso(dossier+ C(es tan grueso! tan espantosamente gruesoW+D es lo quele disuade de abrirlo. *ruto necesita echar un trago de agua cuandoFe c'mo 90sar deFuelFe el legaBo sin abrir a su secretario! paraeaminarlo más tarde.

En el palacio de 9leopatra estalla el desconcierto cuandoaparece *ruto! pálido H pro#undamente turbado! e in#orma de laeistencia de un (dossier+ sobre el complot! que 90sar puede leer encualquier momento. 9leopatra trata de tranquili6ar a los presentesapelando a su honor de soldados! H da al punto orden de liar los

bártulos. %ientras tanto! el edil policial se ha presentado ante 90sar.Es el tercero que ocupa ese cargo en lo que Fa de ao Us'lo tresmesesU. Sus antecesores #ueron destituidos por participar enintrigas. El edil garanti6a la seguridad personal del dictador a pesarde la conmoci'n que en la 9itH ha producido la detenci'n de losbanqueros! en cuHo #aFor se están moFiendo Ha en diFersos círculospoderosas inuencias... En opini'n del edil! la guerra con &ersia! decuHa inminencia parece conFencido! acallará a la oposici'n. %ientrasel edil le epone con todo detalle las amplias medidas de protecci'nque considera necesarias! 90sar Fe a traF0s de 0l! como en unaFisi'n! la #orma en que ha de morir! pues no le cabe duda de que hade morir muH pronto. Se deBará lleFar al p'rtico de &ompeHo! dondedescenderá; allí despachará a los peticionarios! acudirá al templo!

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)os negros son más seguros; no entienden latín! H es más di#ícil quese amotinen! contagiados por el ambiente que reina en la ciudad.90sar sabe ahora cuál es el ambiente que reina en la ciudad... En elpalacio! la noche transcurre agitada. 90sar se leFanta Farias Feces Hrecorre los amplios aposentos. )os negros cantan H beben. >adie se

preocupa de 0l! nadie le reconoce. El dictador escucha una de sustristes canciones H sale. Se dirige a los establos a Fisitar a su caballo#aForito. &or lo menos! el animal le reconoce... Roma la eterna estásumida en un sueo intranquilo. 5 las puertas de los asilos nocturnoshacen cola artesanos arruinados! ansiosos de encontrar un rinc'ndonde dormir siquiera tres horas! H mientras aguardan su turno! leenlos grandes carteles! medio desgarrados! en los que se solicitansoldados para una guerra en Qriente que nunca tendrá lugar. En los Bardines de la Beunesse dor0e han desaparecido los centinelas de lanoche anterior. @e los palacios salen Foces de borrachos. Onapequea cabalgata atraFiesa la puerta sur de la ciudad: la reina deEgipto abandona! toda enFuelta en Felos! la capitalY 5 las dos de lamaana! 90sar recuerda algo! se leFanta H se dirige en camis'n al aladel palacio donde los Buristas continNan preparando la nueFaconstituci'n. )os manda a dormir.

Iacia la madrugada! alguien comunica a 90sar que susecretario Raro ha sido asesinado durante la noche. 5l parecer! habíacorrido la Fo6 de que estaba en tratos con políticos plebeHos! H unasmanos poderosas! surgidas de la oscuridad! asestaron el golpe #atal.&ero de qui0n eran esas manosM )as listas con los nombres de losconBurados! que aHer obraban en su poder! han desaparecido.

5 Raro lo asesinaron en palacio. >i siquiera el palacio es Ha sitioseguro para los leales al dictador. )o es acaso para el propiodictadorM

90sar permanece largo rato Bunto al catre sobre el cadáFer desu secretario! la Nltima persona en quien podía conAar! H al que esaconAan6a ha costado la Fida.

5l salir de la cámara se Fe atropellado por un soldado borracho!que ni siquiera se disculpa. >erFioso! 90sar FuelFe Farias Feces lacabe6a mientras atraFiesa la galería.

En el atrio Uetraordinariamente desiertoU nadie se hapresentado a la recepci'n matinal. 90sar tropie6a con un enFiado de

5ntonio; el c'nsul le manda decir que por nada del mundo acuda hoHal Senado. Su seguridad personal está allí amena6ada. 90sar ordenaal enFiado de 5ntonio transmita a su amo que no irá al Senado. Eldictador acude! por el contrario! a casa de 9leopatra. 5l salir delpalacio pasa Bunto a la larga Ala de peticionarios que allí concurrentodas las maanas. Tal Fe6 9leopatra está dispuesta a Ananciar sucampaa. En ese caso podría prescindir tanto de la 9itH como delpueblo.

9leopatra no está en casa. )a casa está cerrada.5parentemente! la reina se ha marchado por mucho tiempo...

Vuelta al palacio. Lu0 etrao que la puerta de entrada est0abiertaW Resulta que la guardia ha abandonado sus puestos. El amodel mundo se asoma desde su litera H contempla su casa! en la que

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Ha ni siquiera se atreFe a entrar. 5d'nde irM@a la orden. 5l Senado.Recostado en su litera! sin mirar a un lado ni a otro! 90sar se

dirige al p'rtico de &ompeHo. 5llí desciende. @espacha a lospeticionarios. &enetra en el templo. *usca con la Fista a tal o cual

senador H lo saluda. Se sienta en su silla. Tienen lugar algunasceremonias. )uego! con un preteto! se le acercan los conBurados.Esta Fe6 no tienen manchas blancas en lugar de rostros como en susueo de hace dos noches; esta Fe6 todos tienen rostros: los rostrosde sus meBores amigos. Ono de ellos le da algo a leer! 90sar lo toma.Se precipitan sobre 0l.

2. El legionario de César

5l amanecer! una carreta tirada por bueHes cru6a! en direcci'n aRoma! la Ferdeante 9ampania. ViaBa en ella el rentero H Feterano de90sar! de cincuenta H dos aos! Terencio Scaper! con su #amilia Henseres. En sus rostros se adiFina la preocupaci'n. )os han epulsadode su pequeo lote de tierra por no pagar el arrendamiento. )a Nnicaa la que no parece disgustar tanto la idea de establecerse en la granciudad es )ucilia: tiene dieciocho aos! H su noFio FiFe allí.

5l acercarse a la ciudad! la #amilia adFierte que algo etraoestá ocurriendo. El control en las barreras es mucho más riguroso! Hde cuando en cuando los manda parar una patrulla. 9irculan rumores

relatiFos a una inminente guerra en 5sia. El FieBo soldado se ABa enlos numerosos puestos de alistamiento! que tan #amiliares le resultan!H que están Facíos debido a lo temprano de la hora; se siente reFiFir.90sar planea nueFas campaas triun#ales. Terencio Scaper llegaoportunamente. Es el , de mar6o del ao 44.

5 eso de las nueFe de la maana atraFiesa la carreta tirada porbueHes el p'rtico de &ompeHo. Ona muchedumbre aguarda allí lallegada de 90sar H de los senadores! que deben celebrar sesi'n en eltemplo. Se dice que el Senado se dispone a escuchar (una importantedeclaraci'n del dictador+. Todo el mundo discute la guerra. 9on gransorpresa para Scaper! las patrullas militares obligan a la gente acircular. )as discusiones cesan en cuanto aparecen los soldados. ElFeterano trata de abrirse paso con su carreta. 5l llegar a la mitadaproimadamente del p'rtico se pone en pie H grita FolFiendo elrostro:

U5Fe 90sarWSorprendido! comprueba! sin embargo! que nadie responde a su

saludo.On poco irritado! deBa a su #amilia en una barata posada de las

a#ueras H se lan6a en busca de su #uturo Herno! el secretario de 90sar! Tito Raro. >o deBa que )ucilia le acompae. 5ntes tiene que (aBustar

cuentas+ con el mo6albete.Scaper comprueba lo di#ícil que resulta el acceso al palacio de

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90sar! en el #oro. El control! sobre todo en lo relatiFo a armas! es muHseFero. Es un sector peligroso.

Ona Fe6 dentro! se entera de que el dictador tiene más dedoscientos secretarios. >adie ha oído hablar de Raro.

En realidad! Raro lleFa tres aos sin Fer a su Be#e en el ala de la

biblioteca del palacio. Secretario literario de 90sar! Raro colabor'durante algNn tiempo con el director en un trabaBo relacionado con lagramática. El trabaBo sigue inconcluso! pues el dictador no puedededicarle Ha tiempo. 9uando Fe entrar al FieBo soldado con #uertepisada! Raro casi se FuelFe loco de alegría. &ero es posible que)ucilia est0 aquí en RomaM Sí! aquí está! pero 0se no debe constituirmotiFo de alegría. )a #amilia está en la calle! H la muchacha tienegran parte de culpa. &odía haberse mostrado más amable con elarrendador! el #abricante de cueros &ompilio... %áime cuando Rarono se deBaba Fer nunca por allíW El muchacho se deAende conapasionamiento. Si no ha ido es porque no le han dado permiso. Iarátodo lo posible por aHudar a la #amilia. &edirá un adelanto a laadministraci'n. Iará Faler sus inuencias para colocar a TerencioScaper. &or qu0 el Feterano no había de ser capitánM @espu0s detodo! Roma está a punto de emprender una importante guerra.

Ruido de pasos H de armas en el corredor: 90sar asoma por lapuerta. El pequeo secretario se queda como parali6ado baBo lamirada escrutadora del gran hombre. Iacía tres aos que 90sar nopisaba por allíW >i siquiera sospecha que s! destino acaa de cr!/ar el !mral.

90sar no ha Fenido a trabaBar en su gramática! sino que anda

buscando a una persona en quien pueda conAar totalmente! algo muHdi#ícil de encontrar en ese palacio. 5l pasar por la biblioteca se acord'de su secretario literario! un BoFen totalmente aBeno a la política. TalFe6 por eso no le haHan sobornado...

@os guardias cachean a Scaper en busca de armas H le echan#uera. El soldado se marcha orgulloso: eFidentemente! su #uturo Hernono es el Nltimo mono del palacio. Iasta 90sar le busca. *uena seal.

 Tambi0n Raro es cacheado a su Fe6. )uego! el dictador le con#íaun encargo: debe ir a Fer a un banquero de Espaa! no sin dar unoportuno rodeo! con el An de preguntarle a qu0 se debe la misteriosaresistencia de la 9itH a la proHectada guerra de 90sar en Qriente.

%ientras tanto! el Feterano espera #uera al muchacho. 5l Ferque no sale URaro utili6' una puerta traseraU! Scaper FuelFe a laposada a dar cuenta a la #amilia del giro #aForable de losacontecimientos. &or el camino encuentra un puesto dereclutamiento. S'lo se presentan mo6albetes. Lu0 bueno será tenerprotecci'n H oAciar de capitánW &ara simple soldado es Ha demasiadoFieBo.

Scaper entra en Farias tabernas que encuentra por el camino! Hcuando por An llega a la pequea posada donde ha deBado a su#amilia! está un poco achispado. Se imagina ser el capitán TerencioScaper! H dirige sus iras contra el noFio de )ucilia! que aNn no se hapresentado. 5sí que el encumbrado seor secretario no dispone detiempo para ir siquiera a saludar a su prometidaM de qu0 Fa a FiFir

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)ucilia regresa Bunto a su madre H le cuenta llena de alegría lopr'imo al gran 90sar que está su amado.

%ientras tanto! el BoFen secretario trata en Fano de burlar a susperseguidores.

5ntes de medianoche sabrá lo que signiAca go6ar de la

intimidad de los poderosos.Iacia las once! Raro regresa al palacio del #oro. On regimientode negros se ha hecho cargo de la guardia. )os soldados estánborrachos en su maHoría.

En su pequeo cuarto! detrás de la biblioteca! el BoFensecretario busca #ebrilmente el (dossier+ que el día anterior leentregara para 90sar el banquero de Espaa. 90sar no lo ha leído. Enel (dossier+ Aguran los nombres de los conBurados. &or An loencuentra. >o #alta ningNn nombre: *ruto! 9asio! toda la  *e!nessedor0e de Roma! H entre ellos! muchos a quienes 90sar tiene poramigos. Es imprescindible que el dictador lea el (dossier+ esa mismanoche. Su lectura le decidirá a recurrir a la carreta de Terencio Scaper.

Raro toma el (dossier+ H se lan6a en busca de 90sar. )ospasillos están casi a oscuras; del ala opuesta del palacio llegan lascanciones de los centinelas borrachos.

En la entrada del atrio montan guardia dos negros gigantescos!que le cierran el paso. Trata de hablar con ellos! pero no entienden loque dice.

)o intenta en otra direcci'n; el palacio es enorme. >ueFamentetropie6a con centinelas negros. >o haH #orma de pasar. &ruebadi#erentes pasillos H Bardines interiores! a los que se llega trepando

por ciertas Fentanas! pero todo está acerroBado.9uando! completamente agotado! regresa por An a suhabitaci'n! Raro cree reconocer la silueta de un hombre en el etremoopuesto del pasillo. Es sin duda uno de sus perseguidores.

&resa del pánico! se precipita hacia su habitaci'n H atranca lapuerta. Sin atreFerse a encender una lu6! se asoma a la Fentana queda al patio. 5llí mismo! delante de la Fentana! está sentado elsegundo hombre. On sudor #río empapa el rostro del BoFen secretario.Pste permanece largo tiempo sentado a oscuras en su habitaci'n!escuchando. olpean a la puerta! pero Raro no responde. >o Ferá!pues! al hombre que ha llamado H que! tras esperar un momento ante

la puerta! por An se aleBa: ese hombre era 90sar.@esde medianoche! la carreta de Terencio Scaper aguarda en las

inmediaciones de la puerta. El Feterano tan s'lo ha dicho a su muBer Ha sus hiBos que se Fe obligado a hacer un FiaBe que le mantendráaleBado de Roma algunos días. )ucilia H su madre deben acudir aRaro! quien se ocupará de ellas.

%as llega el alba sin que en la puerta sur se haHa presentadonadie dispuesto a subir a la carreta.

En la madrugada del ,/ de enero comunican al dictador que susecretario ha sido asesinado esa noche en el palacio. )a lista quecontiene los nombres de los conBurados ha desaparecido. 90sarencontrará a los portadores de esos nombres esa misma maana enel Senado! H se desplomará baBo sus puales.

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Ona carreta de bueHes! conducida por un FieBo soldado H almismo tiempo rentero arruinado! iniciará el regreso a una posada delas a#ueras de Roma! donde aguarda una pequea #amilia a la que elgran 90sar adeuda trescientos sestercios...

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El soldado de La Ciotat

"ue despu0s de la primera guerra mundial. @urante una #eriaorgani6ada con motiFo de la botadura de un barco en un pequeopuerto del sur de "rancia llamado )a 9iotat! descubrimos! en mediode una pla6a! la estatua en bronce de un soldado del eB0rcito #ranc0s.Viendo c'mo la gente se arremolinaba en torno a ella! decidimosaproimarnos. 9uál no sería entonces nuestra sorpresa cuando nospercatamos de que en realidad se trataba de un hombre de carne Hhueso que! cubierto por un capote color tierra H con un casco deacero en la cabe6a H una baHoneta baBo el bra6o! permanecíacompletamente inm'Fil sobre un 6'calo de piedra! desaAando elardiente sol de Bunio. Tenía el rostro H las manos pintados de color debronce. >o moFía un solo mNsculo; ni siquiera pestaeaba.

5 sus pies! apoHado contra el 6'calo! había un tro6o de cart'nque re6aba:

(E) IQ%*RE EST5TO5(Homme Stat!e)

 o! 9harles )ouis "ranchard! soldado del ... regimiento! aconsecuencia de haber quedado sepultado #rente a VerdNn! poseo larara habilidad de permanecer completamente inm'Fil! como !na

estat!a, durante el tiempo que se me antoBe. Esta #acultad mía hasido estudiada por muchos pro#esores! que la han caliAcado deen#ermedad ineplicable. (@ad Fuestro pequeo 'bolo a un padre de#amilia sin trabaBoW+

5rroBamos una moneda al plato que había Bunto al cártel H nosaleBamos meneando la cabe6a.

Ie ahí! pensábamos! armado hasta los dientes! al indestructiblesoldado de tantos milenios; el que hi6o posibles las ha6aas de5leBandro! de 90sar H >apole'n! de las que hablan los manuales. Ieleahí sin pestaear siquiera. Ie ahí al arquero de 9iro! al conductor de

los carros #alcados de 9ambises! al que las arenas del desierto noconsiguieron sepultar! al legionario de 90sar! al lancero de engis?Khan! al sui6o de )uis Z=V H al granadero de >apole'n. &osee la#acultad Uno tan ecepcional despu0s de todoU de no chistar Bamáscuando se ensaHan sobre 0l todos los instrumentos de destrucci'nimaginables. Es capa6 de mostrarse insensible UsegNn diceU cuandole enFían a la muerte. 5traFesado por las lan6as de todas las 0pocas:de piedra! bronce o hierro! aplastado por los carros de combate! tantolos de 5rteBerBes como los del general )udendor[! pisoteado por losele#antes de 5níbal H los caballos de 5tila; destro6ado por losproHectiles de artillería! cada Fe6 más per#eccionados! de las distintas

0pocas! así como por las piedras de las catapultas; acribillado por lasbalas de los #usiles! grandes como hueFos de paloma o diminutas

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como abeBas; hele ahí! indestructible! siempre dispuesto a cumplir las'rdenes que se le imparten en todos los idiomas! sin saber nunca porqu0 ni para qu0. )as tierras que conquist' nunca llegaron apertenecerle! como el albail tampoco ocupa nunca la casa que consus manos construH'. >i siquiera era suHa la tierra que de#endía. %as

0l todo lo soporta; por encima! la lluFia mortí#era de los aFiones H labrea ardiente que derraman sobre su cabe6a desde lo alto de lasmurallas de la ciudad enemiga; por debaBo! minas H trampas; a sualrededor! la peste H los gases asAiantes. *lanco FiFiente para lan6asH echas! picadillo de tanque! carne de ca'n; tiene en#rente alenemigo! H detrás! al general. =ncontables manos teBieron su Bub'n!trabaBaron su arn0s! cortaron el cuero para sus botasW =ncontablesbolsillos se llenaron a epensas suHasW >o ha habido dios que lebendiBera. 5 0l! que está atacado por la horrible lepra de la paciencia!a 0l! que está minado por el mal! incurable! de la insensibilidadW Lu0etrao sepultamiento UpensábamosU proFocaría en aquel hombretan monstruosa! horrenda H enormemente contagiosa en#ermedadM&ero Unos preguntábamosU no tendrá 0sta cura a pesar de todoM

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Preguntas de un obrero que lee

Lui0n construH' Tebas! la de las Siete &uertasMEn los libros Aguran s'lo nombres de reHes.5caso arrastraron ellos los bloques de piedraM  *abilonia! mil Feces destruida!qui0n la FolFi' a leFantar otras tantasM Luienes ediAcaronla dorada )ima! en qu0 casas FiFíanM5d'nde #ueron la nocheen que se termin' la ran %uralla! sus albailesM)lena está de arcos triun#alesRoma la grande. Sus cesaressobre qui0nes triun#aronM *i6ancio!tantas Feces cantada! para sus habitantess'lo tenía palaciosM Iasta en la legendaria5tlántida! la noche en que el mar se la trag'! los que se

ahogabanpedían! bramando! aHuda a sus esclaFos.El BoFen 5leBandro conquist' la =ndia.Pl soloM90sar Fenci' a los galos.>o lleFaba siquiera a un cocineroM

"elipe == llor' al saber su ota hundida.>o llor' más que 0lM"ederico de &rusia gan' la guerra de los Treinta 5os.Lui0n la gan' tambi0nM

On triun#o en cada página!Lui0n preparaba los #estinesMOn gran hombre cada die6 aos.Lui0n pagaba los gastosM

5 tantas historias!

tantas preguntas.

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desa6onado una conFersaci'n que había mantenido la noche anteriorcon un noble BoFen! oAcial de caballería! al que había conocido! algNntiempo atrás! entre los bastidores de un teatro.

UOn plan maestroW Ule había eplicado el mo6albeteU. )ain#antería no debe moFerse de su sitio! sino que habrá de resistir a

pie Arme el embate del enemigo. %ientras tanto! la caballería aFan6apor la hondonada H ataca a aqu0l por la retaguardia.)a hondonada debía de estar bastante leBos! hacia la derecha!

perdida entre la niebla. allí la caballería se encontraría dispuesta Hapara el ataque.

El plan le había parecido bueno! o! por lo menos! no del todomalo. Siempre se tra6an planes! sobre todo cuando se es menos#uerte que el enemigo; pero cuando llega la hora de la Ferdad! uno seolFida de todo H comien6a a dar golpes a diestro H siniestro. Ona cosaes! en e#ecto! el plan H otra lo que te deBa hacer el enemigo.

5hora! en la claridad gris de la maana! a S'crates le parecíaaquel plan sencillamente repugnante. Lu0 signiAcaba eso de que lain#antería debía aguantar el embate del enemigoM )o normal eraalegrarse cuando se eFitaba algNn choque; ahora! sin embargo! elarte consistía precisamente en encaBar el golpe. Era una lástima queel general #uese de caballeríaW Seguramente no había en todo elmercado tantas cebollas como necesitaba un soldado de a pie en unaocasi'n como aqu0lla.

qu0 poco natural resultaba estar allí! a horas tan tempranasde la maana sentado en pleno campo de batalla! con die6 o máslibras de hierro sobre el cuerpo H un cuchillo de carnicero en la mano!

en lugar de reposar tranquilamente en la camaW Era Busto que sede#endiese a la ciudad en caso de ataque! pues uno se eponía! si no!a todo tipo de contrariedades! mas por qu0 era atacada la ciudadM&orque los armadores! Fieros H comerciantes de esclaFosestablecidos en el 5sia %enor habían hostigado a los armadores!Fieros H comerciantes de esclaFos persas. VaHa un motiFoW

@e pronto! todos los in#antes se quedaron helados. &or lai6quierda surgi' de la niebla un sordo Focerío! acompaado desonidos metálicos! que se propag' rápidamente. El ataque delenemigo había comen6ado.

)a secci'n se puso en pie. Todos escrutaban la niebla con oBos

desorbitados. 5 die6 pasos de S'crates! un hombre se hinc' derodillas para inFocar! balbuciente! a los dioses. (@emasiado tarde+!pens' el Al'so#o.

@e repente! como en respuesta! se oH' un terrible bramido mása la derecha. El grito de socorro parecía haberse conFertido en gritoag'nico. S'crates Fio salir de la niebla una pequea barra metálica.On dardoW

&or An aparecieron! desdibuBadas por la bruma! las poderosassiluetas de los atacantes.

5brumado por la sensaci'n de haber esperado tal Fe6demasiado! S'crates se FolFi' torpemente H ech' a correr. )a cora6aH las pesadas espinilleras diAcultaban sus moFimientos. Eran muchomás peligrosas que un escudo! pues no era #ácil desprenderse de

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para que pudieras laFarte los piesMS'crates se estremeci' al oír eso H conA' en que Jantipa no se

hubiera percatado de lo que pasaba. Iabía que eFitar a toda costa elpedilunio. racias a los dioses! la muBer prosigui' su retahíla:

U5sí que ni estabas borracho ni tus amigos te consiguieron un

puesto seguro en la retaguardiaM Eso signiAca que te has portadocomo un carnicero. Tienes las manos ensangrentadas! ehM ! sinembargo! cuando se me ocurre pisar una araa! tN te pones comoloco. >o pienses que me chupo el dedo H me FoH a creer lo de tuha6aa.  Sin embargo! alguna astucia tienes que haber hecho paraque ahora Fengan a darte palmaditas en la espalda. &ero Ha te sacar0la Ferdad; de eso puedes estar seguro.

)a sopa estaba Ha lista. Su olor era realmente seductor. )amuBer retir' el caldero del #uego! H utili6ando! para no quemarse losdedos! la tela del Festido a guisa de pao! lo coloc' sobre la mesa Hempe6' a serFir la sopa. S'crates pens' si no le conFenía recuperarsu apetito. )a idea de tener que aproimarse a la mesa lo contuFo atiempo.

Se encontraba a disgusto. Sentía claramente que la cosa nohabía acabado aNn. Estaba seguro de que le aguardaban momentosmuH desagradables. =mposible que deBaran en pa6 a alguien quehabía decidido una batalla contra los persas. 5hora! en los primerosmomentos de BNbilo tras la Fictoria! era natural que no se pensase enaquel a quien debían el triun#o. Todo el mundo estaba más queocupado en pregonar sus propias ha6aas. &ero maana o pasadomaana! cada cual Fería al colega adBudicarse todo el m0rito! H sería

entonces cuando todos distinguirían a S'crates. %uchos proclamaríanal 6apatero como el aut0ntico h0roe de la Bornada para #astidiar aotros. 5 5lcibíades! por eBemplo! más de uno le guardaba rencor. 9onmal0Folo placer se le echaría en cara el hecho de que hubiese sido unsimple 6apatero el Ferdadero artíAce del triun#o.

&ero la espina le dolía más que nunca. Si no se quitaba pronto lasandalia! tal Fe6 se le produBese un enFenenamiento de sangre.

U>o hagas tanto ruido al comer UdiBo distraído.)a muBer se qued' con la cuchara en la boca! como parali6ada.ULu0 pasaMU>ada Use apresur' a asegurar el marido! atemori6adoU.

Estaba pensando. Jantipa se leFant'! #uera de sí de c'lera! FolFi' a colocar el

caldero en el #og'n H sali' precipitadamente de la habitaci'n.S'crates lan6' un pro#undo suspiro de aliFio. Se leFant' como

pudo de la silla H se dirigi' a la pata coBa hasta su lecho! no sin FolFermás de una Fe6 el rostro! por si aparecía su muBer. Jantipa entr' otraFe6 para recoger el chal H mir' con recelo al marido! que Hacíainm'Fil en su hamaca de cuero. &or un instante la muBer pens' quedebía de pasarle algo! despu0s de todo. estuFo a punto depreguntarle qu0 tenía! pues en el #ondo le era muH adicta. Sinembargo! lo pens' dos Feces H sali' con gesto hosco de la habitaci'ndispuesta a asistir a las celebraciones en compaía de una amiga.

S'crates tuFo un sueo intranquilo H se despert' preocupado.

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Se había quitado por An la sandalia! pero no lograba sacarse laespina. Tenía el pie muH hinchado.

5l día siguiente! la muBer amaneci' menos hostil. 5quella nochehabía oído hablar a toda la ciudad de su marido. Realmente! tenía quehaber pasado algo para que la gente estuFiese tan impresionada. >o

le cabía en la cabe6a! sin embargo! que su marido hubiese logradodetener a toda una secci'n del enemigo. Pl era incapa6 de algosemeBante. Iacer #rente con sus preguntas a toda una concurrencia!sí! eso sí. &ero a una secci'n de soldados! imposibleW Lu0 habíaocurrido! puesM

Estaba tan desconcertada! que le lleF' la leche de cabra a lacama. S'crates no hacía ademán de leFantarse.

UEs que no quieres salirM Upregunt' Jantipa.U>o tengo ganas Ugru' su marido.5qu0lla no era manera de responder a una esposa solícita! pero

 Jantipa pens' que tal Fe6 su marido no quisiera eponerse a lasmiradas de la gente! por lo que deB' pasar la o#ensiFa respuesta.

5quella misma maana lleg' la primera Fisita: un par de B'Fenes! de #amilia acomodada! como los que #ormaban el círculohabitual del Al'so#o. )e trataban siempre como a su maestro! Halgunos incluso anotaban lo que 0l decía como si #uera algo muHespecial.

)os B'Fenes Fisitantes se apresuraron a in#ormarle de que en5tenas no se hablaba más que de su ha6aa. 5qu0lla era! segNn ellos!una #echa hist'rica para la Aloso#ía Cluego Jantipa tenía ra6'n; sedecía en realidad (Alerso#ía+D. S'crates había demostrado! en e#ecto!

que un gran espíritu contemplatiFo podía ser al mismo tiempo ungran hombre de acci'n.S'crates les prest' oído atento; parecía haber renunciado a su

habitual dicacidad. %ientras los B'Fenes hablaban! parecíale escuchara lo leBos! como se escucha el rumor de una tormenta! una especie deenorme carcaBada! la carcaBada de toda una ciudad! de todo un país. aquella carcaBada! leBana aNn! se iba! sin embargo! aproimando pormomentos! sin pausa! H todo el mundo se sentía de pronto contagiadopor la risa: los transeNntes que circulaban por la calle! loscomerciantes H los políticos en el mercado! los artesanos en suspequeos talleres.

U>o estáis diciendo más que tonterías Ueclam' el Al'so#o consNbita determinaci'nU. o no he hecho nada.

)os B'Fenes se miraron sonrientes. )uego! uno de ellos eclam':UEactamente lo que diBimosW Sabíamos que te lo ibas a tomar

así. 5 qu0 Fiene de pronto todo este griteríoM! preguntamos aEus'pulo #rente al gimnasio. Iace die6 aos que S'crates lleFa a cabolas maHores ha6aas intelectuales H! sin embargo! nadie se habíaFuelto a mirarle. 5hora gana una batalla! H toda 5tenas habla de 0l.Es que no comprend0is! preguntamos! cuán Fergon6oso es todo esoM

S'crates lan6' un gemido.U&ero si Ho no he ganado esa batalla. %e limit0 a de#enderme

cuando me atacaron. Esa batalla no me interesaba. >i soH armero! niposeo Fiedos en la comarca. >o tengo! pues! motiFos para luchar.

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%is compaeros de armas eran gente sensata de los arrabales de5tenas! gente que no tiene inter0s alguno en que haHa guerra. o hicelo mismo que hicieron ellos; si es acaso! me anticip0 a miscompaeros. Es todo.

)os dos B'Fenes se quedaron como anonadados.

U&ero si eso es eactamente lo que diBimosW UeclamaronU. Plno ha hecho más que de#enderse. Es su manera particular de ganarbatallas. &ermítenos que regresemos sin demora al gimnasio.=nterrumpimos un debate sobre este tema s'lo para Fenir a saludarte.

  se aleBaron! Foluptuosamente en#rascados en una discusi'n.S'crates se qued' silencioso en su hamaca. 5poHado sobre

ambos codos! miraba al techo ennegrecido de hollín. >o se habíaequiFocado en sus sombrías predicciones.

Su muBer le obserFaba desde un ángulo de la habitaci'n!mientras 6urcía con moFimientos casi mecánicos su FieBa #alda.

@e pronto! Jantipa pregunt' en Fo6 queda:U*ueno! qu0 haH detrás de todo estoMS'crates se sobresalt'. %ir'! Facilante! a su esposa.Era 0sta una muBer gastada por el trabaBo! con el pecho que

parecía una plancha H los oBos muH tristes. Sabía que podía conAar enella. Jantipa le serFiría de báculo cuando hasta sus mismos discípulosdiBeran de 0l: (S'cratesM >o es ese remend'n que niega a losdiosesM+ )e había tocado en suerte a la muBer un mal marido! masella a nadie se queBaba! si no era a 0l. &or otro lado! no había pasadoun solo día sin que! al regresar hambriento por la noche de casa dealguno de sus ricos discípulos! S'crates se hubiese encontrado sin su

peda6o de pan H su tro6o de tocino esperándole encima de la mesa.Se pregunt' si no sería meBor contárselo todo. &ero luego pens'que muH pronto iba a Ferse obligado a Angir H contar todo tipo dementiras en su presencia cada Fe6 que la gente Finiera a Ferle parahablar con 0l de sus ha6aas! igual que acababan de hacer los dosmuchachos! H que todo eso le resultaría imposible! estando ella altanto de la Ferdad! pues la estimaba.

@eB'! pues! las cosas como estaban H se limit' a decir:UEsta habitaci'n apesta a la sopa de Budías de anoche.)a muBer le dirigi' una mirada llena de recelo.>aturalmente! su situaci'n no les permitía tirar la comida. Pl

trataba solamente de distraer su atenci'n. Jantipa estaba cada Fe6más conFencida de que algo le pasaba a su marido. &or qu0 no seleFantaba de una Fe6M Es Ferdad que siempre se le pegaban lassábanas por la maana! pero eso se debía a que tambi0n se acostabatarde. 5noche lo había hecho muH temprano. hoH toda la ciudadestaba en pie #esteBando el triun#o. )as tiendas no habían abierto. Onaparte de la caballería había regresado a las cinco de la madrugadadespu0s de perseguir al enemigo: todos habían podido oír el ruido delos cascos. Jantipa sabía que a su marido le apasionaban lasconcentraciones humanas. 9ada Fe6 que se producía alguna de esasconcentraciones! S'crates se pasaba todo el día en la calle!entablando conFersaci'n con todo el mundo. &or qu0 hoH no seleFantabaM

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El Fano de la puerta se oscureci' de pronto! H cuatromagistrados entraron en la habitaci'n. Se detuFieron en el centro dela misma! H uno de ellos diBo en un tono rutinario! si bien cordial! quetenía la misi'n de conducir a S'crates al 5re'pago. El propio general5lcibíades había dispuesto que se le tributaran honores por su ha6aa

guerrera.On #uerte murmullo procedente de la calle indicaba que losFecinos se estaban concentrando #rente a la casa.

S'crates sinti' que le baaba un sudor #río. Sabía que no lequedaba más remedio que leFantarse! H aunque recha6ara lainFitaci'n que se le hacía! tendría por lo menos que decir algo amableH acompaar a aquella gente hasta la puerta. Entonces se ABarían ensu pie e inmediatamente se enterarían de todo.

En lugar de leFantarse! S'crates se deB' caer otra Fe6 sobre ladura almohada H diBo malhumorado:

U>o necesito honores. @ecid al 5re'pago que estoH citado conunos amigos a las once para debatir una cuesti'n Alos'Aca que nosinteresa muchísimo H que! lamentándolo mucho! no puedo acudir.Esos actos pNblicos me sacan de quicio! H además estoH muH#atigado.

5adi' esto Nltimo porque le #astidiaba haber mentado laAloso#ía! H diBo aquello de los honores al principio porque esperabapoder deshacerse con maHor #acilidad de sus Fisitantes mostrándosegrosero.

)os magistrados comprendieron per#ectamente H! girando sobresus talones! salieron de la casa! atropellando al pueblo reunido #uera.

Ua te ensearán a ser cort0s con las autoridades Ucoment'enoBada Jantipa! H se dirigi' hacia la cocina.S'crates esper' a que saliera su muBer; luego! dándose la Fuelta

lo más de prisa que pudo! se sent' al borde de la cama sin apartar niun momento los oBos de la puerta. 5cto seguido trat'! con todaprecauci'n! de apoHar el pie en#ermo en el suelo. >o había nada quehacer. Empapado en sudor! FolFi' a tenderse en la hamaca. Transcurri' media hora. S'crates tom' un libro H se puso a leer.9uando no moFía el pie! apenas sentía nada.

Entonces se present' su amigo 5ntístenes.Sin quitarse el manto! 5ntístenes se qued' al pie de la cama!

tosiendo conFulsiFamente H rascándose la hirsuta barba por la partedel cuello mientras obserFaba a S'crates.

UTodaFía estás entre sábanasM 9reí que s'lo encontraría a Jantipa. En realidad! si me leFant0 de la cama #ue para interesarmepor tu salud. 5Her estaba muH res#riado; por eso no me uní a Fosotros.

USi0ntate UdiBo S'crates lac'nico.5ntístenes cogi' una silla del rinc'n H se sent' Bunto a su amigo.UEsta misma noche reanudar0 las lecciones. >o Feo motiFo

para prolongar este par0ntesis.U>o.U9laro que me pregunto si Fendrán. IoH se celebran grandes

#estines. En el camino hacia tu casa me top0 con el BoFen &heston! Hcuando le diBe que esta noche daba mi lecci'n de álgebra! se mostr'

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muH entusiasmado. )e epliqu0 que podía Fenir con 9asio. &rotágorasH compaía se pondrán #uriosos cuando se enteren de que 5ntístenesdict' su lecci'n de álgebra al día siguiente de la batalla.

UTe encontraste con alguien másMUSí! con mucha gente.

S'crates mir' al techo con un gesto de mal humor. @ebíacon#esarle a 5ntístenes toda la FerdadM Tenía bastante conAan6a ensu amigo. Pl mismo nunca había aceptado dinero a cambio de suslecciones! de modo que no representaba competencia alguna para5ntístenes. Tal Fe6 #uera conFeniente eponerle aquel caso tanenreFesado. )leno de curiosidad mir' 5ntístenes a su amigo con susrelucientes oBos de grillo H le diBo:

Uorgias anda contando por ahí que seguramente trataste dehuir del enemigo H que en el apuro te equiFocaste de direcci'n H enlugar de retroceder aFan6aste. On par de muchachos de buena #amiliahan prometido darle su merecido por haber dicho eso.

S'crates le mir' desagradablemente sorprendido.ULu0 disparateW Ucoment' enoBado.@e repente comprendi' qu0 arma les daba a sus enemigos si se

descubría ante ellos. 5quella noche! Ha hacia la madrugada! se lehabía ocurrido la idea de Angir que todo había sido un eperimentodestinado a comprobar hasta d'nde podía llegar la credulidad de lagente. ()leFo Feinte aos predicando el paciAsmo por toda la ciudad!H un simple rumor ha bastado para que mis propios discípulos meconsideren un #uribundo guerrero+! etc.! etc. &ero para eso habríahecho #alta que se perdiera la batalla. EFidentemente! no resultaba

oportuno ponerse a hablar ahora de paciAsmo. @espu0s de unaderrota! hasta los Be#es se conFertían Upor algNn tiempoU enpaciAstas; despu0s de un triun#o! incluso los Nltimos ciudadanos sedeclaraban partidarios incondicionales de la guerra! por lo menoshasta que se daban cuenta de que para ellos Fictoria o derrota erancasi una misma cosa. >o! eFidentemente no podía esgrimir comoarma el paciAsmo.

@esde la calle lleg' un ruido de cascos. On grupo de Binetes sedetuFo ante la puerta! H el propio 5lcibíades entr' en la habitaci'ncon paso alado.

U*uenos días! 5ntístenes. 9'mo anda el negocio de la

Aloso#íaM Upregunt' con Fo6 radiante. ! dirigi0ndose al hombretendido en el lechoU: En el 5re'pago están #uriosos con tu respuesta!S'crates. &ara gastarles una broma! propuse que en lugar deconced0rsete los laureles se te propinaran cincuenta a6otes.>aturalmente! eso les molest'! pues era eactamente lo que ellosdebían de estar pensando. %as insisto en que debes Fenir. =remos Buntos los dos! a pie.

S'crates suspir'. Se lleFaba muH bien con el BoFen 5lcibíades.%ás de una Fe6 habían bebido Buntos. Era muH amable de su parte elhaber Fenido personalmente a buscarlo. )e constaba que no lo habíahecho con el solo obBeto de proFocar al 5re'pago. aunque s'lo lohubiera hecho por eso! su prop'sito era honorable H merecía serapoHado.

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nuestros! seguro que tambi0n le habría ati6ado. En mi desesperaci'nme puse a gritar a prop'sito de otras secciones para que los persascreHeran que 0ramos muchos: idea absurda! pues! naturalmentenuestros enemigos no entendían el griego. &arece ser! sin embargo!que ellos estaban a su Fe6 bastante nerFiosos. >o podían aguantar

aquel griterío despu0s de todo lo que habían tenido que soportardurante el aFance. Se quedaron! pues! como parali6ados unosinstantes! H entonces lleg' nuestra caballería. Eso es todo.

@urante unos segundos rein' en la habitaci'n el más completosilencio. 5lcibíades se qued' mirando ABamente al Al'so#o. 5ntístenesse lleF' la mano a la boca para amortiguar un golpe de tos! que estaFe6 sí era natural. @esde la puerta de la cocina! que ocupaba Jantipa!lleg' una sonora carcaBada.

5ntístenes diBo en tono seco:UEstá claro que no podíais ir al 5re'pago H subir coBeando la

escalinata para recoger tus laureles. 5hora te entiendo.5lcibíades se recost' contra el respaldo de la silla H! entornando

los oBos! obserF' al Al'so#o! que Hacía en la hamaca. >i S'crates ni5ntístenes miraban al general.

Pste FolFi' a incorporarse H ci' con ambas manos una de susrodillas. Su Ano rostro de mo6albete se contraBo un segundo! pero nodeB' traslucir sus pensamientos o sentimientos.

U&or qu0 no diBiste que tenías cualquier otra heridaM Upregunt'.

U&orque tengo una espina en el pie Urespondi' S'crates contono brusco.

U5hW &or esoM UdiBo 5lcibíadesU. 9omprendo.  poni0ndose en pie! se aproim' al lecho.ULu0 lástima no haber traído mi propia coronaW Se la di a mi

asistente para que la guardara. @e tenerla aquí te la hubieraentregado. 9r0eme si te digo que te considero un hombre Faliente. >ocono6co a nadie que en circunstancias semeBantes hubiese tenido elcoraBe de sincerarse como tN lo has hecho.

  sin decir más! abandon' con paso rápido la habitaci'n.9uando hubo laFado el pie en#ermo H etraído la espina! Jantipa

coment' malhumorada:U&odía hab0rsete producido un enFenenamiento de sangre.

U9omo mínimo Urespondi' el Al'so#o.

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La anciana indigna

%i abuela tenía setenta H dos aos cuando #alleci' mi abuelo.&oseía 0ste un tallercito de litogra#ía en una ciudad de *aden en elcual trabaB'! con dos o tres obreros! hasta su muerte. %i abuela notenía criada! sino que atendía ella sola el hogar! cuidaba del FieBo Hdestartalado caser'n H cocinaba para los hombres H sus hiBos.

Era una muBer pequea H delgada con oBos FiFarachos delagarto! pero con una manera de hablar serena H pausada. 9onescasísimos medios había conseguido criar a cinco hiBos! de los sieteque había tenido en total. 9on los aos H los sacriAcios había idomenguando poco a poco.

)as dos hiBas que tuFo emigraron a 5m0rica! H de sus hiBosFarones! dos tambi0n se marcharon! H s'lo uno! el benBamín! quetenía una salud bastante delicada! se qued' en la ciudad. Este Nltimose hi6o impresor H se carg' de hiBos.

%i abuela qued'! pues! sola en casa cuando #alleci' el abuelo.)os hiBos comen6aron entonces a escribirse cartas para tratar deencontrar una soluci'n. Ono se o#reci' a lleFársela consigo! H elimpresor! por su parte! mani#est' el deseo de mudarse con toda su#amilia a casa de la anciana. %as la abuela recha6' las propuestas desus hiBos H s'lo se declar' dispuesta a aceptar una pequea

asignaci'n de aquellos que estuFieran en condiciones de o#rec0rsela.)a Fenta del FieBo taller de litogra#ía apenas había reportado nada! Hquedaban! para colmo! deudas por saldar.

)os hiBos escribieron a la anciana para eplicarle que no podíaFiFir sola! pero como quiera que mi abuela persistiese en su actitudnegatiFa! aqu0llos por An cedieron H comen6aron a enFiarle algNndinero todos los meses! como ella había solicitado.

@espu0s de todo! uno de ellos! el impresor! FiFía en la mismaciudad. #ue el impresor quien asumi' la tarea de tener a sushermanos al tanto del estado de salud H actiFidades de la anciana.)as cartas que enFi' a mi padre! H lo que mi progenitor logr' tambi0n

aFeriguar en una Fisita que hi6o a la abuela H despu0s de la muertede la anciana! ocurrida dos aos más tarde! me permitieronreconstruir lo acaecido durante aquellos dos aos.

&arece ser que el impresor su#ri' una gran decepci'n cuando miabuela se neg' a acogerle en el FieBo caser'n! que tan Facío se habíaquedado. ViFía mi tío con su muBer H sus cuatro hiBos en una FiFiendade tres habitaciones. )a anciana mantenía la6os muH oBos con la#amilia del impresor. =nFitaba a los nios a merendar los domingos porla tarde! eso era todo.

Visitaba además a su hiBo una o dos Feces por trimestre!ocasiones en que aHudaba a su nuera a hacer compota de #resas. )a BoFen deduBo de algunas de las eclamaciones de su suegra que 0stano se encontraba demasiado a gusto en la modesta FiFienda del

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impresor! pues le resultaba demasiado estrecha. %i tío no pudomenos de recalcar este hecho mediante signos de admiraci'n en losin#ormes que regularmente enFiaba a sus hermanos.

En respuesta a una carta de mi padre en la que 0ste lepreguntaba qu0 hacía la anciana para ocupar su tiempo! el impresor

se limit' a in#ormarle de que #recuentaba el cine.IaH que comprender que aquello no era normal! por lo menoses lo que pensaban sus hiBos. Iace treinta aos! el cine no era lo quees hoH. )as películas se proHectaban en locales sucios! mal Fentilados;con #recuencia se trataba de FieBas boleras reconFertidas en salascinematográAcas. 5 la entrada se ehibían escandalosos carteles enlos que se anunciaban delitos de sangre H crímenes pasionales. Enrealidad! entonces s'lo iban al cine los adolescentes o! en busca de laoscuridad! las pareBas. Ona anciana que acudiese sola debía de llamarla atenci'n.

&ero había algo más que considerar! H era que si bien lasentradas no costaban caras! aquel tipo de diFersi'n se Feía como algototalmente superuo: ir al cine equiFalía a (tirar el dinero+. tirar eldinero no era un acto respetable.

5 todo esto se sumaba el hecho de que mi abuela no s'lo nomantenía relaciones regulares con el Nnico hiBo que le quedaba en laciudad! sino que tampoco Fisitaba ni inFitaba a casa a ninguno de susFieBos conocidos. Jamás acudía a las tertulias locales. En cambio! ibacon bastante asiduidad al taller de un 6apatero remend'n! en unacalleBa pobre H hasta de mala #ama! que solía #recuentar Uespecialmente por la tardeU gente poco respetable! como camareras

sin trabaBo H obreros en paro. El remend'n era un hombre de medianaedad que había recorrido todo el mundo sin que ello le hubieraserFido de mucho. Se decía tambi0n que era dado a la bebida. Encualquier caso! no era la suHa una amistad que conFiniera a miabuela.

5sí se lo había indicado el impresor UsegNn in#orm' en una desus cartasU! pero la anciana había acogido #ríamente su adFertencia.

UEs un hombre que ha Fisto mundo Uhabía sido su escuetarespuesta. >o era nada #ácil discutir con mi abuela de temas que ellase negaba a abordar.

Iabría transcurrido medio ao desde la muerte del abuelo

cuando el impresor escribi' una carta a mi padre en la que lecomunicaba que la anciana ahora comía en la #onda un día sí H otrono.

VaHa noticiaW%i abuela! que toda su Fida había cocinado para una docena de

personas H que se había contentado siempre con las sobras! sededicaba ahora a ir a la #onda. Lu0 demonios le ocurríaM

&oco tiempo despu0s tuFo mi padre que hacer un FiaBe denegocios a un lugar pr'imo a la ciudad de mi abuela! circunstanciaque aproFech' para Fisitarla. )leg' a su casa en el instante en que miabuela se disponía a salir. )a anciana se quit' el sombrero H sirFi' asu hiBo un Faso de Fino tinto H unas galletas. &arecía estar de unhumor sereno! equilibrado: no se mostr' con 0l ni demasiado

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epansiFa ni especialmente taciturna. &regunt' por nosotros! aunquesin insistir demasiado: lo que más le interesaba saber era si habíacere6as para los nios. En eso no había cambiado. En la casa lalimpie6a era total! H ella misma parecía go6ar de ecelente salud.

El Nnico detalle que hablaba de su nueFa Fida era el hecho de

que se negase a acompaar a mi padre a Fisitar la tumba del abuelo.U&uedes ir solo Ule diBo como si tal cosaU! es la terceraempe6ando por la i6quierda de la Ala once. o tengo que hacer.

El impresor comentaría más tarde que seguramente había ido aFer a su 6apatero. %i tío siempre se estaba queBando de la anciana.

Uo FiFo aquí! en este cuchitril! con los míos! H s'lo tengotrabaBo cinco horas todos los días! un trabaBo además mal pagado.&ara colmo! me FuelFe a dar guerra el asma... H mientras tanto elFieBo caser'n está Facío.

%i padre había reserFado una habitaci'n en la posada; sinembargo! conAaba en que su madre se dignaría inFitarle! aunque#uera por simple cumplido! pero nada de eso ocurri'. sin embargo!en Fida del marido! ella siempre se había empeado en que su hiBo sequedara a dormir en la casa! aunque hubiera estado abarrotada degente! en lugar de gastar dinero en un hotel. &ero la anciana parecíahaber roto deAnitiFamente con la Fida #amiliar para emprendernueFos derroteros ahora que su eistencia declinaba.

%i padre! que tenía un buen sentido del humor! la encontr' muH(despabilada+ H aconseB' a mi tío que le deBara hacer lo que se leantoBara.

&ero qu0 se le antoBabaM

)a siguiente noticia que se tuFo de ella #ue que había alquiladoun break H había salido de ecursi'n un BueFes cualquiera. On breakera un coche de caballos de grandes ruedas H con sitio para toda una#amilia. 5 Feces! cuando los nietos íbamos de Fisita! mi abueloalquilaba un break. En semeBantes ocasiones! la abuela siempre sehabía quedado en casa. Recha6aba las inFitaciones con un ademándesdeoso. despu0s de lo del break Fino el FiaBe a K.! una ciudadmás grande H que distaba de la de mi abuela unas dos horas de#errocarril. En aquella ciudad iba a celebrarse una carrera de caballos!H a los caballos #ue mi abuela.

El impresor estaba terriblemente alarmado. &retendía que la

Fiese un m0dico. %i padre meneaba la cabe6a mientras leía la carta!mas se opuso a la idea de mi tío.

%i abuela no había FiaBado sola a K. Iabía lleFado consigo a unamuchacha! semitarada! segNn la epresi'n que había utili6ado mi tíoimpresor en su carta! que trabaBaba como aHudante de cocina en la#onda donde la anciana comía un día sí H otro no.

5quella subnormal comen6' a desempear desde ese día unpapel importante en la Fida de mi abuela.

)a anciana parecía haberse prendado de ella. )a lleFaba al cineH a casa del remend'n Uquien! dicho sea de paso! result' sersocialdem'crataU! H se murmuraba que las dos muBeres sededicaban a Bugar a las cartas en la cocina! con un Faso de tintodelante.

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U5hora le ha comprado a la subnormal un sombrero con copetede rosas Uescribía mi tío desesperadoU. mientras tanto nuestra5nna no tiene Festidito de comuni'nW

)as cartas de mi tío eran cada Fe6 más hist0ricas; Ha s'lohablaba del (comportamiento indigno de nuestra querida madre+ H

no aadían más. El resto de la historia lo cono6co a traF0s de mipadre.El posadero le había susurrado con un guio:U&or lo Fisto! a la seora *. le ha dado por diFertirse! ehMEn realidad! mi abuela no lleFaba una Fida opulenta! ni mucho

menos. 9uando no iba a la #onda! su comida consistía en unoshueFos! un poco de ca#0 H sus adoradas galletitas. >o podía #altarle!sin embargo! su Fasito de tinto en las comidas. %antenía la FiFiendaescrupulosamente limpia! H no s'lo la alcoba H la cocina! que eran laspie6as que utili6aba normalmente. &or otro lado! H sin que sus hiBos seenteraran! hipotec' el caser'n. >unca se supo qu0 hi6o con el dinero.Seguramente se lo dio al remend'n! Ha que despu0s de la muerte demi abuela! el buen hombre se traslad' a otra ciudad! donde se diceque abri' un taller más grande para cal6ado a medida.

*ien mirado! mi abuela FiFi' dos Fidas! una despu0s de otra. )aprimera! como hiBa! esposa H madre! H la segunda! sencillamentecomo la seora *.! una persona sola sin obligaciones H con mediosmodestos! pero suAcientes. )a primera Fida dur' aproimadamenteseis decenios; la segunda! no más de dos aos.

%i padre se enter' de que en los Nltimos seis meses de sueistencia mi abuela se había tomado ciertas libertades que a la

gente normal le están Fedadas. 5sí! por eBemplo! muchos días deFerano se leFantaba a las tres de la maana H se paseaba por lascalles desiertas de la pequea ciudad! que a esas horas estaban a sueclusiFa disposici'n. dicen que al párroco que la #ue a Fisitar con elcaritatiFo prop'sito de (hacer compaía a aquella pobre anciana ensu soledad+! mi abuela lo inFit' al cine.

Ella no se sentía sola. 5 casa del remend'n concurría al parecergente muH alegre! que se diFertía contando todo tipo de an0cdotas.Siempre había allí! esperándola! una botella del Fino tinto que a ella legustaba H del que bebía un Fasito mientras los demás se dedicaban acriticar a las dignas autoridades locales. 5quel Fino le estaba

reserFado! pero la anciana traía de Fe6 en cuando licores más #uertespara los contertulios.

%uri' repentinamente una tarde de otoo en su alcoba! pero noen la cama! sino en su silla! Bunto a la Fentana. Iabía inFitado a lasubnormal al cine aquella noche! de modo que la muchacha laacompa' en sus Nltimos momentos. Tenía sesenta H cuatro aos.

Ie Fisto una #otogra#ía que le hicieron en el lecho mortuoriopara sus hiBos. %uestra la #oto una carita menuda con muchas arrugasH una boca grande de labios Anos. Rasgos pequeos! pero de ningNnmodo me6quinos. Iabía saboreado plenamente los largos aos deserFidumbre H los breFes aos de libertad! H consumido el pan de laFida hasta las Nltimas migaBas.

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Leyenda en torno al origen del libro Tao-Te-King,

escrito por Lao-Tse en el camino de la emigración

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5 sus setenta aos! Ha achacoso!sinti' el maestro grandes ansias de pa6.En el país! la bondad enaquecía!H cobraba nueFas #uer6as la maldad.  decidi' marchar.

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Empaquet' s'lo lo imprescindible!lo que sabía iba a necesitar:la pipa en que #umaba cada noche!el libro al que acudía sin cesar!H suAciente pan.

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o6' una Nltima Fe6 mirando al Falle!mas lo olFid' tan pronto comen6' a ascender.%ientras al anciano lleFaba a su lomo!iba rumiando Herba #resca el bueH.Su marcha era suAciente para aqu0l.

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9uatro días anduFieron entre peas!hasta que un aduanero los par'.U5lguna cosa de FalorM U>ingunaU.  el muchacho que lleFaba al bueH habl'.UEs un maestro UdiBo! H todo se aclar'.

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&ero el hombre estaba alegre H dirigi0ndoseal muchacho pregunt': ULu0 enseaMU

ULue el agua blanda en moFimientoacaba Fenciendo a la más dura piedra.SabesM Iace #alta pacienciaU.

6

&or no desperdiciar la lu6 del día!aguiB' el muchacho luego al animal!H Ha detrás de un pino los tres se perdíancuando el aduanero comen6' a gritar:U5lto ahí! que os quiero hablarW

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@ime otra Fe6 eso del agua! ancianoU.Se detuFo el maestro: Te interesaMURespondi' el hombre: USoH aduanero!

mas saber qui0n gana siempre me interesa.Si lo sabes! cuentaW U

8

U5n'talo. @íctaselo al chico.>o lo reserFes s'lo para ti.9omida tengo en casa! H papel H tinta:

todo lo que hace #alta para escribir.Luieres FenirMU

9

Eamin' el anciano al aduanero.9haqueta 6urcida! descal6os los pies.Ona pro#unda arruga cru6aba su #rente.

>o era la estampa de alguien acostumbrado aFencer.

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  murmur' el maestro: UTN tambi0nMU

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Iabía FiFido el anciano demasiadopara recha6ar tan cort0s inFitaci'n.ULuien pregunta merece ser contestadoU.U hace #río Uel muchacho intercal'.UEstá bien! qued0monosU.

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@esmont'se el sabio entonces de su bueH!H escribi' con el chico durante una semana.El aduanero se encargaba de darles de comerCH a los contrabandistas maldecía en Fo6 baBaD.&ero antes o despu0s! todo se acaba.

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Ona maana! al An! ochenta H unasentencias entreg' el muchacho al aduanero.  tras agradecerle una pequea prenda!otra Fe6 en camino se pusieron.9abe ser más atentoM

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>o celebremos! pues! tan s'lo al sabiocuHo nombre en el libro resplandece.5l sabio haH que arrancarle su tesoro.El aduanero que supo retenerlegracias tambi0n merece.

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Historias del señor Keuner

El señor K. y la naturaleza

=nterrogado sobre sus relaciones con la naturale6a! el seor K.contest':

U@e cuando en cuando me gustaría Fer algNn que otro árbol alsalir de casa! en esos momentos! sobre todo! en que! debido alcambio de aspecto que eperimentan segNn la hora del día H la 0pocadel ao! tan particular grado de realidad alcan6an. Qcurre ademásque en las ciudades! el inFariable espectáculo de obBetos de uso!como casas H calles que no tendrían sentido de estar deshabitadas!acaba por trastornarnos. >uestra singular organi6aci'n social noshace incluir tambi0n a los hombres entre los obBetos de uso. &uesbien! los árboles tienen Ual menos para mí! que no soH carpinteroUun no s0 qu0 de aut'nomo! de independiente de mi persona que metranquili6a! H con#ío en que incluso para el carpintero tengan tambi0nalgo que no sea reducible a pura H simple utilidad.

CEl seor K. diBo asimismo:UEs preciso que hagamos un uso racional de la naturale6a.

Luien permanece en su seno sin trabaBar! cae #ácilmente en un

estado en#ermi6o. )e ataca una especie de Aebre.D

Organización

El seor K. diBo en cierta ocasi'n:UEl que piensa no emplea una lu6 de más! un peda6o de pan de

más! un pensamiento de más.

Forma y sustancia

El seor K. contemplaba un día una pintura que representabaciertos obBetos bastante caprichosamente.

U5 algunos pintores UdiBoU les ocurre lo mismo que a muchosAl'so#os cuando contemplan el mundo. Tanto se preocupan por la#orma que se olFidan de la sustancia. En cierta ocasi'n! un Bardinerocon el que trabaBaba me dio una podadera con el encargo de querecortase un arbusto de laurel. El arbusto estaba plantado en unmacet'n H se empleaba en las Aestas como elemento decoratiFo.Iabía que darle #orma es#0rica. 9omenc0 por podar las ramas más

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largas! mas por mucho que me es#or6aba en darle la #orma apetecida!no conseguía ni siquiera aproimarme. Ona Fe6 me ecedía en loscortes por un lado; otra Fe6! por el lado opuesto. 9uando por AnobtuFe una es#era! result' demasiado pequea. El Bardinero mecoment' decepcionado: (%uH bien! la es#era Ha la Feo! pero d'nde

está el laurelM+

Servicios entre amigos

&ara dar un eBemplo lo más elocuente posible de c'mo prestarun buen serFicio a un amigo! el seor K. relat' la siguiente historia:(Tres muchachos #ueron a consultar su caso a un FieBo árabe:

U>uestro padre ha muerto Ule diBeronU. >os ha deBado

diecisiete camellos H ha dispuesto en su testamento que el maHor sequede con la mitad; el segundo! con un tercio! H el menor! con unnoFeno del total de camellos. 5hora! sin embargo! no podemosponernos de acuerdo sobre la diFisi'n. @ecide tN por nosotrosW

El árabe medit' H luego diBo:U&or lo que Feo! para poder diFidir bien! os #alta un camello. o

no tengo más que un camello! pero está a Fuestra disposici'n. Tomadlo! haced la diFisi'n H traedme lo que os sobre.

5gradecieron los B'Fenes el serFicio prestado H se lleFaron elcamello. Entonces diFidieron los dieciocho camellos que había en totalde tal modo que al maHor le correspondieron nueFe! es decir! la

mitad; al segundo! seis! es decir! el equiFalente de un tercio! H altercero! dos: la noFena parte segNn lo dispuesto. 9uándo cada unohubo retirado su parte! se encontraron con que sobraba un camello.9on renoFada gratitud deFolFieron los tres hermanos el animal a suanciano amigo.+

El seor K. caliAc' aquel acto de aut0ntico serFicio entreamigos! puesto que no había eigido ningNn sacriAcio especial.

Responsabilidad

El seor K.! que era partidario del orden en las relacioneshumanas! estuFo durante toda su Fida enFuelto en conictos. Encierta ocasi'n se Fio implicado una Fe6 más en un asunto hartodesagradable que hacía necesaria su asistencia a Farias citas endiFersos puntos de la ciudad bastante distantes entre sí! en eltranscurso de una misma noche. 9omo estaba en#ermo! rog' a unamigo suHo que le prestara su abrigo. El amigo accedi'! a pesar deque ello le obligaba a cancelar una pequea cita que 0l mismo tenía.5 Nltimas horas de la tarde! la posici'n del seor K. había empeorado

hasta tal punto que las entreFistas de nada serFían Ha! H era precisoadoptar nueFas medidas. 5 pesar de ello! H no obstante lo escaso que

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andaba de tiempo! el seor K. se apresur' a recoger puntualmente elabrigo que Ha no necesitaba! para cumplir así su compromiso.

El niño indefenso

Iablando en cierta ocasi'n del Ficio que suponía el hecho desu#rir en silencio la inBusticia! relat' el seor K. la siguiente historia:(On transeNnte pregunt' a un nio que lloraba amargamente por lara6'n de su congoBa.

UIabía logrado reunir dos monedas para ir al cine! pero Fino unchico H me arrebat' una Ueplic' el nio! sealando a un muchachoque estaba a cierta distancia.

U no pediste auilioM

U9laro que sí Ucontest' el nio! H sus sollo6os se hicieron aNnmás intensos.U>adie te oH'M Upregunt' el hombre! acariciando tiernamente

al muchacho.U>o Usollo6' el nio.UEs que no sabes gritar más #uerteM Upregunt' el hombreU.

En ese caso! dame tambi0n la otra.  tras quitarle la moneda que le quedaba! el hombre sigui'

tranquilamente su camino.+

Sobre si existe un dios

5lguien pregunt' al seor K. si eistía un dios. El seor K.respondi':

UTe aconseBo que medites si tu comportamiento Fariaría segNnla respuesta que se diese a esa pregunta. Si permanecieseinalterable! la pregunta sería ociosa. Si! por el contrario! tu conductaFariase! en tal caso puedo aHudarte diciendo que tN mismo habrías6anBado la cuesti'n: E#ectiFamente! necesitarías ese dios.

Conversaciones

U>o podemos seguir conFersando UdiBo el seor K. a ciertoindiFiduo.

U&or qu0 ra6'nM Upregunt' 0ste sorprendido.U>o consigo decir nada ra6onable cuando usted está delante U

se lament' el seor K.U&ero si eso a mí no me molesta UdiBo el otro! tratando de

consolarle.U)e creo Ureplic' el seor K. irritadoU! pero a mí sí.

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Hospitalidad

9uando el seor K. aceptaba la hospitalidad de alguien siempredeBaba su habitaci'n tal H como la había encontrado! pues no era de

esos indiFiduos que tratan de marcar lo que los rodea con el sello desu personalidad. 5ntes bien! se es#or6aba por modiAcar supersonalidad para acomodarla al ambiente de la casa en que sealoBaba! siempre H cuando Ueso síU ello no #uera en detrimento delos obBetiFos que se había ABado.

9uando el seor K. o#recía su hospitalidad a alguien! cambiabade sitio por lo menos una silla o una mesa para complacer a suhu0sped.

UEs pre#erible que sea Ho quien decida lo que más le conFieneWUsolía decir.

El señor K. en casa ajena

9uando el seor K. se aloBaba en casa aBena! lo primero quehacía! antes de retirarse a dormir! era buscar todas las salidas quetenía la casa en cuesti'n. 9uando le preguntaron el porqu0! el seorK. contest' con cierto empacho:

UEs una FieBa manía. SoH partidario de la Busticia; por eso megusta que la casa que habito tenga más de una salida.

La sabiduría del sabio reside en su actitud

Ona Fe6 Fisit' al seor K. un pro#esor de Aloso#ía! que se pas'todo el tiempo hablando de su propia sapiencia. @espu0s de haberleaguantado un buen rato! el seor K. diBo a su Fisitante:

U>o estás sentado a gusto! no hablas a gusto! ni piensas agusto.

El pro#esor de Aloso#ía se o#endi' H diBo:U>o me interesan los comentarios sobre mi persona! sino sobreel contenido de mi discurso.

UTu discurso Ureplic' el seor K.U carece de contenido. Te Feoandar torpemente! H por más que te obserFo! no te Feo llegar aninguna parte. Te epresas con oscuridad! H por más que hablas! tuspalabras no arroBan lu6. 9uando Feo tu actitud! deBa de interesarme tuobBetiFo.

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Cada vez que el señor K. amaba a alguien

ULu0 hace usted Upreguntaron un día al seor K.U cuandoama a alguienM

UIago un bosqueBo de esa persona Urespondi' el seor K.U Hprocuro que se le asemeBe lo más posible.UEl bosqueBoMU>o Ucontest' el seor K.U. )a persona.

El señor K. y la consecuencia

On día plante' el seor K. a uno de sus amigos el siguienteproblema:

U@esde hace algNn tiempo mantengo cierta relaci'n con unhombre que FiFe en#rente de mi casa. o no tengo ganas de continuarese trato! pero lo malo es que si bien no Feo motiFos para continuarcomo hasta ahora! tampoco encuentro BustiAcaci'n alguna parainterrumpir esa relaci'n. 5hora bien! he podido aFeriguar que cuandomi Fecino compr' la casita que antes s'lo tenía en alquiler! mand'arrancar un ciruelo que había delante de su Fentana H que le quitabala lu6. %i pregunta es si debo tomar ese hecho como preteto cara alos demás! o por lo menos #rente a mí mismo! para romper con 0l.

5l cabo de algunos días! el seor K. in#orm' a su amigo:

U&or An he roto con mi Fecino. "igNrese que hacía Ha mesesque había solicitado del antiguo casero que arrancara aquel árbolporque le quitaba la lu6. %as en cuanto la casa pas' a ser de supropiedad! mi Fecino mand' arrancar el árbol! cuaBado como estabade #ruta todaFía Ferde. Ie roto con 0l por su comportamientoinconsecuente.

La paternidad de las ideas

5lguien reproch' al seor K. el que sus ideas #uesen condemasiada #recuencia hiBas del deseo. 5 lo que replic' el seor K.:

UJamás eisti' una idea cuHo padre no #uera el deseo.\nicamente cabe discutir sobre la atribuci'n a tal o cual deseo. >ohaH que llegar al etremo de sospechar que un nio determinadopodría no tener padre! pues basta con recelar que el establecimientode la paternidad presenta en tal caso grandes diAcultades.

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Originalidad

USon hoH incontables Use lamentaba el seor K.U los que se Bactan en pNblico de poder escribir sin aHuda de nadie grandes libros!

H esto es algo por lo demás generalmente aceptado. El Al'so#o chino9huang?Tseu escribi' en su madure6 un libro de cien mil palabrasintegrado por citas en sus nueFe d0cimas partes. IoH Ha no esposible escribir libros como 0se: #alta el espíritu. &or eso se #abricanlas ideas en el taller personal H a quien no produce en cantidadsuAciente se le tacha de holga6án. 9laro que tampoco haHpensamientos que uno pueda hacer suHos! ni #'rmulas que uno puedacitar. Lu0 poco necesitan todos 0sos para desarrollar su actiFidadWOna pluma H unas cuartillas es cuanto pueden mostrarW sin aHudade nadie! con el escaso material que un solo hombre puede lleFar ensus bra6os! ellos leFantan sus cho6as. >o conocen ediAcios más

grandes que aquellos que es capa6 de construir una sola personaW

Éxito

5l Fer pasar a una actri6! el seor K. coment':UEs hermosa.Su acompaante diBo:UIa tenido 0ito Nltimamente gracias a su belle6a.

UEs hermosa gracias a que ha tenido 0ito Ureplic'! irritado! elseor K.

Sobre la alteración de la regla que dice:

«Cada cosa a su tiempo

En cierta ocasi'n! siendo hu0sped de una #amilia a la que noconocía demasiado! el seor K. adFirti' que sus anAtriones habían

dispuesto Ha sobre una mesilla instalada en un rinc'n del dormitorio!si bien per#ectamente Fisible desde el lecho! el cubierto para eldesaHuno. @espu0s de alabar mentalmente a sus anAtriones por laprontitud con que se habían liberado de sus obligaciones con 0l! elseor K. sigue dándole Fueltas al asunto H se pregunta si tambi0n 0lhabría preparado el cubierto para el desaHuno antes de acostarse. Tras meditarlo un rato! el seor K. llega a la conclusi'n de que aquelmodo de obrar sería en 0l lo correcto en determinadas circunstancias.5simismo le parece correcto el que tambi0n otros se ocupen de Fe6en cuando de esa cuesti'n.

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El señor K. y los gatos

5l seor K. no le gustaban los gatos. >o le parecía que #uesenamigos del hombre; por eso 0l tampoco quería ser su amigo.

USi tuFi0ramos los mismos intereses UdecíaU! su actitud hostilme traería sin cuidado.Sin embargo! al seor K. le #astidiaba tener que echar a los

gatos de su silla.UTumbarse a descansar cuesta trabaBo UeplicabaU! H ese

trabaBo merece Ferse coronado por el 0ito.9uando los gatos acudían a maullar #rente a su puerta! el seor

K. se leFantaba! aunque hiciera #río! H los deBaba entrar al calor.U)os gatos hacen sus cálculos UcomentabaU; cuando llaman!

se les abre. Si se les deBa de abrir! no FuelFen a llamar. )lamarrepresenta Ha un progreso.

El animal favorito del señor K.

&reguntado por su animal pre#erido! el seor K. respondi' que elele#ante! H dio las siguientes ra6ones: En el ele#ante se combinan laastucia H la #uer6a #ísica. )a suHa no es la escasa astucia necesariapara eludir una persecuci'n o atrapar una presa! sino la astucia quetiene a su disposici'n la #uer6a para reali6ar grandes empresas. &or

donde quiera que pasa! este animal deBa una huella bien Fisible. Tieneademás buen carácter H sabe aceptar una broma. Es tan buen amigocomo buen enemigo. Es muH grande H pesado H! sin embargo! estambi0n muH rápido. Su trompa proporciona a un cuerpo enormehasta los alimentos más pequeos: por eBemplo! nueces. Tiene oreBasm'Files: no oHe más que lo que le conFiene. ViFe muchos aos. EsmuH sociable! H no s'lo en su trato con otros ele#antes. En todaspartes se le ama H se le teme a un tiempo. Ona cierta comicidad es lacausa de que a Feces incluso se le adore. Tiene una piel muH espesa:contra ella se quiebra cualquier cuchillo! pero su natural es tierno.&uede ponerse triste. &uede tambi0n en#adarse. )e gusta bailar. Se

interna siempre en la espesura para morir. )e encantan los nios Hotros animales de pequeo tamao. Es gris H s'lo llama la atenci'npor su masa. >o es comestible. Es buen trabaBador. )e gusta beber Hse pone alegre. Iace algo en pro del arte: proporciona marAl.

La Antigüedad

5nte un cuadro del pintor )undstr]m! que representaba unos

 Barros de agua! coment' el seor K.:UOn cuadro de la antigedad! de una 0poca bárbaraW En

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aquella 0poca los hombres no sabían distinguir Ha nada: el círculo noparecía Ha redondo; ni la punta! puntiaguda. )os pintores se Feíanobligados a recomponerlo todo para mostrarles a los clientes algodeAnido! uníFoco H preciso; Feían a su alrededor tantas cosas Fagas!#ugitiFas! dudosas; tenían tanta hambre de integridad que estaban

dispuestos a celebrar a un hombre por el solo hecho de que nocomerciase con su propia locura. El trabaBo se repartía entre muchos;esto se Fe per#ectamente en este cuadro. Luienes determinaban la#orma de los obBetos no se preocupaban por su #unci'n; con estecántaro no se puede serFir agua. En aquella 0poca hubo seguramentemuchos hombres a quienes se consideraba s'lo como obBetos Ntiles. Tambi0n de eso tenían que de#enderse los artistas. Ona 0pocabárbara! la antigedadW

5lguien hi6o obserFar al seor K. que el cuadro era de la 0pocaactual.

USí UdiBo con triste6a el seor K.U! de la antigedad.

De la administración de la justicia

El seor K. solía citar como eBemplar en cierto sentido unadisposici'n legal de la FieBa 9hina segNn la cual! para los procesosimportantes! se reclamaba la presencia de Bueces procedentes de lasproFincias más apartadas. Resultaba mucho más di#ícil sobornar aesos Bueces Cpor ello no necesitaban ser tan incorruptiblesD! Ha que los

propios Bueces locales! que se las sabían todas H que debíanl'gicamente de sentir inquina hacia sus colegas! los manteníanconstantemente Figilados. &or otra parte! los Bueces #orasteros noconocían por propia eperiencia los usos H costumbres de la regi'n.)a inBusticia cobra a Feces carácter de leH a #uer6a de repetirse. 5 losreci0n llegados había! pues! que in#ormarles de todo! H así erancapaces de adFertir más #ácilmente cualquier irregularidad."inalmente! no se Feían obligados a sacriAcar! en aras de laobBetiFidad! muchas otras Firtudes como la gratitud! el amor Alial! lacredulidad #rente a amigos H conocidos! ni necesitaban tampoco tenerel Falor suAciente para crearse enemigos entre el Fecindario.

Una buena respuesta

&reguntaron a un proletario en el tribunal qu0 #'rmula elegíapara su Buramento: la religiosa o la laica. (>o tengo trabaBo+!contest'.

U>o #ue aquello simple distracci'n Ucoment' el seor K.U. 9onsu respuesta aquel hombre quiso dar a entender que se hallaba en

una situaci'n en que ese tipo de preguntas! H tal Fe6 incluso el mismoproceso! carecían de sentido.

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Sócrates

 Tras leer un libro de historia de la Aloso#ía! el seor K. seepres' des#aForablemente sobre los intentos de los Al'so#os de

presentar las cosas como incognoscibles por principio.U9uando los soAstas aseguraban saber mucho sin haberempero estudiado nada Ucoment'U sali' el soAsta S'crates con laarrogante aArmaci'n de que 0l s'lo sabía que no sabía nada.)'gicamente debi' haber aadido: pues Ho tampoco he estudiadonada. C&ara saber algo es preciso estudiar.D &ero parece ser que nodiBo más. &or otro lado! el enorme aplauso con que #ue recibida suprimera #rase Caplauso que dur' dos mil aosD probablemente hubieraahogado cualquier otra aArmaci'n ulterior.

El embajador

Iace poco hablaba Ho con el seor K. sobre el caso delembaBador de una potencia etranBera! el seor Z.! que habíacumplido en nuestro país ciertos cargos de su gobierno H que UsegNnpudimos aFeriguar con consternaci'nU #ue obBeto de graFes medidasdisciplinarias al regresar a su patria.

U)e reprocharon el que! para meBor cumplir su misi'n! sehubiera comprometido demasiado con nosotros! el enemigo UdiBeU.

9ree usted que de no haberse comportado como lo hi6o hubieratenido el mismo 0itoMUSeguro que no Urespondi' el seor K.U. Tenía que comer bien

para poder negociar con sus enemigos! tenía que adular a criminalesH reírse de su propio país para lograr su obBetiFo.

U5sí! pues! actu' como debíaM Upregunt0.USí! naturalmente Urespondi' distraídoU! actu' como debía.El seor K. hi6o ademán de despedirse! pero le retuFe por la

manga.U&or qu0 #ue entonces tan Fituperado a su regresoM Ueclam0

con indignaci'n.

UTal Fe6 se haHa acostumbrado a la buena mesa! haHacontinuado el trato con delincuentes; tal Fe6 sus Buicios no sean Hatan certeros UdiBo el seor K. con indi#erenciaU; por eso tuFieron queimponerle un castigo disciplinario.

U eso! segNn usted! es BustoM Upregunt0 horrori6ado.UEFidentemente! qu0 otra cosa podían hacerM UdiBo el seor

K.U. TuFo el Falor H el m0rito de aceptar una misi'n suicida. %uri' enel empeo. )e parece que en lugar de enterrarlo debían haberdeBado que se pudriera al aire libre! para luego soportar su hedorM

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El instinto natural de propiedad

 Tras oír a alguien! en una reuni'n! caliAcar de natural el instintode propiedad! el seor K. cont' la siguiente historia de un pueblo que

siempre se ha dedicado a la pesca: (En la parte sur de =slandia FiFeun pueblo de pescadores que han diFidido el mar que baa su costamediante boHas Armemente ancladas H se han repartido las parcelasresultantes. Esos hombres están tremendamente apegados a suscampos marinos! que consideran de su eclusiFa propiedad. Sesienten Finculados por la6os pro#undos a esos campos! a los que norenunciarían aunque en ellos no quedase un solo pe6. @esprecian alos habitantes de los puertos pr'imos! a quienes Fenden su pesca!pues los consideran una ra6a superAcial H totalmente aleBada de lanaturale6a. Se auto?caliAcan de ^Aeles al agua^. 9uando capturanpeces de gran tamao! los conserFan en tinaBas! les dan nombres H

los conFierten en obBetos de su propiedad. &arece ser que desde hacealgNn tiempo les Fa mal econ'micamente! pero recha6an conresoluci'n cualquier intento de re#orma! hasta el punto de que handerribado Ha Farios gobiernos que intentaron Fiolar sus costumbres.Estos pescadores constituHen una prueba irre#utable del poder delinstinto de propiedad! al que el hombre está sometido pornaturale6a.+

Si los tiburones fueran hombres

USi los tiburones #ueran hombres Upregunt' al seor K. la hiBapequea de su patronaU! se portarían meBor con los pececitosM

U9laro que sí Urespondi' el seor K.U. Si los tiburones #ueranhombres! harían construir en el mar caBas enormes para los pececitos!con toda clase de alimentos en su interior! tanto plantas comomaterias animales. Se preocuparían de que las caBas tuFieran siempreagua #resca H adoptarían todo tipo de medidas sanitarias. Si! poreBemplo! un pececito se lastimase una aleta! en seguida se laFendarían de modo que el pececito no se les muriera

prematuramente a los tiburones. &ara que los pececitos no sepusieran tristes habría! de cuando en cuando! grandes Aestasacuáticas! pues los pececitos alegres tienen meBor sabor que lostristes. Tambi0n habría escuelas en el interior de las caBas. En esasescuelas se ensearía a los pececitos a entrar en las #auces de lostiburones. Estos necesitarían tener nociones de geogra#ía para meBorlocali6ar a los grandes tiburones! que andan por ahí holga6aneando.)o principal sería! naturalmente! la #ormaci'n moral de los pececitos.Se les ensearía que no haH nada más grande ni más hermoso paraun pececito que sacriAcarse con alegría; tambi0n se les ensearía a

tener #e en los tiburones! H a creerles cuando les diBesen que ellos Hase ocupan de #orBarles un hermoso porFenir. Se les daría a entender

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que ese porFenir que se les auguraba s'lo estaría asegurado siaprendían a obedecer. )os pececillos deberían guardarse bien de lasbaBas pasiones! así como de cualquier inclinaci'n materialista! egoístao marista. Si algNn pececillo mostrase semeBantes tendencias! suscompaeros deberían comunicarlo inmediatamente a los tiburones. Si

los tiburones #ueran hombres! se harían naturalmente la guerra entresí para conquistar caBas H pececillos aBenos. 5demás! cada tibur'nobligaría a sus propios pececillos a combatir en esas guerras. 9adatibur'n ensearía a sus pececillos que entre ellos H los pececillos deotros tiburones eiste una enorme di#erencia. Si bien todos lospececillos son mudos! proclamarían! lo cierto es que callan en idiomasmuH distintos H por eso Bamás logran entenderse. 5 cada pececilloque matase en una guerra a un par de pececillos enemigos! de esosque callan en otro idioma! se les concedería una medalla de Farec Hse le otorgaría además el título de h0roe. Si los tiburones #ueranhombres! tendrían tambi0n su arte. Iabría hermosos cuadros en losque se representarían los dientes de los tiburones en coloresmaraFillosos! H sus #auces como puros Bardines de recreo en los queda gusto reto6ar. )os teatros del #ondo del mar mostrarían a heroicospececillos entrando entusiasmados en las #auces de los tiburones! H lamNsica sería tan bella que! a sus sones! arrullados por lospensamientos más deliciosos! como en un ensueo! los pececillos seprecipitarían en tropel! precedidos por la banda! dentro de esas#auces. Iabría asimismo una religi'n! si los tiburones #ueran hombres.Esa religi'n ensearía que la Ferdadera Fida comien6a para lospececillos en el est'mago de los tiburones. 5demás! si los tiburones

#ueran hombres! los pececillos deBarían de ser todos iguales como loson ahora. 5lgunos ocuparían ciertos cargos! lo que los colocaría porencima de los demás. 5 aquellos pececillos que #ueran un poco másgrandes se les permitiría incluso tragarse a los más pequeos. )ostiburones Ferían esta práctica con agrado! pues les proporcionaríamaHores bocados. )os pececillos más gordos! que serían los queocupasen ciertos puestos! se encargarían de mantener el orden entrelos demás pececillos! H se harían maestros u oAciales! ingenierosespeciali6ados en la construcci'n de caBas! etc. En una palabra:habría por An en el mar una cultura si los tiburones #ueran hombres.

El elogio

5l enterarse de que sus antiguos pupilos le elogiaban! coment'el seor K.:

U9uando los discípulos Ha hace tiempo que olFidaron loserrores de su maestro! 0ste aNn los recuerda.

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Espera

El seor K. estuFo esperando algo todo un día! luego unasemana H por An un mes entero. 5l An se diBo: (&odría haber esperado

per#ectamente un mes! pero no ese día ni esa semana.+

El esclavo de sus fines

El seor K. #ormul' en una ocasi'n las preguntas siguientes:UTodas las maanas mi Fecino pone mNsica en un gram'#ono.

&or qu0 pone mNsicaM @icen que para hacer gimnasia. &or qu0 hacegimnasiaM &orque! segNn dicen! necesita #ortalecer sus mNsculos.&ara qu0 necesita #ortalecer sus mNsculosM &orque! como 0l mismoasegura! ha de Fencer a los enemigos que tiene en la ciudad. &orqu0 necesita Fencer a sus enemigosM &orque! segNn he oído decir! noquiere quedarse sin comer.

 Tras enterarse de que su Fecino ponía mNsica para hacergimnasia! hacía gimnasia para #ortalecer sus mNsculos! #ortalecía susmNsculos para Fencer a sus enemigos H Fencía a sus enemigos paracomer! el seor K. pregunt':

U por qu0 comeM

El arte de no sobornar

El seor K. recomend' a un comerciante a alguien a quienconsideraba insobornable. 5l cabo de dos semanas! el comerciante#ue a Fer al seor K. H le pregunt':

ULu0 quisiste decir con insobornableMEl seor K. respondi':U9uando te digo que el hombre al que das empleo es

insobornable! quiero decir que no le puedes sobornar.

U5BáW Ueclam'! aigido! el comercianteU. )o malo es quetengo mis motiFos para pensar que el hombre que me recomendastese deBa sobornar por mis enemigos.

U=gnoro todo eso UdiBo el seor K. con indi#erencia.U)o peor de todo Ueplic' en tono amargo el comercianteU es

que siempre abunda en lo que Ho digo! es decir! que tambi0n se deBasobornar por mí.

El seor K. sonri' Fanidoso.U@e mí no se deBa sobornar UdiBo.

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 Patriotismo: odiar las patrias

El seor K. no consideraba necesario FiFir en un paísdeterminado. @ecía:

UEn cualquier parte puedo morirme de hambre.&ero un día en que pasaba por una ciudad ocupada por elenemigo del país en que FiFía! se top' con un oAcial del enemigo! quele oblig' a baBar de la acera. Tras hacer lo que se le ordenaba! elseor K. se dio cuenta de que estaba #urioso con aquel hombre! H nos'lo con aquel hombre! sino que lo estaba mucho más con el país alque pertenecía aquel hombre! hasta el punto de que deseaba que unterremoto lo borrase de la superAcie de la tierra. (&or qu0 ra6'n Usepregunt' el seor K.U me conFertí por un instante en unnacionalistaM &orque me top0 con un nacionalista. &or eso es precisoetirpar la estupide6! pues FuelFe estNpidos a quienes se cru6an con

ella.+

Hambre

5 una pregunta acerca de la patria! el seor K. había dado lasiguiente respuesta:

UEn cualquier parte puedo morirme de hambre.5lguien que le escuchaba atento le pregunt' entonces por qu0

decía que se moría de hambre cuando en realidad tenía qu0 comer. Elseor K. se BustiAc' diciendo:USeguramente quise decir que puedo FiFir en cualquier parte si

es que acepto FiFir donde reina el hambre. 5dmito que haH una grandi#erencia entre pasar uno mismo hambre H FiFir donde reina elhambre. &ermítaseme! no obstante! aclarar en mi descargo que! paramí! FiFir donde reina el hambre! si bien no es tan graFe como pasarhambre! no deBa por ello de ser graFe. El hecho de que Ho pasarahambre no tendría demasiada importancia para otros; es! sinembargo! importante el que me oponga a que reine el hambre.

 Propuesta para el caso de que la propuesta

no sea aceptada

El seor K. recomendaba acompaar! siempre H cuando #ueraposible! toda propuesta conciliadora de una segunda propuesta parael caso de que aqu0lla no #uera aceptada. En cierta ocasi'n! poreBemplo! tras haber aconseBado a alguien que se encontraba en unaprieto que procediera de determinada manera! pues así perBudicaríaal menor nNmero posible! el seor K. le seal' un segundo modo deproceder que! aunque menos ino#ensiFo que el primero! no llegaba!

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sin embargo! a ser brutal.U5 quien no puede hacerlo todo UdiBoU no se le debe

dispensar de hacer al menos parte.

El funcionario indispensable

El seor K. oH' unos comentarios elogiosos a prop'sito de un#uncionario que tenía Ha bastante antigedad en su cargo H del quese decía que! por su eAcacia! resultaba indispensable.

ULu0 signiAca eso de que es indispensableM Upregunt' elseor K. irritado.

UEl serFicio no #uncionaría sin 0l Ueplicaron quienes le habíanensal6ado.

U9'mo puede ser un buen #uncionario si el serFicio no#unciona sin 0lM Upregunt' el seor K.U. Ia tenido tiempo más quesuAciente para organi6ar el serFicio de tal #orma que su persona nosea indispensable. En qu0 ocupa entonces su tiempoM o mismo os lodir0: en hacer chantaBeW

 Preguntas convincentes

UIe obserFado UdiBo el seor K.U que mucha gente se aleBa!intimidada! de nuestra doctrina por la sencilla ra6'n de que tenemosrespuesta para todo. >o sería conFeniente que! en inter0s de lapropaganda! elaborásemos una lista de los problemas para los queaNn no hemos encontrado soluci'nM

Las fatigas de los mejores

UEn qu0 trabaBa ustedM Upreguntaron al seor K. El seor K.

respondi':U%e está costando una #atiga enorme preparar mi pr'imo

error.

 Afrenta soportable

5lguien acus' a un colaborador del seor K. de adoptar unaactitud hostil hacia 0ste.

USí! pero s'lo a mis espaldas UdiBo el seor K.! de#endi0ndole.

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Dos ciudades

El seor K. pre#ería la ciudad *. a la ciudad 5. (En la ciudad 5. UdecíaU se me quiere; pero en la ciudad *. me trataban con

amabilidad. En la ciudad 5. todos procuraban serme Ntiles; pero en laciudad *. me necesitaban. En la ciudad 5. me inFitaban a la mesa; enla ciudad *. me inFitaban a la cocina.+

El reencuentro

On hombre que hacía mucho tiempo que no Feía al seor K. lesalud' con estas palabras:

U>o ha cambiado usted nada.UQhW Ueclam' el seor K.! empalideciendo.